EL SUFRIMIENTO BAJO EL COMUNISMO
Por HERMANN TERTSCHEnviado Especial a Berlín
ABC Lunes, 10.11.14
La canciller alemana, Angela Merkel, sale al paso de los
intentos de minimizar o relativizar el daño causado por la dictadura comunista
Izquierda
extrema La condena de la RDA llega cuando algunos socialistas buscan eximentes
para los herederos del comunismo
El cambio es posible Merkel aprovechó para
asegurar que la caída del Muro prueba que todo se puede cambiar
La
canciller Angela Merkel dio ayer una contundente respuesta a los intentos de
ciertos sectores de la izquierda en Europa y Alemania de relativizar la
dictadura comunista sobre suelo germano. «Nos inclinamos ante las víctimas del
Muro y de los muchos seres humanos que sufrieron infinitos padecimientos como
víctimas de la violenta dictadura comunista en la RDA (antigua Alemania del
Este) y otros países europeos». Así habló ayer la canciller en la inauguración
del Centro de Documentación de las Víctimas del Muro en la célebre calle
Bernauer de Berlín. Un nuevo centro de divulgación e información sobre la
represión y los crímenes del régimen comunista de Alemania ampliado ahora allí
que pasa a sumarse a los museos, centros permanentes de memoria y homenaje a
las víctimas del nazismo.
AFP Una multitud celebra en la
puerta de Brandeburgo la caída del Muro
El día de ayer, 9 de
noviembre, funde la conmemoración de las víctimas de las dos ideologías
criminales. En este día en 1938, el régimen nacionalsocialista lanzó un pogromo
en todo el Reich con numerosas víctimas y destrucción masiva de bienes judíos.
Pasó a llamarse la «Noche de los cristales rotos» (Reichskristallnacht) y marcó
el preludio a lo que sería el Holocausto que acabó con seis millones de judíos
europeos. Muchos entonces habían ignorado las señales inequívocas de la tiranía
y habían minimizado o trivializado las amenazas de la dictadura y su voluntad de
exterminio. Fue 51 años más tarde cuando cayó el Muro y marcó el hundimiento de
la dictadura comunista que había sido directo resultado de la guerra de
agresión lanzada por Hitler en 1939. La jornada de ayer conmemoraba por ello,
como bien dijo el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, el día de
mayor alegría de los alemanes con el día de su mayor vergüenza.
Con motivo del XXV
aniversario de la caída del Muro ayer no estuvo Merkel sola con sus
advertencias. El alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, y también el presidente del
Parlamento Europeo, Martin Schulz, recordaron la represión y los crímenes de
todas las dictaduras comunistas en el este de Europa. Los
intentos de presentar a la dictadura comunista como un régimen obediente a la
Unión Soviética, pero con ciertas eximentes responden a la coyuntura política.
Pactos con los
radicales
Llegan cuando ciertos
sectores de la socialdemocracia buscan eximentes para el partido Die Linke,
heredero del partido comunista de la RDA, con el que quieren pactar. Y que cuenta
con numerosos miembros muy implicados en el aparato de espionaje y represión de
la dictadura. En ciertos sectores del partido de la socialdemocracia (SPD) se
quiere proteger con estos comentarios una política de pactos con Die Linke que
ha sido criticada abiertamente por el Presidente de la República, Joachim
Gauck. Y que ya ha cristalizado en que el partido socialdemócrata entre en una
alianza en el Estado de Turingia con Die Linke para que, por primera vez desde
la unidad alemana, un miembro de ese partido, Bodo Ramelow gobierne un land.
Las palabras del
presidente levantaron ampollas en toda Alemania. Porque son muchos los que
consideran que, como máxima autoridad del Estado, el presidente debe mantener
una estricta neutralidad y jamás opinar sobre los partidos. Gauck, un
presidente de enorme autoridad moral, que fuera pastor protestante y miembro
del movimiento cívico en la RDA antes de la caída del Muro, dejó claro desde
que llegó al cargo que cree su deber levantar la voz ante lo que considere en conciencia
un error. Y cree que lo es que el SPD deje gobernar como si fuera un partido
normal al que no lo es, porque no acaba de distanciarse plenamente del partido
SED de la dictadura, del que es heredero, ni de las prácticas del régimen.
Merkel quiso ayer poner también énfasis en un mensaje
optimista. La caída del Muro demuestra, dijo, que todo es posible en el mundo.
«Que las cosas puedan cambiar a mejor. Los sueños pueden cumplirse. Nada está
condenado a no cambiar». Y se refirió expresamente a la situaciones más
dramáticas de la actualidad, como Ucrania, Siria o Irán. Para Merkel, los
alemanes orientales demostraron que las situaciones más desesperadas pueden
tener salidas felices. La lucha de los movimiento cívicos y la oposición a la
dictadura lo demuestran. No se resignaron jamás y finalmente llevaron a cabo el
milagro de la caída pacífica de la dictadura. También el alcalde Wowereit dijo
que el mensaje de Berlín para el mundo era el de la lucha sin resignación
posible allá donde exista dictadura, guerra y falta de libertades. Lo hizo en
el solemne acto de celebración en el teatro Schauspielhaus y en la suelta de
los globos blancos de luces a lo largo del trayecto del desaparecido Muro.
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