The Unending Gift

lunes, enero 30, 2017

CUIDADO CON DISTRAERSE

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 31.01.17

Tendrán pronto mucho votante al que despreciar también en Europa

ES muy comprensible que las opiniones publicadas estén muy irritadas con un personaje como Donald Trump, que tiene muy mal gusto, muy malos modales, escasísima sensibilidad y empatía con el adversario, y encima cumple sus promesas. «Sus amenazas», se apresurará a matizar el coro multitudinario, desde la extrema izquierda norteamericana o europea hasta los patricios biempensantes de la política y la cultura, tan exquisitos que creen que todos quieren ser como ellos. Por eso se reían tanto de quienes tenían la osadía de proponer desde el Reino Unido irse de la UE. ¿Adónde se van a ir? Y se ríen de los que votaron a Trump, esos «descerebrados», «paletos», «imbéciles», «incultos», según las plumas más finas del Viejo Continente. Trump no tiene empatía, pero ellos mucha. Hablan de descerebrados quienes dan clases en universidades en las que se debate si se deja de estudiar a filósofos por ser blancos o cuántos retretes para transexuales hay que poner cerca de los cuartos de confort donde pasan las crisis de ofensa los estudiantes.
Pero no solo las almas finas se indignan con la nueva Administración. También gentes de peores modales. Ahí están las agencias de la ONU, con sus huestes de funcionarios corruptos, dictaduras, satrapías y demás glorias de la probidad que regañan a la Casa Blanca por ser «mezquina» e «inhumana». Términos jamás utilizados para los Castro por los miles de cubanos que se han ahogado entre tiburones por huir de la pesadilla comunista, o para Maduro, que tiene a su oposición en mazmorras y a tres millones de venezolanos comiendo basura. Ni para Assad en Siria, ni para la Rusia de Putin, que mata a quien molesta, ni para China por sus campos de trabajo esclavo. Hasta la alcaldesa comunista de Madrid, cuya banda gobernante de antisemitas, apologistas del crimen y expertos en ocupaciones y otras violaciones impunes de derechos del prójimo se permite paralelismos entre Trump y Hitler, nada menos. Así trivializa el nazismo. Ella, con su ideología comunista con más de cien millones de asesinados a cuestas. Con sus ofensas de grosera ausencia de todos los actos y ceremonias de los judíos madrileños. Con su concejal Zapata, ese que se ríe con la ceniza de los judíos del Holocausto.

El problema que tienen todos los enemigos de Trump a tiempo completo es que descuidan sus otros frentes. Porque en Europa tienen nuestras almas finas de política y cultura cada vez más ciudadanos a los que despreciar e insultar llegado el caso. Como si fueran vulgares votantes de Trump. Cada vez son más los que han rumiado su frustración lo suficiente como para perder el miedo a votar fuera del redil. Y eso no es culpa de Trump ni de los ignorantes norteamericanos a los que gustan las armas y su libertad de criterio, sino del desprestigio que los partidos tradicionales cosechan en todo el Viejo Continente. Con su inacción, corrección y eufemismo. La combinación tóxica del fracaso que recorre toda la UE. A ver qué hacen el día 15 de marzo con Holanda si los despreciables son mayoría. Y el 23 de abril y 7 de mayo en Francia, donde los descerebrados pueden ser la mitad del electorado. Y en septiembre se verá qué pasa en Alemania. Y en Italia. Y ya veremos aquí. A ver si consiguen con sus lloriqueos y campañas contra Trump impedir que los ciudadanos en Europa, a falta de un Trump, voten a una extrema derecha que muestra menos desprecio por sus temores y necesidades. Trump tiene muchos defectos, pero con la que puede montarse en Europa con el fracaso de tanta exquisitez socialdemócrata de derechas e izquierdas puede que acabemos rezando por tener alguien como él.

domingo, enero 29, 2017

BASTA DE HISTERIA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 28.01.17

Los líderes europeos se han dedicado a satisfacer la hostilidad hacia Trump en vez de buscar formas de entendimiento

En Europa, pasa desde hace siglos, se ven pajas ajenas y no vigas propias. Todos se escandalizan con las formas nada ortodoxas del nuevo presidente norteamericano. Pero olvidan que los principales líderes europeos han pasado un año ridiculizando al candidato que, mala suerte, ganó las elecciones del 8 de noviembre. Y que todos ellos se han inmiscuido en las elecciones con sus descalificaciones, tanto o más que los rusos con sus cacareados «hackeos». Eso tampoco es muy ortodoxo.
Los líderes europeos se han dedicado a satisfacer esa hostilidad de su prensa y opinión pública hacia Trump en vez de buscar formas razonables de entendimiento. Es peor falta de profesionalidad que la que achacan al presidente. Ahora, pese a la histeria mediática en Europa y en los medios norteamericanos que se han erigido en principal oposición al presidente, la racionalidad podría comenzar a imponerse en las capitales europeas.
Theresa May está en Washington para establecer una relación más especial si cabe con EE.UU. cuando el Reino Unido quede liberado de sus lazos con la UE. Y en la UE, los líderes que sobrevivan a 2017 tendrán que buscar fórmulas de trato con Trump en beneficio de ambas partes.

Si Merkel sigue tendrá que abandonar esa superioridad moral que solo perjudica a todos. Trump no tiene prejuicios políticos e ideológicos y todos debieran saber sacar ventajas de ello. Ayer dejó claro que no se legalizará la tortura porque su secretario de defensa no la considera necesaria. Dijo que no sabe si se llevará bien o mal con Vladímir Putin. Que puede pasar lo uno y lo otro. Y declaró su pleno apoyo a la OTAN, eso sí, con el resto de los miembros cumpliendo sus obligaciones. Lo que nunca han hecho hasta ahora. Trump no es un loco ni un imbécil ni un ignorante como tantos han pretendido. Todos tendrán que buscar formas de adaptarse a lo que es sin duda un terremoto político e ideológico de dimensiones históricas. Como todos los grandes cambios conlleva riesgos. Pero también inmensas oportunidades.

viernes, enero 27, 2017

DE MUROS, RIDÍCULOS Y DELIRIOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 27.01.17

Haría bien el periodismo en calmarse con Trump para que su ridículo no sea irreversible

TODOS los medios españoles se lanzaron hace unos días a una batalla gallarda, más aún, heroica, en defensa de la lengua española que, según denunciaban, había sido mancillada por el vicioso y rijoso magnate convertido en presidente norteamericano. Era la prueba que todos necesitábamos para saber que nuestra ira contra ese ser abyecto tiene también sólidas razones patrióticas. Trump, decían, había ordenado desmantelar las páginas en español de la Casa Blanca. Como había hecho con otras páginas, movido por sus bajos instintos de racista, misógino y homófobo. Y más cosas. Tertulianos y columnistas, cómicos y políticos de todo color salieron a insultar y descalificar a ese individuo, canalla y antiespañol, todo él maldad y bajeza. Cuánta sagrada indignación se vivió en España por el mero rumor de que Trump podría tratar a la lengua española casi tan mal como hacen impunemente desde hace décadas las instituciones de varias regiones españolas. Si se preocuparon por la página española de la Casa Blanca hasta Enric Juliana, rufianes varios y otros cabecillas de las afrentas y atropellos en Cataluña a los españoles leales a la Constitución y a España. Gran enfado por «la ofensa a la lengua de 50 millones de norteamericanos». No por la que sufren millones de españoles que no pueden aprender, estudiar, trabajar y vivir en español. La indignación resultó gratuita porque la información sobre Washington era falsa. Como tantas que los medios en todo el mundo fabrican sin cesar en su cruzada delirante contra Trump. La página estaba siendo restaurada. No hubo fe de errores o «mea culpa» de nadie. ¿Honradez para qué? Si es contra Trump.

