The Unending Gift

martes, mayo 29, 2018

LOS MATRIMONIOS CEAUCESCU


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 29.05.18

Los Iglesias en su chalé son un bello y certero argumento anticomunista

A Elena Ceaucescu el Palacio de Valea Peles de Sinaia nunca le pareció una vivienda adecuada. Es un castillo historicista construido en el siglo XIX por Carlos I de Hohenzollern, Rey de Rumanía, en los Cárpatos. Ni sus 160 habitaciones, sus soberbios salones ni sus rincones románticos conmovieron jamás a aquella campesina y activista comunista. No era un alma muy soñadora Elena a pesar de ser ya una «ilustre académica» y «gran científica» por obra y gracia inmediata de la llegada al poder de su marido, jefe comunista supremo en Rumanía. Con el automatismo con que ahora se convierte en «portavoza» la novia del jefe, Elena se erigió en «doctora honoris causa» por universidades de todo el mundo. Aquello tenía mérito, siendo, como era Elena, semianalfabeta.
En su apasionante libro «Red Horizons», Ion Mihai Pacepa, el que fuera el jefe de la Securitate rumana, uno de los más altos dirigentes del Pacto de Varsovia en desertar jamás a Occidente, contaba cómo disfrutaba la camarada Elena del lujo y de los productos occidentales. Ella era bastante más bruta que su marido pero mucho más disfrutona de los placeres que descubría gracias al poder. Ella usaba mucho la sala de proyecciones construida en su inmensa mansión de la zona noble de Bucarest, casa que visitaríamos Arturo Pérez Reverte y yo días después de haber sido ejecutados los moradores. Allí veía Elena películas y cotilleo occidentales y mucho porno. Pero también grabaciones que hacía la Securitate a visitantes occidentales en situaciones comprometidas, en las habitaciones de los hoteles y residencias de invitados. Tras su fusilamiento, en pleno caos, grupos de la Securitate sacaron a subasta aquellos miles de vídeos de protagonistas involuntarios y los servicios secretos de medio mundo acudieron a pujar. Recuerdo situaciones muy graciosas aquellos días en Bucarest.
Los tiempos cambian. Seguro que si Pablo Iglesias e Irene Montero amplían el complejo residencial, compran una finca anexa o excavan el jardín para construir una sala de proyecciones, lo que verán son series de Netflix, al fin y al cabo la principal fuente de pensamiento y cultura del dueño de la casa. No sabemos si consultarán todas las reformas con sus bases. Nicolae y Elena no consultaban a veces ni entre ellos, cuenta Pacepa. Cabe pensar que a nuestra pareja de moda le pasa lo mismo. Quizás Pablo, siempre partidario de las fronteras abiertas, siempre contra el muro de Trump –no del de Berlín– y partidario de que todo ser humano entre donde quiera, no supiera que Irene había encargado puertas de seguridad. Cuando todos creían que tiraría ese muro para que la gente pudiera hacer vida de barrio en su piscina y su huerto. Quizás tema Montero que se les cuelen los okupas de Ada Colau. Y se les instale una banda de violadores del derecho de propiedad de esas protegidas por Podemos. Como pasa a decenas de miles de españoles. Ahora que la Guardia Civil, la que no mandan a defender la seguridad de los españoles amenazados en Cataluña ni sus pisoteados derechos, protege el celebérrimo chalé de nuestros Ceausescu de aquí, se supone que se acabarán las calumnias de los comunistas a este cuerpo. Lógico también que si Iglesias escribe sus discursos junto a la piscina no se le vaya a ocurrir criticar las relaciones privilegiadas de algunos políticos con los bancos. Lo cierto es que si los Ceausescu en sus mansiones eran más peligrosos que Drácula, los Iglesias en la suya son un regalo de Dios para el anticomunismo, es decir, para la decencia. Porque los Iglesias en La Navata son la prueba más palmaria de la falsedad esencial que son ellos mismos.

domingo, mayo 27, 2018

EL HADA MADRINA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 27.05.18

Hay una razón para que siga Rajoy: evitar a Sánchez

PARECÍA que había cambiado y no solo de tono de voz. También de actitud y formas políticas, esas que en pasados meses eran notoriamente más suaves. Pero no. Pedro Sánchez es el mismo de siempre. Es un acelerado metepatas al que alguien parece siempre empujar para que se equivoque. Sea por las proverbiales ganas de su mujer por llegar a La Moncloa, la asesoría de un equipo tan tosco y agrio como Margarita Robles o su torpe impaciencia, Sánchez ha dado un pelotazo tan brillante que él se ve muy solemne pero está peor que nunca. Don Pedro ha entrado en la crisis con tantísimo tino que se ha erigido en el principal y quizás único motivo para que Rajoy siga un rato. Porque si Sánchez gana ese voto en compañía de esta gentuza nos pone al borde de la guerra civil. Si pierde, consigue ser cadáver político antes que el mismísimo Rajoy.
Ante la reacción de soberbia y pérdida total del sentido de la realidad del presidente eran gran legión los que estaban el viernes convencidos de que había que forzar su dimisión inmediata. Pero pronto se dispersaron esas fuerzas porque muchos se tentaron la ropa cuando Sánchez anunció su pretensión de gobernar tras esa moción de censura presentada con inaudito ademán autócrata. Su mera intervención bastó para recordar a todos que sí hay cosas peores que Rajoy en La Moncloa. Entre otras, Sánchez en La Moncloa. Con sus 84 tristes votos secuestrados por una banda inmoral de todos los enemigos de España, con los separatistas catalanes –estos sí los peores y mayores corruptos–, los filoterroristas vascos de Bildu y los comunistas de Podemos con su líder aun por enseñarnos la hipoteca del casoplón de dacha que se ha mercado con la camarada parienta. Así, Sánchez es el hada madrina de Rajoy que le otorga una ocasión más para seguir. Cierto que poco. No mucho más, porque Rajoy es un cadáver político al que solo queda una última opción para salir con cierta dignidad del cargo: disolver las Cámaras en cuanto se desatasque esa chapuza de moción de censura. Continuar la legislatura sería un drama de consecuencias imprevisibles pero peligrosas. Eso siempre que no haya un momento de enajenamiento que acabe otorgando esa mayoría a Sánchez. Porque entonces Rajoy dejaría a España en una situación peor y con un legado aun más envenenado que el de su antecesor. Sería coherente con tanto seguidismo que ha hecho Rajoy a Zapatero en todas las aventuras más perversas del socialista. Desde un fin de ETA de artimañas y concesiones inconfesables, una ley de memoria histórica que ha acabado con la reconciliación nacional y un desmantelamiento de los derechos comunes de los españoles y su lengua que son una vergüenza nacional. Lo sensato sería que Sánchez retirara la moción de censura y pactara con Ciudadanos y el gobierno una inmediata disolución de las Cortes. Con los tres partidos comprometidos con un 155 reforzado en defensa de la nación. Eso requiere sacrificio y patriotismo por parte de todos. Por lo que parece improbable.

