AMARGO CUMPLEAÑOS EN RAMO VERDE
Por HERMANN TERTSCH
LOS TEQUES (VENEZUELA)
ABC Lunes, 21.09.15
ABC acompaña a Lilian Tintori y a sus hijos a la tétrica
cárcel militar donde continúa encarcelado el opositor venezolano Leopoldo López
EFE
Leopoldo López fotografiado desde el exterior de la
prisión de Ramo Verde
Tortura psicológica Leopoldo López ocupa
un cubículo de menos de dos por dos metros y se le apaga la luz a las ocho de
la noche hasta las seis de la mañana
Todo tipo de vejaciones Hay pocos actos de humillación que no haya
sufrido, incluido el bañarle con cubos de excrementos, meter a encapuchados
armados y todo tipo de vejaciones
El pequeño Leopoldo
sabe muy bien adónde va, ahí bien atado ayer en su sillita en el Rover
todoterreno, con su madre Lilian (Tintori) y un periodista español: «A ver a
papá». A ver a papá a la cárcel. «Los niños lo saben todo», explica su madre.
«Saben que papá se entregó, saben que está en la cárcel, saben que es un
político que está en la cárcel porque quiere una mejor Venezuela para todos los
niños y para todos. Y saben que papá no ha hecho nada malo. Los niños son mi
máxima prioridad, pero si yo estoy bien, ellos están bien. Lo que no deben
jamás es verme quejándome, llorando o quebrada como nos quiere el Gobierno.
Todas las torturas psicológicas a Leopoldo y el maltrato a la familia son para
vernos quebrados, para romperle a él y a nosotros».
Es difícil saber si
los niños realmente asumen todo con tanta normalidad como quiere creer su
madre, pero cierto es que tienen un entorno que cualquier niño en difícil
trance querría. Las dos mujeres en la vida de Leopoldo López, ya el preso más
famoso de Iberoamérica, símbolo de la lucha del pueblo venezolano por poner fin
al sueño devenido en pesadilla, son dos personalidades de inaudita firmeza y
vitalidad.
Cambio de actitud
La madre de Leopoldo
López, Antonieta Mendoza, hija de una de las viejas y poderosas familias
venezolanas, es un carácter excepcional que organiza y lucha por su hijo con
una soltura patricia que hace inimaginable la claudicación o el lamento. En
vísperas del viaje explicaba el cambio de actitud que percibe ya, debido al desmoronamiento
del régimen, hasta en los miembros de la policía política y los militares
encargados de vigilar a su hijo. Cuenta cómo ha hecho personalmente responsable
de la vida de su hijo al coronel Viloria, nuevo al mando de la prisión militar
de Ramo Verde.
Leopoldo López,
aislado como único preso en un edificio de trece celdas, ocupa un cubículo de
menos de dos por dos metros en total aislamiento al que se le apaga la luz
desde las ocho hasta las seis en otra medida de tortura psicológica. Pero
subraya la madre que este coronel, de momento al menos, ha puesto fin a las
bárbaras prácticas de su antecesor Homero Miranda, al que califica de verdugo.
Entre julio de 2014 y julio de 2015 hay pocos actos de humillación y agresión
que pueda sufrir un preso que no haya sufrido Leopoldo, incluido el bañarle con
cubos de excrementos, meter a encapuchados armados y todo tipo de vejaciones.
Tintori confirma
después que muchos de los policías y militares le hacen gestos de complicidad y
simpatía desde hace muchos meses. Que muchos piden disculpas por las molestias
que les ordenan crear a Lilian o a Antonieta en el aeropuerto u otras
situaciones. «Me pican el ojo» (guiñan) o me susurran que lo lamentan, «lo
sentimos mucho pero son órdenes». «Con Chávez era distinto, la ideología
mandaba. Hoy la mayoría de los que trabajan en las instituciones, como el resto
de los venezolanos, están deseando el cambio y están con nosotros».
