EL PARTIDO DE LA LIBERTAD (FPÖ), DE HOFER, SE PREPARA PARA LA CANCILLERÍA
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Viena
ABC Martes, 06.12.16
«Austria ha salvado al mundo», citaba ayer el diario «Die
Presse» la ironía del diplomático austriaco Wolfgang Petritsch, que reflejaba
lo involuntariamente cómicos que eran los titulares de la prensa internacional
sobre el resultado de las elecciones. Esas campanudas frases sobre el «triunfo
histórico» de «las fuerzas del bien» sobre el «populismo». O la valiente
victoria de la democracia y Europa sobre el «nuevo nazismo». Como si bravos
demócratas austriacos hubieran derrotado solitos al perverso populismo
ultraderechista europeo o hasta mundial, si se incluye a Trump en el bando de
los malos.
Pero la realidad nunca es tan simple como esa necia
caricatura de las Termópilas alpinas que han repetido los medios occidentales.
Porque en Austria todos saben que con Hofer no ganaba ningún nazismo, sino una
derecha dura, rural, a veces zafia, pero democrática, que ya ha gobernado en
Viena en alianza con los socialistas y con los conservadores. Y gobierna con
ellos en diversos estados federados. Que acata resultados y defiende el Estado
de Derecho y la Constitución austriaca. Pero era imposible evitar esos
titulares que tanto venden y que tanto se esforzaron los partidarios de Van der
Bellen de fomentar dentro y fuera del país. Para movilizar la masiva presión de
toda Europa y el chantaje mediático indisimulado de Alemania, principal cliente
turístico.
Divorcio
Pues han logrado entre todos contra uno que Hofer no sea el
presidente, pero logre un 47% de los votos. En la primera vuelta Hofer sacó el
37% y Van der Bellen un 21%. El 47% del voto a Hofer es un voto casi puro del
FPÖ. Mientras el 52,6% que votó al presidente electo tiene siete padres a los
que volverá en las generales. Que serán pronto porque SPÖ y ÖVP, que gobiernan
juntos desde hace tres legislaturas, se divorcian. Porque juntos se hunden.
Y ambos quieren gobernar con el FPÖ. Que será el partido más
votado con diferencia. Así, el inmenso frente de la corrección política y
consenso socialdemócrata con Merkel de adalid habrá logrado evitar que el FPÖ
se haga con una Presidencia con poca competencia. Pero tendrá pronto en Austria
un canciller y un gobierno de ese vituperado partido que pírricamente derrotó
el domingo.
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