Elecciones Alemania 2013: MERKEL ABRE NEGOCIACIONES CON LOS SOCIALISTAS PARA UNA GRAN COALICIÓN
Por HERMANN TERTSCHABC Miércoles, 25.09.13
Angela Merkel está
feliz. Y nadie puede reprochárselo. Su triunfo histórico es básicamente un
éxito personal, como todos, desde los institutos demoscópicos a amigos y
adversarios, saben y reconocen. Pero con la misma franqueza con la que en
vísperas de las elecciones reconocía su nerviosismo por la incertidumbre del
resultado, ahora no oculta las dificultades que va a tener para encontrar ese
socio para un Gobierno estable.
Lo primero que ha hecho Merkel ha sido subrayar su voluntad de
un Gobierno estable y rechazar toda posibilidad de «políticas equilibristas»,
como las llamó ya el domingo. Ayer insistió que se les debe a Alemania y a
Europa un gobierno con solidez parlamentaria en Berlín. Por lo que queda
excluido ese gobierno minoritario tolerado por uno u otro. El desastre
histórico de su socio en esta pasada legislatura, el partido liberal FDP, ha convertido a la CDU en el único partido de
centro-derecha del espectro representado en el Bundestag. Ese naufragio del FDP, que
por primera vez desde la fundación de la república en 1949 no está en el
Bundestag, puede tener consecuencias mucho más profundas y duraderas. Pero en
todo caso ahora impone a Merkel, que se ha quedado con su grandioso resultado a
cinco escaños de la mayoría absoluta, una alianza con uno de los otros tres partidos
parlamentarios.
Semana hamletiana
Como está excluido el partido izquierdista Die Linke, quedan dos opciones:
el partido socialdemócrata SPD
y los Verdes. En el SPD ha comenzado una semana hamletiana, porque ser
socio o no de Merkel puede ser desde una operación atractiva a una obligación
patriótica, pero en todo caso es una aventura llena de riesgos. Lo sabe muy
bien el SPD, que acabó muy debilitado los cuatro años de gran coalición con
Merkel de 2005 a 2009. Fue una legislatura llena de éxitos, de la que los
alemanes guardan un buen recuerdo. Pero todo el buen recuerdo repercutió a
favor de Merkel, que ganó las elecciones y dejó al SPD con el peor resultado de
su historia.
Eso es precisamente lo que les ha sucedido, de manera aún más
cruel, a los liberales en esta legislatura. Que también goza de una buena
valoración entre la población. Pero quien se ha llevado todo el beneficio ha sido Merkel.
Y el partido liberal toca fondo, queda fuera del Bundestag por primera vez en
su historia, y ya veremos si sobrevive a la tan desconocida existencia
extraparlamentaria, esa vida de parias sin techo.
Es, de ahí, del todo explicable que el viejo aparato del SPD
adquiriera temperatura de ebullición en cuanto reinó la certeza de que Merkel
no conseguía esos cuatro escaños de la mayoría absoluta. Enseguida hubo
constancia de que tenían encima el reto que no es de fácil solución. El
candidato del SPD, Peer Steinbrück, que fue ministro de finanzas con Merkel, ya
había descartado su nueva participación en un gobierno de la canciller. Lo
lamente o no, eso está hecho. El candidato a la vicecancillería, y ya se vería
qué ministerio sería el presidente del partido, Sigmar Gabriel. Y sin embargo, hay mucha gente en el
SPD «que quiere pararle los pies a Gabriel ya mismo», me dicen. El resultado,
aunque subiera un par de puntos respecto al desastroso de 2009, ya es visto
como un rotundo fracaso. Y la culpa del mismo se le echa a Gabriel. Este pasa
por ser mucho menos fiable que el candidato y más izquierdista, lo cual no es
difícil porque Steinbrück es unsocialdemócrata muy centrista.
Escasa cosecha para el SPD
El propio candidato fracasado ha sido quien ha llamado a Merkel
para pedirle tiempo hasta el viernes, en que el SPD tendrá su primera toma de
posición oficial al respecto. Pero lo cierto es que los encuentros dentro del
partido son ya intensos. Son muchos los que creen que el SPD sólo puede volver
a perder en esa coalición con Merkel. Que de haber sido el resultado otro, con
una Merkel más debilitada podían haber logrado una coalición más equilibrada.
Pero que con Merkel de triunfadora absoluta y
el SPD débil, poco podrá rebañar en cargos ministeriales y aún menos en
contenido político. Aunque también es cierto que, al haber desaparecido el FDP,
que condicionaba mucho la política de la CDU, hay cuestiones en que la CDU de
Merkel y un SPD centrado pueden entenderse a la perfección.
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