UNA VICTORIA DEL «LEAVE» ATIZARÁ EL SENTIMIENTO INDEPENDENTISTA
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Edimburgo
ABC Jueves, 23.06.16
La capital escocesa se convierte en un bastión del voto
europeísta
Las casas de
apuestas, esos agentes mucho más fiables que las encuestas electorales, dicen
que esta ciudad, Edimburgo, capital de Escocia, puede convertirse hoy en la
urbe con mayor porcentaje de partidarios de permanecer en la UE de todo el
Reino Unido. Y dejar así claro que, como los británicos decidan en su mayoría
irse de la UE, el deseo contrario en Escocia llevará a un replanteamiento de su
propia pertenencia al Reino Unido y a un nuevo referéndum sobre la
independencia de Escocia del Reino Unido para imponer su permanencia en la UE.
Todos son conscientes de que se abriría un proceso legal, político y económico
de una abrumadora complejidad. Conscientes de que la independencia escocesa de
la que se hablaba con mucha alegría con el petróleo a 150 dólares el barril, no
goza ya ni gozará nunca de aquel decisivo argumento económico.
N. Sturgeon, líder nacionalista
REUTERS
En todo caso, el
nacionalismo escocés ha advertido de que no aceptará ser arrancada de la UE por
un voto principalmente inglés que no comparte y combate. La ministra principal
de Escocia, Nicola Sturgeon, firme e hiperactiva militante en favor de la
permanencia en la UE, advirtió que, en caso de Brexit, Escocia se plantearía el
acceso al euro y un rápido abandono de la libra con su propia independencia. La
ruptura con el Reino Unido estaría, dijo Sturgeon, inmediatamente de nuevo en
la agenda.
Es el «Remain» el
lema que dominaba ayer la escena en esta ciudad en vísperas del histórico
referéndum. Apenas se veía algún cartel favorable a Brexit y todos ellos con
aspecto y ubicación desangelados, con aire de opción perdedora. Aunque eso no
debería hacer creer que los partidarios del Brexit no existan en Escocia. Cerca
de un 30% de los votantes del Partido Nacional Escocés (SNP) podría
votar esa ruptura inmediata con la UE para convertir el 23 de junio, como dicen
desde Londres los líderes del movimiento del Brexit, en «el Día de la
Independencia del Reino Unido». Pero este partido, hoy absolutamente hegemónico
en Escocia con 63 escaños, y con unos conservadores tímidamente reforzados con
31 a costa de unos laboristas hundidos en su peor nivel histórico con 23
diputados, dicta el discurso después del proceso separatista de hace dos años.
El referéndum de la independencia escocesa entonces se perdió por un leve
margen. Pero el SNP que, con la promesa del mismo logró una mayoría absoluta en
2011, mantiene la hegemonía pese a perder la mayoría absoluta por un escaño en
los pasados comicios.
Agravios
Que la capital sea un
bastión del voto europeísta no significa que Escocia esté al margen del
durísimo debate que ha polarizado a la sociedad británica. Desde los muchos
miles de puestos de trabajo en los pesqueros que, según se dice aquí, se han
perdido en favor de España por culpa de la UE, son muchos los agravios reales o
no, pero en todo caso percibidos y sufridos. Y llevan también a muchos
escoceses, pese a su recelo nacionalista a «quedarse solos con los ingleses» en
un Reino Unido más aislado, a creer que, libres de la tutela de Bruselas,
podrían defender sus intereses. La mayoría parece no creerlo, según las
encuestas, pese a que sí es generalizada la opinión de que la UE necesita una
profunda reforma. El principal factor de movilización a favor del Brexit, que
es la inmigración, se percibe en Escocia como menos angustioso. En Edimburgo la
principal presencia extranjera es la de los polacos que no son percibidos como
conflictivos, desde luego no como amenaza a la identidad propia.
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