The Unending Gift

martes, noviembre 28, 2017

UN LUTERO POLÍTICAMENTE INCORRECTO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 28.11.17

Resurge hoy la voluntad de manipular el pasado como lo hizo el nazismo

HASTA en la muy católica Baviera proliferan. Los escaparates de las librerías en toda Alemania están repletos de portadas con su rostro. Se han publicado este año centenares de títulos. Es el «Lutherjahr», el año de Lutero. Se cumplen 500 años de aquel 31 de octubre de 1517 en que, según la tradición, aquel monje enfadado con Roma clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg. Las tesis condenaban la vida licenciosa del clero, la avaricia y el mercadeo vistos en su viaje a Roma y lo que llamaba paganismo de la Iglesia. No cuestionaba aún la autoridad del Papa pero exigía un debate público sobre las reglas de la Iglesia que era una declaración de guerra. Y la hubo. Mucha guerra. Desde entonces hasta que se firmara la paz de Westfalia en 1648, Europa estuvo incendiada por la guerra de religión que desencadenaron aquellas ideas de reforma y la reacción de la contrarreforma de los defensores de la Iglesia católica y el Papado. Para Alemania, Lutero supuso mucho más que un reformador o un hereje. Su traducción de la Biblia y la épica de su lucha por el pueblo contra el poder y las creencias extranjeras lo convirtieron con el tiempo en esencia de la identidad nacional. Aunque algunos principados y reinos alemanes siguieron leales a Roma, protegidos por la gran fuerza católica de los Habsburgo en Viena, Lutero es la figura que más se acerca al héroe nacional alemán.
Los alemanes no han olvidado a Lutero. Pero en las conmemoraciones unos prefieren recordar unas cosas más que otras. Así llegó la discordia. El énfasis en el debate público giró hacia la célebre judeofobia de Lutero. Tanto que sectores de la iglesia protestante se opusieron. Muy en contra de sus hábitos. La iglesia luterana teme hoy tanto la intolerancia que nadie hay tan relativista y sumiso al «zeitgeist». El antijudaísmo en Europa era común en el pueblo y en el clero. Grandes predicadores como Abraham de Santa Clara fueron furibundos agitadores contra los judíos. El problema de Lutero es que no es víctima solo de esa ridícula, peligrosa, necia y totalitaria tendencia a juzgar a personas y hechos del pasado con criterios y valores de la actualidad. Esa que lleva hoy a tanto fanatizado e ignorante, agitado por las modas izquierdistas de liquidación de la historia, a derribar estatuas de Pizarro, Colón, Jefferson o Rhodes.

El problema con Lutero es que su antisemitismo lo convirtió en el héroe absoluto del nacionalsocialismo. La celebración en 1933 de su 450 cumpleaños, con Hitler recién llegado al poder, sirvió para un inmenso despliegue de ceremonias y festejos que celebraron a Lutero como primer Hitler y a Hitler como segundo Lutero. Las banderas portaban la cruz gamada sobre la cruz cristiana. Eso aún pesa hoy en esa iglesia torturada por la mala conciencia. Una gran exposición en Berlín sobre la manipulación de la figura de Lutero bajo el nazismo se celebra en el museo de la «Topografía del Terror», donde estuvo el cuartel general de la Gestapo. Tan grotesco se antoja juzgar a Lutero por la manipulación de que fue objeto como intentar «explicar» el Holocausto a partir de Lutero. O pretender hacer de Lutero un espíritu tolerante y políticamente correcto. Hoy se ve en muchas universidades y en la calle en todo Occidente la misma voluntad que en la Alemania de 1933 de secuestrar el pasado para fines políticos actuales. Cierto que se toleran voces discordantes como no se toleraban contra la corrección política del nazismo. De momento. Pero bajo crecientes amenazas, cada vez menos y nadie sabe hasta cuándo.

lunes, noviembre 27, 2017

CAMBALACHE EN PELIGRO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 26.11.17

Hay afán por restaurar el falaz discurso del «nacionalismo moderado»

PUIGDEMONT pasea por Gante. Puigdemont se hace fotos con turistas. Puigdemont arenga a peregrinos de Gerona. Puigdemont pasea a españoles «progresistas». Puigdemont quiere volver. Puigdemont se quiere quedar. Puigdemont invita a Rajoy. Puigdemont desprecia a García Albiol. Los maltratados españoles ahora ya no solo estamos condenados a vivir todo el día pendientes de los malos humores e hipersensibilidades de una de las regiones más ricas y privilegiadas de España. Los españoles ahora hemos sido condenados a convivencia cotidiana en casa, de encender el televisor, con un delincuente mentiroso y charlatán. Todas las cadenas han decidido que es de vital importancia para todos nosotros saber en todo momento todo lo que diga, piense, pasee, respire, coma… Carles Puigdemont, ese ser mediocre enchufado del corrupto régimen, títere suplente de la mafia golpista.
Es difícil alcanzar a entender cuáles son los criterios que llevan a las televisiones a considerar máxima prioridad de sus fines informativos tenernos al tanto de todo lo que haga ese delincuente que hace unas semanas llevó a una región española al borde del enfrentamiento civil. El día 21 de diciembre gracias a las decisiones del gobierno de España entraremos en la siguiente variación del golpe de Estado. Si los españoles en Cataluña y fuera de ella no lo impiden, veremos cómo la derrota de una banda de cobardes y taimados golpistas lograda por unos servidores firmes y dignos de la Justicia española se transforma en la enésima concesión de privilegios a esos mismos golpistas para que restablezcan su poder y se legitimen de cara a los suyos y al exterior.

El culto al delincuente Puigdemont me recuerda a aquel genial ladrón francés, Jacques Mesrine, que con sus atracos, sus fugas y su carácter indomable alcanzó fama y simpatía no solo en Francia. La policía francesa, harta de él, lo cosió a balazos en una escapada en 1979. Mientras estuvo vivo, el público suspiraba por saber de sus comidas y mujeres o sus pasatiempos, dentro y fuera de la cárcel. Como nuestro Puigdemont, que dicen que podría ganarle a ERC, cuyo jefe está aun en Estremera. ERC tiene un problema. Con Marta Rovira, esa pobre mujer más elocuente cuando llora que cuando habla, no se gana ni compasión. Puigdemont, dicen, remonta. Pues lo mismo da. Porque el problema de Cataluña no está en Barcelona ni Bruselas. Sino en Madrid donde se lucha denodadamente por tender puentes y llegar a acuerdos con los golpistas para restablecer a toda costa el relato que, con horror, ven tambalearse: el de la «hegemonía natural» nacionalista en Cataluña. Les daría pavor un resultado que permitiera gobernar a Ciudadanos. Anunciaría el fin del largo pretexto del mal menor en La Moncloa. No se dará. Ya se ocuparon con plazos y fechas de que fuera imposible. Sin embargo, como ha sucedido estos meses, tampoco saldrá nada como esperan quienes no tienen otro interés que seguir donde están. En eso, en el fracaso del cambalache, depositan muchos españoles sus esperanzas.

MERKEL EN WEIMAR

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 25.11.17

La debilidad de Berlín, con su incapacidad para formar gobierno, alarma en todo el continente

En el pasado, Europa consideraba una pesadilla a una Alemania fuerte. Hoy sucede lo contrario. La debilidad política de Berlín, con su incapacidad para formar gobierno, alarma en todo el continente. El fracaso de las negociaciones para la coalición bajo Angela Merkel de CDU/CSU y liberales de FDP y Verdes antiliberales genera inmensa inquietud en una Europa que ya no puede ocultar sus fragilidades. Y en la propia Alemania, los vacíos de poder y sobresaltos políticos que otros países consideran rutina, producen zozobra y miedo. Como si los protagonistas tuvieran memoria personal de la República de Weimar.
Estos fantasmas del pasado explican que lo imposible hace semanas ya no lo sea. La descartada gran coalición entre CDU/CSU y SPD, que gobernó la pasada legislatura, comenzaba ayer a ser casi probable para la próxima. El líder del SPD, Martin Schulz, que ha liderado el rechazo a repetir esta alianza, flojeaba ante las presiones. Esto puede salvar a Merkel que, de seguir el bloqueo, podría pasar a ser ella misma objeto de la negociación. Ha tenido la inmensa suerte de contar con un jefe de Estado, Frank Walter Steinmeier, socialdemócrata con gran influencia sobre Schulz y el SPD, que podría quebrar esa resistencia a gobernar otra vez con Merkel.

