The Unending Gift

domingo, abril 29, 2018

A POR ELLOS


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 29.04.18

Víctimas y «Manada» dan igual, el objetivo es la judicatura

ES la hora estelar de los linchadores. «La manada judicial» dictaba Jordi Évole, ese follonero de la cloaca de la extrema izquierda hoy un referente en ciertos sectores de la sociedad española gracias al Gobierno del PP. Nadie crea por tanto que aquí se trata de hacer justicia con nada ni nadie. Se moviliza para destruir a la judicatura en el grado de independencia y resistencia a la avalancha ideológica que busca someter a la sociedad entera. Lo terrible es comprobar la poca resistencia que encuentran por la falta de criterio de la sociedad débil y maltrecha. Por no hablar de unas clases política y periodística depravadas hasta la náusea que compiten por adherirse la jauría. Imaginen que la chica fuera la mujer de un guardia civil y los cinco borrachos agresores, miembros de la chozna de fiestas de ETA/Bildu. ¿Cuántos habrían salido a la calle contra una sentencia que no han leído, sobre unas pruebas y un vídeo que no han visto y un juicio que desconocen? Se trata, ya lo dice Évole, de los jueces. Que tienen la manía de pedir pruebas. Y eso se tiene que acabar. Tienen que empezar a regirse por lo que siente y pide el pueblo. Ya se encargarán Évole, Otegui, Iglesias y otros amigos en transmitir a los jueces qué se espera de ellos.
Lo que hay probado son relaciones sexuales de los cinco con la chica. Y está el testimonio de la víctima afirmando que ella no quería y que fue forzada a ello. Eso es lo que hay. Y declaraciones contradictorias. Y un vídeo que no conocemos. Después está nuestro ordenamiento jurídico. Y lo que llaman pruebas. Eso que se considera necesario para condenar a alguien. Siempre es así. Pero más cuando se dirimen penas que pueden dar al traste con la vida adulta de los acusados. Y no hay pruebas. Por mucho que duela. Es la palabra de la chica. Se grita que «No es no». Muy cierto. Así debe ser. Pero es que no hay un «No». Por eso sale Ana Patricia Botín, sorprendente nueva experta en leyes, para decir que «no hace falta un No».
Es la hora estelar de los linchadores. Y tienen el caso perfecto. La denunciante y víctima es una mujer frágil, la hija que todos tenemos o podríamos tener. Los condenados son cinco hombres de mala calaña y hábitos despreciables. Y han acabado siendo personajes ideales para una función en la que, culpables o no culpables de una cosa u otra, cumplen una función perfecta. El asalto a la independencia judicial con el ataque masivo a la presunción de inocencia. La independencia judicial puede frenar al frente de izquierdismo y separatismo que intenta destruir España. Y dejar en ridículo a golpistas y también a gobiernos con apetencias de complicidad por sobrevivir. Los jueces son, en un país sin gobierno y con una rebelión regional, el único dique de defensa de la Constitución, de la libertad y de lo que queda de estado de derecho. A por ellos van.

EL MIEDO MILAGROSO


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 28.04.18

Trump convenció al tirano coreano de que por las malas no tenía salvación

Fue una jornada histórica con mayúsculas, de inmensas consecuencias, todas esperanzadoras, para Asia y el mundo, la vivida ayer en el paralelo 38, en la línea de frente y frontera entre las dos Coreas. El dictador comunista Kim Jong-un y el presidente democrático Moon Jae-in, juntos de la mano, rompieron ayer la terrible parálisis en esa desgraciada franja de tierra fortificada que divide a los coreanos desde 1945. Desde la guerra de Corea en 1953 nada se había movido. De golpe se da una situación impensable. Con la firma de un «acuerdo para una paz permanente» se abre la puerta a la desnuclearización de la península, el fin de la mayor pesadilla para Asia.
Nadie ha pedido aun el Premio Nobel de la Paz para el artífice de esta nueva y extraordinaria situación, que no es otro que el presidente de EE.UU., Donald Trump. El presidente surcoreano sí ha dejado claro que el mérito recae en Trump. Pero los mismos que le regalaron un Premio Nobel ridículo a su antecesor Obama al cargo y sin mérito ninguno jamás reconocerán el mérito de alguien tan distinto a ellos. Llevan semanas los medios occidentales buscando «otros factores» para explicar lo sucedido. Trump amenazó con credibilidad al tirano norcoreano e impuso durísimas sanciones que todos, China incluida, ayudaron a cuajar. Hasta convencer al caudillo del peor infierno comunista aun existente, de que su única posibilidad de subsistir es su desmilitarización. Su futuro, ese fue el mensaje de Trump, está en un acuerdo de paz, desnuclearización y apertura hacia Seúl. No en una agonía bajo implacables sanciones a las que no podría escapar con amenazas de ataques nucleares, porque enfrente le garantizaban su total exterminio. Trump, que celebró ayer «el fin de la guerra de Corea» se verá con Kim Jong Un en mayo. El camino será largo y difícil. Y todo puede encallar. El sátrapa es imprevisible. Y no es menos asesino hoy que ayer. Pero el malo tiene miedo. Le tiene miedo a Trump como nunca se lo tuvo a nadie. Es el arma decisiva y piedra angular de la esperanza.

