martes, noviembre 28, 2017
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 28.11.17
Resurge hoy la voluntad de manipular el pasado como lo hizo
el nazismo
HASTA en la muy católica Baviera proliferan. Los escaparates
de las librerías en toda Alemania están repletos de portadas con su rostro. Se
han publicado este año centenares de títulos. Es el «Lutherjahr», el año de
Lutero. Se cumplen 500 años de aquel 31 de octubre de 1517 en que, según la
tradición, aquel monje enfadado con Roma clavó sus 95 tesis en la puerta de la
Iglesia del Palacio de Wittenberg. Las tesis condenaban la vida licenciosa del
clero, la avaricia y el mercadeo vistos en su viaje a Roma y lo que llamaba
paganismo de la Iglesia. No cuestionaba aún la autoridad del Papa pero exigía
un debate público sobre las reglas de la Iglesia que era una declaración de
guerra. Y la hubo. Mucha guerra. Desde entonces hasta que se firmara la paz de
Westfalia en 1648, Europa estuvo incendiada por la guerra de religión que
desencadenaron aquellas ideas de reforma y la reacción de la contrarreforma de
los defensores de la Iglesia católica y el Papado. Para Alemania, Lutero supuso
mucho más que un reformador o un hereje. Su traducción de la Biblia y la épica
de su lucha por el pueblo contra el poder y las creencias extranjeras lo
convirtieron con el tiempo en esencia de la identidad nacional. Aunque algunos
principados y reinos alemanes siguieron leales a Roma, protegidos por la gran
fuerza católica de los Habsburgo en Viena, Lutero es la figura que más se acerca
al héroe nacional alemán.
Los alemanes no han olvidado a Lutero. Pero en las
conmemoraciones unos prefieren recordar unas cosas más que otras. Así llegó la
discordia. El énfasis en el debate público giró hacia la célebre judeofobia de
Lutero. Tanto que sectores de la iglesia protestante se opusieron. Muy en
contra de sus hábitos. La iglesia luterana teme hoy tanto la intolerancia que
nadie hay tan relativista y sumiso al «zeitgeist». El antijudaísmo en Europa
era común en el pueblo y en el clero. Grandes predicadores como Abraham de
Santa Clara fueron furibundos agitadores contra los judíos. El problema de
Lutero es que no es víctima solo de esa ridícula, peligrosa, necia y
totalitaria tendencia a juzgar a personas y hechos del pasado con criterios y
valores de la actualidad. Esa que lleva hoy a tanto fanatizado e ignorante,
agitado por las modas izquierdistas de liquidación de la historia, a derribar
estatuas de Pizarro, Colón, Jefferson o Rhodes.
El problema con Lutero es que su antisemitismo lo convirtió
en el héroe absoluto del nacionalsocialismo. La celebración en 1933 de su 450
cumpleaños, con Hitler recién llegado al poder, sirvió para un inmenso
despliegue de ceremonias y festejos que celebraron a Lutero como primer Hitler
y a Hitler como segundo Lutero. Las banderas portaban la cruz gamada sobre la
cruz cristiana. Eso aún pesa hoy en esa iglesia torturada por la mala
conciencia. Una gran exposición en Berlín sobre la manipulación de la figura de
Lutero bajo el nazismo se celebra en el museo de la «Topografía del Terror»,
donde estuvo el cuartel general de la Gestapo. Tan grotesco se antoja juzgar a
Lutero por la manipulación de que fue objeto como intentar «explicar» el
Holocausto a partir de Lutero. O pretender hacer de Lutero un espíritu tolerante
y políticamente correcto. Hoy se ve en muchas universidades y en la calle en
todo Occidente la misma voluntad que en la Alemania de 1933 de secuestrar el
pasado para fines políticos actuales. Cierto que se toleran voces discordantes
como no se toleraban contra la corrección política del nazismo. De momento.
Pero bajo crecientes amenazas, cada vez menos y nadie sabe hasta cuándo.
lunes, noviembre 27, 2017
CAMBALACHE EN PELIGRO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
26.11.17
Hay afán por restaurar el falaz discurso del «nacionalismo
moderado»
PUIGDEMONT pasea por Gante. Puigdemont se hace fotos con
turistas. Puigdemont arenga a peregrinos de Gerona. Puigdemont pasea a
españoles «progresistas». Puigdemont quiere volver. Puigdemont se quiere
quedar. Puigdemont invita a Rajoy. Puigdemont desprecia a García Albiol. Los
maltratados españoles ahora ya no solo estamos condenados a vivir todo el día
pendientes de los malos humores e hipersensibilidades de una de las regiones
más ricas y privilegiadas de España. Los españoles ahora hemos sido condenados
a convivencia cotidiana en casa, de encender el televisor, con un delincuente
mentiroso y charlatán. Todas las cadenas han decidido que es de vital
importancia para todos nosotros saber en todo momento todo lo que diga, piense,
pasee, respire, coma… Carles Puigdemont, ese ser mediocre enchufado del
corrupto régimen, títere suplente de la mafia golpista.
Es difícil alcanzar a entender cuáles son los criterios que
llevan a las televisiones a considerar máxima prioridad de sus fines
informativos tenernos al tanto de todo lo que haga ese delincuente que hace
unas semanas llevó a una región española al borde del enfrentamiento civil. El
día 21 de diciembre gracias a las decisiones del gobierno de España entraremos
en la siguiente variación del golpe de Estado. Si los españoles en Cataluña y
fuera de ella no lo impiden, veremos cómo la derrota de una banda de cobardes y
taimados golpistas lograda por unos servidores firmes y dignos de la Justicia
española se transforma en la enésima concesión de privilegios a esos mismos
golpistas para que restablezcan su poder y se legitimen de cara a los suyos y
al exterior.
El culto al delincuente Puigdemont me recuerda a aquel
genial ladrón francés, Jacques Mesrine, que con sus atracos, sus fugas y su
carácter indomable alcanzó fama y simpatía no solo en Francia. La policía
francesa, harta de él, lo cosió a balazos en una escapada en 1979. Mientras
estuvo vivo, el público suspiraba por saber de sus comidas y mujeres o sus
pasatiempos, dentro y fuera de la cárcel. Como nuestro Puigdemont, que dicen
que podría ganarle a ERC, cuyo jefe está aun en Estremera. ERC tiene un
problema. Con Marta Rovira, esa pobre mujer más elocuente cuando llora que
cuando habla, no se gana ni compasión. Puigdemont, dicen, remonta. Pues lo
mismo da. Porque el problema de Cataluña no está en Barcelona ni Bruselas. Sino
en Madrid donde se lucha denodadamente por tender puentes y llegar a acuerdos
con los golpistas para restablecer a toda costa el relato que, con horror, ven
tambalearse: el de la «hegemonía natural» nacionalista en Cataluña. Les daría
pavor un resultado que permitiera gobernar a Ciudadanos. Anunciaría el fin del
largo pretexto del mal menor en La Moncloa. No se dará. Ya se ocuparon con
plazos y fechas de que fuera imposible. Sin embargo, como ha sucedido estos
meses, tampoco saldrá nada como esperan quienes no tienen otro interés que
seguir donde están. En eso, en el fracaso del cambalache, depositan muchos
españoles sus esperanzas.
MERKEL EN WEIMAR
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 25.11.17
La debilidad de Berlín, con su incapacidad para formar
gobierno, alarma en todo el continente
En el pasado, Europa consideraba una pesadilla a una
Alemania fuerte. Hoy sucede lo contrario. La debilidad política de Berlín, con
su incapacidad para formar gobierno, alarma en todo el continente. El fracaso
de las negociaciones para la coalición bajo Angela Merkel de CDU/CSU y
liberales de FDP y Verdes antiliberales genera inmensa inquietud en una Europa
que ya no puede ocultar sus fragilidades. Y en la propia Alemania, los vacíos
de poder y sobresaltos políticos que otros países consideran rutina, producen
zozobra y miedo. Como si los protagonistas tuvieran memoria personal de la
República de Weimar.