Todo es posible. Pero parece que los fantasmas del pasado evitarán las urnas. Nadie quiere una repetición de elecciones que sería la primera… desde Weimar. Puede que haya Gran Coalición CDU y SPD. Puede que Schulz logre resistir a esa alianza, pero el SPD tolere un gobierno de minoría de CDU y Verdes. Y es posible un tripartito CDU/CSU con SPD y Verdes que llevaría a Merkel a dirigir un gobierno ya netamente de izquierdas. Los liberales habrían de esforzarse a mantener perfil propio en la oposición junto al derechista AfD, cuya irrupción en el Bundestag ha desestabilizado a todos. El cuadro político evidenciaría la deriva del sistema en Alemania. La heredera de la Democracia Cristiana de Adenauer y Kohl acabaría su carrera política como líder de una gran coalición socialdemócrata-ecopacifista.

viernes, noviembre 24, 2017

CONTRA LA ABULIA, EL IMPERATIVO MORAL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 24.11.17

Territorio y lengua son causas para redescubrir la voluntad de los españoles

SOSTENÍA Ortega en 1927 que «España es un pueblo morbosamente inerte en vida pública. Es el único europeo que no ha hecho nunca una revolución. (…) Yo no quiero –y menos a destiempo, es decir en el siglo XX– una revolución para España. Dejémonos de revolucioncitas. Más, al propio tiempo, notemos con toda claridad el significado grave de su ausencia en el pretérito. Un país sin revoluciones es un pueblo que lleva en el interior demasiados frenos». Lo recuerda José Miguel Ortí Bordás en su nuevo libro «Revoluciones imaginarias. Los cambios políticos en la España contemporánea» (Ediciones Encuentro 2017). El autor recorre por los dos últimos siglos de la política española para confirmar ese diagnóstico de Angel Ganivet que coincide con Ortega y que describe el padecimiento de los españoles como un «no querer, un estado de indolencia o de abulia colectiva, entendiendo por esta una extinción o debilitamiento grave de la voluntad».
Los españoles hoy también se comportan como una sociedad sin deseo, sin proyecto ni concepto de futuro que anhelar. Lo último que podrían recordar haber deseado colectivamente es el final del terrorismo. Quizás también las primeras elecciones democráticas. Por eso no escandaliza la abulia cósmica del presidente Rajoy. Que nunca ha mostrado interés de esbozar una mínima idea nacional de futuro o proyecto colectivo. Lo suyo es gestionar y solucionar problemas o pretender hacerlo. Salva obstáculos para continuar en la carrera. Eso se entiende por gobernar: el cambalache entre iniciados para preservar intereses propios y solventar cuitas, afrontar cada día con su afán y dejar que lo demás lo resuelven el tiempo y la desmemoria.
Esa falta de deseo, esa indolencia deriva en esa falsa tolerancia de la que nos jactamos. Que en realidad es solo indiferencia. Por eso se tolera hasta lo intolerable. Los españoles se han acostumbrado a la resignación indolente ante la injusticia y el abuso, venga del poder, del exterior o de su propia sociedad. Eso explica el éxito entre ciertas minorías de españoles de la militancia antiespañola que son los nacionalismos. Adoctrinados a desear, han sido seducidos por una identidad y leyenda que, por falaces y perversas que sean, generan anhelos y voluntad. Aunque su artificio de mentiras produzcan una militancia frívola y huera. Y hasta entre sus mayores fanáticos –se vio en los golpistas de la Generalitat–, la disposición a épica y sacrificio sea ridícula por escasa.

Hay indicios de que las agresiones y el deterioro de credibilidad y defensas del sistema son tales que hay ahora más que nunca la posibilidad de que la nación española salga de la abulia. Que surja su voluntad para su reafirmación frente a los enemigos declarados. Que sea capaz de desear con fuerza el acabar con tanta ofensa y atropello. A los partidos les da pánico la idea. Intentarán neutralizar esa voluntad a toda costa. Para ellos sería peor que una revolución. En todo caso si alguno político demostrara talento de líder, determinación, coraje y profundidad en su visión de futuro podría poner patas arriba el escenario político español. La idea nacional se moviliza por la voluntad colectiva reactiva de acabar con la amenaza territorial que tan cerca nos ha traído ya del enfrentamiento civil. Y poner coto a la liquidación cultural de la presencia española que acometen los separatistas en Cataluña, Valencia, País Vasco, Galicia o Baleares, especialmente con la persecución de la lengua española. Es poderosa la idea de una reconquista de España para liberar a los españoles en esas regiones de la violación sistemática de su derecho fundamental de vivir en su lengua en su patria. Por su libertad. Para muchos puede ser más que una idea poderosa, un imperativo moral.

jueves, noviembre 23, 2017

EL GENERAL SONRIENTE

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Jueves, 23.11.17

«Menos mal, pensé que tenía que fusilarte por rechazar mi rakija domachna (orujo casero)», le dijo a un periodista que había dudado un instante en beberse el aguardiente que le ofrecía.
Así era Ratko Mladic en el cénit de su poder, cuando en el corazón de la Krajina en Knin en 1991 se preparaba para expulsar a los croatas de la Herzegovina en la primera gran operación de limpieza étnica de la guerra yugoslava. Acababa de ser ascendido a general por el único que mandaba, el presidente Slobodan Milosevic, el que iba a ser el líder de la Gran Serbia.
Era Mladic bromista y campechano, emocional e implacable, simpático y brutal. Inmensamente popular en la tropa, un ídolo de sus oficiales y una leyenda para sus soldados. Se divertía con las aventuras de matar «árabes», como llamaba a sus compatriotas musulmanes.
Nació en Bozanovizi, en el monte Jahorina, a unos 25 kilómetros de Sarajevo, en un ambiente de brutalidad y odio, en plena ocupación de aquella parte de Bosnia, anexionada por la Croacia hitleriana de Ante Pavelic.
A su padre lo asesinaron antes de terminar la guerra. Él solía decir que decenas de familiares suyos habían sido masacrados por musulmanes pronazis. Primero de su promoción, muy fuerte físicamente, brillante y con gran memoria, siempre tuvo una personalidad expansiva. Como muchos militares, ferviente titoísta, al romperse Yugoslavia enfocó toda su rabia al fervor nacionalista y odio a Occidente, a los «árabes» y a los croatas como eslavos germanizados.
Mató sin mala conciencia siempre. Acusado de crímenes de guerra en 1996, no fue detenido hasta 2011. Iba armado, pero no ofreció resistencia.

Su peor castigo fue el suicidio de su hija Ana, que se pegó un tiro en 1994 con la pistola favorita del padre tras haber leído verdades sobre él. Dicen que aquello lo quebró. Ahora le queda poco, salvo el recuerdo a esta triste figura que fue el demonio que aterrorizó los Balcanes.

RATKO MLADIC, EL «CARNICERO DE LOS BALCANES», MORIRÁ EN LA CÁRCEL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Jueves, 23.11.17

El Tribunal Penal Internacional lo condenó a cadena perpetua por ser responsable del asesinato de 8.000 musulmanes en Srebrenica

Ayer llegó por fin una sentencia que no puede ser consuelo para nadie, pero que permite sentir la tenue satisfacción de un atisbo de justicia. El general serbobosnio Ratko Mladic ha sido condenado a cadena perpetua. Tras seis años de juicio, 530 sesiones y la comparecencia de más de 600 testigos, el Tribunal Penal Internacional para la extinta Yugoslavia dictaba ayer la última de las sentencias contra los principales responsables del genocidio perpetrado durante la guerra de los Balcanes. El caudillo militar de los serbios en Bosnia, cerebro de las operaciones militares de asedio de Sarajevo, Bihac y otras ciudades, el autor de la limpieza étnica y principal acusado de la matanza de más de 8.000 varones musulmanes en la localidad bosnia de Srebrenica, morirá en la cárcel.