Da igual que esa noticia fuera tan falsa como otras, porque Trump merece esos insultos, según han decidido las almas pías. En todo hay motivos para la siguiente carga de exabruptos en las radios, las teles y la prensa. Trump además está decidido a cumplir sus promesas. Esto horroriza más a la derecha española que a la izquierda. Esta derecha que jamás se atreve a acabar con los hechos consumados que genera la izquierda con sus reformas devastadoras en lo moral, político, cultural y económico que la cobardía conservadora siempre hace irreversibles. Trump va a combatir la peste cultural de la corrección política que ha llevado a los extravíos últimos de la deriva sesentayochista que ha sido el obamismo. Y ya está desmantelando la red de financiación norteamericana de enemigos de la sociedad abierta en la ONU y fuera de ella. Se puede estar en contra. Pero no negar el derecho a EE.UU. a tener otra política distinta. Otro tanto ha sucedido con el muro en la frontera con Méjico. Que comenzó Bill Clinton hace más de veinte años. Todo el mundo está ahora histérico porque lo quiere completar Trump. Se oyen ridiculeces obtusas como que viola los derechos humanos el hecho de que EE.UU. tenga una frontera que se respete y no sea un coladero. Ya pasó con el húngaro Viktor Orban cuando fue el único en la UE que cumplió las leyes frente a la masa de refugiados. Y construyó una valla fronteriza. Le llamaron fascista, pero todos los vecinos tienen ya la misma valla. Y ha traído orden. Y frenado el atropello y la ilegalidad. Trump tendrá que arreglarse con Méjico como con los países con los que deja de tener acuerdos multilaterales. Lo hará. EE.UU. tiene derecho y soberanía para cambiar su política. Y siendo Trump como es, habrá sobresaltos siempre. Pero el periodismo, también en España, debería tomarse una tila, porque el ridículo que hace desde que apareció Trump en escena alcanza ya niveles delirantes.

lunes, enero 23, 2017

CAMADAS ROJIPARDAS DEL ODIO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 24.01.17


Lo que sucede hoy es que las camadas ideologizadas del revanchismo, los ultras de izquierda, se consideran impunes

DIEZ o doce jóvenes de una banda de esos autodenominados antifascistas, comunistas de nuevo/viejo cuño, propinan una bárbara paliza a una mujer en la puerta de una discoteca en Murcia. Otro par de individuos, dicen que los porteros de la discoteca, asisten impávidos a la escena. Según las primeras informaciones, los ultraizquierdistas sorprendieron a la joven cuando esta salió de la sala a fumar. La causa de la agresión que maneja la policía es la «ideológica». La chica es de derechas. Fuentes de twitter de esa izquierda que se ha hecho prolífica en los últimos diez años al amparo del mensaje revanchista de odio ideológico de Rodríguez Zapatero, confirmaron que la joven «es una fascista» que se merece todo lo que le hicieron y bastante más. Que en España, donde la gallardía tuvo cierto prestigio, diez jóvenes, la mayoría varones adultos, estén todos de acuerdo en pegar a una mujer postrada indefensa en el suelo, ya revela lo lejos que vamos llegando en el desmantelamiento del respeto a nosotros mismos. En la escena grabada todos se muestran de acuerdo en competir en pegar patadas y puñetazos a la mujer tendida. Sin que ni uno solo entre ellos muestre una duda ni intente disuadir de la atroz conducta. Solo paran cuando parecen creer que los porteros, hasta entonces meros espectadores, se disponen a intervenir. Entonces huyen como ratas y doblan veloces dos esquinas.

Menos mal que se ha grabado la escena. Porque si no, estaría ya en marcha el bombardeo de las versiones alternativas que van desde la provocación «fascista», una reyerta entre dos tipas de derechas o una caída de la pobre facha que estaba borracha. Nada saben hacer mejor que difamar a las víctimas como ya hacían con los muertos de ETA a los que se convertía en confidentes, traficantes o delincuentes. Pese a ello, ya en el trato de la noticia se ve que todos saben que se trata de una agresión de la izquierda, porque la maquillan. «Diez jóvenes agreden a una mujer», titulaban diversos medios. ¿Quién puede creer que si llegan a ser de otro signo el título hubiera sido el mismo y no el de «Diez ultraderechistas apalean a una mujer»? Algún iluso. España sufre más que ningún otro país europeo la toxicidad de la doble vara de medir agresiones, delitos e incluso crímenes de derecha e izquierda. Como si los comunistas tuvieran una eximente por alto ideal, cuando su proyecto y sus medios son tan criminales como los nazis y en España mucho más frecuentes. Así, los agresores de la sede de Blanquerna en Madrid, unos ultraderechistas, han sido condenados a penas drásticas con ingreso en la cárcel por exactamente lo mismo por lo que Rita Maestre fue absuelta en una sentencia surrealista. Pocas dudas hay de que si Maestre fuera ultraderechista estaría cumpliendo condena por lo que hizo. Y de que los de Blanquerna, de ser independentistas, okupas o de alguna camada rojiparda, estarían en su casita. Todo depende de la ideología de los autores y de las víctimas. Todavía estamos esperando la detención de los canallas separatistas que agredieron a dos chicas que hacían publicidad de la Selección Española de Fútbol en Barcelona. Si el baremo utilizado para encarcelar a los ultraderechistas de Blanquerna es el bueno, que no lo discutimos, hay centenares de separatistas y ultraizquierdistas que por asaltos en diversas universidades y manifestaciones en toda España deberían estar cumpliendo condena. Lo que sucede hoy es que las camadas ideologizadas del revanchismo, los ultras de izquierda, se consideran impunes. Y algunos están empeñados en que además se consideren orgullosa guerrilla de la ideología privilegiada.

domingo, enero 22, 2017

UN RELEVO RADICAL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 21.01.17

Hace ocho años dejaba entrever mi escepticismo ante la figura de Barack Obama, cuya llegada era celebrada con un entusiasmo desconocido en generaciones. Ya entonces se habló de la obamanía como la pasión nada razonaba hacia el primer presidente negro. Poco después llegó aquel ridículo Premio Nobel de la Paz como un adelanto más de ese entusiasmo acrítico de opinión publica y mediática en todo el mundo. Hoy sabemos que el mundo que nos deja Obama es más peligroso que el que asumió como jefe de la primera potencia. Occidente es más débil, EE.UU. está más dividido y los enemigos de la sociedad libre están crecidos. Mientras, el discurso izquierdista y multicultural que ha fomentado esta presidencia nos ha hecho a todos más vulnerables. Hay mucho de estafa, de artificio y de fracaso en la presidencia que ayer concluyó.
Gracias a unos medios norteamericanos y europeos entregados a la familia Obama, los ocho años de reveses en el exterior y escasos avances en el interior han sido convertidos en esa memoria mediática en un éxito que no fueron. Al final da la impresión de que las crisis de esta presidencia siempre han sorprendido a Obama jugando al golf en Martha’s Vintage. Ayer comenzó una presidencia con el signo radicalmente opuesto. Se va un mimado por la opinión publicada y llega un presidente que ha triunfado en combate abierto contra todos los poderes establecidos de EE.UU. y el mundo. Nadie le va a regalar un Nobel a Donald Trump. Pero es posible que al final de su presidencia lo merezca más que su antecesor.

