lunes, enero 30, 2017
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 31.01.17
Tendrán pronto mucho votante al que despreciar también en
Europa
ES muy comprensible que las opiniones publicadas estén muy
irritadas con un personaje como Donald Trump, que tiene muy mal gusto, muy
malos modales, escasísima sensibilidad y empatía con el adversario, y encima
cumple sus promesas. «Sus amenazas», se apresurará a matizar el coro
multitudinario, desde la extrema izquierda norteamericana o europea hasta los
patricios biempensantes de la política y la cultura, tan exquisitos que creen
que todos quieren ser como ellos. Por eso se reían tanto de quienes tenían la
osadía de proponer desde el Reino Unido irse de la UE. ¿Adónde se van a ir? Y
se ríen de los que votaron a Trump, esos «descerebrados», «paletos»,
«imbéciles», «incultos», según las plumas más finas del Viejo Continente. Trump
no tiene empatía, pero ellos mucha. Hablan de descerebrados quienes dan clases
en universidades en las que se debate si se deja de estudiar a filósofos por
ser blancos o cuántos retretes para transexuales hay que poner cerca de los
cuartos de confort donde pasan las crisis de ofensa los estudiantes.
Pero no solo las almas finas se indignan con la nueva
Administración. También gentes de peores modales. Ahí están las agencias de la
ONU, con sus huestes de funcionarios corruptos, dictaduras, satrapías y demás
glorias de la probidad que regañan a la Casa Blanca por ser «mezquina» e
«inhumana». Términos jamás utilizados para los Castro por los miles de cubanos
que se han ahogado entre tiburones por huir de la pesadilla comunista, o para
Maduro, que tiene a su oposición en mazmorras y a tres millones de venezolanos
comiendo basura. Ni para Assad en Siria, ni para la Rusia de Putin, que mata a
quien molesta, ni para China por sus campos de trabajo esclavo. Hasta la
alcaldesa comunista de Madrid, cuya banda gobernante de antisemitas,
apologistas del crimen y expertos en ocupaciones y otras violaciones impunes de
derechos del prójimo se permite paralelismos entre Trump y Hitler, nada menos.
Así trivializa el nazismo. Ella, con su ideología comunista con más de cien
millones de asesinados a cuestas. Con sus ofensas de grosera ausencia de todos
los actos y ceremonias de los judíos madrileños. Con su concejal Zapata, ese
que se ríe con la ceniza de los judíos del Holocausto.
El problema que tienen todos los enemigos de Trump a tiempo
completo es que descuidan sus otros frentes. Porque en Europa tienen nuestras
almas finas de política y cultura cada vez más ciudadanos a los que despreciar
e insultar llegado el caso. Como si fueran vulgares votantes de Trump. Cada vez
son más los que han rumiado su frustración lo suficiente como para perder el
miedo a votar fuera del redil. Y eso no es culpa de Trump ni de los ignorantes
norteamericanos a los que gustan las armas y su libertad de criterio, sino del
desprestigio que los partidos tradicionales cosechan en todo el Viejo
Continente. Con su inacción, corrección y eufemismo. La combinación tóxica del
fracaso que recorre toda la UE. A ver qué hacen el día 15 de marzo con Holanda
si los despreciables son mayoría. Y el 23 de abril y 7 de mayo en Francia,
donde los descerebrados pueden ser la mitad del electorado. Y en septiembre se
verá qué pasa en Alemania. Y en Italia. Y ya veremos aquí. A ver si consiguen
con sus lloriqueos y campañas contra Trump impedir que los ciudadanos en
Europa, a falta de un Trump, voten a una extrema derecha que muestra menos
desprecio por sus temores y necesidades. Trump tiene muchos defectos, pero con
la que puede montarse en Europa con el fracaso de tanta exquisitez
socialdemócrata de derechas e izquierdas puede que acabemos rezando por tener
alguien como él.
domingo, enero 29, 2017
BASTA DE HISTERIA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 28.01.17
Los líderes europeos se han dedicado a satisfacer la
hostilidad hacia Trump en vez de buscar formas de entendimiento
En Europa, pasa desde hace siglos, se ven pajas ajenas y no
vigas propias. Todos se escandalizan con las formas nada ortodoxas del nuevo
presidente norteamericano. Pero olvidan que los principales líderes europeos
han pasado un año ridiculizando al candidato que, mala suerte, ganó las
elecciones del 8 de noviembre. Y que todos ellos se han inmiscuido en las
elecciones con sus descalificaciones, tanto o más que los rusos con sus
cacareados «hackeos». Eso tampoco es muy ortodoxo.
Los líderes europeos se han dedicado a satisfacer esa
hostilidad de su prensa y opinión pública hacia Trump en vez de buscar formas
razonables de entendimiento. Es peor falta de profesionalidad que la que
achacan al presidente. Ahora, pese a la histeria mediática en Europa y en los
medios norteamericanos que se han erigido en principal oposición al presidente,
la racionalidad podría comenzar a imponerse en las capitales europeas.
Theresa May está en Washington para establecer una relación
más especial si cabe con EE.UU. cuando el Reino Unido quede liberado de sus
lazos con la UE. Y en la UE, los líderes que sobrevivan a 2017 tendrán que
buscar fórmulas de trato con Trump en beneficio de ambas partes.
Si Merkel sigue tendrá que abandonar esa superioridad moral
que solo perjudica a todos. Trump no tiene prejuicios políticos e ideológicos y
todos debieran saber sacar ventajas de ello. Ayer dejó claro que no se
legalizará la tortura porque su secretario de defensa no la considera
necesaria. Dijo que no sabe si se llevará bien o mal con Vladímir Putin. Que
puede pasar lo uno y lo otro. Y declaró su pleno apoyo a la OTAN, eso sí, con
el resto de los miembros cumpliendo sus obligaciones. Lo que nunca han hecho
hasta ahora. Trump no es un loco ni un imbécil ni un ignorante como tantos han
pretendido. Todos tendrán que buscar formas de adaptarse a lo que es sin duda
un terremoto político e ideológico de dimensiones históricas. Como todos los
grandes cambios conlleva riesgos. Pero también inmensas oportunidades.
viernes, enero 27, 2017
DE MUROS, RIDÍCULOS Y DELIRIOS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
27.01.17
Haría bien el periodismo en calmarse con Trump para que su
ridículo no sea irreversible
TODOS los medios españoles se lanzaron hace unos días a una
batalla gallarda, más aún, heroica, en defensa de la lengua española que, según
denunciaban, había sido mancillada por el vicioso y rijoso magnate convertido
en presidente norteamericano. Era la prueba que todos necesitábamos para saber
que nuestra ira contra ese ser abyecto tiene también sólidas razones
patrióticas. Trump, decían, había ordenado desmantelar las páginas en español
de la Casa Blanca. Como había hecho con otras páginas, movido por sus bajos
instintos de racista, misógino y homófobo. Y más cosas. Tertulianos y
columnistas, cómicos y políticos de todo color salieron a insultar y
descalificar a ese individuo, canalla y antiespañol, todo él maldad y bajeza.
Cuánta sagrada indignación se vivió en España por el mero rumor de que Trump
podría tratar a la lengua española casi tan mal como hacen impunemente desde
hace décadas las instituciones de varias regiones españolas. Si se preocuparon
por la página española de la Casa Blanca hasta Enric Juliana, rufianes varios y
otros cabecillas de las afrentas y atropellos en Cataluña a los españoles
leales a la Constitución y a España. Gran enfado por «la ofensa a la lengua de
50 millones de norteamericanos». No por la que sufren millones de españoles que
no pueden aprender, estudiar, trabajar y vivir en español. La indignación
resultó gratuita porque la información sobre Washington era falsa. Como tantas
que los medios en todo el mundo fabrican sin cesar en su cruzada delirante
contra Trump. La página estaba siendo restaurada. No hubo fe de errores o «mea
culpa» de nadie. ¿Honradez para qué? Si es contra Trump.
