EL PATIO TRASERO DEL MUNDO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes,
11.06.13
En los mercados de China, India y toda Asia está el futuro
de Alemania, sobreviva o no la Unión Europea, tal como la conocemos
BARACK Obama está volcado en la política exterior. Lo que
seguramente le apetece, a la vista del lodazal que tiene formado en su política
interior. Este presidente llegó a la Casa Blanca con unas premuras moralizantes
que entusiasmaron a una mayoría. Hoy sabemos que el máximo representante del
buenismo en la Tierra tiende más al abuso y a la trampa sectaria que su
antecesor. A éste no le habrían perdonado que en el plazo de pocas semanas le
denunciaran por un escándalo de espionaje a periodistas, el acoso con la
Hacienda Pública a rivales políticos, la ocultación en la muerte de un embajador
en Bengasi y una masiva violación de la privacidad en Internet. Obama
sobrevivirá. Aún con la reputación seriamente arañada. La agenda le es
propicia. En California ha tenido intensas jornadas de trabajo con el nuevo
presidente Xi Yinping. Han sido por lógica en la costa del Pacífico, ese océano
que se llamó el «Lago español» por nuestros navegantes y que es ya el mar del
nuevo siglo. Como el Mediterráneo en la antigüedad y el Atlántico en la era
moderna, el Pacífico es ya, ahora, el centro del mundo. Y quien esté lejos de
allí habrá de esforzarse por no ser olvidado. Obama y Xi han hablado de sus
intereses comunes como las dos potencias máximas del mundo. Y de sus
conflictos. Pero al final todo habrá girado en torno a Asia. El presidente Xi
llegaba de una gira por una Latinoamerica decididamente volcada al Pacífico.
Ahora es Obama el que parte de viaje. Va a Berlín. «Por fin, Europa en la
agenda», se dirán algunos. Pues no. Obama y Merkel hablarán sobre todo de Asia.
En Alemania acaba de estar el primer ministro de Pekín, Li Keqiang. Ha visitado
a su socio preferente en la UE. La visita no ha terminado bien por una cuestión
de aranceles. Pero no por culpa alemana sino de Bruselas. Alemania se prepara
desde hace años para los grandes mercados de este siglo. Que están en Asia. Con
China hay cada vez más intereses comunes. Entre ellos la gestión del inmenso
Estado renqueante, potencialmente inestable, pero clave suministrador de
materias primas para ambos, que es Rusia.
En los mercados de China, India y toda Asia está el futuro
de Alemania, sobreviva o no la Unión Europea, tal como la conocemos. En las
cumbres y los foros asiáticos se dirimen ahora los intereses de las dos grandes
potencias, EE.UU. y China, pero también de las emergentes. Allí se habla de Latinoamérica,
de África, de Australia, de petróleo siberiano e iraní, de seguridad y
armamento en el mar de China. Allí se habla de todo, menos de Europa. En la
prensa asiática las únicas referencias a Europa suele ser por Ronaldo, Messi o
Mourinho. O alguna curiosidad cultural sobre un lienzo renacentista descubierto
en Padua. Europa ya es un pequeño y ridículo apéndice de una inmensa masa
territorial cuya espalda siberiana está vacía y cuya panza concentra en Asia a
la mayoría de la población mundial. Nuestras cuitas internas resultan patéticas
no sólo en China con sus 1.360 millones e India con 1.270. Las pretensiones de
las minúsculas sociedades europeas de mantener sus privilegios en competencia
con el resto del mundo son grotescas. No hay proteccionismo que salve al patio
trasero del mundo. Sólo con la unidad, la disciplina y la eficacia podemos
impedir el quedar reducidos a un triste parque temático, sin relevancia y
después sin derechos. Incluso Europa unida quizás sea demasiado pequeña para
evitarlo. Imaginen el miserable futuro de un país medio como el nuestro. O peor
aun, imaginen el de un ridículo fragmento del mismo.
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