domingo, noviembre 29, 2015
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 28.11.15
Venezuela va a estar en los próximos días en boca de todos.
De repente todos parecen ya tomar conciencia de que aquel país está al borde de
un abismo de violencia y sangre. El próximo día 6 se celebran unas elecciones
que en condiciones democráticas normales darían, nadie lo pone en duda, una
abrumadora mayoría a la oposición con cualificación suficiente para imponer
todos los procesos revocatorios requeridos en la destitución del presidente,
Nicolás Maduro, renovar la Corte Suprema y limpiar instituciones y leyes de sus
condicionantes perversos del régimen socialista. En parte, por cierto,
redactados por comunistas españoles invitados para ello a Venezuela y después a
los demás países de la región que siguieron a la flauta de La Habana lubricada
con petrodólares y carisma del flautista Hugo Chávez. Esos serían los
resultados en unas elecciones limpias que son imposibles. Porque el régimen
está dispuesto a todo fraude, manipulación y coacción para impedir la libre
expresión de los venezolanos. Y mucho ya ha sido aplicado. Con leyes de
excepción, cambio de distritos, compra de votos y coacción masiva. Ninguna, por
supuesto, tan espectacular como las apariciones del propio Maduro en televisión
con advertencias de que el pueblo pagará muy cara una victoria de la oposición.
A esta recomienda el presidente rezar para perder, porque en caso contrario la
violencia sería tal que lamentaría haber ganado. Venezuela está de repente en
boca de todos, después de años en los que se aceptó con inaudita indolencia la
deriva del país hacia una catástrofe perfectamente anunciada.
Es muy probable que estemos en el umbral de trágicos
momentos en Venezuela. Porque cunde el pánico en un régimen disparatado desde
su creación por la impronta despótica de un militar histrión. Entre la casta
dirigente surgida del submundo venezolano al amparo del caudillo, entre los
generales multimillonarios con aviones propios a reacción y haciendas y
mansiones por las islas del Caribe, entre los sicarios que repartían las
migajas del saqueo a los tesoros de la nación. El hampa está al mando y amenaza
al pueblo venezolano, que paga carísima su ceguera, frivolidad e indolencia
pasadas que permitieron que su patria se convirtiera en el principal escenario
para un nuevo ensayo general de la demencia ideológica neocomunista.
viernes, noviembre 27, 2015
HAZAÑAS EJEMPLARES
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
27.11.15
El juego del poli bueno, poli malo, de Iglesias y Monedero
no oculta la siniestra vocación real
ESTÁ muy ufana y satisfecha la opinión publicada –que en
España es más líquida, ilusa y faldicorta si cabe que la opinión pública– con
la «transformación política» que ven sus grandes gurús en Pablo Iglesias y su
partido. Con lo que consideran su rápida aproximación a una izquierda moderada.
«Ya lo anuncié yo», oigo decir y leo a mucho analista. «Yo ya dije que Podemos
acabaría integrado en el sistema. Ya han abrazado la moderación». Muchos que
aún hace poco se reían o dudaban de la sinceridad de la conversión a la
socialdemocracia de quienes todavía hace dos años bailaban con la bandera roja
y retratos de Lenin están convencidos de que se han rendido a la lógica del
sistema. De que ya han sido integrados quienes presumían de ser la
quintaesencia leninista, convertidos en una izquierda convencional democrática
de la que, más allá de alguna excentricidad, nada hay que temer.
Algunos, en cambio, vemos a Iglesias y a Monedero, a Colau y
a Bescansa, mucho más cerca que nunca de los sicarios de Nicolás Maduro que el
miércoles mataron a un candidato de la oposición en un mitin. En presencia de
Lilian Tintori, la mujer del líder opositor que se pudre en la prisión militar
de Ramo Verde. Sí, en Venezuela. Nada han dicho de ese nuevo crimen ni del
terror en la campaña estos supuestos conversos de Podemos. Cuando es hoy y
ahora el crimen y lo perpetran sus socios. Ellos están solo preocupados por
evitar represalias militares contra Estado Islámico. Iglesias ha dicho que está
demasiado ocupado en España para ocuparse de lo que pasa «en un país tan lejano
como Venezuela». Un atisbo de decencia le habría impedido hablar así cuando
sabe lo que sabemos. De su íntima hermandad con quienes han convertido aquel
«remoto país» en un infierno. Hay cientos de grabaciones de actos de apoyo y
manifestaciones de entusiasmo, perruna sumisión y lacayuna obsequiosidad hacia Hugo
Chávez y el régimen que hoy aterroriza a la nación venezolana. Maduro amenaza
ahora en televisión a su pueblo con tanta violencia, advierte, que la oposición
se arrepentiría de ganar las elecciones. Le dice a la oposición que rece por
perderlas para no sufrir las represalias que prepara. Esa es la realidad de la
que proceden Monedero e Iglesias. De la que han cobrado y según algunas fuentes
siguen cobrando para su proyecto político en España.
La conversión de Iglesias y Monedero a una izquierda
democrática solo sería creíble con una abierta y pública condena al régimen con
el que colaboraron en Venezuela. Igual que la integridad personal de Iglesias
solo es asumible si no homenajea a su abuelo en Villafranca de los Barros
intentando perpetuar la mentira del resistente militar. Y, por el contrario,
tiene el valor para una proclamación política de grandeza que sí le daría otra
dimensión personal. Sería el franco y sincero reconocimiento de los crímenes
que cometió su abuelo, con una manifestación de luto por sus víctimas, entre
ellas el marqués de San Fernando, Joaquín Dorado y Rodríguez de Campomanes. Sin
una ruptura con el crimen no se puede pretender formar parte de la comunidad
democrática. Se ha visto con Bildu y demás franquicias etarras. Se ve con Podemos.
No hay alejamiento real de los postulados totalitarios y el crimen que siempre
han defendido. Todo lo contrario. El juego del poli bueno, poli malo, de
Iglesias y Monedero no oculta la siniestra vocación real. La agresión a Albert
Rivera con una campaña de difamación sin precedentes en la democracia española
es el intento del asesinato civil propio de sicarios de las peores dictaduras.
Es el asesinato virtual de quienes no condenan los crímenes reales porque
siguen siendo para ellos hazañas ejemplares.
martes, noviembre 24, 2015
UN REGALO ARGENTINO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 24.11.15
El mero hecho de que haya triunfado un discurso combativo de
denuncia de las perversiones que atan a Argentina al tercermundismo resulta
esperanzador
ES cierto que hay mucha acritud en la vida política
española. Que el revanchismo y el guerracivilismo han acabado con la razonable
cordialidad que reinaba en la política desde la transición hasta allá el año
2000. Pero siempre hay sitio para el humor. Así, nadie negará que tenemos una
izquierda muchas veces muy graciosa. Aunque siempre desde luego de forma
involuntaria. Hace gracia ver cómo se emociona en defender la miserable
dictadura de Cuba que dura ya 57 años, mientras se escandaliza solemnemente con
la de Pinochet, que duró 16 –la brevedad es una calidad en la dictadura–, y
acabó hace más de un cuarto de siglo, y se disolvió voluntaria y pacíficamente
dejando un Chile en magnífico estado. Pero ayer estaba especialmente divertido
su sector tertuliano radiofónico explicándonos las bondades de Juan Domingo
Perón, ya saben, aquel militar argentino que llegó al poder mediante un golpe.
No solo con Fidel Castro y con Hugo Chávez demuestra la izquierda española una
y otra vez su debilidad por los milicos «aliados con el pueblo». Por eso, y por
la quiebra de seguridad que supuso, tuvieron muchos escalofríos cuando se supo
que las Fuerzas Armadas de España han estado años bajo órdenes de un militar
que se ha revelado como un enemigo de nuestra Constitución. Y colaborador de
asesores de militares golpistas como los dirigentes de Podemos.
Nada hay tan entretenido como un izquierdista español
liándose en la madeja explicativa del peronismo, ese pensamiento mágico que
convierte a los obreros en matones, a los sindicalistas en hampones y a los
políticos en mafia. No hay mal más pertinaz en el Cono Sur que esa pócima de
mentira y violencia que, más que ideología, ha sido pretexto para el expolio
organizado y la total injusticia en desorden. Nuestros infatigables
antifranquistas aquí se nos hacen peronistas sin saber lo mucho que se
parecieron Perón y Franco. Perón no se inspiró en la política social de
posguerra de Franco con José Antonio Girón de Velasco. La copió directamente. Y
eso casa fatal para un análisis con los anteojos de prisma antifranquista. Difícil
explicar Argentina y todo. Ese prisma los deja ciegos. Por eso no hacen ya
política con la realidad y pretenden hacerla con los sentimientos, eso que
suele acabar tan mal.
