The Unending Gift

sábado, diciembre 13, 2014

LOS JUEGOS DE VÉRTIGO DE VLADÍMIR PUTIN

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 13.12.14


TENSAR LA CUERDA
Washington y Bruselas tienen claro ya que Putin ha entrado en un juego de tensar la cuerda con Occidente hasta límites desconocidos

SIN COMUNICACIÓN
Desde hace seis meses no funciona el teléfono rojo entre Moscú y Washington. La comunicación al máximo nivel está congelada


El presidente de Rusia, Vladímir Putin, está jugando con fuego. No solo porque mantiene su agresión militar en Ucrania mientras su economía da claras señales de haber entrado en caída libre. Sino porque hay ya certeza en la sede de la OTAN, en Washington y las principales capitales europeas, de que Putin ha entrado en un juego de tensar la cuerda con Occidente hasta límites desconocidos. Y ha otorgado para ello protagonismo al Ejército, marina y aviación. Con una presencia masiva en la periferia de los países de la OTAN, Putin parece apostar por una escalada de un matonismo con el que generar divisiones en la alianza en la disposición de solidaridad entre las sociedades democráticas. Existe seria preocupación de que cualquier incidente pueda acabar con efectos no deseados por nadie. Y desde hace seis meses no funciona el teléfono rojo. Las relaciones entre Moscú y Washington están congeladas y no hay comunicación a máximo nivel. Los intentos occidentales de restablecerlos han sido rechazados por Moscú. Esto explica el endurecimiento de posturas como la de Angela Merkel y el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, que advierten en durísimos términos a Rusia sobre los peligros y el sinsentido de esta estrategia de amenaza y desestabilización de Europa.

Con un rublo que se desmorona, un precio del petróleo que ha hundido y liquidado sus presupuestos y perspectivas, la riqueza en plena fuga de Rusia hacia lugares más seguros y la población cada vez más afectada, no ya por las sanciones occidentales sino por las represalias impuestas a las mismas por el propio Putin. El presidente pletórico y triunfante que hace seis meses anexionaba Crimea con desprecio total a la comunidad internacional, a las leyes y los tratados fronterizos y acuerdos firmados por Rusia, hoy se enfrenta a un mar de incógnitas. El nuevo zar triunfador de entonces ha de enfrentarse a un rápido deterioro del nivel de vida en Rusia que puede ya manifestarse con rotundidad en este mismo invierno. Putin ha emprendido una ofensiva de objetivos inciertos. Pero se mueve por campos sembrados, literalmente, de minas. Y su mensaje es cada vez más nacionalista y agresivo en respuesta a las advertencias tanto internas como externas de que su política puede derivar muy pronto en una catástrofe social para los rusos.

Rusia ha incrementado su actividad militar fuera de sus fronteras de forma espectacular desde hace más de un año. Pero el nivel de las pasadas semanas y estos día alarma. Las grandes maniobras ahora en el Báltico y la región de Kaliningrado, enclave ruso entre Polonia y Lituania, dos estados de la OTAN han extremado la angustia en toda la región, en permanente tensión por la invasión rusa de territorios ucranianos. Son casi diarias las provocaciones de los aviones rusos en las cercanías o dentro ya de los espacios aéreos de países de la OTAN y la Unión Europea. En la misma política se inscribe el anuncio de las maniobras y de la presencia permanente de bombarderos estratégicos rusos en el Caribe y en el Golfo de Mexico.

Amenaza real
Suecia, los países bálticos, la propia Finlandia que revisa rápidamente su situación para acogerse a garantías de defensa de la Alianza Atlántica y por supuesto Polonia, fronteriza con la Ucrania invadida por Rusia, han registrado esa alarmante acumulación de operaciones pero también de incidentes que son evidentemente intencionados. En este año han sido ya más de 400 los casos habidos. El último una espectacular interceptación por parte de F-16 holandeses, en misión de vigilancia de la OTAN en el Báltico ante la presencia de nada menos que treinta cazabombarderos. El ministro polaco de Defensa, Tomasz Simoniak, anunció ayer una inminente reacción de la OTAN ante «una actividad sin precedentes de los rusos». La frase parece antigua pero es la más actual: Europa está en estado de alarma ante una amenaza militar rusa.

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