VIAJE A UNA UCRANIA CONVULSA ( II )
Por HERMANN TERTSCHABC Kiev, Viernes, 23.05.14
Hermann Tertsch, nuestro enviado especial relata una angustiosa campaña
MÁS MUERTOS Y URNAS INCIERTAS EN UCRANIA
La muerte de al
menos diecisiete soldados ucranianos tensa las elecciones del domingo
Fueron diecisiete los
jóvenes ucranianos muertos ayer. Uno cayó en la región de Lugansk; los otros
dieciséis, en el asalto a un control de la Guardia Nacional, en la madrugada de
ayer, en la localidad de Volnovakha, a unos 18 kilómetros de Donetsk, en el
este de Ucrania –también hubo 36 heridos–. Los mataron otros ucranianos, se
supone que separatistas rusoparlantes, mucho mejor entrenados. Los muertos,
miembros de la Guardia Nacional cuajada de voluntarios, tan generosos como
ineptos con las armas, tienen pocas posibilidades frente a hombres con
experiencia militar, muchos con entrenamiento reciente y, según Kiev, también
con instrucciones desde allende la frontera. Todo indica que no serán los
últimos. A tres días de las elecciones, las autoridades ucranianas temen que
sea el comienzo de una escalada de violencia para convertir el hecho de votar
en un acto de heroísmo en el este del país. «No sabemos cuántos colegios podrán
abrir y cuántos no. En estos momentos se liberan unos edificios festoneados a
las elecciones mientras otros son ocupados», revela Andri Magera,
vicepresidente de la Comisión Electoral Central. «En todo caso, en muchos se
votará, en otros no, pero las elecciones tienen plena validez y legitimidad».
AFP Un hombre cubre el rostro de
un militar ucraniano muerto ayer en los enfrentamientos de Volnovakha
Lo cierto es que
también en estas regiones orientales los partidarios de boicotear las
elecciones son una minoría. Por fuerte que sea. Por organizada y bien armada
que esté. Y su relevancia se debe a una capacidad militar que nadie duda que
tiene su origen en los planes de la vecina Rusia. «La mayoría, también en esas
regiones, quiere elecciones», resaltaba ayer el embajador alemán Wolfgang
Ischinger, que preside las mesas redondas para el diálogo organizadas por la
OSCE. Nadie sabe lo que puede suceder en estos tres días ni cual será la
situación de seguridad en las regiones conflictivas. Magera confesaba ayer de
forma poco ortodoxa para el cargo que ejerce como autoridad electoral que, a
título personal, preferiría, como el candidato favorito, Petro Poroshenko, que
no fuera necesaria una segunda ronda. Porque muchos temen que las instituciones
y la propia estabilidad no aguanten tres semanas más de precariedad con una
embestida violenta desde el este.
«Sería mejor que, si
los ucranianos han decidido, lo hagan ya este domingo». Poroshenko aparece en
todos lo sondeos como seguro ganador con una mayoría absoluta. Con una ventaja
de más de cuarenta puntos sobre el siguiente candidato, la ex primera ministra
Julia Timoshenko. En el Instituto de Política Mundial (IWP) la directora Alyona
Getmanchuk reconoce que «en estas condiciones hasta un día más es un peligro,
imaginen tres semanas», que son las que separan la primera ronda de la segunda,
a celebrar el 15 de junio.
Un pulso incierto
Las fuerzas ucranianas
intentan controlar el máximo territorio posible en las zonas conflictivas estos
días. Lo que conlleva un alto riesgo de que se produzcan más enfrentamientos
previos a los comicios. Es un pulso que está abierto y de resultado muy
incierto. La decisión de los oligarcas de las regiones orientales de unirse al
Gobierno de la nación para hacer frente a los grupos armados separatistas
prorrusos parece ser la causa de los ataques de ayer. En especial la decisión
del mayor magnate del país, Rinat Ajmetov, de declarar la guerra a los
separatistas ha supuesto un considerable cambio en la correlación de fuerzas en
las regiones orientales.
Apuesta de los
oligarcas
Hace tres días, los
grupos separatistas armados que controlaban los distritos de Donetsk y Lugansk
desaparecieron del paisaje, cuando Ajmetov ordenó salir a la calle a los
obreros y empleados de sus empresas. La apuesta de los oligarcas en contra de
los separatistas es una gran noticia en la actual situación desesperada porque
solo su colaboración garantiza un cierto control de las regiones del Donbass.
Pero también es una inmensa hipoteca para el futuro de una Ucrania con vocación
europeísta y democrática. Como decía ayer Leonid Litra del IWP, «ellos buscan
perpetuar un estado de cosas que la población ucraniana quiere liquidar». El
objetivo del proceso democrático que surgió del Maidan es a la postre quebrar
el estado postsoviético caracterizado por la masiva corrupción y los grandes
poderes económicos surgidos de las estructuras comunistas. Poroshenko, el rey
del chocolate, otro millonario surgido del sistema, pasa por ser un realista.
Pero cuando hayan pasado los tambores de guerra de las regiones orientales
surgirá el conflicto entre la vocación europea que levantó el Maidan y los
intereses de los oligarcas.
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