MERKEL EN ALTO RIESGO
Por HERMANN TERTSCHABC Lunes, 07.09.15
Angela Merkel se ha convertido en heroína cuando no líder
carismática de los sirios y los iraquíes. Que portan fotografías suyas en
manifestaciones en Bagdad, en protestas en Hungría y en festivos trenes que
cruzan Austria. Lo que está por ver es que le aplaudan tanto dentro de un par
de años los alemanes que la eligieron y los europeos que comparten muchas
consecuencias de sus decisiones. La canciller alemana ha asumido el liderazgo en
un momento crítico. Y ha tomado decisiones extremadamente aventuradas. Que la
sociedad alemana sí asume al menos de momento. Con ese entusiasmo que siempre
desarrollan los alemanes para las grandes causas. Pero que otros países sin
afanes compensatorios históricos y muy celosos de su muy reciente libertad y
cohesión, están lejos de entender y compartir.
Todos están de acuerdo en que los Estados europeos están
obligados por ley a acoger a quienes tienen derecho a refugio. Pero no en que
se anime a la suspensión de los procedimientos de registro, se condone la
violación de fronteras y se criminalice a quienes intentan cumplir las leyes.
No va a tenerlo fácil Merkel ahora en imponer cuotas a los países europeos.
Para unos sirios cuyo número, después de difundirse por todo el mundo las
imágenes de su entrada triunfal en las ciudades alemanas, puede ya no tener
fin. Aunque el mal tiempo ya en otoño haga más difícil la travesía son muchos
millones los sirios e iraquíes pero también jóvenes de decenas de países que
habrán decidido ponerse en marcha.
Que ahora Berlín y Viena digan que la generosidad de ignorar
todos los procedimientos estos días ha sido única, ya no vale. Nadie que ansíe
llegar a Alemania lo va a creer. Preocupante es también, especialmente en Alemania
pero no solo, también en España, ese tono inquisitorial y agresivo de
superioridad moral frente a quienes plantean dudas sobre lo que se hace y sus
consecuencias. Y sobre las mentiras, manipulaciones y ocultaciones que se han
impuesto para no aguar la fiesta ternurista en que han querido convertir la
llegada por la fuerza de centenares de miles inmigrantes. Porque ni Merkel ni
todas las imágenes selectivas de las televisiones pueden cambiar un hecho
incontestable. Que no han llegado familias con muchos niños dispuestos a ser
educados en el respeto de la democracia y tolerancia. Sino hombres jóvenes y
adultos en edad militar. En el caso de los sirios por tanto, unos desertores, y
otros excombatientes. En todos sus bandos.
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