HÉROES Y ENANOS
[22 DE ENERO DE 2009]

Hoy parece que el héroe del momento es Barack Obama, un hombre del que sólo sabemos que es un brillante orador y diseñador de afectos. Los próximos cuatro u ocho años nos dirán si va a ser realmente el héroe que, como en su día Churchill o Reagan, marcará un cambio de rumbo hacia mayor seguridad, bienestar y libertad de la sociedad que le ha confiado el liderazgo. Porque también puede resultar al final un enano como tantos líderes fatuos que sobrevivieron y sobreviven estafando a quienes habían depositado en ellos su confianza, sus bienes y el futuro propio y de sus hijos.

viernes, enero 20, 2017

EL GANADOR APESTADO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 20.01.17

Trump es un candidato a todas luces inapropiado que ha ganado por ser verdad

HOY se convierte en el 45 presidente de los Estados Unidos, de la primera potencia del planeta, Donald Trump, un hombre del que se ha reído media humanidad. Una persona a la que se ha ridiculizado e insultado durante un año en los principales medios de comunicación de todo el mundo. Que ha sido despreciada pública y abiertamente por nuestros gobernantes europeos y hasta por el último mequetrefe de la política local en el Tercer Mundo. Contra quien se fraguó la mayor alianza jamás vista de poder político y financiero, gran dinero, mundo del espectáculo, la ciencia, la llamada cultura y subcultura y el mayor frente mediático nunca visto contra un solo hombre. Todos con todo contra él. Una coalición universal absolutamente colosal se puso en marcha a lo largo de 2016. Todos unidos, sin reparar en gastos ni medios ni métodos. Para parar los pies a un ignorante, imbécil, fracasado, quebrado, desequilibrado, mentiroso, farsante, impostor, pretencioso que se decía más rico de lo que es en realidad, narcisista, pervertido sexual y rijoso hombre de negocios. El resultado, hoy en televisión: Donald Trump entra en la Casa Blanca tras la toma de posesión en el Capitolio. Ahí estarán las imágenes de la derrota de la colosal alianza anti-Trump que fracasó en su objetivo de acabar con este hombre y sus aspiraciones.
No ha podido ser. Porque con la décima parte del dinero gastado por su rival, el abominable hombre del peluquín color zanahoria ha humillado a la arrogante candidata que el mundo había designado vencedora. A ella la habían presentado como lúcida, experta, sensible, generosa, tolerante y multicultural, progresista y feminista. Y todo el universal frente de la corrección democrática ponderó las dotes y cualidades de su favorita. Pero no convencieron a quienes tenían papeleta para votar donde había que hacerlo. Su candidata era falsa con notoriedad y la soberbia y la impostura los llevaron al fracaso. La herida es profunda. Y no hay atisbo de humildad inteligente en los derrotados, desde los medios europeos a los más radicales grupúsculos de la izquierda que han tomado el Partido Demócrata. Pretenden estar en guerra permanente con el presidente con la intención de que no acabe el mandato. Que varias docenas de representantes de ese partido no acudan hoy a la ceremonia demuestra que no han superado la humillación. Cuando lo creían todo controlado. Y ahora ponen en cuestión las reglas y no aceptan los resultados. Ahí se ve que es cierto que EE.UU. envejece y adopta miserias de sociedades viejas, cínicas y maleadas como las europeas. Si no, no mentirían tanto estos adalides de la superioridad moral ni odiarían tanto ellos que se declaran la vanguardia de la tolerancia.

Trump es un candidato a todas luces inapropiado que ha ganado por ser verdad, por ser con sus exageraciones fundamentalmente auténtico, frente a la enfermiza y calculadora hipocresía de su rival y de esa alianza del poder establecido con la izquierda ideológica. Trump ha formado un gobierno de personalidades extraordinarias que deberá suplir las muchas carencias propias y que habrá de marcarle los límites. Es una fórmula razonable. El éxito de Trump ha demostrado que las sociedades desarrolladas han llegado al punto de saturación, al hartazgo, con ese discurso dominante en radical divorcio con la realidad inmediata. Es también un mensaje para gobernantes europeos. El hombre ridículo que ganó contra el mundo toma posesión. Ni el éxito ni el fracaso de esta presidencia están escritos. Porque ambos son posibles. Al mundo libre le convendría en todo caso que ese fracasado frente que hoy aun deshonra la ceremonia no intente redimirse en un permanente sabotaje a la presidencia de EE.UU. Sería mal negocio para todos.

jueves, enero 19, 2017

LA LARGA SOMBRA DE 1917: CIEN AÑOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA

Encuentro Actuall  Jueves, 19.01.17


La larga sombra de 1917: cien años de la Revolución Rusa, de Lenin a Fidel, pasando por la Pasionaria

Moderado y presentado por Alfonso Basallo Director del Periódico Actuall


Invitados:
- Luis Togores, profesor de Historia (CEU)

- Fernando Díaz Villanueva, historiador y 
  periodista
- Hermann Tertsch, columnista de ABC
- Pedro F. Barbadillo, periodista 
- José Javier Esparza, periodista y escritor
- Luis Losada, periodista y economista

lunes, enero 16, 2017

OBAMA, TRUMP Y LOS MEDIOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 17.01.17


Los medios han estado ocho años locos de amor por Obama e incumplido la labor de fiscalizarle

LA fotografía del matrimonio y las niñas en colores tenues y enmarcada por guirnaldas –familia de angelitos negros– en portadas de diarios serios, las televisiones rebosantes de lágrimas de gratitud y felicidad de los protagonistas y sollozos de emoción de su entorno, mítines de desbordante sentimentalismo popular. ¿Qué les habrá dado? Es la pregunta para cualquiera que siga estas semanas la larga, intensa, lacrimógena y edulcorada despedida que le tributan la inmensa mayoría de los medios al saliente presidente Barack Obama. Y la que se tributa él a sí mismo. Con su pareja Michelle, imbatible en estas lides. El hecho requiere estudio. Nada más llegar al cargo le regalaron el premio Nobel de la Paz. Algo solo atribuible a impaciencia de mala conciencia luterana de darse un baño antirracista. Pero si el entusiasmo estaba fuera de lugar antes de conocerle, ocho años después requiere aun más explicaciones. Las hay en la polarización norteamericana y en que Obama es un producto estrella de un mundo de la apariencia y del discurso amable en la forma y brutalmente excluyente en el fondo. Los medios han estado ocho años locos de amor por un abogado tramposo que apuñala o engaña con buenas maneras. De ahí que fallara siempre en su labor de control del Ejecutivo. Que aplaudiera mucho y fiscalizara poco. Algunos presentan como el gran mérito de Obama que no hubiera escándalos en la Casa Blanca en ocho años. Nadie sabrá nunca si los hubo. Porque gozó como nunca nadie de la protección de la prensa que debía vigilarle. La que le apoyó para convertir en su sucesora a una señora odiosa, corrupta y de mala salud. Para continuar con lo que muchos llaman una política de «europeización izquierdista». Infravaloraron el arraigo de la sociedad norteamericana que hizo posible la reacción. Pero ante todo sobrevaloraron su propia elocuencia y poder de convicción en complicidad con esa prensa cortesana. En Washington el 94% votó a la perdedora Hillary. Hasta ese punto está enajenado ese concubinato de prensa y poder capitalino de la realidad nacional.

También en Europa occidental han mantenido los medios del amplio consenso socialdemócrata ese idilio tóxico con Obama. Con efectos devastadores para criterio, credibilidad y honradez de los mismos. Como en España. Ayer le despedía un diario de la mañana con un «Adiós, presidente» «Barack Obama deja la Casa Blanca con una brillante y digna gestión». En realidad no ha sido ni lo uno ni lo otro. Por resumir: en el interior ha roto el tejido social como nadie en generaciones, en el exterior ha reforzado a sus enemigos y debilitado la seguridad de Occidente. No es para presumir. La obamanía produce monstruos, pero también muchísimos ridículos. Medios importantes de EE.UU. se están asfixiando de odio a Trump. En todas las televisiones de España se pelean los periodistas por el peor insulto a Trump y la mayor alabanza a Obama. Ayer en TVE cuatro tertulianos pensaban igual sobre Trump, «un tiranosaurus» y sobre Obama, «es la elegancia». Escandalizados por las declaraciones de Trump al alemán Bild y el británico The Times de Trump. Que exponen de forma a veces brutal planteamientos que no son en absoluto demenciales para el comienzo de era. Hay periodistas en EE.UU. y fuera de allí que intentan entender lo que sucede. Kai Diekmann, el director de Bild, salió de la entrevista impresionado por un Trump «muy bien preparado», seguro, con objetivos claros y dispuesto a cooperar con todo el mundo por el interés de la nación que lo ha elegido como presidente. Eso seguro que sería encomiable por todos los periodistas en cualquiera, siempre que no se llamara Donald Trump.