Mladic entra ayer en la sala del tribunal para oír la sentencia

Los jueces del TPIPY le declararon culpable de diez de los once cargos de que era acusado, incluidos exterminio, asesinato, persecución y ejercicio del terror contra población civil, deportación forzosa y actos inhumanos. El caudillo civil de aquella guerra de exterminio de la población musulmana y croata en Bosnia, Radovan Karadzic, fue condenado el pasado año a 40 años de cárcel. El jefe de ambos y máximo líder de aquella guerra para la creación de una Gran Serbia sobre la mayor parte de la colapsada Yugoslavia, Slobodan Milosevic, murió en la cárcel en La Haya sin concluirse su juicio.
Mladic, el general sonriente, adorado por sus subordinados, tenía ayer inicialmente buen aspecto cuando entró a la sala contigua al salón de audiencias. Después se ausentó –su abogado dijo que sufría una peligrosa subida de tensión–, pero volvió para gritar que todo era mentira y aquello una farsa, por lo que fue expulsado antes de la lectura de la sentencia. Este tribunal quedará disuelto próximamente. Se creó con objeto de organizar la investigación, persecución y juicio de los principales criminales de guerra del conflicto de los Balcanes que durante gran parte de la década de los noventa desató las peores matanzas habidas en Europa desde la II Guerra Mundial.
Lo que empezó con las tensiones entre las repúblicas yugoslavas por sus diferentes criterios a la hora de afrontar el colapso del comunismo en toda Europa oriental escaló pronto hasta una guerra étnica, religiosa y civil en la que el Ejército federal yugoslavo se transformaba en fuerza militar a las órdenes del líder y presidente de Serbia, Slobodan Milosevic. Su proyecto era crear una Gran Serbia en todos los territorios con población de su etnia por grande que fueran la presencia de las otras etnias. Ocupó partes de Croacia en Eslavonia oriental y la Krajina para expulsar en campañas de terror a la población croata. En 1992 comenzaba la misma operación en Bosnia.

Oleada de terror
Toda la parte oriental fue objeto de una oleada de terror e inmensa crueldad para generar un masivo movimiento de población en fuga ante las fuerzas de Karadzic y Mladic. Fuerzas regulares y paramilitares ejecutaban y torturaban pública y masivamente a civiles de todas las edades, mujeres eran secuestradas, violadas y retenidas como esclavas sexuales, la mezquitas sistemáticamente destruidas en las escenas de peor vesania bélica solo comparables a las de tropas nazis o el Ejército soviético en la II Guerra Mundial.

Europa, conmocionada ante la brutalidad de la guerra y del largo asedio a la capital bosnia, evidenciaba su total impotencia. La intervención de fuerzas de interposición solo facilitaría la limpieza étnica serbia, como pusieron en terrible evidencia las tropas holandesas que permitieron a Mladic capturar a los 8000 musulmanes que asesinó en Srebrenica. Esta matanza hizo intervenir militarmente a EE.UU. a la cabeza de la OTAN. El general Mladic, el triunfador de la guerra patriótica que iba a liberar y redimir a los serbios de todas sus derrotas y sinsabores de siglos pasados, comenzó entonces su ocaso, que concluye ahora con la certeza de que jamás volverá a su pueblo de Bozanovici, donde le adoran y considerarán siempre un héroe de la patria.

miércoles, noviembre 22, 2017

EL JEFE MILITAR DE LA MATANZA DE SREBRENICA MORIRÁ EN LA CÁRCEL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Miércoles, 22.11.17

El Tribunal de La Haya condena a cadena perpetua por genocidio a Ratko Mladic

El general Mladic en Belgrado en 1993 - REUTERS

Hoy llegó por fin una sentencia que no puede ser consuelo para nadie pero que permite sentir la tenue satisfacción de un atisbo de justicia. El general serbio bosnio Ratko Mladic ha sido condenado a cadena perpetua. Tras seis años de juicio, 530 sesiones y la comparecencia de más de 600 testigos, el Tribunal Penal Internacional para la extinta Yugoslavia dictaba hoy la última de las sentencias contra los principales responsables del genocidio perpetrado durante la guerra de los Balcanes. El caudillo militar de los serbios en Bosnia, cerebro de las operaciones militares de asedio de Sarajevo, Bihac y otras ciudades, el autor de la limpieza étnica y principal acusado de la matanza de más de 8.000 varones musulmanes en la localidad bosnia de Srebrenica, morirá en la cárcel.
Los jueces del TPIPY le declararon culpable de 10 de los 11 cargos de que era acusado, incluidos exterminio, asesinato, persecución y ejercicio del terror contra población civil, deportación forzosa y actos inhumanos. El caudillo civil de aquella guerra de exterminio de la población musulmana y croata en Bosnia, Radovan Karadzic, fue condenado el pasado año a 40 años de cárcel. El jefe de ambos y máximo líder de aquella guerra para la creación de una Gran Serbia sobre la mayor parte de la colapsada Yugoslavia, Slobodan Milosevic, murió en la cárcel en La Haya sin concluirse su juicio.
Ratko Mladic, el general sonriente, adorado por sus subordinados, tenía ayer inicialmente buen aspecto cuando entró a la sala contigua al salón de audiencias. Después se ausentó -su abogado dijo que sufría una subida de tensión con peligro de muerte- pero volvió para gritar que todo era mentira y aquello una farsa por lo que fue expulsado antes de la lectura de la sentencia. Este tribunal quedará disuelto próximamente. Se creó con objeto de organizar la investigación, persecución y juicio de los principales criminales de guerra del conflicto de los Balcanes que durante gran parte de la década de los noventa desató las peores matanzas habidas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Lo que empezó con las tensiones entre las repúblicas yugoslavas por sus diferentes criterios a la hora de afrontar el colapso del comunismo en toda Europa oriental escaló pronto hasta una guerra étnica, religiosa y civil en la que el ejército federal yugoslavo se transformaba en fuerza militar a las órdenes del líder y presidente de Serbia, Slobodan Milosevic. Su proyecto era crear una Gran Serbia en todos los territorios con población de su etnia por grande que fueran la presencia de las otras etnias. Ocupó partes de Croacia en Eslavonia oriental y la Krajina para expulsar en campañas de terror a la población croata. En 1992 comenzaba la misma operación en Bosnia. Toda la parte oriental fue objeto de una oleada de terror e inmensa crueldad para generar un masivo movimiento de población en fuga ante las fuerzas de Karadzic y Mladic.

Fuerzas regulares y paramilitares ejecutaban y torturaban pública y masivamente a civiles de todas las edades, mujeres eran secuestradas, violadas y retenidas como esclavas sexuales, la mezquitas sistemáticamente destruidas en las escenas de peor vesania bélica solo comparables a las de tropas nazis o ejército soviético en la Segunda guerra Mundial. Europa, conmocionada ante la brutalidad de la guerra y del largo asedio a la capital bosnia, evidenciaba su total impotencia. La intervención de fuerzas de interposición solo facilitaron la limpieza étnica serbia como pusieron en terrible evidencia las tropas holandesas que permitieron a Mladic capturar a los 8.000 musulmanes que asesinó en Srebrenica. Esta matanza hizo intervenir militarmente a EE.UU. a la cabeza de la OTAN. El general Mladic el triunfador de la guerra patriótica que iba a liberar y redimir a los serbios de todas sus derrotas y sinsabores de siglos pasados comenzó entonces su ocaso que concluye ahora con la certeza de que jamás volverá a su pueblo Bozanovici, donde le adoran y considerarán siempre un héroe de la patria.

martes, noviembre 21, 2017

EL LENTO ADIÓS DE ANGELA MERKEL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 21.11.17

