The Unending Gift

viernes, septiembre 20, 2013

Elecciones Alemania 2013: MERKEL TEME QUE SE DIVIDA EL VOTO CONSERVADOR

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 20.09.13


La canciller recela de quedar en una posición débil si parte de los votantes de derechas intentan salvar a los liberales o aupar a los «antieuro»

Nervios de última hora. La canciller Angela Merkel ha escrito una carta a los votantes. Que les llega dos días antes de las elecciones. Les pide a todos que, si son electores de la CDU, lo sean del todo, es decir que voten tanto la lista del partido como la lista del voto directo. Es el sistema mixto alemán que permitiría a los votantes votar en las dos listas distintas. En la carta, Merkel no cita para nada al partido liberal(FDP) ni a la coalición de Gobierno y pide ambos votos para conseguir un mandato fuerte para ella y la CDU. Se ve que las elecciones de Baviera han tenido un efecto muy desasosegante en la CDU. Paradójicamente, pensarán algunos, porque el partido hermano de la CDU, la CSU bávara, arrasó en las urnas y reconquistó su mayoría absoluta. Así es, pero el partido liberal, socio de Merkel, no alcanzó el 5 por ciento y desapareció del Parlamento bávaro. Y esto crea una situación peligrosa en varios sentidos. Por un lado, puede ser que el partido liberal no consiga el 5 por ciento de los votos y no esté en el nuevo Parlamento con lo que queda descartado como socio de gobierno. Si así fuera a Merkel sólo le quedaría la gran coalición con un SPD (socialistas) crecido como socio único posible.

El recuerdo de Baja Sajonia

Pero hay un escenario peor. Sería que gran parte del electorado de la CDU divida su voto por miedo a que no entre el FDP. Y que algunos incluso voten liberales en las dos listas. Y que así entre en el parlamento el FDP pero baje tanto la CDU que no haya mayoría aritmética para esa coalición. Eso le sucedió en la Baja Sajonia con el resultado de que perdieron el Gobierno. Merkel se hallaría en una situación de extrema debilidad ante su único socio posible que sería el SPD.
Además, por primera vez se ha publicado una encuesta que da entrada al parlamento al partido antieuro «Alternative für Deutschland» (Alternativa por Alemania, AfD). Es improbable que así sea, pero de entrar este partido se multiplican los problemas para la canciller. En los últimos días el AfD hace campaña no solo contra el euro sino también con temas propios de la derecha que la CDU ha abandonado con su política extremadamente centrista. Como también la CSU bávara se ha centrado mucho, en la CDU se teme que ya no vaya a jugar el papel de defensor de sus opiniones para el electorado más conservador. Y que este voto pueda acabar en manos del partido antieuropeísta. El desaguisado político sería mayúsculo. Y no sólo para Merkel sino para todos los socios de Alemania.

Alianza roja

Otra incógnita, no menos intranquilizadora, se plantea para el caso de que finalmente haya una mayoría aritmética que permita una alianza del SPD y los Verdes con ayuda de la extrema izquierda de «Die Linke». El candidato Peer Steinbrück ha rechazado categóricamente toda posibilidad de alianza con los comunistas. Y todos confían en la palabra de Steinbrück. Pero hay quienes dudan de que, con una mayoría aritmética para gobernar, el líder del partido Sigmar Gabriel, resistiera a la tentación de pactar esa mayoría de gobierno, aun en contra de la opinión de su propio candidato.
Una alianza roja-verde-roja, sería de hecho un espanto dentro y fuera de las fronteras alemanas. Y el propio Gabriel lo dijo ayer. No todo el mundo se fía de él. Pero hay quienes no lo descartan.
El desastre de los Verdes parece consumarse. Primero fue el terrorífico error de cálculo de creer que sus electores potenciales se iban a entusiasmar con una subida de impuestos. Y después ha sido su pasado lejano de los años de la transgresión total del sesentaiochismo.
Los textos, las iniciativas y las prácticas a favor del amor libre o sexo total y promiscuo, con pedofilia incluida, pesan ahora como una losa sobre los dirigentes del partido. Ahora no son ya aquellas adhesiones a revoluciones o acciones violentas muchas veces muy cercanas al terrorismo que se podían disculpar o tachar de errores de entonces. Ahora se trata de unas prácticas que toda la sociedad considera profundamente repugnantes y que nadie duda ya tendrán un efecto sobre el resultado electoral de los Verdes.
Así las cosas y sin que la canciller Merkel pierda ni por un instante su condición de favorita y más que probable sucesora de sí misma en la cancillería, los nervios han aflorado en la CDU y muchos lamentan ahora una confianza excesiva en los primeros pasos de precampaña y campaña.


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