DE LA PROFANACIÓN SEMÁNTICA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 14.06.16
Pablo Iglesias lamenta el terrible crimen homófobo como si
fuera un caso de violencia de género
EL presidente Barack
Obama tiene ciertos problemas de adaptación con la realidad. Uno de los más
llamativos es su ya proverbial incapacidad para pronunciar el concepto de
«terrorismo islamista». Ha tenido la mala suerte de gobernar en una época en la
que la actualidad es pertinaz en hacernos hablar, pensar y escribir sobre el
terrorismo islamista. Sobre causas y autoría de centenares de carnicerías y
salvajadas que siembran el terror en las sociedades abiertas y nos han obligado
a cambiar hábitos y forma de vida. Pero el presidente, que relativiza tantas
cosas, en esto es inflexible. Como abogado exquisito a quien lo que más le
gusta es jugar al golf con multimillonarios en Martha’s Vineyard, Obama nunca
desciende al nivel del lenguaje de la mayoría de sus gobernados. Sabe recurrir
a mil alternativas en su sofisticada y displicente elocuencia. Pero jamás dirá
lo que dicen los demás cuando describen la verdad del «terrorismo islamista».
Ya pueden comandos del Estado Islámico pasarse una noche de caza humana por
París al grito de «Alá es grande». Aquello de París nunca mereció el calificativo
de terrorismo islamista. Era lógico que menos aún lo mereciera el autor del
atentado de Orlando, que ha matado a 49 personas y herido a 53 en el Club Gay.
No era suficiente que el hijo de un afgano admirador del talibán anunciara la
matanza como acción de ISIS, tuviera contacto con un islamista suicida y el
Estado Islámico reivindicara varias veces el atentado. Obama se deshacía en
divagaciones sobre la radicalización individual, la homofobia como patología y
sobre la falta de control de armas, su obsesión particular por vaciar o
liquidar la Segunda Enmienda de la Constitución Americana. La candidata Hillary
Clinton adoptó su misma línea.
Como era de esperar,
el candidato republicano, Donald Trump, hizo lo contrario. Denunció los
intentos de ocultar el carácter islamista de la matanza y pidió mayor reacción
de la comunidad musulmana norteamericana. Porque en la mezquita de Orlando se
ha justificado el matar a todo homosexual. Nadie denunció aquello. Y se sabe
que las mezquitas sin ese mensaje son excepción y no regla. Los exabruptos que
lance Trump se utilizarán después para desacreditar la verdad en que se basan.
Eso sucede ya permanentemente con el discurso político. Se oculta la verdad por
conveniencia y después se desacredita dicha verdad con el argumento de quién la
expresa y defiende. Ese es el mecanismo que destruye la credibilidad de la
democracia en todo Occidente. Porque la gente que no se beneficia del pastel de
mentiras ya se da cuenta. Y se está rompiendo la baraja. Desde una Austria o
Alemania donde tachan de nazi al que explica realidades creadas por la
inmigración o una España en la que eres un facha inmovilista si defiendes la
Constitución y la ley frente a separatistas, comunistas, compañeros de viaje y
gobernantes indolentes o cobardes. España es vanguardia en esta depravación
moral e intelectual que conlleva la sistemática profanación semántica de la
realidad. Ahí tienen al cursi del comunista Alberto Garzón que culpa del
atentado islamista al «heteropatriarcado». O a su parejita electoral, Pablo
Iglesias, que lamenta el terrible crimen homófobo como si fuera un caso de
violencia de género, pero nada dice cuando sus mecenas iraníes ahorcan
homosexuales por docenas. Pero ninguna de las mil infamias y eufemismos dolosos
supera la guinda de la miseria moral que puso Televisión Española, sí, esa que
dicen tan controlada por el PP. El telediario del domingo en TVE 1 ilustraba el
atentado islamista con el dibujo de un arma de fuego que apuntaba asesina a
inocentes figuras con los colores de la bandera gay. El arma tenía la forma de
una cruz.