viernes, abril 27, 2018

CRÍMENES HUMANITARIOS


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 27.04.18

La superioridad moral de la izquierda justifica cada vez más la violación de las leyes

EN la Oficina Federal para Migración y Refugiados en la ciudad alemana de Bremen ha estallado un escándalo colosal. La anterior jefa de este departamento federal concedió al menos 2.000 certificados injustificados de asilo político, permiso de residencia y cuantiosa ayuda social a otros tantos inmigrantes indocumentados. Otorgó las documentaciones de forma clandestina y sin controles ni otros trámites. El ministro del Interior, Horst Seehofer, ha anunciado una comisión de investigación. No está claro que la acusada recibiera contraprestaciones de mafias ni que exigiera dinero a los beneficiados. Es más, parece probable que Ulrike B. actuara por «humanitarismo». Surge así un nuevo caso de la plaga que lentamente abre grietas en los cimientos de la sociedad occidental: el delito, el crimen con fines humanitarios. Probos ciudadanos y leales funcionarios deciden delinquir por una causa que ellos consideran buena y moralmente superior a las leyes de su patria u otras. La superioridad moral justifica la violación de las leyes. Siempre hubo funcionarios desleales por causas ideológicas. Pero nunca ha habido tantos europeos como hoy que creyeran que sus buenas intenciones les eximen de cumplir leyes.
El auge del humanitarismo es un complejo fenómeno cultural de las sociedades desarrolladas modernas. Alimentado por un complejo de culpabilidad histórica y mala conciencia por su mayor bienestar en un mundo cuyas desgracias se comparten de forma permanente e inmediata. Dicho humanitarismo favorece un sesgo ideológico que la izquierda ha convertido en un instrumento de implacable y brutal eficacia en la lucha política. Con el humanitarismo como baluarte y el sentimiento como suprema motivación mantiene una permanente competencia entre individuos y grupos por demostrar mayor compasión con tragedias ajenas, mayor empatía con grupos desfavorecidos, mayor sensibilidad frente al dolor ajeno. Gran ejemplo es el primer ministro canadiense Trudeau, que llora por los gais y por los delfines, por tribus ignotas o por los niños bolivianos. Trudeau abrió sus fronteras a quienes «huyeran» de Trump. Angela Merkel también permitió la entrada incontrolada a muchos que no cumplían las condiciones, violando leyes alemanas y europeas. En la crisis desde 2015, el único que cumplió la ley fue el húngaro Viktor Orban. Le cayó encima toda la ira política y mediática. Todos aplaudieron a Merkel. Hoy han olvidado a los refugiados y a esos alemanes, los más pobres, a los que aquello cambió la vida drásticamente para mal.
Si los gobernantes violan las leyes para agitar los sentimientos y demostrar ser mejores que otros, a nadie debe extrañar que surjan por doquier los «robinhood» del mundo globalizado, héroes humanitarios dispuestos a despreciar toda ley para «ayudar al débil». Servidores públicos y ONG no se limitan a socorrer a náufragos sino se vuelcan al tráfico de inmigrantes, periodistas actúan de agitadores en campos de refugiados. En España hoy, por desgracia esa plaga se multiplica por una tradición de tolerancia abusiva surgida del complejo antiautoritario tras la dictadura. Hoy ya genera la sistemática exigencia de impunidad para toda transgresión, menos las que imponga la propia hegemonía ideológica izquierdista. La extrema izquierda y el separatismo hace mucho ya que públicamente rechazan e ignoran, luego violan, todas las leyes que les importunen, como dijo abiertamente la hoy alcaldesa de Barcelona. Como rechazan toda sentencia que no les guste hasta el punto de la coacción sistemática y el linchamiento mediático de los jueces. La permanente subversión de las leyes, con pretensiones humanitarias o liberadoras, de los peores lastres de la agónica socialdemocracia, es una inmensa amenaza para el Estado de Derecho y la libertad en Europa.

miércoles, abril 25, 2018

UNA MALA SHAKESPEARIADA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Miércoles, 25.04.18

Cifuentes debió dimitir hace 30 días por aquellas versiones mutantes de la verdad que ofreció sobre su titulación

