CASTIGADA POR FACHA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
22.12.17
Parte no menor de la UE rechaza la política socialdemócrata
de Bruselas
LA Comisión Europea parece horrorizada ante la inminente
amenaza de dictaduras en el seno de la Unión Europea. ¡Qué cosas! Anuncia para
combatir ese peligro hasta las más draconianas medidas, como la retirada del
derecho a voto a quien ataque al Estado de Derecho. ¡Pero qué espanto! ¿Cómo
nos ha podido pasar algo así? Si no ha habido golpes de estado más allá de nuestro
«putsch» regional en Cataluña. Los 28 miembros cumplen con sus rituales
electorales y con procedimientos parlamentarios. Ningún ejército se ha
levantado en armas. ¿Cuál es entonces la terrible amenaza que nos debiera tener
a todos en vilo? Resulta que la «alarma antidictatorial» que hace desempolvar
por primera vez la Gran Berta del artículo 7 del Tratado, se debe a un plan
perverso del gobierno de un país de la UE que intenta ¡horror, terror y pavor!
aumentar su control sobre los jueces.
Tranquilos, que no se trata de España. Aquí no hay una
reforma para un mayor control político sobre los jueces. Ya se hizo. El PP
prometió una reforma en el sentido contrario, precisamente porque la sociedad
clamaba contra una obscena politización de los jueces y su dependencia de los
grandes partidos. Eso está olvidado. Acuérdense del «Montesquieu ha muerto» de
Alfonso Guerra para zanjar aquellas chorradas de la independencia judicial.
Porque la legitimidad de los jueces y sus órganos de gobierno debían emanar de
la voluntad popular, es decir del parlamento. Lo demás era defender a los
jueces convertidos en una casta de francotiradores reaccionarios, muchos de
ellos franquistas, que se creían por encima del bien y del mal y eran además
profundamente corruptos. Así se pensaba y así se hizo aquí y jamás nadie nos
tachó por ello de dictadura. Tampoco a otros países famosos por jueces amigos y
socios de políticos.
Pero ¡ay! en esta Europa socialdemocratizada hasta el
tuétano hay cosas que hechas por unos reciben aplausos y por otros llevan a
prisión. Como Rita Maestre y los brutos de Blanquerna. España fue Rita. Y el
papel de asaltante de Blanquerna se lo «come» Polonia. Por facha. No es que el
gobierno de Varsovia sea inocente. Claro que quiere controlar a los jueces. Como
el PSOE en su día y el PP. Porque la mayoría de los jueces en Polonia sí son
excomunistas o socialdemócratas, una casta intocable con fama de ser
francotiradores y además corruptos. Pero además sabotean como pueden la nueva
política polaca. Que es de un gobierno derechista, que todo socialdemócrata en
Varsovia, Berlín, París o Bruselas quiere derribar. La mayoría de polacos está
a favor de la reforma judicial que condena Bruselas. Ha votado a ese partido
para lo que hacen y los insatisfechos son minoría. Como Victor Orban en
Hungría, otra bestia negra para la socialdemocracia europea. Tiene muchos
defectos, sin duda, incluida la mala costumbre de ser reelegido. Quizás porque
también responde a las inquietudes y demandas de su electorado y, por ejemplo,
le da a las familias lo que le niega a los refugiados que no acepta. Una parte
no menor de Europa ha roto ya con la socialdemocracia de izquierdas y derechas
que es ideología oficial de Bruselas. Que Polonia, Hungría, Eslovaquia y
Chequia y ahora Austria –pronto pueden ser más– tienen planes políticos muy
distintos a los que en pasadas décadas se han aplicado sin reservas en la UE.
Bruselas tiene que entenderlo. Igual que no van a poder forzar a estos países a
aceptar la inmigración musulmana, no van a poder tampoco imponer criterios
ideológicos que se rechazan con amplio apoyo popular en estos países. Si lo
intentan vamos directamente al Polexit. Si sucede, la UE tendría los días
contados.
0 comment(s):
Post a comment
<< Home