NUESTROS JÓVENES DE SENTINEL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 30.11.18
Todavía no ha pasado. Pero cuando se vive en Sentinel te puede pasar cualquier cosa
EN una isla del oriente de la India llamada Sentinel del Norte vive una tribu de la que dicen que no ha tenido contacto con nadie en decenas de miles de años. No sé cómo se puede saber a ciencia cierta. El caso es que hay en esa isla entre cien y quinientos individuos de una tribu neolítica que han vivido a su bola, sin enterarse nunca de nada de lo habido en ningún sitio del mundo. Claro quedó que quieren seguir así cuando hace poco quiso visitarlos un joven predicador norteamericano. Había llegado de Washington y se empeñó en que él debía evangelizar a aquella gente. El reciente levantamiento de esta prohibición de visitar esas islas fue una fatalidad. Según se acercaba en una canoa a Sentinel murió bajo una lluvia de lanzas.
Muchos se han reído del muerto y han comentado que si quería predicar no le faltaba público al que convertir en su propio país y en tantos otros desarrollados. En los que no corría peligro, por mucha tabarra que diera. Se fue a Sentinel y lo mataron. Ha impresionado la tribu que defiende a lanzazos su aislamiento. John Allen Chau, que así se llamaba el pastor mártir, quería romper esa burbuja por su bien. Lo que muchos consideran una arrogancia impropia de los tiempos. Propugnan que sigan a lo suyo hasta que se extingan en su inocencia algo bruta. Sabiendo que no van a ser mucho más felices con más información de la que tienen. Se les puede observar desde satélites como si fueran insectos en un terrario. Pero otros piensan que esos neolíticos son unos pobres perdedores y que deben compartir suerte. Y que hay que civilizarlos ya. No era otra la intención del joven predicador que en su ingenuidad conmovedora creía que están en Sentinel los más necesitados de consuelo cristiano. Lo que están es satisfechamente desasistidos porque no intuyen nada de fuera ni de su propio futuro.
Los lejanos parientes neolíticos de Sentinel me han recordado a nuestra sociedad joven occidental y muy en especial española, interconectada todo el día con todo el mundo y, sin embargo, ignorante de todo lo que no sean sus diosecillos laicos, sus fobias y filias y sus supersticiones. Y su rotunda e implacable indiferencia hacia el mundo exterior como si jamás fuera a afectarle. Oigo mucho ese lamento de padres, ya abuelos muchos, que han sido desde el tardofranquismo políticamente activos o interesados, por su frustración al verse incapaces de despertar en sus hijos un mínimo interés por los acontecimientos dentro y fuera del país. Y por establecer interconexiones causales que permitan reaccionar. Aunque hayan estudiado y tengan sus trabajos y sus familias y sus intereses, se han desentendido tanto del mundo político, con razones o sin ellas lo desprecian tanto que todo lo ignoran. Y todo lo que pase les llegará como hechos consumados irreversibles, les cogerán desavisados, indefensos e inermes. El gusto por las pequeñas cosas, imprescindible para gozar la vida, el placer y el espectáculo se han convertido en la única distracción y compensación de las amarguras de la vida cotidiana. En esta distracción permanente, cualquier día amanecen con un dictador que rige sus vidas, con una patria rota en cuatro partes gobernadas por fanáticos totalitarios, con una secta musulmana que controla su bloque de viviendas o una embajada china o rusa que emite órdenes como antaño un virrey y las autoridades españolas obedecen. Que han decidido «civilizarnos». Todavía no ha pasado. Pero cuando se vive en Sentinel te puede pasar cualquier cosa.
LA INVASIÓN MÁS APLAUDIDA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 27.11.18
Quieren liquidar toda ley y frontera bajo la supuesta fuerza
moral de la necesidad
EN la prensa occidental se ha generado un clamor inaudito en
favor de unas caravanas de centroamericanos que pretenden arrollar la frontera
norteamericana, entrar violentamente en aquel país y establecerse a vivir allí
sin ninguna consideración a las leyes ni opinión contraria de las autoridades
norteamericanas. En países en los que se educa en el respeto a las leyes, una
inmensa mayoría de los medios de comunicación justifican, defienden y promueven
una gran invasión centroamericana en territorio soberano de los EE.UU. por su
frontera sur. Y además exigen que el país invadido no se defienda ni aplique
sus propias leyes. La unanimidad mediática en favor de la violación de unas
fronteras recuerda a la prensa nazi y soviética en sus aventuras invasoras.
La inmensa mayoría de los medios está de acuerdo en que los
miles de hondureños y guatemaltecos, que serían millones de centroamericanos o
mexicanos si tuvieran éxito y cundiera el ejemplo, merecen ser animados y
jaleados para que cometan ante las cámaras un delito masivo de violación de las
leyes internacionales y norteamericanas y una agresión a un país soberano. Les
parece bien que atropellen al Ejército y la Policía. El único problema que ven
para un final feliz de esta caravana invasora y un soberbio precedente para
miles de caravanas futuras es ese monstruo, Donald Trump, que se obceca en su
muy fascista y reaccionaria pretensión de hacer respetar las fronteras, las
leyes y la soberanía de la nación y el Estado que preside.
«Trump ordena disparar a matar», rezaban los titulares aquí
en España donde hace tiempo se ha perdido toda ecuanimidad y decencia a la hora
de titular, escribir y opinar sobre EE.UU. desde que llegó Trump a la
presidencia. En el texto se leía que los soldados y la Policía fronteriza tenía
orden de disparar cuando vieran peligro para ellos u otros. Es decir, que
tienen la orden de todos los Ejércitos y Policías fronterizas del mundo,
incluida probablemente la Guardia Suiza del Vaticano. Lo importante era titular
con un disimulado circunloquio del deseado «Trump asesino».
Así, los medios izquierdistas y las organizaciones de
agitación comunistas y globalistas, emulados por todos los demás medios que no
quieren aparecer como «trumpistas» y se unen por temor al discurso del
sentimientos que legitima para violar la ley, vuelven a ganar la guerra de la
propaganda. Y los políticos occidentales, en su amplio abanico del consenso
socialdemócrata, se pliegan a la misma máxima de hipocresía. Nadie quiere
aparecer como alineado con Trump ni como alguien que desprecia sentimiento y
necesidad ajenos. Así se ha generado una agitación ideológica en las caravanas
que frustra todos los llamamientos al sentido común y al respeto a las leyes.
Especialmente del país en el que se pretende entrar y vivir. Tengan cuidado los
que disfrutan con los problemas de Trump, porque esta operación no va solo
contra él y su frontera. Se pretende cuestionar todas las fronteras y todas las
leyes bajo la supuesta superioridad moral de una necesidad que todo lo
legitima. Como esta es subjetiva, se forja un poderoso recurso más del celebre
discurso del resentimiento para acabar con la ley y la soberanía de los
Estados. De las democracias, que son los Estados vulnerables al chantaje desde
dentro y fuera con el arma del sentimiento. Recuerden los españoles Ceuta,
Melilla y sus playas, y los europeos todas las demás, y piensen un poco en sus
hijos y nietos cuando gocen en televisión de la invasión del jardín de Trump
por el Río Grande.
