The Unending Gift

sábado, agosto 31, 2013

YA NADA SERÁ IGUAL

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 31.08.13

El efecto potencial del castigo por el uso de armas químicas se ha difuminado. Y volverán a utilizarse

Hay un antes y un después del voto del Parlamento de Westminster negando al primer ministro David Camerón y a los Estados Unidos de América su apoyo a una intervención armada en Siria. Nadie debiera dudarlo. La « relación especial » entre Londres y Washington, principal eje de la Alianza Atlántica durante más de medio siglo ha dejado de existir. No de otra forma puede interpretarse que el Parlamento británico adopte la posición alemana respecto a la intervención en Siria y el presidente americano tenga que buscar en París y Ankara, en Hollande y Erdogán lo que se le niega en Londres.

Han sido muchos los factores que han llevado a esta votación de 285 en contra frente a 272 a favor, con 30 diputados conservadores negando su apoyo a la acción militar solicitada por Cameron. Por un lado, el compromiso incondicional de los años de Tony Blair dispararon en la sociedad británica el resentimiento y la percepción del Reino Unido como «el caniche de Washington» desde 2001. Y con él, el antiamericanismo que siempre existió en la izquierda. Pero además, ha llegado finalmente a la capital británica el recelo habitual en otras capitales europeas hacia un liderazgo avasallador como el de Bush o la falta de liderazgo de Obama, quien no parece creerse sus propias propuestas y soluciones. Lo cierto es que el Reino Unido ha tomado una decisión profundamente europea que va a abrir un serio debate en Londres.

Evidente es el tremendo fracaso del presidente Barack Obama para articular una alianza en torno a una iniciativa propia. La falta de decisión de Washington ha llevado a dudar a aliados absolutamente incondicionales del ataque en la propia región. Pase lo que pase, el efecto potencial del castigo disuasorio por el uso de las armas químicas se ha difuminado. Y volverán a utilizarse.

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