AUSTRIA SE PARTE EN DOS EN SUS ELECCIONES PRESIDENCIALES
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Viena
ABC Lunes, 23.05.16
Empate técnico entre el candidato verde y el ultra
Aunque el nacionalista Norbert Hofer obtuvo ayer una ligera
ventaja, se espera que el voto por correo favorezca al ecologista Van der
Bellen
La extrema
polarización política generada en Austria en los pasados meses cristalizó ayer
en un empate técnico entre los dos candidatos a las elecciones presidenciales,
cuyo resultado definitivo será decidido por el voto por correo. Los primeros
resultados daban una ligera ventaja al derechista Hofer, con un 51,9% de los
votos frente al 48,1% del verde Van der Bellen. Pero la proyección que incluye
el voto por correo daba un empate a 50% cada uno, con un margen de error de
0,7%. Por lo que la diferencia en el resultado final no excederá nunca el 1,5%.
Hofer fue por delante de Van der Bellen, en las proyecciones iniciales pero
después el empate se estabilizó.
EFE
Que los partidos
tradicionales que comparten el centro estén ausentes en esta contienda dice
todo respecto al terremoto político que vive Austria y que continuará sea cual
sea mañana el resultado y el nuevo jefe del Estado. Este movimiento tectónico
que se anuncia desde hace lustros por el agotamiento de los partidos
tradicionales tuvo su detonante en la crisis de los refugiados que estalló el
pasado año y que ha tenido en Austria uno de sus escenarios principales. La
polarización se debe en gran parte a las posiciones irreconciliables en cómo
tratar la llegada masiva de refugiados y los problemas sociales y culturales
resultantes. Los dos candidatos comparecieron en televisión hora y media
después de cerrarse los colegios sin poder hacer otra cosa que declaraciones de
buenas intenciones ganen o pierdan tras el recuento de hoy. Y los dos
anunciaron que acudirían a sus fiestas electorales ya en marcha aunque no
hubiera nada concreto que celebrar. Curioso y quizás significativo es que la
izquierda con Van der Bellen celebrara su fiesta en el palacio de los Auersperg
con descorche de espumosos y rodeado de artistas e intelectuales, mientras el
derechista Hofer acudía a celebrar con los suyos a las cervecerías populares
del célebre Prater.
Ambos se mostraron
conciliadores y dispuestos, gane quien gane, a colaborar para cerrar unas
heridas que sin duda se han abierto en una campaña de inusual fiereza. Muy
significativo es el contraste del resultado de Viena con el resto del país. En
la capital, solo el 37% ha votado al derechista del FPÖ y un 63% al dirigente
verde, antiguo decano de económicas en la Universidad y persona muy integrada
en círculos artísticos y culturales de la ciudad, masivamente de izquierdas.
«Siembra de miedo»
El FPÖ lo ha
explicado cómo «el éxito de las presiones y siembra de miedo de la maquinaria
del partido estatal rojinegro» en referencia a la alianza de los dos partidos
de la gran coalición, socialistas de SPÖ y populares de ÖVP. Estos han apoyado
directa o indirectamente a Van der Bellen, después de que sus propios candidatos
fracasaran estrepitosamente en la primera vuelta y no cosecharan ambos más que
el 11%. Estas elecciones son las primeras en la historia de la República que no
se dirimen entre los candidatos de esos dos partidos que siempre se han
disputado –y repartido– responsabilidades, cargos y competencias en la
administración del Estado.
Lo cierto es que,
gane quien gane, el consenso nacional de la II República ha quedado gravemente
malparado con esta campaña. La política de los dos antiguos partidos principales
SPÖ y ÖVP de hacer una especie de alianza general del sistema con los medios de
prensa públicos y privados y los sectores izquierdistas de la cultura en una
lucha sin cuartel contra el derechista Hofer puede haber causado un daño
difícil de reparar.
Todos ellos juntos no
han logrado más que la mitad del electorado frente a lo que han llamado el
peligro ultraderechista, cuando no nazi. Todo ello pese al distanciamiento
claro y continuo de Hofer de los nazis a los que ha calificado en todo momento
de «bandas de asesinos con los que nada tenemos que ver». Si con esta campaña
de todos contra uno, Hofer pierde por décimas, tiene el FPÖ prácticamente hecha
la campaña electoral para las legislativas, en las que su jefe Hans Christian Strache, el
líder del partido tiene cada vez más papeletas para ser canciller. La victoria
de Van der Bellen favorecería en ese sentido paradójicamente las aspiraciones
del FPÖ de hacerse con el poder real que está en la cancillería.
Aunque nadie descarta
tampoco que una victoria de Hofer convenza al partido popular (ÖVP) de que la
gran coalición es ya una condena que amenaza su propia existencia y decida
acabar con la legislatura. De hecho el ÖVP, aunque también los socialistas,
tienen que estar impresionados de la cantidad de austriacos votantes suyos que
han despreciado sus recomendaciones y han votado a Hofer.
El voto por correo, la clave que decidirá quién será el ganador
El empate incluye la proyección del voto por correo, en el que se prevé
un mayor apoyo a Van der Bellen. En votos ya contados tiene una ventaja Norbert
Hofer, que quedaría anulada si se cumple la proyección del voto
mayoritariamente favorable a su rival. El voto por correo es sobre todo urbano
y de personas que viajan o se desplazan, lo que se adjudica más al perfil del
voto contrario a Hofer. Hoy se verá si se cumple. Habrá que hacer otras
valoraciones. Para estudiar en qué medida ha ayudado a Van der Bellen la
irrupción de un nuevo canciller socialista. En qué medida la muy manifiesta
actitud de la radiotelevisión pública ORF en favor del candidato izquierdista le ha ayudado o ha acabado
perjudicándole al movilizar por indignación a sus adversarios, como ABC comprobó
en Carinthia y Estiria. También la actitud de medios extranjeros, tan
dispuestos a tachar de nazis a los austríacos con el menor pretexto y la
campaña de medios del país por presentar como tales al FPÖ, han crispado mucho.
La injerencia electoral de los dirigentes de la UE, incluido su presidente
Jean-Claude Juncker, en contra del FPÖ ha abierto heridas. Todos deberían saber
ya que, gane o no Hofer, este partido es con diferencia el partido mayoritario
en Austria y muy probablemente dirigirá el Gobierno.
El voto por correo, la clave que decidirá quién será el ganador
El voto por correo o tarjeta electoral es esta vez más
importante que nunca por la igualdad en el resultado, pero también por la
cantidad del mismo. Los cerca de 900.000 emitidos decidirán quién es el jefe
del Estado. Han votado un 72% del censo, con lo que se ha vuelto a niveles
previos al bajón de 2010 (del 52%).
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