PAISAJISMO IDEOLÓGICO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 25.11.18
Vivimos en un paisaje de falsas percepciones construido por una ideología izquierdista
OIGO en la radio que las mujeres españolas tienen miedo a andar solas por la calle. Veo que las televisiones han convertido la «violencia machista» en la obsesión a la que todo político se ha de plegar. Cuando las calles de España son las más seguras del mundo. Y en la lista de violencia mortal contra mujeres está en la cola. Estamos en la apoteosis de la alarma ideológica. Siempre selectiva. Convierte unos casos de agresión sexual y violación en escándalos de inmensa repercusión social. Otros de igual gravedad los ignora o relega para su pronto olvido. Oculta aquellos que perjudicarían a otro de los grandes mensajes utilizados por política y medios para la creación de este artificial paisaje ideológico. Junto a la violencia machista, la ideología de género, el frente LGTB, el animalista y otras puntas de lanza del discurso izquierdista, está la lucha contra la llamada «xenofobia».
Como tal se entiende toda crítica a la inmigración ilegal y a sus efectos negativos, toda demanda de mayores controles de las fronteras, la protesta contra la delincuencia de inmigrantes ilegales y la denuncia de la industria del tráfico de inmigrantes. Sus actores son las redes traficantes y organizaciones que se autodenominan «no gubernamentales» (ONG), pero casi siempre se financian con dinero del erario. Cuya prosperidad depende de su presencia en los medios, sus aliados para extraer fondos de las administraciones públicas. Es ya una evidencia que muchas utilizan medios fraudulentos para sus fines, tanto los operativos para facilitar la inmigración ilegal como los publicitarios. Con más motivación ideológica que humanitaria, tienen con los medios una complicidad de beneficio mutuo. Que cuestiona seriamente la credibilidad de la información sobre la tragedia inmigrante, su principal mecanismo de financiación.
Para no entorpecer ese frente, se reprimen y evitan las noticias sobre violencia machista inmigrante. Generan sentimientos negativos hacia alguien no europeo que no cuadra en la ficha adecuada del culpable, un hombre blanco occidental y heterosexual. Tiene prioridad sobre la protección de la mujer blanca y española el mensaje de la lucha contra la xenofobia. Sucede en toda Europa, desde aquella Nochevieja en Colonia y otras ciudades alemanas a la criminal trata de menores blancas por la red paquistaní en Rotherham. Al igual pasa con las noticias sobre violencia de mujeres o de parejas LGTB. Con un cuerpo mediático ideológicamente casi homogéneo, es importante cómo se trata la noticia. Pero lo fundamental es la selección de la misma. Se reprimen las que surgen sobre éxitos políticos, económicos o sociales de gobernantes enemigos, véase Donald Trump o Viktor Orban. Se oculta información negativa sobre Irán que patrocina a grupos comunistas como Podemos y se multiplica todo lo que hagan detestables a los saudíes, aliados de Israel y EE.UU. Así vivimos en un paisaje de falsas percepciones construido por una ideología izquierdista que quiere acabar con todas las resistencias a su implantación del mundo feliz. Nos asustan mientras nos roban la cartera, la verdad y la libertad.
LA DOBLE HIPOCRESÍA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 24.11.18
Trump se guarda su moral por mucho más dinero y puestos de trabajo que el Gobierno sanchista
En la permanente hipocresía de las democracias occidentales en sus relaciones con regímenes dictatoriales hay diferentes escalas de amoralidad y cinismo. En España tenemos un caso reciente ejemplar y gracioso de unos misiles que se transforman en amables láseres para el Gobierno de Pedro Sánchez. El milagro lo hizo un mensaje de Arabia Saudí que hacía saber que las corbetas que van a dar de comer a miles de gaditanos durante años tampoco son para regatas del amor. Sino para lo mismo que las bombas. Y que si no le daban los misiles no querían las corbetas. Y allá se fueron.
Arabia Saudí está ahora en la mira de todos los medios por el asesinato de un periodista saudí en su consulado en Estambul. Ha escandalizado por los truculentos detalles del crimen y por la sospecha de que fuera ordenado por Mohamed Bin Salman, el pujante Príncipe heredero. Trump intenta minimizar el caso por razones económicas y geoestratégicas. Ayer triunfaba «The New York Times» al revelar un proyecto de central nuclear norteamericana en Arabia Saudí por valor de 80.000 millones de dólares. Lo que sería la razón por la que Trump minimiza las conclusiones de la CIA que atribuye al príncipe la orden de matar a Khashoggi. Y lo publica como un reproche, cuando es razón lógica y de peso. ¿O alguien ha dejado jamás de hacer un negocio así por la certeza de que Castro o Xi Jing o Putin han ordenado matar como han hecho?
El mapa geoestratégico se mueve con Arabia Saudí, Israel y Egipto aliados con EE.UU. para frenar a Irán y Rusia en la región. Tras el desastre Obama, EE.UU. recupera iniciativa. Hay mucho interés por sabotearlo. De Irán, que asesina a disidentes a diario y paga mucho en propaganda en todo el mundo. De los odiadores de Trump que condenan en él lo que aceptan en Sánchez. Porque los moralistas chillan mucho allí. Pero Trump se guarda su moral por mucho más dinero y muchos más puestos de trabajo que el gobierno sanchista. Unos son más hipócritas que otros.
PACTO MIGRATORIO Y TRAMPA SADUCEA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 23.11.18
Merkel promueve el desarme de Occidente ante la inmigración
EN Alemania se cuece una revuelta. En Francia ya está en marcha. Ambas contra las élites políticas y mediáticas que imponen medidas ideológicas con total desprecio hacia sus poblaciones. Como «manuelacarmenas» furiosas con su Madrid Central. Las revueltas civiles contra el castigo al diésel empezó en Francia, pero se extenderá. Es parte, con la protesta contra la inmigración ilegal y el desprecio a fronteras y soberanía, de una resistencia multifacética que avanza, coge fuerza y gana en convicción en toda Europa. En Alemania, Angela Merkel ya ha sido víctima de ella. Sus derrotas electorales la obligaron a anunciar el comienzo del fin de su liderazgo. Renunció a la reelección en la jefatura de la CDU. Es un paso irreversible de salida, aunque pretenda terminar la legislatura en la Cancillería. Creía su partido poder rebajar así la tensión. Pero en pleno debate sobre su sucesión, Merkel aún presenta un legado envenenado. Y despierta masiva resistencia.
