UNA CRISPADA AUSTRIA SE POLARIZA EN SUS ELECCIONES PRESIDENCIALES
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Viena
ABC Domingo, 04.12.16
Nuevos desafíos a Europa – Repetición de comicios austriacos
Los medios internacionales se vuelcan con el verde Van der
Bellen y se ceban con el derechista Norbert Hofer
Los austriacos acuden hoy a las urnas por tercera vez en un
año para elegir a su Jefe de Estado. Lo hacen en un ambiente de gran
polarización entre los partidarios del líder de los Verdes, Alexander Van der
Bellen, y los del candidato del derechista FPÖ, Norbert Hofer. Las elecciones
son a cara de perro como lo ha sido la campaña y, salvo sorpresas, será reñido
el resultado. El ganador, sea quien sea, tendrá que hacer ingentes esfuerzos
por hacer olvidar la larguísima campaña y conseguir convertirse en el jefe del
Estado de todos los austriacos tras descalificar tanto a su adversario y sus
gentes.
El Constitucional de Austria ordena el pasado 1 de julio la repetición de comicios
La polarización interna saltó a los medios internacionales
que han descalificado a Hofer tanto como a Donald Trump en campaña. El clima
político mundial ha hecho de las elecciones presidenciales austriacas otro
examen crucial de la evolución política de Europa. Desde que se supo que serían
ellos dos los rivales en la segunda ronda, Van der Bellen se convirtió en la
prensa internacional en el candidato del «sistema democrático», del consenso
socialdemócrata y de la Unión Europea. Y Hofer pasó a ser el representante de
la ola derechista que se abate sobre el continente, que sus adversarios llaman
populista, que gobierna en diversos países del este vecinos de Austria y que
pone en cuestión las estructuras y el funcionamiento de la UE.
Pero la vida política austriaca es más compleja que esa
caricatura que se presenta en el exterior de lucha entre el buen profesor
demócrata urbano de izquierdas y el ultraderechista montaraz y nazi de la
oscuridad rural. Así, se da por hecho que el partido de Hofer, el FPÖ, va a
gobernar con los socialistas o los populares muy pronto porque la gran
coalición está prácticamente muerta. Y tanto el prestigioso presidente saliente
Heinz Fischer como el canciller, ambos socialistas, ya se han manifestado en
este sentido. No es la primera vez ni la última que se corteje a un partido en
los salones mientras en la calle se le acusa de ser poco menos que un comando hitleriano.
Movilización
Ayer, los partidarios de los dos candidatos hicieron sus
últimos esfuerzos por la movilización que será la clave de la victoria. Todos
especulan sobre el efecto Trump sobre estos comicios. Nadie sabe si animará a
los austriacos a dar el salto y mostrar toda la insatisfacción y sus ganas de
cambio votando a Hofer. O si reforzará a quienes ven en la derechización una
peligrosa tendencia siempre cargada de sombras del pasado y votara al frente de
continuidad que viene a presentarse como poco menos que «fuerzas
antifascistas».
Los medios internacionales han acudido como siempre en estos
casos a buscar historias de nazismo en Austria. Y algunos hablaban de «gran
alarma por la amenaza del nazismo». Esto no es una exageración. Es una mentira.
Lo demostró ayer la asistencia a la manifestación contra el nazismo frente al
Palacio Imperial de la Hofburg. Tuvo doscientos participantes, según los
organizadores y cien según la policía. Parte serían sin duda periodistas
extranjeros.
Las elecciones presidenciales habían sido en Austria de
guante blanco desde el final de la II Guerra Mundial. Y nadie podía esperar una
batalla de lodo como la habida. En parte ha hecho recordar la excepcional
campaña de Kurt Waldheim en 1986, cuyo caso era muy distinto, porque
él de hecho había intentado ocultar con mentiras su servicio como oficial en
una unidad militar notoria por sus crímenes de guerra en los Balcanes.