Nadie habría pensado antes que Cristina Cifuentes daba para una tragedia shakespeariana, pero se le ha acercado peligrosamente a ella al final de estos 34 días desde que se supo, porque se supo, que no había cursado un ridículo máster de una universidad madrileña que pretendía tener. Al final no ha dimitido por aquello. Porque parecía en estos pasados días dispuesta a dejar que la Comunidad de Madrid quedara en manos de la izquierda tras una moción de censura. Con aguante para sostener lo insostenible. Y después presentar su inevitable caída como un juego político común. Un asalto de la izquierda contra una liberal de éxito. No lo habría sido. También en esto habría estado Cifuentes en «conflicto con la verdad», como dice el ahora frustrado candidato socialista de la moción de censura, Angel Gabilondo.
Cifuentes debió dimitir hace 30 días por aquellas versiones mutantes de la verdad que ofreció sobre su titulación. Al final ha dimitido por una grabación aparecida de un lamentable capítulo personal hace siete años en que intenta llevarse sin pagar unas cremas de un supermercado, es sorprendida por el personal y ha de pasar por un trámite humillante del vaciado del bolso y el pago del pretendido botín. Son ese tipo de imágenes en las que ridículo, humillación, escarnio se unen en una película insufrible y angustiosa de ver imágenes. Imágenes que, como algunas conversaciones íntimas, ninguna persona pública sobrevive. Ha hecho bien en acabar con este calvario inútil que podía haberse ahorrado con un poco más de lucidez y amor a la verdad. Y ni siquiera ha asumido lo evidente y ha negado la evidencia de la terrible situación que pasó en el supermercado.
La propia Cifuentes parece asumir que en su propio partido alguien quería acabar con ella. Solo almas cándidas se creen las inocentes explicaciones sobre las fuentes de la primera información sobre la falsificación de los datos sobre el máster. Y muchas sospechas caben sobre el origen de este vídeo que por ley debería haber sido destruido hace más de siete años. La obstinación de Cifuentes con no dimitir por el máster falso le ha granjeado este brutal castigo en imágenes para forzar su salida. Es mejor no imaginar que tipo de vídeo, qué tipo de documento, qué tipo de evidencia podía haber salido a la luz si se empeña en no dimitir. Entonces el fantasma de Shakespeare podría haber estado ya directamente encima de la presidenta.
La conclusión, más allá del pesar por el daño personal que Cifuentes sufre por culpa propia y ajena, debe ser de enorme preocupación. Porque en un momento de alarma nacional por un golpe de Estado que se mantiene vivo en Cataluña, el Gobierno y el partido de Mariano Rajoy están muy evidentemente en plena descomposición. No se puede llamar de otra forma a este grotesco y dañino espectáculo en el que los ministros se contradicen en cuestiones de vital importancia para la seguridad nacional y todos ignoran las alarmas de la población para dedicarse a sus propios asuntos de supervivencia y ventaja. Y el presidente juega por conveniencia propia a la colaboración con los golpistas en Cataluña y a las cesiones sin límites a los socios vascos de los golpistas. Y deja así que la escalada en la agresión del separatismo al resto de españoles sea en Cataluña cada vez más brutal. En estas circunstancias todos los partidos nacionales tenían que estar en un frente común por la nación, la unidad y la democracia para derrotar de una vez por todas al separatismo golpista. Pues no, la discordia es general, la procacidad de la agresión separatista con sus colaboradores en la izquierda radical española crece sin cesar. Y ahora además, la sociedad está convencida de que en el partido del gobierno se dirimen las diferencias con métodos mafiosos.

martes, abril 24, 2018

OFENDO LUEGO EXISTO


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 24.04.18

Insultan para olvidar su sospecha de que morirán como compatriotas de Felipe VI e Iniesta

EL día de Sant Jordi en Cataluña es una celebración bonita surgida de una buena idea. Regalar un libro y una rosa y convertir ese gesto de obsequio de belleza de la naturaleza y de la cultura en fiesta popular y rito social solo expone buenas intenciones y altura de miras. Es lo que se llama un hábito de sociedad avanzada. Pero era ingenuo pensar que en la vertiginosa depravación triunfante de todos los frentes de la realidad en Cataluña pudiera sobrevivir intacta una idea noble. No puede ser.
No se puede fabricar y emitir odio a espuertas durante 364 días, pisotear todo el año las libertades del no separatista y frenar en seco un día para recrear un paisaje idílico del libro y la tolerancia, las letras y la armonía, la inteligencia y la libertad. No puedes ser un día una espiritual clase de filosofía del Trinity College de Cambridge en 1938 si el resto del año eres la facultad de higiene racial de Berlín y no quedan libros malditos por quemar. Así, las noticias que daba ayer el otrora cordial e ingenioso Sant Jordi son las difamaciones del jefe del Parlamento regional, Roger Torrent, contra todo el que en España aún cumple la ley, y el libro que regaló a su pareja artística el joven que cantará por España en Eurovisión.
El libro elegido por el niñato, que se llama Alfred, para regalarle a ella, que se llama Amaia, su pareja en Eurovisión en representación de España, se titula «España de mierda». Esto viene a ser como una intervención de Cristóbal Montoro en heroica defensa del golpista Carles Puigdemont. La primera reacción es preguntar: «Alfredito (o Cristobalito), ¿A qué viene eso?». Pues viene a que regalar ese libro le hace sentirse mejor. Como Cristóbal, que se siente mejor después de dejar claro que él no descontrola. Montoro por su reputación hace cualquier cosa. Lo estamos viendo. El Gobierno ha tratado el golpe de Estado antes y después del 155 como un irritante malentendido. Los golpistas molestan porque pueden fastidiar el presupuesto a Rajoy. Una lata. Lo demás ya se verá cómo se apaña. Patada para adelante y que arree quien venga después. Eso sí, lo más tarde posible.
Para Alfredito de Operación Triunfo, que ya se pavoneó como separatista, sabe que insultar a España le genera simpatías entre los suyos y ningún inconveniente con los demás. Gana siempre. Por eso coge el libro del tonto agonizante eterno que es Albert Pla y se gasta la gamberrada. Ofender como única forma de saber que existe. Le pasa al propio Pla, cuyo cerebro encoge desde hace siete lustros, y le pasa al niñato de Eurovisión, que viene jibarizado sin gasto. Le pasa al rebaño de mequetrefes que solo fue a Madrid a la final a pitar al himno e insultar al resto de los españoles. Que no eran todos los culés. Pero bastantes de los culés. Para distraerse de la terrible sospecha de que todos morirán como compatriotas de Felipe VI e Iniesta.
Ofender como único recurso, como única forma de existir. Como esas revistas basura de supuesto humor –nada que ver con La Codorniz o El Hermano Lobo– que solo buscan la burda gracia en la ofensa o la herida de creencias o convicciones de algún enemigo que tiene que ser español y no defenderse. El problema es que hace tiempo que se llegó al punto en que España ha de defenderse de la amenaza a su existencia porque no lo hizo del insulto y la agresión. Hace mucho que la cordialidad de Sant Jordi es un espejismo.

