MERCANCÍAS AVERIADAS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
10.12.17
Réquiem por la socialdemocracia transversal
A Pedro Sánchez le gusta hablar del retorno triunfal de la
socialdemocracia tanto como a Martin Schulz. Ambos son involuntariamente
graciosos. Pero tienen los líderes del PSOE y el SPD más cosas en común. Schulz
vino a España a ayudar a Sánchez a darse el peor revolcón electoral de la
historia de su partido, Sánchez saludó a Schulz como «nuevo canciller alemán»
días antes de que este le imitara en su naufragio total. Ambos batieron los
peores resultados de sus respectivos partidos.
La prueba de que Alemania ya no es lo que era cuando los
trenes eran puntuales, no había mendigos y se dejaban las puertas abiertas en
el campo y en la ciudad, es que Schulz no ha desaparecido del mapa tras su
devastador fracaso. Alemania se ha europeizado tanto que aquello ya parece
España. Y Schulz, que ha sufrido una derrota humillante, ya actúa otra vez como
una joven promesa imbatida e imbatible. Con genio y figura y repartiendo el
daño y la culpa entre todos los demás. Como un editor que arruina por sistema a
todos pero se proclama insustituible.
Lo cierto es que el negocio de Schulz y de Sánchez está
quebrado. Y lo único que pueden conseguir ambos es un salvavidas para
mantenerse. Su negocio está quebrado y no solo porque lo que ofrecen ellos lo
venden otros más barato. También porque lo que venden ellos peor que sus
competidores es ya mercancía averiada. Schulz no tiene absolutamente nada que
ofrecer que la socialdemócrata Angela Merkel no tenga en su catálogo en
permanente expansión. Pero Merkel está como está, en el triste final de una
memorable trayectoria política, sea ahora, en dos años o al final de una
agónica legislatura. Capaz de aceptar cualquier apaño para prolongar su
presencia aun a costa de regalar valioso espacio y electorado a su enemigo
mortal, el partido AfD. Al que ella tacha de nazi, pero que es en realidad
fantasma o reencarnación de la derecha política que ella ha vaciado y
destruido.
Sánchez por su parte tiene que anunciar que reanuda la
Batalla del Ebro, humilla al generalato nacional y saca a Franco del Valle de
los Caídos para tener algunas ofertas que crea a salvo de la rapacidad
emuladora de la socialdemocracia de Mariano Rajoy. Y yo que él no me fiaría
mucho. El PP de Rajoy es capaz de hacerle un homenaje a la checa de Fomento por
no verse lejos del pastel.
El problema que tienen los quebrados es que no queda nadie
solvente en su entorno. Fueron todos tan diligentes en su socialdemocratización
que ahora que la socialdemocracia muere, asfixiada en el lodo de sus sofismas e
hipocresías, todo lo que ven queda fuera de su sistema. Por un lado tienen la
vía totalitaria de los comunistas. A la que muchos no hicieron ascos. Y por el
otro –¡horror y pavor!– una derecha real. ¡Qué espanto! ¡Eso sería como Trump!
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