Se trata de la aprobación del Pacto Migratorio de las Naciones Unidas que, ahora se ha visto en el debate presupuestario en el Bundestag, es un nuevo y peligroso empeño personal de la canciller. El Plan Migratorio de la ONU es una trampa saducea que vacía de contenido las soberanías nacionales, cuestiona el derecho de defensa de las fronteras y por la vía de los hechos convierte la migración prácticamente en un derecho. Por eso lo han rechazado ya EE.UU., Austria, Hungría, Chequia, Polonia, Estonia, Israel y otros. Cada día se suma algún nuevo país. El documento globalista se deshace en buenas intenciones, legitima al final lo posible y lo imposible, lo legal y lo ilegal por llegar e instalarse allá donde se pretende. E inhabilita para evitarla a los Estados que no quieren tal inmigración. Son 34 páginas de prosa hipócrita de la ONU, pretenciosa, sentimental y tramposa. Legalmente no obliga a nada, políticamente condena a todo. Afirma que cada país tiene derecho a tener y aplicar su propia legislación sobre inmigración. Sirve para que Merkel y otros muchos promotores digan que el documento no es vinculante. Pero casi un centenar de puntos comienzan con un ominoso: (Los Estados firmantes) «Se comprometen a...».
Merkel sellaría así en una particular apoteosis su obcecada apuesta por el multiculturalismo, al que abrió las puertas con su traumática decisión del 4 de septiembre de 2015, cuando se saltó las leyes y abrió las fronteras a todo inmigrante que quisiera llegar. Muchos aplaudieron y se embriagaron con el lema de la canciller –«Nosotros podemos» (Wir schaffen das)– que recordaba otras frases que simbolizan cumbres históricas desastrosas del idealismo alemán. Pero el daño a la sociedad alemana de aquella decisión ha sido infinito y irreparable. Más del 90% de los llegados no tenían derecho al asilo, pero se han quedado y ejercen una brutal presión sobre el gasto y los servicios. Las ciudades, los barrios y los pueblos han cambiado y con ellos el talante de la sociedad y el propio escenario político. Vuelve ahora ese buenismo globalista cuyo origen en Merkel se atribuye a su juventud en la RDA, con un padre pastor protestante. También a la educación que consideraba positiva la desaparición de la nación alemana. A la que se enseñó a temer y odiar después de la guerra. Porque se culpaba a la nación de ser causa del nacionalsocialismo. No al socialismo, claro. El Pacto Migratorio es ya la nueva clave política. Hay revuelta en la CDU. Y hay un partido a su derecha, la AfD, que recibe con este delirio globalista de un Pacto Migratorio ideológico, antioccidental e indeseable, otro inmenso regalo de Merkel.
VIAJE A CUBA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 20.11.18
Sánchez y Zapatero, equipo de asistencia a dictaduras criminales en apuros
PEDRO Sánchez se va a Cuba el jueves. Dicen algunos que va a hacer un curso, que no un doctorado, sobre cómo gobernar indefinidamente sin elecciones. Allí de eso saben. Las primeras clases, que tratan sobre el necesario desprecio al honor de la propia palabra dada, a los gobernados burlados y a toda crítica de la oposición, se las puede saltar. Porque nadie puede enseñarle nada en eso a este jefe de Gobierno español. Pero más allá de lo que aprenda Sánchez de las formas de gobierno comunistas, es evidente que acude a Cuba a ayudar y proteger a la dictadura. A salvarla en momentos críticos, porque se derrumban los apoyos de que ha gozado desde que se hundió la URSS. Con Sánchez en Cuba y Zapatero en Venezuela, ambos esforzados en proteger estos regímenes, el PSOE parece una plataforma de asistencia a dictaduras criminales en apuros. Siempre con el trasfondo de negocios oscuros del triángulo Madrid-Caracas-La Habana. Con ello arrastra por el lodo su propio nombre y el de España.
Qué contraste con el nuevo presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que en un gran gesto de decencia ha puesto fin a un suculento negocio montado por la mafia castrista con los presidentes izquierdistas Lula y Rousseff. Más de 8.300 médicos cubanos trabajaban en Brasil, recibían el 30% de su sueldo y el resto lo cobraba directamente el régimen. Bolsonaro los manda a todos a casa. Venezuela, que durante veinte años ha colmado de regalos a Cuba, incluido el suministro gratuito de petróleo, ha colapsado. Ecuador desertó de la banda. Bolivia ayuda con la cocaína. Solo completa las enormes cantidades gestionadas y transportadas por las FARC colombianas y el régimen de Maduro que son ya el principal negocio del narcocomunismo que dirige La Habana. A los problemas se suma Donald Trump. No es como Barack Obama un simpatizante de leyendas guerrilleras comunistas. Ha impuesto sanciones a Cuba y en Washington se habla de intervenir en Venezuela, un terrible foco de inestabilidad, conflicto y crimen en la región. Venezuela es a todos los efectos una provincia cubana. Luego en una intervención contra la dictadura venezolana nadie descarte que se acabe haciendo lo que debió hacerse hace 60 años para impedir se asentara la dictadura criminal de La Habana, foco de toda la miseria ideológica totalitaria en el hemisferio.
Otra pieza en este puzle es Zapatero, mano derecha del narcodictador Nicolás Maduro. Amnistía Internacional, poco sospechosa de exagerar en cargos contra regímenes izquierdistas, acusa a las fuerzas de Maduro de más de ocho mil ejecuciones extrajudiciales en solo dos años. Eso casi triplica el número total de víctimas mortales –incluidas represión y terrorismo comunista– de toda la dictadura chilena de Pinochet en 16 años. Las comparaciones son insoportables. También para Cuba. Tras 16 años de régimen militar, Pinochet convocó un referéndum, lo perdió, acató el resultado y se fue. Había impedido en 1973 un golpe comunista que habría sumido a Chile en la miseria en que están hoy Cuba y Venezuela. Dejó un país en disposición de asumir el liderazgo en calidad democrática y desarrollo económico en Iberoamérica como de hecho sucedió. Los últimos años vivió Pinochet acosado también por quienes le debían eterna gratitud. Castro por el contrario recibía honores de gobernantes europeos sin dignidad ni vergüenza. Cuba lleva seis décadas bajo una miserable e implacable dictadura comunista. Veremos si acude a presentar sus respetos a la tumba de quien solo generó miseria, terror y dictadura el mismo Sánchez que quiere profanar y destruir la tumba de un dictador de muy diferente signo, cuyo gobierno fue cien veces más humano y infinitamente más beneficioso para su pueblo, el español.
LAS TRAGEDIAS EVITABLES
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 18.11.18
Cuando los estados no defienden su legitimidad instigan a la tragedia
MUCHO se ha escrito sobre el centenario de la Primera Guerra Mundial, sobre sus terroríficos efectos en destrucción de vidas y paisajes humanos así como en sus devastadores efectos culturales y políticos. Muchos han subrayado el drama que supusieron los acuerdos de paz, en Versalles y Trianon, que sembraron, con la humillación de los vencidos, la semilla para la guerra siguiente. Que fue el apogeo del poder y choque de los dos grandes regímenes criminales de la historia, el nacionalsocialista alemán y el comunista soviético.