Estaban lamentando esos tertulianos la mejor noticia
política que nos llega de Argentina en décadas. La victoria de Mauricio Macri
en las elecciones presidenciales no garantiza nada en un país postrado por el
desprecio a la ley, el entramado ilegal y brutal de intereses, la arbitrariedad
sistemática, la cultura del abuso y la mentira. Con un cinismo paralizante que
impregna a toda la sociedad. Pero el mero hecho de que haya triunfado un
discurso combativo de denuncia de las mayores perversiones que atan a Argentina
al tercermundismo resulta esperanzador. No solo para esta nación que siempre
sorprende por su capacidad de hacerse daño y mutilar sus inmensas
posibilidades. Es una esperanza para toda Latinoamérica, porque cae un baluarte
importante del entramado del «socialismo del siglo XXI», la inmensa mafia
político económica del llamado Foro de Sao Paulo. Bajo el carisma, talento
organizativo y los petrodólares de Chávez lograron tener inmenso poder
hegemónico en Suramérica con su organización multinacional ideológica de
gobiernos, compañías, carteles, organizaciones políticas, terroristas y
subversivas en todo el mundo. Los Kirchner, la mafia bajo bandera peronista,
eran pieza principal. El mundo es hoy –como dicen los norteamericanos cuando
muere un enemigo– un lugar un poquito mejor. Gracias a los argentinos. Y
veremos los efectos de esta esperanza sobre Venezuela, la mayor víctima de la
aventura ideológica demente y criminal del socialismo del siglo XXI, que vota
el próximo día 6 de diciembre.
domingo, noviembre 22, 2015
MERKEL, DIEZ AÑOS EN EL PODER, CON SU LIDERAZGO CUESTIONADO POR LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
22.11.15
Hay una generación de alemanes que no recuerda más jefe de
Gobierno que «Angela»
Merkel durante sus discursos de Año Nuevo entre 2009 y 2014 - DPA
Diez años en la cancillería. Quien lo hubiera dicho entonces en el juramento del cargo de canciller de la República Federal de Alemania el 22 de noviembre del 2005 solo habría cosechado risas. Cierto que ya aquel día se cumplía algo que pocos habían sido capaces de adivinar. Que aquella mujer tan modesta y modosa, cuando no sosa, física de profesión, podía ser la heredera de Helmut Kohl, el extrovertido renano que había entrado ya en la historia como el canciller de la unidad alemana. Incorporada al partido en Alemania oriental tras la unificación, había escalado posiciones sin cesar y acabó por desplazar y decapitar políticamente a todos los delfines, crecidos a la sombra de Kohl, sofisticados políticos occidentales, muchos con experiencia en gobiernos regionales y en la lucha interna.
REUTERS
La mujer «sosa» que llegó del Este El paso del tiempo ha
hecho mella en el rostro de esta mujer concienzuda y trabajadora, pero no en su
ánimo. Con la misma determinación que mostraba cuando llegó al cargo, se ha
enfrentado con todos sus aliados para imponer su criterio y abrir las fronteras
a los refugiados 2015
Angela Merkel
(Hamburgo, 1954), hija de un pastor protestante que por convicción abandonó la
Alemania del milagro económico para irse con su familia a predicar a la
Alemania comunista, no tenía un perfil ideológico. En su adolescencia y
juventud en la RDA había sido una ciudadana común que nunca desafió al régimen
comunista. En su primera campaña electoral no impresionó tampoco y cuando, tras
un resultado decepcionante, logró un acuerdo para dirigir una gran coalición,
nadie podía haber adivinado que aquello era el comienzo de una era.
Ausencia de tragedias
Pues lo era. Hoy ya
hay una generación de alemanes jóvenes que no recuerdan otro jefe de gobierno
que «Angela». Son los que confunden ya a Helmut Kohl con Adenauer en el pasado
remoto y solo recuerdan haber sido gobernados por una mujer. Y aquella modosa
germanoriental es hoy una mujer de poder consciente de que dirige la única
potencia europea y, aunque siempre deseosa de las decisiones compartidas, muy
decidida a imponer sus criterios. Incluso en situaciones en las que choca con
inmensas resistencias como fue el caso con el giro energético del abandono de
la energía nuclear o ahora con la crisis de los refugiados y la oleada de
contestación que ha provocado. El mayor mérito de Angela Merkel de su década de
cancillería no ha sido ninguna gesta política, económica, social ni
geoestratégica. Sino la ausencia de tragedias. Hasta hoy al menos.
Su mayor sobresalto
en las pasadas legislaturas fue el fin de la energía nuclear, una decisión
súbita de inmenso riesgo para la economía de la potencia industrial. Fue un
gesto populista hacia los miedos de una sociedad como la alemana especialmente
que le granjeó muchas desconfianzas. Su mala prensa en el exterior por la
crisis griega nunca le afectó en el interior donde se apreció su rigor. Aunque
muchas veces se considerara que sus esfuerzos por acuerdos europeos iban en
detrimento de intereses de Alemania. Pero Merkel era aún hace unos meses tan
absoluta garantía de estabilidad para Alemania que hubo discusiones en
primavera sobre la posibilidad de que el SPD, socio socialdemócrata de Merkel
en el gobierno, no presentara candidato en 2017. Y no eran pocos los que ya
hablaban de su siguiente legislatura en 2021 como un buen broche para culminar
en 2025 con veinte años de gobierno. La crisis de los refugiados ha dinamitado
esas certezas. La decisión de Merkel de abrir sin límites las fronteras a la
llegada de refugiados ha supuesto un cataclismo para Alemania. Y también para
Merkel cuya vida política y hasta su sitio en la historia será determinado por
lo que suceda en los próximos meses y años con el flujo sin precedentes de
inmigrantes. Pero debe quedar claro que la canciller, que siempre ha buscado
soluciones intermedias para todo, en esta cuestión actúa por convicción.
Con todo, y en medio
de una crisis sin precedentes con la inmigración, el terrorismo y el reto de
las finanzas europeas que no cesa, la mayor arma de Merkel sigue hoy siendo
que, como en sus inicios titubeantes en 2005, nadie encuentra la alternativa a
su persona.CUESTIÓN DE CONFIANZA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 21.11.15
Se acabó el sueño del espacio libre europeo. Porque ha
fallado la defensa de las fronteras externas, porque ha fallado la confianza
Cuando se llega por
primera vez a una zona que da a un frente lo que más llama la atención son los
controles. Hay controles militares, policiales, milicianos o civiles en las
carreteras, en las calles, en los cruces, en los puentes, en las estaciones y
en los hoteles si los hay. Nadie debe poder moverse sin control. Es cuestión de
confianza. En las últimas décadas, Europa se había convertido en la comunidad
internacional con el mayor despliegue de confianza jamás habido en la historia
y en el mundo. Un gaditano podía irse en coche a fumar un canuto a la frontera
oriental de Estonia, casi en los suburbios de San Petersburgo, sin temor a que
nadie le pidiera un pasaporte o carnet de identidad, le registrara el equipaje
o le preguntara si tenía algo que declarar. Eso pronto será imposible. Nadie
sabe si para siempre. Un jefe de Interior de Alemania me decía hace días que
Schengen será historia este año. Días antes visité controles en la frontera
germanoaustriaca. Y en autopistas alemanas. Cosas que no se veían en décadas.
Las causas son dos
que se funden en una por mucho que moleste: la inmigración y el terrorismo. La
confianza se ha quebrado. Por la amenaza del terrorismo islamista y por el
miedo a millones de seres humanos que, en países remotos islámicos, emprenden
camino hacia Europa. El miedo es rampante en Europa. De repente hay controles
por todas partes porque en todas se adivina el frente. En París y en todas las
ciudades europeas. Y también en los pueblitos alemanes trastornados por la
abrupta llegada de centenares de jóvenes musulmanes que rezan en la plaza
pública. Hay miedo. Se ha esfumado el inmenso caudal de confianza que el
continente europeo había acumulado en décadas de avances. Ahora llega el peor
revés. Se acabó el sueño del espacio libre europeo. Porque ha fallado la
defensa de las fronteras externas. Porque ha fallado la confianza. Y porque el
enemigo está dentro.viernes, noviembre 20, 2015
FRANCO, DON RICARDO Y EL ANTIFRANQUISMO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
20.11.15
La pretensión de que los españoles fueron un pueblo
antifranquista no nos ha convertido en eso que no fuimos
«MUERE el historiador
franquista Ricardo de la Cierva», titulaba ayer en su edición digital un diario
confundido que un día parece el órgano oficial de la vicepresidenta del
Gobierno y al día siguiente un panfleto de facultad de Juan Carlos Monedero.