Da igual que esa noticia fuera tan falsa como otras, porque
Trump merece esos insultos, según han decidido las almas pías. En todo hay
motivos para la siguiente carga de exabruptos en las radios, las teles y la
prensa. Trump además está decidido a cumplir sus promesas. Esto horroriza más a
la derecha española que a la izquierda. Esta derecha que jamás se atreve a
acabar con los hechos consumados que genera la izquierda con sus reformas
devastadoras en lo moral, político, cultural y económico que la cobardía
conservadora siempre hace irreversibles. Trump va a combatir la peste cultural
de la corrección política que ha llevado a los extravíos últimos de la deriva
sesentayochista que ha sido el obamismo. Y ya está desmantelando la red de
financiación norteamericana de enemigos de la sociedad abierta en la ONU y
fuera de ella. Se puede estar en contra. Pero no negar el derecho a EE.UU. a
tener otra política distinta. Otro tanto ha sucedido con el muro en la frontera
con Méjico. Que comenzó Bill Clinton hace más de veinte años. Todo el mundo
está ahora histérico porque lo quiere completar Trump. Se oyen ridiculeces
obtusas como que viola los derechos humanos el hecho de que EE.UU. tenga una
frontera que se respete y no sea un coladero. Ya pasó con el húngaro Viktor
Orban cuando fue el único en la UE que cumplió las leyes frente a la masa de
refugiados. Y construyó una valla fronteriza. Le llamaron fascista, pero todos
los vecinos tienen ya la misma valla. Y ha traído orden. Y frenado el atropello
y la ilegalidad. Trump tendrá que arreglarse con Méjico como con los países con
los que deja de tener acuerdos multilaterales. Lo hará. EE.UU. tiene derecho y
soberanía para cambiar su política. Y siendo Trump como es, habrá sobresaltos
siempre. Pero el periodismo, también en España, debería tomarse una tila,
porque el ridículo que hace desde que apareció Trump en escena alcanza ya
niveles delirantes.
lunes, enero 23, 2017
CAMADAS ROJIPARDAS DEL ODIO
Por HERMANN TERTSCHABC Martes, 24.01.17
Lo que sucede hoy es que las camadas ideologizadas del
revanchismo, los ultras de izquierda, se consideran impunes
DIEZ o doce jóvenes de una banda de esos autodenominados
antifascistas, comunistas de nuevo/viejo cuño, propinan una bárbara paliza a
una mujer en la puerta de una discoteca en Murcia. Otro par de individuos,
dicen que los porteros de la discoteca, asisten impávidos a la escena. Según
las primeras informaciones, los ultraizquierdistas sorprendieron a la joven
cuando esta salió de la sala a fumar. La causa de la agresión que maneja la
policía es la «ideológica». La chica es de derechas. Fuentes de twitter de esa
izquierda que se ha hecho prolífica en los últimos diez años al amparo del
mensaje revanchista de odio ideológico de Rodríguez Zapatero, confirmaron que
la joven «es una fascista» que se merece todo lo que le hicieron y bastante
más. Que en España, donde la gallardía tuvo cierto prestigio, diez jóvenes, la
mayoría varones adultos, estén todos de acuerdo en pegar a una mujer postrada
indefensa en el suelo, ya revela lo lejos que vamos llegando en el
desmantelamiento del respeto a nosotros mismos. En la escena grabada todos se
muestran de acuerdo en competir en pegar patadas y puñetazos a la mujer
tendida. Sin que ni uno solo entre ellos muestre una duda ni intente disuadir
de la atroz conducta. Solo paran cuando parecen creer que los porteros, hasta
entonces meros espectadores, se disponen a intervenir. Entonces huyen como
ratas y doblan veloces dos esquinas.
Menos mal que se ha grabado la escena. Porque si no, estaría
ya en marcha el bombardeo de las versiones alternativas que van desde la
provocación «fascista», una reyerta entre dos tipas de derechas o una caída de
la pobre facha que estaba borracha. Nada saben hacer mejor que difamar a las
víctimas como ya hacían con los muertos de ETA a los que se convertía en
confidentes, traficantes o delincuentes. Pese a ello, ya en el trato de la
noticia se ve que todos saben que se trata de una agresión de la izquierda,
porque la maquillan. «Diez jóvenes agreden a una mujer», titulaban diversos
medios. ¿Quién puede creer que si llegan a ser de otro signo el título hubiera
sido el mismo y no el de «Diez ultraderechistas apalean a una mujer»? Algún
iluso. España sufre más que ningún otro país europeo la toxicidad de la doble
vara de medir agresiones, delitos e incluso crímenes de derecha e izquierda.
Como si los comunistas tuvieran una eximente por alto ideal, cuando su proyecto
y sus medios son tan criminales como los nazis y en España mucho más
frecuentes. Así, los agresores de la sede de Blanquerna en Madrid, unos
ultraderechistas, han sido condenados a penas drásticas con ingreso en la
cárcel por exactamente lo mismo por lo que Rita Maestre fue absuelta en una
sentencia surrealista. Pocas dudas hay de que si Maestre fuera ultraderechista
estaría cumpliendo condena por lo que hizo. Y de que los de Blanquerna, de ser
independentistas, okupas o de alguna camada rojiparda, estarían en su casita.
Todo depende de la ideología de los autores y de las víctimas. Todavía estamos
esperando la detención de los canallas separatistas que agredieron a dos chicas
que hacían publicidad de la Selección Española de Fútbol en Barcelona. Si el
baremo utilizado para encarcelar a los ultraderechistas de Blanquerna es el
bueno, que no lo discutimos, hay centenares de separatistas y
ultraizquierdistas que por asaltos en diversas universidades y manifestaciones
en toda España deberían estar cumpliendo condena. Lo que sucede hoy es que las
camadas ideologizadas del revanchismo, los ultras de izquierda, se consideran
impunes. Y algunos están empeñados en que además se consideren orgullosa
guerrilla de la ideología privilegiada.
domingo, enero 22, 2017
UN RELEVO RADICAL
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 21.01.17
Hace ocho años dejaba entrever mi escepticismo ante la
figura de Barack Obama, cuya llegada era celebrada con un entusiasmo
desconocido en generaciones. Ya entonces se habló de la obamanía como la pasión
nada razonaba hacia el primer presidente negro. Poco después llegó aquel
ridículo Premio Nobel de la Paz como un adelanto más de ese entusiasmo acrítico
de opinión publica y mediática en todo el mundo. Hoy sabemos que el mundo que
nos deja Obama es más peligroso que el que asumió como jefe de la primera
potencia. Occidente es más débil, EE.UU. está más dividido y los enemigos de la
sociedad libre están crecidos. Mientras, el discurso izquierdista y
multicultural que ha fomentado esta presidencia nos ha hecho a todos más
vulnerables. Hay mucho de estafa, de artificio y de fracaso en la presidencia
que ayer concluyó.
Gracias a unos medios norteamericanos y europeos entregados
a la familia Obama, los ocho años de reveses en el exterior y escasos avances
en el interior han sido convertidos en esa memoria mediática en un éxito que no
fueron. Al final da la impresión de que las crisis de esta presidencia siempre
han sorprendido a Obama jugando al golf en Martha’s Vintage. Ayer comenzó una
presidencia con el signo radicalmente opuesto. Se va un mimado por la opinión
publicada y llega un presidente que ha triunfado en combate abierto contra
todos los poderes establecidos de EE.UU. y el mundo. Nadie le va a regalar un
Nobel a Donald Trump. Pero es posible que al final de su presidencia lo merezca
más que su antecesor.
HÉROES Y ENANOS
[22 DE ENERO DE 2009]
Hoy parece que el héroe del momento es Barack Obama, un
hombre del que sólo sabemos que es un brillante orador y diseñador de afectos.
Los próximos cuatro u ocho años nos dirán si va a ser realmente el héroe que,
como en su día Churchill o Reagan, marcará un cambio de rumbo hacia mayor
seguridad, bienestar y libertad de la sociedad que le ha confiado el liderazgo.