domingo, abril 22, 2018

ANTONIA ALBA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 22.04.18

El Ayuntamiento de Jerez quería humillar a una mujer y esta le dio una lección

EL ayuntamiento de Jerez de la Frontera ha sido escenario de una preciosa gesta de una mujer valiente que ha denunciado las vergüenzas, las muchas vergüenzas y la bajeza de su conducta, a todo un equipo de gobierno de socialistas del PSOE y comunistas de Podemos e Izquierda Unida. Ese ayuntamiento estableció unos premios ya muy típicos en la izquierda cainita y revanchista que España sufre desde principios del milenio. Se otorga un premio y un anti premio, como aquellos premios Naranja y Limón, pero sin el menor atisbo del humor que hacía aceptables aquellos galardones. Hay un premio al bueno, es decir a alguien militante o muy comprometido izquierdista. Y un premio al malo, que es cualquiera que se haya significado por oponerse a la voluntad de la izquierda. El ayuntamiento de Jerez creó los premios Racimo y Filoxera. El Racimo para premiar a los propios, el Filoxera para humillar al enemigo. El Racimo fue para Brisa Fenoy, cantante andaluza, izquierdista, hija de sindicalista, premio perfecto. Y el premio Filoxera era para denunciar y humillar públicamente desde el Ayuntamiento a Antonia Alba, una abogada que preside el Movimiento Femenino Por La Igualdad Real. Y que denuncia no solo la inconstitucionalidad y el abuso sistemático de la Ley de Violencia de Género sino la ideología de género y el feminismo de odio y agitación.
El problema para el ayuntamiento surgió cuando Antonia Alba en vez de quedarse en casa llorando por haber sido señalada con esa bajeza y mala intención, exigió y consiguió ir a recoger el premio delante de la prensa convocada. Los promotores del abyecto galardón se preocuparon porque la alcaldesa no asistió por cuestiones familiares. Y fue Carmen Collado, teniente de alcalde de Igualdad la que se tuvo que tragar el sapo. Porque Antonia Alba acudió con amigos, recibió el premio y convirtió su discurso de agradecimiento en un soberbio alegato en favor de la libertad de expresión, de la igualdad entre sexos y de los derechos constitucionales que se pisotean con la ideología de género. A Antonia Alba quisieron humillarla y la engrandecieron definitivamente como una mujer valiente, articulada e inteligente con convicciones y fuerza para defenderlas. Una mujer que les dijo allí mismo mil verdades a todos los que habían intentado su asesinato civil. Y cuyo discurso se hizo viral en las redes.
En España hay tanto hábito de intimidación y matonismo por parte de los guardianes ideológicos de izquierda que la mayoría de los españoles evita polemizar y mucho más el exponerse como Antonia Alba. Todo se agravó a partir del zapaterismo. Medios izquierdistas también hacen premios y contrapremios para señalar a periodistas que hay que atacar, odiar, ridiculizar y difamar. Al Ayuntamiento de Jerez le salió el tiro por la culata. Para ser libre en España hay que perder el miedo a que te llamen «facha». Antonia Alba lo es. Sin miedo ninguno les dio una gran lección de dignidad y amor a la verdad que ellos jamás podrían concebir.

ASALTO A LA FORTALEZA TRUMP


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 21.04.18

Esta demanda demócrata demuestra que son incapaces de reconocer su derrota electoral

El odio frenético hacia Trump, esa pasión obsesiva que nubla el cerebro y la vista y conduce una y otra vez al error, no es monopolio de los periodistas a ambos lados del Atlántico. El Partido Demócrata, probablemente histérico ante la popularidad de Trump que es hoy superior a la de Obama a esta altura de la presidencia, intenta una guerra judicial que genere unas toneladas más de lodo contra la Casa Blanca y su entorno, de cara a las elecciones parciales de noviembre próximo. Para ello presentó ayer una demanda nada menos que contra Rusia, contra el equipo electoral de Trump y contra Wikileaks. Dicen que Moscú, la gente de Trump y Wikileaks conspiraron para hacer daño a Hillary.
El Comité Nacional del Partido Demócrata (NDC), único órgano permanente del partido, trufado de activistas liberados a la izquierda de sus congresistas, demuestra con esta rocambolesca demanda que siguen allí siendo incapaces de reconocer su desastre electoral. La demanda llega cuando la investigación sobre supuestas conexiones entre Rusia y Trump lleva un año en exhaustivos trabajos y el fiscal especial Mueller no tiene nada. Como alternativa está la vida sexual de Trump y las diversas meretrices que le adjudican, que si pagó o no pagó. Que está enfermo. O demente o senil. Da igual. Todo vale. Se mezcla investigación, difamaciones, insultos, datos, bulos y acusaciones y con todo se fabrica humo sin cesar. Los medios titulan desde antes de las elecciones que Trump está acorralado y a diez minutos de caer. Y de momento, nada. Y esta semana con una popularidad del 51%. Sus enemigos desesperan.
Ahora dicen en la demanda que la conspiración es una «traición sin precedentes» a la patria. Otros creen que la traición habría sido perder ante un ser desequilibrado como Clinton. Es otro intento de paralizar a Trump, asfixiándolo en cuestiones personales. Nunca en la historia hubo tal caza al hombre de la Casa Blanca como con este personaje que desafía a toda la lógica política. Quizás en algún momento todos juntos lo consigan. De momento no es así. Y desesperan porque él parecer disfrutarlo todo.

