SCHULZ PAGA LA FACTURA DE LOS REFUGIADOS
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Lunes, 15.05.17
El SPD gobernante en Renania del Norte-Westfalia recoge el
castigo por el descontento hacia la política migratoria, impulsada por Merkel
Cambio Los resultados sugieren que el fin de ciclo de los
partidos tradicionales llega a Alemania
La catástrofe electoral sufrida ayer por el partido
socialdemócrata alemán (SPD) es histórica, es completa y tendrá con seguridad
enormes consecuencias para toda Alemania. También para el continente, que ve
cómo el hermano mayor de la socialdemocracia europea acompaña a sus compañeros
en otros países en su caída hacia los infiernos de la crisis existencial. Que
cristaliza ya en un grave problema inmediato de cara a las elecciones federales
del 24 de septiembre. Porque aunque aún no ha dimitido Martin Schulz como
candidato a la Cancillería, es probable que este desastre haga replantearse una
vía que ya parece muerta.
Dijo ayer Schulz para disculparse que él no es «un mago». Lo
cierto es que tiene enfrente a una canciller que sí parece hacer magia hasta
con su debilidad. El SPD cae 8 puntos y cosecha su tercera y peor derrota en
tres elecciones de länder en tres meses. La pérdida del gobierno en Renania
Westfalia donde ha gobernado con una sola interrupción durante más de medio
siglo podría quizás adjudicarse a las debilidades de gestión de la presidenta
Hannelore Kraft. Ella dimitió ayer de todos sus cargos de inmediato.
Pero el desastre cuantitativo del SPD es demasiado serio
como para quedarse en el fracaso del gobierno de este gran estado federado, el
más grande, rico e industrializado. Se hunden también sus compañeros de
gobierno en Düsseldorf, los Verdes, en otro signo de los tiempos que es
generalizado en todo el país.
También esto sugiere que el fin de ciclo de los partidos
tradicionales llega a Alemania pero distorsionado por la figura de Angela
Merkel. Por su muy notable habilidad de copar espacios políticos ajenos y
movilizar desde el cálculo los sentimientos alemanes hacia su terrible
historia. Como por el efecto disuasorio para opciones «populistas» que tiene la
imagen de Donald Trump y del Brexit, que transmiten en un consenso coral
absoluto los medios en Alemania.
Ganadores
Se benefició de todo esto Merkel ayer de forma espectacular.
Su CDU suma más de 7 puntos hasta el 33,5%, tres puntos por delante de la CDU.
Previsiblemente podrá gobernar con la única alianza del otro triunfador de
jornada, el FDP liberal, que suma más de 3 puntos y se sitúa en un histórico
11,5%. Irrumpe también en el parlamento regional el derechista Alternativa para
Alemania (AfD).
Merkel resulta una compañera tóxica para el SPD. Las dos
legislaturas de gran coalición revelan que ella es la beneficiada y el SPD el
pagafantas. Ayer se vio de forma escandalosa. Todos los efectos de la oleada de
inmigrantes llegados por una decisión personal de Merkel los ha pagado aquí el
SPD gobernante.
El gobierno del SPD y de los Verdes de Renania Westfalia
paga la lamentable gestión de aquella terrible Nochevieja en la ciudad renana.
Kraft paga el aumento de la inseguridad ciudadana y los pasados desequilibrios
presupuestarios de los municipios. Cuando todo ello es cosecha pura de la
decisión de Angela Merkel del 5 de septiembre del 2015.
El SPD ha estado ayudando a la CDU en su militante,
permanente y tantas veces demagógica campaña contra el partido y todo
movimiento surgido a su derecha a consecuencia de la deriva de la CDU de
Merkel hacia la izquierda del centro. En esa campaña de acoso de llamar «nazi»
y disputar el derecho de existencia organizada a todo lo que surgiera a la
derecha de la CDU, el SPD ha sido un tonto útil perfecto. No actuó con la misma
entrega solidaria la CDU cuando a la izquierda del SPD surgieron Verdes y Die
Linke para comerle el electorado.
Así y todo, el derechista AfD ha logrado más de un 7%, está
ya presente en todos los parlamentos regionales y lo estará previsiblemente en
el Bundestag. Merkel ha logrado con ayuda prácticamente unánime de la prensa
alemana y los partidos parlamentarios, SPD a la cabeza, que se redujera
drásticamente la información, el debate y por consiguiente la alarma por los
efectos de los refugiados. Las buenas cifras económicas de los pasados meses
han sido otro regalo para la canciller. Así las cosas, todo apunta a que, salvo
catástrofe o crisis extrema, Merkel va a poder prescindir en septiembre de un
SPD desarbolado y forjar una alianza con unos liberales del FDP que volverían
al Bundestag.
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