LA CAÍDA DE LA DINASTÍA NEHRU-GANDHI
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 17.05.14
La corrupción en el Partido del Congreso, hasta ahora en el
gobierno, y la crisis económica abren las puertas al cambio
Aún
continúa el recuento de los más de 540
millones de votos habidos.
Pero el resultado es ya cierto. Muchas cosas van a cambiar en la India
próximamente porque los resultados de las elecciones indican que estamos en el
momento de un relevo de tiempos
históricos. El Partido del Congreso de
la dinastía Nehru-Gandhi ha sufrido una humillante derrota. Y el triunfante
que cosecha un éxito arrollador es Narendra Modi, un
nacionalista indio, líder del partido Bharatiya Janata. Un triunfador muy controvertido por
sus posiciones nada conciliadoras hacia las minorías no hindúes. Que nunca se
distanció de graves incidentes en el Estado que gobernaba durante los cuales
fueron masacrados cerca de mil musulmanes.
Modi
tiene prohibida la entrada en EE.UU. por
su papel en este caso y su agitación contra minorías. Y todos saben de la gran
ayuda electoral que ha recibido Modi de la asociación ultra hindú conocida como
RSS. El miedo al potencial explosivo de las relaciones
con musulmanes y cristianos está
presente desde que se ha confirmado este inmenso triunfo de Modi. Es un
nacionalista muy amigo del gran capital, que ha invertido en la Bolsa de India
más de 400.000 millones de dólares desde que se supo que sería candidato. Pero
a un tiempo es un populista muy
eficaz que siempre dice que él
soluciona las cuitas del indio corriente. Viene a sustituir a Manmohan Singh,
un líder político muy cabal y gobernante cauto y razonable que sin embargo no
ha sabido combatir la corrupción de su Partido del Congreso ni los graves
problemas derivados de la desaceleración económica. Un relevo radical con
incertidumbres al acecho.
Se ha
consumado el fin de la era
postcolonial. Es muy probablemente también este resultado electoral, la agonía
ya irreversible de la familia que encarnó sueño, legitimación y liderazgo de la
India independiente. Y también el comienzo de una nueva era en la que la
mayoría de los votantes ya no se siente sujeto a lealtades del siglo XX. Es
posible que Modi aún supere con su mayoría absoluta el gran triunfo de Rajiv
Gandhi tras la muerte de su madre. Lo
cierto es que el actual vástago de los Nehru-Gandhi, Rahul, ha fracasado. Y
que el Partido del Congreso queda muy mermado en esta legislatura. Las
tragedias y los escándalos familiares que se encadenan a lo largo de toda la
existencia de la India no habían logrado romper la continuidad de la lucha de
los Gandhi por el poder. Ahora ya todo es diferente. La decadencia es
manifiesta. Muchos piensan que irreversible. Las nuevas generaciones ya no reverencian
a los referentes de la independencia y el postcolonialismo.
Corrupción
La
omnipresente corrupción que afecta de forma sistemática a gobernantes del
Partido del Congreso, unida a la crisis económica que ha frenado mucho el
crecimiento, ha llevado finalmente al voto masivo por el cambio. Cien millones
de indios se han incorporado a estas elecciones que han tenido una participación espectacularmente alta
con el 66%. Modi tendrá que ver cómo cumple con las inmensas expectativas que
ha despertado con un mensaje nacionalista y protector. No será nada fácil y la
frustración puede ser tan grave como las fórmulas nacionalistas de combatirla.
Porque hay muchas cosas que pueden cambiar en India tras estas elecciones, pero
muchas otras seguirán igual.
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