Muchos andan muy confundidos en estos tiempos revueltos, aunque no todos
pierdan tanto el estilo. Ha venido a morirse el «historiador franquista» cuando
se cumplen 40 años de la muerte de Francisco Franco, ese hombre, aquel dictador
que se murió en la cama sin mayores aspavientos después de gobernar sin
sobresaltos, con eficacia, con plena seguridad propia, reconocimientos dentro y
fuera y aclamaciones populares. Que la mayoría comenzara pronto a ocultar sus
pasados fervores no convierte en resistencia lo que osciló desde muy pronto
después de la guerra entre resignación, reconocimiento y gratitud, por mucho
que se empeñen los mayores activistas de la industria de la mentira
antifranquista con su nivel abrumador de obscenidad en la falsificación
histórica.
Y la España de Franco
fue cambiando, con las dosis de miedo lógicas en una dictadura surgida de una
guerra civil, dosis que fueron cayendo según pasaban los años, el poder no
necesitaba la represión más brutal y aumentaba el bienestar y la esperanza en
un futuro mejor. Con las legiones de furiosos antifranquistas que hoy pueblan
España, Franco no habría gobernado no ya 40 años, ni cuatro semanas. Pues no
sucedió.
Ahora sí hace 40 años
desde que no gobierna y sin embargo tenemos una subcultura política plenamente
hegemónica que gira en torno a su persona. Como si hubiera muerto ayer. Se dan
notas de capacitación social, intelectual y política con Franco como única
referencia. Como si siguiera vivo porque lo necesitan ciertos españoles. El
hecho de que estos parásitos de la figura del dictador sean sus más aguerridos enemigos
ideológicos solo es parte de la perversión general en que ha convertido la
izquierda española su impotencia política e ideológica. Seguro que don Ricardo,
un hombre mesurado, habló en los últimos años menos de Franco que toda la
chiquillería que surge en generaciones envenenadas de odio y resentimiento de
institutos, facultades y sesiones tóxicas televisivas. La mentira
antifranquista –la trato en mi libro «Días de ira»– ha marcado los últimos 40
años y explica gran parte de nuestras desviaciones y tragedias políticas y
morales. La pretensión de que los españoles fueron un pueblo antifranquista no
nos ha convertido en eso que no fuimos, pero sí en una sociedad mentirosa que
no puede sancionar la mentira en ningún campo, con todas las terribles consecuencias
de la devaluación permanente de la verdad.
Así, 40 años después, «el mundo de ayer» que diría Stefan
Zweig, se hunde con la globalización, millones de toda Asia y África se
aprestan a coger la caravana de traficantes hacia Europa, las sociedades europeas
aprenden lo que es el miedo, los periodistas españoles juegan a corresponsales
de guerra por debajo de la Torre Eiffel y el presidente Rajoy está tentado de
entonar el «no a la guerra» en tándem con Pablo Iglesias, tan disminuido ya
este narcisista caudillo fallido, que hasta cae simpático en La Moncloa. Todo
es cálculo, la convicción descalifica. Quien cuestiona el consenso mentiroso en
el que están la izquierda por lucro y la derecha por inanidad y cobardía, queda
expulsado. Las grandes esperanzas de regeneración de este pueblo tan generoso
como miedoso se agotan una vez más. Y 40 años después de muerto Franco, 80
después del estallido de la guerra, quien se atreva con la verdad va al
sepulcro, don Ricardo, tachado de franquista y facha.
martes, noviembre 17, 2015
EN LA DUDA, CON EL ENEMIGO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 17.11.15
¡Cuán simbólico es la intención de la ultraizquierda de
equiparar al terrorismo con el poder democrático!
TODOS los miembros
del consistorio de Córdoba guardaron ayer un minuto de silencio por los muertos
de París con la oposición y con la administración pública de prácticamente toda
Europa. Pero después guardaron otro. Y a petición de la representante de
Ganemos, que es Podemos, los ediles de la izquierda gobernante guardaron otro
por las víctimas de las operaciones de guerra ordenadas por el presidente de
Francia contra posiciones de Estado Islámico en su capital Raqqa. ¡Cuán
simbólico es tanto la intención de la ultraizquierda de equiparar al terrorismo
con el poder democrático como la disposición del resto de la izquierda de
hacerle el juego! La izquierda española tuvo bajo Felipe González un intento de
hacer su Bad Godesberg, hacia la aceptación plena de la democracia
representativa y la renuncia total al proyecto totalitario marxista. González
lo redujo a una maniobra y después el ejercicio del poder hizo que se obviara
el debate. Muchos creían que había quedado superado. Pero llegó Zapatero, abrió
los frascos de todos los venenos, y en su partido no había nadie que hiciera frente
a la basura putrefacta ideológica que surgió de ellos. Durante una década
sembró ese mensaje sin que en la izquierda ni en la sociedad hubiera más que
voces aisladas que clamaran contra lo que ha sido el mayor atentado contra la
convivencia desde la Guerra Civil. Un atentado continuado para hacer de la
izquierda española un movimiento premoderno, cargado de odio y voluntad de
violencia, incapaz de ver la sociedad democrática abierta como otra cosa que
una desgraciada componenda capitalista que hay que destruir de una forma u
otra.
La inanidad de la derecha ideológica y los cálculos
mezquinos de la derecha política han reforzado en España la hegemonía mediática
y cultural de la izquierda. Eso cuando más palmario es su fracaso histórico y
su absoluta incapacidad de generar una opción constructiva, viable y con
proyección de futuro. Así las cosas, la izquierda marxista, que debería haber
desaparecido ya como ha hecho en las sociedades desarrolladas, tiene en España
una presencia que nos sitúa en niveles de Venezuela cuando no de Zimbabwe. Una
izquierda que ha perdido toda brújula moral tras sus consignas de baratija y
sentimentalismo populista. Y su único polo de referencia es el odio a su
enemigo ideológico que son el capitalismo, Israel y los judíos y la idea
nacional de España. Contra eso todo vale. Y por hacer daño a esos enemigos, con
los que se incluye a sus aliados y amigos, esa izquierda española es capaz de
aliarse con maoístas chinos, fascistas rusos, ayatolás iraníes, cortacabezas de
Hamás, revolucionarios africanos, narcotraficantes venezolanos, proxenetas
cubanos o miembros de la cienciología. Por hacer daño a España, al capitalismo
y a los judíos, con quien sea. Pues, con el yihadismo. Ahora intenta Pedro
Sánchez dar aspecto de chico de fiar, ya que no de hombre de Estado, y se une
al pacto antiyihadista propuesto por Mariano Rajoy. Pero en realidad no quiere,
porque él es de los más conspicuos representantes de esa izquierda española que
no cree ya más que en sus resentimientos. Está más cómodo con Pablo Iglesias y
sus amigos Jorge Verstrynge y Santiago Abad, los alquimistas de la alianza del
islamismo con el comunismo, del jugueteo intelectual con el terrorismo como
parte del proceso de superación del capitalismo. Pedro Sánchez no ha hecho ni
un Bad Godesberg personal. Por eso no es capaz de separar a su partido de una
izquierda que no solo no ha salido del pozo negro de crimen y miseria de su propio
siniestro y terrible pasado, sino que vuelve a estar lleno de tentaciones y
seducciones para repetirlo.
EL MOVIMIENTO ISLAMÓFOBO PEGIDA SALE REFORZADO
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Dresde
ABC Martes, 17.11.15
Los ataques de París dan alas a este partido alemán
contrario a la llegada de refugiados
No eran los 50.000 que querían los organizadores y que
habrían sembrado el pánico en la Alemania oficial. Había ayer mucha expectación
por saber qué impacto tendría la noche de terror islamista de París sobre la
convocatoria semanal del movimiento antiinmigrante y antiislamista alemán
Pegida en Dresde. Y fueron muchos los habitantes de esta ciudad y sus
alrededores que se concentraron junto a la opera Semper en la Plaza del Teatro
y después desfilaron con banderas alemanas actuales y del Imperio por las
calles de Dresde. Era una muy larga manifestación silenciosa en la que volvió a
verse una composición muy variopinta. Había elementos de extrema derecha,
algunos grupos juveniles de «defensores de la identidad europea» con estética
fascistoide y banderas rusas y alemanas y carteles contra la OTAN y el TTIP.