DINERO ROBADO A VENEZUELA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 11.06.16
El Parlamento venezolano quiere saber el destino de los
pagos de dinero público de aquel país a individuos españoles que hoy dirigen
Podemos. En Venezuela hay, como en España, absoluta certeza –y en varios casos
pruebas– de que estos individuos, entre ellos Pablo Iglesias, Juan Carlos
Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Luis Alegre o Jorge Vestrynge, han
cobrado millones de las arcas públicas de Venezuela por orden directa de Hugo
Chávez. Según estas informaciones, lo cobraron durante y después de sus
estancias en Venezuela. Donde la mayoría residió en su doble papel de asesores
políticos del régimen y aprendices de las actividades de conspiración y enlaces
internacionales para sus futuras tareas de agentes en la formación de células
de penetración chavista en España. Alguno de ellos con estrechos contactos con
los servicios de información cubanos, cuyo papel en el control y la represión
política en aquel país es clave. El presidente de la Comisión Permanente de
Contraloría del Parlamento, Freddy Guevara, ha anunciado que la investigación
empezará ya la próxima semana y muy posiblemente partan pronto de Caracas
citaciones a Madrid para, entre otros, Pablo Iglesias. El presidente de la
Comisión de Política Exterior, Luis Florido, se hace cargo del caso lo que
revela la importancia que se da a la misma. Es vital localizar los fondos
públicos de todos los venezolanos desviados en 17 años por una cúpula corrupta,
dice.
Comparados con los centenares de miles de millones robados a
la hacienda pública por la cleptocracia chavista, los millones a la franquicia
neocomunista española parecen insignificantes. Pero seguir la pista al dinero
invertido en intentar destruir la democracia española es muy importante también
para la lucha de la democracia en la propia Venezuela. Si de allí salió la
financiación de esta peste ideológica, de allí salen ahora esfuerzos para
advertir sobre los objetivos y los resultados de la dictadura que financia esa
aventura. Que la investigación en España no pasara de torpes simulaciones se
debe a que el Gobierno español ha protegido a la criatura chavista hasta
niveles inconcebibles. Una actitud que pagaremos todos.
LA GORDA ANTE LA HORDA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 10.06.16
En los pueblos de la España profunda han empezado de un año
a esta parte las acciones de intimidación y amenaza
YA sabemos todos que
las encuestas no sirven para nada como dicen siempre los que aparecen
perdedores en ellas. Y que como mucho «son una foto fija» como subrayan también
los ganadores con la consabida falsa humildad, cautela o modestia. Pero lo
cierto es que la encuesta del CIS publicada ayer ha provocado muchos escalofríos
de espanto y reafirmado muchas euforias, reprimidas con esfuerzo. El régimen
constitucional ha entrado oficialmente en coma. Y los partidarios de darle un
golpe de gracia se agolpan ya en los patios del palacio. En varias regiones
desaparecen las fuerzas que defienden la legalidad. Los defensores de
dictaduras del pasado y del presente y apologistas de la violencia han
conseguido ya la hegemonía política y electoral en la izquierda española. Han
irrumpido con tanta fuerza y tantas complicidades en la lucha ideológica que ya
discuten a las demás opciones políticas el derecho a su discurso propio. Se
intimida y agrede desde hace años allá donde la brutalidad de la izquierda
extrema tiene cobertura del nacionalismo separatista. Pero en los pueblos de la
España profunda han empezado de un año a esta parte las acciones de
intimidación y amenaza por parte de los matones y chequistas bodalos. Y se
extienden sin cesar. Llegará la hora estelar de la revancha. Y aun está por
salir lo peor del acervo más siniestro. Pero estamos en ello.