Los liberales dinamitan la coalición de subsistencia de la canciller

ANGELA Merkel ha fracasado en su intento de volver a formar gobierno. Pase ahora lo que pase, es el fin de la era que lleva su nombre. Aunque vuelva a presentarse en las primeras elecciones repetidas en la Alemania de posguerra, aunque ganara y aunque formara después quién sabe qué tipo de gobierno, la suerte está echada. Los intentos de crear una nueva coalición tricolor con dos partidos tan antagónicos como los liberales del FDP y Verdes voló por los aires en la noche del domingo. La política de continuidad cueste lo que cueste y de apañar consensos como sea ha sufrido una espectacular derrota. Artífice del logro para la democracia que es este naufragio del cambalache ha sido el líder de los liberales, Christian Lindner. Ha sido leal a sus votantes y roto unas negociaciones para un acuerdo que servía para formar gobierno y repartir cargos y prebendas y no para gobernar. Porque los Verdes, en total regresión a la profunda ideologización, al intervencionismo y a la intolerancia más grotesca, pretendían imponer condiciones indignas de una sociedad moderna. E inaplicables con respeto a las libertades individuales y económicas.
Merkel aceptaba las condiciones de todos, no solo en inmigración y en economía son contradictorias. Ella ha pescado mucho en aguas socialdemócrata y del ecologismo radical. Al tiempo que es implacable con cualquiera que se atreva a retar a la CDU desde el espacio de la derecha que ella ha abandonado. El gran triunfo de la Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones de septiembre, con 94 escaños del Bundestag, fue la señal de que la era de Merkel tocaba a su fin. Su «lucha contra la derecha» ( Kampf gegen rechts), que es un lema izquierdista, había fracasado. Ahora, son los liberales los que no acatan su autoridad y se niegan a aceptar componendas con el intervencionismo y fanatismo regulatorio de los Verdes. Lindner corre riesgos. Porque rompe el consenso socialdemócrata de todos los partidos que Merkel ha comprometido en el cambalache relativista. Y se alinea así con los únicos que han osado hacerlo, los derechistas del AfD, que dejan así de ser excepción marginada del sistema. Es el sistema socialdemócrata el que se resquebraja aun más. Esto supone un regalo añadido para la democracia. Alemania necesita como el respirar el debate público, el conflicto de ideas y la confrontación de intereses. Alemania necesita sobre todo muchas verdades tras tanta mentira consensuada para ocultar las devastadoras consecuencias de la política de inmigración. Ha de salir la verdad asfixiada bajo mantos de consenso, grandes coaliciones, medios domesticados y acuerdos interesados.

Merkel ya no tiene fuerza ni autoridad para asumir ese liderazgo alemán para las reformas en la UE. Europa espera a un gobierno nuevo de Merkel para intentar reactivar el eje franco-alemán y buscar remedio a una profunda crisis europea que se mantiene larvada. Europa está cogida con pinzas. Y nadie puede intentar acometer su reforma y refuerzo sin un gobierno en Berlín. Pero el pilar de la estabilidad europea de los pasados tres lustros ya no existe. La canciller no tiene relevo. Pero ante todo no tiene ya planes, objetivos ni ideas para esta Alemania tan rica, asustada, crispada y potencialmente inestable. Su único objetivo era justificarse y seguir. Muchos se preguntaban para qué. Como sucede en España, un gobierno sin más prioridad que su permanencia se convierte en un obstáculo a la solución de los problemas. Merkel también insiste en volver a presentarse. Es posible que gane. Es imposible que sea la solución. Las interrogantes para el futuro de Europa no dejan de crecer.

lunes, noviembre 20, 2017

UN DESEMBARCO ARGELINO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 19.11.17

La guerra a la inmigración ilegal exige un coraje que es muy escaso

LO que más asusta es la calma con la que algunos se lo toman. Televisiones, radios y medios escritos informaban ayer como de un vulgar suceso de lo que es, por desgracia, mucho más que eso. En 24 horas habían llegado ayer a la costa murciana al menos 44 pateras con cerca de quinientos inmigrantes ilegales, en su inmensa mayoría jóvenes varones árabes. Con un dato muy especial a tener en cuenta: procedían de Argelia. Que es sin duda el punto de origen más temido por quienes observan la situación de la seguridad en el Mediterráneo y las fronteras europeas a medio plazo. Argelia ha cuadruplicado su población en medio siglo y es con más de 40 millones de habitantes ya el país más poblado y más joven del Magreb.
El comienzo de una presión migratoria ilegal argelina tolerada o no reprimida por sus autoridades es una de las pesadillas más consistentes para los responsables de la seguridad del flanco meridional europeo. La costa mediterránea española podría convertirse rápidamente pronto en un escenario dantesco, como los que se han ofrecido en ciudades portuarias italianas en el pasado año. De repente, el viernes las pantallas de vigilancia de la costa en Cartagena comenzaron a detectar movimientos en lo que pronto parecía toda una invasión, obviamente organizada y sincronizada, de pequeñas embarcaciones. Buques de Salvamento Marítimo salieron a interceptarlas y todos los inmigrantes ilegales fueron traídos a suelo español. El único que realmente parecía ayer ser consciente del gravísimo momento era el delegado del Gobierno en Murcia, Francisco Bernabé. Calificaba sin ambages esta oleada de pateras como «un ataque coordinado contra nuestras fronteras y, por tanto, contra las fronteras de la UE». E intentaba subrayar la necesidad de que estos inmigrantes fueran expulsados. No lo decía tan claramente, porque no sería delegado de este gobierno si lo hiciera. Decía que había que controlar antes, lo que se sobreentiende, si hay algún caso que pudiera ser aceptado como refugiado político. Lo más seguro es que no lo haya. Lo casi seguro es que al final todos se queden deambulando por España o prosigan hacia el norte de Europa.

Los traficantes parecen haber cambiado su ruta después de los Balcanes e Italia a España. Pronto podríamos estar con decenas de barcos de ONG e instituciones oficiales creando un flujo constante de inmigrantes ilegales desde Argelia a España, como se ha hecho en la costa libia con Italia. Las consecuencias para la seguridad de España y toda Europa son incalculables, pero en todo caso aterradoras. Nadie se atreverá en España a proponer como han hecho políticos en otros países europeos que el salvamento debe consistir en rescatar a los náufragos y devolverlos a la costa de origen. Pedir un discurso y una política sólidos en defensa de la inmigración legal y por tanto de guerra a la ilegal es algo que exige sentido común, valentía política y ganas de decir la verdad.

BIENVENIDO ANTONIO LEDEZMA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 18.11.17

Ledezma viene a Madrid. Considera que para la lucha por la libertad de Venezuela aquí será más útil

Antonio Ledezma, el que fuera alcalde metropolitano de Caracas, con Leopoldo López el preso político más destacado del régimen narcocomunista de Venezuela, se le ha escapado al dictador Nicolás Maduro. No puede haberle gustado al patético caudillo. Lo tenía, como tiene ahora a López, en arresto domiciliario. Ledezma estaba así desde hace mil días, pero a él no le han enredado en contradicciones los servicios de información del SEBIN, a la postre lacayos del cubano G2. Este es el gran especialista en destruir personalidades, liquidar conciencias y hundir ánimos. Ha sido clave en dinamitar la Mesa por la Unidad Democrática (MUD), la oposición infiltrada y parcialmente comprada. También en acallar la protesta en las calles.
A Ledezma no han conseguido romperlo. Ha tenido la sangre fría para escaparse del arresto domiciliario y cruzar la frontera hacia Colombia cerca de la ciudad de Cúcuta. A Maduro se le escapa uno de sus rehenes favoritos. Hay que esperar alguna reacción de destemplanza. Ledezma, como millones de venezolanos, ha visto con desesperación cómo quebraba el frente de oposición tras meses de levantamiento heroico de los jóvenes. Las elecciones de gobernadores que volvieron a ser un gigantesco fraude hundieron a la oposición que decidió participar. El resultado ha sido una rápida consolidación de la dictadura, ya abiertamente de corte cubano. En estas circunstancias la vida de Ledezma corría serio peligro. La comunidad internacional tiene que redoblar su vigilancia de la situación del resto de los presos incluido Leopoldo López.

