ORBAN DESAFÍA A BRUSELAS
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Budapest
ABC Domingo, 02.10.16
El primer ministro húngaro asegura que más de un 40 por
ciento de participación daría validez política a la consulta
Unos ocho millones de húngaros están hoy llamados a las
urnas para decidir si aceptarían o no la asignación por parte de la Unión
Europea de cuotas de refugiados. El resultado está ya claro. El rechazo a la
llegada de refugiados en cualquier circunstancia es masivo. La única duda que
ayer se mantenía era si la participación superará o no la barrera del 50% que
valida el referéndum. Esta consulta es una movilización política del Gobierno
húngaro en favor de su propia cohesión y su hegemonía en la sociedad húngara,
además de un pulso político e ideológico a una Unión Europea dominada por la
política de Angela Merkel de aceptar a los refugiados y minimizar las
dificultades y los problemas resultantes.
EFE
Orban, durante una visita a la valla levantada en la
frontera entre Bulgaria y Turquía
El primer ministro, Viktor Orban, se ha convertido en el
líder del bloque opositor a la política de Merkel y los países occidentales en
materia de refugiados. No solo los gobiernos de países del este integrados en
el grupo de Visegrado, la propia Hungría, Polonia, Eslovaquia y Chequia, también
fuerzas políticas emergentes en muchos países de la UE muestran una creciente
oposición a la inmigración en Europa. El Gobierno húngaro es muy consciente de
que está lanzando también una señal a un año 2017 repleto de citas electorales,
incluidas las presidenciales francesas y las federales alemanas. El Gobierno
húngaro lanza por tanto un pulso a lo que llama «la hegemonía de la izquierda
liberal europea» –en la que incluye democristianos y socialdemócratas– que
según Budapest pone en peligro los propios cimientos de la sociedad libre y de
la identidad europea. Las campañas que en este sentido y contra la inmigración
musulmana ha orquestado el Gobierno húngaro han sido tachadas por esa izquierda
europea y por muchas ONG como xenófoba y racista.
Contra la corrección política
El Gobierno de Orban niega tal extremo y atribuye estas
acusaciones a los lobbies izquierdistas y liberales que dominan la política de
Bruselas y a los que considera culpables de la mayor parte de los problemas de
Europa, entre otros de la ceguera ante los problemas que genera la corrección
política. Respeto al resultado ya ha dicho que uno similar de votantes al que
aprobó el ingreso en la UE o la OTAN, entre el 40 y el 50% tiene plena validez
si no jurídica, sí política para lo que se propone. Que no es otra cosa que
exigir que cuestiones capitales para el futuro de los estados nacionales las
decidan estos y no la UE. Húngaros entrevistados por medios occidentales
mostraban al mismo tiempo su rechazo a toda inmigración y especialmente a la
musulmana, pero también escaso interés por acudir a las urnas para algo que
creen resuelto. Una de las respuestas más repetidas era que está claro que los
refugiados no quieren venir a Hungría. «Todos quieren ir a Alemania». Y no solo
Hungría ve con espanto la pretensión de que se instalen una cuotas que
automáticamente repartan a todos los refugiados que van llegando a Europa y así
se modifique la composición demográfica y se generen los problemas que aquejan
a países europeos occidentales con sus grandes comunidades de inmigrantes.
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