La actual campaña no tenía nada que ver porque ambos
candidatos son nacidos mucho más tarde y ninguno de los dos tiene un pasado del
que avergonzarse. Si exceptuamos quizás el fugaz paso de Van der Bellen por una
organización comunista en su juventud. Él es hoy un profesor jubilado, hijo de
refugiados llegados al Tirol durante la guerra, un izquierdista, ahora en su
vejez moderado y tranquilo, que ganó por 30.000 votos las elecciones de mayo
anuladas por defecto de forma. De haberse enfrentado a algún gris candidato
democristiano habría vencido probablemente con facilidad y nadie se acordaría
del presidente austriaco, cuyas competencias son representativas e
institucionales.
Como siempre en un enconamiento electoral, se vertió todo el
discurso que acusa de nazi al FPÖ contra Hofer, un ingeniero aeronáutico nacido
en 1971, vicepresidente del parlamento, y jamás conocido por ninguna actividad
relacionada con el nazismo. Pero una vez más el nazismo demostró ser un tema
imbatible para que el mundo adquiera interés por Austria y pronto estaban los
periódicos en toda Europa y Estados Unidos haciendo un retrato de Hofer como si
fuera poco menos que un veterano de las SS.
Partido de la protesta
El FPÖ que es un partido de derechas en el que convive el
elemento liberal en el terreno económico con el talante nacional y que
dependiendo en que región tiene más peso una línea o la otra. Lo que sucede es
que el FPÖ se ha convertido, tras tres legislaturas consecutivas de gran
coalición entre SPÖ y ÖVP, en el partido de la protesta contra el sistema y el
consenso socialdemócrata en Austria y la inmensa mayoría de la juventud siente
más simpatías por este partido que por cualquier otro incluidos unos Verdes tan
envejecidos como los socialistas.
NORBERT HOFER
CANDIDATO DERECHISTA
Ultraconservador pero nunca nazi
Perfil
El candidato del Partido Liberal (FPÖ) es ingeniero aeronáutico
y su pasión por la aviación estuvo a punto de costarle la vida. Se estrelló y
tiene un daño de paraplejía incompleta que le obliga al bastón. Supera la
minusvalía con vitalidad. Su rival le saca 30 años. Vicepresidente del
parlamento, Hofer es fiel escudero del jefe del partido, Hans Christian
Strache, mucho más duro que él y ya firme candidato a la cancillería con un FPÖ
ampliamente el más votado en los sondeos.
Si su rival es un intelectual urbano, él es hombre de
familia, apegado a la tierra, con cuatro hijos, católico, miembro de una
Burschenschaft, grupo estudiantil germánico, que es ultraconservador pero nunca
nazi. Y comparte, alude y alimenta el hastío de gran parte de la población
austriaca contra la corrección política y el arrogante intelectualismo vienés.
Que encaja con el movimiento que se registra en Europa y EE.UU. Y ha condenado
mil veces el nazismo y negado tener nada que ver con él.
ALEXANDER VAN DER BELLEN
CANDIDATO ECOLOGISTA
El candidato del centro
Perfil
Es un viejo profesor jubilado con cuya presidencia en
circunstancias del pasado nadie habría tenido problemas. Hijo de un ruso
protestante de origen holandés y una estonia que huyeron ante Stalin al III
Reich y se establecieron en Tirol después de nacer él en Viena en plena guerra
aun en 1944. Estudió en Innsbruck economía en los años del sesentaiochismo.
Doctorado, se fue a la universidad de Viena donde se jubiló como decano de
Economía. Tras el radicalismo de los sesenta, fue miembro del SPÖ y después
dirigió a los Verdes durante 20 años.
Su pasado y presente en los círculos intelectuales y
faranduleros de Viena no le ayudan. Sabe que muchos solo le votan por evitar a
su rival. Consciente de la derechización general, se presenta ahora como el
candidato del centro. Y hasta se ha puesto en campaña los trajes tradicionales
que la izquierda urbana detesta.
0 comment(s):
Post a comment
<< Home