EL TRIBUNO DE MANTEROS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Jueves, 16.08.18
A este paso pronto dictarán las leyes ellos pero entonces
habrá que cumplirlas
RESULTA que somos unos malditos racistas los españoles. Al
menos los que queremos que se cumplan las leyes. Quien así insulta es el
portavoz de una gente que entró en España ilegalmente, algunos con violencia,
viven ilegalmente en España y ejercen un trabajo ilegal en España para unas
mafias de delincuentes, traficantes y falsificadores. Quienes han pisoteado
todas las leyes para llegar y quedarse, no piden perdón ni consejo para
integrarse. Exigen golpes de pecho de contrición y vergüenza a quienes los
acogen de buena o mala gana, a quienes los aguantan y los mantienen. Racistas
los españoles y racismo institucional lo que ejercen sus autoridades si tienen
la osadía de aplicar las leyes a los negros como a los blancos. Serigne Mbaye,
«miembro del sindicato de manteros y lateros» y portavoz de la Asociación de
«Sin Papeles de Madrid», tuvo ocasión y tribuna para insultar a los españoles,
porque se le eligió, se supone que el ayuntamiento comunista, para dar el
pregón de fiestas de San Lorenzo.
Pocas referencias al santo se podían esperar de Mbaye, pero
en eso se adaptó al presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Ayer, día de la
Asunción de la Virgen, cuando millones de católicos celebran en toda España
esta gran fiesta del calendario cristiano, Sánchez animaba a celebrar el 15 de
agosto sin una sola referencia a la razón de la fiesta en sí. No es capaz el
presidente de tratar a los cristianos españoles al menos con la mitad del
respeto que otorga a los musulmanes con el Ramadán o la fiesta del cordero.
Ayer despachaba la Asunción como si se tratara de una juerga del Carnaval, el 1
de mayo o de la quema de alguna basílica por sus admiradas milicianas del
Frente Popular.
En su discurso, Mbaye insultó a los españoles por insistir
en que se respeten las leyes en su patria y ciudad. Y por pretender que las
cumplan también ellos. También atacó a la Policía española, porque también es
muy racista. Y a políticos concretos, en lo que es una clara amenaza, este
«sindicato de manteros», organización ilegal de individuos dedicados a
actividades ilegales, pero citado por los periodistas con la devoción y el
respeto que antes se tenía a héroes de gestas patrióticas. Hace mucho que el
periodismo español otorga más atención y respeto a cualquier terrorista
jubilado, golpista o rufián separatista que a un defensor de la Constitución y
la legalidad. Eso es cosa de colegios, universidades y televisiones que juntos
imponen el catecismo neomarxista que hace a estos jóvenes inasequibles para
todo conocimiento que cuestione sus dogmas primarios y para el mínimo atisbo de
pensamiento crítico fuera de la caja reduccionista y maniquea.
Mbaye, el tribuno mantero, arremetió contra la especulación
inmobiliaria, contra las leyes españolas y concluyó con lo que parece una
verdad poco cuestionable: ¡El barrio es nuestro! Se refería a Lavapiés. Pero ya
son bastantes más. Nos hemos puesto a la altura de algunas ciudades europeas en
las que muchos barrios quedan en manos de los amigos de Mbaye, que irrumpen en
Europa y a los tres días gracias a instrucciones de traficantes y las ONG y
partidos de la extrema izquierda dominan los mecanismos para intimidar a la
sociedad con el grito de guerra paralizante de ¡racista! Con toda la industria
del tráfico de inmigrantes centrada, gracias a Sánchez, en España, tan solo
ayer entraron hombres suficientes para tomar el control de un gran barrio como
Chamartín. Si nadie reacciona, pronto cientos de Mbaye nos darán lecciones e
instrucciones, conquistarán todo el espacio público y nos dictarán leyes. Con
la diferencia de que esas, las de la jungla, habrá que cumplirlas.
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