Y era evitable. Con
algo de grandeza, generosidad, empatía y convicción política se podía haber
impedido esta deriva hacia el drama. Con atención y respeto, con sinceridad y
coraje para la verdad. Los millones que votan por romperlo todo no actúan
movidos por la ruindad del resentimiento ideológico. Al electorado lo mueve el
hastío ante la soberbia y la indolencia de quienes no ofrecen nada más allá de
su propia permanencia en los cargos. Los mueve la ira que produce el desprecio
a las angustias de los españoles honrados cuando se atiende a las
«sensibilidades» de ladrones y traidores. Y la indignación y la rabia por el
abandono, ante la total ausencia de un discurso inteligente nacional de defensa
de la ley y el trabajo que pudiera hacer frente al relato permanente del odio
que hacen los talibán leninistas. Pero lo peor no es ya que tengamos como
fuerza hegemónica de la izquierda en España a un movimiento neocomunista,
enemigo de las libertades y deudor de regímenes criminales extranjeros. Que
puede aún hasta superar al PP el 26-J a la vista de que el PSOE se queda sin
suelo. Ni que el orden y la ley dependan ya de los humores y caprichos de
enemigos de la Constitución y del Estado.
Lo peor, lo trágico y
humillante es ver a los supuestos defensores de los españoles que quieren una
vida en libertad y convivencia en una sociedad abierta bajo el imperio de la
ley. Que insisten en presentar como única salvación la opción que simboliza la
obstinación en el error que nos han traído hasta aquí. Se oye el grito de «Hace
falta más miedo». Hace falta terror para conseguir unas migajas de escaños para
quienes han estado sobrados de ellos cuatro años. Lo que haría falta son
figuras con grandeza y épica para batirse en campaña con la horda totalitaria.
Para convencer a los españoles de que se enmendarán los imperdonables errores y
disparates pero que hay que defender las libertades frente a sus enemigos. Pues
sacan a bailar a una señora gorda que, como Mariano Rajoy, se congratula de que
todo se ha hecho muy bien. Baila merengue. Y encima se parece mucho a Jorge
Moragas. La metáfora total. La gorda frente a la horda. Con semejante músculo
moral y político en este momento histórico, acabamos todos en el exilio.
LA BATASUNIZACIÓN DE ESPAÑA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 07.06.16
En Cataluña todos saben que ser defensor de la ley, la
Constitución y España solo genera problemas
EL vídeo de la
agresión de un grupo de hombres a dos mujeres en plena calle de Barcelona es un
testimonio terrorífico. De violencia y de la miseria moral que atenaza ya a
España y que nos puede hacer abrir pronto nuevas páginas negras de nuestra
historia. El deterioro de la convivencia, debido tanto a un nefasto y pertinaz
mensaje cultural antiespañol de décadas como a la subcultura de la impunidad,
es general en toda España. Y en algunas regiones como Cataluña alcanza ya una
virulencia amenazante y nauseabunda. Hay algo aún más terrible que la escena de
cuatro hombres adultos dando una paliza a dos mujeres indefensas por puro odio
a una bandera. Y es la imagen de esa paliza mientras decenas de viandantes y
curiosos asisten al espectáculo sin el mínimo ademán por intervenir. ¿Qué ha
sido de esta sociedad española que hace aún un cuarto de siglo tenía cierto
código de honor? ¿Cómo gente adulta y sana, que se considera decente, puede
pasar de largo cuando dos hombres pegan a una mujer en el suelo en plena calle?
Sigamos preguntando. ¿Cómo es posible que aún hoy la candidata socialista Meritxell
Batet no haya condenado la agresión? Aunque quizá sea más repugnante aún que
los futbolistas de la selección no hayan dicho nada. ¿Y ha dicho algo el
seleccionador, el I marqués de Del Bosque? Pues no. Los agresores sí: «Putas
españolas, iros de aquí, os vamos a matar». En la frase está todo. El odio a lo
español se convierte en vocación de limpieza étnica. Se enfadan los
separatistas cuando les llaman nazis. Pero se esfuerzan todos los días por
imitarlos mejor.
La clave está en el
grito de guerra. Con ese «Putas españolas, iros de aquí, os vamos a matar», los
agresores dejaban claro quiénes eran ellos y que forman parte del bando impune.