Estas dos ideologías eran religiones sustitutorias del Dios muerto en aquel trauma universal. Ambas anunciaban un futuro determinado e inevitable con el triunfo total y universal de su ideología. Se impone ahora en todo lo escrito la convicción de que la Primera Guerra Mundial hizo inevitable la segunda. En curiosa adhesión a la tesis determinista. Lo cierto es que las democracias europeas surgidas de los imperios centrales tras 1918, especialmente la República de Weimar, tuvieron durante años ocasión, legitimidad y medios para combatir a sus enemigos.
No lo hicieron y se pagó. Puede que hubiera habido un régimen fascista alemán pero nunca habría sufrido Alemania el hitlerismo de haberse fusilado a Adolf Hitler tras su golpe de Estado de 1923 como habría sido lógico, legítimo y legal. Se le condenó a una ridícula pena de cuatro años que jamás cumplió. Durante su estancia en la cárcel bávara de Landsberg se dedicó a escribir su libro «Mi lucha» y a recibir a cómplices como si residiera en un hotel con despacho. Es decir, como un vulgar golpista catalán en la España de hoy.
España sería hoy muy probablemente una república y Francisco Franco habría sido un leal servidor a esa república hasta el fin de su vida como militar, si la república hubiera hecho frente a sus enemigos e impedido que desde sus instituciones y fuerzas policiales se sembrara el terror, destruyera la seguridad y la convivencia de los españoles. Él y tantos otros habrían muerto como jubilados militares republicanos si las fuerzas defensoras de las instituciones hubieran logrado imponer tras la represión de los golpes de Estado de 1934 un restablecimiento real de la legalidad y castigo eficaz de los culpables. Con el fusilamiento de los cabecillas revolucionarios. Se impusieron penas de prisión a golpistas que sabían que no las cumplirían, que serían puestos en la calle por quienes decían defender la república pero querían un estado soviético. Hoy no se puede ni debe fusilar a nadie. Pero los enemigos de España, del Estado, de la unidad nacional y de la democracia deben saber que quien se presta a un golpe de Estado no paga con la vida pero sí con treinta años de ella privado de libertad. Nada está escrito. El futuro está abierto. Por eso es aun evitable que nos deslicemos a una nueva colosal tragedia española. Siempre que funcione la disuasión, la herramienta más eficaz en la prevención de las catástrofes causadas por mano o mente humana.
JACTANCIAS Y MENTIRAS
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 17.11.18
Quienes se alegran
del caos británico no ven el que se prepara en la Unión Europea
Tienen gracia estos
días los comentarios sobre el acuerdo del Brexit en las tertulias españolas que
difunden incansablemente puré consensuado izquierdista. Se oye sobre todo que
los británicos han de hacer otro referéndum, reconocer su terrible error de
haberse querido ir de la UE y pedir perdón y permiso para quedarse. La opinión
a granel está hoy tan barata que todo lo inunda y apenas permite una opinión
distinta. Y aunque es cierto que el nivel del debate político es miserable en
España, en cuestión del Brexit no es menor esa jactancia en el resto de la
Europa continental.
Esta arrogancia de
los que creen estar en el lado bueno de la historia y que los problemas de
Theresa May les dan la razón es alimentada con eficacia en Europa por Bruselas.
Es propaganda interna de ese puente de mando de Bruselas que ordena y dispone y
no rinde cuentas, como advertencia disuasoria para otros miembros. Para los
que puedan considerar que el desmantelamiento de su soberanía que impone
Bruselas entra en conflicto insalvable con valores irrenunciables.
En el Reino Unido,
aun hoy, las decisiones del pueblo, una vez emitidas, son sagradas. Allí no se
puede como en Francia, Holanda o España, pedir opinión al pueblo y de no
gustar, hacer repetir la consulta hasta que salga lo que los jefes quieran. Ni
ignorarla y travestirla en el parlamento. Por cosas como esa también se han ido
los británicos. Que no solo por mentiras se dio el «Sí» al Brexit, como se
miente una y otra vez en el continente. El grado de sumisión tolerable por los
británicos es inferior al de sus socios. Un nuevo referéndum enterraría la
democracia en opinión también de británicos contrarios al Brexit. Con o sin
debacle parlamentaria o elecciones, May ha luchado por ese acuerdo frente a una
UE con mala fe por instinto de preservación. Que haya acuerdo o no, no se sabe.
Pero lo haya o no, el Reino Unido se ha ido. Y seguirá siendo un gran país
europeo, ejemplo en mucho y de muchos en el continente. Quien disfrute del caos
de Londres de estos días, verán el que se prepara dentro de la UE.
LA VIDA DE LOS OTROS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 16.11.18
La brutal arbitrariedad de Sánchez y socios nos promete la ruina
MUCHOS se sorprenden en España y Europa continental ante ese soberbio espectáculo de ministros del Reino Unido que dimiten uno tras otro porque las decisiones de su jefa de gobierno no son compatibles con su opinión, con su conciencia o con el voto de su circunscripción electoral que viene a ser lo mismo. En Westminster los diputados defenderán con la palabra y todos los colmillos retóricos la opinión y el interés de sus electores. Y es que eso solo pasa en esas islas y allende el Atlántico, allá donde gobierna el malísimo Donald Trump. El del imperdonable delito de decir todas esas verdades inconvenientes que la hipocresía socialdemócrata no tolera. Como que no se puede sacrificar la vida de los otros en aras de disquisiciones ideológicas. Ni destruir el trabajo ni el precario bienestar de los más pobres en aplicación de los experimentos sociales con seres humanos. Esos experimentos que tanto gustan a políticos de izquierdas, académicos, intelectuales, periodistas y otros privilegiados que pueden protegerse contra los efectos de la política que, con frivolidad, egoísmo y arrogancia, propugnan.
Si el Reino Unido es hoy la patria de la libertad y la responsabilidad, España lo es de la arbitrariedad y el desprecio, en una deriva hacia el desastre cada vez más similar a la previa a la Guerra Civil. ¿Y la UE, dónde está? La Comisión, tan dispuesta siempre a meterse en todo en la vida de las naciones y sus ciudadanos, guarda silencio ante tropelías y abusos de un gobierno que desmantela sin parar las defensas constitucionales y los derechos de los ciudadanos españoles. Callan los siempre dispuestos a difamar, acosar y demandar a gobiernos como los de Hungría o Polonia, que cumplen con la voluntad de sus programas refrendados por amplísimas mayorías absolutas. Nadie se queja de que las hordas de socios del Gobierno asalten la vivienda del juez del Tribunal Supremo que instruye el caso más importante de la historia de la democracia española contra el peor golpe de Estado sufrido desde la guerra civil. El juez acosado desde hace meses carece de protección mientras la Policía protege a responsables de estas acciones propias de camisas pardas nazis y bandas de sicarios comunistas.