Pero también ciudadanos de a pie y no solo de las capas más pobres y
trabajadores no cualificados. Había clase media que está tan indignada o
asustada que no teme acudir a manifestaciones descalificadas como nazis o de
extrema derecha por la prensa alemana. Por mucho que los organizadores se
distancien de los nazis.
AFP
Participantes en la manifestación convocada ayer por
Pegida
Amenaza para Alemania
Lo que se vio ayer en Dresde fue una asociación reafirmada
en sus argumentos de que la inmigración masiva es una amenaza para Alemania y
Europa y que han declarado la guerra política total a Angela Merkel desde que
impuso la política de puertas abiertas o aceptación de todos los refugiados que
llegaran. Para Pegida no solo se han abierto las puertas a un incesante flujo
de población que parasitará los servicios sociales alemanes hasta hacerlos
colapsar y pondrán en peligro la cohesión social, la identidad democrática, la
igualdad de sexos y la cultura europea.
Como era de esperar, los oradores aludieron a París como la
demostración de un peligro mortal añadido e inminente de terrorismo. La
manifestación de Pegida creció pero quienes no lo hicieron fueron sus
adversarios que siempre organizan una contramanifestación. Los apenas 300
contramanifestantes, en su mayoría radicales izquierdistas, son muchísimos
menos que en anteriores ocasiones. Así se da la paradoja de que entre los
defensores de la política de Merkel no había ayer probablemente ni un votante
de Merkel. Y entre quienes se manifestaban con Pegida en su contra, lo habrán
sido la mayoría.
lunes, noviembre 16, 2015
LOS ATENTADOS DE PARÍS DISPARAN LAS CRÍTICAS CONTRA MERKEL
Por HERMANN
TERTSCH
Enviado Especial a Berlín
ABC Lunes, 16.11.15
La frágil paz interna en la coalición gubernamental
alemana que Angela Merkel pretendía haber reinstaurado el viernes por la
tarde no iba a ser en todo caso muy duradera. Duró mucho menos de lo esperado.
Apenas horas. Era imposible superar el inmenso trauma que ha supuesto para la
sociedad alemana la noche de atentados de París.
Para los alemanes que han visto en los últimos meses
cómo la guerra siria y los refugiados procedentes de la misma
irrumpían en sus vidas personales, familiares y sociales, las matanzas causadas
en la capital francesa por hombres al menos alguno de ellos presuntamente
llegados desde allí han generado una conmoción de la que se está lejos de
salir. Ayer domingo estalló por ello en añicos la paz política en la coalición
con los llamamientos a un cambio radical en la política de la canciller
Angela Merkel.
El mensaje: hasta aquí hemos llegado. Están en juego la
seguridad y las vidas. Por eso hay que intentar reducir el peligro que supone
la afluencia sin control de inmigrantes. Este flujo, que sus adversarios
atribuyen a la política de la propia canciller, genera inmensos problemas
internos, renueva y fortalece continuamente el efecto llamada y además, dicen
ahora, supone un peligro inasumible en una situación de guerra, que
es en la que se halla Europa ahora.
El hecho es que tanto el presidente de la República como
otros políticos alemanes han asumido el concepto de que la guerra siria da más
argumentos para defender un giro radical. Miembros de la coalición,
especialmente del partido bávaro CSU, se prodigaron en declaraciones para
demandar el fin de la política de «puertas abiertas». «Es imprescindible un inmediato
cambio de rumbo. París lo cambia todo», decía el ministro de Finanzas del
Gobierno bávaro de la CSU, Markus Söder. Si la canciller Merkel creía que había
frenado las presiones al menos dentro de la coalición y al menos hasta el
Congreso de la CDU en diciembre, el baño de sangre de París destruye toda
esperanza al respecto. Y se refuerzan las voces en toda Alemania que exigen
desde una drástica reducción de las entradas a un total cierre de sus
fronteras.
Cuando Angela Merkel pronunció el sábado una sentida y
profunda alocución en televisión para proclamar la solidaridad, el luto y la
condena a los atentados de París no hizo la más mínima referencia a lo que
todos los alemanes tenían en la cabeza cuando la escuchaban. Que son los
refugiados que, incesantemente desde hace unos meses, llegan a Alemania desde
una Siria que parece confirmarse como el origen directo de los bárbaros hechos
del viernes. Merkel hizo en esa comparecencia televisiva lo que ahora algunos
miembros de su gobierno piden expresamente que hagan los alemanes y que ya es
un absoluto imposible y es desvincular a los refugiados de los
atentados. Las sospechas de que dos de los asesinos entraron en Europa
como refugiados desde Turquía y a Grecia como centenares de miles que están
siendo repartidos y son acogidos con inmensa generosidad por parte de muchos
pero enorme preocupación, recelo y miedo por cada vez más. Merkel, su gobierno
y los defensores de su política insisten en que los centenares de miles o
millones de refugiados que huyen de la violencia y precisamente también del
terrorismo no pueden ser castigados por estos hechos. Y los atentados no anulan
la obligación de Alemania y toda la Unión Europea de aceptar a aquellos
solicitantes de asilo que cumplan las condiciones.
La canciller alemana Angela Merkel, ayer en la cumbre del G20 en Antalya - AFP
domingo, noviembre 15, 2015
ALEMANIA, EN ALARMA MÚLTIPLE
Por
HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 15.11.15
A prueba Merkel es consciente del riesgo de que atenten en
Alemania recién llegados a quienes abrió la puerta
Angela Merkel pronunciaba a primera hora del sábado en
televisión una de sus más bonitas alocuciones a la nación alemana. Fue un
homenaje a Francia, un firme compromiso de lucha común contra el enemigo que
nos quiere destruir y un sentido y bello llamamiento a la sociedad libre,
abierta y compasiva a luchar contra el enemigo y vencerle con la convicción de
que tenemos razón y somos mejores. Pero Angela Merkel sabía ayer también que si
la guerra abierta de París es una contienda de todas las sociedades libres y
desde luego de toda Europa, para Alemania tiene algunos frentes añadidos al ser
el polo de atracción de todo el flujo de inmigrantes, en un 90 por ciento
musulmanes, que llegan a Europa. Es evidente para todos la inmensa brecha de
seguridad que se ha creado con la llegada en aluvión y sin control alguno de
centenares de miles de personas, en su inmensa mayoría hombres en edad militar.
Como débil consuelo solo cabe la certeza de que Estado Islámico (IS) no
necesita el flujo migratorio para traer terroristas a Europa.
Que ya ayer se supiera que uno de los terroristas había
llegado a Europa en ese flujo a través de Grecia solo alimenta el miedo
legítimo y muy grande que existía ya en la sociedad alemana y que no hace
sino crecer con estas noticias. El lunes se verá si el atentado tiene una
repercusión en las manifestaciones contra la inmigración y especialmente en la
de Dresde. Pero Merkel es consciente de lo que supondría un atentado así en
Alemania con elementos recién llegados tras su decisión de abrir las puertas el
4 de septiembre. También se supo ayer que hace una semana la Policía bávara
detuvo a un montenegrino con un coche repleto de armas largas que iba hacia
París. No se sabe aún si es un simple traficante de armas o una conexión de las
células. Pero el ministro del Interior alemán, Thomas de Maiziere, dijo ayer
por la noche que «la situación es muy seria y altamente peligrosa. Y en las
próximas horas y días tendremos nueva evolución de la situación. En todo caso
no puedo garantizar que lo acontecido en París no vaya a ocurrir en Alemania».
MERKEL MANTENDRÁ SU POLÍTICA DE INMIGRACIÓN, PESE A SUS SOCIOS
Por HERMANN
TERTSCH
Enviado
Especial a Berlín
ABC Sábado, 14.11.15
La canciller dejó claro que el reparto justo de refugiados
entre los países es innegociable
El pago a Turquía Además de dinero para mantener a los refugiados, habrá que apoyar a Ankara en
su acercamiento a la UE
Angela Merkel dejó
ayer claro que defenderá contra toda resistencia en su partido, en su gobierno
y en la sociedad alemana, su curso en la crisis de los refugiados. La canciller
confirmó que ha unido su destino político al gran reto de imponer la política
de integración de los refugiados en Alemania y en Europa. Y por lo visto ayer
en la entrevista especial en la televisión pública ZDF está decidida a luchar
con toda dureza frente a la creciente resistencia. «No soy el primer canciller
que tiene que luchar por un objetivo. Y yo voy a luchar por mi plan», dijo en
referencia al Congreso de su partido, la CDU, que se celebra en diciembre, y en
el que algunos preparan un levantamiento contra la canciller. Muchos no ya con
intención de que enmiende su política, posibilidad que ella ayer descartó, sino
con objeto de buscar un sustituto a la líder que ha sido incuestionada desde
que llegó a la cancillería hace ya más de una década.