Ahí está una de las claves del éxito del separatismo. Porque los gobiernos
nacionales, presos del síndrome del antifranquismo, se han revelado incapaces
de defender nada que hubiera defendido el régimen anterior, por bueno, valioso,
decente y necesario que fuera. En Cataluña todos saben que ser defensor de la
ley, la Constitución y España solo genera problemas, represalias y sinsabores.
Mientras los que se declaran enemigos de la Constitución, las leyes y España
saben que pueden contar con ventajas profesionales y favores. Y gozan de una
perfecta impunidad que les otorga la falta de músculo moral de los gobernantes,
que es, como la de los testigos de la paliza de las mujeres, pura metáfora de
la quiebra moral. Pero estamos ya en otra fase. El proceso de batasunización de
Cataluña que se ha consumado con la dependencia institucional de los
filoterroristas de ERC y la CUP ha saltado a todo el territorio nacional. Con
el puente de plata a las instituciones que socialistas, en pleno naufragio, y
el Gobierno actual han construido para los neocomunistas de Podemos, se
batasuniza todo el mensaje de la izquierda. Y como no tiene enfrente nada más
que la permanencia de Rajoy, se ha batasunizado de hecho media España. Desde
Cádiz a Ferrol o Gerona. La ley ha sido derrotada por la política. La impunidad
del matonismo izquierdista, con la complicidad de las instituciones que domina,
ya refleja en toda España esa supremacía violenta de que goza el separatismo en
Cataluña. Los triunfadores avanzan por las instituciones. Sin nadie ya que los
deslegitime. Ganan a diario la batalla de las ideas, porque son los únicos que
esgrimen alguna, aunque sea demencial. Con lo que ganan los votos. Son nuestros
matones batasunos de toda España. Y cuando les disguste algo harán hablar la
calle.
EL MAYOR CÓMPLICE DEL CHAVISMO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 04.06.16
El principal objetivo de Zapatero es impedir el aislamiento
internacional del régimen
José Luis Rodríguez
Zapatero está de nuevo en Caracas. Y está allí para intentar salvar a Nicolás
Maduro, el presidente desautorizado, deslegitimado y pendiente de un
revocatorio para el que hay cinco veces más firmas de las necesarias. A cuyo
servicio se puso ya Zapatero antes de las elecciones del pasado 6 de diciembre,
cuando vergonzosamente aceptó un papel como observador del régimen pese a que
se había vetado toda otra misión observadora oficial. No se conoce el nivel
contractual de la relación entre el expresidente español y el caudillo chavista
que ya ha pisoteado todas las leyes de su propia constitución. Aunque él
siempre se presente como «mediador», la oposición ha dejado siempre claro que
considera a Zapatero un encargado de Maduro. El principal objetivo de Zapatero
es impedir el aislamiento internacional total del régimen que pudiera obligarle
a aceptar el revocatorio inmediato.
Eso forzaría a Maduro
a dejar de inmediato la presidencia y se abriría un proceso democratizador y
constituyente para la liquidación de la dictadura socialista. Zapatero está
allí para que eso no pase. Su grado de complicidad con la cúpula del régimen
quedó expuesta con vergüenza el jueves al saberse que había intentado convencer
a Albert Rivera de que no viajara a Venezuela. Habría que aclarar el papel del
ministro Garcia Margallo a cuya casa fue invitado Rivera para recibir ese
«consejo» que intentaba evitar el apoyo a la oposición perseguida y a los
presos políticos.
El deterioro de la situación en las calles es tan dramático
y vertiginoso que puede hacer inútil su éxito al impedir la radical condena
al régimen por parte de la OEA. Las manifestaciones se han convertido ya en
cotidianas y son espontáneas dada la angustiosa necesidad de alimentos y
medicamentos que ya se ha extendido por todo el país. El lunes ha convocado la
oposición al pueblo venezolano a manifestarse en favor del revocatorio que ha
de ser por necesidad en este año porque posponerlo al próximo permite al
régimen perpetuarse en el control del ejecutivo.