Porque también puede resultar al final un enano como tantos líderes fatuos que
sobrevivieron y sobreviven estafando a quienes habían depositado en ellos su
confianza, sus bienes y el futuro propio y de sus hijos.
viernes, enero 20, 2017
EL GANADOR APESTADO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
20.01.17
Trump es un candidato a todas luces inapropiado que ha
ganado por ser verdad
HOY se convierte en el 45 presidente de los Estados Unidos,
de la primera potencia del planeta, Donald Trump, un hombre del que se ha reído
media humanidad. Una persona a la que se ha ridiculizado e insultado durante un
año en los principales medios de comunicación de todo el mundo. Que ha sido
despreciada pública y abiertamente por nuestros gobernantes europeos y hasta
por el último mequetrefe de la política local en el Tercer Mundo. Contra quien
se fraguó la mayor alianza jamás vista de poder político y financiero, gran
dinero, mundo del espectáculo, la ciencia, la llamada cultura y subcultura y el
mayor frente mediático nunca visto contra un solo hombre. Todos con todo contra
él. Una coalición universal absolutamente colosal se puso en marcha a lo largo
de 2016. Todos unidos, sin reparar en gastos ni medios ni métodos. Para parar
los pies a un ignorante, imbécil, fracasado, quebrado, desequilibrado,
mentiroso, farsante, impostor, pretencioso que se decía más rico de lo que es
en realidad, narcisista, pervertido sexual y rijoso hombre de negocios. El
resultado, hoy en televisión: Donald Trump entra en la Casa Blanca tras la toma
de posesión en el Capitolio. Ahí estarán las imágenes de la derrota de la
colosal alianza anti-Trump que fracasó en su objetivo de acabar con este hombre
y sus aspiraciones.
No ha podido ser. Porque con la décima parte del dinero
gastado por su rival, el abominable hombre del peluquín color zanahoria ha
humillado a la arrogante candidata que el mundo había designado vencedora. A
ella la habían presentado como lúcida, experta, sensible, generosa, tolerante y
multicultural, progresista y feminista. Y todo el universal frente de la
corrección democrática ponderó las dotes y cualidades de su favorita. Pero no
convencieron a quienes tenían papeleta para votar donde había que hacerlo. Su
candidata era falsa con notoriedad y la soberbia y la impostura los llevaron al
fracaso. La herida es profunda. Y no hay atisbo de humildad inteligente en los
derrotados, desde los medios europeos a los más radicales grupúsculos de la
izquierda que han tomado el Partido Demócrata. Pretenden estar en guerra permanente
con el presidente con la intención de que no acabe el mandato. Que varias
docenas de representantes de ese partido no acudan hoy a la ceremonia demuestra
que no han superado la humillación. Cuando lo creían todo controlado. Y ahora
ponen en cuestión las reglas y no aceptan los resultados. Ahí se ve que es
cierto que EE.UU. envejece y adopta miserias de sociedades viejas, cínicas y
maleadas como las europeas. Si no, no mentirían tanto estos adalides de la
superioridad moral ni odiarían tanto ellos que se declaran la vanguardia de la
tolerancia.
Trump es un candidato a todas luces inapropiado que ha
ganado por ser verdad, por ser con sus exageraciones fundamentalmente
auténtico, frente a la enfermiza y calculadora hipocresía de su rival y de esa
alianza del poder establecido con la izquierda ideológica. Trump ha formado un
gobierno de personalidades extraordinarias que deberá suplir las muchas
carencias propias y que habrá de marcarle los límites. Es una fórmula
razonable. El éxito de Trump ha demostrado que las sociedades desarrolladas han
llegado al punto de saturación, al hartazgo, con ese discurso dominante en
radical divorcio con la realidad inmediata. Es también un mensaje para
gobernantes europeos. El hombre ridículo que ganó contra el mundo toma posesión.
Ni el éxito ni el fracaso de esta presidencia están escritos. Porque ambos son
posibles. Al mundo libre le convendría en todo caso que ese fracasado frente
que hoy aun deshonra la ceremonia no intente redimirse en un permanente
sabotaje a la presidencia de EE.UU. Sería mal negocio para todos.
jueves, enero 19, 2017
LA LARGA SOMBRA DE 1917: CIEN AÑOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA
Encuentro Actuall Jueves, 19.01.17La larga sombra de 1917: cien años de la Revolución Rusa, de Lenin a Fidel, pasando por la Pasionaria
Moderado y presentado por Alfonso Basallo Director del Periódico Actuall
Invitados:
- Luis Togores, profesor de Historia (CEU)
- Fernando Díaz Villanueva, historiador y
periodista
- Hermann Tertsch, columnista de ABC
- Pedro F. Barbadillo, periodista
- José Javier Esparza, periodista y escritor
- Luis Losada, periodista y economista
lunes, enero 16, 2017
OBAMA, TRUMP Y LOS MEDIOS
Por HERMANN TERTSCHABC Martes, 17.01.17
Los medios han estado ocho años locos de amor por Obama e
incumplido la labor de fiscalizarle
LA fotografía del matrimonio y las niñas en colores tenues y
enmarcada por guirnaldas –familia de angelitos negros– en portadas de diarios
serios, las televisiones rebosantes de lágrimas de gratitud y felicidad de los
protagonistas y sollozos de emoción de su entorno, mítines de desbordante
sentimentalismo popular. ¿Qué les habrá dado? Es la pregunta para cualquiera
que siga estas semanas la larga, intensa, lacrimógena y edulcorada despedida
que le tributan la inmensa mayoría de los medios al saliente presidente Barack
Obama. Y la que se tributa él a sí mismo. Con su pareja Michelle, imbatible en
estas lides. El hecho requiere estudio. Nada más llegar al cargo le regalaron
el premio Nobel de la Paz. Algo solo atribuible a impaciencia de mala
conciencia luterana de darse un baño antirracista. Pero si el entusiasmo estaba
fuera de lugar antes de conocerle, ocho años después requiere aun más
explicaciones. Las hay en la polarización norteamericana y en que Obama es un
producto estrella de un mundo de la apariencia y del discurso amable en la
forma y brutalmente excluyente en el fondo. Los medios han estado ocho años
locos de amor por un abogado tramposo que apuñala o engaña con buenas maneras.
De ahí que fallara siempre en su labor de control del Ejecutivo. Que aplaudiera
mucho y fiscalizara poco. Algunos presentan como el gran mérito de Obama que no
hubiera escándalos en la Casa Blanca en ocho años. Nadie sabrá nunca si los
hubo. Porque gozó como nunca nadie de la protección de la prensa que debía
vigilarle. La que le apoyó para convertir en su sucesora a una señora odiosa,
corrupta y de mala salud. Para continuar con lo que muchos llaman una política
de «europeización izquierdista». Infravaloraron el arraigo de la sociedad
norteamericana que hizo posible la reacción. Pero ante todo sobrevaloraron su
propia elocuencia y poder de convicción en complicidad con esa prensa cortesana.
En Washington el 94% votó a la perdedora Hillary. Hasta ese punto está
enajenado ese concubinato de prensa y poder capitalino de la realidad nacional.
También en Europa occidental han mantenido los medios del
amplio consenso socialdemócrata ese idilio tóxico con Obama. Con efectos
devastadores para criterio, credibilidad y honradez de los mismos. Como en
España. Ayer le despedía un diario de la mañana con un «Adiós, presidente»
«Barack Obama deja la Casa Blanca con una brillante y digna gestión». En realidad
no ha sido ni lo uno ni lo otro. Por resumir: en el interior ha roto el tejido
social como nadie en generaciones, en el exterior ha reforzado a sus enemigos y
debilitado la seguridad de Occidente. No es para presumir. La obamanía produce
monstruos, pero también muchísimos ridículos. Medios importantes de EE.UU. se
están asfixiando de odio a Trump. En todas las televisiones de España se pelean
los periodistas por el peor insulto a Trump y la mayor alabanza a Obama. Ayer
en TVE cuatro tertulianos pensaban igual sobre Trump, «un tiranosaurus» y sobre
Obama, «es la elegancia». Escandalizados por las declaraciones de Trump al
alemán Bild y el británico The Times de Trump. Que exponen de forma a veces
brutal planteamientos que no son en absoluto demenciales para el comienzo de
era. Hay periodistas en EE.UU. y fuera de allí que intentan entender lo que
sucede. Kai Diekmann, el director de Bild, salió de la entrevista impresionado
por un Trump «muy bien preparado», seguro, con objetivos claros y dispuesto a
cooperar con todo el mundo por el interés de la nación que lo ha elegido como
presidente. Eso seguro que sería encomiable por todos los periodistas en
cualquiera, siempre que no se llamara Donald Trump.
sábado, enero 14, 2017
UN LÍO CHINO
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 14.01.17
En Pekín sabrían ya que Estados Unidos no puede permitir a
la larga que China se meta hasta el cuarto de estar de sus vecinos en ese mar
Rex Tillerson, el secretario de Estado nominado para el
nuevo gobierno de Donald Trump ha dicho que China dejará de tener el silente
beneplácito de Estados Unidos en su política de expansión e intimidación de sus
vecinos. Eso, en principio tan sensato, ha irritado en Pekin y asustado en
Washington. El régimen chino ha usado periódicos en inglés para ridiculizar
estas intenciones y advertir de que tal bloqueo sería « casus belli » . En
Washington, el susto fue morrocotudo cuando el nuevo secretario de Estado
Tillerson dijo que hay que buscar formas de parar a Pekín, incluso con un
hipotético bloqueo de sus islas artificiales. Probablemente hubo más susto en
casa y Europa que en Pekín. En Pekín sabrían ya que Estados Unidos no puede
permitir a la larga que China se meta hasta el cuarto de estar de sus vecinos
en ese mar.