Nadie protesta porque socios comunistas de Sánchez acosen a un partido legal como Vox y exijan la muerte y mutilación de los asistentes a un mitin. Y amenacen con una repetición de las matanzas de Paracuellos, con sus miles de muertos inocentes a manos de verdugos de aquel Frente Popular del que el Gobierno se siente heredero. Aplastan la libertad de movimiento de millones en el centro de Madrid por pura arbitrariedad y pisotean los intereses y derechos de todos sus habitantes, agreden a la industria del automóvil y sus cientos de miles de empleados, hunden los patrimonios familiares con su agresión al coche, amenazan a las gasolineras con destruirlas a multas si no se pliegan a un plan ridículo inviable, cierran las nucleares a diez años vista sin plan alternativo. Todo es ideología totalitaria y experimentación social y todo es desprecio a la vida de los otros.
La obscena ocupación de todos los resortes del poder va acompañada del total desprecio al control de la oposición y de los pocos medios no adictos, con casi todos los ministros inhabilitados por criterios aplicados a todo gobierno anterior. Con una brutal descomposición de las instituciones, del orden, la seguridad jurídica y la propia seguridad personal de los españoles. El Gobierno de Sánchez es una amenaza masiva e inminente para la democracia en España y la seguridad económica y física de los españoles. A ver si nos damos cuenta.
MENTIRAS DE GUERRA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 13.11.18
Nunca hubo separación real de poderes, ahora amenazan fusión
NO van a pedir perdón las televisiones del Frente Popular, La 1 y La Sexta a la cabeza, por mentir de forma tan brutal a los españoles con el montaje del francotirador. Con la decidida voluntad de engañar, propia de Nicolás Maduro, ese narcocomunista padrino de Podemos, los periodistas celosos de servir al nuevo régimen que ven venir convirtieron la patética anécdota de un pobre hombre en un atentado de comandos del franquismo contra Pedro Sánchez, el adalid de la justicia y el antifascismo. Cuando decían que era un experto francotirador mentían ya con la radical procacidad con que mienten las televisiones en los regímenes dictatoriales. No fue error, ni confusión ni mera manipulación; fue una construcción para la desinformación. Con el objetivo político concreto de criminalizar a la oposición. Todos sabían que no era francotirador de nada, ni experto en nada y que todos se reían de él en los concursos de tiro de pueblo, donde siempre quedaba el último.
Ya sabrán que el jefe de los servicios de información del interior (BfV) alemanes, Hans Georg Maassen, ha sido cesado por afirmar que las dramáticas noticias difundidas este verano sobre pogromos y cazas de inmigrantes en la ciudad alemana de Chemnitz tras la muerte de un alemán a manos de refugiados eran inventadas y sin base real ninguna. «Frei erfunden», todo inventado, dijo. Fulminado, jubilado a los 56 años. Era intolerable que el máximo jefe de los espías que valoran los peligros internos revelara que los periodistas y los políticos, Angela Merkel incluida, habían propagado mentiras sobre acciones neonazis inexistentes para desprestigiar al partido derechista Alternativa por Alemania (AfD). El miedo de la socialdemocracia a la derecha real produce monstruos.
Los medios alemanes son en su mayoría tan sumisos a la canciller como en España hoy lo son al fraudulento doctor Sánchez y a su escudero comunista, que parece el jefe. Comenzamos a acostumbrarnos al grado de intoxicación, falsedad y ocultación propio de regímenes caribeños. Lo que no se debe solo a que tenemos en el poder a expertos en desinformación formados por regímenes criminales del Caribe. Se debe a que hemos dejado de tener una democracia estable y hemos entrado en guerra entre quienes quieren preservarla y quienes luchan por destruirla. En la guerra, la verdad es la primera víctima y solo recupera importancia en el resultado final.
Ayer asistimos en España a otro hito en esta deriva hacia la destrucción del sistema, que fue el terrible espectáculo en el que el PP se prestó al indigno cambalache de los jueces con el PSOE, con el Frente Popular y Podemos de ficha oculta. Cegado por el cinismo, no ve el PP la mentira en la que, iluso, cree que participa. Cuando ya juegan sin reglas. La alianza socialista-comunista, ya pasó cuando Carrillo hijo escribió a papá Wenceslao, tiene una inercia radical. Su objetivo no es el buen funcionamiento del CGPJ, sino la impunidad de los encarcelados por comenzar en Cataluña ese golpe de Estado que quieren llevar al triunfo en toda España. El obsceno reparto desacredita al PP y fortalece al Frente Popular. Muchos jueces son ya suyos. Los otros le temen tanto que pronto harán como si lo fueran. La mala broma de la división de poderes que jamás existió está a punto de dar paso a la fusión de poderes, con las togas hechas una mierda de tanto ayudar al «proceso progresista» de destruir los diques constitucionales de defensa de la España unida y democrática. Triste chiste que la UE quiera sancionar a Polonia por su reforma judicial y asista a este infame juego de desmoronamiento institucional de España como quien oye llover.
FALTÓ LA VERDAD
Por HERMANN TERTSCH
ABC Lunes, 12.11.18
Era momento para la grandeza, pero solamente hubo grandilocuencia
Era la ocasión del siglo. Emmanuel Macron era el anfitrión de cerca de ochenta jefes de Estado y de gobierno. Era el orador en esta magna ceremonia en el centenario del 11 del 11 de 1918, cuando a las 11 y 11 minutos concluía la Gran Guerra, la matanza que devoró a millones de personas, destruyó pilares de la civilización y desató un caos moral y cultural y un delirio redentor de masas que generaría monstruosidades nunca vistas.
Era ayer momento para la grandeza. No pudo ser. Macron tiene grandilocuencia, que es otra cosa. El presidente y Francia patrimonializaron el recuerdo de una guerra que tuvo el fin que tuvo porque el mundo llegó al rescate de Francia. No Francia al rescate del mundo, como podría haberse pensado ayer. El discurso fue ocasión perdida para alguna idea que mereciera recordarse. Más allá del puré habitual de pensamiento correcto de la socialdemocracia bien alimentada.
Semejante superficialidad en un hombre culto resulta embarazosa. Faltó verdad. Sobraron letanías buenistas. Faltó profundidad y examen auténtico del momento cien años después. Con su dramatismo real.
Y sobró la obsesión con Donald Trump. Ya le había ofendido antes. Decir que Europa debe defenderse de Estados Unidos como de Rusia y China es un insulto a la nación que salvó dos veces a Francia de desaparecer del mapa.
Después, esa ridícula pretensión de que lo suyo es patriotismo y bueno y lo otro, lo de Trump, es nacionalismo y es malo. ¡Qué nivel, Emmanuel! En un acto de exaltación de Francia y mitin del consenso. Los que atacan a Trump por pedir respeto al himno nacional en los estadios.
Trump lo intuyó. Llegó por su cuenta y no se dejó, como otros, pastorear por Macron. Ni asistió al patético Foro de la Paz con Merkel, Macron, Guterres y otros, cuyos discursos y lenguaje explican el hastío que generan. Se fue a visitar a sus muertos en un cementerio americano.
