PÉSIMO DEFENSOR DE CAUSA JUSTA
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 07.09.13
Barack Obama ha
restado autoridad y credibilidad a Estados Unidos tras el G-20 en San
Petersburgo
Se lamenta el
semanario « Die Zeit» que en Alemania no haya siquiera discusión sobre la
intervención militar. Todos se sienten bien con las manos limpias sin meterse
en líos. Y denuncia que «Alemania jamás habría liberado a Alemania». De haber
predominado en el mundo hace 70 años la actitud de la Alemania actual, Hitler
se habría hecho cómodamente con toda Europa.
Y ya no es
postura alemana. Apenas queda en Occidente una minoría que reclama la necesidad
de combatir la impunidad. Que recuerda que la impunidad es el origen de toda
escalada del atropello. No se trata ni siquiera de arriesgar las vidas de los
hijos propios como en Normandía. Se trata de demostrar que hay voluntad de
hacer cumplir las mínimas reglas, las leyes, para no caer en la barbarie total
en guerra.
Se trata de
atacar a Assad para dejar constancia de que quien viola esas reglas lo paga. Y
que la próxima vez será peor. Lo que siempre se llamó disuasión.
Si no hay ataque esta vez, la disuasión habrá muerto para
generaciones. Y las armas químicas se utilizarán, con seguridad, pronto y en
muchos frentes.
Lamentable es la falta de músculo político y moral en Occidente
para defender lo obvio: que Assad no puede tener más beneficios que daños de
ese uso de armas químicas. Porque si no, repetirá. Triste es que, bajo Barack
Obama, EEUU haya abdicado del liderazgo de Occidente. Lleno de dudas y
torturado por cálculos secundarios, Obama no ha asumido la responsabilidad.
Pésimo defensor de una causa justa. Pase lo que pase, ataque o no, ya ha
restado autoridad y credibilidad a Estados Unidos. San Petersburgo sólo
corrobora esta lamentable y preocupante evolución.
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