EL REFERÉNDUM SOBRE EUROPA ANGUSTIA Y POLARIZA A LA SOCIEDAD GRIEGA
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Atenas
ABC Sábado, 04.07.15
Entre el «sí» y el «no» a la UE
En un último alarde de populismo, el primer ministro, Alexis
Tsipras, pidió ayer «el “no” de la Grecia de la dignidad contra la Europa de la
dominación»
Deuda de 150.000 millones El Fondo de Rescate Europeo
certificó que Grecia ha quebrado; por ahora no pedirá la devolución de cerca de
150.000 millones, pero podrá hacerlo en el futuro
Polarizados, confundidos y profundamente angustiados se
enfrentan mañana los griegos al voto más decisivo de sus vidas. La división
lograda por el primer ministro Alexis Tsipras con su decisión de convocar un
referéndum para mañana sobre la aceptación o no de los planes de los acreedores
se hizo ayer patente con las dos manifestaciones de signo opuesto que se
celebraron en el centro de Atenas y de forma simultánea. Llega este final
agónico de una semana terrible para la población con los bancos cerrados, los
griegos en colas interminables ante los cajeros para sacar un máximo de 60
euros, los jubilados en pánico, el impago al FMI y la confirmación oficial por
parte del Fondo de Rescate Europeo de que Grecia ha quebrado, aunque no le
pedirá «de inmediato» los 150.000 millones que le debe. La incertidumbre es
absoluta y nadie sabe realmente qué sucederá el lunes, cualquiera que sea el
resultado que surja de las urnas.
REUTERS
Manifestación a favor del «sí»
Marcha a favor del «no» en Atenas
Unos dicen que el «no» traerá una solución inmediata. Para
otros ese «no» supondrá el suicidio y la salida del euro. Para unos el «sí» es
el comienzo de una relación razonable con Europa que Tsipras ha destruido. Para
otros sería el infierno de entregar un cheque en blanco a una cruel e
implacable troika que se ensaña con los griegos más débiles y solo piensa en
robarle dinero y libertad a Grecia.
En la Plaza Sintagma, el primer ministro hizo ayer un último
gran alarde de su capacidad oratoria y su indiscutible maestría populista para
enardecer a una gran multitud con su demanda de «un “no” de la Grecia de la
dignidad y la democracia contra la Europa de la dominación». El primer ministro
sabe que ya está en juego también su propio futuro político. Que el frente
gubernamental ha mostrado sus primeras fisuras y que miembros de su Gobierno,
entre ellos su ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, ha anunciado que dimitirá
si gana el «sí» y pierde la opción gubernamental. Desde dentro y fuera de
Grecia surgen voces que anuncian, para el caso del «sí», rápidas iniciativas
para pedir elecciones generales inmediatas y acabar con el gobierno de quien
consideran culpable de la peor crisis de Grecia desde la Segunda Guerra
Mundial.
Las afirmaciones del primer ministro y de Varufakis de que
ya tenían prácticamente apalabrados los acuerdos en Europa y solo necesitaban
ese voto negativo han sido bruscamente desmentidos tanto por el presidente de
la Comisión, Jean-Claude Juncker como por el presidente del Parlamento Europeo,
Martin Schulz que las han tachado de «invenciones».
Como enemigos
Syriza había convocado a ese último mitin por el «no» para
acabar con «el chantaje y la imposición» de los organismos internacionales, de
la Unión Europea y los acreedores. Pidió Tsipras el Oxi (No) para poder acudir
con fuerza a Bruselas para imponer un acuerdo a sus socios europeos. A los que
cada vez más abiertamente trata Syriza como enemigos. Así ha tratado también a
los partidos de la oposición tachados de agentes de las fuerzas extranjeras y
hostiles a la dignidad del pueblo griego. Estos habían convocado a su propio
mitin no lejos de allí, en el viejo estadio olímpico. Y acudieron en similar
número, con lo que cimentaban la impresión de que los dos campos están de hecho
muy igualados como indican unos sondeos que dan un empate técnico entre el «sí»
y el «no».
Los partidarios del «sí» advertían ayer contra la catástrofe
histórica que supondría el triunfo del «no» que muchos ven como la salida
definitiva del euro. Y la caída de Grecia en una peligrosa deriva fuera de la
disciplina y el paraguas de la instituciones europeas. En una negra noche en la
que se podrían convertir en realidad los planes totalitarios que muchos
adivinan en la extrema izquierda de Syriza. Como también en las otras fuerzas
que han apoyado este referéndum que han sido el ultraderechista socio
gubernamental «Anel» y los neonazis de Amanecer Dorado. La situación está muy
igualada y nadie se atreve a hacer ningún vaticinio. Todas las fuerzas y
personalidades democráticas no extremistas se han manifestado en favor del «sí»
con inmensa vehemencia. Pero nadie sabe entre ellos si será suficiente dado el
inmenso agotamiento de gran parte de la población tras cinco años que
consideran una permanente humillación. El resentimiento, el victimismo y el nacionalismo
son los tres ingredientes del populismo manejado por la extrema izquierda de
Tsipras con maestría. Por supuesto con la ayuda de errores por parte europea y
del desprestigio profundo de las fuerzas tradicionales griegas.
Saqueos en supermercados
El voto de mañana puede desde luego acelerar el drama. Es
más difícil que acelere soluciones. En todo caso la situación generada estos
días no puede prolongarse mucho porque existe ya el peligro de fricciones
cuando no enfrentamientos civiles. Ya se han producido saqueos en algún
supermercado. Ha habido enfrentamientos con la policía y numerosos robos
denunciados. Cuando acudan mañana a los colegios electorales los menos
recordarán haber votado en 1974 cuando se voto la abolición de la monarquía.
Pero la permanencia o salida de la zona del euro por parte de Grecia que es al
final lo que se dirime en la consulta de mañana es incomparablemente más grave
y dramática que aquel cambio de forma de Estado y su jefatura.
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