Estos fantasmas del pasado explican que lo imposible hace
semanas ya no lo sea. La descartada gran coalición entre CDU/CSU y SPD, que
gobernó la pasada legislatura, comenzaba ayer a ser casi probable para la
próxima. El líder del SPD, Martin Schulz, que ha liderado el rechazo a repetir
esta alianza, flojeaba ante las presiones. Esto puede salvar a Merkel que, de
seguir el bloqueo, podría pasar a ser ella misma objeto de la negociación. Ha
tenido la inmensa suerte de contar con un jefe de Estado, Frank Walter
Steinmeier, socialdemócrata con gran influencia sobre Schulz y el SPD, que
podría quebrar esa resistencia a gobernar otra vez con Merkel.
Todo es posible. Pero parece que los fantasmas del pasado
evitarán las urnas. Nadie quiere una repetición de elecciones que sería la
primera… desde Weimar. Puede que haya Gran Coalición CDU y SPD. Puede que
Schulz logre resistir a esa alianza, pero el SPD tolere un gobierno de minoría
de CDU y Verdes. Y es posible un tripartito CDU/CSU con SPD y Verdes que llevaría
a Merkel a dirigir un gobierno ya netamente de izquierdas. Los liberales
habrían de esforzarse a mantener perfil propio en la oposición junto al
derechista AfD, cuya irrupción en el Bundestag ha desestabilizado a todos. El
cuadro político evidenciaría la deriva del sistema en Alemania. La heredera de
la Democracia Cristiana de Adenauer y Kohl acabaría su carrera política como
líder de una gran coalición socialdemócrata-ecopacifista.
viernes, noviembre 24, 2017
CONTRA LA ABULIA, EL IMPERATIVO MORAL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
24.11.17
Territorio y lengua son causas para redescubrir la voluntad
de los españoles
SOSTENÍA Ortega en 1927 que «España es un pueblo
morbosamente inerte en vida pública. Es el único europeo que no ha hecho nunca
una revolución. (…) Yo no quiero –y menos a destiempo, es decir en el siglo XX–
una revolución para España. Dejémonos de revolucioncitas. Más, al propio
tiempo, notemos con toda claridad el significado grave de su ausencia en el
pretérito. Un país sin revoluciones es un pueblo que lleva en el interior
demasiados frenos». Lo recuerda José Miguel Ortí Bordás en su nuevo libro
«Revoluciones imaginarias. Los cambios políticos en la España contemporánea»
(Ediciones Encuentro 2017). El autor recorre por los dos últimos siglos de la
política española para confirmar ese diagnóstico de Angel Ganivet que coincide
con Ortega y que describe el padecimiento de los españoles como un «no querer,
un estado de indolencia o de abulia colectiva, entendiendo por esta una
extinción o debilitamiento grave de la voluntad».
Los españoles hoy también se comportan como una sociedad sin
deseo, sin proyecto ni concepto de futuro que anhelar. Lo último que podrían
recordar haber deseado colectivamente es el final del terrorismo. Quizás
también las primeras elecciones democráticas. Por eso no escandaliza la abulia
cósmica del presidente Rajoy. Que nunca ha mostrado interés de esbozar una
mínima idea nacional de futuro o proyecto colectivo. Lo suyo es gestionar y
solucionar problemas o pretender hacerlo. Salva obstáculos para continuar en la
carrera. Eso se entiende por gobernar: el cambalache entre iniciados para
preservar intereses propios y solventar cuitas, afrontar cada día con su afán y
dejar que lo demás lo resuelven el tiempo y la desmemoria.
Esa falta de deseo, esa indolencia deriva en esa falsa
tolerancia de la que nos jactamos. Que en realidad es solo indiferencia. Por
eso se tolera hasta lo intolerable. Los españoles se han acostumbrado a la resignación
indolente ante la injusticia y el abuso, venga del poder, del exterior o de su
propia sociedad. Eso explica el éxito entre ciertas minorías de españoles de la
militancia antiespañola que son los nacionalismos. Adoctrinados a desear, han
sido seducidos por una identidad y leyenda que, por falaces y perversas que
sean, generan anhelos y voluntad. Aunque su artificio de mentiras produzcan una
militancia frívola y huera. Y hasta entre sus mayores fanáticos –se vio en los
golpistas de la Generalitat–, la disposición a épica y sacrificio sea ridícula
por escasa.
Hay indicios de que las agresiones y el deterioro de
credibilidad y defensas del sistema son tales que hay ahora más que nunca la
posibilidad de que la nación española salga de la abulia. Que surja su voluntad
para su reafirmación frente a los enemigos declarados. Que sea capaz de desear
con fuerza el acabar con tanta ofensa y atropello. A los partidos les da pánico
la idea. Intentarán neutralizar esa voluntad a toda costa. Para ellos sería peor
que una revolución. En todo caso si alguno político demostrara talento de
líder, determinación, coraje y profundidad en su visión de futuro podría poner
patas arriba el escenario político español. La idea nacional se moviliza por la
voluntad colectiva reactiva de acabar con la amenaza territorial que tan cerca
nos ha traído ya del enfrentamiento civil. Y poner coto a la liquidación
cultural de la presencia española que acometen los separatistas en Cataluña,
Valencia, País Vasco, Galicia o Baleares, especialmente con la persecución de
la lengua española. Es poderosa la idea de una reconquista de España para
liberar a los españoles en esas regiones de la violación sistemática de su
derecho fundamental de vivir en su lengua en su patria. Por su libertad. Para muchos
puede ser más que una idea poderosa, un imperativo moral.
jueves, noviembre 23, 2017
EL GENERAL SONRIENTE
Por HERMANN TERTSCH
ABC Jueves, 23.11.17
«Menos mal, pensé que tenía que fusilarte por rechazar mi
rakija domachna (orujo casero)», le dijo a un periodista que había dudado un
instante en beberse el aguardiente que le ofrecía.
Así era Ratko Mladic en el cénit de su poder, cuando en el
corazón de la Krajina en Knin en 1991 se preparaba para expulsar a los croatas
de la Herzegovina en la primera gran operación de limpieza étnica de la guerra
yugoslava. Acababa de ser ascendido a general por el único que mandaba, el
presidente Slobodan Milosevic, el que iba a ser el líder de la Gran Serbia.
Era Mladic bromista y campechano, emocional e implacable,
simpático y brutal. Inmensamente popular en la tropa, un ídolo de sus oficiales
y una leyenda para sus soldados. Se divertía con las aventuras de matar
«árabes», como llamaba a sus compatriotas musulmanes.
Nació en Bozanovizi, en el monte Jahorina, a unos 25
kilómetros de Sarajevo, en un ambiente de brutalidad y odio, en plena ocupación
de aquella parte de Bosnia, anexionada por la Croacia hitleriana de Ante
Pavelic.
A su padre lo asesinaron antes de terminar la guerra. Él
solía decir que decenas de familiares suyos habían sido masacrados por
musulmanes pronazis. Primero de su promoción, muy fuerte físicamente, brillante
y con gran memoria, siempre tuvo una personalidad expansiva. Como muchos
militares, ferviente titoísta, al romperse Yugoslavia enfocó toda su rabia al
fervor nacionalista y odio a Occidente, a los «árabes» y a los croatas como
eslavos germanizados.
Mató sin mala conciencia siempre. Acusado de crímenes de
guerra en 1996, no fue detenido hasta 2011. Iba armado, pero no ofreció
resistencia.
Su peor castigo fue el suicidio de su hija Ana, que se pegó
un tiro en 1994 con la pistola favorita del padre tras haber leído verdades
sobre él. Dicen que aquello lo quebró. Ahora le queda poco, salvo el recuerdo a
esta triste figura que fue el demonio que aterrorizó los Balcanes.
RATKO MLADIC, EL «CARNICERO DE LOS BALCANES», MORIRÁ EN LA CÁRCEL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Jueves, 23.11.17
El Tribunal Penal Internacional lo condenó a cadena perpetua
por ser responsable del asesinato de 8.000 musulmanes en Srebrenica
Ayer llegó por fin una sentencia que no puede ser consuelo
para nadie, pero que permite sentir la tenue satisfacción de un atisbo de
justicia. El general serbobosnio Ratko Mladic ha sido condenado a cadena
perpetua. Tras seis años de juicio, 530 sesiones y la comparecencia de más de
600 testigos, el Tribunal Penal Internacional para la extinta Yugoslavia
dictaba ayer la última de las sentencias contra los principales responsables
del genocidio perpetrado durante la guerra de los Balcanes. El caudillo militar
de los serbios en Bosnia, cerebro de las operaciones militares de asedio de
Sarajevo, Bihac y otras ciudades, el autor de la limpieza étnica y principal
acusado de la matanza de más de 8.000 varones musulmanes en la localidad bosnia
de Srebrenica, morirá en la cárcel.