China es un país inmenso. Pero sus autoridades creen que no
tanto como debiera. Aislacionista durante milenios, pasados sus fervores
revolucionarios ha desarrollado una forma eficaz de ocupar y anexionar los
mares de China: Con la fabricación de islas. Desde hace ya años, los chinos se
han especializado en utilizar atolones, bancos de coral o zonas sin
profundidad, para rellenar con tierra del continente, crear una base e instalar
encima una base militar. Como los británicos en Gibraltar, pero a lo bestia. E
insisten que aquello es China eterna y su espacio aéreo y aguas territoriales
también. Así se expande China por el agua. Los demás países asiáticos están
horrorizados pero impotentes. Todos saben que las disputas de soberanía no las
ganan los enanos cuando hay un gigante. El miedo a irritar a China es lógico.
Pero ni su tamaño, ni su ejército ni su cartera de deuda norteamericana pueden
llevar a China a tratar al gigante norteamericano como si fuera Filipinas,
Corea o Singapur. Eso ha pasado. Y en principio, nadie debiera alarmarse porque
Tillerson pida estudiar formas de parar la permanente quiebra del derecho
internacional por parte de China.
CONTRA LA RESIGNACIÓN
Por HERMANN TERTSCHABC Viernes, 13.01.17
El Estado no estuvo a la altura
entonces. Ahora todos tienen la oportunidad de cumplir
Hay quienes aún no han entendido el alcance que puede tener
la decisión de la Audiencia Nacional de reabrir el caso del asesinato de
Antonio Ramírez y Hortensia González en Beasain el día de Reyes de 1979. Lo
cierto es que puede poner en marcha la investigación de centenares de casos de
asesinatos de la banda terrorista ETA aún sin resolver. Con los nuevos medios
tecnológicos, cruces de sumarios jamás hechos y diligencias nunca practicadas,
hay posibilidades de aclarar casos e identificar autores materiales e
intelectuales. Todo ello pese a unos sumarios de apenas cuatro o cinco folios
cerrados a las pocas semanas de los hechos y perdidos en algún sótano,
acumulando polvo y agravio.
El brillante escrito presentado por el abogado Santiago
Milans en nombre de la Fundación Villacisneros en contra de la prescripción de
este caso de hace 38 años puede traer consigo una inmensa esperanza. Nada menos
que el fin de la resignación de los familiares de 300 víctimas a los que se
convenció de que estaban condenados a no saber nunca nada de quién mató a su
ser querido. La Fundación Villacisneros, financiada solo con fondos privados y
dirigida por su fundador y presidente, Íñigo Gómez-Pineda, ha demostrado con
humildad, voluntad y esfuerzo que la sociedad civil en España sí puede hacer
algo importante por la maltratada dignidad y autoestima de los españoles.
Los asesinatos de ETA no fueron una anécdota a olvidar, sino
una agresión terrorista separatista que continúa por otras formas hoy en día
para destruir la España unida y democrática. El Estado no estuvo a la altura
entonces. Ahora todos tienen la oportunidad de cumplir. Y se debe exigir al
poder gubernamental que, si no ayuda, no estorbe. Y no utilice una vez más la
justicia antiterrorista, es decir, la dignidad de las víctimas y de todos los
españoles, para cultivar complicidades. Los graves retos que España afronta
exigen fuerza y mucha verdad. Aquellos jóvenes novios asesinados hacen así un
nuevo y gran servicio a España.
jueves, enero 12, 2017
SOBRE LA MENTIRA RADICAL
Por HERMANN TERTSCHABC Viernes, 13.01.17
Trump ha elegido a individuos libres, no hay ni un adulador,
ni un pelele ni un amiguito del alma
FUE ayer en un programa matinal de esos que, cuando no te
está dando lecciones de democracia algún jefecillo de Podemos que cobra de una
o dos dictaduras, te piden dinero para que delincuentes muy sensibles puedan
hacer magia perversa con sus hijas enfermas. Es decir, en uno de esos programas
en los que la sentimentalidad se sirve en cubos y cruda para entontecer y
encanallar a la sociedad española. Tuvieron la mala idea de conectar con
Roberto Centeno, doctor ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de
Madrid, doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Economía de la Escuela
de Ingenieros de Minas de la UPM. El profesor Centeno es un hombre de grandes
conocimientos. Pero tiene un defecto que en este país pesa: le irritan hasta el
paroxismo la tontería y la ignorancia. Tiene un pésimo humor y nula paciencia
para quienes combinan ambas. A nadie extrañará que en la televisión se pase la
mayor parte del tiempo hecho un basilisco. Parece que ahora es el representante
de Donald Trump en España, signifique eso lo que signifique. Como suele
insistir en que lo blanco es blanco, se le tacha de ultraderechista. Como a
cualquier hombre libre. Ayer estalló cuando escuchó a una periodista lo
siguiente, cito de memoria: «Los nombramientos de Trump son infumables porque
ninguno tiene ninguna experiencia en nada y su único mérito es ser amigos
suyos». Nadie en el plató la contradijo, nadie objetó nada. Salvo Centeno, que
estaba en conexión desde fuera. La frase es magnífica como paradigma de muchas
que circulan hasta convertirse en mantra de la tribu periodística. Porque nada
en ella es cierto. Los nombramientos de Trump brillan todos ante el Congreso y
reciben hasta apoyos ajenos. Ninguno de los principales cargos será ocupado por
ningún amigo personal de Trump. Todos son unos triunfadores y los mejores en
aquello que hacen. Pleno total. Todo en esa frase de la periodista es
incontestablemente falso. ¿Que qué pasó? No hubo infarto. Pero casi. A Centeno
le dio un alipori, intenso ataque de vergüenza ajena y rabia que genera
peligros vasculares, ante el desprecio que es una frase tan radicalmente
incierta. The opposite is
true. Lo cierto es lo contrario. En el plató todos tacharon a Centeno de
intolerante, semisalvaje o «fascista», como dijo el director de una hojilla de
extrema izquierda. Hasta «Trump» le llamaron. Hace falta ser desalmado.
Trump, el de verdad, es un personaje difícil, impredecible
en ciertas cosas y nada pulido. Para compensarlo, tiene una autenticidad de la
que carece por completo la parejita del pringue merengue. Que se despidió con
lagrimitas en Chicago después de una presidencia lamentable y un traspaso de
poderes que, en su deslealtad institucional y mala fe, raya en la traición. El
equipo que Trump ha logrado componer equivale al que tendría un jefe de
Gobierno español que pudiera llevarse a su gabinete a Pablo Isla y otros quince
como él en todos los campos. Es decir, un imposible metafísico en Europa y
hasta ahora también en EE.UU. Ya veremos cómo lo hacen. Él y su Gobierno. Claro
está que Trump ha cogido a individuos libres que nada le deben, mejores que él,
que le dirán la verdad y jamás comprometerán su prestigio personal en ninguna
locura. No hay ni un adulador, ni un pelele ni un amiguito del alma. Como aquí.
