BANANENREPUBLIK
Por HERMANN TERTSCHABC Martes, 11.11.14
La ley ha sido doblegada en Cataluña por un consumado acto
de sedición liderado por una mezquina medianía que presume de astuto
NADIE con intención de
construir una iglesia a un Dios misericordioso intenta financiar las obras con
atracos y trata de blancas. Nadie que intente crear una sociedad más libre, más
justa y más unida lo puede hacer sobre la mentira sistemática. Nadie que quiera
una democracia más limpia y más solidaria se rodea de fanáticos de la
exclusión, de la imposición y de dictaduras pasadas o presentes. Y nadie que
tiene intención de corregir sus errores y sus corruptelas y sus delitos y
trampas, se esconde de los gobernados en guaridas inaccesibles, reconocer solo
lo obvio e intenta acallar a todo el que no le adule. Los separatistas no podrán
hacer otra cosa que copiar las miserias peores de tantos regímenes
nacionalistas, con sus desenlaces en caos o guerra. Los nuevos justicieros no
podrán inventar nada que no conozcamos de la rica literatura sobre las
ideologías criminales del siglo XX. Quien quiera una sociedad como la que
pretenden estos nuevos lunáticos españoles tendrá que matar mucho como hicieron
sus antecesores políticos. Les hará falta mucha de esa «voluntad bolchevique»
que uno de los dirigentes de Podemos, Íñigo Errejón, atestigua por escrito en
su tesis doctoral a Pablo Iglesias. Esa «voluntad bolchevique» es la que yo
atestigüé desde un principio a estos jóvenes cuando dije que harían todo lo que
consideren necesario para cimentar su poder una vez lo hayan alcanzado. Todo.
Nunca podrán crear, ni los
unos con la tribu ni los otros con el fanatismo igualitario, una sociedad en la
que todos aplaudan ser esclavos de las ideas del caudillo. Pero aplastarán toda
discrepancia como siempre se ha hecho en regímenes como los que, si un milagro
no lo evita, podrían surgir de los escombros de una España constitucional y
democrática a punto de desmoronarse por la corrupción, por la ineptitud, por la
cobardía y por la indolencia de sus elites políticas, culturales y económicas.
Y aquí estamos. Somos
un país de apariencia moderna, con una renta de Primer Mundo, grandes empresas
presentes en todo el planeta e integrados en todas las organizaciones de la
comunidad internacional desarrollada. Pero está claro que nuestra convicción en
la Transición de estar dejando por fin y definitivamente atrás la maldición de
la anomalía española fue un espejismo. Y hoy resurgen las viejas miserias de la
historia española por las grietas abiertas por la crisis y por las heridas
reabiertas por el revanchismo auspiciado por el execrable personaje Rodríguez
Zapatero. Retornan los peores instintos que nos espantaban en los relatos y la
literatura de la España que creíamos pasada. Ahora, como en los trágicos años
treinta, la ley ha sido doblegada en Cataluña por un consumado acto de sedición
liderado por una mezquina medianía que presume de astuto. Vista la catadura y
el nivel moral y humano de los principales caudillos del movimiento separatista
hay que escandalizarse por su éxito y exigir responsabilidades a quienes han
fracasado estrepitosamente en hacer frente a esta agresión a todos los
españoles. Si Cataluña es república bananera bajo esos personajes que se jactan
del engaño, España se ha convertido en una Bananenrepublik con el Gobierno que
ha tolerado lo intolerable. Que nos ha querido engañar para huir como siempre
del conflicto. Y nos ha herido en la dignidad de forma imperdonable. El
Gobierno de Rajoy ha fracasado en su compromiso más importante e ineludible.
Que la oposición socialista sea una lamentable aparición de política
espasmódica solo reafirma que España está en una situación de alarma. Le queda
poco tiempo a Rajoy para impedir que su nombre quede para siempre vinculado con
lo que puede ser la peor tragedia de España desde la Guerra Civil.
0 comment(s):
Post a comment
<< Home