DE BANDERAS Y MÁSCARAS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 03.06.16
El auto judicial de Chaves, Griñán y Zarrías ha dejado al
PSOE sin campaña viable a tres semanas de la cita
EN ciertos sectores
de Podemos irrita la costumbre de sus nuevos aliados de Izquierda Unida de
acudir a todos los mítines y festejos comunes con sus banderas comunistas. Con
las de verdad y de siempre, las rojas con su hoz y su martillo. En Podemos
molesta la vieja parafernalia comunista porque estropea la nueva imagen. La que
presentaron ayer: un corazón multicolor y mucha sonrisa, los niños de las
flores y la gente feliz. Dicen. Saben que le han robado ya la cartera de la
hegemonía en la izquierda al PSOE de Pedro Sánchez, un chico facilón. Y muchos
creen que además es posible acercarse mucho al resultado del PP. Ahora ya es
Podemos el voto útil contra Rajoy. Porque el colapso electoral de los
socialistas es más que posible. El auto judicial de Chaves, Griñán y Zarrías ha
dejado al PSOE sin campaña viable a tres semanas de la cita. Un drama que es
una gran oportunidad para un Podemos sin estridencias, aceptable para la mayor
parte de la sociedad. No está ya nada claro que en la sociedad española hoy sea
mayor el miedo a Pablo Iglesias que el rechazo a Mariano Rajoy. Por lo que en
este juego de la polarización que ha fomentado el Gobierno puede pasar de todo
y cualquier cosa. Eso sin contar con algún imponderable propio de estos tiempos
como autos judiciales demoledores, acciones policiales o revelaciones
desestabilizadoras. O un atentado aquí o fuera. O el Brexit, que ponga todo
patas arriba. Podemos ahora pretenderá ser lo que quiera cada votante. Hay de
todo y para todos. Lo único que hay que querer es cambio, odiar
convenientemente al PP y querer echar a Rajoy de la política. No es mucho
programa. Pero desde luego es más concreto y excitante que la inexistente
campaña de un PP cuya única idea es que los españoles le deben votar a Rajoy
por gratitud a él o por terror a los otros.
Claro que son
comunistas en Podemos. Lo son todos los jefes. Son una franquicia de fuerzas
exteriores enemigas de nuestra democracia y nuestras alianzas. Con ayuda de
servicios de información de dictaduras extranjeras. La mayoría creció en las
mismas cuadras marxistas leninistas que el simple de su socio Alberto Garzón,
un comunista golpista a la nueva/vieja usanza. Iglesias sabe que dar la murga
con Lenin asusta a la gente. Por eso tiene ahora la caradura de negar ser
comunista cuando le preguntan en los publirreportajes del duopolio televisivo
italo-podemita. Ahí no ha de temer la repregunta de un periodista que le
confronte con su pasado y sus mil declaraciones que lo identifican
incuestionablemente como un comunista partidario de la dictadura y de la
represión de toda fuerza discrepante. Que lo desenmascaran como un duro,
partidario de ejercer el poder con las armas si se da el caso y partidario de
concentrar los medios de comunicación en manos del Estado. Pero él nunca ha
temido repreguntas porque los periodistas que se les acercan son rubias que
hablan del kamasutra o militantes tan leninistas como él, que no acuden a
preguntar sino a jalearle. Nadie ha plantado cara a la amenaza comunista con
bandera roja o sin ella. No lo hizo Rajoy porque cree beneficiarse del miedo.
No lo hizo Sánchez porque Iglesias lo acomplejó pronto y siempre lo quiso como
socio. Y no lo hizo el más capaz, Albert Rivera, porque no supo librarse del
buenrollismo generacional. Los tres han trivializado de forma temeraria un
peligro mortal para nuestra democracia y la estabilidad europea. Nadie quiso
desenmascararlos. El precio podría pagarse ya el 26-J. O tras otro desastre de
legislatura amputada. Dentro de un año.