TSIPRAS ASUME EL CARGO DE PRIMER MINISTRO CON APOYO DE LA DERECHA NACIONALISTA
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Atenas
ABC Martes, 27.01.15
El líder radical pacta con la derecha antieuropea para poner
fin a la política de austeridad. La alianza contranatura en lo ideológico apunta
a que la negociación con la UE será inflexible
Sin Biblia y sin
corbata Tsipras juró su cargo sin Biblia y sin corbata. El nuevo primer
ministro ha dicho que no se pondrá esa prenda hasta que no logre una quita de
la deuda
Cumbre de la izquierda europea La breve celebración en Atenas atrajo a comunistas e izquierdistas de otros países, en particular italianos y españoles, para los que Tsipras es un «pionero»
Contra los oligarcas y Merkel Ni antes ni después de las elecciones ha habido por parte de Syriza ningún esfuerzo por buscar también causas propias en el origen de los males de Grecia
El dilema ahora Si
el nuevo Gobierno cumple sus promesas electorales, no recibirá el nuevo tramo
de 7.200 millones de la UE
Horas después de
consumarse con los resultados definitivos su gran victoria en las elecciones
del domingo, el líder del partido ultraizquierdista Syriza, Alexis Tsipras, ya
flamante nuevo presidente del Gobierno de Grecia, demostraba ayer lo necesitado
que va a estar de hacer constantes equilibrios. Por un lado, el primer
presidente de gobierno democrático europeo de la ultraizquierda pactaba una
coalición con un partido muy derechista, nacionalista y clerical. Por el otro
iba a brindar la victoria al monumento a 200 partisanos comunistas fusilados
por los ocupantes nazis en el barrio ateniense de Kesariani durante la Segunda
Guerra Mundial.

El líder de Syriza, Alexis Tsipras, jura como primer ministro de Grecia ante Karolos Papulias
EFE
Todo indica que
Tsipras va a tener que hacer muchos gestos ideológicos para compensar la
imposibilidad de acometer muchas de las medidas prometidas. Los dos escaños que
le han faltado para la mayoría absoluta de 151 los consiguió ya a primera hora
de la mañana. Pero de un socio cuya elección ha dejado consternados a muchos de
sus votantes: el pequeño partido derechista Griegos Independientes (ANEL) que
han logrado 13 escaños con el 4.75% de los votos.
En contra de las
previsiones que presentaban como socio lógico de Syriza a los centristas de «El
río» (To Potami) que sacó el 6.05% y 17 escaños, a las once de la mañana ya
tenía Tsipras el acuerdo hecho con Panos Kammenos. Éste anunció el acuerdo con
el objetivo de que «los griegos avancen unidos para recobrar la soberanía
nacional». Con Kammenos, el nuevo primer ministro tiene básicamente un aliado
para un frente monográfico contra la deuda, el memorándum y la troika. El líder
de ANEL, un declarado germanófobo, dijo que «no iremos jamás como mendigos a
Berlín». La alianza creada ayer no es un buen augurio para la flexibilidad en
unas hipotéticas negociaciones para la revisión de las condiciones y la deuda.
Todo hace pensar que
el pacto estaba previsto. Y se salda con un ministerio para el dirigente
derechista. Éste era un político del partido de Samarás de Nueva Democracia y
lideró una pequeña escisión derechista, contraria a todos los acuerdos del
rescate de la UE en el 2012. Su formación, de claro signo populista derechista,
solo tiene en común con Syriza esa furibunda posición antieuropea. Por lo demás
se distingue por posturas extremadamente clericales, homófobas y antisemitas.
Hay quienes lo sitúan directamente en la linde ideológica del partido nazi
Amanecer Dorado.
Más manejables
Ha causado mucha
sorpresa esta alianza aunque se ha acatado por las filas del partido vencedor
con disciplina. Se ha intentado explicar por parte de Syriza con las excesivas
exigencias de To Potami, el partido dirigido por el periodista Stavros
Theodorakis. Lo cierto es que las dificultades objetivas de acuerdo eran
considerables con To Potami, un partido liberal en lo económico y partidario de
una actitud conciliadora y cumplidora de los acuerdos con la UE.
En todo caso, los
analistas coinciden en que el partido elegido y su líder Kammenos, son mucho más
fácilmente manejables. Son un firme y leal compañero de furia antieuropea en la
dura batalla que se prevé en el conflicto con la UE y el FMI que se perfila y
en la lucha contra la austeridad. Y también sin duda útiles como buen pretexto
ante los seguidores de Syriza ante la falta de cumplimiento de las promesas
hechas en campaña. En este sentido, se considera que Tsipras está más cómodo
con este resultado que con una mayoría absoluta que lo enfrentara a él solo a
los inevitables incumplimientos de sus promesas que se producirán a no mucho
tardar. Como también hay adversarios de Syriza que preferían que este, de
ganar, lo hiciera con mayoría absoluta para que no pudiera esconderse tras
acuerdos de coalición en los conflictos que ya se anuncian.