Para los aliados de
Alemanía y la UE tienen un especial interés algunas respuestas de Merkel a
preguntas relacionadas con Turquía, pero también a su mayor decepción en los
pasados meses. La canciller dijo abiertamente que su mayor decepción había sido
la dificultad para transmitir a los socios la necesidad de la solidaridad en
esta gran cuestión para toda Europa. Lo cierto es que la inmensa mayoría de los
países de la UE se resisten a aceptar contingentes de refugiados. La canciller
no dejó duda de que «el justo reparto» del peso de la inmigración es un
objetivo irrenunciable para ella. Por otra parte, también generará preocupación
su abierta disposición a avanzar con Turquía en el camino del acercamiento a la
UE y la exención de visados. Merkel subrayó el esfuerzo de Turquía en mantener
a dos millones de refugiados y consideró que más allá de ayudar a los costes,
habría un precio político que pagar a Ankara. La intervención de ayer se
producía tras un encuentro de la ejecutiva del CDU y de su homólogo bávaro del
CSU, en el que se intuían fuertes disensiones en el partido. Las dificultades
de las autoridades locales para la prestación de servicios, las medidas
extraordinarias impuestas para garantizar viviendas y refugios a los centenares
de miles de refugiados de diversas procedencias han generado un intenso
malestar en amplios sectores de la población. La extraordinaria disposición
positiva de la sociedad alemana desde el estallido de la crisis este verano
sigue siendo mayoritaria pero avanza rápidamente el miedo y el malestar por los
graves trastornos que se están produciendo. Merkel aseguró ayer que está
convencida de que pasados los primeros tiempos de dificultades y problemas, los
esfuerzos del gobierno están dando ya frutos para ir hacia una regularización.
«Hemos tomado decisiones importantes, hecho leyes que funcionan y correcciones
necesarias». Pero la canciller volvió a decir que la decisión tomada de decir
que Alemania aceptaría la entrada de todos los refugiados que llegaran a
presentar la solicitud fue «totalmente correcta».
«Un caso especial»
La canciller minimizó
sus diferencias dentro de la cúpula de la CDU donde las críticas contra su
persona han arreciado. Críticas que culminaron esta semana con una frase del
ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que causó conmoción porque muchos vieron en ellas una adhesión a los más duros adversarios de Merkel. Schäuble
dijo que el flujo de refugiados era «un alud causado por un esquiador
imprudente» que dejaba poca duda sobre a quién se refería. Ella se limitó ayer
a decir que «Schäuble es un caso especial» y recordó que la decisión final en
la política de los miembros del gobierno corresponde al canciller. No quiso
entrar en la cuestión sobre el ministro del interior De Maiziere que tomó sin su
conocimiento decisiones restrictivas sobre reunificación familiar de los
refugiados. Pero asumió que la reunificación familiar no es una prioridad.
Luego parece cierto que Schäuble, de Maiziere y otros han impuesto a Merkel
pasos que no formaban parte inicialmente de sus planes.
viernes, noviembre 13, 2015
LOS CONSEJOS DE HELMUT SCHMIDT
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
13.11.15
Estos días de luto por Schmidt revelan así también el
prestigio real del mando, de la jefatura, de la autoridad
LOS alemanes siempre
han mostrado gratitud a sus cancilleres a la hora del adiós. Desde Konrad
Adenauer hasta Willy Brandt todos han recibido los honores, el homenaje y la
constatación del respeto de una sociedad nada sectaria en momentos capitales
para la nación. Pero la despedida a Helmut Schmidt ha tenido probablemente una
emoción añadida y especial. Que no se puede achacar por entero al hecho de
haber tenido algunos dones envidiables como son una larguísima vida en
espectacular lucidez, una privilegiada elocuencia hasta casi momentos antes de
morir y, a través de prensa y televisión, un contacto ininterrumpido con la
sociedad alemana a lo largo de estos 33 años que han transcurrido desde que
dejó la Cancillería. En las muestras de afecto y gratitud en los medios
alemanes translucía algo inhabitual hoy en una sociedad tan desmilitarizada
–por motivos obvios– como es la alemana desde 1945: la despedida al comandante
en jefe. Si con la muerte de Adenauer se iba el padre de la patria, o con
Brandt el valiente innovador, con Schmidt se va el capitán que, con su gorra hanseática
de Hamburgo, capeó los peores temporales y dirigió las batallas más
sangrientas. Siempre asumió todo el riesgo y la plena responsabilidad de
decisiones muchas veces no entendidas en un principio por los alemanes. Pero su
carácter y firme personalidad, su solidez de criterio y cultura, su inmunidad
al ataque y la crítica personal y su sano desprecio a los miedos gregarios de
sus compatriotas le hacían poco vulnerable a los vaivenes y modas políticas.
Estos días de luto
por Schmidt revelan así también el prestigio real del mando, de la jefatura, de
la autoridad. Porque, lejos del líder carismático, Schmidt fue un jefe
operativo, un comandante en jefe, antes de llegar a la categoría de instancia
intelectual y sobre todo al final de patriarca. Fue jefe contra las
terroríficas inundaciones de temporales marítimos en Hamburgo en 1962, con más
de 350 muertos, como contra el terrorismo que sembró de muertos sus dos
legislaturas antes de ser derrotado a sangre y fuego. Contra las dos crisis
brutales del petróleo durante su mandato. Y contra los engaños y las amenazas
de la Unión Soviética que, con su rearme nuclear en la década de los setenta,
hizo su último gran esfuerzo por intentar doblegar a la obediencia a Europa
occidental. Si no lo consiguió Moscú fue porque Helmut Schmidt hizo, pese a
masivas resistencias de la sociedad alemana, lo que tenía que hacer: dar el
visto bueno al despliegue de misiles nucleares de corto y medio alcance por
toda Alemania, para contrarrestar a los soviéticos previamente instalados.
¡Cuánto griterío pacifista y llamamientos hipócritas a una negociación que
preservara la ventaja soviética hubo de soportar de unos movimientos en parte
ilusos, en parte financiados desde el otro lado del Muro! ¡Cuántas voces le
recomendaron en nombre de la tolerancia, la democracia y la paz que cediera,
apaciguara al contrario, aceptara hechos consumados y no respondiera, porque
provocaba escaladas que empeorarían las cosas! Si Mariano Rajoy fuera
aficionado a la lectura no tendría hoy nada mejor que leer que las memorias y
escritos de quien sabía que todos podían confundir debilidad con tolerancia
salvo el enemigo y él. Y que le asistían la razón de la defensa de la libertad
y la democracia para no ceder ni un milímetro en el peor momento ante quien solo
obtiene la victoria con la destrucción de lo que él había jurado defender.
Solía decir que era característica hanseática la convicción de que «la
responsabilidad propia ante uno mismo no es delegable. La responsabilidad por
lo que haces y por lo que omites hacer».
miércoles, noviembre 11, 2015
EL CANCILLER HEROICO - Helmut Schmidt (1918-2015)
Por HERMANN TERTSCH
ABC Miércoles,
11.11.15
Durante muchísimos años ha sido el alemán más apreciado por
sus compatriotas
Finalmente
no ha podido fumar sus pitillos cumplidos los 100 como ya le auguraban algunos.
Pero a los 96 muy avanzados sí ha llegado, aun fumando y con una extraordinaria
lucidez hasta hace muy poco. Helmut Schmidt, quien fuera canciller alemán entre
1974 y 1982, ha muerto en su amada ciudad natal de Hamburgo, cuya hanseática y
anglófila elegancia siempre representó con orgullo cuando no con coquetería.