¿Verdad? Muchos se espantan porque Trump no se deja intimidar por quienes no
paran de mentir para dañarle. E inventan situaciones para intentar evitar lo
inevitable. Si a Trump se le fuera la cabeza, su equipo de gobierno y su
partido ayudarán en el impeachment. Si no, puede que todos juntos hagan
historia de la muy grande.
martes, enero 10, 2017
PROBO FRENTE CONTRA AZNAR
Por HERMANN TERTSCHABC Martes, 10.01.17
Ha bastado un rumor sobre Aznar para que todos se lanzaran a
escribir y hablar de él
EL expresidente José María Aznar tiene una inmensa capacidad
de unir a lo más diverso. Por supuesto en contra de él. Era conmovedor ver ayer
por todas las cadenas del mapa televisivo patrio a las presentadoras tan
progresistas ellas de acuerdo con los comunistas podemitas, con los apparatchik
socialistas, el ultracentrismo ciudadanero y los omnipresentes y modositos
chicas y chicos de la vicepresidenta, todos de acuerdo en que, «felizmente»,
los tiempos de Aznar son pasado y jamás volverán. Con mínimas excepciones.
Todos de acuerdo en que él es un político quemado, desprestigiado y olvidado.
Alguno más preocupado advertía de que el expresidente debería tener cuidado.
Por la corrupción. Como sugiriendo que se le estaría perdonando algo a Aznar a
cambio de ese retiro estricto. «El bigotito», el «Napoleoncito», dice algún
valiente de los que hace quince años presumía de la frecuencia con que
almorzaba en La Moncloa. Aznar fue un campeón en cultivar lo peor del
periodismo pelota. Sus estrellas –y nuevos talentos de lo mismo– están en La
Moncloa, pero ahora son un cuerpo muy disciplinado por mano femenina. Ha
bastado un rumor sobre Aznar para que todos se lanzaran a escribir y hablar de
él. Para recordarnos lo olvidado que está. ¡Cuánto fervor, cuánta unanimidad y
elocuencia desperdiciados en tamaña obviedad!
Da gusto ver a los periodistas que sí hicieron buen negocio
en la industria de la adulación con aquellos hoy denostados dirigentes. Da
gusto ver la buena conciencia que disfrutan ellos hoy en tamaño contraste con
la contrición que exigen a quienes entonces ellos exaltaron. Todo el día
hablando de la podredumbre de los políticos, cuando lo cierto es que comparada
con la casta periodística, la clase política española podría parecer el
incorruptible cuerpo del funcionariado de Prusia con Federico el Grande. No en
cuestión de volumen de negocio, pero sí en actitud, disposición y extensión del
fenómeno. El periodismo español siempre ha sido pobre, pero hoy lo es más que
nunca. Y si España está llena de licenciados dispuestos a trabajar pagando, en
el mundillo «consagrado» hay gentes dispuestas a todas las humillaciones por
estar en algún sitio y a ser posible en todos. E igual que hay periódicos
«confidenciales» digitales que se acuerdan de malas noticias sobre empresas
solo en el caso de que estas no se avengan a pagar suculentas publicidades, que
es como llaman a la extorsión, hay periodistas que tienen ya intimidad familiar
con los políticos que los colocan y descolocan de empleos y tertulias. Tal
intimidad que las madrinas políticas no tienen empacho en recordarles en
público que todo se lo deben a ellas. Y ellos no tienen empacho en ensalzar al
día siguiente a la benefactora o descalificar a su rival. Hay madrinas
poderosas que pueden tener a su servicio a cuatro tertulianos en una tertulia
de cuatro.
Sea o no cierto el rumor sobre Aznar, ha logrado de inmediato
un reagrupamiento de voces hasta ahora entretenidas en sus diferencias de matiz
para llenar programas. Y resulta que todas están tan de acuerdo contra Aznar
como contra Donald Trump. Caca, pedo, culo, pis, Trump, Aznar… Parece haber
miedo a que cualquier novedad rompa esa comodidad que Rajoy les ha contagiado.
Sin más curso, meta ni objetivo que la permanencia. Un mínimo de lucidez
debería hacer entender que sería suicida una legislatura basada en ese «que me
quede como estoy» que se limita a comprar tiempo a nacionalistas con dinero y a
la izquierda con las reformas exactamente contrarias a las necesarias. Todos
compinchados en esa fiesta, como si no hubiera mañana. Como si no hubiera un
acuciante peligro existencial para nuestra unidad nacional, nuestra democracia,
nuestra solvencia y la propia Unión Europea. ¡Hay que ser muy Trump o muy Aznar
para venir a molestar!
sábado, enero 07, 2017
MUERTE, MIEDO Y DESAMPARO
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 07.01.17
Fueron cinco muertos y ocho heridos como balance provisional
en el aeropuerto de Fort Lauderdale en Florida y un nuevo caso de desgarro de
la seguridad nacional en los últimos días de la presidencia de Barack Obama.
Había pasado la una de la tarde cuando un hombre posteriormente identificado
como Esteban Santiago comenzó a disparar a la cabeza de personas que tenía
cercanas en la zona de recogida de equipajes. El aeropuerto estaba muy
concurrido por las fiestas. El individuo vació tres cargadores y después de
alejarse lentamente de la escena se echó en el suelo obedeciendo a los gritos
de la policía. Pero lejos de concluir la situación de alarma poco después el
caos se apoderó del aeropuerto con información de nuevos disparos. Se volvieron
a escuchar disparos y muchos cientos de personas salieron huyendo por las
pistas del aeropuerto. Algunas fuentes indicaban que el pánico de masas que se
creó una hora después de la detención del asesino fue fruto de informaciones
erróneas. Pero nadie podía confirmarlo. El despliegue policial y de fuerzas
especiales continuó por todas las instalaciones aeroportuarias mientras los
miles de pasajeros se refugiaban tras carros y bultos por las pistas de
aterrizaje.
Como señal de los tiempos en que entran las sociedades
desarrolladas en esta nueva era del terrorismo global, la alarma y el pánico
tuvieron un principio con los disparos y la matanza junto a los equipajes, pero
no un final. No había manera de ponerle fin porque nadie sabía ni podía
anunciar que no hubiera más individuos participando en el atentado. Y pasaron
horas. Grupos policiales fuertemente armados llegaban al aeropuerto pero nadie
podía abandonarlo. Horas de alarma compartida crearon ayer en Fort Lauderdale
esa comunidad forzosa que parecía simbolizar a la sociedad norteamericana o a
toda la occidental, acostumbrada a una seguridad que le han arrebatado, una
sociedad aterrada y angustiada en un desamparo que le es nuevo y desconocido.
viernes, enero 06, 2017
ISRAEL, LA DIGNIDAD Y LA JAURÍA
Por HERMANN TERTSCHABC Viernes, 06.01.17
Más allá de la suerte del soldado Elor Azaria, Israel vuelve
a dar al mundo un ejemplo inmenso de su grandeza
UN tribunal militar israelí ha declarado culpable de
homicidio al soldado de 19 años Elor Azaria. La sentencia se conocerá el
próximo día 15 de enero y podría llegar a los veinte años de prisión. El
tribunal consideró probado que el terrorista palestino, que se hallaba herido
en el suelo, no suponía ya un peligro cuando Azaria le disparó a matar a corta
distancia. El terrorista había sido herido después de acuchillar a un compañero
del acusado. La condena de un tribunal militar a un combatiente propio por una
reacción inmediata tras una acción de guerra ha generado una inmensa polémica
en Israel y dividido profundamente a la opinión pública en un debate muy
enconado como solo se puede dar en una sociedad libre, abierta y democrática.
Son muchos los que consideran que no se puede condenar a un soldado por matar
al terrorista que hirió a su compañero y habría querido matarlo también a él.
Muchos otros reconocen que Azaria incumplió el código militar que demanda se
respete la vida del enemigo herido, cautivo e inofensivo. Pero piden el
indulto, dadas las circunstancias atenuantes. Después están todos los que creen
necesario el cumplimiento de una condena como dique a posibles reacciones
similares en situaciones que son por desgracia frecuentes, dada la agresividad
del terrorismo árabe en diferentes puntos de un frente de guerra israelí
omnipresente. Es la ley.
