EL NARRADOR DEL DRAMA ALEMÁN
Por HERMANN TERTSCHABC Miércoles, 08.10.14
Siegfried Lenz (1926-2014)
Nunca fue obsequioso
con la izquierda omnipotente en el mundo cultural
Era un escritor menos gesticulante
que Heinrich Böll y Günther Grass, los otros dos grandes que con él formaron el
gran trío de la literatura de posguerra alemana. Era probablemente el más
reflexivo de los tres. Y fue el único del trío que nunca se dejó llevar por la
tentaciones del zeitgeist «progresista» surgido en 1968. Le costó ser tachado
de «reaccionario» por generaciones de jóvenes enfadados con sus padres por el
nazismo, pero entregados a causas totalitarias. Nunca fue obsequioso con la
izquierda omnipotente en el mundo cultural en aquellos años. En plenos tumultos
de frivolidad y brutalidad sesentayochista, publicó un libro clave para que
muchos alemanes entendieran mejor Alemania. Aquel libro, «Deutschstunde», como
su otra gran obra, «Heimatmuseum», supuso para varias generaciones de alemanes
un aldabonazo para la reflexión y para un luto tardío y una contrición
pendiente tras los años de miseria de la derrota y los del fervor de la
reconstrucción y del milagro alemán.
Siegfried Lenz
murió ayer en Hamburgo a los 88 años. Y con él muere el grandísimo narrador del
drama alemán, del crimen y la culpa, de la desmemoria y el autoengaño, del
valor y la redención, sueños y pesadillas que arrastra una patria que tuvo que
arder y desaparecer para expiar su desvarío. Fue menos político en el sentido
inmediato que Böll, el mayor de los tres, y que Grass, al que llevaba un año.
Igual que Grass, Lenz procedía de una parte de Alemania que dejó de existir. Su
pueblo, Elk, ahora Lyck, en Prusia Oriental, pasó a ser parte de Polonia. Y sus
casas fueron ocupadas por unos polacos que a su vez habían sido expulsados del
Este que dejaba de ser Polonia para convertirse en URSS. El colapso del mundo
propio arrastrado por la propia culpa nunca era justa con ninguna de las piezas
humanas arrastradas por las violentas avalanchas de la historia.
En 1943
fue llamado a filas con 16 años. Combatió con una Wehrmacht ya en permanente
retirada y desertó después de unas ejecuciones en Dinamarca. Prisionero de
guerra de los británicos, cuando fue liberado hizo una breve incursión en la
Universidad para estudiar filosofía y literatura, pero la abandonó por un
puesto como becario del diario «Die Welt». Pronto entra en contacto con el
grupo literario Gruppe47 al que pertenecen Böll y Grass y todos los grandes de
la posguerra. Y comienza a publicar en 1951. Desde entonces, decenas de
novelas, cuentos, relatos, guiones, libros para niños, la obra de Lenz es
inmensa. Y decenas de películas basadas en ella. La guerra, la experiencia
extrema que todo lo rompe, está presente siempre de una forma u otra. Como lo
está el deber, esa trampa de la conciencia y la lealtad o la culpa por actuar o
no hacerlo. Lenz nos lega una vasta obra con joyas en la narración de esa
Alemania surgida de unas cenizas que siguen quemando en las conciencias de los
supervivientes del colapso del mundo.
Siegfried Lenz nació el 17 de marzo de 1926 en Elk (Prusia Oriental), y ha
muerto el 7 de octubre de 2014 en Hamburgo. Fue un escritor alemán autor de
novela, ensayo y obra de teatro. En el año 2000, en el 250 aniversario del nacimiento
de Johann Wolfgang von Goethe, le fue otorgado el Premio Goethe.
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