Ledezma viene a Madrid. Considera que para la lucha por la libertad de Venezuela será más útil en Madrid y viajando por el mundo que amordazado en su domicilio en Caracas. En Madrid le espera su mujer Mitzy Capriles, una de las más activas personalidades del exilio venezolano. Es Ledezma probablemente el hombre adecuado para forjar un frente que presione a la comunidad internacional, ante todo a EE.UU., para evitar la trágica estabilización de la nueva dictadura cubana en el continente americano. Esperemos que tenga en España toda la ayuda que merece la causa.

viernes, noviembre 17, 2017

REVUELTA ANTIFRANQUISTA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 17.11.17

No se pueden mutilar 40 años a una gran Nación

LA Diputación de León y el Ayuntamiento de la ciudad de León acaban de aprobar por heroica unanimidad «retirar los honores concedidos en su día al general Francisco Franco y eliminar las huellas de su régimen en la provincia». Cuando se cumplen 42 años de la fecha en que el general moría en la cama como jefe del Estado de un régimen sólido y por nadie amenazado, surgen las revueltas temerarias contra el dictador. Políticos desprestigiados juegan al maquis, a la gesta antifascista para las televisiones, al hoy tan asequible arrojo antifranquista, y despojan a Franco de los honores que le otorgaron estas instituciones en toda España. Pretendiendo enmendar supuestos votos no voluntarios y libres. Es probable que en 1950 fuera difícil votar contra unos honores a Franco en un ayuntamiento español. Aunque quizás no tanto como hoy lo sería votar a favor de él en algunos rincones de España. Desde luego en febrero de 1974 nadie obligaba al Club de Fútbol Barcelona a entregarle su máxima distinción a Franco, ni a «La Vanguardia» a babear fervor franquista.
Más allá de la ridiculez de todo el asunto, si nos metemos en las paupérrimas mentes sectarias de nuestra izquierda y las igual de paupérrimas y además acomplejadas de la derecha, puede tener sentido dedicar tiempo a quitarle honores a quien debe ser oficialmente odiado y vilipendiado por la cofradía del bien pensar para tener certificado de buena conducta que después lo permite todo. Lo que resulta una aberración es la parte de la resolución que reza «eliminar las huellas de su régimen en la provincia». ¿Qué huellas del régimen van a eliminar? ¿Barrios de vivienda social, carreteras, túneles, universidades, algún pantano quizás? ¿La inmensa obra civil y social de 40 años de esfuerzos de toda la sociedad española que llevó a España de ser la pordiosera de Europa con Rusia a estar cerca de los primeros países del mundo? Quieren eliminar «las huellas del franquismo» sin entender que son ellos mismos, sus casas, el agua que beben, su educación, sus escuelas, las conquistas de sus padres. Y sus errores. Y sus crímenes. También sus mentiras. Que han llevado a esta sacrosanta democracia al borde del abismo de la inviabilidad y el fracaso. Por estar construida sobre cimientos de falacias que impiden sus enmiendas y mejoras. La democracia es mucho mejor que aquella dictadura. Aunque no deba dudarse tampoco de que aquella dictadura fue menos mala que la que evitó. Pero mal está una democracia cuando hay que mentir en ella tanto como en dictadura.

Se empezó mintiendo al pretender que, salvo cuatro generales, «fachas», marqueses y obispos, todos los españoles habían sido antifranquistas. Muy clandestinos, eso sí. Se acaba mintiendo en casi todo. Así, la estafa se hizo habitual y la falta de honestidad y el cinismo, costumbre. Por eso, la juventud no entiende nada porque nada verdadero se le enseña entre consignas sectarias. Así, la mentira cada vez más delirante lleva a regiones enteras a lanzarse a la autodestrucción. De haber afrontado el pasado con más honradez, más coraje para defender la justicia y la verdad, hoy se valoraría más la probidad y no se aceptaría la impostura como costumbre. Cuarenta años de la vida de un pueblo no pueden arrancarse y sustituirse por fabulaciones necias sin romperle la columna vertebral y el alma. Por eso la obsesión por combatir fantasmas del pasado con falsedades nos ha traído al borde de la autodestrucción. Por esa mentira obsesiva, fuente de tantos males nuestros, fruto de la cobardía. Que tiene en España secuestrada a la verdad, la única receta para la fortaleza y la libertad.

HERMANN TERTSCH DISERTÓ AYER EN SEVILLA SOBRE «ESPAÑA Y EUROPA EN LA ENCRUCIJADA»

«Somos uno de los eslabones más débiles de la Unión Europea»

Por Pedro Ybarra
ABC SEVILLA  Viernes, 17.11.17

Hermann Tertsch disertó ayer en Sevilla sobre «España y Europa en la encrucijada»

El Club Antares acogió anoche un encuentro con el periodista Hermann Tertsch sobre «España y Europa en la encrucijada», acto convocado por la asociación Ademán y moderado por el periodista Romualdo Maestre. El columnista de ABC fue presentado por el catedrático de Historia, Rafael Sánchez Saus, quien lo definió como «un acerado crítico de las imperfecciones del sistema». Durante su intervención, Tertsch desveló ante los doscientos asistentes las tensiones que se viven actualmente en Europa. Compartió su visión sobre la política de Merkel, las llamadas a la inmigración y la falta de voces críticas, «una de las grandes plagas para el pensamiento», dijo. «Estamos poniendo en peligro la Unión Europea porque estamos cogidos por pinzas, entre otras cosas porque nosotros somos hoy en día uno de los eslabones más débiles». Defendió «la importancia de los estados nacionales». También habló sobre «multiculturalidad», que «es lo contrario de lo que parece. Lo que rompe las sociedades en guetos», afirmó.
                                                                          JUAN FLORES
Rafael Sánchez Saus, Hermann Tertsch y Romualdo Maestre

Fue muy crítico con Rodríguez Zapatero, «el personaje más tóxico para España desde la Guerra Civil», por destruir los elementos de autodefensa que teníamos y lanzar el revanchismo. Tertsch también fue crítico con la actuación del Gobierno actual ante el desafío soberanista catalán, ya que «ha tenido otra gran oportunidad» con la aplicación del artículo 155 para establecer unas condiciones «en la que España volviera a tener músculo» y evitar que se expanda a otras regiones.
«La nación se está moviendo y tiene asustados a los separatistas y a los políticos, que ven como esta sociedad tiene un pulso interno que no controlan», añadió. El periodista destacó la figura de Felipe VI, «es absolutamente histórico que el Rey se haya puesto a la cabeza de las inquietudes de esa nación a pesar del Gobierno y cabe decir que en contra de las posiciones del Gobierno. Es muy importante y va a ser muy importante en el futuro».

«No hay posibilidades de ver romper España pacíficamente». Si no queremos en Europa guerras tenemos que ir en dirección contraria y la dirección contraria pasa por el fortalecimiento de los estados nación, y en el caso de España pasa porque haya un gobierno «que haga este estado viable con una educación nacional, con una seguridad nacional, con una policía nacional, y con un proyecto e idea de regeneración y realmente un proyecto de futuro nacional que no existe y que no ha existido», concluyó.

martes, noviembre 14, 2017

POR RESPETO Y MUCHO MÁS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 14.11.17

