LARGAS SOMBRAS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 04.04.17
¿Qué verdades terribles y trascendentes se nos hurtan de
estos tres lustros?
EL criminal proyecto chavista de Venezuela, último gran
experimento de la ingeniería social de la izquierda ideológica, aplicado
durante más de tres lustros con todos los apoyos políticos y recursos
económicos imaginables y, pese a ello, trágica y sangrientamente fracasado,
lanza en su aparatosa agonía graves sombras sobre España. Hay muchos españoles
corresponsables del dolor, el hambre, el miedo y la muerte en todos estos años
de jugar con los seres humanos mientras se saqueaba al país más rico de América
del Sur. Ahí están los de Podemos pagados como agentes del siniestro aparato
para, al igual que los servicios secretos cubanos, formar cuadros comunistas en
el aparato chavista. Algunos de estos agentes españoles arribaron en Venezuela
poco después de que en España, en marzo del 2004 y gracias a las bombas de
Atocha y sus 192 muertos, llegara al poder José Luis Rodríguez Zapatero. Quien
ahora mismo es el mayor valedor de un régimen ya abiertamente criminal,
golpista y volcado en la delincuencia como es el de Nicolás Maduro. Quizás
algunos de estos enlaces ya estuvieran antes en Caracas, como estaban
militantes de ETA, esa banda a la que Zapatero llegó a tratar como hoy al
régimen golpista venezolano.
Aquellos agentes comunistas españoles ganaron en Caracas
mucho dinero y recibieron de allí el apoyo necesario para su franquicia
totalitaria en España. Que habría de capitalizar las nuevas corrientes de odio
y revancha que, con su voladura de la cultura de la transición, iba a poner en
marcha desde La Moncloa el propio Zapatero. La descalificación de la
reconciliación nacional en aras de una nueva doctrina del enfrentamiento contra
«la herencia franquista» para una legitimidad frentepopulista fue clave en esta
lucha ideológica. Sin ella no cabe entender una juventud radical tan
ideologizada y guerracivilista en su ofensiva para deslegitimar la transición y
la Constitución de 1978. Se dice que las relaciones especiales de Zapatero con
el régimen –creado por Hugo Chávez sobre una base ideológica comunista y la
fortuna petrolera– surgen después de 2004 con los negocios de armas
bilaterales.
Habrían participado ministros españoles después asiduos del
Caribe, con lazos muy privilegiados en la capital clave que es La Habana, donde
radica el centro del poder estratégico del chavismo, financiado desde Caracas
pero dirigido por Cuba. Y competente en la expansión ideológica, económica y
cultural del chavismo, los negocios de la guerrilla colombiana de las FARC y
las compras de voluntades por todo el mundo. Incluidas las relaciones con el
régimen de Teherán, otro aliado de Chávez, apoyo directo para los agentes
chavistas españoles en la organización de Podemos y promotor de la alianza de
Civilizaciones de Zapatero. Hay quienes sugieren que las relaciones de Zapatero
con Venezuela son anteriores. Chávez tenía una clara motivación para derribar
al Partido Popular porque acusaba a José María Aznar de haber apoyado el
intento de derrocarle a él en abril del 2002. En todo caso, hoy vemos con
estupefacción el ignominioso papel de un expresidente español convertido en
desvergonzado protector de un régimen criminal y al actual Gobierno de la Nación
prestándole en ello impúdica cobertura. Aunque el poder insista en entretener a
la sociedad con corruptelas mezquinas del más vulgar corral político, aun hay
españoles que se preguntan cuáles son las verdades terribles y trascendentes
que se nos hurtan de estos tres lustros. Que arrojarían luz sobre las largas
sombras de siniestras complicidades que ocultan las causas profundas del
descarrilamiento de España. Y del amplísimo consenso del engaño que nos niega
los recursos para reaccionar con veracidad, convicción y coraje ante las mil
amenazas que nos acechan y paralizan.
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