The Unending Gift

jueves, mayo 19, 2016

EL CANCILLER AUSTRIACO INTENTA EVITAR EL COLAPSO ECONÓMICO

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC  Jueves, 19.05.16


Muchos analistas creen que la ruptura de la gran coalición podría acabar incluso con la II República

El nuevo canciller austriaco, Christian Kern, presentó ayer a su nuevo gobierno y anunció un programa de reactivación económica y su voluntad de tomar la iniciativa política ante una situación dramática. Kern se declaró convencido de que «aún no es demasiado tarde» para evitar el hundimiento definitivo de los partidos tradicionales. E impedir así que naufrague, tal como auguran muchos, la propia II República, instaurada después de la Segunda Guerra Mundial. Pero también dejó claro que sabe que «tenemos pocos meses para recuperar cierta confianza de la sociedad y no ser arrastrados a la irrelevancia por el rechazo y el hastío del votante y el ciclón del populismo derechista».
Eso si acaso. Porque el domingo puede saltar todo por los aires si como muchos consideran ya altamente probable, el derechista Norbert Hofer logra imponerse al frente formado en contra de su candidatura por los partidos tradicionales, el «establishment» europeísta, las multinacionales y grandes empresas austriacas y la mayor parte de la prensa, firmemente comprometido con la corrección política y contra el FPÖ. Pero el ambiente en la población es otro.
Fuera de los ambientes de la izquierda urbana e intelectual de Viena, en los pueblos y pequeñas ciudades de los estados del Burgenland, Estiria o Carinthia hierven las ganas de darle una lección a los «viejos partidos» en Viena. Y la agresividad de la izquierda movilizada contra Hofer solo agudiza esa rabia y la militancia nacional en contra del «europeísmo», de la corrección política, de los refugiados y de los partidos tradicionales. La polarización de la población ha alcanzado cotas desconocidas en este país. El debate en torno a los refugiados ha hecho desaparecer el centro político.

Segunda vuelta
Así acude el electorado a las urnas en la segunda vuelta de las presidenciales que se celebra el domingo. Los sondeos en principio dan un empate. En un lado está el viejo profesor del partido de los Verdes, Alexander Van der Bellen, de 72 años, apoyado por todos los partidos tradicionales, que vieron cómo sus candidatos perdían estrepitosamente. En el otro, el joven Hofer, del Partido Liberal, FPÖ, contra el que se han movilizado todas las fuerzas políticas. Hofer juega las cartas de los refugiados y del rechazo a un Gobierno cuya parálisis afecta ya mucho a la economía. Pese al viento a favor de tantos factores económicos, en los dos pasados años no ha dejado de aumentar el paro y en este pasado año son muchos los refugiados que han entrado a engrosar las listas de las oficinas de empleo.

Desde que los socialistas lo convirtieron en sustituto de Werner Faymann, que dimitió por el catastrófico resultado de la primera vuelta de las presidenciales, el nuevo canciller Christian Kern no se ha dado un minuto de pausa. Un día después de anunciar los nombres de sus cuatro cambios en el gobierno, juraban sus cargos los tres nuevos ministros y una secretaria de Estado, Muna Duzda, muy significativamente una austriaca musulmana de origen palestino. Kern ha anunciado ya que votará a Van Der Bellen. Así lo han anunciado otros socialistas y populares. Lo que nadie sabe es si ese anuncio le ayuda a él o a su rival Hofer.

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