sábado, enero 14, 2017

UN LÍO CHINO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 14.01.17


En Pekín sabrían ya que Estados Unidos no puede permitir a la larga que China se meta hasta el cuarto de estar de sus vecinos en ese mar

Rex Tillerson, el secretario de Estado nominado para el nuevo gobierno de Donald Trump ha dicho que China dejará de tener el silente beneplácito de Estados Unidos en su política de expansión e intimidación de sus vecinos. Eso, en principio tan sensato, ha irritado en Pekin y asustado en Washington. El régimen chino ha usado periódicos en inglés para ridiculizar estas intenciones y advertir de que tal bloqueo sería « casus belli » . En Washington, el susto fue morrocotudo cuando el nuevo secretario de Estado Tillerson dijo que hay que buscar formas de parar a Pekín, incluso con un hipotético bloqueo de sus islas artificiales. Probablemente hubo más susto en casa y Europa que en Pekín. En Pekín sabrían ya que Estados Unidos no puede permitir a la larga que China se meta hasta el cuarto de estar de sus vecinos en ese mar.

China es un país inmenso. Pero sus autoridades creen que no tanto como debiera. Aislacionista durante milenios, pasados sus fervores revolucionarios ha desarrollado una forma eficaz de ocupar y anexionar los mares de China: Con la fabricación de islas. Desde hace ya años, los chinos se han especializado en utilizar atolones, bancos de coral o zonas sin profundidad, para rellenar con tierra del continente, crear una base e instalar encima una base militar. Como los británicos en Gibraltar, pero a lo bestia. E insisten que aquello es China eterna y su espacio aéreo y aguas territoriales también. Así se expande China por el agua. Los demás países asiáticos están horrorizados pero impotentes. Todos saben que las disputas de soberanía no las ganan los enanos cuando hay un gigante. El miedo a irritar a China es lógico. Pero ni su tamaño, ni su ejército ni su cartera de deuda norteamericana pueden llevar a China a tratar al gigante norteamericano como si fuera Filipinas, Corea o Singapur. Eso ha pasado. Y en principio, nadie debiera alarmarse porque Tillerson pida estudiar formas de parar la permanente quiebra del derecho internacional por parte de China.

CONTRA LA RESIGNACIÓN

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 13.01.17


El Estado no estuvo a la altura entonces. Ahora todos tienen la oportunidad de cumplir

Hay quienes aún no han entendido el alcance que puede tener la decisión de la Audiencia Nacional de reabrir el caso del asesinato de Antonio Ramírez y Hortensia González en Beasain el día de Reyes de 1979. Lo cierto es que puede poner en marcha la investigación de centenares de casos de asesinatos de la banda terrorista ETA aún sin resolver. Con los nuevos medios tecnológicos, cruces de sumarios jamás hechos y diligencias nunca practicadas, hay posibilidades de aclarar casos e identificar autores materiales e intelectuales. Todo ello pese a unos sumarios de apenas cuatro o cinco folios cerrados a las pocas semanas de los hechos y perdidos en algún sótano, acumulando polvo y agravio.
El brillante escrito presentado por el abogado Santiago Milans en nombre de la Fundación Villacisneros en contra de la prescripción de este caso de hace 38 años puede traer consigo una inmensa esperanza. Nada menos que el fin de la resignación de los familiares de 300 víctimas a los que se convenció de que estaban condenados a no saber nunca nada de quién mató a su ser querido. La Fundación Villacisneros, financiada solo con fondos privados y dirigida por su fundador y presidente, Íñigo Gómez-Pineda, ha demostrado con humildad, voluntad y esfuerzo que la sociedad civil en España sí puede hacer algo importante por la maltratada dignidad y autoestima de los españoles.

Los asesinatos de ETA no fueron una anécdota a olvidar, sino una agresión terrorista separatista que continúa por otras formas hoy en día para destruir la España unida y democrática. El Estado no estuvo a la altura entonces. Ahora todos tienen la oportunidad de cumplir. Y se debe exigir al poder gubernamental que, si no ayuda, no estorbe. Y no utilice una vez más la justicia antiterrorista, es decir, la dignidad de las víctimas y de todos los españoles, para cultivar complicidades. Los graves retos que España afronta exigen fuerza y mucha verdad. Aquellos jóvenes novios asesinados hacen así un nuevo y gran servicio a España.

jueves, enero 12, 2017

SOBRE LA MENTIRA RADICAL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 13.01.17


Trump ha elegido a individuos libres, no hay ni un adulador, ni un pelele ni un amiguito del alma

FUE ayer en un programa matinal de esos que, cuando no te está dando lecciones de democracia algún jefecillo de Podemos que cobra de una o dos dictaduras, te piden dinero para que delincuentes muy sensibles puedan hacer magia perversa con sus hijas enfermas. Es decir, en uno de esos programas en los que la sentimentalidad se sirve en cubos y cruda para entontecer y encanallar a la sociedad española. Tuvieron la mala idea de conectar con Roberto Centeno, doctor ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid, doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Economía de la Escuela de Ingenieros de Minas de la UPM. El profesor Centeno es un hombre de grandes conocimientos. Pero tiene un defecto que en este país pesa: le irritan hasta el paroxismo la tontería y la ignorancia. Tiene un pésimo humor y nula paciencia para quienes combinan ambas. A nadie extrañará que en la televisión se pase la mayor parte del tiempo hecho un basilisco. Parece que ahora es el representante de Donald Trump en España, signifique eso lo que signifique. Como suele insistir en que lo blanco es blanco, se le tacha de ultraderechista. Como a cualquier hombre libre. Ayer estalló cuando escuchó a una periodista lo siguiente, cito de memoria: «Los nombramientos de Trump son infumables porque ninguno tiene ninguna experiencia en nada y su único mérito es ser amigos suyos». Nadie en el plató la contradijo, nadie objetó nada. Salvo Centeno, que estaba en conexión desde fuera. La frase es magnífica como paradigma de muchas que circulan hasta convertirse en mantra de la tribu periodística. Porque nada en ella es cierto. Los nombramientos de Trump brillan todos ante el Congreso y reciben hasta apoyos ajenos. Ninguno de los principales cargos será ocupado por ningún amigo personal de Trump. Todos son unos triunfadores y los mejores en aquello que hacen. Pleno total. Todo en esa frase de la periodista es incontestablemente falso. ¿Que qué pasó? No hubo infarto. Pero casi. A Centeno le dio un alipori, intenso ataque de vergüenza ajena y rabia que genera peligros vasculares, ante el desprecio que es una frase tan radicalmente incierta. The opposite is true. Lo cierto es lo contrario. En el plató todos tacharon a Centeno de intolerante, semisalvaje o «fascista», como dijo el director de una hojilla de extrema izquierda. Hasta «Trump» le llamaron. Hace falta ser desalmado.