Y en Londres, con la Reina de Inglaterra y sus amapolas en el cenotafio, sí hubo un acto sobrio de profunda dignidad. Por los muertos en la defensa de los valores y la patria. Lo auténtico existe.
EFEMÉRIDES Y CONSENSO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 11.11.18
La izquierda intenta mantener la hegemonía sobre el pasado
EL juego de las fechas es lo que tiene. En Europa hace demasiados años que pasan cosas a recordar y olvidar. No hay fechas inequívocamente «blancas». Hay sombras para todos y cada uno de los días del calendario. Se quiso convertir el 9 de noviembre, día en que caía el Muro de Berlín en 1989, en fecha para evocar el triunfo de la libertad que fue la derrota del comunismo. Pero un 9 de noviembre, en 1918, caía el imperio alemán, el Kaiser abdicaba y los comunistas alemanes implantaban el segundo estado soviético tras Rusia. Pero el 9 de noviembre tiene otra efemérides que lo ensombrece definitivamente, la Noche de los Cristales Rotos, en 1938, cuando el nacionalsocialismo alemán dio en su persecución de los judíos el salto al pogromo general, escala hacia el Holocausto. Hacía cuatro años el régimen hitleriano había aprobado las leyes de Nuremberg que despojaban a los judíos de derechos. Y sin embargo, dos años después de aquellas leyes inhumanas, democracias y dictaduras, intelectuales y gobernantes, se dieron cita en Berlín en los Juegos Olímpicos de 1936 en la inmensa exaltación del Führer, y todos los medios y visitantes cantaron las bondades y logros del nazismo.
Pero el 9 de noviembre de 1989, más allá de su significado como fin de la división alemana tras 1945, rápidamente se ha reconvertirlo en un «reencuentro entre alemanes» y hasta se intenta pervertirlo como fiesta «contra las fronteras y muros» en ataque a fronteras legítimas, ya sean de Trump o de Orban. Para despojarlo cada vez más de su carácter simbólico de la derrota del comunismo. Y es que las fuerzas dominantes en Europa se consideran otra vez mucho menos «anticomunistas» que «antifascistas». Los comunistas son solo compañeros que erraron en los métodos pero no en sus nobles fines que el sistema socialdemócrata comparte en su misión igualitaria y colectivista. Ahí tienen a Jean Claude Juncker que inaugura una estatua a Marx en Tréveris y pretende que su pensamiento es ajeno a la barbarie criminal desatada en su nombre. Con más de cien millones de asesinados en cien años. En el Parlamento Europeo, comunistas que defienden dictaduras asesinas y quieren destruir el orden democrático son tratados con exquisita atención. Mientras se margina y difama a una derecha democrática, solo por reclamar derechos para nación, individuo y conciencia. La socialdemocracia no se ve amenazada por los comunistas, sino por esa derecha que ha roto con el consenso socialdemócrata. Ese consenso perverso que ha llevado a partidos conservadores a compartir fines con la izquierda y acatar criterios neomarxistas de dominación, experimentación y control social. Fue ese consenso el que estranguló la Declaración de Praga lograda por Vaclav Havel que exige equiparación entre nazismo y comunismo. Es ese consenso el que impide se imponga el 23 de agosto, aniversario del Pacto Hitler-Stalin, como día de las víctimas del comunismo y el fascismo. Ese consenso ha quebrado. La libertad gana espacio. De ahí tanta alarma.
EL PERENNE DESENCUENTRO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado,
10.11.18
Trump
tiene otras prioridades que la desmemoriada Europa
Donald Trump partió ayer con Melania hacia Francia a
conmemorar el final de la Primera Guerra Mundial, aquel consumado colapso de
civilización que, tras convertir Europa en un inmenso matadero y cementerio,
abría la puerta al comunismo y al nacionalsocialismo para convertirse el XX en
el siglo europeo de fosas y hornos crematorios de las dos ideologías redentoras
y asesinas. Dos veces en un cuarto de siglo cruzaron los soldados
norteamericanos el Atlántico para salvar a Europa de sí misma. Pero hoy como
entonces, son los europeos los que pretenden dar lecciones a los
norteamericanos, sobre democracia o cómo votar. Los europeos, que han sido
fascistas, comunistas y nazis y después en su inmensa mayoría socialdemócratas,
se llamasen socialistas o democristianos, sumisos al Estado como antaño lo eran
a los reyes absolutos.
Trump se fue a Europa después de dos actos uno ignorado y
otro muy jaleado por la prensa norteamericana y europea, furiosa en su
hostilidad al presidente. Lo ignorado ha sido su comunicado solemne en homenaje
a los asesinados y perseguidos por el comunismo, con motivo del Día de Recuerdo
a las Víctimas. Más de cien millones de seres humanos inocentes han sido
bestialmente asesinados en estos pasados cien años en el altar de la justicia
social y el paraíso igualitario marxista. Pues los líderes europeos, esos que
se citan para recordar en París, han olvidado a esos cien millones de víctimas
del comunismo, ideología surgida de la exquisita Europa para enfangar en sangre
el mundo.
El presidente de EE.UU. ha firmado además un decreto que
inhabilita al inmigrante ilegal en EE.UU. para un futuro permiso legal de
residencia. En EE.UU., dijo, se puede entrar legalmente por puestos
fronterizos, no al asalto. Que es lo que pretende la columna de
centroamericanos agitada por el activismo izquierdista. EE.UU. tiene derecho a
defender sus fronteras y con este presidente lo hará. Además hay lío como
siempre con el recuento de votos en Florida. Pero Trump se ha ido feliz a «una
bonita ceremonia en París», satisfecho tras unas elecciones con cuyo resultado
vivirá bien y llegará mejor que otros al 2020.
MAGNICIDIO DE CINE CUBANO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
09.11.18
Inventan el
terrorismo de derechas para criminalizar a la oposición
MUCHOS chistes se
hicieron ayer tras anunciarse los peculiares detalles de los supuestos
preparativos de un atentado contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Desde el bigote de Maduro en la cara avinagrada de Sánchez al viejo Franco con
escopeta de caza posando como francotirador, eran ayer cientos las imágenes y
los chascarrillos, y muchos, buenos e imaginativos. Ante las rocambolescas y
oscuras informaciones, muchos han evocado los atentados falsos que «sufrieron»
Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el último el de los drones, atentados que siempre
sirvieron para atacar aún más a la oposición, para perseguir y encarcelar a
discrepantes y para crear leyes especiales que recortaran aún más las
libertades bajo la criminal dictadura venezolana, siempre según la escuela
dictada por los agentes cubanos. Se acumulan esas coincidencias con el perfecto
manual de agitación y desinformación comunista que socios privilegiados de
Sánchez como Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y tantos otros
comunistas de Podemos conocen tan bien por sus lucrativas estancias en Caracas.