Así, más allá de la suerte del soldado Elor Azaria, Israel
vuelve a dar al mundo un ejemplo inmenso de su grandeza. Este diminuto país,
rodeado de enemigos mortales que viven para destruirlo, es capaz de mantener en
estado de guerra permanente un Estado de Derecho, una sociedad abierta y plural
y una voluntad firme mayoritaria de respeto a las reglas y los principios
legados por sus mayores fundadores del Estado en 1948. Ahora que los países
europeos, mimados durante décadas, se sumen en la histeria, la ceguera
voluntaria, la cobardía y la manipulación de sus propias leyes con fines
apaciguadores, Israel vuelve a ofrecer al mundo una hora estelar de dignidad.
Como paradigma de la sociedad civilizada que, rodeada por la barbarie, el
oscurantismo y el odio, se da leyes y las cumple en las condiciones más
adversas. Permanentemente en guerra, con los nervios de sus defensas a flor de
piel, como lo estaban los del jovencísimo soldado Elor Azaria cuando disparó
contra el terrorista ya abatido, Israel no deja nunca de ser el más
sorprendente y glorioso Estado de Derecho. Tiene hoy todos los problemas de una
sociedad moderna, compleja, próspera y libre surgida en un trozo de desierto
convertido con inteligencia, trabajo, valor y esperanza en un oasis fértil en
todos los campos del trabajo y la inteligencia humana.
Israel ha demostrado en las peores condiciones en menos de
setenta años lo que puede hacer el ser humano en aquella región. Ha dejado en
evidencia a todos los países de su región, inmensamente ricos, grandes y
poblados. Pero ante todo deja en evidencia a las democracias occidentales que
deberían protegerlo por ser su mejor avanzada y mayor bastión en tierras
hostiles. Pero se prestan a vergonzosos acosos contra Israel organizados por
todos sus enemigos. Con un antisemitismo que avanza como seña de identidad de
la izquierda global y en España alcanza nuevas cotas de miseria y omnipresencia
en los medios. El pensamiento débil de la sociedad cómoda oculta las amenazas
reales en aras de una armonía falsa de la que vive y medra la política del no
pasa nada. Europa amenaza quebrarse y habrá de luchar por su supervivencia y su
alma como espacio de libertad y bienestar. En esta lucha que no tendrá cuartel
habrá de aprender mucho de Israel.
martes, enero 03, 2017
LA MUERTE DE LAS TRADICIONES
Por HERMANN TERTSCHABC Martes, 03.01.17
En Colonia y toda Alemania han hecho imposibles las
costumbres milenarias
UN fortísimo dispositivo policial impidió este 31 de
diciembre que grandes grupos de hombres extranjeros llegados al centro se
movieran con libertad por las inmediaciones de la catedral de Colonia. No hubo
apenas incidentes denunciados por mujeres. Pero sí han llegado después las
protestas indignadas de políticos de izquierdas y los Verdes, que acusan a la
policía de racismo por discriminar a estos hombres por su aspecto no europeo y
no dejarles libertad para explayarse por la ciudad. Era de esperar que
cualquier medida coercitiva por razonable que fuera recibiera las críticas de
la izquierda extremista. Al igual que en España, esa alianza entre la izquierda
totalitaria y los movimientos islamistas contra el imperialismo y el
capitalismo ha cuajado ya en Europa. En Colonia, Berlín o tantos rincones, el
extremismo de cierta izquierda en su política de atar las manos al Estado de
Derecho ya es peligroso incluso para quienes, como los medios alemanes y los
partidos tradicionales, han llegado muy lejos en simular normalidad donde no la
hay. Siempre por miedo a la reacción, a la xenofobia y la «ultraderecha».
Porque hay que recordar que hace un año, tal día como hoy, 3
de enero, todavía había instancias oficiales en la ciudad de Colonia que decían
que allí no había pasado nada en Nochevieja. Y transcurrieron aun un par de
jornadas antes de que quebraran finalmente todos los intentos de ocultar,
trivializar o ignorar los muchos centenares de agresiones sexuales que de forma
organizada se produjeron en la explanada frente a la catedral de la ciudad
renana. Todas las agresiones, tanto en Colonia como las habidas en otras
ciudades alemanas, fueron atribuidas a refugiados e inmigrantes de Oriente
Medio y el norte de África. De las más de 1.200 denuncias presentadas en
Colonia entonces solo un acusado pisó la cárcel. Este año la policía tenía la
orden de los políticos de evitar nuevas agresiones. Más que éstas se temía la
reacción popular. Porque la indignación por las agresiones de Nochevieja
anterior solo fue el comienzo de una escalada de delitos sexuales y violentos
con autores en gran parte llegados gracias a la política de la canciller Angela
Merkel, que culminaron con el atentado con el camión en Berlín.
La negación del problema es incompatible con la búsqueda de
soluciones eficaces. Con premisa falsa es imposible la conclusión correcta. La
incapacidad de Berlín de establecer una política coherente y firme de exigencia
incondicional de cumplimiento de la ley y deportación de delincuentes
consumados e islamistas y criminales potenciales se debe a su obstinación por
presentar el desastroso balance de la política de Merkel como desajustes
pasajeros con incidentes inevitables. Ahora se encuentra con fuerzas enfrente,
como los radicales de Colonia o el nuevo gobierno frentepopulista de la ciudad
de Berlín, que se niegan a toda medida de rearme del Estado. Así, pese al atentado
en el mercadillo, el tripartito rojiverde de Berlín prefiere dedicarse a los
acuciantes problemas de la transexualidad en los colegios que a las cámaras de
seguridad en las calles. Se abren diferencias entre los demócratas que ahora
ven, demasiado tarde, que no pueden tratar a los varones musulmanes recién
llegados como ciudadanos educados en colegios suizos y el izquierdismo aliado
abiertamente con una inmigración de la que se promete fuerza para destruir la
democracia. Pero más allá de la irresponsabilidad de unos y la perversión
totalitaria de los otros, queda claro que la Nochevieja tradicional de los
alemanes ha muerto. No hay apenas integración sino destrucción de lo existente.
En Colonia y en tantos otros rincones. Otras tradiciones y tesoros de la
convivencia y cultura milenaria cristiana seguirán la misma suerte.
domingo, enero 01, 2017
TERTSCH: "HAY QUE PERDER EL MIEDO A QUE TE LLAMEN FACHA"
Entrevista en profundidad con el periodista y escritor HERMANN TERTSCHRealizada por Fernando Díaz Villanueva y Gonzalo Altozano
LACONTRA.TV
28.12.16
EL NAUFRAGIO DE OBAMA
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 31.12.16
Sus últimas decisiones son un ejercicio de petulancia, nula
elegancia y falta de lealtad
Barack Obama se pone duro con Vladímir Putin cuando le
quedan tres semanas en el cargo. Y expulsa de Estados Unidos a 35 diplomáticos
y agentes rusos, en represalia por el hackeo de ordenadores al que
patéticamente aún atribuyen la derrota de Hillary Clinton. «Too little, too late». Demasiado poco,
demasiado tarde. Durante ocho años no ha mostrado Obama sino falta de objetivos,
de resolución y firmeza en su política hacia Rusia. Y eso tiene un altísimo
precio si está enfrente un chekista sin escrúpulos convertido en autócrata.
Putin ha renunciado a la reciprocidad y no expulsará a nadie en lo que es casi
un gesto de desprecio al presidente saliente. Y un regalo a Donald Trump. Con
el que Putin sabe que entra en un capítulo radicalmente nuevo de las relaciones
bilaterales. Putin solo respeta la fuerza y la firmeza. Y eso es lo que espera.
La ridícula propaganda sobre la complicidad entre ambos no se sostiene. Ambos
quieren buenas relaciones. Que no podrán darse hasta que se restablezca un
equilibrio geoestratégico que se ha roto en perjuicio de Estados Unidos. Y los
intereses de la Rusia de Putin y los Estados Unidos divergen
dramáticamente.
