EL MAGNATE, MALHERIDO
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 06.08.16
Donald es un peligro por su carácter y por lo que ignora.
Pero Hillary es un peligro por su carácter, por su muy cuestionable trayectoria
y por lo que oculta
A Donald Trump nadie le
creía capaz de nada de lo que ha hecho en su electrizante trayectoria política
de apenas un año. Luego es prematuro y aventurado darle por muerto. Quedan tres
meses terribles de campaña electoral y con la personalidad de Trump y el pasado
de Hillary Clinton nadie puede descartar grandes sorpresas. Pero lo cierto es
que los errores masivos del candidato republicano y el
empuje que dio a Clinton la Convención Demócrata han dado una ventaja a la
candidata que podría ser irreversible.
El candidato Trump
está malherido. En la dirección del Partido Republicano hay inquietud e
incomodidad, aunque las deserciones no son como las presentan los medios
norteamericanos, volcados como los de Europa en una cruzada anti-Trump en la
que todo está permitido. A la que no bastan las obvias debilidades reales del
candidato y sus regalos al enemigo, como fue entrar en polémica con los padres
del soldado caído condecorado y musulmán. Quien debate con un héroe, en una
sociedad que aún cree en ellos, pierde siempre. Incluso frente a Clinton, que,
con Obama, ha hecho tanto daño al poder y prestigio de EE.UU. en el exterior.
Trump falla siempre en la expresión de compasión y empatía. Mientras que su
rival es experta en simular ambas y en toda impostura sentimental. La
incontinencia verbal le lleva a él a decir siempre lo que opina. Mientras que
Clinton jamás dice más que lo que quiere que oigan los demás.
Quienes ya han perdido son desde luego el periodismo, cuyo
maniqueísmo ha alcanzado niveles grotescos de parcialidad y manipulación, y la
unidad de la sociedad norteamericana que Obama había fracturado y hoy se halla
irremisiblemente polarizada. Nadie puede dudar de que Clinton conoce como nadie
Washington. Y Trump lo desconoce tanto como para especular en voz alta sobre el
uso de armas nucleares. Donald es un peligro por su carácter y por lo que
ignora. Pero Hillary es un peligro por su carácter, por su muy cuestionable
trayectoria y por lo que oculta.
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