Hay que imponer el retorno a los medios de la toponimia española en toda España

CASTELLANOPARLANTES o hispanohablantes somos todos los españoles. Cierto que por culpa de los nacionalismos en ciertas regiones y por la paupérrima educación se habla cada vez peor y cada vez con menos vocabulario. Pero todos lo hablan y todos lo entienden. Aunque algunos se esfuercen por hablarlo mal o se nieguen a hacerlo por esa hispanofobia que los nacionalismos y cierta izquierda han cultivado desde hace décadas. Resulta tan triste como inaudito que en algunas regiones se haya generado tan violento rechazo a esta lengua universal que abre mil puertas al mundo. Porque el español es el mayor tesoro que enaltece a España, junto a su historia. Imaginen lo que harían los alemanes o los franceses con una lengua que hablan 500 millones de habitantes en permanente y vigorosa expansión. Nosotros nos ensañamos con ella y la humillamos con espectáculos dantescos como los traductores en el Senado. O la impune persecución de los rótulos en Cataluña. Ese odio a España cultivado desde poderes institucionales y políticos españoles es un fenómeno único en el mundo, abominable, la peor y más trágica cosecha de nuestros errores de la transición.
Las ansiedades de la joven democracia por compensar injusticias reales o supuestas de la dictadura llevaron a políticas con prioridades que hoy sabemos erróneas y profundamente dañinas. Se han hecho bien muchas cosas en España estos pasados cuarenta años. Pero nos hemos equivocado mucho en otras. Los errores se han hecho fuertes y son tremendas las resistencias al cambio por las inercias y el discurso asumido. Tanto que ante el desafío del separatismo se propone proseguir con el vaciado del Estado, causa del crimen político hoy en marcha. Pocos proponen la lógica enmienda de probar lo contrario a lo fracasado. Muchos años hemos tolerado lo intolerable en las relaciones humanas, políticas y culturales. Hemos permitido que la lógica antiespañola se convirtiera en la lógica del Estado en una España siempre bajo sospecha. Y hemos aceptado una falta de respeto a la Nación que se convirtió en hábito. Cuando España es la única garantía de nuestras libertades y derechos. Y de la paz. Porque una España rota nos arrebataría libertades y derechos pero además nos garantiza la guerra.

Hubo mucha buena fe en la transición. De los que llegaban y de los que desmontaban el régimen que se autodisolvió. Pero la buena fe juega malas pasadas. Sucedió con la distribución territorial. Ya en la propia formación de las autonomías se mutiló y dividió arbitrariamente Castilla e inventó cuerpos uniprovinciales como La Rioja o Cantabria. Para trocear España como una pieza de ganado. Después vinieron décadas de irresponsable vaciado de competencias al Estado central para armar a unas autonomías convertidas en desleales émulos y rivales, cuando no ya enemigos, y poderes feudales tramposos, corruptos y despilfarradores. Los resultados están aquí. La catástrofe catalana continuará y llevará al definitivo empobrecimiento de la región. Hasta que España derrote y deslegitime a los nacionalismos o estos destruyan a la nación española y la península se hunda en el caos. Para intentar que España venza a sus enemigos hay que dar la batalla por la enmienda ya. En contra de la suicida perseverancia en el error que sería una reforma constitucional con más concesiones. Empecemos ya por algo simbólico, que no anecdótico, para devolver el honor a la lengua perseguida. Es momento de una campaña masiva para que las televisiones con programación en español ofrezcan la toponimia de la geografía española en español. Y que lo hagan en toda España. Si London es Londres, más razón para que Girona sea Gerona, Lleida sea Lérida, Hondarribia sea Fuenterrabía y Leioa sea Lejona. Por respeto.

LA FUERZA DEL HASTÍO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 12.11.17

Se pretende normalidad donde se prepara un nuevo asalto

ESTAMOS todos los españoles cautivos en las mazmorras del drama español. Estamos secuestrados por una minoría nacionalista catalana que amenaza con destruirnos y nos impide una normalidad que resulta urgente y apremiante. Estamos encerrados y vemos cómo la vida pasa y las oportunidades se van también para siempre. Igual que se van de Cataluña y también del resto de España, las ferias o agencias e inversiones y proyectos, se va el tiempo que pasa para siempre para todos con cruel rapidez. Los últimos conocidos que comentan que se van de Cataluña para siempre ya no dan como explicación el miedo a las hordas separatistas, ni el totalitarismo en los colegios o el puro racismo en la administración, ni ese infinito hastío que produce toda la permanente monserga nacionalista. Solo dicen que la vida es demasiado corta para pasarla con ese latazo infinito que consideran precisamente eso, infinito. Porque las esperanzas de que la decisión de imponer el 155 supusiera un punto de inflexión en esta trágica deriva se han difuminado.

Las elecciones del 21-D, que impiden toda la necesaria aplicación del 155, han frustrado la ilusión de que España volvía a Cataluña para enmendar trágicos errores que nos han traído hoy al borde del enfrentamiento civil. La frustrante lucha contra el golpismo separatista nos muestra dolorosamente los límites del sistema. Convierte en sarcasmo los esfuerzos del gobierno por convencernos de que todo funciona como estaba previsto. Asistimos a un espectáculo de desafueros tan palmarios y ruidosos que ninguna orquesta mediática de pelotas lo puede ocultar. No hay separación de poderes cuando el ministro del Interior llama a los jueces a tener en cuenta realidades extrajudiciales. No hay confianza en la justicia cuando se acuerda con los reos los términos de su declaración para que no entren en prisión incondicional como correspondería por tan gravísimos delitos. No hay normalización si por puro miedo a una foto y un editorial extranjero el gobierno permite que una turba filoterrorista paralice durante un día entero las infraestructuras de una región como Cataluña. Mañana podrían hacerlo con edificios estratégicos, aguas, electricidad, aeropuertos o instalaciones militares. El gobierno proclama normalidad mientras hordas de fanáticos y mercenarios de la Generalitat advierten y demuestran que el Estado español no controla su territorio. Cierto que los cabecillas han demostrado ser una caterva de cobardes, que les tiemblan las rodillas en cuanto el Estado hace el mínimo gesto de respetarse a sí mismo y de utilizar sus armas legales para hacerles frente. Pero saben que siempre pueden contar con su siguiente oportunidad. Ya se anuncian nuevas alianzas de los socialistas con los separatistas. El frente constitucionalista es mentira. Y todo nos lleva a una situación en la que el gobierno podrá pretender que el mal menor, siempre el mal menor, es acceder a unas condiciones especiales para Cataluña. Unas condiciones que la nación rechaza. Porque las sabe antesala de su propia destrucción.

A CARA DE PERRO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 11.11.17

May se debate en el desorden con una política espasmódica que no ayuda a esta separación

Que el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea no iba a protagonizar un ejemplo de común acuerdo en el Brexit estaba claro desde el principio. En el Reino Unido la confusión se adueñó de la política después del 23 de junio del 2016. Y no ha hecho sino agravarse con la debilidad de Theresa May y todos los enanos de circo que le han crecido dentro y fuera del gabinete desde entonces. May se debate en el desorden con una política espasmódica que no ayuda a facilitar esta dificilísima operación de separación. En la Unión Europea, los temores a que surgieran o surjan emuladores al Reino Unido y el celo por demostrar firmeza donde no había más que debilidad hicieron que todo lo dominara la voluntad de castigar a Londres. Los coqueteos con formas de anular la voluntad popular expresada en las urnas solo deterioraron más el ambiente de cara a una negociación que todos sabían endiabladamente compleja y difícil. Endiablada con buena voluntad, sin ella quizás irresoluble.

Ahora solo se ve cara de perro en todo. Londres anuncia ahora el 29 de marzo del 2019, a las once de la noche, hora local, como fecha para consumar el Brexit. El negociador de la UE, Michel Barbier, le da a Londres dos semanas para llegar a un acuerdo sobre las condiciones básicas. Ahí se incluyen también los compromisos económicos, los pagos, que se exigen al Reino Unido y que son tres veces superiores a los que parece dispuesto a asumir. Si no hay acuerdo marco, no podrá comenzarse a negociar sobre las futuras relaciones. Lo que retrasa, complica y amenaza con una transición en caos como sería la salida sin acuerdo. Esta tendría unos efectos calamitosos, también para la UE, pero especialmente para el Reino Unido. En la UE poco puede moverse mientras el principal pagador del Brexit, Alemania, esté aún enzarzada en sus cuitas con la formación de la coalición. No se oculta lo mucho que gustaría un cambio en Londres para poder mezclar cartas de nuevo. Y se nota que algunos aún sueñan con revertir aquel voto de junio del 2016.

viernes, noviembre 10, 2017

NUESTRO ÚLTIMO REFUGIO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 10.11.17