Trump, el de verdad, es un personaje difícil, impredecible en ciertas cosas y nada pulido. Para compensarlo, tiene una autenticidad de la que carece por completo la parejita del pringue merengue. Que se despidió con lagrimitas en Chicago después de una presidencia lamentable y un traspaso de poderes que, en su deslealtad institucional y mala fe, raya en la traición. El equipo que Trump ha logrado componer equivale al que tendría un jefe de Gobierno español que pudiera llevarse a su gabinete a Pablo Isla y otros quince como él en todos los campos. Es decir, un imposible metafísico en Europa y hasta ahora también en EE.UU. Ya veremos cómo lo hacen. Él y su Gobierno. Claro está que Trump ha cogido a individuos libres que nada le deben, mejores que él, que le dirán la verdad y jamás comprometerán su prestigio personal en ninguna locura. No hay ni un adulador, ni un pelele ni un amiguito del alma. Como aquí. ¿Verdad? Muchos se espantan porque Trump no se deja intimidar por quienes no paran de mentir para dañarle. E inventan situaciones para intentar evitar lo inevitable. Si a Trump se le fuera la cabeza, su equipo de gobierno y su partido ayudarán en el impeachment. Si no, puede que todos juntos hagan historia de la muy grande.

martes, enero 10, 2017

PROBO FRENTE CONTRA AZNAR

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 10.01.17


Ha bastado un rumor sobre Aznar para que todos se lanzaran a escribir y hablar de él

EL expresidente José María Aznar tiene una inmensa capacidad de unir a lo más diverso. Por supuesto en contra de él. Era conmovedor ver ayer por todas las cadenas del mapa televisivo patrio a las presentadoras tan progresistas ellas de acuerdo con los comunistas podemitas, con los apparatchik socialistas, el ultracentrismo ciudadanero y los omnipresentes y modositos chicas y chicos de la vicepresidenta, todos de acuerdo en que, «felizmente», los tiempos de Aznar son pasado y jamás volverán. Con mínimas excepciones. Todos de acuerdo en que él es un político quemado, desprestigiado y olvidado. Alguno más preocupado advertía de que el expresidente debería tener cuidado. Por la corrupción. Como sugiriendo que se le estaría perdonando algo a Aznar a cambio de ese retiro estricto. «El bigotito», el «Napoleoncito», dice algún valiente de los que hace quince años presumía de la frecuencia con que almorzaba en La Moncloa. Aznar fue un campeón en cultivar lo peor del periodismo pelota. Sus estrellas –y nuevos talentos de lo mismo– están en La Moncloa, pero ahora son un cuerpo muy disciplinado por mano femenina. Ha bastado un rumor sobre Aznar para que todos se lanzaran a escribir y hablar de él. Para recordarnos lo olvidado que está. ¡Cuánto fervor, cuánta unanimidad y elocuencia desperdiciados en tamaña obviedad!
Da gusto ver a los periodistas que sí hicieron buen negocio en la industria de la adulación con aquellos hoy denostados dirigentes. Da gusto ver la buena conciencia que disfrutan ellos hoy en tamaño contraste con la contrición que exigen a quienes entonces ellos exaltaron. Todo el día hablando de la podredumbre de los políticos, cuando lo cierto es que comparada con la casta periodística, la clase política española podría parecer el incorruptible cuerpo del funcionariado de Prusia con Federico el Grande. No en cuestión de volumen de negocio, pero sí en actitud, disposición y extensión del fenómeno. El periodismo español siempre ha sido pobre, pero hoy lo es más que nunca. Y si España está llena de licenciados dispuestos a trabajar pagando, en el mundillo «consagrado» hay gentes dispuestas a todas las humillaciones por estar en algún sitio y a ser posible en todos. E igual que hay periódicos «confidenciales» digitales que se acuerdan de malas noticias sobre empresas solo en el caso de que estas no se avengan a pagar suculentas publicidades, que es como llaman a la extorsión, hay periodistas que tienen ya intimidad familiar con los políticos que los colocan y descolocan de empleos y tertulias. Tal intimidad que las madrinas políticas no tienen empacho en recordarles en público que todo se lo deben a ellas. Y ellos no tienen empacho en ensalzar al día siguiente a la benefactora o descalificar a su rival. Hay madrinas poderosas que pueden tener a su servicio a cuatro tertulianos en una tertulia de cuatro.

Sea o no cierto el rumor sobre Aznar, ha logrado de inmediato un reagrupamiento de voces hasta ahora entretenidas en sus diferencias de matiz para llenar programas. Y resulta que todas están tan de acuerdo contra Aznar como contra Donald Trump. Caca, pedo, culo, pis, Trump, Aznar… Parece haber miedo a que cualquier novedad rompa esa comodidad que Rajoy les ha contagiado. Sin más curso, meta ni objetivo que la permanencia. Un mínimo de lucidez debería hacer entender que sería suicida una legislatura basada en ese «que me quede como estoy» que se limita a comprar tiempo a nacionalistas con dinero y a la izquierda con las reformas exactamente contrarias a las necesarias. Todos compinchados en esa fiesta, como si no hubiera mañana. Como si no hubiera un acuciante peligro existencial para nuestra unidad nacional, nuestra democracia, nuestra solvencia y la propia Unión Europea. ¡Hay que ser muy Trump o muy Aznar para venir a molestar!

sábado, enero 07, 2017

MUERTE, MIEDO Y DESAMPARO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 07.01.17


Fueron cinco muertos y ocho heridos como balance provisional en el aeropuerto de Fort Lauderdale en Florida y un nuevo caso de desgarro de la seguridad nacional en los últimos días de la presidencia de Barack Obama. Había pasado la una de la tarde cuando un hombre posteriormente identificado como Esteban Santiago comenzó a disparar a la cabeza de personas que tenía cercanas en la zona de recogida de equipajes. El aeropuerto estaba muy concurrido por las fiestas. El individuo vació tres cargadores y después de alejarse lentamente de la escena se echó en el suelo obedeciendo a los gritos de la policía. Pero lejos de concluir la situación de alarma poco después el caos se apoderó del aeropuerto con información de nuevos disparos. Se volvieron a escuchar disparos y muchos cientos de personas salieron huyendo por las pistas del aeropuerto. Algunas fuentes indicaban que el pánico de masas que se creó una hora después de la detención del asesino fue fruto de informaciones erróneas. Pero nadie podía confirmarlo. El despliegue policial y de fuerzas especiales continuó por todas las instalaciones aeroportuarias mientras los miles de pasajeros se refugiaban tras carros y bultos por las pistas de aterrizaje.

Como señal de los tiempos en que entran las sociedades desarrolladas en esta nueva era del terrorismo global, la alarma y el pánico tuvieron un principio con los disparos y la matanza junto a los equipajes, pero no un final. No había manera de ponerle fin porque nadie sabía ni podía anunciar que no hubiera más individuos participando en el atentado. Y pasaron horas. Grupos policiales fuertemente armados llegaban al aeropuerto pero nadie podía abandonarlo. Horas de alarma compartida crearon ayer en Fort Lauderdale esa comunidad forzosa que parecía simbolizar a la sociedad norteamericana o a toda la occidental, acostumbrada a una seguridad que le han arrebatado, una sociedad aterrada y angustiada en un desamparo que le es nuevo y desconocido.

viernes, enero 06, 2017

ISRAEL, LA DIGNIDAD Y LA JAURÍA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 06.01.17


Más allá de la suerte del soldado Elor Azaria, Israel vuelve a dar al mundo un ejemplo inmenso de su grandeza