UNA YA INÚTIL MENTIRA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 26.05.18

Rusia tiene que reconocer su culpa y asumir las cargas derivadas para normalizar su relación con el mundo

La UE y la OTAN le piden a Rusia que «asuma su responsabilidad». Urgen al Kremlin a que deje de mentir. Que no siga como ayer negando que el misil que derribó al vuelo MH17 de Amsterdam a Kuala Lumpur lo dispararon tropas rusas. Unas fuerzas que Putin mandó a invadir a Ucrania oriental para ayudar a una minoría separatista rusoparlante. La verdad sobre la tragedia está clara. Dentro de Rusia aun puede Putin sostener mentiras indefinidamente. Fuera de Rusia ya no. Pese al inmenso ejército de desinformación que financia en todo el mundo, en las redes y fuera de ellas. Esta batalla la ha perdido. Moscú no puede pasarse ahora 48 años negando la verdad como en el caso de las fosas de Katyn. En 1942 en los bosques de Smolensk no había medios tecnológicos para establecer la verdad incontestable. Hoy sí.
El avión cayó cuando sobrevolaba la Ucrania oriental en guerra en julio de 2014. Murieron sus 298 ocupantes. Rusia tiene que reconocer su culpa y asumir las cargas derivadas para normalizar su relación con el mundo. El hecho está tan documentado como la propia invasión allí y en Crimea, hoy anexionada por Moscú sin reconocimiento internacional. La obstinación en mantener una realidad paralela no ayuda a Moscú a salir de un aislamiento cada vez más dañino para la población y para el desarrollo de la propia Rusia.

viernes, mayo 25, 2018

ORDEN DE PRIORIDADES


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 25.05.18

La peor corrupción es el golpismo contra España

PASAN tantas cosas y tan graves en España que surge el agravio al tratar unas u otras. Por eso es importante establecer prioridades y criterio de valoración para tratar el acontecer cotidiano. No esperen que los medios coincidan. Tienen otros intereses. Muchos son partícipes, cuando no protagonistas, de agendas lucrativas en esta peligrosa galerna que hace crujir todas las cuadernas de España. Algunos son parte de las causas de una ya posible tragedia nacional. No conviene confundir productos por muy revueltos que se sirvan. No es lo mismo asaltar el poder en un gobierno regional español para destruir el Estado y la Nación y quizás abocarnos a una guerra civil que robar en comisiones ilegales. No es lo mismo. Y lo primero es peor. Las tramas de ladrones de la Gürtel o de la más grave y menos penalizada de los ERE andaluces serían asumible y corregible corrupción del sistema de partidos en la larga historia delictiva española si no tuvieran un terrible efecto debilitante sobre el Estado en un momento de riesgo existencial para España.
Como la corrupción bipartidista y las mezquinas agendas privadas de dirigentes del PP han dejado en manos de fuerzas antiespañolas las televisiones, es muy difícil transmitir a la población esa escala elemental de valoración de los hechos. Un ejemplo, lo más escandaloso del caso de corrupción aun no demostrada del jubilado y enfermo Zaplana, de nula relevancia política, es que él fuera enviado ayer a la cárcel con la misma leucemia que sacó a un asesino múltiple como Bolinaga. Pese a ello, no puede ser difícil transmitir a la sociedad que no es lo mismo robar al Estado que destruir dicho Estado. Ni matar que robar. Algunos condenados de la trama Gürtel reciben mayor pena que los secuestradores y asesinos de Miguel Ángel Blanco. Casi todas son superiores a lo cumplido por los etarras por cada uno de sus asesinatos.
El Gobierno de Rajoy ya está definitivamente condenado a concluir su mandato con similar oprobio que su antecesor. Lo peor por supuesto no es ese oprobio que se ha ganado a pulso. Lo peor es su debilidad frente a los enemigos del Estado que nos ha llevado a un permanente deterioro de la legalidad y ya ha desencadenado la primera violencia. Esta, nadie lo dude, se extenderá durante este verano. La colisión está ya programada entre el rodillo de la agresión separatista antiespañola en plena marcha y la reacción de autodefensa que apenas ha comenzado. El separatismo llama a la lucha final.
España no tiene hoy un gobierno que la defienda en Cataluña. Pero tiene aquello lleno de españoles que lo harán porque se niegan a que les arrebaten su vida en su patria. Lo que el Estado debió hacer hace mucho, poner coto al separatismo, y se pudo hacer con poder coercitivo, ya no va a ser posible sin el uso de la fuerza. Y sin complejos ante unos aliados que lo habrían hecho ya hace tiempo en estas circunstancias. Cuanto más tarde el Estado en hacerlo más alto será el precio y la fuerza necesaria. Pero se hará inevitable al estallar la violencia cuando la agresión permanente del separatismo reciba respuesta en las calles de los españoles no separatistas. Habría sido mejor que Albert Rivera hubiera negado el voto a Rajoy en presupuestos por su lamentable conducta en Cataluña y su cambalache con el PNV en que relega los intereses de España a la garantía para sus dos años de supervivencia. Pero mal puede Rivera retirar por una sentencia de ladrones un apoyo que otorgó pese a la urgencia de un cambio de política ante la emergencia existencial de España.

