MUCHO RUIDO, POCAS NUECES
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 28.06.14
Juncker no debiera tener problemas para conseguir los 376
votos de un total de 751 del Parlamento Europeo
El primer ministro
británico, David Cameron, ha sido el gran perdedor. Y parece haber unanimidad
en que se lo ha ganado a pulso, no ya por una oposición explicable al candidato
a la presidencia de la Unión Europea. Sino por la torpeza que una vez más ha
mostrado el líder conservador británico en estas lides europeas. El perdedor
está claro, pero vencedor no ha sido nadie en este calamitoso proceso de elección
del presidente de la Comisión Europea que concluyó ayer con la nominación del
luxemburgués Jean Claude Juncker.
El candidato del PPE
ha sido finalmente el elegido en el Consejo Europeo cumpliéndose lo prometido
antes de las elecciones: que por primera vez, el presidente de la Comisión
sería el más votado en el Parlamento Europeo resultante de las elecciones del
pasado 25 de mayo. Que casi todos se arrepintieron de aquella promesa parece
evidente. Que los candidatos de los dos grupos mayores, que eran Jean Claude
Juncker y el alemán Martin Schulz, eran todo menos una apuesta ilusionante para una nueva etapa, es evidente. Como también es evidente que cuando Angela
Merkel no puede solucionar un embrollo entre los 28, todo amenaza con bloquearse
y colapsar.
El Consejo Europeo de
jefes de Estado y de gobierno tenía que resolver este lío. Y no tenía más
remedio que cumplir la promesa e imponer al candidato del grupo parlamentario
vencedor. Por mucho que molestara a muchos y no sólo a Cameron y al húngaro Viktor
Orban que han sido los dos únicos que han votado en contra. Con 26 a 2 se
cumple la no inacción. Y en el Parlamento, con los votos del PPE y los
anunciados del grupo socialista, Juncker no debiera tener problemas para
conseguir los 376 votos de un total de 751. Un incumplimiento de la promesa
habría aumentado la irritación. Las elecciones del 25 de mayo han mostrado ese
enfado con el creciente voto a grupos antieuropeístas, aún no capaces pero con
mucha vocación de hacer descarrilar el proceso.
Que Juncker, un
consumado gladiador en la arena europea, con todos los malos hábitos y buenas
mañas del político bregado, es todo lo contrario del dirigente con carisma que
pudiera ofrecer alguna idea para la salida de la profunda crisis de desarrollo
e identidad en que se haya la unión. Los estados nación no quieren a nadie que
amenace con tener ideas ahora que el Parlamento Europeo puede dar más sorpresas
de las que algunos quieren. Al final por tanto, tras semanas de zozobra,
tampoco ha pasado nada. Mucho ruido, pocas nueces, por darle un mensaje
shakesperiano de consuelo a Cameron, que quiere hacerse celebrar como héroe
resistente, pero que ha fallado mucho con la épica. Juncker será poca cosa más
que otro Durao Barroso.
La firma del acuerdo
de asociación con Ucrania, la causa de la guerra, invasión y anexión de Crimea
a Rusia ha sido el capítulo más sólido de la sesión. Porque reafirma la
soberanía ucraniana para este acuerdo que Moscú le quería negar. Y advierte al
presidente Putin que tiene que frenar a sus agentes que arman y dirigen a los
rebeldes en Ucrania oriental. Le han dicho a Moscu que tiene que haber
novedades para el lunes. Una contundente señal.
0 comment(s):
Post a comment
<< Home