MERKEL MANTENDRÁ SU POLÍTICA DE INMIGRACIÓN, PESE A SUS SOCIOS
Por HERMANN
TERTSCH
Enviado
Especial a Berlín
ABC Sábado, 14.11.15
La canciller dejó claro que el reparto justo de refugiados
entre los países es innegociable
El pago a Turquía Además de dinero para mantener a los refugiados, habrá que apoyar a Ankara en
su acercamiento a la UE
Angela Merkel dejó
ayer claro que defenderá contra toda resistencia en su partido, en su gobierno
y en la sociedad alemana, su curso en la crisis de los refugiados. La canciller
confirmó que ha unido su destino político al gran reto de imponer la política
de integración de los refugiados en Alemania y en Europa. Y por lo visto ayer
en la entrevista especial en la televisión pública ZDF está decidida a luchar
con toda dureza frente a la creciente resistencia. «No soy el primer canciller
que tiene que luchar por un objetivo. Y yo voy a luchar por mi plan», dijo en
referencia al Congreso de su partido, la CDU, que se celebra en diciembre, y en
el que algunos preparan un levantamiento contra la canciller. Muchos no ya con
intención de que enmiende su política, posibilidad que ella ayer descartó, sino
con objeto de buscar un sustituto a la líder que ha sido incuestionada desde
que llegó a la cancillería hace ya más de una década.
Para los aliados de
Alemanía y la UE tienen un especial interés algunas respuestas de Merkel a
preguntas relacionadas con Turquía, pero también a su mayor decepción en los
pasados meses. La canciller dijo abiertamente que su mayor decepción había sido
la dificultad para transmitir a los socios la necesidad de la solidaridad en
esta gran cuestión para toda Europa. Lo cierto es que la inmensa mayoría de los
países de la UE se resisten a aceptar contingentes de refugiados. La canciller
no dejó duda de que «el justo reparto» del peso de la inmigración es un
objetivo irrenunciable para ella. Por otra parte, también generará preocupación
su abierta disposición a avanzar con Turquía en el camino del acercamiento a la
UE y la exención de visados. Merkel subrayó el esfuerzo de Turquía en mantener
a dos millones de refugiados y consideró que más allá de ayudar a los costes,
habría un precio político que pagar a Ankara. La intervención de ayer se
producía tras un encuentro de la ejecutiva del CDU y de su homólogo bávaro del
CSU, en el que se intuían fuertes disensiones en el partido. Las dificultades
de las autoridades locales para la prestación de servicios, las medidas
extraordinarias impuestas para garantizar viviendas y refugios a los centenares
de miles de refugiados de diversas procedencias han generado un intenso
malestar en amplios sectores de la población. La extraordinaria disposición
positiva de la sociedad alemana desde el estallido de la crisis este verano
sigue siendo mayoritaria pero avanza rápidamente el miedo y el malestar por los
graves trastornos que se están produciendo. Merkel aseguró ayer que está
convencida de que pasados los primeros tiempos de dificultades y problemas, los
esfuerzos del gobierno están dando ya frutos para ir hacia una regularización.
«Hemos tomado decisiones importantes, hecho leyes que funcionan y correcciones
necesarias». Pero la canciller volvió a decir que la decisión tomada de decir
que Alemania aceptaría la entrada de todos los refugiados que llegaran a
presentar la solicitud fue «totalmente correcta».
«Un caso especial»
La canciller minimizó
sus diferencias dentro de la cúpula de la CDU donde las críticas contra su
persona han arreciado. Críticas que culminaron esta semana con una frase del
ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que causó conmoción porque muchos vieron en ellas una adhesión a los más duros adversarios de Merkel. Schäuble
dijo que el flujo de refugiados era «un alud causado por un esquiador
imprudente» que dejaba poca duda sobre a quién se refería. Ella se limitó ayer
a decir que «Schäuble es un caso especial» y recordó que la decisión final en
la política de los miembros del gobierno corresponde al canciller. No quiso
entrar en la cuestión sobre el ministro del interior De Maiziere que tomó sin su
conocimiento decisiones restrictivas sobre reunificación familiar de los
refugiados. Pero asumió que la reunificación familiar no es una prioridad.
Luego parece cierto que Schäuble, de Maiziere y otros han impuesto a Merkel
pasos que no formaban parte inicialmente de sus planes.
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