UNA PUREZA IMPROBABLE
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 30.07.16
Ojalá podamos mantener en Europa las garantías cuando
lleguen los días más duros de esta guerra
«Mi Gobierno no va a
ser el que cree un Guantánamo a la francesa». Quien habla con tanta rotundidad
es el primer ministro francés, Manuel Valls, que se defiende de acusaciones de
falta de firmeza y de errores en la seguridad en los pasados atentados. La
sociedad francesa, alarmada, exige seguridad. Y el poder democrático reconoce
errores pero alude a las libertades para explicar debilidades inherentes a la
democracia. Ojalá podamos en Europa mantener esa exquisitez en presunción de
inocencia y garantías legales cuando lleguen los momentos realmente duros en
esta guerra que están aun por venir. Es improbable. En la guerra quedan en
suspenso muchos derechos.
A ver cómo se
defiende la puesta en libertad de sospechosos tras cuatro «bataclanes» y una
docena de «casos aislados» como el de Múnich o el de Ansbach. Las sociedades
europeas soportan mucho. Pero nadie sabe hasta cuándo lo harán sin que se
descargue, no se sabe cómo, una tensión cultural que crece sin cesar. Hace
años, unas caricaturas movilizaron a los musulmanes en todo el mundo. Ahora en
Europa se mata a inocentes en nombre de Alá pero las comunidades musulmanas
solo se quejan de «islamofobia». Aunque conste el lamento de muchos musulmanes
por esas muertes del terrorismo islamista, cuando se exige mayor control de las
mezquitas porque de allí sale el yihadismo, los líderes musulmanes manifiestan
que «no permitiremos la injerencia del Gobierno en nuestros asuntos». Es
difícil expresar ciertas verdades sin ser acusado de la célebre islamofobia,
pero Valls reconocía ayer el peligro que emana de las mezquitas al declararse
«partidario de que, por un tiempo, no se permita financiar la construcción de
mezquitas desde el extranjero». Europa entra en una guerra en la que la
sociedad libre solo sobrevivirá si triunfa. Y solo puede hacerlo si logra
someter a sus leyes a comunidades cada vez más numerosas que por su religión se
niegan a ello. La victoria es improbable. La victoria con las manos impolutas
que quiere Valls sería muy deseable, pero parece imposible.
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