Por la tarde, Tsipras
fue recibido ayer por el presidente Karolos Papulias para su nombramiento
constitucional. Antes había visitado al arzobispo de Atenas, Jerónimo, y le
había comunicado que no juraría sino que prometería de forma civil el cargo. Es
la primera vez que el arzobispo no asiste a la toma de
posesión. Ambos hablaron de cooperación leal. Durante toda la campaña
electoral, Tsipras ha evitado los antes habituales gestos en contra de la muy
poderosa Iglesia Ortodoxa griega cuyo papel está anclado en la Constitución y
que es el primer latifundista del país.
Retórica izquierdista
Todo lo hizo Alexis
Tsipras sin corbata. Porque, como dijo el sábado, no se pondrá esa prenda hasta
que haya logrado la quita de la deuda. Si es por las voces que llegan de
Alemania y del BCE a Atenas, el primer ministro tardará en ponerse esa prenda.
Aunque el tono en general es conciliador, todos coinciden en que se podrán
negociar diversos aspectos pero que Grecia ante todo tienen que cumplir sus
obligaciones. Que es exactamente lo que Tsipras ha prometido a su electorado no
hacer.
En la noche del
domingo Tsipras había anunciado la victoria del pueblo «sobre la oligarquía»
con un discurso lleno de retórica izquierdista que anunciaba una nueva era en
Europa en la que Grecia será el ejemplo. Su intervención y la propia
celebración frente a la Universidad en el centro de Atenas fue muy breve.
Aunque acudieron seguidores a festejar; no eran muchos y destacaba en todas
partes la presencia de comunistas e izquierdistas de otros países, especialmente
españoles e italianos.
Tsipras saludó desde
la tribuna a todos lo simpatizantes llegados de Europa para apoyar a Syriza y
todo su partido no deja de subrayar que se siente pionero de una amplia oleada
de partidos contra la austeridad, término en el que concentran todos los males
que consideran llegados desde Europa. Ni antes ni después de las elecciones ha
habido ningún esfuerzo en buscar también causas propias en el origen de los
males. La caricatura de que «oligarcas y Merkel», son culpables únicos de la
situación se mantiene inamovible también después de los comicios. Pero la
realidad se impone. En marzo tiene Grecia un pago pendiente de 2.400 millones y
otros en julio. No hay dinero en la caja y los impuestos que habían comenzado a
pagarse en estos pasados años han vuelto a caer ante la expectativa de que
ganara Syriza.
El alemán Elmar
Broek, el presidente del comité económico del Parlamento Europeo, advertía ayer
a Grecia que «ha hecho avances», que puede contar con buena fe pero tiene que
seguir con sus reformas estructurales. Señaló que sería un grave error que
Grecia pensara que puede chantajear a la Unión Europea. Grecia debe mirar a
aquellos países que van saliendo de la crisis como Irlanda y España y
perseverar en sus esfuerzos. Este mensaje era ayer característico del diálogo
de sordos que al menos públicamente mantienen Syriza y las autoridades europeas
desde hace meses.
Poco creíble
Unos dicen que
desmantelarán de inmediato las medidas de austeridad y exigirán con éxito una
quita de la deuda. Desde Europa se les dice que esos dos pasos son radicalmente
incompatibles con seguir recibiendo fondos que Grecia necesita
desesperadamente. Pero la otra parte no se da por enterada y da por hecho que
será el otro quien se retracte y
enmiende. Son ahora muchos los dilemas para el flamante ganador. Si cumple con
promesas electorales incumple el programa de reformas, no recibe el nuevo tramo
de 7.200 millones y puede verse con el erario vacío. Si recorta los impuestos
generales se queda sin unos ingresos fijos. Y si declara la guerra a «los
ricos» puede acelerar la fuga del dinero ya en marcha, disuadir nuevas
inversiones y ahuyentar a los turistas si incrementa las tasas en el sector,
uno de los pocos ingresos del país.
Después está la tan
cacareada renovación del Estado que pocos creen vayan a realizar unos
dirigentes comunistas y sindicalistas que componen la cúpula de Syriza, todos
ideológica y profesionalmente dependientes de un Estado hipertrofiado.
Frente a la actitud
triunfal de Syriza y su aliado, la ilusión del electorado que ha visto ganar a
su opción y el silencio de una derecha que se va a la oposición con un serio
revés y la resignación de no haber logrado hacerse escuchar con sus
advertencias, pocas voces griegas se alzan para responder a unas previsiones de
los nuevos gobernantes que ignoran muchas realidades. Entre otras, las claras
posturas que existen en el exterior.
Malos augurios
El sociólogo Michael
Kelpanides es uno de ellos. Que con mucha firmeza denuncia el proyecto de
Syriza como una catástrofe para la modernización de Grecia y su salida de la
crisis. Considera Kelpanides que con este aparato izquierdista se revierten
todos los avances hechos en transparencia y probidad dentro de la
administración. Y que aumentará de nuevo la corrupción, el nepotismo y todos
los males ancestrales del Estado griego contra los que se ha luchado en los
últimos años.
Según Kelpanides,
como en el terreno económico van a ir da una frustración a otra, van a tener
que desempolvar toda su artillería retórica marxista y sus parafernalia
ideólogica para entretener y compensar a la clientela decepcionada. Así,
señala, van a poder hacer mucho daño, al tiempo que se estanca y pudre la
economía y el clima social. La realidad vendrá a ver muy pronto al Gobierno de
Tsipras.
0 comment(s):
Post a comment
<< Home