Barack Obama recibió, nada más llegar a la Casa Blanca, un
premio Nobel de la Paz sin merecimiento ninguno. Entonces comenzó una
sobrevaloración que Occidente ha pagado cara. Su maravillosa oratoria, la buena
pareja de relaciones públicas con su mujer y una complicidad con los medios a
veces obscena han mantenido sólida una popularidad sin relación con la gestión
real en su presidencia, mediocre en el interior y catastrófica en el
exterior. Ahora Obama da un espectáculo penoso con un activismo furioso con el
que quiere condicionar, cuando no sabotear, el comienzo de la presidencia de su
sucesor, Donald Trump. Con su castigo a Israel, la expulsión de los rusos o la
declaración de parques naturales contra la voluntad de los estados afectados
estas semanas son un ejercicio de petulancia, nula elegancia y falta de lealtad
al cargo. Un naufragio en toda regla.
LA FE DE ERRORES
Por HERMANN TERTSCHABC Viernes, 30.12.16
La izquierda totalitaria desconoce la fe de errores y la
enmienda
EL lunes cometí un error. En mi columna «Montecassino»
atribuí al Ayuntamiento de Madrid la gestión de un comedor que solo da comidas
para extranjeros. «Solo para no españoles», se tituló el artículo. Por unos
mensajes y un anuncio de dicho comedor en la página web del Ayuntamiento di por
hecho que era parte del mismo. Pues no era así y me equivoqué. Es evidente que
no hice la necesaria comprobación. El comedor es una iniciativa de la Comunidad
de Madrid y es gestionado por ella. En cuanto fui advertido del error lo
anuncié en las redes sociales. Y pedí en ABC que publicaran una fe de errores.
Desde que estoy en esta profesión, aún más, desde que de niño comencé a
conocerla y amarla en mi casa y en la redacción de mi padre, hay fundamentos en
ella que no son asuntos de prestigio profesional, son cuestiones de honor
personal. Y entre los compromisos personales está la enmienda pública si se
tiene conocimiento de haber publicado una información no correcta. Por eso no
me puse de perfil para dejar que el torrente de noticias hiciera olvidar al día
siguiente el desaguisado, tal como hacen hoy la inmensa mayoría de los
dedicados a este negocio. En el que hace tiempo que la palabra honor ya solo se
usa para alguna guasa. La publicación de la fe de errores movilizó, como yo
bien sabía que pasaría, a toda la inmensa jauría que en las redes sociales me
honra con un odio pleno de dedicación, intensidad, lealtad y constancia. Es
cierto que todo aquel que opina y escribe tiene que tener enemigos para no ser
irrelevante. Pero nunca osaría arrogarme tantos méritos como las nutridas filas
de mis odiadores pudieran sugerir. Los esfuerzos por destruirme profesional e
incluso personalmente vienen de muy lejos. No aburriré con detalles, pero sí
puedo decir que en España en esta profesión ha habido pocos intentos de
«character assassination» más intensos y constantes.
Aun para alguien tan experimentado como yo, lo de estos dos
días pasados ha sido notable. Después de que agitadores y periodistas
izquierdistas, notorios por sembrar mentiras, medias verdades y manipulaciones
permanentemente y a los que, eso sí, no se conoce una sola «fe de errores», lanzaran
el artículo errado y la fe de errores a las redes, he recibido una catarata de
insultos, descalificaciones y vejaciones verbales de cientos de agresores, en
su mayoría, claro, desde el anonimato. Su odio y brutalidad solo se explica con
el mensaje de resentimiento que reciben en los abrevaderos de las ideologías
más abyectas y fracasadas que son hoy en España tantas escuelas, facultades y
televisiones. La izquierda totalitaria no conoce la fe de errores ni la
enmienda, ni el «me he equivocado», salvo en imposturas como la grotesca carta
de Pablo Iglesias a la militancia. Tanto desconoce la práctica de enmienda esa
izquierda que sigue obcecada con imponernos una ideología que ha causado cien
millones de muertos en el siglo XX. Y en cada generación resurge con la
sangrienta «marmota» del fanatismo, la miseria, la mentira y el crimen. En mi
columna decía que comunistas y nazis siempre comparten métodos y fines. Así es.
También son ciertas todas las demás consideraciones sobre la catástrofe que
supone una inmigración caótica que la sociedad no puede integrar. Y sobre la
vocación de utilizar a la inmigración para destruir la sociedad abierta
occidental. Lo terrible es que, siendo verosímil que ese comedor fuera del
Ayuntamiento, lo cierto es que es de la Comunidad. Lo que demuestra hasta qué
punto la derecha ha entrado en la absoluta inanidad y falta de músculo y
brújula moral que emula a la izquierda hasta en sus peores perversiones.
SOLO PARA NO ESPAÑOLES
Por HERMANN TERTSCHABC Martes, 27.12.16
Cuando no se cumple la ley y no se evita el abuso, la
xenofobia está servida
EL Ayuntamiento de Madrid ha abierto en la calle Canarias
número 5, en el distrito de Arganzuela, un comedor social exclusivamente para
extranjeros. Es de suponer que si llega allí un español hambriento se le
despachará con un «¡Usted, qué se habrá creído, español!». Eso después de haber
pasado por los trámites que lo desenmascaran como alguien que no merece allí ni
un cuenco de sopa. Por español. Antes, claro, se le habrá pedido que enseñe
residencia, pasaporte tercermundista o documento del trámite eterno de
expulsión, que jure su condición de ilegal sin papeles o tenga pruebas de haber
saltado la valla de Ceuta o de haber participado en un motín en algún CIE.
Hace ya tiempo que en regiones de España, si uno se
identifica como español solo se granjea problemas. Se le discrimina en la
promoción profesional, se le tacha de sospechoso y poco fiable, se cae de las
listas de beneficiarios de servicios municipales, de diputaciones y del
Gobierno autonómico y se le agrede con insultos televisados y ofensas a España
en los colegios y administración. Pero nunca se había llegado tan lejos como
ahora el Ayuntamiento de Madrid, que lleva su «welcome refugees» y «viva la
inmigración ilegal» hasta el punto de negar a los españoles un servicio que
ofrece a extranjeros. Aunque siempre se supo que el Gobierno municipal de
Manuela Carmena prefiere mil veces a un inmigrante ilegal a cualquier honrado
comerciante o trabajador español. Este siempre es sospechoso de haber votado al
Partido Popular.
Lo que llama más la atención de este nuevo servicio
exclusivo para extranjeros del Ayuntamiento de Madrid es que no se hayan
percatado de su absoluta identidad de criterio con un servicio que presta desde
hace unos años un grupo de extrema derecha en Madrid, llamado Hogar Social.
Este es combatido con fiereza por el Ayuntamiento, por los medios, por la
Policía y por todos los partidos en el consistorio porque ha instaurado un
reparto de ayudas y comidas solo para españoles. Aunque no guste y la
discriminación de ambos casos sea lamentable, tiene quizá más sentido que
españoles en situaciones de emergencia puedan recibir algún servicio que no se
otorga a todo extranjero que lo contrario. En otros países donde la inmigración
ha invadido los servicios públicos y con frecuencia los copa con extremo abuso,
la respuesta ha sido la revuelta contra los políticos tradicionales que lo
permiten y unas apuestas radicales de exclusión. Los europeos ven que trabajan
hoy para pagar a cada vez más no europeos que no trabajan y que invaden el
espacio público. Eso genera odio. Porque no se cumple la ley y porque no se
evita el abuso.
Lógico es en todo caso que Podemos y los neonazis acaben
practicando lo mismo, aunque sea inverso en la discriminación y lo llamen de
otra manera. Siempre acaban practicando lo mismo, los nazis y los comunistas.
Es su sino. Les pasa con el antisemitismo. Pero les pasa ante todo en su odio
compartido a una sociedad libre y abierta, pero firme y consciente de la
necesidad de conservar sus valores y la defensa de los mismos. Esa sociedad con
músculo que regule inmigración y obligue a la integración. Esa que hoy no
existe en España ni en muchos otros países de Europa por culpa de unos
políticos democráticos siempre dispuestos a toda concesión que ahorre una
molestia. Después lloran todos por la xenofobia, la islamofobia y todas las
fobias que ven en cualquier resistencia a una inmigración masiva permanente. La
que amenaza con desfigurar definitivamente los rasgos definitorios de nuestra
sociedad como europea y de cultura judeocristiana, la única que hace posible la
democracia y el desarrollo en libertad en los individuos.