PROPAGANDA, AMENAZA Y ANZUELO


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 20.04.18

Se nota bien que ETA considera que en el País Vasco su propio relato es hoy cómodamente hegemónico


Este comunicado de ETA es, como lo han sido todos a lo largo de su historia, un ejercicio de cinismo cuyo fin principal es generar ciertas reacciones apetecidas en la sociedad española y en especial en la vasca. Pero se nota bien que ETA considera que en el País Vasco su propio relato es hoy cómodamente hegemónico. Y que gracias al entreguismo de todos los partidos nacionales y a la coordinación del mensaje del gobierno vasco y la izquierda abertzale apenas hay fisuras en una historia que exonera a ETA de la culpa única del terrorismo y por el contrario le otorga el mérito de haber contribuido a arrancar derechos al Estado para la «nación vasca». El comunicado se dirige por tanto mucho más a una sociedad española donde sitúa a una izquierda a la que considera simpatizante y aliado en su estrategia actual. Alguna lo era ya antes. Ahora, y se ha demostrado muy claramente con el atentado contra los guardias civiles en Alsasua, gran parte de la izquierda española está dispuesta a defender sin límites la estrategia etarra sin armas. Lo han dejado muy patente con la participación hasta de las centrales sindicales CCOO y UGT y por supuesto Podemos, las manifestaciones en favor de los agresores. Que son miembros de las organizaciones y redes etarras dedicadas a la agitación y al acoso para expulsar a las fuerzas de seguridad del País Vasco.
Desde esa muy patente autosatisfacción por todo lo logrado, ETA se permite lamentar los dolores necesarios y los posibles accidentes habidos en las décadas de «lucha armada» que son de entrega de su militancia a la causa vasca con su enorme sacrificio. «ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere reconocer mediante esta declaración el daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada, así como mostrar su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición». En todo el comunicado busca una y otra vez que el lector exclame o al menos piense, ¡caramba qué gente tan normal y empática! porque saben que ciertos medios van a proclamar de inmediato esa lectura de la normalización como la única válida. El comunicado es una reafirmación de la «razón histórica» que la banda terrorista siempre ha declarado tener para su «trayectoria armada», la lucha terrorista. ETA lamenta que a lo largo de todos los años de esa labor histórica a la que le obligó el Estado español por no satisfacer las demandas del separatismo tuviera que hacer daño para defenderse a sí misma y a la razón del «pueblo vasco». Pero así es la vida. Más lamenta aun ETA, -fíjense si estamos humanistas y sensibles últimamente, parece decir- que aparte de matar a los que se lo merecían, matara también a algunos no implicados que pasaban por allí. Eso les duele un montón, aseguran. Y vienen a decir: Ojalá no hubiéramos tenido que matar tanto para que el Estado se aviniera a que estemos donde estamos, con nuestras claras ventajas que debemos a nuestros héroes y nuestro sacrificio surgido del seno del pueblo vasco. Lo que queda bien claro es que ETA se siente bien representada en la lucha por sus objetivos en el tándem Gobierno vasco-izquierda abertzale. Porque saben y dan por hecho que la «normalización» se está produciendo en los términos apetecidos de supremacismo nacionalista.
La organización etarra quiere lavar su marca con esta especie de cínica forma de decir que lamenta todo sin pedir perdón por nada y aplaudiendo los resultados de su orgía criminal de medio siglo. Porque quiere participar en esta nueva fase de ofensiva contra España en la que tomaron el relevo las fuerzas separatistas catalanas. Supuestos moderados y radicales del Pais Vasco y de Cataluña colaboran muy activamente para la destrucción de España, de su Estado y su constitución desde principios del milenio, antes de que el zapaterismo les diera definitivamente alas para llegar a donde estamos ahora . Es larga e intensa la historia de la complicidad del tripartito izquierdista con ETA desde su célebre reunión de Perpignan hasta las apariciones de Otegi como gran padrino etarra del proceso golpista y la protección del PNV a los cabecillas de la operación criminal. Ahora ETA quiere la participación activa de la izquierda española para unirse a los separatistas para acabar con el Reino de España. Por eso sus alusiones a ese fetiche falsario del bombardeo de Guernica en enlace con la guerra civil. Que es el lenguaje común de separatistas e izquierdistas en su frente popular contra España. El comunicado habla de compromiso de ETA con la superación y no repetición del conflicto. La no repetición, atentos, si las cosas van como van. Por lo demás, el comunicado es propaganda con autosatisfacción y jactancia. Nadie puede negarle a ETA ahí su parte de razón. Sin ETA y sus asesinos, ni Puigdemont ni el PNV ni Alsasua serían lo que son.