Mladic entra ayer en la sala del tribunal para oír la
sentencia
Los jueces del TPIPY le declararon culpable de diez de los
once cargos de que era acusado, incluidos exterminio, asesinato, persecución y
ejercicio del terror contra población civil, deportación forzosa y actos
inhumanos. El caudillo civil de aquella guerra de exterminio de la población
musulmana y croata en Bosnia, Radovan Karadzic, fue condenado el pasado año a
40 años de cárcel. El jefe de ambos y máximo líder de aquella guerra para la creación
de una Gran Serbia sobre la mayor parte de la colapsada Yugoslavia, Slobodan
Milosevic, murió en la cárcel en La Haya sin concluirse su juicio.
Mladic, el general sonriente, adorado por sus subordinados,
tenía ayer inicialmente buen aspecto cuando entró a la sala contigua al salón
de audiencias. Después se ausentó –su abogado dijo que sufría una peligrosa
subida de tensión–, pero volvió para gritar que todo era mentira y aquello una
farsa, por lo que fue expulsado antes de la lectura de la sentencia. Este
tribunal quedará disuelto próximamente. Se creó con objeto de organizar la
investigación, persecución y juicio de los principales criminales de guerra del
conflicto de los Balcanes que durante gran parte de la década de los noventa
desató las peores matanzas habidas en Europa desde la II Guerra Mundial.
Lo que empezó con las tensiones entre las repúblicas
yugoslavas por sus diferentes criterios a la hora de afrontar el colapso del
comunismo en toda Europa oriental escaló pronto hasta una guerra étnica,
religiosa y civil en la que el Ejército federal yugoslavo se transformaba en
fuerza militar a las órdenes del líder y presidente de Serbia, Slobodan
Milosevic. Su proyecto era crear una Gran Serbia en todos los territorios con
población de su etnia por grande que fueran la presencia de las otras etnias.
Ocupó partes de Croacia en Eslavonia oriental y la Krajina para expulsar en
campañas de terror a la población croata. En 1992 comenzaba la misma operación
en Bosnia.
Oleada de terror
Toda la parte oriental fue objeto de una oleada de terror e
inmensa crueldad para generar un masivo movimiento de población en fuga ante
las fuerzas de Karadzic y Mladic. Fuerzas regulares y paramilitares ejecutaban
y torturaban pública y masivamente a civiles de todas las edades,
mujeres eran secuestradas, violadas y retenidas como esclavas sexuales, la
mezquitas sistemáticamente destruidas en las escenas de peor vesania bélica
solo comparables a las de tropas nazis o el Ejército soviético en la II Guerra
Mundial.
Europa, conmocionada ante la brutalidad de la guerra y del
largo asedio a la capital bosnia, evidenciaba su total impotencia. La
intervención de fuerzas de interposición solo facilitaría la limpieza étnica
serbia, como pusieron en terrible evidencia las tropas holandesas que
permitieron a Mladic capturar a los 8000 musulmanes que asesinó en Srebrenica.
Esta matanza hizo intervenir militarmente a EE.UU. a la cabeza de la OTAN. El
general Mladic, el triunfador de la guerra patriótica que iba a liberar y
redimir a los serbios de todas sus derrotas y sinsabores de siglos pasados,
comenzó entonces su ocaso, que concluye ahora con la certeza de que jamás
volverá a su pueblo de Bozanovici, donde le adoran y considerarán siempre un
héroe de la patria.
miércoles, noviembre 22, 2017
EL JEFE MILITAR DE LA MATANZA DE SREBRENICA MORIRÁ EN LA CÁRCEL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Miércoles,
22.11.17
El Tribunal de La Haya condena a cadena perpetua por
genocidio a Ratko Mladic
El general Mladic en Belgrado en 1993 - REUTERS
Hoy llegó por fin una sentencia que no puede ser consuelo para
nadie pero que permite sentir la tenue satisfacción de un atisbo de justicia.
El general serbio bosnio Ratko Mladic ha sido condenado a cadena
perpetua. Tras seis años de juicio, 530 sesiones y la comparecencia de más de
600 testigos, el Tribunal Penal Internacional para la extinta
Yugoslavia dictaba hoy la última de las sentencias contra los principales
responsables del genocidio perpetrado durante la guerra de los Balcanes. El
caudillo militar de los serbios en Bosnia, cerebro de las operaciones militares
de asedio de Sarajevo, Bihac y otras ciudades, el autor de la limpieza étnica y
principal acusado de la matanza de más de 8.000 varones musulmanes en la
localidad bosnia de Srebrenica, morirá en la cárcel.
Los jueces del TPIPY le declararon culpable de 10 de
los 11 cargos de que era acusado, incluidos exterminio, asesinato, persecución
y ejercicio del terror contra población civil, deportación forzosa y actos
inhumanos. El caudillo civil de aquella guerra de exterminio de la población
musulmana y croata en Bosnia, Radovan Karadzic, fue condenado el pasado
año a 40 años de cárcel. El jefe de ambos y máximo líder de aquella guerra para
la creación de una Gran Serbia sobre la mayor parte de la colapsada
Yugoslavia, Slobodan Milosevic, murió en la cárcel en La Haya sin
concluirse su juicio.
Ratko Mladic, el general sonriente, adorado por sus
subordinados, tenía ayer inicialmente buen aspecto cuando entró a la sala
contigua al salón de audiencias. Después se ausentó -su abogado dijo que sufría
una subida de tensión con peligro de muerte- pero volvió para gritar que todo
era mentira y aquello una farsa por lo que fue expulsado antes de la lectura de
la sentencia. Este tribunal quedará disuelto próximamente. Se creó con objeto
de organizar la investigación, persecución y juicio de los principales
criminales de guerra del conflicto de los Balcanes que durante gran parte de la
década de los noventa desató las peores matanzas habidas en Europa desde
la Segunda Guerra Mundial.
Lo que empezó con las tensiones entre las repúblicas
yugoslavas por sus diferentes criterios a la hora de afrontar el colapso del
comunismo en toda Europa oriental escaló pronto hasta una guerra étnica,
religiosa y civil en la que el ejército federal yugoslavo se transformaba en
fuerza militar a las órdenes del líder y presidente de Serbia, Slobodan
Milosevic. Su proyecto era crear una Gran Serbia en todos los
territorios con población de su etnia por grande que fueran la presencia de las
otras etnias. Ocupó partes de Croacia en Eslavonia oriental y la Krajina para
expulsar en campañas de terror a la población croata. En 1992 comenzaba la
misma operación en Bosnia. Toda la parte oriental fue objeto de una oleada de
terror e inmensa crueldad para generar un masivo movimiento de población en
fuga ante las fuerzas de Karadzic y Mladic.
Fuerzas regulares y paramilitares ejecutaban y torturaban
pública y masivamente a civiles de todas las edades, mujeres eran secuestradas,
violadas y retenidas como esclavas sexuales, la mezquitas sistemáticamente
destruidas en las escenas de peor vesania bélica solo comparables a las de
tropas nazis o ejército soviético en la Segunda guerra Mundial. Europa,
conmocionada ante la brutalidad de la guerra y del largo asedio a la capital
bosnia, evidenciaba su total impotencia. La intervención de fuerzas de
interposición solo facilitaron la limpieza étnica serbia como pusieron en
terrible evidencia las tropas holandesas que permitieron a Mladic
capturar a los 8.000 musulmanes que asesinó en Srebrenica. Esta matanza
hizo intervenir militarmente a EE.UU. a la cabeza de la OTAN. El general Mladic
el triunfador de la guerra patriótica que iba a liberar y redimir a los serbios
de todas sus derrotas y sinsabores de siglos pasados comenzó entonces su ocaso
que concluye ahora con la certeza de que jamás volverá a su pueblo Bozanovici,
donde le adoran y considerarán siempre un héroe de la patria.
martes, noviembre 21, 2017
EL LENTO ADIÓS DE ANGELA MERKEL
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 21.11.17
Los liberales dinamitan la coalición de subsistencia de la
canciller
ANGELA Merkel ha fracasado en su intento de volver a formar
gobierno. Pase ahora lo que pase, es el fin de la era que lleva su nombre.