UN tribunal militar israelí ha declarado culpable de homicidio al soldado de 19 años Elor Azaria. La sentencia se conocerá el próximo día 15 de enero y podría llegar a los veinte años de prisión. El tribunal consideró probado que el terrorista palestino, que se hallaba herido en el suelo, no suponía ya un peligro cuando Azaria le disparó a matar a corta distancia. El terrorista había sido herido después de acuchillar a un compañero del acusado. La condena de un tribunal militar a un combatiente propio por una reacción inmediata tras una acción de guerra ha generado una inmensa polémica en Israel y dividido profundamente a la opinión pública en un debate muy enconado como solo se puede dar en una sociedad libre, abierta y democrática. Son muchos los que consideran que no se puede condenar a un soldado por matar al terrorista que hirió a su compañero y habría querido matarlo también a él. Muchos otros reconocen que Azaria incumplió el código militar que demanda se respete la vida del enemigo herido, cautivo e inofensivo. Pero piden el indulto, dadas las circunstancias atenuantes. Después están todos los que creen necesario el cumplimiento de una condena como dique a posibles reacciones similares en situaciones que son por desgracia frecuentes, dada la agresividad del terrorismo árabe en diferentes puntos de un frente de guerra israelí omnipresente. Es la ley.
Así, más allá de la suerte del soldado Elor Azaria, Israel vuelve a dar al mundo un ejemplo inmenso de su grandeza. Este diminuto país, rodeado de enemigos mortales que viven para destruirlo, es capaz de mantener en estado de guerra permanente un Estado de Derecho, una sociedad abierta y plural y una voluntad firme mayoritaria de respeto a las reglas y los principios legados por sus mayores fundadores del Estado en 1948. Ahora que los países europeos, mimados durante décadas, se sumen en la histeria, la ceguera voluntaria, la cobardía y la manipulación de sus propias leyes con fines apaciguadores, Israel vuelve a ofrecer al mundo una hora estelar de dignidad. Como paradigma de la sociedad civilizada que, rodeada por la barbarie, el oscurantismo y el odio, se da leyes y las cumple en las condiciones más adversas. Permanentemente en guerra, con los nervios de sus defensas a flor de piel, como lo estaban los del jovencísimo soldado Elor Azaria cuando disparó contra el terrorista ya abatido, Israel no deja nunca de ser el más sorprendente y glorioso Estado de Derecho. Tiene hoy todos los problemas de una sociedad moderna, compleja, próspera y libre surgida en un trozo de desierto convertido con inteligencia, trabajo, valor y esperanza en un oasis fértil en todos los campos del trabajo y la inteligencia humana.

Israel ha demostrado en las peores condiciones en menos de setenta años lo que puede hacer el ser humano en aquella región. Ha dejado en evidencia a todos los países de su región, inmensamente ricos, grandes y poblados. Pero ante todo deja en evidencia a las democracias occidentales que deberían protegerlo por ser su mejor avanzada y mayor bastión en tierras hostiles. Pero se prestan a vergonzosos acosos contra Israel organizados por todos sus enemigos. Con un antisemitismo que avanza como seña de identidad de la izquierda global y en España alcanza nuevas cotas de miseria y omnipresencia en los medios. El pensamiento débil de la sociedad cómoda oculta las amenazas reales en aras de una armonía falsa de la que vive y medra la política del no pasa nada. Europa amenaza quebrarse y habrá de luchar por su supervivencia y su alma como espacio de libertad y bienestar. En esta lucha que no tendrá cuartel habrá de aprender mucho de Israel.

martes, enero 03, 2017

LA MUERTE DE LAS TRADICIONES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 03.01.17


En Colonia y toda Alemania han hecho imposibles las costumbres milenarias

UN fortísimo dispositivo policial impidió este 31 de diciembre que grandes grupos de hombres extranjeros llegados al centro se movieran con libertad por las inmediaciones de la catedral de Colonia. No hubo apenas incidentes denunciados por mujeres. Pero sí han llegado después las protestas indignadas de políticos de izquierdas y los Verdes, que acusan a la policía de racismo por discriminar a estos hombres por su aspecto no europeo y no dejarles libertad para explayarse por la ciudad. Era de esperar que cualquier medida coercitiva por razonable que fuera recibiera las críticas de la izquierda extremista. Al igual que en España, esa alianza entre la izquierda totalitaria y los movimientos islamistas contra el imperialismo y el capitalismo ha cuajado ya en Europa. En Colonia, Berlín o tantos rincones, el extremismo de cierta izquierda en su política de atar las manos al Estado de Derecho ya es peligroso incluso para quienes, como los medios alemanes y los partidos tradicionales, han llegado muy lejos en simular normalidad donde no la hay. Siempre por miedo a la reacción, a la xenofobia y la «ultraderecha».
Porque hay que recordar que hace un año, tal día como hoy, 3 de enero, todavía había instancias oficiales en la ciudad de Colonia que decían que allí no había pasado nada en Nochevieja. Y transcurrieron aun un par de jornadas antes de que quebraran finalmente todos los intentos de ocultar, trivializar o ignorar los muchos centenares de agresiones sexuales que de forma organizada se produjeron en la explanada frente a la catedral de la ciudad renana. Todas las agresiones, tanto en Colonia como las habidas en otras ciudades alemanas, fueron atribuidas a refugiados e inmigrantes de Oriente Medio y el norte de África. De las más de 1.200 denuncias presentadas en Colonia entonces solo un acusado pisó la cárcel. Este año la policía tenía la orden de los políticos de evitar nuevas agresiones. Más que éstas se temía la reacción popular. Porque la indignación por las agresiones de Nochevieja anterior solo fue el comienzo de una escalada de delitos sexuales y violentos con autores en gran parte llegados gracias a la política de la canciller Angela Merkel, que culminaron con el atentado con el camión en Berlín.

La negación del problema es incompatible con la búsqueda de soluciones eficaces. Con premisa falsa es imposible la conclusión correcta. La incapacidad de Berlín de establecer una política coherente y firme de exigencia incondicional de cumplimiento de la ley y deportación de delincuentes consumados e islamistas y criminales potenciales se debe a su obstinación por presentar el desastroso balance de la política de Merkel como desajustes pasajeros con incidentes inevitables. Ahora se encuentra con fuerzas enfrente, como los radicales de Colonia o el nuevo gobierno frentepopulista de la ciudad de Berlín, que se niegan a toda medida de rearme del Estado. Así, pese al atentado en el mercadillo, el tripartito rojiverde de Berlín prefiere dedicarse a los acuciantes problemas de la transexualidad en los colegios que a las cámaras de seguridad en las calles. Se abren diferencias entre los demócratas que ahora ven, demasiado tarde, que no pueden tratar a los varones musulmanes recién llegados como ciudadanos educados en colegios suizos y el izquierdismo aliado abiertamente con una inmigración de la que se promete fuerza para destruir la democracia. Pero más allá de la irresponsabilidad de unos y la perversión totalitaria de los otros, queda claro que la Nochevieja tradicional de los alemanes ha muerto. No hay apenas integración sino destrucción de lo existente. En Colonia y en tantos otros rincones. Otras tradiciones y tesoros de la convivencia y cultura milenaria cristiana seguirán la misma suerte.

domingo, enero 01, 2017

TERTSCH: "HAY QUE PERDER EL MIEDO A QUE TE LLAMEN FACHA"

Entrevista en profundidad con el periodista y escritor HERMANN TERTSCH

Realizada por Fernando Díaz Villanueva y Gonzalo Altozano

LACONTRA.TV

28.12.16






EL NAUFRAGIO DE OBAMA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 31.12.16


Sus últimas decisiones son un ejercicio de petulancia, nula elegancia y falta de lealtad

Barack Obama se pone duro con Vladímir Putin cuando le quedan tres semanas en el cargo. Y expulsa de Estados Unidos a 35 diplomáticos y agentes rusos, en represalia por el hackeo de ordenadores al que patéticamente aún atribuyen la derrota de Hillary Clinton. «Too little, too late». Demasiado poco, demasiado tarde. Durante ocho años no ha mostrado Obama sino falta de objetivos, de resolución y firmeza en su política hacia Rusia. Y eso tiene un altísimo precio si está enfrente un chekista sin escrúpulos convertido en autócrata. Putin ha renunciado a la reciprocidad y no expulsará a nadie en lo que es casi un gesto de desprecio al presidente saliente. Y un regalo a Donald Trump. Con el que Putin sabe que entra en un capítulo radicalmente nuevo de las relaciones bilaterales. Putin solo respeta la fuerza y la firmeza. Y eso es lo que espera. La ridícula propaganda sobre la complicidad entre ambos no se sostiene. Ambos quieren buenas relaciones. Que no podrán darse hasta que se restablezca un equilibrio geoestratégico que se ha roto en perjuicio de Estados Unidos. Y los intereses de la Rusia de Putin y los Estados Unidos divergen dramáticamente.
Barack Obama recibió, nada más llegar a la Casa Blanca, un premio Nobel de la Paz sin merecimiento ninguno. Entonces comenzó una sobrevaloración que Occidente ha pagado cara. Su maravillosa oratoria, la buena pareja de relaciones públicas con su mujer y una complicidad con los medios a veces obscena han mantenido sólida una popularidad sin relación con la gestión real en su presidencia, mediocre en el interior y catastrófica en el exterior. Ahora Obama da un espectáculo penoso con un activismo furioso con el que quiere condicionar, cuando no sabotear, el comienzo de la presidencia de su sucesor, Donald Trump. Con su castigo a Israel, la expulsión de los rusos o la declaración de parques naturales contra la voluntad de los estados afectados estas semanas son un ejercicio de petulancia, nula elegancia y falta de lealtad al cargo. Un naufragio en toda regla.