NO HAY PARTIDO


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 20.04.18

Un drástico fin a la ofensa como paso del retorno de España a la legalidad

DICEN que mañana antes de las nueve y media de la noche, cuando empieza el partido de la final de la Copa del Rey entre el Sevilla y el Barcelona, decenas de millones de españoles tendremos que soportar otra vez la retransmisión televisiva de un insulto masivo contra nuestro himno, contra nuestro Rey, contra nuestra patria y contra todos nosotros. Y nos dicen que el Rey y nosotros tendremos que aguantar estoicos los pitidos y abucheos mientras ondean las banderas estrelladas que son ya el símbolo de la voluntad de destruir España y del golpe de estado contra la democracia española que sigue en curso. Dicen que quienes nos insultan y ofenden a nosotros y al Estado en la figura del Monarca están dolidos porque dos millones de separatistas no pueden imponer su voluntad a 45 millones que se niegan a destruir su estado, su nación y su patria. Dicen que la Federación Española de Fútbol permitirá el acceso al campo de la estrellada, el símbolo del golpe de estado y del odio a España porque respeta la libertad de expresión. Nunca le preocupó cuando en el Camp Nou o San Mamés se requisaban banderas nacionales. Dicen que ofender a los españoles molesta menos que evitar la ofensa. Que insultarnos es más aceptable que impedir que se nos insulte.
Presento enmienda a la totalidad. La normalidad no existe cuando una minoría agrede a una mayoría por el mero hecho de sentirse ofendida por una realidad tan firme e inamovible como es la unidad de España. La minoría tiene que aceptar esa realidad para que haya normalidad. Se ha hecho lo contrario durante décadas. Se ha tolerado lo intolerable. Quienes han hecho del odio a España profesión y negocio han gozado, gracias a esa actitud indolente, pusilánime e irresponsable de los gobiernos de la Nación, de todas las ventajas para crear un régimen de chantaje, victimismo e intimidación a un tiempo. Los españoles no podemos vivir indefinidamente en estado de irritación y agitación porque una minoría ha sido envenenada hasta convertir el odio a sus compatriotas en la única obsesión en la vida.
Por eso es necesario que esos famosos dos millones –si acaso llegan– se enfrenten cuanto antes a la necesaria frustración. Que podrá tener después tratamiento político con paliativos diversos, una vez acatada plenamente la legalidad constitucional que implica respeto al Estado y a sus símbolos. En España no hay mejor tratamiento para los desvaríos políticos que la aplicación de la ley. Eso que en otros países se sobreentiende pero en España se discute hasta situaciones grotescas. Como los absurdos debates sobre la conveniencia o no de aplicar las leyes. Se vio con la ilegalización de Batasuna y con la aplicación del artículo 155 en Cataluña aunque después la falta de coraje, firmeza y aptitud del Gobierno en la aplicación diera al traste con los beneficiosos efectos. Tarde o temprano, un gobierno nacional, parece ya claro que no será este, tomará las medidas legales y restablecerá la normalidad constitucional en toda España. De respeto y tolerancia real. No de atropello y matonismo, como han impuesto los separatistas. Y no solo en Cataluña, también en todas las demás regiones en las que se ha tolerado la deriva hacia la creciente tiranía del discurso antiespañol. Mientras tanto, mañana en el Wanda Metropolitano y tras pertinentes advertencias, a los primeros pitidos al himno debería suspenderse el partido. No hay partido. Todos a casa. Dignidad. La inmensa mayoría de los españoles se iría a la cama respetándose un poco más. No se hará este año. Este gobierno no tiene agallas para esto ni para nada. Pero se acabará haciendo. Como lo demás.

martes, abril 17, 2018

EN VÍSPERAS DE ÉPICA BATALLA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 17.04.18