Aunque vuelva a presentarse en las primeras elecciones repetidas en la Alemania
de posguerra, aunque ganara y aunque formara después quién sabe qué tipo de
gobierno, la suerte está echada. Los intentos de crear una nueva coalición
tricolor con dos partidos tan antagónicos como los liberales del FDP y Verdes
voló por los aires en la noche del domingo. La política de continuidad cueste
lo que cueste y de apañar consensos como sea ha sufrido una espectacular
derrota. Artífice del logro para la democracia que es este naufragio del
cambalache ha sido el líder de los liberales, Christian Lindner. Ha sido leal a
sus votantes y roto unas negociaciones para un acuerdo que servía para formar
gobierno y repartir cargos y prebendas y no para gobernar. Porque los Verdes,
en total regresión a la profunda ideologización, al intervencionismo y a la
intolerancia más grotesca, pretendían imponer condiciones indignas de una
sociedad moderna. E inaplicables con respeto a las libertades individuales y
económicas.
Merkel aceptaba las condiciones de todos, no solo en
inmigración y en economía son contradictorias. Ella ha pescado mucho en aguas
socialdemócrata y del ecologismo radical. Al tiempo que es implacable con
cualquiera que se atreva a retar a la CDU desde el espacio de la derecha que
ella ha abandonado. El gran triunfo de la Alternativa para Alemania (AfD) en
las elecciones de septiembre, con 94 escaños del Bundestag, fue la señal de que
la era de Merkel tocaba a su fin. Su «lucha contra la derecha» ( Kampf gegen
rechts), que es un lema izquierdista, había fracasado. Ahora, son los liberales
los que no acatan su autoridad y se niegan a aceptar componendas con el
intervencionismo y fanatismo regulatorio de los Verdes. Lindner corre riesgos.
Porque rompe el consenso socialdemócrata de todos los partidos que Merkel ha
comprometido en el cambalache relativista. Y se alinea así con los únicos que
han osado hacerlo, los derechistas del AfD, que dejan así de ser excepción
marginada del sistema. Es el sistema socialdemócrata el que se resquebraja aun
más. Esto supone un regalo añadido para la democracia. Alemania necesita como
el respirar el debate público, el conflicto de ideas y la confrontación de
intereses. Alemania necesita sobre todo muchas verdades tras tanta mentira
consensuada para ocultar las devastadoras consecuencias de la política de
inmigración. Ha de salir la verdad asfixiada bajo mantos de consenso, grandes
coaliciones, medios domesticados y acuerdos interesados.
Merkel ya no tiene fuerza ni autoridad para asumir ese
liderazgo alemán para las reformas en la UE. Europa espera a un gobierno nuevo
de Merkel para intentar reactivar el eje franco-alemán y buscar remedio a una
profunda crisis europea que se mantiene larvada. Europa está cogida con pinzas.
Y nadie puede intentar acometer su reforma y refuerzo sin un gobierno en
Berlín. Pero el pilar de la estabilidad europea de los pasados tres lustros ya
no existe. La canciller no tiene relevo. Pero ante todo no tiene ya planes,
objetivos ni ideas para esta Alemania tan rica, asustada, crispada y
potencialmente inestable. Su único objetivo era justificarse y seguir. Muchos
se preguntaban para qué. Como sucede en España, un gobierno sin más prioridad
que su permanencia se convierte en un obstáculo a la solución de los problemas.
Merkel también insiste en volver a presentarse. Es posible que gane. Es
imposible que sea la solución. Las interrogantes para el futuro de Europa no
dejan de crecer.
lunes, noviembre 20, 2017
UN DESEMBARCO ARGELINO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
19.11.17
La guerra a la inmigración ilegal exige un coraje que es muy
escaso
LO que más asusta es la calma con la que algunos se lo
toman. Televisiones, radios y medios escritos informaban ayer como de un vulgar
suceso de lo que es, por desgracia, mucho más que eso. En 24 horas habían
llegado ayer a la costa murciana al menos 44 pateras con cerca de quinientos
inmigrantes ilegales, en su inmensa mayoría jóvenes varones árabes. Con un dato
muy especial a tener en cuenta: procedían de Argelia. Que es sin duda el punto
de origen más temido por quienes observan la situación de la seguridad en el
Mediterráneo y las fronteras europeas a medio plazo. Argelia ha cuadruplicado
su población en medio siglo y es con más de 40 millones de habitantes ya el
país más poblado y más joven del Magreb.
El comienzo de una presión migratoria ilegal argelina
tolerada o no reprimida por sus autoridades es una de las pesadillas más
consistentes para los responsables de la seguridad del flanco meridional
europeo. La costa mediterránea española podría convertirse rápidamente pronto
en un escenario dantesco, como los que se han ofrecido en ciudades portuarias
italianas en el pasado año. De repente, el viernes las pantallas de vigilancia
de la costa en Cartagena comenzaron a detectar movimientos en lo que pronto
parecía toda una invasión, obviamente organizada y sincronizada, de pequeñas
embarcaciones. Buques de Salvamento Marítimo salieron a interceptarlas y todos
los inmigrantes ilegales fueron traídos a suelo español. El único que realmente
parecía ayer ser consciente del gravísimo momento era el delegado del Gobierno
en Murcia, Francisco Bernabé. Calificaba sin ambages esta oleada de pateras
como «un ataque coordinado contra nuestras fronteras y, por tanto, contra las
fronteras de la UE». E intentaba subrayar la necesidad de que estos inmigrantes
fueran expulsados. No lo decía tan claramente, porque no sería delegado de este
gobierno si lo hiciera. Decía que había que controlar antes, lo que se
sobreentiende, si hay algún caso que pudiera ser aceptado como refugiado
político. Lo más seguro es que no lo haya. Lo casi seguro es que al final todos
se queden deambulando por España o prosigan hacia el norte de Europa.
Los traficantes parecen haber cambiado su ruta después de
los Balcanes e Italia a España. Pronto podríamos estar con decenas de barcos de
ONG e instituciones oficiales creando un flujo constante de inmigrantes
ilegales desde Argelia a España, como se ha hecho en la costa libia con Italia.
Las consecuencias para la seguridad de España y toda Europa son incalculables,
pero en todo caso aterradoras. Nadie se atreverá en España a proponer como han
hecho políticos en otros países europeos que el salvamento debe consistir en
rescatar a los náufragos y devolverlos a la costa de origen. Pedir un discurso
y una política sólidos en defensa de la inmigración legal y por tanto de guerra
a la ilegal es algo que exige sentido común, valentía política y ganas de decir
la verdad.
BIENVENIDO ANTONIO LEDEZMA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 18.11.17
Ledezma viene a Madrid. Considera que para la lucha por la
libertad de Venezuela aquí será más útil
Antonio Ledezma, el que fuera alcalde metropolitano de
Caracas, con Leopoldo López el preso político más destacado del régimen
narcocomunista de Venezuela, se le ha escapado al dictador Nicolás Maduro. No
puede haberle gustado al patético caudillo. Lo tenía, como tiene ahora a López,
en arresto domiciliario. Ledezma estaba así desde hace mil días, pero a él no
le han enredado en contradicciones los servicios de información del SEBIN, a la
postre lacayos del cubano G2. Este es el gran especialista en destruir
personalidades, liquidar conciencias y hundir ánimos. Ha sido clave en dinamitar
la Mesa por la Unidad Democrática (MUD), la oposición infiltrada y parcialmente
comprada. También en acallar la protesta en las calles.
A Ledezma no han conseguido romperlo. Ha tenido la sangre
fría para escaparse del arresto domiciliario y cruzar la frontera hacia
Colombia cerca de la ciudad de Cúcuta. A Maduro se le escapa uno de sus rehenes
favoritos. Hay que esperar alguna reacción de destemplanza. Ledezma, como
millones de venezolanos, ha visto con desesperación cómo quebraba el frente de
oposición tras meses de levantamiento heroico de los jóvenes. Las elecciones de
gobernadores que volvieron a ser un gigantesco fraude hundieron a la oposición
que decidió participar. El resultado ha sido una rápida consolidación de la
dictadura, ya abiertamente de corte cubano. En estas circunstancias la vida de
Ledezma corría serio peligro. La comunidad internacional tiene que redoblar su
vigilancia de la situación del resto de los presos incluido Leopoldo López.