Cumpleaños de su hija
A las ocho y media de
la mañana se partía de la casa en Palos Grandes, en cuatro coches, porque
aunque todas las visitas en la prisión militar son momentos muy especiales, el
de ayer lo era mucho más. Todos iban a celebrar con papá el cumpleaños de
Manuela, la otra hija de Leopoldo y Lilian. Con comida especial y pasteles en bolsas
y tarteras. El coronel Vilora, quizás deseoso de distanciarse de su antecesor
Miranda que puede contar en el futuro con una denuncia por torturas ante los
tribunales internacionales de justicia, se mostró dispuesto a que acudieran
ayer algunos amigos de Manuela con sus padres a celebrar el cumpleaños con el
papá prisionero. Tras un año y siete meses de prisión y recién caída la brutal
y absurda sentencia de 13 años y nueve meses, más de lo que pedía el fiscal, el
día era por tanto extraordinario. Por desgracia no estarían los dos mejores
amigos de Leopoldo López, Luis Daniel Gómez y Gustavo Jiménez, casados con dos
amigas de Lilian, con hijos de la edad de los suyos. Eran una cuadrilla
inseparable. Los dos aparecieron muertos con sus bicicletas en el Ávila que se
alza sobre Caracas. Ejecutados con sendos tiros en la nuca. Allí estaban las
bicis. Para que se supiera que el motivo no era el robo. «Mis dos hijos saben
también eso. Que su papá está en la cárcel. Pero que no está muerto como otros.
Por eso nosotros no tenemos derecho a quejarnos. Porque sufrimos en la medida
en la que todos los venezolanos estamos sufriendo. No puedo victimizarme.
Luchamos en un país en el que muchos mueren y todos sufren». Venezuela registra
25.000 asesinatos anuales. El 97% quedan impunes, según datos de la ONU.
Pasamos San Antonio
de los Altos donde muchos cientos de personas hacen colas ante los comercios en
domingo a la espera de conseguir algo de lo mucho que escasea. «Han destrozado
el país y saben que esto se acaba. Tienen miedo», dice Lilian en referencia a
Maduro y el régimen. concluye cuando llegamos a la tanqueta de la Guardia
Nacional Bolivariana que corta el acceso al siniestro complejo penal militar de
Ramo Verde, donde Manuela celebró ayer, por segunda vez, su cumpleaños.
SOLIDARIDAD ESPAÑOLA
«No tengo palabras para agradecer el calor humano, el afecto
y la solidaridad que me brinda España en estos momentos. He estado con el
presidente Mariano Rajoy en La Moncloa en una larga conversación fantástica.
Todo el equipo del Gobierno se ha volcado conmigo. He estado también con Pedro
Sánchez, inmensamente afectuoso y muy impresionado por la condena. En el PSOE
también he recibido mucho cariño. Por otro lado, estuve con Felipe González que
ya es mucho más que un asesor, ha sido un padre que me ha enseñado mucho y
ayudado a mantener la calma y el sentido del humor en situaciones así». Lilian
Tintori volvió el viernes de Madrid y como suele suceder, la policía política
la volvió a marear en el aeropuerto. Pero, como dice, «cada vez son más los que
dejan claro que son de los nuestros». Para Podemos no tiene por supuesto
palabra buena. Las palabras de Monedero (calificando de terrorista a su marido)
son un ataque brutal y muy grave. Es evidente que siguen recibiendo órdenes del
gobierno de Maduro.
POR LA RECONCILIACIÓN, EL PERDÓN Y UN CAMBIO PACÍFICO
«Les aterroriza que Leopoldo se comunique con los
venezolanos. Cada vez que pasa hay represalias contra él y contra mí. Cuando
volví de ver al Papa me dijo el coronel: cuénteme que le ha dicho el Papa
porque a Leopoldo no se lo podrás contar». Pero hay algo que jamás podrán
hacer, asegura: inocularles a Leopoldo o a su familia el odio que se lleva
sembrando en Venezuela desde hace 17 años y que ha desgarrado cuando no
destruido el tejido social y generado infinita violencia. «Leopoldo quiere un
cambio pacífico, reconciliación y también perdón. La justicia tendrá que actuar
en el futuro pero queremos una Venezuela en la que todos tengamos sitio. Todos
hacemos alta. Todos hemos cometido errores. Todos tienen hoy una gran
oportunidad de rectificar. Todos los que aún defienden al régimen pueden
enmendarse. Todos saben en realidad que esto ya toca a su fin. Todos deberían
estar dispuestos a prepararse para el cambio a una Venezuela mejor».
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