AFP
Con Schmidt muere un
político duro, un economista solvente y un intelectual riguroso, exigente y
también impaciente, eso que muchas veces se considera arrogante. Pero
desaparece ante todo quien mejor representó la firmeza de la Alemania
occidental de la segunda mitad del siglo XX, el hombre que encarnó la
inquebrantable voluntad de defender la democracia frente a todas sus amenazas
internas y externas. En una cancillería sin duda heroica. Fue el último
canciller que vivió como joven adulto el nazismo. Tuvo sus convicciones nazis
como la inmensa mayoría de los jóvenes alemanes de su edad, combatió en la
guerra, obtuvo una Cruz de Hierro de II Clase y sobrevivió al frente ruso. Como
prisionero de guerra entendió que habían servido a un monstruo. Estudió
Economía, ingresó en el SPD y pronto se casó con Loki su inseparable mujer con
la que vivió hasta la muerte de ella en 2010. Su carrera política comenzó
pronto en el gobierno de la ciudad de Hamburgo y allí dio su primer alarde de
gestión de crisis y competencia en las terribles inundaciones de febrero de
1962.
Su popularidad se
disparó y pronto gobernaba la ciudad hanseática. Pronto dio el salto a la
entonces capital federal de Bonn donde se reveló como eficaz y mordaz
parlamentario. Con la victoria de Willy Brandt en 1969, Schmidt entra al
gobierno como ministro de Defensa. Después pasaría a ocupar el cargo del
superministerio de Economía y Hacienda.
El gobierno de
Brandt, espectacular en sus proyectos políticos, ante todo la Ostpolitik,
habría de tener un fin abrupto en 1974 al descubrirse que el espionaje de la
RDA, la Stasi, tenía a su servicio al secretario personal del canciller,
Günther Guillaume. Y así se vio en la cancillería un Helmut Schmidt que no
aspiraba a ese cargo y que estaba básicamente interesado en la Economía. Y sin
embargo, el economista Schmidt tuvo sus páginas de gloria en la historia en
relación con cuestiones políticas de defensa de la democracia, una frente al
enemigo interior, el brutal terrorismo de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) y
otra frente a una Unión Soviética en pleno rearme con misiles de medio alcance
en Centroeuropa. Es cuestionable que el brillante pero inestable Brandt hubiera
tenido la dureza necesaria para la cruel lucha antiterrorista y la firmeza para
hacer frente a la ofensiva pacifista, en parte apoyada por su propio partido,
que quería impedir a la OTAN restablecer el equilibrio armamentista roto por
Moscú.
La
cancillería de Schmidt, que puso también los cimientos para el Sistema
Monetario Europeo y la institucionalización de las cumbres de la CE, concluyó
cuando los liberales del FDP decidieron en 1982 cambiar de socio y aliarse con
el democristiano Helmut Kohl. Schmidt lo consideró una traición que nunca
perdonó. Schmidt ejerció después como editor del gran semanario «Die Zeit» y
siguió escribiendo y aun en silla de ruedas aparecía en las televisiones
alemanas. Durante muchísimos años ha sido el alemán más apreciado por sus
compatriotas. Schmidt fue en ese sentido el canciller heroico habido en
Alemania.
Helmut Heinrich Waldemar Schmidt nació el 23 de diciembre de
1918 en Hamburgo, donde ha muerto el 10 de noviembre de 2015. Fue ministro de
Defensa, ministro de Economía y Finanzas y canciller de la entonces Alemania
Occidental. Fue un economista keynesiano. Desde 1983 hasta su muerte fue editor
del semanario «Die Zeit».
martes, noviembre 10, 2015
DE ÉPICA, DELITO Y FIASCO
Por
HERMANN TERTSCH
Barcelona
ABC
Martes, 10.11.15
«No se acercaron a festejar ni los vecinos del Born, que
andaban por allí de terrazas»
Los parlamentarios de Junts Pel Sí aplauden a Artur Mas,
ayer , en el Parlamento de Cataluña – Efe
Una mañana radiante del veranillo de San Martín unificaba
ayer España. Brillaba tanto el sol este 9 de noviembre en la Concha de San
Sebastián como en la Castellana en Madrid, en el monumento a la Constitución de
1812 en Cádiz como en los jardines de la Ciudadela ante el Parlamento autónomo
de Cataluña en Barcelona.
Las masas tenían por tanto ayer un día que invitaba a
actividades al aire libre como manifestaciones y agitación de banderas. Ocasión
ideal para demostrar que son capaces de una manifestación espontánea al margen
de incentivos oficialistas del régimen nacionalista en Diada. Para apoyar a sus
parlamentarios separatistas en el difícil compromiso de cometer un delito con
la aprobación de una resolución que viola abiertamente la legalidad de la
Constitución Española. Pues no se animaron a acercarse a festejar ni los
vecinos del barrio del Born. Que no lejos de allí llenaban tiendas, bares y
terrazas.
Ante la sede parlamentaria apenas había 200 hinchas con las
banderas estrelladas que coreaban el grito de «In-de-pen-den-cia» y «Adeu
España». Separados de ellos por un cordón de mozos, otros 40 barceloneses con
banderas nacionales gritaban «Viva España» y«Fuera sediciosos». Era
escasa por tanto la escenificación del enfrentamiento que han logrado Artur Mas
y su gente durante esta larga y costosísima campaña de agitación.
Voto gregario
No hacía justicia la desangelada imagen del exterior a la
solemnidad que algunos querían imponer en el debate y votación. Pero tampoco
allí hubo épica. La votación no fue nominal en contra de lo pedido por los
constitucionalistas. Querían que todos se retrataran. Pero se votó primero
sobre la votación y los separatistas prefirieron el voto gregario. Punto
por punto de la resolución todos fueron aprobados por 72 a 63 votos. Prevé la
resolución iniciar en el plazo de 30 días la «tramitación de leyes del proceso
constituyente». E ignorar las leyes y las órdenes de instituciones españolas.
Ahí es nada.
Así, ya nadie puede ignorar que los partidos que han votado
por el sí a esta resolución se han situado al margen de la ley. Ni
siquiera el Gobierno español puede ya ignorarlo, este «prusés» que según muchas
opiniones es delictivo y debió ser perseguido y atajado hace mucho.
Multitudes de periodistas en las salas que retransmitían las
escenas del hemiciclo y en los pasillos aportaban su granito de arena en
convertir aquello en el acto extraordinario que no acababa de cuajar. La mayoría
son parte del inmenso rebaño de periodistas nacionalistas e izquierdistas
que han jaleado la deriva separatista y desacreditado toda crítica al mismo.
Los más engañados que creen que en la Cataluña independiente
piensan además que lo será gratis. «Creen que esto será un inmenso simpa», me dice un periodista amigo. No es que no haya nadie, que no lo hay, dispuesto
a sacrificar su vida o sangre. Es que no sacrificarían ni el aperitivo.
En la tribuna de oradores no hubo sorpresas. Los
separatistas desgranaron sus agravios imaginarios contra la pérfida España que
impide a Cataluña ser un jardín habitado por una población de millonarios
ejemplares y felices. Xavier Albiol, del PP, tuvo una sentida apelación a
la nación común e Inés Arrimadas, de Ciudadanos, con un magnífico discurso
agravó aun más el deteriorado aspecto de Mas cuando le acusó de
haberse embarcado en este ridículo y peligroso proceso por una esperanza de
evitar la cárcel por otras cuestiones mucho más prosaicas de corrupción.
Por la tarde Mas reiteraría su desvarío sin evitarse la
humillación de ver como la ultraizquierda de la CUP tumbaba su candidatura. Los
cómplices en el delito por la mañana, le daban un corte de mangas por la tarde.
El día 9 de noviembre es una fecha sagrada por un inmenso crimen y tragedia de
la Noche de los Cristales Rotos en 1938 y por el triunfo de la libertad con la
caída del muro en 1989. Quede claro que el de 2015 en Barcelona queda en la
categoría de triste farsa y no les hará sombra.
MAL MOMENTO PARA LA FARSA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 10.11.15
Todos los miembros de la UE van a entender el desvarío
separatista de Mas como una agresión a la estabilidad común
No podía elegir Artur Mas un momento peor para su huida
definitiva hacia delante y asumir ya evidentes responsabilidades penales. Ya no
va a poder salvarle ni el Gobierno de Mariano Rajoy, que por evitar el
conflicto y por sus ansias infinitas de armonía ha dejado que el ya
expresidente de la Generalidad llegara tan lejos. E implicara a tantos en un
delito que comenzó a gestarse, organizarse y también a ejecutarse antes del
ecuador de la legislatura. No ha elegido peor momento porque avanzamos
directamente hacia una situación de alarma en Europa en la que todos los miembros
de la Unión Europea van a entender el desvarío separatista de Mas y compañía
como una agresión a la estabilidad común. Y no es nada improbable que pronto
sean otras capitales europeas las que presionen al Gobierno español, al
saliente o al entrante, para que tome medidas más severas contra el delito del
separatismo, de traición, que hasta ahora han observado con más incredulidad
que indignación.