martes, mayo 22, 2018

HACIA EL ENFRENTAMIENTO CIVIL


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 22.05.18

Sin la voluntad firme de imponer la ley a quienes la violan es imposible la paz

ESTAMOS en vísperas de los primeros enfrentamientos civiles serios entre españoles desde la Guerra Civil. Si no hay una reacción muy drástica por parte del Estado, que no se espera, se van a dar muy pronto en Cataluña las primeras peleas violentas entre catalanes separatistas y no separatistas. Es lo que muchos temían, se va a llegar a las manos. Muchos se escandalizarán y preguntarán cómo hemos llegado a esto. Pues han sido muchos años dedicados a ello por los separatistas más o menos larvados, con el aplauso de gran parte de la clase política y periodística española. Que menospreciaron las alarmas y ridiculizaron a quienes lo anunciaban. El Estado renunció a defender el espacio público de todos. Y ahora ya se preparan los separatistas para culminar el secuestro. Se consuma la quiebra de la convivencia. Ya ha habido los primeros incidentes en diversas playas, entre otras en Calella, porque militantes separatistas, en su pretensión de ocupar todo el espacio público, quieren imponer por la fuerza su simbología de lazos y cruces amarillas y banderas golpistas. Son los aún leves encontronazos entre españoles separatistas y leales a España. Tarde o temprano se dará el primer incidente con consecuencias irreparables. El mártir de unos u otros. Pero está claro que el actual Gobierno español no tiene voluntad de aplicar la fuerza necesaria para poner fin al secuestro separatista de la región. Por lo que la amenaza genera en el resto de catalanes una reacción de indignación como sensación de indefensión, humillación pero también rabia y resistencia. ¡Compatriotas, nos estáis dejando solos!, gritaba literalmente ayer una mujer en un tuit desesperado. Muchos callarán por miedo, pero otros más decididos e impacientes actuarán. Porque se niegan a que en las playas se escenifique el secuestro de toda Cataluña por parte de una minoría militante racista y totalitaria, cada vez más fanatizada y violenta.
La sensación por parte de los españoles pacíficos y honrados de que haber sido abandonados a su suerte ante una minoría radical y fanática no es nueva. Se dio en el País Vasco durante décadas. La población reaccionó de varias maneras. Unos hicieron directamente las maletas, asumieron la lógica de la limpieza ideológica y se fueron a otras partes de España y cambiaron por supuesto a la sociedad vasca. La inmensa mayoría se adaptó a conductas e ideas que resguardaran de la amenaza terrorista y del miedo, lo que explica la deriva ideológica nacionalista. Allí no hubo enfrentamientos civiles. La razón principal es el miedo que imponía el terrorismo de ETA en la menguante sociedad no nacionalista. Las víctimas no recurrieron a la venganza por una ingenua fe en el poder y la voluntad del Estado de hacer justicia. Aunque resignados a no poder corregir el dramático cambio sociológico impuesto por la violencia, nunca creyeron que el fin pactado del terrorismo degenerara en una victoria postrera del discurso nacionalista y por ende terrorista. Proceso que explica brillantemente Rogelio Alonso en su nuevo libro «La derrota del vencedor» (Alianza Editorial).
Pero son otros tiempos y aquí está la buena noticia. La reacción de la nación española se da ya en Cataluña como no se pudo dar en el País Vasco. Y además se extiende por toda la geografía. Los partidos que han ignorado cuando no despreciado a España la recuperan con urgencia obligados por un pulso de la nación que todos sienten y muchos temen. Ya da sus primeros frutos. Empeorarán aún las cosas y los enfrentamientos entre españoles nos causarán aún mucho dolor. Pero ya ha hecho acto de presencia la idea más poderosa, que es la única capaz de generar a la postre paz en libertad, España.

domingo, mayo 20, 2018

LA VERGÜENZA DE ESPAÑA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 20.05.18

Zapatero es ya un declarado agente del dictador Maduro

JOSÉ Luis Rodríguez Zapatero dice no tener dudas de que las elecciones presidenciales de hoy en Venezuela, convocadas, dirigidas, orquestadas y controladas en su recuento por la dictadura criminal de Nicolás Maduro para garantizar la continuidad de Nicolás Maduro son unas elecciones limpias. Y está molesto con la UE, con la OEA, con EE.UU., con la oposición democrática venezolana y con los obispos y presos políticos venezolanos porque «ven estas elecciones con prejuicios». Prejuicios lo llama. Somos muchos españoles los que ante cualquier venezolano nos disculpamos por la profunda vergüenza que suponen las actividades infames de Zapatero en Venezuela. Incluso quienes nunca nos dejamos engañar por este personaje en su devastador paso por la historia de España estamos sobrecogidos por su aventura venezolana. Hasta quienes siempre denunciamos que tras su insufrible ternurismo de palabra no había sino una implacable voluntad por imponer su conveniencia pasando por encima hasta de presos y cadáveres, nos sorprendemos por el cinismo que despliega como agente de los intereses del narcodictador. Estupefactos ante su permanente escalada hacia nuevas cotas de ignominia. Algún día quizás se sepa qué oscuros intereses le compensan a Zapatero el caminar con tanto aplomo por la senda del peor deshonor. Y por qué aun no ha sido desautorizado por el gobierno español.
Frente a Zapatero que ayer ayudaba una vez más al engaño para la perpetuación de la dictadura criminal, frente al criminal Maduro y al triste figurante Henri Falcón, el monigote colaboracionista necesario para esta patética farsa de cartas marcadas, están las figuras de la dignidad nacional. Son las que llaman a quedarse en casa y negar voto y legitimidad a la farsa orquestada para la continuación de este régimen que ha sumido en el hambre, la miseria, el terror y la humillación al país otrora más rico del continente. Hoy, pese a su exuberante riqueza natural, pese a las mayores reservas de petróleo del mundo, es el país más miserable del continente con Haití en peor condición que la esclavizada Cuba, cuyo régimen comunista controla y dirige al pelele de Maduro. Solo el socialismo es capaz de tan inaudito balance que equivale a convertir oro en basura.
El frente de la dignidad lo dirigen lo mejor del país, desde esa gran mujer que es María Corina Machado al episcopado, una de las pocas fortunas que quedan a los venezolanos. Una iglesia valiente, eso tan infrecuente en otros lares. El arzobispo de Barquisimeto, Antonio López del Castillo, llama a los cristianos a boicotear las elecciones que califica de «fraudulentas, ilegítimas e inconstitucionales». «No se presten a esta burla, no voten al que les roba». Monseñor pide enfrentarse a la «dictadura criminal». «Todos los que participan son tan traidores como los mismos delincuentes en el poder». Aunque nunca compense el mal causado, sepan los venezolanos que millones de españoles nos unimos hoy a la trinchera de la dignidad y la verdad de Venezuela frente a las mentiras interesadas de la lamentable figura de Zapatero, esa vergüenza de España.

UN TERREMOTO COMO EL BREXIT


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 19.05.18

La nueva política italiana puede ser incompatible con la Unión Europea

Muchos creían que esto era otro típico lío italiano de los de antes. Pero algunos ya habían avisado. Esta vez Italia deja de ser un trastorno para sí misma y estalla como problema capital europeo. Estamos ante un terremoto de la fuerza del Brexit. El nuevo gobierno de Italia y su programa de gobierno son un misil en la línea de flotación de la UE. Ya se verá cómo gira o cambia rumbo para evitar un lento naufragio. El programa económico tiene regalos para todos de los programas de dos partidos en los extremos del espectro político, el izquierdista M5S y la derechista Lega. Aunque pese más la Lega. Entierra toda política de austeridad. No se sale del euro. De momento. El jefe del Estado, Sergio Mattarella, dicen que intentará frenar delirios de gasto. Esperanza ilusoria. En política interior y de seguridad el programa prevé la deportación de 500.000 inmigrantes y combatir a las mafias de traficantes y a las ONG que compiten con ellas en traer ilegales a Italia. Limitará los servicios sociales a la población no regularizada. Medidas que a poco que cuajen dispararían la popularidad del gobierno. Se verá si tiene tiempo para ello.
Se habían vuelto a dormir los socialdemócratas de derechas e izquierdas de Bruselas y la mayoría de los gobiernos. Creían haber capeado el temporal. Creían poder solventar el Brexit culpando y castigando a Londres. Se había evitado un desastre en Francia, construyendo a un Emmanuel Macron con razonables resultados. Se salvó a Rutte en Holanda. Y hasta Merkel pese a resultados catastróficos se mantuvo en otra gran coalición que sirve para retrasar cambios que temen. Se proponían castigar a los díscolos de Visegrado. Y a seguir como fuera.
Pero Italia ahora dinamita todo confort. La UE ha despreciado tanto los miedos e inquietudes de las naciones que estas se han puesto en marcha. Nadie sabe hacia dónde. En todo caso contra la UE, contra la arrogancia que oculta los problemas e impide soluciones tras unos medios cómplices de propaganda y avalanchas de ideología política supuestamente correcta que en realidad está radicalmente equivocada.