LA FE DE ERRORES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 30.12.16


La izquierda totalitaria desconoce la fe de errores y la enmienda

EL lunes cometí un error. En mi columna «Montecassino» atribuí al Ayuntamiento de Madrid la gestión de un comedor que solo da comidas para extranjeros. «Solo para no españoles», se tituló el artículo. Por unos mensajes y un anuncio de dicho comedor en la página web del Ayuntamiento di por hecho que era parte del mismo. Pues no era así y me equivoqué. Es evidente que no hice la necesaria comprobación. El comedor es una iniciativa de la Comunidad de Madrid y es gestionado por ella. En cuanto fui advertido del error lo anuncié en las redes sociales. Y pedí en ABC que publicaran una fe de errores. Desde que estoy en esta profesión, aún más, desde que de niño comencé a conocerla y amarla en mi casa y en la redacción de mi padre, hay fundamentos en ella que no son asuntos de prestigio profesional, son cuestiones de honor personal. Y entre los compromisos personales está la enmienda pública si se tiene conocimiento de haber publicado una información no correcta. Por eso no me puse de perfil para dejar que el torrente de noticias hiciera olvidar al día siguiente el desaguisado, tal como hacen hoy la inmensa mayoría de los dedicados a este negocio. En el que hace tiempo que la palabra honor ya solo se usa para alguna guasa. La publicación de la fe de errores movilizó, como yo bien sabía que pasaría, a toda la inmensa jauría que en las redes sociales me honra con un odio pleno de dedicación, intensidad, lealtad y constancia. Es cierto que todo aquel que opina y escribe tiene que tener enemigos para no ser irrelevante. Pero nunca osaría arrogarme tantos méritos como las nutridas filas de mis odiadores pudieran sugerir. Los esfuerzos por destruirme profesional e incluso personalmente vienen de muy lejos. No aburriré con detalles, pero sí puedo decir que en España en esta profesión ha habido pocos intentos de «character assassination» más intensos y constantes.

Aun para alguien tan experimentado como yo, lo de estos dos días pasados ha sido notable. Después de que agitadores y periodistas izquierdistas, notorios por sembrar mentiras, medias verdades y manipulaciones permanentemente y a los que, eso sí, no se conoce una sola «fe de errores», lanzaran el artículo errado y la fe de errores a las redes, he recibido una catarata de insultos, descalificaciones y vejaciones verbales de cientos de agresores, en su mayoría, claro, desde el anonimato. Su odio y brutalidad solo se explica con el mensaje de resentimiento que reciben en los abrevaderos de las ideologías más abyectas y fracasadas que son hoy en España tantas escuelas, facultades y televisiones. La izquierda totalitaria no conoce la fe de errores ni la enmienda, ni el «me he equivocado», salvo en imposturas como la grotesca carta de Pablo Iglesias a la militancia. Tanto desconoce la práctica de enmienda esa izquierda que sigue obcecada con imponernos una ideología que ha causado cien millones de muertos en el siglo XX. Y en cada generación resurge con la sangrienta «marmota» del fanatismo, la miseria, la mentira y el crimen. En mi columna decía que comunistas y nazis siempre comparten métodos y fines. Así es. También son ciertas todas las demás consideraciones sobre la catástrofe que supone una inmigración caótica que la sociedad no puede integrar. Y sobre la vocación de utilizar a la inmigración para destruir la sociedad abierta occidental. Lo terrible es que, siendo verosímil que ese comedor fuera del Ayuntamiento, lo cierto es que es de la Comunidad. Lo que demuestra hasta qué punto la derecha ha entrado en la absoluta inanidad y falta de músculo y brújula moral que emula a la izquierda hasta en sus peores perversiones.

SOLO PARA NO ESPAÑOLES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 27.12.16


Cuando no se cumple la ley y no se evita el abuso, la xenofobia está servida

EL Ayuntamiento de Madrid ha abierto en la calle Canarias número 5, en el distrito de Arganzuela, un comedor social exclusivamente para extranjeros. Es de suponer que si llega allí un español hambriento se le despachará con un «¡Usted, qué se habrá creído, español!». Eso después de haber pasado por los trámites que lo desenmascaran como alguien que no merece allí ni un cuenco de sopa. Por español. Antes, claro, se le habrá pedido que enseñe residencia, pasaporte tercermundista o documento del trámite eterno de expulsión, que jure su condición de ilegal sin papeles o tenga pruebas de haber saltado la valla de Ceuta o de haber participado en un motín en algún CIE.
Hace ya tiempo que en regiones de España, si uno se identifica como español solo se granjea problemas. Se le discrimina en la promoción profesional, se le tacha de sospechoso y poco fiable, se cae de las listas de beneficiarios de servicios municipales, de diputaciones y del Gobierno autonómico y se le agrede con insultos televisados y ofensas a España en los colegios y administración. Pero nunca se había llegado tan lejos como ahora el Ayuntamiento de Madrid, que lleva su «welcome refugees» y «viva la inmigración ilegal» hasta el punto de negar a los españoles un servicio que ofrece a extranjeros. Aunque siempre se supo que el Gobierno municipal de Manuela Carmena prefiere mil veces a un inmigrante ilegal a cualquier honrado comerciante o trabajador español. Este siempre es sospechoso de haber votado al Partido Popular.
Lo que llama más la atención de este nuevo servicio exclusivo para extranjeros del Ayuntamiento de Madrid es que no se hayan percatado de su absoluta identidad de criterio con un servicio que presta desde hace unos años un grupo de extrema derecha en Madrid, llamado Hogar Social. Este es combatido con fiereza por el Ayuntamiento, por los medios, por la Policía y por todos los partidos en el consistorio porque ha instaurado un reparto de ayudas y comidas solo para españoles. Aunque no guste y la discriminación de ambos casos sea lamentable, tiene quizá más sentido que españoles en situaciones de emergencia puedan recibir algún servicio que no se otorga a todo extranjero que lo contrario. En otros países donde la inmigración ha invadido los servicios públicos y con frecuencia los copa con extremo abuso, la respuesta ha sido la revuelta contra los políticos tradicionales que lo permiten y unas apuestas radicales de exclusión. Los europeos ven que trabajan hoy para pagar a cada vez más no europeos que no trabajan y que invaden el espacio público. Eso genera odio. Porque no se cumple la ley y porque no se evita el abuso.

Lógico es en todo caso que Podemos y los neonazis acaben practicando lo mismo, aunque sea inverso en la discriminación y lo llamen de otra manera. Siempre acaban practicando lo mismo, los nazis y los comunistas. Es su sino. Les pasa con el antisemitismo. Pero les pasa ante todo en su odio compartido a una sociedad libre y abierta, pero firme y consciente de la necesidad de conservar sus valores y la defensa de los mismos. Esa sociedad con músculo que regule inmigración y obligue a la integración. Esa que hoy no existe en España ni en muchos otros países de Europa por culpa de unos políticos democráticos siempre dispuestos a toda concesión que ahorre una molestia. Después lloran todos por la xenofobia, la islamofobia y todas las fobias que ven en cualquier resistencia a una inmigración masiva permanente. La que amenaza con desfigurar definitivamente los rasgos definitorios de nuestra sociedad como europea y de cultura judeocristiana, la única que hace posible la democracia y el desarrollo en libertad en los individuos.