Ledezma viene a Madrid. Considera que para la lucha por la
libertad de Venezuela será más útil en Madrid y viajando por el mundo que
amordazado en su domicilio en Caracas. En Madrid le espera su mujer Mitzy
Capriles, una de las más activas personalidades del exilio venezolano. Es
Ledezma probablemente el hombre adecuado para forjar un frente que presione a
la comunidad internacional, ante todo a EE.UU., para evitar la trágica
estabilización de la nueva dictadura cubana en el continente americano.
Esperemos que tenga en España toda la ayuda que merece la causa.
viernes, noviembre 17, 2017
REVUELTA ANTIFRANQUISTA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
17.11.17
No se pueden mutilar 40 años a una gran Nación
LA Diputación de León y el Ayuntamiento de la ciudad de León
acaban de aprobar por heroica unanimidad «retirar los honores concedidos en su
día al general Francisco Franco y eliminar las huellas de su régimen en la
provincia». Cuando se cumplen 42 años de la fecha en que el general moría en la
cama como jefe del Estado de un régimen sólido y por nadie amenazado, surgen
las revueltas temerarias contra el dictador. Políticos desprestigiados juegan
al maquis, a la gesta antifascista para las televisiones, al hoy tan asequible
arrojo antifranquista, y despojan a Franco de los honores que le otorgaron
estas instituciones en toda España. Pretendiendo enmendar supuestos votos no
voluntarios y libres. Es probable que en 1950 fuera difícil votar contra unos
honores a Franco en un ayuntamiento español. Aunque quizás no tanto como hoy lo
sería votar a favor de él en algunos rincones de España. Desde luego en febrero
de 1974 nadie obligaba al Club de Fútbol Barcelona a entregarle su máxima
distinción a Franco, ni a «La Vanguardia» a babear fervor franquista.
Más allá de la ridiculez de todo el asunto, si nos metemos
en las paupérrimas mentes sectarias de nuestra izquierda y las igual de
paupérrimas y además acomplejadas de la derecha, puede tener sentido dedicar
tiempo a quitarle honores a quien debe ser oficialmente odiado y vilipendiado
por la cofradía del bien pensar para tener certificado de buena conducta que
después lo permite todo. Lo que resulta una aberración es la parte de la
resolución que reza «eliminar las huellas de su régimen en la provincia». ¿Qué
huellas del régimen van a eliminar? ¿Barrios de vivienda social, carreteras,
túneles, universidades, algún pantano quizás? ¿La inmensa obra civil y social
de 40 años de esfuerzos de toda la sociedad española que llevó a España de ser
la pordiosera de Europa con Rusia a estar cerca de los primeros países del
mundo? Quieren eliminar «las huellas del franquismo» sin entender que son ellos
mismos, sus casas, el agua que beben, su educación, sus escuelas, las
conquistas de sus padres. Y sus errores. Y sus crímenes. También sus mentiras.
Que han llevado a esta sacrosanta democracia al borde del abismo de la
inviabilidad y el fracaso. Por estar construida sobre cimientos de falacias que
impiden sus enmiendas y mejoras. La democracia es mucho mejor que aquella
dictadura. Aunque no deba dudarse tampoco de que aquella dictadura fue menos
mala que la que evitó. Pero mal está una democracia cuando hay que mentir en
ella tanto como en dictadura.
Se empezó mintiendo al pretender que, salvo cuatro
generales, «fachas», marqueses y obispos, todos los españoles habían sido
antifranquistas. Muy clandestinos, eso sí. Se acaba mintiendo en casi todo.
Así, la estafa se hizo habitual y la falta de honestidad y el cinismo,
costumbre. Por eso, la juventud no entiende nada porque nada verdadero se le
enseña entre consignas sectarias. Así, la mentira cada vez más delirante lleva
a regiones enteras a lanzarse a la autodestrucción. De haber afrontado el
pasado con más honradez, más coraje para defender la justicia y la verdad, hoy
se valoraría más la probidad y no se aceptaría la impostura como costumbre.
Cuarenta años de la vida de un pueblo no pueden arrancarse y sustituirse por
fabulaciones necias sin romperle la columna vertebral y el alma. Por eso la
obsesión por combatir fantasmas del pasado con falsedades nos ha traído al
borde de la autodestrucción. Por esa mentira obsesiva, fuente de tantos males
nuestros, fruto de la cobardía. Que tiene en España secuestrada a la verdad, la
única receta para la fortaleza y la libertad.
HERMANN TERTSCH DISERTÓ AYER EN SEVILLA SOBRE «ESPAÑA Y EUROPA EN LA ENCRUCIJADA»
«Somos uno de los eslabones más débiles de la Unión Europea»
Por Pedro Ybarra
ABC SEVILLA Viernes,
17.11.17
Hermann Tertsch disertó ayer en Sevilla sobre «España y
Europa en la encrucijada»
El Club Antares acogió anoche un encuentro con el periodista
Hermann Tertsch sobre «España y Europa en la encrucijada», acto convocado por
la asociación Ademán y moderado por el periodista Romualdo Maestre. El
columnista de ABC fue presentado por el catedrático de Historia, Rafael Sánchez
Saus, quien lo definió como «un acerado crítico de las imperfecciones del
sistema». Durante su intervención, Tertsch desveló ante los doscientos
asistentes las tensiones que se viven actualmente en Europa. Compartió su
visión sobre la política de Merkel, las llamadas a la inmigración y la falta de
voces críticas, «una de las grandes plagas para el pensamiento», dijo. «Estamos
poniendo en peligro la Unión Europea porque estamos cogidos por pinzas, entre
otras cosas porque nosotros somos hoy en día uno de los eslabones más débiles».
Defendió «la importancia de los estados nacionales». También habló sobre
«multiculturalidad», que «es lo contrario de lo que parece. Lo que rompe las
sociedades en guetos», afirmó.
JUAN FLORES
Rafael Sánchez Saus, Hermann Tertsch y Romualdo
Maestre
Fue muy crítico con Rodríguez Zapatero, «el personaje más
tóxico para España desde la Guerra Civil», por destruir los elementos de
autodefensa que teníamos y lanzar el revanchismo. Tertsch también fue crítico
con la actuación del Gobierno actual ante el desafío soberanista catalán, ya
que «ha tenido otra gran oportunidad» con la aplicación del artículo 155 para
establecer unas condiciones «en la que España volviera a tener músculo» y evitar
que se expanda a otras regiones.
«La nación se está moviendo y tiene asustados a los
separatistas y a los políticos, que ven como esta sociedad tiene un pulso
interno que no controlan», añadió. El periodista destacó la figura de Felipe
VI, «es absolutamente histórico que el Rey se haya puesto a la cabeza de las
inquietudes de esa nación a pesar del Gobierno y cabe decir que en contra de
las posiciones del Gobierno. Es muy importante y va a ser muy importante en el
futuro».
«No hay posibilidades de ver romper España pacíficamente».
Si no queremos en Europa guerras tenemos que ir en dirección contraria y la
dirección contraria pasa por el fortalecimiento de los estados nación, y en el
caso de España pasa porque haya un gobierno «que haga este estado viable con una
educación nacional, con una seguridad nacional, con una policía nacional, y con
un proyecto e idea de regeneración y realmente un proyecto de futuro nacional
que no existe y que no ha existido», concluyó.
martes, noviembre 14, 2017
POR RESPETO Y MUCHO MÁS
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 14.11.17
Hay que imponer el retorno a los medios de la toponimia
española en toda España
CASTELLANOPARLANTES o hispanohablantes somos todos los
españoles. Cierto que por culpa de los nacionalismos en ciertas regiones y por
la paupérrima educación se habla cada vez peor y cada vez con menos
vocabulario. Pero todos lo hablan y todos lo entienden. Aunque algunos se
esfuercen por hablarlo mal o se nieguen a hacerlo por esa hispanofobia que los nacionalismos
y cierta izquierda han cultivado desde hace décadas. Resulta tan triste como
inaudito que en algunas regiones se haya generado tan violento rechazo a esta
lengua universal que abre mil puertas al mundo. Porque el español es el mayor
tesoro que enaltece a España, junto a su historia. Imaginen lo que harían los
alemanes o los franceses con una lengua que hablan 500 millones de habitantes
en permanente y vigorosa expansión. Nosotros nos ensañamos con ella y la
humillamos con espectáculos dantescos como los traductores en el Senado. O la
impune persecución de los rótulos en Cataluña. Ese odio a España cultivado
desde poderes institucionales y políticos españoles es un fenómeno único en el
mundo, abominable, la peor y más trágica cosecha de nuestros errores de la
transición.