Sin verdades ni certezas, solo la ley nos salva de nosotros mismos

TANTAS décadas llevamos todos en Occidente bajo el bombardeo incesante del mensaje de que la verdad es tan inexistente como Dios que nos sentimos culpables en cuanto defendemos la mínima certeza. El desprestigio de la fe se ha extendido y generalizado tanto que ha convertido la convicción en enemiga de la reputación intelectual y política. Apenas quedan bastiones de defensa de convicciones, despreciados por la indolencia general, por la liviandad, por la ignorancia distraída. Desaparecen los límites y todo imperativo moral. No quedan diques religiosos, filosóficos ni morales que contengan, encaucen y den forma al pensamiento y la conducta de grupos e individuos. Todo ha quedado anegado por un discurso sentimental ya no amorfo sino líquido, que ha asimilado toda inteligencia y verdad en el debate público como una gran riada de lodo que convierte el jardín en barrizal primero y desierto después.
¿Todo? No todo, porque no viviríamos con una seguridad, un bienestar y una libertad que, aunque siempre amenazados, convierten a Occidente en un mundo de privilegio al que desde todo el planeta se quiere acceder. Somos un paraíso enfermo. Pero un paraíso. Lo que nos salva aún en este colapso del pensamiento y de la razón es solo la ley, el derecho como último orden aún realmente vigente. Es la ley que heredamos de unos romanos que por cierto se quejaban de lo mucho que tardaron en imponerla en este rincón del imperio que llamaron Hispania. Lo lograron. A sangre y fuego. En todo el mundo antiguo hubo orden en la sociedad y en las mentes. Y el ser humano fue así capaz de gestas excelsas. Desde entonces han cambiado muchas cosas pero nunca el principio de que las leyes son el dique contra la arbitrariedad, el abuso, la tiranía y el caos. Ahora el lodo que anega el discurso político e intelectual amenaza con engullir al imperio de la ley, terriblemente imperfecto, pero nuestro último refugio.

Esta sociedad líquida sin anclajes ni certezas ni referencias incuestionables amenaza desparramarse con cualquier sobresalto o movimiento brusco. El siglo XX ha avisado con sus conductas atroces. Tenemos el calendario cuajado de fechas que los evocan. Es tan casual como parte de una lógica siniestra que las matanzas de Paracuellos comenzaran en 1936 el día que se conmemoraba el triunfo de la Revolución Bolchevique de 1917, el 6 de noviembre. Como resulta un guiño histórico que el 9 de noviembre, ayer, se conmemore uno de los triunfos supremos de las ansias de libertad del hombre, la caída del muro de Berlín en 1989. Y también uno de los actos colectivos de mayor vesania de la humanidad, la Noche de los Cristales Rotos, la Reichskristallnacht, en 1938. El pueblo capaz de lo peor y lo mejor. El origen del cataclismo está allá en la inmensa hecatombe humana de la Primera Guerra Mundial, en la que muere el orden, desaparece Dios y se consuma el endiosamiento de la masa. Ahora, siete décadas después del Holocausto, cien años después del triunfo bolchevique y de cien millones de asesinados por el comunismo, no debe asustarnos ni el fanatismo de compatriotas que llevan a lactantes a hacer barricadas a la autopista. Ni las turbas violentas de estudiantes que en Barcelona maldicen su propia historia. Ni siquiera la vileza y mentira procaz que la debilidad intelectual y moral imprime a nuestros medios de comunicación de masas. Debemos temer con horror que la falta de integridad de nuestros gobernantes y la debilidad de nuestra sociedad sin más convicción que la arrogancia de la masa acabe más pronto que tarde con nuestras leyes. Por conveniencia o por pura cobardía. Entonces estaremos perdidos.

martes, noviembre 07, 2017

EFEMÉRIDES Y LUTO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 07.11.17

La hispanofobia aún no ha logrado destruir a esta Nación

HOY se cumplen 500 años de la muerte del Cardenal Cisneros. El 7 de noviembre de 1517 moría en Roa del Duero este religioso y estadista, el hombre más poderoso de su época. Que llegó a gobernar como un rey y fue figura clave para la forja del imperio a partir de un reino que se preparaba para la mayor gesta de la humanidad, el descubrimiento y la conquista de América. Con una exposición en Toledo y otra en Sigüenza y algún congreso y conferencias, el Cardenal puede estar más que satisfecho del recuerdo de sus compatriotas. Hace algo más de un año, el 23 de enero del 2016, se cumplían los 500 años de la muerte de Fernando el Católico, figura histórica de colosal importancia para toda Europa, príncipe del Renacimiento. La fecha fue totalmente ignorada por las autoridades culturales, educativas y oficiales. Nada hubo, cuando el gran Rey Fernando habría merecido congresos, exposiciones y actos de Estado. Tan solo se reunieron en una misa en la cripta de la catedral de Granada un centenar de españoles, menos nostálgicos que ávidos de respeto para la historia y la Nación. España siempre ha sido menos madre patria amorosa que madrastra desmemoriada e ingrata en el trato a sus grandes héroes, muchos de ellos colosos de la civilización occidental. Hoy se ensaña además con ellos la despiadada ignorancia y la militante hispanofobia que unos toleran con su indolencia y cobardía y otros cultivan como forma eficaz para liquidar la Nación.
En estos momentos de brutal agresión separatista habría sido bueno que los españoles supieran más de sí mismos. Porque costaría más embaucarlos para grotescos engaños de nacioncillas inventadas. Porque serían conscientes del inabarcable patrimonio común acumulado en siglos de glorias y desventuras. Y de los valores y cualidades que nos unen para afrontar un futuro que se promete convulso e incierto. En cohesión profunda que muchos nos quieren arrebatar. La guerra contra el conocimiento de nuestro pasado, con una ofensiva permanente e inmisericorde de mentiras, ha despojado a generaciones de los lazos afectivos e intelectuales con este tesoro que es la identidad en la Hispanidad de la España europea y americana. Con el prodigio de su existencia, por mucho que la intenten estrangular nacionalismos regionalistas o mundialismos socialdemócratas.
A pesar de la permanente inmersión en propaganda antiespañola que sufren desde niños los españoles, las agresiones han sido tan brutales que la Nación reacciona. Ante el peligro real para su propia existencia. Lo hace además, en contraste a 1808, con un Rey a la altura de las dramáticas circunstancias. Esto ha despertado el pánico no solo entre los enemigos internos y externos que quieren trocear España. La reacción también amenaza a unos partidos que patrimonializan un Estado que debiera estar al servicio y bajo control de la Nación indivisible. Han sido décadas de dejadez, desidia y desarme moral e intelectual. La virtud del momento es la certeza de que nada puede seguir como antes.

Hoy se cumple otra efemérides. El 7 de noviembre de 1936 comenzaron las matanzas en Paracuellos. Españoles con odio a España mataron sin descanso durante semanas a compatriotas desarmados. Otras muchas matanzas siguieron con víctimas y verdugos de ambas partes. Hubo un tiempo en que no se hablaba de unas víctimas. Hoy no se habla de las otras. Pero el luto bueno es el que se guarda por todos los inocentes por igual. Es el luto de la mirada limpia al pasado doliente que no tiene miedo a la verdad. Ese da esperanza de igualdad, justicia, fortaleza y serenidad en el trato entre los vivos.

