SIEMPRE ESAS SEÑALES CONFUSAS
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 27.09.14
Pretenden que el peligro es tan intenso que es obligatorio intervenir, pero no lo suficiente como para enviar tropas
El Reino
Unido está ya plenamente incorporado a la campaña militar contra los yihadistas
del Estado Islámico, horas después de que el Parlamento de Westminster lo
aprobara ayer con abrumadora mayoría. El mensaje del primer ministro David
Cameron no necesitaba siquiera ser muy persuasivo. Demasiado claras están las
peligrosas implicaciones del desarrollo de los acontecimientos en Irak y Siria.
Todos son conscientes
del peligro que suponen los éxitos del joven Estado Islámico para toda la
región y para el mundo. Para el Reino Unido muy en particular. Son muchos
cientos los ciudadanos británicos de raíces árabes que combaten como
voluntarios del estado terrorista yihadista. Pueden ser muchos miles los
tentados si no se pone fin a aquello. Irían y volverían después a sus casas en
las islas decididos a continuar allí la sangrienta lucha por lograr el califato
universal.
Ahí están por tanto
los gobiernos británico y norteamericano, de vuelta en una guerra que
celebraron haber abandonado. Sus líderes exponen la amenaza pero la gradúan a
un tiempo.
No es fácil. Pretenden que el peligro creado por los éxitos
del Estado Islámico es tan intenso que es obligatorio intervenir. Pero no lo
suficientemente intenso como para mandar a tropas a combatir. Señales confusas.
Porque todos saben que tendrán que ser tropas terrestres las que destruyan al
Estado Islámico. Y abajo, sobre el terreno, no salen las cuentan con
peshmergas, los rebeldes sirios no yihadistas y un ejército iraquí impotente
pese a las decenas de miles de millones invertidos en él por el gobierno de los
Estados Unidos. Tiempo habrá para revisar expectativas. Porque volvemos a una
guerra de años.
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