Las ansiedades de la joven democracia por compensar
injusticias reales o supuestas de la dictadura llevaron a políticas con
prioridades que hoy sabemos erróneas y profundamente dañinas. Se han hecho bien
muchas cosas en España estos pasados cuarenta años. Pero nos hemos equivocado
mucho en otras. Los errores se han hecho fuertes y son tremendas las
resistencias al cambio por las inercias y el discurso asumido. Tanto que ante
el desafío del separatismo se propone proseguir con el vaciado del Estado,
causa del crimen político hoy en marcha. Pocos proponen la lógica enmienda de
probar lo contrario a lo fracasado. Muchos años hemos tolerado lo intolerable
en las relaciones humanas, políticas y culturales. Hemos permitido que la
lógica antiespañola se convirtiera en la lógica del Estado en una España
siempre bajo sospecha. Y hemos aceptado una falta de respeto a la Nación que se
convirtió en hábito. Cuando España es la única garantía de nuestras libertades
y derechos. Y de la paz. Porque una España rota nos arrebataría libertades y
derechos pero además nos garantiza la guerra.
Hubo mucha buena fe en la transición. De los que llegaban y
de los que desmontaban el régimen que se autodisolvió. Pero la buena fe juega
malas pasadas. Sucedió con la distribución territorial. Ya en la propia
formación de las autonomías se mutiló y dividió arbitrariamente Castilla e
inventó cuerpos uniprovinciales como La Rioja o Cantabria. Para trocear España
como una pieza de ganado. Después vinieron décadas de irresponsable vaciado de
competencias al Estado central para armar a unas autonomías convertidas en
desleales émulos y rivales, cuando no ya enemigos, y poderes feudales
tramposos, corruptos y despilfarradores. Los resultados están aquí. La
catástrofe catalana continuará y llevará al definitivo empobrecimiento de la
región. Hasta que España derrote y deslegitime a los nacionalismos o estos
destruyan a la nación española y la península se hunda en el caos. Para
intentar que España venza a sus enemigos hay que dar la batalla por la enmienda
ya. En contra de la suicida perseverancia en el error que sería una reforma
constitucional con más concesiones. Empecemos ya por algo simbólico, que no
anecdótico, para devolver el honor a la lengua perseguida. Es momento de una
campaña masiva para que las televisiones con programación en español ofrezcan
la toponimia de la geografía española en español. Y que lo hagan en toda
España. Si London es Londres, más razón para que Girona sea Gerona, Lleida sea
Lérida, Hondarribia sea Fuenterrabía y Leioa sea Lejona. Por respeto.
LA FUERZA DEL HASTÍO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
12.11.17
Se pretende normalidad donde se prepara un nuevo asalto
ESTAMOS todos los españoles cautivos en las mazmorras del
drama español. Estamos secuestrados por una minoría nacionalista catalana que
amenaza con destruirnos y nos impide una normalidad que resulta urgente y
apremiante. Estamos encerrados y vemos cómo la vida pasa y las oportunidades se
van también para siempre. Igual que se van de Cataluña y también del resto de
España, las ferias o agencias e inversiones y proyectos, se va el tiempo que
pasa para siempre para todos con cruel rapidez. Los últimos conocidos que
comentan que se van de Cataluña para siempre ya no dan como explicación el
miedo a las hordas separatistas, ni el totalitarismo en los colegios o el puro
racismo en la administración, ni ese infinito hastío que produce toda la
permanente monserga nacionalista. Solo dicen que la vida es demasiado corta
para pasarla con ese latazo infinito que consideran precisamente eso, infinito.
Porque las esperanzas de que la decisión de imponer el 155 supusiera un punto
de inflexión en esta trágica deriva se han difuminado.
Las elecciones del 21-D, que impiden toda la necesaria
aplicación del 155, han frustrado la ilusión de que España volvía a Cataluña
para enmendar trágicos errores que nos han traído hoy al borde del
enfrentamiento civil. La frustrante lucha contra el golpismo separatista nos
muestra dolorosamente los límites del sistema. Convierte en sarcasmo los
esfuerzos del gobierno por convencernos de que todo funciona como estaba
previsto. Asistimos a un espectáculo de desafueros tan palmarios y ruidosos que
ninguna orquesta mediática de pelotas lo puede ocultar. No hay separación de
poderes cuando el ministro del Interior llama a los jueces a tener en cuenta
realidades extrajudiciales. No hay confianza en la justicia cuando se acuerda
con los reos los términos de su declaración para que no entren en prisión
incondicional como correspondería por tan gravísimos delitos. No hay normalización
si por puro miedo a una foto y un editorial extranjero el gobierno permite que
una turba filoterrorista paralice durante un día entero las infraestructuras de
una región como Cataluña. Mañana podrían hacerlo con edificios estratégicos,
aguas, electricidad, aeropuertos o instalaciones militares. El gobierno
proclama normalidad mientras hordas de fanáticos y mercenarios de la
Generalitat advierten y demuestran que el Estado español no controla su
territorio. Cierto que los cabecillas han demostrado ser una caterva de
cobardes, que les tiemblan las rodillas en cuanto el Estado hace el mínimo
gesto de respetarse a sí mismo y de utilizar sus armas legales para hacerles
frente. Pero saben que siempre pueden contar con su siguiente oportunidad. Ya
se anuncian nuevas alianzas de los socialistas con los separatistas. El frente
constitucionalista es mentira. Y todo nos lleva a una situación en la que el
gobierno podrá pretender que el mal menor, siempre el mal menor, es acceder a
unas condiciones especiales para Cataluña. Unas condiciones que la nación
rechaza. Porque las sabe antesala de su propia destrucción.
A CARA DE PERRO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 11.11.17
May se debate en el desorden con una política espasmódica
que no ayuda a esta separación
Que el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea no
iba a protagonizar un ejemplo de común acuerdo en el Brexit estaba claro desde
el principio. En el Reino Unido la confusión se adueñó de la política después
del 23 de junio del 2016. Y no ha hecho sino agravarse con la debilidad de
Theresa May y todos los enanos de circo que le han crecido dentro y fuera del
gabinete desde entonces. May se debate en el desorden con una política
espasmódica que no ayuda a facilitar esta dificilísima operación de separación.
En la Unión Europea, los temores a que surgieran o surjan emuladores al Reino
Unido y el celo por demostrar firmeza donde no había más que debilidad hicieron
que todo lo dominara la voluntad de castigar a Londres. Los coqueteos con
formas de anular la voluntad popular expresada en las urnas solo deterioraron
más el ambiente de cara a una negociación que todos sabían endiabladamente
compleja y difícil. Endiablada con buena voluntad, sin ella quizás irresoluble.
Ahora solo se ve cara de perro en todo. Londres anuncia
ahora el 29 de marzo del 2019, a las once de la noche, hora local, como fecha
para consumar el Brexit. El negociador de la UE, Michel Barbier, le da a
Londres dos semanas para llegar a un acuerdo sobre las condiciones básicas. Ahí
se incluyen también los compromisos económicos, los pagos, que se exigen al
Reino Unido y que son tres veces superiores a los que parece dispuesto a
asumir. Si no hay acuerdo marco, no podrá comenzarse a negociar sobre las
futuras relaciones. Lo que retrasa, complica y amenaza con una transición en
caos como sería la salida sin acuerdo. Esta tendría unos efectos calamitosos,
también para la UE, pero especialmente para el Reino Unido. En la UE poco puede
moverse mientras el principal pagador del Brexit, Alemania, esté aún enzarzada
en sus cuitas con la formación de la coalición. No se oculta lo mucho que
gustaría un cambio en Londres para poder mezclar cartas de nuevo. Y se nota que
algunos aún sueñan con revertir aquel voto de junio del 2016.
viernes, noviembre 10, 2017
NUESTRO ÚLTIMO REFUGIO
Por
HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 10.11.17
Sin verdades ni certezas, solo la ley nos salva de nosotros
mismos
TANTAS décadas llevamos todos en Occidente bajo el bombardeo
incesante del mensaje de que la verdad es tan inexistente como Dios que nos
sentimos culpables en cuanto defendemos la mínima certeza. El desprestigio de
la fe se ha extendido y generalizado tanto que ha convertido la convicción en
enemiga de la reputación intelectual y política. Apenas quedan bastiones de defensa
de convicciones, despreciados por la indolencia general, por la liviandad, por
la ignorancia distraída. Desaparecen los límites y todo imperativo moral. No
quedan diques religiosos, filosóficos ni morales que contengan, encaucen y den
forma al pensamiento y la conducta de grupos e individuos. Todo ha quedado
anegado por un discurso sentimental ya no amorfo sino líquido, que ha asimilado
toda inteligencia y verdad en el debate público como una gran riada de lodo que
convierte el jardín en barrizal primero y desierto después.