viernes, mayo 18, 2018

HARTOS DE HUMILLACIONES


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 18.05.18

El separatismo solo volverá al autonomismo cuando se haya quedado sin nada

DICE el Gobierno en referencia a la toma de posesión del racista Joaquim Torra como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña que «el acto degrada la dignidad de la Generalitat». No es así. El acto celebrado ayer por la mañana en el edificio de la Generalitat de Cataluña degrada al Gobierno. Un poco más. Porque otra vez ha permitido que una banda de autoproclamados golpistas y delincuentes, que lo son como enemigos de la Constitución ya en abierta rebelión contra la Monarquía y el Estado, hayan impuesto su voluntad, su agenda y su protocolo para insultar a España. Y lo único que ha hecho una vez más es ceder y otorgar. Y poner a todas las cacatúas mediáticas televisivas y radiofónicas a intentar convencer a la opinión pública de que no pasa nada.
Tranquilos españoles, que no pasa nada. Os están insultando a vosotros, a vuestra nación, a vuestros caídos, a vuestra bandera, a vuestros antepasados, historia, patria y nombre. Y os están amenazando. A vuestra libertad, a la unidad nacional, a vuestra seguridad, a vuestro patrimonio en Cataluña, a vuestra lengua y vuestra dignidad. Pero eso no debe importar. Lo único relevante es que el racista Torra forme su gobierno y así quede levantada la aplicación el artículo 155 de la Constitución en Cataluña. No porque convenga. ¡Quiá! Todo lo contrario. Devuelve todos los poderes al enemigo para hacernos daño. Al enemigo, sí. Porque alguien que pretende destruir tu patria no es un adversario político. Es tu enemigo y solo cabe derrotarlo o rendirse. El separatismo ha ido demasiado lejos y solo volverá al autonomismo cuando se haya quedado sin nada. Pues el Gobierno que juró defender la unidad y la constitución y garantizar nuestra seguridad no tiene otra obsesión que devolverle los poderes y las armas al enemigo. Que ya han anunciado que los utilizarán para un nuevo asalto para destruir España. Esta actitud, que desafía a toda lógica y pone aun en mayor peligro la seguridad nacional, se hace porque lo exige el PNV, con su 1,2% en las pasadas generales. Para que este partido que también madura ya su propia operación antiespañola y sediciosa en Navarra y el País Vasco, permita que España con sus 47 millones siga gobernada por un PP desgarrado y agónico. Que no tiene otro objetivo, idea, rumbo, interés ni prioridad que mantener a Mariano Rajoy otros dos años en el poder.
La ceremonia de apenas tres minutos bastó para otra gran humillación a España. Un acto que, dada la vigencia del 155, organizaba el gobierno de la nación que debió decidir cómo sería y quién iría. No. Dejación total de funciones. Desistimiento absoluto. Torra dijo que los ministros no eran bienvenidos y el Gobierno del Reino de España obedeció al racista. Y todos a reírse. Se ríen los belgas, los alemanes, se ríen los escoceses, se ríe Urkullu y Barkos, Bildu y ETA. Se ríe Torra, un lacayo de Puigdemont, lacayo a su vez de Artur Mas, aquel lacayo que Jordi Pujol puso a hacer trabajos sucios en sus años de robo y gloria. Ese es el nivel de los cabecillas del enemigo de España en la rebelión en Cataluña. Pues el Gobierno español logra dignificarlos una y otra vez. Este Gobierno le ha cogido miedo a los españoles. Tiene razones. Salvo milagro, lo van a arrollar, tenga o no presupuestos. Pagará haber granjeado tantos desprecios y humillaciones a los españoles. La buena noticia es que, sea cual sea el relevo o alternativa, hartos de humillaciones, cada vez más españoles saben que al enemigo hay que derrotarlo. Que los separatistas solo volverán a ser felices y apreciar lo que tienen cuando hayan perdido todo.

martes, mayo 15, 2018

ROSENBERG DE BLANES

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 15.05.18

Con Torra en el poder nadie está ya seguro en Cataluña

ES ya casi imposible defender el sentido común sin que le llamen a uno facha o algo peor. Resulta imposible hacer frente a las permanentes mentiras y manipulaciones, de una corrección política que no es más que la tiranía del neomarxismo, sin que te quieran echar a mandoblazos censores al basurero de la historia, al naufragio profesional o a la muerte civil. Es así en España y otras partes de Europa. Pero aquí con especial inquina. Por tanto para defender cierta lógica, cierta razón y las verdades más obvias hace falta un valor que cada vez ha de ser mayor. Por lo que cada vez menos gente lo tiene. En España te llaman fascista por defender la vigencia de la Constitución. Te llaman nazi por manifestarte a favor del derecho de Israel a la autodefensa. Te llaman ultra por pretender que los asesinos condenados cumplan sus penas de cárcel. Te llaman caverna por exigir el respeto a la presunción de inocencia en los juicios. Y te llaman franquista por negarte a creerte milongas sobre una España impecable del Frente Popular y una España monstruosa del bando nacional.
Pero después hay preciosas paradojas. Porque el parlamento de Cataluña eligió ayer con toda naturalidad como presidente de la Generalitat a Quim Torra. Que es un personaje que escribe mensajes perfectamente atribuibles a Alfred Rosenberg, el gran ideólogo del nacionalsocialismo e inspirador del Holocausto. Cambiando españoles por judíos y alemanes por catalanes, Quim Torra utiliza exactamente los mismos términos que el «padre de la iglesia del nacionalsocialismo» en su desprecio hacia quienes consideraba seres de menor calidad y raza inferior. Rosenberg escribió «El Mito del siglo XX», el manual del sumo sacerdote del racismo. Él fue el teórico de la proyectada limpieza total del Lebensraum (espacio vital) de los alemanes de toda presencia y huella judía. No por casualidad fue desde 1941 ministro para los Territorios Ocupados del Este donde dirigió el saqueo del este y la URSS y la Solución Final del problema judío, es decir el exterminio de todos los seres humanos que él tachaba de alimañas repugnantes. Igual que Quim Torra. Rosenberg solo escribía y organizaba. Daba ideas. Fue ahorcado después de Nuremberg. Nadie que escriba en los términos de Rosenberg o Torra ocupa un cargo público en Europa. Nadie, ni en la más radical extrema derecha europea legal, ha publicado textos como el leído ayer en el parlamento catalán por Inés Arrimadas. Hay que irse a las espeluncas más sórdidas del nazismo químicamente puro para encontrar prosa como la oída ayer en Barcelona.
Pues ahí lo tienen ya de presidente. Y todo lo que sabemos del presidente del gobierno de España, responsable último de garantizar la seguridad de todos los españoles, es decir también de quienes son alimañas despreciables a ojos de Torra, es que no le gusta lo que oye. Torra ha anunciado que va a violar todas las leyes que sea necesario para implantar su República y piensa liquidar las instituciones con organismos fantasma paralelos. El Estado ha cedido lo que nunca debió ceder. Y ha llegado al límite. El abuso y la disposición a violar las leyes son ya tan procaces y brutales que peligran la seguridad general, la integridad física y la propiedad de la ciudadanía no separatista en Cataluña. Puede que un nuevo 155 ya no sea suficiente. Harán falta otros artículos constitucionales. Como tarden los gobernantes en restablecer una legalidad incuestionable pueden encontrarse con que sube aun más el precio y han de ejercer masiva fuerza del Estado para que España no se deslice en aquella región hacia el enfrentamiento civil.