CHISTE Y DRAMA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 05.11.17

Una broma en conversación privada es patrimonio íntimo

TODAVÍA no me creo que el Ministerio del Interior vaya a mostrar tanta obsequiosidad y falta de carácter ante presiones mediáticas de quienes han jaleado los insultos y agresiones a miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil en pasadas semanas. Pero aseguran que la dirección policial ha abierto un expediente para «determinar responsabilidades» de tres jóvenes policías que, en una conversación entre ellos, hicieron un comentario jocoso sobre Oriol Junqueras. Estaban en las inmediaciones de la Audiencia Nacional protegiendo la salida del garaje del que habrían de salir los furgones celulares camino de la prisión de Estremera. Fue en una conversación privada entre compañeros, que nadie oyó y que casualmente grabó una de las cámaras instaladas allí para retransmitir dicha salida. «Al osito ya verás cómo lo van a poner. Está llegando un osito a la cárcel». Y otro dice: «Hasta que lo pongan a cuatro patas. Le arreglan el ojo».
Yo estuve allí esa tarde. Antes había estado enfrente con la legión de periodistas catalanes, más consternados si cabe que los compañeros de partido de los ya reos de rebelión, sedición, malversación, desobediencia y demás. Políticos y periodistas catalanes se lamentaban del tropiezo de su causa. Los semilloriqueantes Joan Tardá y Gabriel Rufián se abrazaban a otros compañeros de aventura y de naufragio. Parecía un concurso de plañideras. La pobre Marta Rovira ya solo llora y habla a un tiempo. Y no le sale bien ni lo uno ni lo otro. Ni conmueve ni comunica. Esos comentarios sueltos de la conversación particular de tres jóvenes policías los han utilizado algunos medios en su pretensión de cimentar teorías sobre la hostilidad del Estado hacia los políticos separatistas presos. ¿Y qué? La única respuesta posible es el desprecio. Indigna la mera posibilidad del expediente. A miembros de un cuerpo sometido a las más bárbaras agresiones, insultos y difamaciones por la disuelta Generalidad y otros políticos rufianes. Los policías estuvieron impecables. Nadie puede ser sancionado por una broma en una conversación privada. Ni de broma.

Chistes sobre Junqueras, sobre el ridículo Carlos Puigdemont y sus cómplices y corifeos comprados –¡qué risa las facturas de Julian Assange y la catalanista Yoko Ono!– los hemos hecho ya casi todos los españoles. Las redes rebosan chistes, bromas y vídeos de mofas con gracia y talento. Sobre estos grandes estafadores y sus tropelías. Y ténganlo claro: acabamos de empezar. El humor es el recurso del ciudadano de a pie para afrontar a diario con cierta serenidad las insufribles ofensas y el daño sistemático a España de esa tropa separatista ahora iracunda porque su delirante anhelo ha sido, de momento, frustrado. Todo esto aun puede terminar en tragedia. Ellos se esfuerzan para que así sea. Pero aun en sus mayores dramas nunca faltó ni faltará el humor en esta sociedad decidida a no dejarse robar la patria, destruir la existencia ni amargar la vida por los más confundidos, los más fanáticos, los peores de sus compatriotas.

LA TRAMPOSA ES ELLA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 04.11.17

La figura de Clinton se hunde cada vez más, mientras que a Trump nadie consigue arañarle

Nuevas graciosas carambolas en la vida política de Washington. Una vez más, las acusaciones de canalladas políticas que acaban siendo probadas no son las mil que se lanzan contra el presidente Donald Trump, sino las que manchan a su rival derrotada y humillada enemiga, Hillary Clinton. Nunca nadie con tantos apoyos perdió ante alguien con tantos enemigos. Clinton hizo además trampas. Las acusaciones contra ella llegan con pruebas. La perdedora se hunde. Paradójicamente. Porque nunca hubo una guerra tan masiva para destruir al ganador, al presidente de EE.UU., como con Trump. El poder económico, la izquierda, funcionarios y universitarios, artistas, intelectuales, legiones de ONG, movimientos de feministas, musulmanes y homosexuales y todos los poderosísimos medios, todos contra Donald Trump. Le han acusado de machista y acosador, de racista, especulador, violento, loco, mentiroso, ladrón, fracasado, rico, hasta de pobre y de espía ruso. Las mayores fortunas y las más poderosas organizaciones han conspirado en buscar lo que hubiera, real o inventado, para derrocar, desacreditar y destruir a Donald Trump. Todo el poder mediático de Occidente lleva dos años volcado en ello con gran celo, todos los recursos y ningún escrúpulo. No dejan de lanzar medias verdades y plenas mentiras que supuestamente probarían lo uno o lo otro, sobre todo su conexión clandestina con Rusia. Hasta ahora, que le afecte a él personalmente, no hay nada por aquí y nada por allá.

A Clinton, sin embargo, le crecen los enanos. Ahora la denuncia la expresidenta del Partido Demócrata, Donna Brazile, por haber comprado las primarias en el Partido Demócrata y haber estafado a Bernie Sanders. No es nuevo este hecho, sí los detalles que podrían incluir delitos. Su figura se hunde cada vez más, mientras a Trump, judicialmente, nadie consigue ni arañarle. Nadie pedirá perdón ni en EE.UU. ni en Europa por su apoyo a la siniestra figura. Porque hoy no hay que ser partidario de Trump para saber que Clinton es de los personajes más corruptos y falsarios del Washington de las pasadas décadas.

viernes, noviembre 03, 2017

LA VIDA VA EN SERIO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 03.11.17

España no debió permitirles equivocarse hasta el final

«QUE la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde…». Las escenas ayer a la caída de la tarde alrededor de la Audiencia Nacional evocaban esos versos iniciales del célebre poema de Jaime Gil de Biedma. Casi puntualmente a las seis se había sabido que siete miembros de la Generalidad iban a ser enviados a prisión como cabecillas de un golpe de Estado. Como dirigentes de una amplia conspiración criminal. Resulte probada o no esta operación ante los tribunales, lo cierto es que ninguno de los acusados ha negado querer arrancar a España parte de su territorio y población para fundar un cuerpo ajeno y hostil. No es una empresa menor. Por la gravedad inmensa de sus efectos sobre las vidas de 47 millones de españoles que quedarían sin la patria en la que nacieron decenas de generaciones de antepasados antes que ellos. Por el terrible trauma que supondría para las relaciones humanas y la sociedad mutilada que esa ruptura dejaría a ambos lados de una herida que surcaría un cuerpo crecido unido desde que fue provincia cristiana del Imperio Romano. Han estado años volcados en esta empresa a sabiendas de que era ilegal y criminal. Desde hace un lustro no se han dedicado las autoridades autonómicas catalanas a otra cosa. Sin disimulo ni pudor. Full time y full credit. Han gastado ingentes cantidades de dinero en ello. Han movilizado todo el capital ideológico xenófobo y mentiroso que se cultiva en varias regiones españolas desde que se otorgó a partir de 1978 una carta de privilegio a los nacionalismos antiespañoles. La arrogante hispanofobia supremacista ha sido su razón suprema política y de identidad.

Ayer, sin embargo, los amigos de la causa, cómplices de los imputados en la causa de rebelión, sedición y malversación, parecían todo menos aguerridos luchadores. Ayer no tronaban sus desprecios ni sus amenazas a España. Concentrados como un deslavazado grupo humano en la plaza ajardinada de la Villa de París, todos se mostraban traumatizados por la noticia. Alguno lloraba, muchos hacían muecas al borde de las lágrimas, se miraban consternados en incomprensión. No se lo podían creer. Sus jefes, los menos indignos, los que no se esconden como comadrejas en el grotesco laberinto belga, iban camino de la cárcel. En España acababa de pasar lo que en cualquier otro país europeo habría pasado mucho antes. El Estado ejerce su legítimo derecho al uso de la fuerza para la defensa del bien común y de las leyes y sus instituciones. Cierto que, como siempre, lo que hace bien lo hace tarde. Y probablemente se queda corto a la hora de usar la fuerza legítima de sus leyes –el artículo 155– para reordenar lo tanto tiempo desordenado. Para erradicar ese venenoso malentendido tolerado durante cuatro décadas. Que hace creer a los nacionalistas que pueden disponer del patrimonio de todos. Hay una dosis de injusticia en este castigo por parte del mismo Estado que no sacó antes a los nacionalistas catalanes del malentendido. Lo tenía que haber hecho hace 35 años y lo debió hacer siempre. Y hace seis meses, seis semanas o seis días. No lo hizo. Los encarcelados crecieron creyendo que son mejores que los demás españoles y pueden hacer lo que otros no con lo que pertenece a todos. Han pasado la vida jugando a pretender ser superiores a los demás, a violar las leyes comunes y no tomar en serio a España. Y España lo permitió. Toleró la impunidad por el interesado desinterés de sus gobiernos centrales. El Estado no cumplió con su deber y les permitió equivocarse hasta el final. Debió avisarles hace mucho, fehacientemente, de que la vida va en serio.