DISPARATES DIPLOMÁTICOS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 30.09.17
Los defensores de Obama en el Departamento de Estado han
impedido cerrar la embajada
El Departamento de Estado ha reducido a la mitad su personal
en la embajada en Cuba. La causa son unos misteriosos ataques que han hecho
enfermar a una veintena de miembros del mismo. Sufren fuertes dolores de
cabeza, trastornos auditivos y visuales, mareos, pérdida de equilibrio,
somnolencia y vértigo. Se parte de que se trata de un ataque con algún tipo de
ondas. En el Departamento de Estado sugieren que el agresor podría no ser el
régimen cubano, sino otro país, quizás Rusia. Dicen creer al ministro de
Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, que hace días aseguraba en persona al
secretario de Estado, Rex Tillerson, su interés en identificar y neutralizar el
ataque. Otros recuerdan que el Departamento de Estado está cuajado de
defensores de la política de Barack Obama de acercamiento incondicional a La
Habana. A los que costaría mucho reconocer que dicho acercamiento, inútil
cuando no contraproducente en el campo del respeto a los derechos humanos en la
isla, pone además en peligro a personal norteamericano.
Lo cierto es que estos han logrado evitar que Rex Tillerson
cerrara la embajada, como al parecer era su intención días antes. Como también
han impedido que se obligara a Cuba a reducir su personal en Washington en la
misma proporción. Esto ha sido protestado por el senador Marc Rubio. Como otros
muchos, considera que desde que Obama restableció las relaciones con el régimen
comunista para mayor gloria propia, EE.UU. hace casi tanto el ridículo en sus
relaciones con Cuba como la UE. Todos los beneficios de las nuevas relaciones
son ingresos para la cúpula del régimen, mientras la represión política ha aumentado.
Por miedo al «contagio» del turismo «yanqui» y prevención de posibles efectos.
Además, como la UE, Washington ha caído en la grotesca
contradicción de pretender una política de dureza contra la dictadura de
Venezuela por su criminal represión mientras trata con inmerecida benevolencia
a Cuba, amo y señor de la mafia comunista narcotraficante que gobierna en
Caracas. Quizás Trump caiga en la cuenta de este disparate.
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