lunes, mayo 14, 2018

LA HISPANOFOBIA RAMPANTE

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 13.05.18

Hora de exigir a los gobernantes más respeto a España

¿CÓMO es posible que la televisión pública RTVE envíe a un concurso europeo a representar a España a dos niñatos que solo han llamado la atención por sus ganas de insultar a España? ¿Cómo es posible la investidura en una región española de un presidente cuyo único bagaje conocido es su lista de insultos a España y delirantes desprecios racistas? ¿Cómo se permite romper la Constitución en la tribuna del Parlamento? ¿Por qué felicita el presidente del Senado a una energúmena que insulta y calumnia a España sin jurar la lealtad como debe para acceder al cargo? ¿Por qué unos inmigrantes argentinos metidos aquí en política pueden insultar a España y profanar públicamente su bandera, cuando un español que hiciera eso en Buenos Aires sería cuando no linchado, sí procesado y expulsado?
Cuenta Elvira Roca que en 1650 los españoles conocían bien la sarta de mentiras fabricadas para dañar a España por sus grandes enemigos. Y eran conscientes de que se trataba de falsedades con intención política. Lo grave es que, tal como señala la autora de «Imperiofobia y Leyenda Negra» (Ed. Siruela), en 1750, un siglo más tarde, los españoles ya se creían y difundían como ciertas aquellas mentiras. Y se hablaba mal de España para significarse personal y socialmente. En la corte, las elites y quienes les eran cercanos promovían falsas informaciones para desprestigiar a España. Se magnificaban problemas y ocultaban éxitos. Inmensas gestas eran ridiculizadas. Reveses menores tornaban en catástrofes. Todo invenciones de fuerzas extranjeras, entonces especialmente de Francia, que pujaba por relevar a la dinastía austriaca por una francesa, como en efecto consiguió.
Desde entonces cuestionar a España ha sido hábito, moda e interés. En las clases superiores que se elevan por encima de los demás con ese desdén hacia España. Solo las clases populares han mantenido una relación natural de lealtad a la nación española. Por eso fue capaz de defenderse en 1808, dio una lección a Napoleón y ejemplo al mundo. Las elites han mantenido siempre esa relación enferma con la nación. Y quien ha querido ser elite las ha emulado.
Esta perversión tuvo dos graves escaladas. Una fue la invención decimonónica de los nacionalismos vasco y catalán. A remolque de la tóxica e irracional moda alemana, los intelectuales llevaron el antiespañolismo hasta el extremo de la invención de nacioncitas para proseguir en la península la descomposición de la España americana. La otra se produjo como efecto posterior a la guerra civil y la dictadura. La izquierda identifica a la nación con la dictadura y convierte su odio a esta en odio a aquella. Así surge la actual furia antiespañola de la izquierda española y su alianza con las fuerzas hispanófobas nacionalistas. Quizás haya llegado el momento de poner pie en pared. Y de exigir a los gobernantes que persigan las ofensas a la nación española o se aparten porque no cumplen con dignidad. No se puede defender la seguridad, la libertad y la integridad si no se sabe defender y exigir el respeto.

sábado, mayo 12, 2018

LAS RAZONES DE UN ENFADO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 12.05.18

«Jurídicamente no hay ninguna posibilidad de que podamos proteger a las empresas alemanas ante las decisiones del gobierno norteamericano». Con estas crudas palabras expresaba ayer el ministro federal alemán de Economía, Peter Altmaier, la situación real que afrontan los europeos. Aquí está la causa real del inmenso enfado europeo, mucho más que en sus exagerados miedos a una guerra nuclear que tan buen eco histérico tienen en los medios del continente. Más allá de las majaderías de la izquierdista Federica Mogherini que pretende que el Acuerdo subsiste sin Estados Unidos. Todos saben que eso es una fatuidad ideológica de la jefa de exteriores de la Comisión que equivoca mucho sus deseos con la realidad.
«Veremos qué se puede mantener con vida del acuerdo sin la gigantesca potencia económica», decía Angela Merkel. Se habla de economía y no de guerra nuclear. Porque el problema está en que se aplaudió un acuerdo muy desequilibrado en favor de Teherán por motivos económicos. Había que entrar masivamente en el mercado de un Irán deseoso de inversiones y liberado de sanciones.
Ahora quienes no secunden las sanciones que reintroduce Estados Unidos contra Irán se cierran las puertas en Estados Unidos. Más allá de garantías e indemnizaciones por contratos ya en marcha. Los europeos buscan formas de limitar los daños para una situación que se había anunciado, pero que se empeñaron en creer que no llegaría.
La manía de creer que Trump iba a olvidar sus promesas electorales jugó otra mala pasada a los europeos. Como siempre con Trump, creían que era un farol.
Él ya había calificado en 2016 de «pacto peligroso para la seguridad de Estados Unidos» el Acuerdo. Abandonarlo era, con la retirada de otros acuerdos multilaterales y el muro en la frontera mexicana, una oferta estrella en el programa y la campaña.
No se sabrá si se pudo haber convencido a Irán de que era insostenible el acuerdo arrancado a un Obama deseoso de algún éxito. No se intentó. Todos quisieron doblarle la mano a Trump, no a Irán. Y el presidente de Estados Unidos ha demostrado ser al menos tan firme como los mullahs.

