LA CSU BUSCA UNA RÁPIDA COALICIÓN DE LOS CONSERVADORES PARA GOBERNAR EN BAVIERA
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Múnich
ABC Martes, 16.10.18
Las elecciones se repetirán si no hay un acuerdo de gobierno
en cuatro semanas
Angela Merkel Reconoció que en el año siguiente a las
elecciones generales de 2017 «se perdió mucha confianza»
En tiempos de zozobra no hacer mudanza. La Unión
Socialcristiana (CSU), en evocación ignaciana fiel al barroco contrarreformismo
bávaro, no mueve fichas personales después del terremoto que el domingo se
llevó por delante su mayoría absoluta de nada menos que sesenta años
consecutivos. De momento. El presidente del estado de Baviera, Markus Söder, y
el jefe del partido, el ministro del interior federal, Horst Seehofer, cuyos
enfrentamientos han ayudado a la catástrofe electoral, comparecieron ayer
juntos para anunciar que se mantienen ambos en sus puestos de momento. Juntos
pero nunca bien avenidos anunciaron ayer los primeros pasos para la formación
del gobierno. Con la certeza de que tarde o temprano caerá una ficha y todo
indica que Söder logrará hacerse con la jefatura del partido que ocupa Seehofer
para acabar con esta bicefalia que tanto daño ha hecho. Ambos anunciaron que se
hará un análisis de las circunstancias que han llevado a este desgraciado
resultado. Pero que será después de concluirse la creación de la coalición y
del nuevo gobierno.
ABC
La canciller alemana, a su llegada a una reunión de su
partido, la CDU, ayer en Berlín
En todo caso, si en algo pueden coincidir los dos líderes es
en ver al gran culpable de su desgracia en Berlín, en la cancillería federal,
es decir en la persona de Angela Merkel. La política de refugiados impulsada
por la canciller es la causa principal del auge del partido que se sitúa a la
derecha de CDU/CSU, la Alternativa para Alemania (AfD).
Debido al éxito de Los Verdes, que se han convertido en la
segunda fuerza con el 17,5%, cierto que a veinte puntos del CSU, y al buen
resultado del partido de los Electores Libres (FW), una vieja escisión del CSU
con un 11,5%, muchos no han reparado en el excelente resultado de la derechista
AfD. En un estado occidental y con una fuerte competencia en materia de
inmigración con la CSU y los propios miembros del FW también muy opuestos a
Merkel en este campo, la AfD se ha hecho con casi un 11%. En total, la derecha,
muy fraccionada, ha logrado el 72% del voto emitido y la izquierda, siempre
débil en Baviera, baja más aun porque la subida de Los Verdes no compensa la
caída del SPD.
Los jefes del CSU en Múnich dicen haber asumido el cambio de
los tiempos y ya se preparan para llegar rápidamente a una coalición. Y además
dejaron claro que su preferido para ello es el FW, el tercer partido después de
la CSU y Los Verdes. Los FW son «carne de la carne» de la CSU sin mayores
diferencias ideológicas a superar. Para que las negociaciones salgan adelante,
habrá exigencias concretas, como los hasta cinco ministerios que pide el líder
de FW, Hubert Aiwanger, la suspensión de ciertos proyectos como la nueva pista
de aterrizaje para el aeropuerto de Múnich y otros puntos en los que deberán
ponerse de acuerdo antes de las cuatro semanas que dicta la muy peculiar
ley bávara. De no haber acuerdo de gobierno para entonces, se convocarían
elecciones de nuevo.
Hundimiento del SPD
Donde sí hubo de inmediato consecuencias personales fue en
el SPD, cuyo hundimiento ha dejado traumatizado a todo el partido en Alemania.
Por primera vez, la formación cae por debajo del 10% en unas elecciones, y esto
en el marco de un hundimiento general que en los sondeos lo sitúa en el 16%,
por debajo en muchos de ellos del partido derechista AfD, pero también de Los
Verdes. Así, el SPD, que siempre ha sido el segundón en Baviera, se ha
convertido tras estos comicios en el quinto partido, mientras que en toda
Alemania puede ocupar ya la cuarta posición. El jefe del grupo parlamentario
Markus Rinderspacher ha dimitido. Podrían hacerlo otros en los próximos días.
Pero donde de verdad se esperan efectos dentro del SPD por
este resultado es en Berlín. Entre los socialdemócratas se multiplican cada vez
más los temores de quienes creen que la gran coalición con Angela Merkel puede
llevar al partido al borde de su desaparición. La huida masiva de votos hacia
el partido derechista AfD y a Los Verdes, que registran gracias a ello un nuevo
resurgimiento, ha generado un estado de ansiedad en la dirección bajo la
jefatura cada vez más impotente de Angela Nahles. Pero gran parte de las bases
del partido ya habían visto con malos ojos esa coalición desde el principio,
cuando su partido se mostró dispuesto después de que Merkel fracasara en sus
negociaciones con los liberales del FDP. Hoy podría haber ya una mayoría en el
SPD favorable a no acabar una legislatura que todavía puede causarles muchos
sufrimientos. En el estado de Hesse, el día 28 de octubre tanto la CDU como el
SPD se enfrentan a otra prueba electoral que amenaza con ser una nueva estación
del calvario. Los partidos de la gran coalición se hunden electoralmente y sin
remedio. Entre los dos perdieron más de 21 puntos este pasado domingo en
Baviera.
REACCIONES
REACCIONES
Crecen las voces críticas contra Merkel dentro de su partido
Angela Merkel es el objetivo a batir. Tras el desastre
electoral de Baviera, en el que los dos partidos de su coalición de gobierno
perdieron juntos más del 21% de votos, son muchas las voces que ya piden
abiertamente a la canciller que reconsidere su decisión de presentarse a la
reelección en el Congreso de su partido, la CDU, el próximo mes de diciembre.
El líder de Electores Libres, Aiwanger
Wolfgang Schäuble, el presidente del Bundestag y gran
autoridad de la CDU ya lo advertía en vísperas de la catástrofe bávara. Dentro
de dos semanas, en las elecciones del estado de Hesse, puede repetirse la
situación. Y llega 2019 con tres elecciones en estados de Alemania oriental en
los que el partido derechista AfD tiene sondeos con valores todos por encima
del 20% frente al 11% que sacó en Baviera.
En esta situación son muchos los que creen que los partidos
que conforman el gobierno federal no pueden mantener la coalición, pero sobre
todo no pueden mantener a la canciller. Ya suena el «¡váyase, señora Merkel!».
La CSU se ha sentido humillada por esta derrota de la que
todo el mundo habla. Pero ha tenido un resultado que es envidiable para la
mayoría de los partidos de gobierno europeos, un 37,7%. A Merkel las encuestas
no le daban más del 26% para la CDU. El SPD ya está por detrás de la AfD y de
los Verdes.
El mazazo de las elecciones regionales de Baviera, al que
habrá de seguir el de Hesse, plantean la cuestión sangrante de que no tiene
sentido mantener un gobierno federal débil, paralizado, intimidado e impotente,
simplemente por no cambiar. Porque cada día que pasa es más alto el precio que
pagan los partidos que están en esa coalición de gobierno. Algunos lo pagan con
cuotas de poder, pero a los socialdemócratas, por ejemplo, les va la
existencia.
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