¿Todo? No todo, porque no viviríamos con una seguridad, un
bienestar y una libertad que, aunque siempre amenazados, convierten a Occidente
en un mundo de privilegio al que desde todo el planeta se quiere acceder. Somos
un paraíso enfermo. Pero un paraíso. Lo que nos salva aún en este colapso del
pensamiento y de la razón es solo la ley, el derecho como último orden aún
realmente vigente. Es la ley que heredamos de unos romanos que por cierto se
quejaban de lo mucho que tardaron en imponerla en este rincón del imperio que
llamaron Hispania. Lo lograron. A sangre y fuego. En todo el mundo antiguo hubo
orden en la sociedad y en las mentes. Y el ser humano fue así capaz de gestas
excelsas. Desde entonces han cambiado muchas cosas pero nunca el principio de
que las leyes son el dique contra la arbitrariedad, el abuso, la tiranía y el
caos. Ahora el lodo que anega el discurso político e intelectual amenaza con
engullir al imperio de la ley, terriblemente imperfecto, pero nuestro último refugio.
Esta sociedad líquida sin anclajes ni certezas ni
referencias incuestionables amenaza desparramarse con cualquier sobresalto o
movimiento brusco. El siglo XX ha avisado con sus conductas atroces. Tenemos el
calendario cuajado de fechas que los evocan. Es tan casual como parte de una
lógica siniestra que las matanzas de Paracuellos comenzaran en 1936 el día que
se conmemoraba el triunfo de la Revolución Bolchevique de 1917, el 6 de
noviembre. Como resulta un guiño histórico que el 9 de noviembre, ayer, se
conmemore uno de los triunfos supremos de las ansias de libertad del hombre, la
caída del muro de Berlín en 1989. Y también uno de los actos colectivos de
mayor vesania de la humanidad, la Noche de los Cristales Rotos, la
Reichskristallnacht, en 1938. El pueblo capaz de lo peor y lo mejor. El origen
del cataclismo está allá en la inmensa hecatombe humana de la Primera Guerra
Mundial, en la que muere el orden, desaparece Dios y se consuma el
endiosamiento de la masa. Ahora, siete décadas después del Holocausto, cien
años después del triunfo bolchevique y de cien millones de asesinados por el
comunismo, no debe asustarnos ni el fanatismo de compatriotas que llevan a
lactantes a hacer barricadas a la autopista. Ni las turbas violentas de
estudiantes que en Barcelona maldicen su propia historia. Ni siquiera la vileza
y mentira procaz que la debilidad intelectual y moral imprime a nuestros medios
de comunicación de masas. Debemos temer con horror que la falta de integridad
de nuestros gobernantes y la debilidad de nuestra sociedad sin más convicción
que la arrogancia de la masa acabe más pronto que tarde con nuestras leyes. Por
conveniencia o por pura cobardía. Entonces estaremos perdidos.
martes, noviembre 07, 2017
EFEMÉRIDES Y LUTO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes,
07.11.17
La hispanofobia aún no ha logrado destruir a esta Nación
HOY se cumplen 500 años de la muerte del Cardenal Cisneros.
El 7 de noviembre de 1517 moría en Roa del Duero este religioso y estadista, el
hombre más poderoso de su época. Que llegó a gobernar como un rey y fue figura
clave para la forja del imperio a partir de un reino que se preparaba para la
mayor gesta de la humanidad, el descubrimiento y la conquista de América. Con
una exposición en Toledo y otra en Sigüenza y algún congreso y conferencias, el
Cardenal puede estar más que satisfecho del recuerdo de sus compatriotas. Hace
algo más de un año, el 23 de enero del 2016, se cumplían los 500 años de la
muerte de Fernando el Católico, figura histórica de colosal importancia para
toda Europa, príncipe del Renacimiento. La fecha fue totalmente ignorada por
las autoridades culturales, educativas y oficiales. Nada hubo, cuando el gran
Rey Fernando habría merecido congresos, exposiciones y actos de Estado. Tan
solo se reunieron en una misa en la cripta de la catedral de Granada un
centenar de españoles, menos nostálgicos que ávidos de respeto para la historia
y la Nación. España siempre ha sido menos madre patria amorosa que madrastra
desmemoriada e ingrata en el trato a sus grandes héroes, muchos de ellos
colosos de la civilización occidental. Hoy se ensaña además con ellos la
despiadada ignorancia y la militante hispanofobia que unos toleran con su
indolencia y cobardía y otros cultivan como forma eficaz para liquidar la
Nación.
En estos momentos de brutal agresión separatista habría sido
bueno que los españoles supieran más de sí mismos. Porque costaría más
embaucarlos para grotescos engaños de nacioncillas inventadas. Porque serían
conscientes del inabarcable patrimonio común acumulado en siglos de glorias y
desventuras. Y de los valores y cualidades que nos unen para afrontar un futuro
que se promete convulso e incierto. En cohesión profunda que muchos nos quieren
arrebatar. La guerra contra el conocimiento de nuestro pasado, con una ofensiva
permanente e inmisericorde de mentiras, ha despojado a generaciones de los
lazos afectivos e intelectuales con este tesoro que es la identidad en la
Hispanidad de la España europea y americana. Con el prodigio de su existencia,
por mucho que la intenten estrangular nacionalismos regionalistas o
mundialismos socialdemócratas.
A pesar de la permanente inmersión en propaganda
antiespañola que sufren desde niños los españoles, las agresiones han sido tan
brutales que la Nación reacciona. Ante el peligro real para su propia
existencia. Lo hace además, en contraste a 1808, con un Rey a la altura de las
dramáticas circunstancias. Esto ha despertado el pánico no solo entre los
enemigos internos y externos que quieren trocear España. La reacción también
amenaza a unos partidos que patrimonializan un Estado que debiera estar al
servicio y bajo control de la Nación indivisible. Han sido décadas de dejadez,
desidia y desarme moral e intelectual. La virtud del momento es la certeza de
que nada puede seguir como antes.
Hoy se cumple otra efemérides. El 7 de noviembre de 1936
comenzaron las matanzas en Paracuellos. Españoles con odio a España mataron sin
descanso durante semanas a compatriotas desarmados. Otras muchas matanzas
siguieron con víctimas y verdugos de ambas partes. Hubo un tiempo en que no se
hablaba de unas víctimas. Hoy no se habla de las otras. Pero el luto bueno es
el que se guarda por todos los inocentes por igual. Es el luto de la mirada
limpia al pasado doliente que no tiene miedo a la verdad. Ese da esperanza de
igualdad, justicia, fortaleza y serenidad en el trato entre los vivos.
CHISTE Y DRAMA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
05.11.17
Una broma en conversación privada es patrimonio íntimo
TODAVÍA no me creo que el Ministerio del Interior vaya a
mostrar tanta obsequiosidad y falta de carácter ante presiones mediáticas de quienes
han jaleado los insultos y agresiones a miembros de la Policía Nacional y la
Guardia Civil en pasadas semanas. Pero aseguran que la dirección policial ha
abierto un expediente para «determinar responsabilidades» de tres jóvenes
policías que, en una conversación entre ellos, hicieron un comentario jocoso
sobre Oriol Junqueras. Estaban en las inmediaciones de la Audiencia Nacional
protegiendo la salida del garaje del que habrían de salir los furgones
celulares camino de la prisión de Estremera. Fue en una conversación privada
entre compañeros, que nadie oyó y que casualmente grabó una de las cámaras
instaladas allí para retransmitir dicha salida. «Al osito ya verás cómo lo van
a poner. Está llegando un osito a la cárcel». Y otro dice: «Hasta que lo pongan
a cuatro patas. Le arreglan el ojo».