viernes, mayo 11, 2018

LA LATOSA MARMOTA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 11.05.18

Políticos y medios hacen el ridículo con un apocalipsis trimestral

«UN clamor mundial» contra Donald Trump escuchan ya quienes afirman sin pestañear en prensa y televisiones que estamos al borde del fin del mundo y Donald Trump nos ha traído hasta aquí. ¡Un loco, un loco! es el análisis más generalizado y no el menos sofisticado de los tertulianos y comentaristas. Son los mismos que anunciaban hace casi veinte años que estaba «el mundo en vilo» ante el furibundo «fascista» que era George Bush hijo, capaz de cualquier cosa el día después de que unos islamistas derribaran las Torres Gemelas. Ya entonces no era la primera vez que los medios españoles anunciaban que un presidente norteamericano iba a acabar con la humanidad. Casi veinte años antes de aquello también estábamos al borde del exterminio de la humanidad y la culpa la tenía, cómo no, un presidente yanqui. Y ahí estaban, si no los mismos sí algunos muy parecidos, los que llamaban a todos los pueblos de la comunidad internacional a rebelarse contra el actor de tercera, analfabeto, demente, facha, enfermo anticomunista y ultraderechista Ronald Reagan, que quería llevar a todo el mundo a la guerra y destrucción total con su terrorífica arma de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). Cuanto se ha cumplido cierta edad, la histeria impostada de las legiones de hipócritas que intentan servirnos el mal absoluto residente en Washington, resuenan ya como uno de esos pasajes de la Guerra de las Galias que hubo que traducir varias veces. ¡Caramba, esto me suena!
Ahora dicen los loros de la política y los medios que es «impredecible» Donald Trump. ¿Impredecible porque cumple una promesa electoral que incluyó en su programa de 2016? No era un punto programático vago, incluido en algún farragoso capítulo sobre política exterior. Era una de las promesas estrella, como el célebre muro en la frontera con México. Lo que parece es que los llamados aliados europeos no parecen poder concebir que un gobernante se tome en serio sus promesas electorales. Y menos que las cumpla. Creían que al final, como Barack Obama, acataría la lógica del apaciguamiento y el temor a cuestionar las condiciones de una tiranía. Olvidan que la cobardía ante el enemigo suele pagarse más cara que la firmeza. Muy europea actitud, en el peor y más muniqués de los sentidos.
Los europeos sabían que el acuerdo era muy ventajoso para este régimen agresivo en plena expansión militar y política. Obama quiso un acuerdo a toda costa y Teherán aprovechó su necesidad. En pocos lustros habría un desequilibrio añadido en la región. En favor del mayor enemigo de EE.UU., Israel y otros aliados. Los persas son mejores amigos que los árabes. Pero son peores enemigos también. Se estabilizaba además a un régimen canalla, odiado por nuevas generaciones de iraníes. Los europeos sabían que se levantaban las sanciones a cambio de poco más que un ridículo plazo de diez años de tregua en el programa armamentista. Pero los gobiernos europeos, en su tradición «humanista», solo estaban interesados en levantar el embargo cuanto antes para que sus industrias entraran a saco en el mercado iraní. El programa nuclear les daba igual. Aunque amenace la existencia de Israel, cuya destrucción es máxima prioridad del régimen de los mullahs. Y va Trump –¡intolerable insensato!– y cumple su palabra. Denuncia el acuerdo, reimpone sanciones y pone a las compañías europeas en el dilema de comerciar con Irán o con EE.UU. Eso duele. Hace cuatro meses acusaban a Trump de provocar al dictador norcoreano y arriesgar una guerra nuclear con él. Ayer se supo que se reúne el 12 de junio con Kim Jung-un, quien ofrece por primera vez la total desnuclearización de Corea. Pidan todos lo mismo con Irán. Pero no monten un coro histérico para anunciar un fin del mundo cada tres meses. Es otra marmota latosísima que cada vez engaña a menos gente.

martes, mayo 08, 2018

PUTIN SEGÚN BRODSKY


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 08.05.18

Putin tiene el pulso firme en un país sin pulso

CONTABA el judío ruso Joseph Brodsky, un coloso en el pensar sobre el hombre y el poder, que «la duración media de una tiranía que se precie es de un decenio y medio, dos decenios como mucho. Cuando dura más se convierte sin excepción en una monstruosidad». Dos decenios lleva Vladímir Putin al frente del Kremlin y de todas las Rusias. Ayer inauguró su cuarto mandato con una fiesta de 6.000 personas y unas imágenes por los pasillos del Kremlin en las que solo le faltan ya la corona y la gran capa de armiño. Las recientes elecciones que ganó de calle frente a nadie con un 70% de los votos –ayer tenía un 82% de popularidad– lo catapultan hasta el año 2024. Según Brodsky, «monstruosidad avanzada». Tiene pinta de ir a más. Para entonces Putin tendrá 72 años y, visto su rozagante y deportivo aspecto, solo un revés del destino podría apartarlo de llegar a esa edad con una excelente salud.
El gran Brodsky abandonó su Leningrado natal para irse en la Guerra Fría a dar inolvidables clases y escribir en Nueva York, donde moriría sin cumplir los 57 años. Antes de la irresistible ascensión de Putin, advertía sobre las ventajas de que el tirano tuviera mala salud. «Tal vez la enfermedad y la muerte sean las únicas cosas que un tirano tiene en común con sus súbditos. Solo en ese sentido una nación se beneficia de ser gobernada por un anciano. (…) El tiempo que pasa un tirano pensando en su metabolismo es tiempo sustraído a los asuntos de Estado». Putin piensa en su metabolismo. Pero también en sus asuntos de Estado, básicamente la preservación de dicho poder. Y lo ha hecho con tanta eficacia como mantenerse en forma. Sugerían los analistas que en 2024 Putin buscará heredero. Improbable. En 2024 se fiará de los demás tanto como hoy, nada. La mayoría de los rusos no le cuestionan convencidos en su resignación y pesimismo histórico de que Rusia no puede tener nada mejor que lo que tiene. Aún recuerdan el caos bajo Boris Yeltsin. Sin colapso improbable, no hay oposición posible.
En los veinte años de Putin se impuso orden. A lo bestia. Pero orden al fin. Y sin embargo, el bienestar apenas ha mejorado fuera de las ciudades rusas occidentales. Se ha generado en torno al núcleo presidencial chekista una casta de oligarcas milmillonarios afectos al poder. Los desafectos están exiliados o muertos. Se ha reafirmado una estructura de cuadros privilegiados en los servicios secretos, en la policía, milicia y ejército que gozan de financiación y trato especiales. Se ha mostrado músculo fuera de sus fronteras, ha anexionado Crimea, un capricho carísimo, ha entrado en Siria, un chorreo prohibitivo que las ventas de armas aún no compensan y ha entrado en guerra fría con Occidente, un desafío insoportable por las sanciones. Es cierto que ha puesto freno a la importación descontrolada del cretinismo neomarxista occidental de la corrección política y otras conductas socialmente suicidas.
Algo de razón tienen los ideólogos de Putin cuando dicen que todo lo malo incluido el marxismo y el comunismo les llegó de Occidente. Pero ahora han parado lo malo y lo bueno. En total falta de libertad y reinando la brutalidad del más fuerte y la arbitrariedad del poder, el progreso de la sociedad rusa se hace imposible. Por eso ciertas derechas e izquierdas en Europa deberían rechazar la absurda tentación de ver a Putin como una solución. Porque es un camino sin salida. Nada lo explica mejor que el hecho de que tras 20 años de Putin, en su brutal desigualdad, los rusos viven de exportar materias primas. Como los países del Tercer Mundo. Como Burkina Faso, pero como potencia nuclear.

