EL AGENTE ZAPATERO Y LA TORTURA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 14.08.18
Hay alarmantes lazos entre España y la criminal dictadura de
Maduro
LLEGAN terribles nuevas procedentes de Venezuela que nos
afectan gravemente a los españoles. Ya no se puede mirar en España hacia otro
lado como tantos han hecho tanto tiempo. Son noticias que dicen también mucho
sobre lo que pasa en España donde gobierna hoy un hombre, Pedro Sánchez, cuyo
principal apoyo político y parlamentario es una franquicia del régimen criminal
comunista que ha destruido aquel país hasta unos límites inimaginables.
Venezuela sufre sin cesar un dolor de espanto por miedo, violencia, hambre,
tortura y privaciones sin fin. Un dolor que no se habría dado en estas
dimensiones y con semejante brutalidad sin la implicación de asesores
comunistas españoles durante la construcción de la dictadura y sin la increíble
pero ya muy constatada implicación como estrecho colaborador de Maduro, el
criminal que preside aquel régimen, de un expresidente del gobierno de España.
Se trata del socialista Rodríguez Zapatero, cuya influencia en el gobierno de
Sánchez también es muy grande. Zapatero es hoy asesor común de Maduro y de
nuestro jefe de Gobierno. Y Sánchez está bajo la influencia combinada del
asesor de Maduro y de Podemos que debe su existencia y obediencia a aquella
dictadura. Ante estos datos, quizás debieran alarmarse un poco más los
españoles.
La humillación como forma para destruir al individuo,
quebrar a la persona, su voluntad, su autoestima, es tan vieja como el poder y
la tiranía. En tiempos modernos todas las dictaduras lo han hecho, aunque los
nazis y los comunistas, esos dos gemelos del diablo, son los más afamados
especialistas. Los nazis en el poder no existen desde 1945, los comunistas sí y
son como siempre maestros de humillación y tortura. El SEBIN, la policía
política de la dictadura de Maduro, distribuyó hace tres días unas imágenes del
diputado Juan Requesens, detenido en flagrante violación de su inmunidad
parlamentaria. En ellas aparece en unos calzoncillos manchados por lo que
parecen excrementos y con síntomas de haber sido drogado. Requesens fue
detenido ilegalmente en la redada montada por el régimen tras el supuesto
atentado contra Maduro el 4 de agosto. El partido de Requesens ha denunciado
que, además de drogado, fue amenazado con la ejecución de su familia y la
violación de su hermana.
Pues aquí, en lo más turbio y sórdido de las sentinas
violentas de un régimen comunista criminal y narcotraficante aparece Zapatero.
Porque un compañero de partido del torturado Requesens, Julio Borges, ha
acusado al expresidente del Gobierno español de amenazarle con la cárcel si no
se plegaba a la voluntad del dictador Maduro. Zapatero llegó hace más de dos
años a Venezuela pretendiendo ser un mediador. Pronto la oposición le acusó de
ser un agente más de la dictadura de Maduro, que por grandes cantidades de
dinero nunca especificadas, defiende al régimen y maniobra para levantar
sanciones internacionales a los criminales de la cúpula. Zapatero es el único
líder europeo con la impudicia de defender a la narcodictadura. Su mediación se
resume en el balance de Felipe González: Ha logrado «multiplicar por seis la
cifra de presos políticos». Zapatero dijo el domingo que la acusación de Borges
era «una burda calumnia». Pero no son las primeras de este tipo contra él. Hace
tiempo presos políticos denunciaron visitas de Zapatero para hacer exigencias
que favorecían a la dictadura. Convendría que en España se abra un debate sobre
lo que Zapatero hace en Venezuela. Que el socialista Zapatero, considerado
agente de un dictador comunista y narcotraficante que tortura a diputados de su
parlamento, sea asesor de Sánchez e ídolo de su Gobierno, dice mucho de lo
peligrosamente que vivimos los españoles últimamente.
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