La resistencia al mundo orwelliano coge fuerza

LOS indicios del conflicto se multiplican. La mayoría de los políticos de la pequeña Europa aún no son conscientes de la enormidad del desafío. Será una gran batalla a librarse con ideas. Al menos de momento. A conquistar están cabezas y corazones. Los campos de batalla son todos los medios de comunicación e instrumentos de formación de opinión y voluntades que ofrece la tecnología. Más que batalla será una guerra de aniquilación, porque una parte al menos se juega la existencia. Es la que cree en el ser humano creado a imagen y semejanza de Dios. Y no cree en el ser humano como fabricante de verdad absoluta y perfección. Sus ideas han hecho posible esta sociedad imperfecta e injusta pero libre, generosa, compasiva y capaz de enmienda y perdón como ninguna otra jamás habida. Es como es porque es cristiana. Los que están enfrente, son los que creen que el hombre es indefinidamente moldeable, lo que hace posible transformarlo a él y a la sociedad a un estado de armonía y plenitud. No dudan, creen en la justicia y la igualdad y por esos bienes supremos están dispuestos a sacrificarlo todo y a todos.
Son un frente mutante que hoy lidera la socialdemocracia en esta épica campaña. Ellos son los herederos y adoradores de la Ilustración, el marxismo y el sesentaiochismo. Los tres tienen mucha mejor reputación de la que merecen. A la Ilustración le adjudican últimamente todas las grandes conquistas de la humanidad. Como si el mundo hubiera empezado con ese ataque de arrogancia del siglo XVIII en el que se pretenden deducir verdades absolutas de ciencia rudimentaria. Toda ciencia es rudimentaria ante la siguiente puerta. Afirman que toda ciencia viene de entonces e ignoran antigüedad y el prodigioso Renacimiento. Dicen que las leyes y la democracia vienen también de la Ilustración, cuando la gran democracia, la americana, la fundan sin excepción hombres religiosos y conservadores, con el fin supremo de proteger al hombre del abuso de poder del estado.
Del poder que se cree con verdades absolutas y científicas. Como sucede a los gobiernos siempre que actúan para verdades abstractas y no para realidades concretas de los hombres. Ahí empieza el desastre. La Ilustración no llamaba a la duda ni al escepticismo. Ni a la razón. Su primer gran producto práctico es pura irracionalidad: la Revolución francesa. La orgía de la muerte que sugería lo que iba a llegar por la misma senda en el siglo XX. Hoy, comunistas en España citan mucho la Revolución Francesa. Pero solo recuerdan la guillotina. Después llegó Napoleón que salió al mundo a quemar todo y hacerlo nuevo con su verdad de la modernidad. Más tarde el marxismo, hijo ilustrado para imponer «verdades científicas» en la conducta del hombre y la organización del estado. Acabó peor que la Revolución Francesa. Con un siglo de miseria, hambre, dolor y más de 110 millones de asesinados por las ideologías redentoras del comunismo y el nazismo. Que se decían científicas, hijas de la Ilustración. El Mayo de 1968 trajo más de lo mismo: arrogancia y desprecio a todo lo ajeno. Se estrelló en el asalto a los cielos de la felicidad total. La vieja razón, la racionalidad y el sentido común, neutralizaron el delirio. Pero la terrible herencia del 68 no dejó de avanzar y hacer daño en educación, instituciones, cultura, moral, hábitos y memoria. Ahora, el veneno del neomarxismo en nueva mutación de la corrección política y voluntad totalitaria pretende convertir su hegemonía en dominio total en Occidente. Se escucha ya ese «A la lucha final». El milagro está en que, pese a todo, no está decidida esta guerra. Y la voluntad totalitaria puede ser derrotada.

TIEMBLA EL MANDARINATO SOCIALDEMÓCRATA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 15.04.18

Su poder no se expande. Se multiplican los contratiempos

ESTÁN pasando cosas que no pasaban. Y que no se esperaban. Pasa precisamente lo que no gusta a quienes temen todo contratiempo para el progreso hacia el ideal socialdemócrata, la ciudad igualitaria. Es la «aldea global» que cantaba en un tuit esa joya de la viña política española que es la vicepresidenta Soraya. Por eso detesta las fronteras. Como a su jefe Mariano, al que también se ha oído esa majadería. Si les molestan las fronteras a los dos, les molestarán también las patrias y las naciones que necesitan dichas fronteras para existir. Mala cosa, cuando los dos juraron defender una patria, su unidad, su integridad territorial y su seguridad, es decir sus fronteras.
Pero da igual porque Mariano y Soraya son perfectos profesionales de la política socialdemócrata europea. Esta lleva siete décadas convencida de que los comunistas estaban equivocados y además eran unos asesinos, todo ello cierto, pero ellos en cambio sí tienen razón y llegarán al mismo fin de la sociedad feliz en su supremo estado final de la historia. Aunque Soraya y Mariano hayan filosofado poco. Los socialdemócratas están convencidos de haber entrado en la definitiva vía de bondad para la organización de la vida de los humanos. Al final de la cual los humanos habrán alcanzado el grado de desarrollo para tener todos los mismos deseos y las mismas necesidades en lo que presuponen la felicidad. Como buenos animalejos inteligentes y prácticos. ¿Eso no era el comunismo? En efecto. Pero en su senda socialdemócrata demuestra ser mucho más viable y asumible. Sin grandes carnicerías. Sin tumultos ni revoluciones. Es un sencillo discurrir con el avance de las técnicas del disciplinamiento social más o menos amable y la voluntad de cumplir con el determinismo histórico asumido.
Pero, y aquí están las malas noticias para toda la legión de mandarines socialdemócratas, su poder no se expande. Se multiplican los contratiempos para la socialdemocracia que gobierna con mil collares por Europa y el mundo. Los británicos se hartaron del disciplinamiento que dicta la UE sin consultar a los afectados, Donald Trump dijo lo que daba miedo decir a tantos y derrotó a la socialdemócrata más mentirosa, apoyada en todo el mundo. Los colombianos resistieron a la trampa común del terrorismo comunista con la farsa socialdemócrata. En Hungría, el pueblo ha desafiado a toda la maquinaria mediática socialdemócrata de derechas y de izquierdas. Y en toda Europa han surgido fuerzas que cuestionan tanto a la socialdemocracia como al comunismo. Que demandan su derecho a organizarse sin los dogmas de la hegemonía cultural izquierdista y con la revitalización de derechos y valores aplastados por la socialdemocracia. Con la nación, las fronteras, con la libertad del individuo, con la defensa de la familia, con la espiritualidad, la seguridad, con la trascendencia, con lo que cada uno, cada ser humano, quiera. Y el gran ídolo del establishment mundialista, Emmannuel Macron, les dice a los obispos franceses que necesita a los católicos para revitalizar la sociedad. La identidad del ser humano vuelve a ser la clave. Se entiende el pánico de muchos.