Un caudillo regional dedicado a desestabilizar a España es
lo último que quieren soportar ahora quienes van a tener que tomar gravísimas
medidas por una crisis de refugiados en la que nos jugamos, y ahora va en
serio, la supervivencia de la UE. Y nuestra seguridad. Los problemas a los que
se enfrenta ahora Europa ya no son de dinero. Son mucho peores por ello. Son
fortísimas las tensiones en Alemania y Suecia, los dos países que más
refugiados han recibido. Lo son las que se producen en los países de paso de
los refugiados en los Balcanes y Centroeuropa, que ven sus fronteras
convertidas en causa de conflicto y potencial escenario de catástrofes. El
cierre de una sola de esas fronteras, por no hablar de la alemana, puede
provocar allí un empantanamiento de centenares de miles de personas en este
invierno con el peligro de gravísimos disturbios. La propia Merkel ha hablado
del riesgo de conflictos armados en los Balcanes. Las masas que se han puesto
en movimiento para llegar a Alemania –400.000 han llegado a Baviera solo desde
septiembre– no se han dejado ni dejarán frenar ni disuadir por las fronteras o
fuerzas armadas. Nadie descarta ya ni el uso de la fuerza ni una catástrofe
humana.
Pero en primer orden está en juego la cancillería de
Alemania. Ni más ni menos. Los apoyos a Angela Merkel se debilitan con rapidez
inaudita. La revuelta de las bases comenzó poco después de su decisión del 4 de
septiembre de aceptar a todos los refugiados que quieran ir a Alemania. Hoy el
malestar contra ella se extiende por toda la sociedad. En el partido está cada
vez más aislada. La canciller ha asumido esta causa de los refugiados como su
bandera política irrenunciable, con la que triunfará o caerá. Dicen miembros
destacados del partido que sus posibilidades de mantenerse se deben ante todo a
que no hay un sustituto de consenso en el partido. Wolfgang Schäuble tiene en
su contra su paraplejia, debida a un atentado, y sus difíciles relaciones con
muchos aliados europeos. Pero el reto capital va a ser mantener la cohesión y
unidad europea. Países centroeuropeos se rebelan abiertamente contra los
intentos de Merkel de compartir la política de refugiados. Y en el oeste las
dificultades son más discretas, pero no menores. Nadie oculta el regalo que
para el Frente Nacional en Francia supone la situación en permanente deterioro.
Así las cosas, la España unida es un imperativo para los europeos, que si en
algo están de acuerdo con Merkel hoy es en que el nacionalismo es la plaga a
combatir en un momento de extrema gravedad.
lunes, noviembre 09, 2015
EL ANONIMATO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 07.11.15
La máscara pretende conferir halo de misterio, pero como el
pasamontañas es solo una forma de escapar a la responsabilidad personal
No fueron un millón
ni muchísimos menos los manifestantes anticapitalistas en la ciudad del
capitalismo total que es Londres. La tan cacareada «manifestación del millón de
máscaras» (MMM) conocida en el centro de Londres no fue por tanto el jueves
sino otra concentración de la extrema izquierda y el anarquismo urbano. De la
que apenas se hablaría si no se hubieran registrado escenas de extrema
violencia. Con bárbaras agresiones por cierto a los caballos de la policía con
bengalas y fuego por parte de unos grupos que sin duda estarían trufados de
radicales animalistas. Y con decenas de detenciones y algunos heridos.
El 5 de noviembre se
conmemora la «Bonfire Night» o «Noche de las antorchas», que recuerda el
aniversario de la llamada Conspiración de la pólvora, un intento fallido de
católicos ingleses de volar el Parlamento británico en 1605. El cabecilla de
aquel tan poco piadoso como ambicioso plan de volar a todo el gobierno de la
Corona y al Parlamento en plena sesión inaugural fue Guy Fawkes, y la máscara
que le evoca se ha convertido en símbolo de protesta, especialmente de los
grupos de hackers en la red de Anonymous, pero también todo tipo de grupos
antisistema. Que estos grupos sueñen con volar un Parlamento es muy lógico y
puede asumirse.
La máscara, símbolo
del anonimato, pretende conferir al manifestante el halo de misterio o incluso
romanticismo. En realidad es solo una forma de escapar a la responsabilidad
personal e individual. Igual de innoble que el pasamontañas o la capucha para
evitar la identificación del agresor y delincuente. El anonimato es hoy práctica
generalizada en las redes. Y fomenta como siempre las conductas despreciables.
Hay mil razones para
protestar contra abusos e injusticias del sistema democrático. Recurrir al
culto a un anonimato que solo fomenta agresión e impunidad del delito no parecen
el mejor método. A no ser que lo que se pretenda sea imponer un sistema más
injusto que el que se combate.
viernes, noviembre 06, 2015
LOS ENEMIGOS ÍNTIMOS
Por
HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 06.11.15
En
ningún país de Europa se tolerarían partidos cuyos objetivos son destruir el
Estado. Aquí los financiamos
LO
habitual en el hombre moderno es tener unos pocos amigos que, con fortuna, no
cambian a lo largo de la vida. Son los amigos íntimos, permanentes. Mientras
que los enemigos personales suelen cambiar, según circunstancias. Al Estado le
pasa al revés. Los amigos pueden y deben cambiar por las circunstancias. Porque
son definidos por los intereses nacionales. Los enemigos, si son otros estados,
pueden también cambiar según se mueve la historia. Pero hay determinados
enemigos invariables. Son como los amigos íntimos de las personas, los enemigos
íntimos del Estado que jamás cambian. Lo que todo estado, con su lógica y
esencial vocación de permanencia, tiene que combatir de forma implacable. Son
los enemigos que cuestionan el carácter, la esencia, la integridad y la razón
misma del Estado. Con ellos no hay pacto posible. Porque su razón de ser es la
desaparición de ese Estado. Tolerar o fomentar a ese enemigo equivale a la
sentencia de muerte para el Estado, sea férrea dictadura, impecable democracia
o satrapía tribal. Una dictadura comunista no puede tolerar un líder con
escrúpulos para usar la fuerza. Si no quiere dejar de existir. La URSS no tenía
voluntad de subsistir ya en 1989. Permitió que Mihail Gorbachov tolerara a los
enemigos de la URSS en sus satélites esclavizados. Dos años después era
historia. China en aquel mismo año tenía firme voluntad de permanencia y no
dudó en organizar en Tiananmen la sangrienta ceremonia que la reafirmaba. Hoy,
25 años después, la solidez de la colosal dictadura sigue intacta. La dictadura
chilena se autodisolvió con un referéndum organizado por el propio dictador
cuando se habían cumplido quince años desde el golpe. Pinochet consultó a los
chilenos si debía continuar otros ocho años. Se le dijo que no y se fue. La
dictadura castrista en Cuba va a cumplir sesenta años y los dos sátrapas no
tienen intención de someter a consulta su permanencia. Quienes cuestionan su
dictadura son aplastados sin piedad.
En las
democracias pasa lo mismo. Las que no combatan a sus enemigos íntimos están
cavando su tumba. España sabe hoy mucho de eso. Cabalgando hábilmente sobre una
terrible tragedia inexplicada llegó al poder un presidente del Gobierno que
cuestionó la nación de la que emana el Estado. Y cultivó a todo enemigo que
este Estado tuviera. Trató como amigos a los terroristas que mataban españoles
y como aliados a todas las fuerzas decididas a destruir España y romperla en
muchos estados, reprimir su lengua, aplastar la verdad y manipular la historia.
Aquel presidente abrió, con su llamada de rencor a la revancha, una herida
apenas cicatrizada de una terrible guerra entre españoles. Instauró generadores
de odio en las aulas y las televisiones y el discurso oficial del resentimiento
para que la herida fuera cada vez más grande, pestilente y supurante. Ninguna
institución quedó indemne del daño inabarcable del Atila de León. Todas las
debilidades de nuestra democracia se multiplicaron. Hoy sabemos que en el
puesto de jefe máximo de las Fuerzas Armadas puso a un enemigo de la Monarquía,
del Estado y de la Democracia. El interesado lo negará, pero con los enemigos está
y se excluye una súbita caída en la Puerta de Damasco. Nuestra seguridad y
nuestra información más sensible han estado en las manos de quien ahora se
revela como socio de quienes han sido y quizás aún sean empleados de un régimen
narcocomunista, encargados asalariados de su franquicia política e ideológica.