La cosa no tiene
gracia. No porque tuviera posibilidad de hacer daño al doctor Sánchez este
señor mayor más o menos desequilibrado, según su entorno, del que los Mozos
dicen que es experto tirador y la gente del campo de tiro tachan de perfecto
inútil. Las televisiones, todas frentepopulistas, presentan este caso como un
«magnicidio» abortado in extremis. Resulta, como todo lo de este Gobierno,
ridículo y a la vez amenazante y peligroso. Ridículo porque parece que Sánchez
no quiere parecerse a John F. Kennedy solo por poses de fantoche dentro o fuera
del Falcon. Amenazante porque se adivinan las intenciones de esta gran
operación de intoxicación, muy acorde con la general deriva del Gobierno del
PSOE en su vocación de criminalizar a la oposición de acuerdo con sus aliados
chavistas. Ayer, Monedero ya pedía cárcel para periodistas y cualquiera que se
resistiera al rodillo comunista. Los medios sumisos al Frente Popular, gran
mayoría gracias a los gobiernos del PP, trabajan en la invención de un
«terrorismo de ultraderecha». Que sirva para trivializar el terrorismo real de
ETA, ya aliado objetivo del Gobierno, como para combatir con nuevas medidas a
la «amenaza franquista», en la que incluirán a todo el que no se una o pliegue
ante su discurso.
Para saber lo
realmente importante sobre este caso tan tóxico y tramposo, lo importante no es
saber cómo empezó la ridícula peripecia del «francotirador que es hijo del
último alcalde franquista de Rubí», sino las conclusiones que quieren sacar
aquellos que lo pretenden convertir en la prueba de una conspiración masiva
contra «el líder del progresismo». La primera información –cuando lleva un mes
en prisión el acusado– la publica «Público», panfleto digital filogolpista,
propiedad de Jaume Roures. Él es uno de los cerebros de la operación –con
Iglesias y Junqueras– que transforma el golpe de Estado separatista en una
amplia ofensiva contra la monarquía, la democracia y la unidad de España. Su
gran éxito es el Frente Popular. En la película, muy del estilo de los
servicios secretos cubanos ella, del francotirador ya han metido a Franco,
aunque ni en el auto del TSJ de Cataluña ni en declaraciones del acusado se
habla de Franco. Con el éxito añadido de tener mencionado al partido VOX.
Termina «Público» su artículo novelado y tóxico: «Queda claro que a partir de ahora
los servicios de inteligencia policiales deberán estar atentos a un nuevo y
amenazador perfil: el de los franquistas frustrados, sin filiación ni historial
violento, que de pronto están dispuestos a tomar las armas contra la Memoria
Histórica». Ahí caben todos los constitucionalistas. Sigan los líderes de los
partidos constitucionalistas peleándose, que cualquier día se despiertan, ven
un miliciano junto a la cama y creerán estar en el peor Caribe.
SIN VUELTA ATRÁS
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 06.11.18
El PSOE se alinea con el Carnicero de Mondragón contra
Ortega Lara
EL domingo supimos que no hay vuelta atrás. Que no va a
haber un retorno a la constitucionalidad del PSOE. Que ya ha cruzado con Pedro
Sánchez la línea roja, nunca mejor dicho, de llevar el sectarismo del Frente
Popular al enfrentamiento total con las fuerzas leales a la Constitución. Lo ha
hecho de forma tan brutal que muchos ayer aún no daban crédito a lo visto y
oído. Porque el domingo, el Gobierno y el PSOE, que días antes había tomado abiertamente
partido por los golpistas presos frente a los jueces en Cataluña, tomaba
partido por los separatistas y asesinos frente a las víctimas en Navarra y País
Vasco. Si gana este Frente Popular una permanencia en el poder, tratará a todos
los constitucionalistas como los trataba la masa filoetarra en Alsasua o como
los tratan los CDR en Cataluña. Sánchez ha llevado al Gobierno español a
alinearse con Arnaldo Otegui, el Carnicero de Mondragón y otros etarras
asesinos contra José Antonio Ortega Lara, Fernando Savater y otras víctimas.
Con los golpistas y terroristas contra los constitucionalistas y víctimas. La
imagen es tan demoledora como real.
No mintió Pablo Iglesias ayer. No se precipiten. Acotemos la
afirmación. No mintió cuando en su ya habitual gran comparecencia diaria en
ronda permanente por su cortijo mediático, esta vez en RNE, dijo a sus
entregados periodistas que «no nos estamos jugando sólo la aprobación de los
Presupuestos, sino la dirección histórica de España». Así es. En cuanto dice una
verdad, estamos de acuerdo. Es una verdad poderosa. Nos jugamos la dirección
que marcará el destino de al menos varias generaciones del futuro de España. Y
nos la jugamos de una forma radical y trascendente, como nunca desde años antes
de la Guerra Civil. Si en la guerra luchaban dos opciones dictatoriales
enfrentadas y al morir Franco todos querían democracia, ahora España se debate
entre la defensa de unas libertades conocidas en un sistema tan defectuoso como
mejorable y la enésima oferta de paraíso colectivista de un Frente Popular
cuyos visos autoritarios y vocación totalitaria son evidentes.
Parcialmente destruidos ya por el revanchismo los cimientos
de la Transición, se ha consumado esa ruptura del PSOE con la Constitución.
Como antaño. Ni los peores exabruptos revanchistas de Iglesias, ni la grosera
retórica miliciana de Sánchez y sus ninfas contra «las derechas» dejan tan
clara esa ruptura como el mensaje en Twitter del portavoz socialista en el
Senado, Ander Gil, que entrará en los anales de la infamia. «Y fueron a agitar
el odio a Alsasua los que nunca tuvieron que mirar por la mañana debajo del
coche, los que nunca despidieron a un compañero en un funeral...». Este mensaje
no iba dirigido a las hordas filoetarras que intentaban agredir a la
concentración y a los seguidores de Ciudadanos y Vox. Sino a los agredidos, a
Ortega Lara –532 días cautivo de ETA–, a Fernando Savater y las víctimas. El
Gobierno del PSOE tacha de provocación un acto en homenaje y defensa de la
Guardia Civil porque no quiere que los españoles vayan a defender a otros
españoles a esas regiones españolas que pretende entregar definitivamente al
golpismo y al separatismo a cambio del poder en Madrid. El homenaje en Alsasua
ha sido un éxito para la Fundación España Ciudadana y para todos los que
participaron. Porque ha abierto los ojos a toda España sobre qué es hoy el PSOE
y dónde está. Y ha expuesto la absoluta necesidad de unidad de acción
constitucional para impedir un Frente Popular que acabe no solo con 40 años de
democracia más o menos imperfecta, sino con la Constitución, la Monarquía, la
unidad de la Nación y largos ochenta años de paz.
