DICTADURAS Y MENTIRAS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 09.10.18
Los españoles tienen cada vez menos miedo a decir la verdad
MUCHOS se han puesto muy nerviosos en España después de ver
las imágenes del domingo al mediodía en el palacio de Vistalegre en Madrid.
Algunos tertulianos en televisiones y radios recuerdan a aquellos histéricos
periodistas del Frente Popular que en noviembre de 1936 daban cada media hora
la noticia de la consumada entrada de las tropas de Franco en Madrid. Tardaría
treinta meses en ser cierta, pero el Gobierno huyó a Valencia y sus milicianos
perpetraron sus grandes matanzas de civiles. «¡Ya está aquí el fascio!» o
«Alarma ultra». Lo dicen unos medios que aplauden todos los días a ultras de
verdad. Ultras separatistas y ultras golpistas, ultras de los violentos de CDR
o ultras de Bildu y ERC, ultras comunistas pagados por dictaduras extranjeras.
Lo malo ahora y entonces es que creen las propias mentiras. Así pasó a las
fuerzas totalitarias que secuestraron aquella república en la que tantos
españoles habían depositado sus esperanzas. Sus mentiras y crímenes les
hicieron perder aquel «plebiscito armado» que fue la guerra tras el golpe
contra un régimen en deriva a la dictadura soviética.
El problema de esos medios es que las mentiras oficialistas
ya no cuajan. El cuento del lobo. Cuando han llamado fascista a todo lo que no
es izquierda, pueden llamar fascista a quien sea. Los españoles desprecian cada
vez más a los periodistas y les creen menos su manida letanía «antifascista». Es
efecto del inmenso hartazgo tras años de humillaciones y vejaciones a los
españoles como contribuyentes y a España como nación, que el Estado ha
permitido con el anterior Gobierno y con este. En Vistalegre no había fascistas
ni lemas ni conceptos fascistas. Las grotescas manipulaciones solo aumentan el
ridículo y desprestigio de los medios. Y catapultarán a VOX hacia una
popularidad hoy impensable.
La verdad se está poniendo de moda. Y eso es un peligro para
la construcción de mentiras oficiales sobre nuestro pasado y presente que
maniata a partidos y personas y sostiene esa hegemonía izquierdista de los
medios. Los llegados a Vistalegre de toda España para escuchar verdades que los
medios les ocultan. Hace muchos años que se empezaron a prohibir subrepticiamente
muchas verdades bajo tácitas amenazas de represalias. Convenía evitar el
sambenito de «facha» o «franquista» que generaba problemas. Hoy el poder
intimidatorio se ha agotado. Quienes estaban muy solos en la defensa de
verdades proscritas lo están hoy menos.
Desde hace tiempo someto a comparación en las redes dos
dictaduras, la militar de Augusto Pinochet y la comunista de Fidel Castro. La
de Pinochet impidió en Chile otra como la de Castro en Cuba. En Chile hubo algo
más de tres mil muertos en 15 años. La dictadura se disolvió tras un referéndum
que el dictador acató. Dejó el país en magnifica situación económica y social
para volver a ser la sólida democracia que es hoy. De eso hace ya 30 años. Sin
Pinochet, Chile cumpliría ahora 45 años de dictadura comunista y sería lo que
Cuba tras 60 años, una cárcel miserable. Con una dictadura que ha causado
centenares de miles de muertos. Decir que las dos dictaduras son iguales es
hipócrita, mentiroso y cobarde. Tan absurdo como decir que la dictadura de Primo
de Rivera fue igual que la de Pol Pot. No se trata de aplaudir ninguna
dictadura. Sino de probar el coraje cívico y el compromiso con la verdad que
desafía al rodillo totalitario que impone el mantra izquierdista que pocos se
atrevían a cuestionar. Cada año son más los españoles que se atreven a llevar
la contraria a la turba de los comisarios ideológicos mediáticos. Es decir, los
españoles son cada vez más libres. Eso tendrá muchas consecuencias políticas
sin duda. Como Vistalegre.
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