En ningún país de Europa se tolerarían partidos cuyos objetivos son destruir el
Estado. Aquí los fomentamos y financiamos. No podemos, por tanto, extrañarnos
de que el enemigo íntimo logre penetrar el Estado no solo por las cloacas, sino
por los puestos de mando.
martes, noviembre 03, 2015
LA RESIGNACIÓN, ESE PROGRESO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 03.11.15
En España nos invitan a ceder más de nuestra libertad,
derechos y soberanía a separatistas y a totalitarios nacionales o importados
SE han levantado
muchas voces de alarma en toda Europa ante unas decisiones de Angela Merkel en
la crisis de los refugiados que han supuesto una abierta invitación a población
en muchas zonas de crisis del mundo a acudir a Alemania en busca de asilo.
Decisiones que, bajo la redoblada presión migratoria, han hecho desaparecer en
la práctica las fronteras externas de la UE y de Alemania. Y que han eliminado
todo límite y techo al número de potenciales beneficiarios de esas medidas
alemanas dentro de sus fronteras.
No faltan quienes
dicen que Merkel y la política alemana han enloquecido. Que el buenismo y
ansias de redención han anulado responsabilidad y sentido común. Y se ha vuelto
a la desmesura del idealismo alemán. Pero hay quienes aun van más lejos e
interpretan la decisión de la canciller, más allá de la causa humanitaria, como
un colosal e histórico acto de resignación cultural. Como una terrible
rendición no verbalizada de quienes asumen como una certeza inevitable que la
alta civilización occidental tiene sus días contados. Sostienen que Merkel lo
expresó con una frase tremenda, para muchos inadvertida. «No está en nuestra
mano el determinar cuántos van a venir a Alemania». Tremenda capitulación de
quien reconoce que no controla ni sus fronteras ni su territorio ni a las
gentes sobre el mismo.
Ahí están las claves
de esa resignación de un poder agotado que anuncia que no tiene sentido
resistir a lo irremediable. Y que se adelanta a su tiempo al no poner
obstáculos, a la postre inútiles, a esta inapelable evolución de los
acontecimientos. En ese campo de los resignados habría unos que creen que la
sabia nueva de las avanzadillas de la invasión al menos otorgará a la decadente
y exhausta civilización europea algo de energía para subsistir unas
generaciones más bajo nuestras reglas y valores. Otros dan por hecho que ya
antes de que mueran todos los que hoy viven, muchas regiones del continente
serán ya regidas por fuerzas e ideas radicalmente contrarias a las nuestras de
la libertad y el pensamiento de raíz grecorromana y judeocristiana.
Esta sociedad infantilizada,
distraída y agotada del «ateísmo cristiano» como dice Jochen Buchensteiner, ya
no puede ni quiere defenderse. En muchos países ya existen sociedades
paralelas, a las que se ha permitido crear guetos con sus propias reglas en las
que las leyes nacionales y europeas –especialmente en lo que se refiere al
monopolio de la violencia o libertad de los seres humanos e igualdad de los
sexos– han sido abolidas. La mayoría de los países europeos aun no han asumido
ese futuro como irremediable. Aún hay partes de Europa que se resisten a ese
destino. Que dicen querer defender los valores que hicieron Europa libre,
inteligente y próspera. Que quieren luchar por su tierra, soberanía, cultura,
creencias y libertad. El Papa Juan Pablo II logró para Europa una de esas horas
estelares de la humanidad cuando, en su primer viaje a Polonia, convocó a sus
compatriotas y los exhortó: «No resignéis». Setenta años había regido la peste
comunista en medio continente gracias a la resignación tanto de sus víctimas
como de sus enemigos. Decían que para siempre. Cayó como un castillo de naipes.
Y en España, donde se
resignan todos menos los peores, a diario nos invitan a ceder más de nuestra
libertad y nuestros derechos y soberanía a separatistas y a totalitarios
nacionales o importados. Dicen que renunciar a lo nuestro es progreso. Que
hemos de resignarnos a que somos pasado. Seguro que no tendrá la fuerza para
aguantar sola si el continente sucumbe, pero España tiene que encontrar la
fuerza para no resignar ni capitular con los primeros. A sí misma se lo debe.
lunes, noviembre 02, 2015
NO SOLO MERKEL EN PELIGRO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Lunes, 02.11.15
Ahora es el SPD el que no acepta una medida que exigía
Baviera: la creación de zonas de tránsito
El fracaso de la
reunión de ayer, convocada por Angela Merkel para controlar el conflicto
interno por la crisis de refugiados, lanza serias sombras sobre la estabilidad
política en Alemania. Se refuerzan los indicios de que podríamos estar ante el
fin de una era. La gran coalición alemana de cristianodemócratas de CDU y CSU y
socialdemócratas de SPD había disfrutado de una vida placentera bajo la
canciller desde 2013. Porque Alemania iba muy bien. Hasta este verano. Ahora,
de golpe, se ve sometida a unas tensiones internas tan masivas que muchos dudan
llegue al final de la legislatura. Y su jefa Merkel, hasta ahora intocable,
podría no llegar en el cargo a Navidades. La crisis de los refugiados ha
llevado ya al colapso de la confianza en la coalición. El deterioro de la
situación de servicios en las ciudades y localidades alemanas aumenta sin
parar. La reconducción de la crisis se antoja cada vez más difícil. Y llegan a
Alemania tantos inmigrantes como para crear una pequeña ciudad todos los días.
Todos saben que la
situación es insostenible, pero no hay acuerdo sobre cómo poner remedio. El
fracaso de la reunión de ayer entre los tres partidos es otra alarmante prueba
de ello. Convocada para tranquilizar unos nervios que habían llevado al
presidente bávaro a poner un ultimátum a Angela Merkel. Ahora es el SPD el que
no acepta una medida que exigía Baviera: la creación de zonas de tránsito donde
los inmigrantes habrán de esperar a que se tramite su solicitud de asilo y de
donde serían deportados directamente si esta es rechazada. El SPD se niega a la
creación de estos campos que serían en su opinión inmensas cárceles. Discordia
en las medidas internas, resentimiento por la falta de solidaridad europea y
alarma ante el desbordamiento de todas las capacidades en los municipios, en
Alemania se tomarán pronto decisiones de urgencia de inmensa repercusión. Y no
solo para los alemanes y los inmigrantes.
LA ANGUSTIA PERONISTA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 31.10.15
De golpe se ha abierto la posibilidad de un desmantelamiento
rápido del poder peronista
El resultado de la
primera vuelta de las elecciones presidenciales del día 25 ha sido un mazazo en
la vida política argentina, que se arrastra desde hace muchos lustros entre la
desesperanza y la resignación, entre mediocres sobresaltos, corrupciones y
mezquindades. De golpe se ha abierto la posibilidad real de un desmantelamiento
rápido del poder peronista y, ¡quién sabe! un intento de llevar a Argentina
hacia orillas de racionalidad económica, política y social casi ya olvidadas.
Que el kirchnerismo de Néstor primero y su viuda después ha sido una larga
farsa que ha generado a Argentina muchas más desgracias y rémoras que ventajas
es algo que solo puede negar el peronismo más fanatizado. Se sabía que el país
se despedía de una era. Pero se esperaba una transición suave hacia otra
realidad, con un peronismo pragmático que fuera desmantelando las furibundas
maneras de Fernández y su tropa. Pero el fin ahora podría ser mucho más
contundente y abrupto.
De repente, toda la
realidad política ha quedado descuadernada con el éxito del candidato Mauricio
Macri en impedir el paseo victorioso de la mayoría absoluta en primera vuelta
de Daniel Scioli, candidato oficialista y reticente protegido de Cristina
Fernández de Kirchner.
Scioli intentó
desmarcarse del izquierdismo de las fuerzas kirchneristas para alejarse de una
opción ideológica desacreditada y cada vez más rechazada por la clase media.
Pero el revés electoral lo ha dejado muy debilitado y en la picota para dichos
sectores del peronismo más izquierdista.
De claro favorito a
muy probable perdedor, Scioli queda descolocado en la carrera, con el tercero
en liza en la primera vuelta, Sergio Massa, inclinado al voto a Macri. Y
rumores de todo tipo, incluido que Cristina podría forzar a Scioli a abandonar.
El 22 de noviembre queda aún lejos y la escena política está en plena
efervescencia. Pero en Argentina se mueven cosas. Y ante la angustia peronista,
por fin, no solo para mal.