ESCARAMUZAS ANTES DEL ADIÓS
Por HERMANN TERTSCHABC 03.03.15
Pero no serán Rajoy ni Passos Coelho, ni siquiera Merkel,
serán los griegos quienes habrán de derribar a su gobierno
Acusar a estas
alturas al Gobierno de Grecia de juego sucio, como ha hecho Alemania, solo
revela la pereza que embarga a todos a la hora de tratar un problema que ya
nadie cree con solución. Son escaramuzas del desamor antes del adiós. Como las
acusaciones de Alexis Tsipras a los Gobiernos de España y Portugal de estar detrás
de un intento de derribar a ese Gobierno. Se equivoca Tsipras, no son los de
España y Portugal, no solo. En realidad, todos los gobiernos europeos querrían
que cayera el Gobierno de Syriza. Lo que es perfectamente lógico. Con su 36% de
los votos van a condenar a Grecia a un desastre histórico. Y a empezar una
aventura por la ideología y contra la realidad que solo generará miseria y
dolor. Infligen un grave daño a la estabilidad de la zona euro y la UE al
sentar un peligroso precedente. Pero los lloros del imaginario acosado por
fuerzas del mal que explica a su gente que sus planes no se cumplen por culpa
de malvadas conspiraciones, solo le confieren a Tsipras un aire propio de
victimismos venezolanos del maestro en invasiones y golpes Nicolás Maduro. Para
desgracia de los griegos honrados no será la última importación de perversión
política que haga Tsipras de sus amigos del Caribe. Pero no serán Rajoy ni
Passos Coelho, ni siquiera Merkel, serán los griegos quienes habrán de derribar
a su Gobierno. Cuando el precio de su propio error les sea ya insoportable. Los
demás, en el Bundestag fue muy evidente, consideran que han hecho su último
esfuerzo para quienes exigen un trato especial de agraviado mientras insultan,
ofenden y engañan. Habrá que dar por perdido y apuntado en presupuestos el
dinero prestados y avalado por todos a Grecia. Pero se dará por concluida una
situación que solo genera ya impulsos negativos para todos.
Las acusaciones de juego sucio son por eso ya tan solo
cansados lamentos. Los Gobiernos griegos han hecho juego sucio en la UE desde
el primer momento de su ingreso. Y lo seguirán haciendo hasta su salida, que
cada vez está más cercana. Que el Gobierno neocomunista de Syriza es el más
tramposo de todos los habidos desde 1981 es cierto, pero también lógico. Y
trampea por eso con buena conciencia. No creen en los procedimientos, ni los
principios ni el espíritu de la UE. Ellos no tienen como proyecto político
participar unas economías libres de mercado cada vez más abiertas e integradas.
Sino todo lo contrario. Quieren una economía centralizada, estabilizada,
protegida, dependiente y obediente, en la que los ciudadanos sean por fuerza
mucho más iguales y mucho menos libres. Y quieren un Estado que tenga
mecanismos para impedir que esas grandes conquistas en bien de la igualdad, que
ellos pretenden imponer, sean reversibles. Ese Estado que pretende Syriza es un
régimen socialista que es incompatible con el proyecto europeo. Por eso, más
allá de las dificultades objetivas de Grecia de cumplir o no con las
condiciones que se le imponen, cada vez son más los que se preparan ya para que
dentro de cuatro meses o dentro de un año o dos, Grecia sea el primer país que
abandona la moneda común. El economista alemán Wolfgang Münchau cree que,
después de estos cuatro meses ganados ahora con la prolongación del crédito,
Grecia anunciara el impago, implantará una especie de euro paralelo y comenzará
su salida de la moneda común. Será duro y doloroso para todos. Y se supone que
Grecia comenzará a buscar consuelo inicialmente fuera de Europa. Mucha suerte.
Pronto comprobará Syriza que no hay nadie en el mundo que ofrezca más por menos
que sus hasta ahora socios europeos.
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