TWITTER Y LA ARBITRARIEDAD
Por HERMANN TERTSCH
ABC
Domingo, 04.11.18
El golpismo intenta anular toda discrepancia tanto en redes
como en medios
ESTÁ claro que si acaban de bombardear Pearl Harbor no te
preocupan los baches al garaje en Hawai, si entran las tropas alemanas en tu
granja polaca no te irrita la fiebre de la vaca favorita y si te sorprende el
18 de julio de 1936 frente al Cuartel de la Montaña se te olvida la multa más
reciente. Salvando las distancias, por la misma razón, inmersos en un golpe de
Estado en España, no solo de los separatistas, con la complicidad de fuerzas
con poder directo o indirecto en el Gobierno nacional, que te suspendan una
cuenta de Twitter es lo de menos.
Y sin embargo, la ofensiva de cierres de cuentas en Twitter,
sus sanciones arbitrarias, intimidaciones y mecanismos de censura son tan
preocupantes como las amenazas de querella de Sánchez a ABC y otros medios.
Querella que se cuidó de no presentar contra información fehaciente sobre la
estafa de tesis doctoral de Sánchez. Preocupan las amenazas como los desprecios
del matonismo ya habitual en los ministros, contagiado por el jefe y que es
propio de los comunistas de Podemos en España y sus patronos en Cuba y
Venezuela. Y alarman las leyes especiales que este Gobierno se quiere sacar de
la manga para todo lo que le contraríe a él o a sus aliados comunistas y
separatistas.
Aunque Sánchez no tenga palabra hay que tomarse muy en serio
sus amenazas a los pocos medios que no defienden la operación que ha llevado a
los enemigos del Estado a tener un poder decisivo sobre el Gobierno de la
Nación. Van en serio, se consideran capaces y han demostrado que tienen el
mismo respeto a las leyes y al Estado de Derecho que sus socios Torra o
Junqueras, Otegui, Rufián o Iglesias: ninguno. Por eso hay que hacerles frente.
Allá donde se pueda. Nos jugamos no una legislatura ni unos impuestos. Nos
jugamos la libertad de los españoles para varias generaciones.
Es cierto que Twitter es muchas veces un nauseabundo
lodazal. Los peores se sienten iguales a los mejores y pretenden vomitar más
alto que ninguno. Twitter no tiene además el éxito de Facebook con sus 23
millones de usuarios en España. Instagram tiene 13 y Twitter que no llega a 5
millones. Pero es la red más política y como tal, las fuerzas de la extrema
izquierda despliegan una presencia masiva y control por medio de la tecnología
y su voluntad acosadora. Grupos de comunistas de Podemos concentran ataques
contra quienes se significan como defensores de España y de la legalidad. Y la
compañía forma parte de ese entramado globalista siempre amable a los
comunistas. Por eso hay que estar. Porque España ha entrado en una decisiva
batalla política y cultural. La Nación reacciona por primera vez en siete
lustros ante una larga agresión totalitaria que cree poder acabar ahora con
España y las libertades. Pero por primera vez esto puede acabar de muy
diferente forma. Con el restablecimiento de las libertades, el fin del acoso a
la verdad y la liquidación definitiva de la hegemonía mediática izquierdista
que ha traído a la sociedad española a este estado de postración.
HACIA LA DERECHA
Por
HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 02.11.18
En la CDU se pide, en la retirada de Merkel, un retorno a
valores conservadores
MUY nerviosos están los sesudos analistas y defensores de la
hegemonía socialdemócrata europea ante la retirada de Angela Merkel. Todos
sabían que algún día tendría que llegar, pero nadie quería añadir antes de
tiempo otro quebradero de cabeza, para el que nadie tenía ni planes ni remedio.
Ahora ya es inaplazable. Porque todo se puede torcer mucho para todos esos
gobernantes y aparatos de la Comisión Europea que desde hace décadas pretenden
que la Unión Europea sea un club socialdemócrata. Y que todos los países, voten
lo que voten sus electores, tienen que aplicar parecidas políticas
socialdemócratas. Y acatar las mismas directrices culturales y sociológicas
sesentaiochistas empapadas de neomarxismo con sus batallas ideológicas de
sometimiento, desde la ideología de género a la santificación de la
multiculturalidad y el globalismo.
Con el anuncio de Merkel de que, tras las dos catástrofes
electorales seguidas en solo quince días de octubre, renuncia a presentarse a
la reelección como presidenta de su partido la CDU, en principio solo renuncia
a la presidencia de la CDU y pretende seguir de canciller hasta el 2021. Pocos
creen que lo consiga. Así surge el debate que exige la sociedad alemana y que
Merkel ha ignorado. Por eso, por el desprecio socialdemócrata de las elites que
Merkel hizo suyo ha surgido un partido a la derecha de la CDU, la Alternativa
por Alemania (AfD) que cada día es más fuerte. Pese al acoso y el maltrato
abusivo de medios y demás partidos. La ciudadanía se aleja de esas elites
izquierdistas que representan fundamentalmente los medios y el mundo académico.
Un fenómeno que coge fuerza en Alemania como en otros muchos países europeos,
en EE.UU. o Brasil. El discurso izquierdista se agota por todo el mundo. Con la
batalla económica perdida, la izquierda solo sobrevivió en la hegemonía de su
masiva coacción cultural. Si se le da batalla y derrota, se hunde.
Ya hay tres candidatos a suceder a Merkel en la jefatura de
la CDU. La mujer, Annegret Kramp-Karrenbauer, ex jefa del gobierno del Sarre,
sería la sucesora deseada por la canciller. Dice «AKK» que «la CDU es el
centro». Otros dicen que no debe serlo. Porque a este paso acaba no siendo
nada. El Congreso será fascinante precisamente porque la elegida por Merkel
tendrá enfrente a dos candidatos que abogan por cambios profundos ideológicos.
Plantean un retorno a los valores de la política
conservadora que fueron pilares del partido antes de este largo viaje hacia la
socialdemocracia bajo Merkel. Y como combinación de esos valores con una
política que no rehuya el elemento nacional de batalla ideológica contra
globalismo, relativismo y todas las ofensivas culturales del izquierdismo. El
siglo XXI no exige inmigración en masa y multiculturalidad sino mayor cohesión
social y cultural y seguridad. Eso es lo que propone Jens Spahn, de tan solo 37
años y ministro de Sanidad del gobierno de Merkel. Su principal aliado
Alexander Dobrindt, exministro de Transporte de Merkel pide «una revolución
conservadora de los ciudadanos contra la revolución izquierdista de las
elites». El candidato favorito es Friedrich Merz, jefe del grupo parlamentario
purgado por Merkel en 2002, es menos contundente en sus expresiones pero
expresa un compromiso firme como liberal en lo económico y conservador en los
valores. Se perfila lentamente la pesadilla socialdemócrata que es un claro
giro de la CDU hacia un partido de la derecha. Inspirado en Sebastian Kurz,
canciller del gobierno de derecha hoy de más éxito y popularidad en Europa. Con
Victor Orban en Hungría, claro. Y con dos tercios del parlamento. Logrado en
elecciones. No como en España.