The Unending Gift

martes, marzo 27, 2018

EL CHANTAJE PERMANENTE


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 23.03.18

Europa no puede acoger indefinidamente africanos sin estallar en un mar de violencia

GRAN parte de la sociedad española se ha asustado al ver lo fácil que es organizar una turba enloquecida y destructiva de inmigrantes que arrase un barrio en pleno centro de una gran ciudad. En este caso de la capital del país que les ha dado todo lo que tienen desde que llegaron ilegalmente. Pese a haber llegado violando las leyes del país anfitrión y algunos con violencia en las fronteras de España, todos han recibido la asistencia sanitaria, la beneficencia, las redes sociales de apoyo, la hospitalidad de uno de los países menos racistas del mundo y, cuando tienen problemas con las leyes, en vez de ser deportados, gozan del trato de una Policía profesional y una Justicia garantista hasta el absurdo.
Absurdo porque ese garantismo de la mala conciencia solo alimenta la degradación de la seguridad de la sociedad. El miedo a ser tachado de racista o islamófobo lleva a los servidores públicos en toda Europa a actitudes que son no ya pasividad sino complicidad y ocultación. Y negligencia criminal hacia la sociedad. Basta recordar a las niñas de Róterdam o la Nochevieja en Colonia. En diversa escala estos escándalos se reproducen por todo un continente que está siendo invadido sin que los responsables de su defensa se atrevan a llamar a las cosas por su nombre. Sin decirlo, han renunciado a una integración en la sociedad democrática que saben imposible. Y ocultan los efectos devastadores de esta presencia de grandes grupos de inmigrantes de culturas antagónicas y que niegan a asimilarse a la sociedad de acogida. En su mayoría musulmanes, tienen clara vocación de poder, dominación y hegemonía.
Bastó una mentira difundida por grupos de extrema izquierda y por el ayuntamiento comunista de Madrid para que grupos de jóvenes africanos apoyados por elementos antisistema se dedicaran a quemar y destruir lo que buenamente quisieron. Muchos españoles se han asustado tanto por esta violencia como se han sorprendido por la ingratitud vista en escenas televisivas en las que jóvenes negros despreciaban y maltrataban a vecinos del barrio madrileño y disponían del espacio público como si fuera suyo. Podemos y el ayuntamiento de Madrid han protegido a los violentos. Tras alimentar la violencia con sus falsedades contra la Policía en las redes y las televisiones. En España aun no tenemos esas «no-go zones» que son los barrios en los que el Estado ha renunciado a imponer la ley con presencia policial y los entrega al dominio de grupos islamistas o de bandas de inmigrantes. Estamos en ello. Ya hay bandas en las que todo es ilegal pero que se presentan ante las cámaras para, con victimismo militante, jamás pedir perdón por sus abusos, delitos y agresiones y siempre clamar contra el supuesto racismo que supone hacerles frente. Informes desde África dicen que hay países como Senegal, Ghana o Nigeria donde entre el 38 y el 44% de la población dice querer emigrar en los próximos cinco años. En el año 2050 África duplicará su población actual de 1.300 millones, ¿Cuántos cree Carmena que puede acoger en su chalecito? ¿Cuántos pretenden traer todas esas ONG en su abierta complicidad con los traficantes de ilegales?
En Francia más de cien intelectuales franceses han firmado un manifiesto advirtiendo a la sociedad contra ese victimismo utilizado para imponer un «nuevo totalitarismo islamista» que estrangula la libertad misma. Publicado en Le Figaro denuncia la grave amenaza de un islamismo totalitario que ocupa el espacio público y recurre sistemáticamente al victimismo con mecanismo de chantaje permanente a la sociedad de acogida. Todo lo que no sea darles el poder y la impunidad es islamofobia y racismo. Y muchos ilusos e insensatos les siguen el juego criminal y suicida.

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