Yo estuve allí esa tarde. Antes había estado enfrente con la
legión de periodistas catalanes, más consternados si cabe que los compañeros de
partido de los ya reos de rebelión, sedición, malversación, desobediencia y
demás. Políticos y periodistas catalanes se lamentaban del tropiezo de su
causa. Los semilloriqueantes Joan Tardá y Gabriel Rufián se abrazaban a otros
compañeros de aventura y de naufragio. Parecía un concurso de plañideras. La
pobre Marta Rovira ya solo llora y habla a un tiempo. Y no le sale bien ni lo
uno ni lo otro. Ni conmueve ni comunica. Esos comentarios sueltos de la
conversación particular de tres jóvenes policías los han utilizado algunos
medios en su pretensión de cimentar teorías sobre la hostilidad del Estado
hacia los políticos separatistas presos. ¿Y qué? La única respuesta posible es
el desprecio. Indigna la mera posibilidad del expediente. A miembros de un
cuerpo sometido a las más bárbaras agresiones, insultos y difamaciones por la
disuelta Generalidad y otros políticos rufianes. Los policías estuvieron
impecables. Nadie puede ser sancionado por una broma en una conversación
privada. Ni de broma.
Chistes sobre Junqueras, sobre el ridículo Carlos Puigdemont
y sus cómplices y corifeos comprados –¡qué risa las facturas de Julian Assange
y la catalanista Yoko Ono!– los hemos hecho ya casi todos los españoles. Las
redes rebosan chistes, bromas y vídeos de mofas con gracia y talento. Sobre
estos grandes estafadores y sus tropelías. Y ténganlo claro: acabamos de
empezar. El humor es el recurso del ciudadano de a pie para afrontar a diario
con cierta serenidad las insufribles ofensas y el daño sistemático a España de
esa tropa separatista ahora iracunda porque su delirante anhelo ha sido, de momento,
frustrado. Todo esto aun puede terminar en tragedia. Ellos se esfuerzan para
que así sea. Pero aun en sus mayores dramas nunca faltó ni faltará el humor en
esta sociedad decidida a no dejarse robar la patria, destruir la existencia ni
amargar la vida por los más confundidos, los más fanáticos, los peores de sus
compatriotas.
LA TRAMPOSA ES ELLA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 04.11.17
La figura de Clinton se hunde cada vez más, mientras que a
Trump nadie consigue arañarle
Nuevas graciosas carambolas en la vida política de
Washington. Una vez más, las acusaciones de canalladas políticas que acaban
siendo probadas no son las mil que se lanzan contra el presidente Donald Trump,
sino las que manchan a su rival derrotada y humillada enemiga, Hillary Clinton.
Nunca nadie con tantos apoyos perdió ante alguien con tantos enemigos. Clinton
hizo además trampas. Las acusaciones contra ella llegan con pruebas. La
perdedora se hunde. Paradójicamente. Porque nunca hubo una guerra tan masiva
para destruir al ganador, al presidente de EE.UU., como con Trump. El poder
económico, la izquierda, funcionarios y universitarios, artistas,
intelectuales, legiones de ONG, movimientos de feministas, musulmanes y
homosexuales y todos los poderosísimos medios, todos contra Donald Trump. Le
han acusado de machista y acosador, de racista, especulador, violento, loco,
mentiroso, ladrón, fracasado, rico, hasta de pobre y de espía ruso. Las mayores
fortunas y las más poderosas organizaciones han conspirado en buscar lo que
hubiera, real o inventado, para derrocar, desacreditar y destruir a Donald Trump.
Todo el poder mediático de Occidente lleva dos años volcado en ello con gran
celo, todos los recursos y ningún escrúpulo. No dejan de lanzar medias verdades
y plenas mentiras que supuestamente probarían lo uno o lo otro, sobre todo su
conexión clandestina con Rusia. Hasta ahora, que le afecte a él personalmente,
no hay nada por aquí y nada por allá.
A Clinton, sin embargo, le crecen los enanos. Ahora la
denuncia la expresidenta del Partido Demócrata, Donna Brazile, por haber
comprado las primarias en el Partido Demócrata y haber estafado a Bernie
Sanders. No es nuevo este hecho, sí los detalles que podrían incluir delitos.
Su figura se hunde cada vez más, mientras a Trump, judicialmente, nadie
consigue ni arañarle. Nadie pedirá perdón ni en EE.UU. ni en Europa por su
apoyo a la siniestra figura. Porque hoy no hay que ser partidario de Trump para
saber que Clinton es de los personajes más corruptos y falsarios del Washington
de las pasadas décadas.
viernes, noviembre 03, 2017
LA VIDA VA EN SERIO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
03.11.17
España no debió permitirles equivocarse hasta el final
«QUE la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más
tarde…». Las escenas ayer a la caída de la tarde alrededor de la Audiencia
Nacional evocaban esos versos iniciales del célebre poema de Jaime Gil de
Biedma. Casi puntualmente a las seis se había sabido que siete miembros de la
Generalidad iban a ser enviados a prisión como cabecillas de un golpe de
Estado. Como dirigentes de una amplia conspiración criminal. Resulte probada o
no esta operación ante los tribunales, lo cierto es que ninguno de los acusados
ha negado querer arrancar a España parte de su territorio y población para
fundar un cuerpo ajeno y hostil. No es una empresa menor. Por la gravedad
inmensa de sus efectos sobre las vidas de 47 millones de españoles que
quedarían sin la patria en la que nacieron decenas de generaciones de
antepasados antes que ellos. Por el terrible trauma que supondría para las
relaciones humanas y la sociedad mutilada que esa ruptura dejaría a ambos lados
de una herida que surcaría un cuerpo crecido unido desde que fue provincia
cristiana del Imperio Romano. Han estado años volcados en esta empresa a
sabiendas de que era ilegal y criminal. Desde hace un lustro no se han dedicado
las autoridades autonómicas catalanas a otra cosa. Sin disimulo ni pudor. Full time y full credit. Han gastado ingentes cantidades de dinero en ello.
Han movilizado todo el capital ideológico xenófobo y mentiroso que se cultiva
en varias regiones españolas desde que se otorgó a partir de 1978 una carta de
privilegio a los nacionalismos antiespañoles. La arrogante hispanofobia
supremacista ha sido su razón suprema política y de identidad.
Ayer, sin embargo, los amigos de la causa, cómplices de los
imputados en la causa de rebelión, sedición y malversación, parecían todo menos
aguerridos luchadores. Ayer no tronaban sus desprecios ni sus amenazas a
España. Concentrados como un deslavazado grupo humano en la plaza ajardinada de
la Villa de París, todos se mostraban traumatizados por la noticia. Alguno
lloraba, muchos hacían muecas al borde de las lágrimas, se miraban consternados
en incomprensión. No se lo podían creer. Sus jefes, los menos indignos, los que
no se esconden como comadrejas en el grotesco laberinto belga, iban camino de
la cárcel. En España acababa de pasar lo que en cualquier otro país europeo
habría pasado mucho antes. El Estado ejerce su legítimo derecho al uso de la
fuerza para la defensa del bien común y de las leyes y sus instituciones.
Cierto que, como siempre, lo que hace bien lo hace tarde. Y probablemente se
queda corto a la hora de usar la fuerza legítima de sus leyes –el artículo 155–
para reordenar lo tanto tiempo desordenado. Para erradicar ese venenoso
malentendido tolerado durante cuatro décadas. Que hace creer a los
nacionalistas que pueden disponer del patrimonio de todos. Hay una dosis de
injusticia en este castigo por parte del mismo Estado que no sacó antes a los
nacionalistas catalanes del malentendido. Lo tenía que haber hecho hace 35 años
y lo debió hacer siempre. Y hace seis meses, seis semanas o seis días. No lo
hizo. Los encarcelados crecieron creyendo que son mejores que los demás
españoles y pueden hacer lo que otros no con lo que pertenece a todos. Han
pasado la vida jugando a pretender ser superiores a los demás, a violar las
leyes comunes y no tomar en serio a España. Y España lo permitió. Toleró la
impunidad por el interesado desinterés de sus gobiernos centrales. El Estado no
cumplió con su deber y les permitió equivocarse hasta el final. Debió avisarles
hace mucho, fehacientemente, de que la vida va en serio.