domingo, mayo 06, 2018

PUTSCHBERG EN EL HOTEL PALACE


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 06.05.18

De cómo se fragua en Madrid el derrocamiento de una Merkel nonagenaria

IMAGINEN que este fin de semana, mientras Carles Puigdemont recibe a sus golpistas en Berlín, se celebrara en el Hotel Palace de Madrid una convención del Partido del Socialismo Germano, gran formación nacionalsocialista alemana, surgida de la fusión del viejo partido nazi con la ultraizquierda del Bloque Negro, cuyos estatutos establecen como principal objetivo la destrucción de la República Federal de Alemania y la creación de una amplia federación nacionalsocialista en los estados federados del este y del sur. Con demandas territoriales también para un poder totalitario hitleriano en regiones de Polonia, Chequia, Eslovaquia, Austria y Hungría. Imaginen que esa convención ha sido convocada oficial y públicamente por el líder del PSG, Karl Putschberg, que está en busca y captura en Alemania acusado de alta traición (Hochverrat). Imaginen que España es un aliado leal de Alemania en la OTAN, en la UE y en decenas de organizaciones de cooperación política, económica, policial, judicial y criminal.
Putschberg se ha instalado en Madrid. Y el gobierno español, después de recibir la solicitud de entrega de este peligroso delincuente que supone una amenaza directa, permanente e inminente para la seguridad, integridad y convivencia pacífica en Alemania, decide que ni tanto ni tan calvo. Y deja la decisión en manos de un juez de Leganés. Este juez, aficionado a la historia, se plantea que, con lo enfadados que están en Berlín con Putschberg y conociendo la historia de Alemania del siglo pasado, esos son capaces de darle matarile. Sabe el juez que no hay peor fascista que el antifascista. Pero además, Putschberg ha empezado a salir en revistas y acude a tertulias con su español primitivo, pero simpático. La prensa española ya especula sobre los beneficios, desaparecida la UE, de que haya no una ni dos sino varias Alemanias y enfrentadas entre sí.
Con la acusación de Hochverrat, Putschberg es prófugo por un delito castigado con la mayor pena existente en Alemania, prevista en el artículo 81 del código penal. «Quien se proponga con violencia o amenaza de violencia modificar la integridad de la República Federal de Alemania o cambiar el Orden constitucional basado en la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania será castigado con una pena de privación de libertad de por vida (lebenslang/cadena perpetua) o con una pena de privación de libertad no inferior a diez años».
El final del cuento lo dejo a libre elección del lector. Putschberg podría ser entregado en contra de la opinión del juez de Leganés. Sacado a rastras del Palace y entregado a Berlín. Y Alemania y España podrían renovarse con gobiernos capaces que defiendan los intereses comunes de las dos casas de Carlos I. Pero Putschberg también podría finalmente orquestar con éxito desde el Palace el derrocamiento de Angela Merkel, ya nonagenaria, ciega y sorda, en su décima legislatura de gobierno del partido llamado GrosseKoalition, único partido parlamentario en Alemania desde la conversión de la socialdemocracia en religión de Estado.

EL TECHO DE CORBYN


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 05.05.18

Jamás gobernará el Reino Unido por mucho que los conservadores se despedacen entre sí

Creía Jeremy Corbyn que se iba a comer el mundo en estas elecciones municipales parciales, el primer pulso serio a la opinión pública desde las pasadas elecciones generales. Estaba convencido de que para el perro flaco de Theresa May todo serían pulgas. Y de que un éxito laborista en el total de concejalías disputadas y con la conquista de ciertos consejos municipales dispararía sus expectativas tras unas elecciones generales en las que los conservadores habían perdido la mayoría absoluta. Pero lo cierto es que la socialdemocracia, incluso la muy específica británica, agoniza en toda Europa y en esto el Reino Unido es más europeo de lo que cree. El fiasco laborista es contundente. Los liberal-demócratas suben un poco. El UKIP se hunde, ya que el Brexit lo ha vaciado de contenido y hasta de dirigentes. Esto ha ayudado a los conservadores a mantenerse mejor de lo previsto.
El liderazgo laborista no puede ocultar el fiasco de sus expectativas. Corbyn fracasa en el momento de mayor debilidad de los conservadores. Cuando le acaba de dimitir a May el cuarto ministro en seis meses. Con un serio problema para explicar el injusto e inmoral maltrato con el amago de deportación a la generación Windrush de inmigrantes de colonias caribeños llegadas tras la guerra. Con la agitación izquierdista, la baja popularidad de la primera ministra y serios líos dentro del partido conservador. Pues no ha logrado quitarle a los conservadores ni Kensington en Londres, pese a la catástrofe del incendio del edificio Grenfell con sus 71 muertos y el eco de la chapuza de su reforma y gestión.
Cada vez parece estar más claro que el laborismo «podemizado» en el izquierdismo mantiene en el liderazgo a un Corbyn que jamás gobernará el Reino Unido por mucho que los conservadores se despedacen entre sí. Con la economía boyante pese a todos los agoreros que hablaban del hundimiento tras el Brexit, la dirección izquierdista e ideologizada de Corbyn parece tener un techo. Que puede haber bajado además con actitudes odiosas de antisemitismo que han manchado al laborismo desde la misma llegada de Corbyn, pero muy especialmente en estos pasados meses.