SUERTE EN EL FIASCO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 24.12.16


Suerte han tenido Merkel y los alemanes, que han visto quebrada su confianza en el estado, porque la desgracia pudo ser mayor

En medio de la tragedia y del inmenso fiasco policial, han tenido suerte las autoridades europeas y especialmente las alemanas. Suerte de que Anis Amri no controlara bien el camión de gran tonelaje y este se fuera a la izquierda y quedase bloqueado y no siguiera por el pasillo entre las casetas de venta. Porque los muertos no habrían sido doce sino ochenta como en Niza.
Y suerte suprema han tenido porque un control rutinario de la policía italiana en Milán sorprendió al terrorista tunecino y logró abatirlo. Pura fortuna en un mar de impotencia. Que deja expuesto el inmenso roto en la seguridad europea que suponen decenas de miles de inmigrantes llegados sin el mínimo control de pasaporte, documentación alguna o somera identificación.
En plena alarma europea, el terrorista se ha movido por tres países y solo la fortuna ha acabado con él. Se hablará mucho ahora de la cadena de disparates que han jalonado la investigación. Pero todos saben que los fallos profundos en esa seguridad no son producto de la fatalidad en este caso sino de muchos años de jugar con fuego en materia de seguridad.
Esa voluntad de ejercer permanentemente una superioridad moral lleva a rechazar las cámaras de seguridad en las calles, a la incapacidad de vigilar a sospechosos, al miedo policial a cualquier sobreactuación propia o a condenar altisonantemente al espionaje norteamericano.

Mientras no pasa nada, la política y la prensa se columpian autosatisfechas en su garantismo exquisito y los muy blindados derechos de la intimidad. Cuando pasa algo, el Estado está inerme. Merkel no salva la cara con su accionismo al exigir al presidente tunecino que se haga cargo de los tunecinos que Alemania expulse. La inseguridad que se ha hecho patente tendrá demoledores efectos políticos. Porque es un hecho que la política de asilo de Merkel ha destruido la otrora marmórea confianza de los alemanes en el Estado.

TERROR, POLICÍA Y CORRECCIÓN POLÍTICA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 23.12.16


Queda clara nuestra suerte con dos cuerpos de seguridad, Guardia Civil y Policía, de un nivel de eficacia soberbio

«HAY que evitar a toda costa el ser sospechoso». Esta frase no es un lema para terroristas yihadistas ni para jóvenes musulmanes radicalizados deseando serlo. Estos se mueven con enorme naturalidad y aplomo en una sociedad abierta como la alemana, con una población generosa y deseosa de hacer todo el bien posible para compensar un tremendo mal histórico perpetrado o tolerado por sus abuelos. Los que tienen que evitar a toda costa ser sospechosos son los policías. Y especialmente sus jefes, en contacto y dependencia directa con el poder político de las ciudades y los Estados federados. Los jefes de policía deben aplicar el máximo garantismo legal para los delincuentes. Tiene que hacer además gala de una actitud política libre de la mínima sospecha de prejuicios sociales, culturales, sexuales y, sobre todo, claro, raciales. Y demostrar ser militante en la actitud favorable a la integración de la inmigración y a las bondades de la multiculturalidad. Así las cosas, es obvio que ninguno de los jefes de la muy fragmentada policía alemana quiere tener fama de duro. Prefieren que se les escabullan sospechosos a tener cualquier conflicto evitable. Las organizaciones de apoyo a refugiados e inmigrantes ilegales conocen bien esta debilidad. Manejadas por grupos ideológicos, étnicos o mafiosos saben que con extender la fama de racista o ultraderechista de un mando policial acaban con él.
La necesidad de no caer jamas en la sospecha de racismo y el miedo a ser tachados de nazis es lo que más ha politizado la policía desde los años setenta. Solo en total corrección política hay posibilidad de promoción. Por lo que hay tanta corrección como disposición a ocultar, ignorar o tergiversar todo lo que la contradiga. Solo algunos grupos en los sindicatos denuncian la situación de inferioridad y peligro real dado el desbordamiento desde 2015 que ha hecho ilusorio todo intento de controlar movimientos y resolver las expulsiones. Ni hay control ni hay medios para restablecerlo y todos los recién llegados lo saben. Los mismos motivos de no ser acusados de parecerse a la Gestapo ni a la Stasi hacen imposible colocar cámaras en las calles. La policía carece por ello con el instrumento más eficaz de vigilancia que por ejemplo en ciudades británicas es exhaustiva. No hay imágenes porque los políticos alemanes que en su día quisieron adaptarse a otros países fueron tachados por la prensa, por la izquierda y por los liberales de partidarios del estado policial. Alemania es el país más firmemente anclado en unos dogmas y certezas del Estado liberal de la segunda mitad del Siglo XX que hoy maniatan dramáticamente la capacidad de autodefensa de la sociedad.

En todos los países europeos es difícil asumir cambios racionales por unos miedos lógicos y ante todo por la sentimentalización del mensaje de nuevas generaciones infantilizadas, ignorantes y sin percepción del riesgo. En Alemania pesa además el pasado y son fuertes esas corrientes partidarias de la destrucción de las sociedades abiertas que hay en toda Europa. El autoodio, la obsesión con acabar con la propia nación que hay en sectores de la izquierda en Alemania, solo se encuentra en España. Con todos nuestros problemas, en momentos tan duros como el actual queda muy clara nuestra inmensa suerte con dos cuerpos de seguridad, Guardia Civil y Policía, de un nivel de eficacia soberbio. Cuerpos que algunos intentan expulsar de partes de nuestra geografía o destruir. La única esperanza para la seguridad de Europa está en que las masivas y múltiples amenazas que se ciernen sobre nosotros nos hagan recuperar parte de la racionalidad y del amor a la verdad que el bienestar de las pasadas décadas ha destruido.

LA PESADILLA DE MERKEL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Miércoles, 21.12.16


La Policía retrasa confirmar la causa terrorista para evitar reacciones espontáneas

El goteo de atentados de este pasado verano alemán era solo un adelanto de lo peor. Aquellos atentados con un muerto o dos y algunos heridos acababan siendo tratados como incidentes menores. Como acciones aisladas de desequilibrados, aunque siempre, eso sí, desequilibrados musulmanes. La prensa alemana estaba de acuerdo con el Gobierno y los grandes partidos en no darles mucha publicidad. No fueran a aprovecharlo los racistas y la extrema derecha. Todo se subordina al objetivo de «combatir» la xenofobia y la islamofobia. A ser posible con silencio. Desde el lunes será más difícil.
El peor escenario imaginable se ha hecho realidad con la entrada del camión en el mercadillo navideño en el corazón del viejo Berlín oeste, junto a la Gedächniskirche. Los doce muertos y 48 heridos han helado el alma a Alemania. Su sociedad está pasmada por el miedo a los terroristas. Pero también a su propia reacción. Es la pesadilla absoluta de Merkel. No solo la ultraderecha establece una relación entre esta matanza y aquella decisión personal y espontánea de Merkel del 4 de septiembre del 2015, sin consulta ni a Parlamento ni otras instituciones, de abrir las fronteras a masas de inmigrantes incontrolados.
Es la decisión con mayores consecuencias para la historia de Alemania y Europa tomada hasta ahora en el siglo XXI. Otro atentado de estos y nadie sabe si Merkel podrá volver a expresar en público su pesar y pedir se haga vida normal. Porque la vida para muchos alemanes no es normal desde aquella fecha. Y sus gobernantes temen que cualquier día un atentado islamista tenga otras consecuencias.

La policía retrasa confirmar la causa terrorista para evitar reacciones espontáneas. Y que por ejemplo albergues de refugiados, que se incendian una y otra vez, pudieran arder de golpe. La sociedad alemana se autocontrola. Pero no es hoy una sociedad serena. Y el desprecio a sus inquietudes se vengan ahora. Merkel sabe que está en juego mucho más que su propio futuro.