LAS MUCHAS TRINCHERAS DEL PRESIDENTE OBAMA
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 28.03.15
Washington se ha metido en una maraña de lealtades y
alianzas muchas veces contradictorias
La guerra abierta con
una cadena de victorias de los rebeldes hutíes llevó al presidente Abdrabo
Manzur Hadi a huir, primero de la capital Saná a su ciudad natal, Aden, y
después a la capital de su protectora Arabia Saudí. Desde allí se dirigía ayer
hacia Egipto donde se reúne la Liga Árabe en un intento, quien sabe si el
último, de salvar su régimen. Parece claro que Arabia Saudí y la alianza suní
que dirige están dispuestos a casi todo para impedir que los rebeldes consumen
su victoria final y otorguen así un nuevo éxito a la potencia rival en la
región, Irán. Mejor dicho, a su mortal enemigo. Ayer aviones de la alianza suní
volvieron a bombardear posiciones de los rebeldes cerca de Saná. La tensión se
ha disparado y los rebeldes hutíes, una minoría yemení de una secta chií, se
han convertido en una fuerza que puede acabar con un Yemen aliado con EE.UU. y
Arabia Saudí. El reino árabe se sentiría así aun más amenazado tras los éxitos
de Irán en Irak, donde ya actúa como potencia protectora. Arabia Saudí,
principal comprador de armas del mundo, está en alarma por el fortalecimiento
persa.
Washington se ha
metido en una maraña de lealtades y alianzas muchas veces contradictorias. En
Yemen, EE.UU. apoya esa coalición suní encabezada por Arabia Saudí contra los
aliados de Irán. Pero no lejos de allí, en Irak y ya también en Siria, EE.UU.
coopera con Irán en la guerra contra el Estado Islámico. Y en los despachos
negociadores, la Casa Blanca está lanzada a lograr un acuerdo nuclear con Irán
que a muchos se antoja una luna de miel bastante forzada por el presidente
Barack Obama. Y con muchos riesgos. En estos días se podrían dar ya los pasos
en el levantamiento de las primeras sanciones que sufre Irán en parte desde
hace décadas. Aunque ya hay voces que temen que Yemen pueda acabar afectando a
este objetivo de máxima prioridad de Obama. Los intereses geoestratégicos de
EE.UU., han cambiado profundamente en este pasado lustro en el que las nuevas
técnicas extractivas de crudo han hecho a los norteamericanos prácticamente
autosuficientes. Arabia Saudí ha dejado de ser imprescindible. Así, el retorno
de Irán a la comunidad internacional, de la que ha estado aislada desde su
revolución islámica hace 35 años, es un objetivo deseado por todos los países
desarrollados, ansiosos por aquel mercado. Claro está que Teherán sigue
promoviendo el terrorismo como sus enemigos.
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