SUERTE EN EL FIASCO
Por HERMANN TERTSCHABC Sábado, 24.12.16
Suerte han tenido Merkel y los alemanes, que han visto
quebrada su confianza en el estado, porque la desgracia pudo ser mayor
En medio de la tragedia y del inmenso fiasco policial, han tenido
suerte las autoridades europeas y especialmente las alemanas. Suerte de que
Anis Amri no controlara bien el camión de gran tonelaje y este se fuera a la
izquierda y quedase bloqueado y no siguiera por el pasillo entre las casetas de
venta. Porque los muertos no habrían sido doce sino ochenta como en Niza.
Y suerte suprema han tenido porque un control rutinario de
la policía italiana en Milán sorprendió al terrorista tunecino y logró
abatirlo. Pura fortuna en un mar de impotencia. Que deja expuesto el inmenso
roto en la seguridad europea que suponen decenas de miles de inmigrantes
llegados sin el mínimo control de pasaporte, documentación alguna o somera
identificación.
En plena alarma europea, el terrorista se ha movido por tres
países y solo la fortuna ha acabado con él. Se hablará mucho ahora de la cadena
de disparates que han jalonado la investigación. Pero todos saben que los
fallos profundos en esa seguridad no son producto de la fatalidad en este caso
sino de muchos años de jugar con fuego en materia de seguridad.
Esa voluntad de ejercer permanentemente una superioridad
moral lleva a rechazar las cámaras de seguridad en las calles, a la incapacidad
de vigilar a sospechosos, al miedo policial a cualquier sobreactuación propia o
a condenar altisonantemente al espionaje norteamericano.
Mientras no pasa nada, la política y la prensa se columpian
autosatisfechas en su garantismo exquisito y los muy blindados derechos de la
intimidad. Cuando pasa algo, el Estado está inerme. Merkel no salva la cara con
su accionismo al exigir al presidente tunecino que se haga cargo de los
tunecinos que Alemania expulse. La inseguridad que se ha hecho patente tendrá
demoledores efectos políticos. Porque es un hecho que la política de asilo de
Merkel ha destruido la otrora marmórea confianza de los alemanes en el Estado.
TERROR, POLICÍA Y CORRECCIÓN POLÍTICA
Por HERMANN TERTSCHABC Viernes, 23.12.16
Queda clara nuestra suerte con dos cuerpos de seguridad,
Guardia Civil y Policía, de un nivel de eficacia soberbio
«HAY que evitar a toda costa el ser sospechoso». Esta frase
no es un lema para terroristas yihadistas ni para jóvenes musulmanes
radicalizados deseando serlo. Estos se mueven con enorme naturalidad y aplomo
en una sociedad abierta como la alemana, con una población generosa y deseosa
de hacer todo el bien posible para compensar un tremendo mal histórico
perpetrado o tolerado por sus abuelos. Los que tienen que evitar a toda costa
ser sospechosos son los policías. Y especialmente sus jefes, en contacto y
dependencia directa con el poder político de las ciudades y los Estados
federados. Los jefes de policía deben aplicar el máximo garantismo legal para
los delincuentes. Tiene que hacer además gala de una actitud política libre de
la mínima sospecha de prejuicios sociales, culturales, sexuales y, sobre todo, claro,
raciales. Y demostrar ser militante en la actitud favorable a la integración de
la inmigración y a las bondades de la multiculturalidad. Así las cosas, es
obvio que ninguno de los jefes de la muy fragmentada policía alemana quiere
tener fama de duro. Prefieren que se les escabullan sospechosos a tener
cualquier conflicto evitable. Las organizaciones de apoyo a refugiados e
inmigrantes ilegales conocen bien esta debilidad. Manejadas por grupos
ideológicos, étnicos o mafiosos saben que con extender la fama de racista o
ultraderechista de un mando policial acaban con él.
La necesidad de no caer jamas en la sospecha de racismo y el
miedo a ser tachados de nazis es lo que más ha politizado la policía desde los
años setenta. Solo en total corrección política hay posibilidad de promoción.
Por lo que hay tanta corrección como disposición a ocultar, ignorar o
tergiversar todo lo que la contradiga. Solo algunos grupos en los sindicatos
denuncian la situación de inferioridad y peligro real dado el desbordamiento desde
2015 que ha hecho ilusorio todo intento de controlar movimientos y resolver las
expulsiones. Ni hay control ni hay medios para restablecerlo y todos los recién
llegados lo saben. Los mismos motivos de no ser acusados de parecerse a la
Gestapo ni a la Stasi hacen imposible colocar cámaras en las calles. La policía
carece por ello con el instrumento más eficaz de vigilancia que por ejemplo en
ciudades británicas es exhaustiva. No hay imágenes porque los políticos
alemanes que en su día quisieron adaptarse a otros países fueron tachados por
la prensa, por la izquierda y por los liberales de partidarios del estado
policial. Alemania es el país más firmemente anclado en unos dogmas y certezas
del Estado liberal de la segunda mitad del Siglo XX que hoy maniatan
dramáticamente la capacidad de autodefensa de la sociedad.
En todos los países europeos es difícil asumir cambios
racionales por unos miedos lógicos y ante todo por la sentimentalización del
mensaje de nuevas generaciones infantilizadas, ignorantes y sin percepción del
riesgo. En Alemania pesa además el pasado y son fuertes esas corrientes
partidarias de la destrucción de las sociedades abiertas que hay en toda
Europa. El autoodio, la obsesión con acabar con la propia nación que hay en
sectores de la izquierda en Alemania, solo se encuentra en España. Con todos
nuestros problemas, en momentos tan duros como el actual queda muy clara
nuestra inmensa suerte con dos cuerpos de seguridad, Guardia Civil y Policía,
de un nivel de eficacia soberbio. Cuerpos que algunos intentan expulsar de
partes de nuestra geografía o destruir. La única esperanza para la seguridad de
Europa está en que las masivas y múltiples amenazas que se ciernen sobre
nosotros nos hagan recuperar parte de la racionalidad y del amor a la verdad
que el bienestar de las pasadas décadas ha destruido.
LA PESADILLA DE MERKEL
Por HERMANN TERTSCHABC Miércoles, 21.12.16
La Policía retrasa confirmar la causa terrorista para evitar
reacciones espontáneas
El goteo de atentados de este pasado verano alemán era solo
un adelanto de lo peor. Aquellos atentados con un muerto o dos y algunos
heridos acababan siendo tratados como incidentes menores. Como acciones
aisladas de desequilibrados, aunque siempre, eso sí, desequilibrados
musulmanes. La prensa alemana estaba de acuerdo con el Gobierno y los grandes
partidos en no darles mucha publicidad. No fueran a aprovecharlo los racistas y
la extrema derecha. Todo se subordina al objetivo de «combatir» la xenofobia y
la islamofobia. A ser posible con silencio. Desde el lunes será más difícil.
El peor escenario imaginable se ha hecho realidad con la
entrada del camión en el mercadillo navideño en el corazón del viejo Berlín
oeste, junto a la Gedächniskirche. Los doce muertos y 48 heridos han helado el
alma a Alemania. Su sociedad está pasmada por el miedo a los terroristas. Pero
también a su propia reacción. Es la pesadilla absoluta de Merkel. No solo la
ultraderecha establece una relación entre esta matanza y aquella decisión
personal y espontánea de Merkel del 4 de septiembre del 2015, sin consulta ni a
Parlamento ni otras instituciones, de abrir las fronteras a masas de
inmigrantes incontrolados.
Es la decisión con mayores consecuencias para la historia de
Alemania y Europa tomada hasta ahora en el siglo XXI. Otro atentado de estos y
nadie sabe si Merkel podrá volver a expresar en público su pesar y pedir se
haga vida normal. Porque la vida para muchos alemanes no es normal desde
aquella fecha. Y sus gobernantes temen que cualquier día un atentado islamista
tenga otras consecuencias.
La policía retrasa confirmar la causa terrorista para evitar
reacciones espontáneas. Y que por ejemplo albergues de refugiados, que se
incendian una y otra vez, pudieran arder de golpe. La sociedad alemana se
autocontrola. Pero no es hoy una sociedad serena. Y el desprecio a sus inquietudes
se vengan ahora. Merkel sabe que está en juego mucho más que su propio futuro.