viernes, mayo 04, 2018

LA VERDAD INCONVENIENTE


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 04.05.18

No es una batalla por los derechos de nadie sino contra los derechos de todos

CONTABA la periodista Mónica Lovinescu que, cuando llegó en 1947 a París huyendo del régimen comunista de George Gheorgi-Dej, en la creciente colonia rumana en la capital francesa solo había uno que no participaba en el brindis habitual de las cenas de «el año que viene en Bucarest». Era su marido, el brillante Virgil Ierunca, crítico literario y periodista, célebre voz de la radio en lengua rumana desde Occidente. Ierunca, al que la Securitate intentaría matar varias veces en el exilio, vio mucho mejor que el resto cómo se acomodaban los franceses a una vida confortable con Stalin. Como decía Lovinescu allí estaban los aliados simulando moralidad y coherencia juzgando a los de Auschwitz en Nuremberg en alegre armonía con los del Gulag.
Virgil Ierunca sabía que habían perdido el país para mucho tiempo. Hasta 41 años después no volverían a pisar tierra rumana. Ierunca hablaba en Radio Free Europe a los rumanos bajo una brutal dictadura. Tenía que suministrar esperanza. Pero nunca cayó en las ilusiones de la generosidad de las democracias europeas occidentales con que soñaban su mujer o su amiga Adriana Georgescu, brutalmente torturada y violada antes de huir de Rumanía, o su jefe, el general Radescu, el último primer ministro antes de la toma de poder comunista. Lovinescu había llegado a París con la idea de convencer a Andre Malraux para organizar unas Brigadas Internacionales que liberaran Rumania del yugo comunista. Sin saber que esas brigadas eran para imponer el comunismo, no para combatirlo. Llegados con esas fantasías, era un mazazo comprobar que el exiliado que hablara en Francia de la «satelización» soviética del este o de la represión comunista era tachado de fascista. Decir la verdad te anulaba como interlocutor. Una vez con el estigma de fascista en la exquisita democracia francesa se cerraban de golpe todas las puertas. Decir la verdad hacía al anticomunista que se convirtiera en fascista y el fascista era el ser despreciable que los franceses querían maltratar y humillar para lavar sus miserias colaboracionistas con la ocupación alemana. La brutalidad con que se callaba al discrepante bajo el comunismo lo conocían bien. Pero nunca sospecharon que se toparían con ese control que ejercían los comunistas en una Francia democrática.
Nadie ha desarrollado unos mecanismos de control del lenguaje y represión como la cultura de la disciplina social marxista que los comunistas intentan imponer desde los años veinte en todo el mundo desarrollado. En el socialismo real soviético fue por medio de la policía política, hoy es con el control de los medios y la educación en donde avanzan en la liquidación de la discrepancia. Cuando se cumple medio siglo del último y patético intento de redención social colectiva en el mundo desarrollado que fue el Mayo francés de 1968, el neomarxismo frankfurtiano está en una nueva fase de imposición de su tiranía igualitaria. En Alemania y en Suecia es donde más ha avanzado el sometimiento de la voluntad y la libertad de expresión al despotismo socialdemócrata que criminaliza la verdad por inconveniente. Pero el rodillo del control ha adquirido ya en toda Europa una velocidad y brutalidad aterradoras. Cada vez somos menos libres. Se destruyen individuos y movimientos reactivos con normalidad y sin escrúpulo. La pesadilla que España sufre estos días con una jauría mediática y callejera lanzada con el lenguaje y el odio contra la justicia y el sentido común es una vuelta de tuerca más de esta ofensiva del neomarxismo por imponerse con sus nuevas banderas de conveniencia. Y hacer callar, bajo amenaza de destrucción, a todo aquel que ose decir la verdad inconveniente. Sea juez, periodista, político o mero ciudadano. No es una batalla por los derechos de ninguna víctima sino contra los derechos y la libertad de todos nosotros.

martes, mayo 01, 2018

CATALÁ Y OTRAS DIMISIONES


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 01.05.18

Participan en el linchamiento a los jueces para que no los llamen fachas

NO sé si cuando lean estas líneas habrá dimitido ya el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Si no lo ha hecho, se le estará haciendo tarde. Con una sola frase –«Todos saben que este juez tiene algún problema singular»–, el ministro ha puesto de acuerdo en que tiene que irse con su música a otra parte a las siete asociaciones de jueces y a todos los españoles que aún tienen un mínimo de respeto por las formas. Si se permite que siga en su cargo un ministro que envía al loquero a un juez porque no le gusta su sentencia, no solo demostramos hábitos propios del régimen de Mobutu. Es que estamos engrasando vagones para que futuros ministros, con más rancia ideología, nos manden a trabajar a las canteras a todos los que les disgustemos como el juez Ricardo Rodríguez disgusta a Catalá. Por eso se tiene que ir Catalá. Como se tenía que haber ido ya Cristóbal Montoro por sus afirmaciones falsarias que también dañan a los jueces, pero ante todo a España. Y por tantas omisiones en la lucha contra los auténticos enemigos del Estado, tratados con una deferencia que nunca hay para los millones de contribuyentes honrados.
Aunque para ser coherentes habría que pedir que fuera Mariano Rajoy quien encabezara el mutis general de este gabinete, después del espectáculo dado con estos Presupuestos, uno de los peores insultos a la inteligencia de los españoles en muchos años. Después de jurar y perjurar que España se tambalearía y correría grave peligro si se vinculaban las pensiones al IPC, bastó que fuera condición de los cinco votos que pueden prolongarle la vida política y la legislatura para mantener lo contrario. No le importó la cruda evidencia del engaño. Al decir que era imposible o al sostener que es perfectamente asumible. Por no hablar de las concesiones políticas con un previsible fin de la aplicación del artículo 155 en Cataluña cuando más falta hace ante la provocación permanente de la rebelión separatista y golpista. O de la desgarradora certeza, cimentada por el PNV y su entorno, de que el presidente ha asumido compromisos que llevarán a medio plazo a los presos terroristas a pasearse por el País Vasco sin cumplir las penas por sus crímenes. Todo este paquete intolerable es el precio a pagar por acabar una legislatura en total parálisis y sin otra prioridad que la de agotarse. A ello se encamina. Porque Ciudadanos tampoco es más que un soldado de conveniencia y Albert Rivera cree necesitar aún tiempo para consolidar el partido que recicle los escombros del Partido Popular. Tiene suerte Rajoy de que aún coinciden sus intereses con Rivera. No está claro que coincidan con los de España.
En realidad, el problema de Catalá y el de todos los que han salido irresponsablemente a participar en el linchamiento de los jueces está en esa obsesión por querer estar entre los «buenos» de la maniquea historia «progresista». Mendigar simpatías donde no las van a tener nunca. Ya le pasó a Cristina Cifuentes. Olvidar las leyes y las formas como hace la izquierda para parecer izquierda. Como siempre, el miedo a que los llamen fachas. En el fondo el caso solo importa porque es ideal para la agitación. Como a la izquierda y las organizaciones militantes que jamás mueven un dedo en favor de mujeres asesinadas o violadas cuyo perfil no interesa. Si no se lo creen, busquen los actos de condena, indignación, conmoción pública e ira popular por la terrible violación múltiple a la que sometieron diez argelinos durante 24 horas a una niña de 14 años en Alicante. Ha sido el 22 de marzo. Busquen.