VENEZUELA YA ES CUBA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC 06.08.17
El régimen ha entrado ya en una fase dura que estaba
prevista en los escenarios desarrollados en La Habana
Última opción La huida hacia adelante se forjó tras la
derrota electoral en las legislativas de diciembre de 2015
Venezuela ha cumplido su tercer día ya como dictadura
cubana, definitivamente despojada de toda apariencia o pretensión democrática.
El aparato ha entrado en una fase que estaba prevista como opción dura en los
escenarios desarrollados en La Habana, la auténtica capital de Venezuela desde
hace años. Con la destitución ayer de la fiscal general Luisa Ortega por la
fantasmal Asamblea Constituyente surgida del fraude y farsa del pasado 30 de
julio se consuma otro paso más a la consolidación de una tiranía que se rige
por la arbitrariedad del presidente Maduro y de la banda de delincuentes,
civiles y militares, que componen su entorno en la cúpula del régimen.
Sin duda es otro fracaso de Maduro esta huida hacia la
dictadura pura y dura, porque a él y al propio Raúl Castro convenía un régimen
que mantuviera apariencias democráticas. Diferenciado de la dictadura soviética
de la isla. El levantamiento popular y la propia debilidad lo han impedido.
Ahora que la dictadura ya no disimula tiene que imponerse claramente también en
la calle. Para ello tiene que sembrar más terror y dividir al frente opositor.
Antes de que pueda quebrarse el apoyo total de las fuerzas armadas al régimen.
Si logran desmovilizar a parte de la oposición y la presión en las calles, la
consolidación de la dictadura puede ser rápida.
Cuenta con la confusión y la pasividad internacional. Y con
la experiencia cubana para extremar la represión en épocas de tensión y gran
escasez. Cuba, mucho más pequeña y pobre, lo logra desde hace casi 60 años.
Maduro y la mafia comunista que le rodea aún creen que pueden aguantar y acabar
sus vidas en el poder como Fidel. Y quizás hasta ser también ellos celebrados
por una corte hipócrita e inmoral de líderes de la comunidad internacional.
Luisa Ortega será previsiblemente sustituida por un notorio
miembro de esa camarilla que es, en perfecto sarcasmo, el actual Defensor del
Pueblo, Tarek William Saab. Luisa Ortega, acusada de «complicidad con la
insurgencia armada» puede ser detenida en cualquier momento. Y puede pasarle lo
peor como a algunos altos dirigentes de la oposición.
Son momentos críticos para un régimen que aplica la última
opción de continuidad, preparada desde que las elecciones de diciembre de 2015
dejaran claro que ni con el fraude habitual podía el régimen de Nicolás Maduro
ganar ya unas elecciones. Venezuela no es ni será nunca Cuba, decían quienes se
reían de la amenaza del comunismo. Venezuela ya es Cuba. De la reacción de la
oposición dependerá para cuánto tiempo.
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