CLARO AVISO: VUELVEN LOS LÍMITES


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 15.04.18

La situación actual de Siria es consecuencia de los incumplimientos de Obama

La operación militar de EE.UU., Reino Unido y Francia contra instalaciones sirias relacionadas con el armamento químico ha sido breve y contundente. Y eficaz porque el régimen de Bashir el Asad sabe ya que en Occidente no se le va a permitir el uso de armas químicas sin respuesta temible. Y sabe también que ni Rusia ni Irán le garantizan plena impunidad para sus atrocidades. Pero la operación militar de EE.UU., Reino Unido y Francia en Siria tiene también otros destinatarios. El momento es peligroso y hay que evitar todo malentendido. Son Irán y sobre todo Rusia y su presidente Vladimir Putin. La británica Theresa May lo expuso ayer: No solo Assad debe saber que el uso de armas químicas en territorio propio o ajeno es un crimen internacional que no será tolerado. Tampoco a quienes las usan para deshacerse de desertores o disidentes.
El aviso está ahí con formas impecables. Como hizo en su primer ataque contra el régimen de Damasco en 2017 por el mismo motivo, Donald Trump avisó a Putin de lo que iba a hacer. Entre ambos pusieron los medios para que el inevitable golpe al presidente Assad no tuviera efectos indeseados que pudieran generar una situación incontrolable. Los aviones aliados han dejado en paz a los rusos y los rusos han permitido a los aliados bombardear sin temer su intervención. No porque les pareciera bien. Porque sabían que ahora hay determinación en Washington. La trágica y peligrosa situación actual es consecuencia directa de aquellos momentos en que Obama, ante un ataque químico similar, se dejó ganar el pulso, incumplió su palabra y otorgó impunidad a Asad. Aquella traición a los propios límites supuso un brutal revés para la credibilidad y posición de EE.UU. y abrió un vacío en la región que llenó de inmediato Vladimir Putin.
Un año después, un crecido Putin extendía su invasión de Ucrania con la ocupación y posterior anexión de Crimea. Esa brutal violación de la ley con invasión y anexión de un vecino, como si de Austria en 1938 se tratara, solo se la permite un Putin a sabiendas que tiene enfrente a un Obama. En la peligrosa situación actual, EE.UU. y sus aliados tienen que dejar claro que las leyes internacionales vuelven a tener validez. Cuando el potencial de conflicto es tan grande como hoy todos deben saber que hay límites infranqueables sin terribles consecuencias. Si ese mensaje no es escuchado Siria podría acabar estando en todas partes.

sábado, abril 14, 2018

UN INFIERNO POSIBLE


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 14.04.18

En 2013, el presidente Barack Obama, no se atrevió a cumplir con su deber de aplicar la ley y castigar la violación de los límites

La guerra de Siria comenzó en el año 2011 con un levantamiento de pequeñas comunidades contra un régimen despótico y cruel de Bashar al Assad. Siete años y casi medio millón de muertos después, Siria es el epicentro de un conflicto internacional con el claro potencial de llevar al mundo a una guerra entre potencias nucleares. Estamos más cerca de las puertas del infierno de lo que la mayoría imagina. ¿Por qué? Por la incapacidad de los países occidentales de comprender el carácter de sus enemigos. Por una deriva política, intelectual y moral que deja a Occidente básicamente sin criterios para responder a las agresiones y amenazas a sus intereses. Porque hay muy preocupantes indicios de que la democracia misma impide tomar las medidas necesarias para fortalecerse y defenderse.
En plena escalada de la guerra en el año 2013, el régimen de Bashar al Assad lanzó gas sarín sobre la población de Guta y aunque se había advertido claramente que estas armas no serían toleradas, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el gran símbolo del triunfo del relativismo «europeo» en la primera potencia mundial, no se atrevió a cumplir con su deber de aplicar la ley y castigar la violación de los límites. La impunidad hace colapsar los diques morales. Como las leyes, violadas sin consecuencias, dejan de existir. Estas verdades, que la humanidad conoce y respeta desde la antigüedad grecolatina, se ignoran desde hace décadas en sociedades occidentales con resultados catastróficos. Finalmente estas verdades han sido ignoradas en el terreno bélico de Siria. La guerra que en Siria se libra con gases y con bombas de barriles explosivos. Pero la guerra ya es mundial. Se combate en los medios de propaganda en redes y opiniones públicas donde existen. La desinformación se adueñó del campo de batalla. Hay que poner pie en pared y restablecer unos códigos de comportamiento y entendimiento. O el infierno puede salir de Siria hacia muchas partes en mundo.

EL DELIRIO SIN ÉXTASIS


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 13.04.18

Albiac forja una gran composición periodístico filosófica en« Mayo del 68»

HA pasado medio siglo de unas fechas míticas en un año mágico. Fue 1968. Sucedieron muchas cosas aquel año que desde entonces el mundo occidental ha considerado trascendentes. Y por tanto lo fueron. Con la llegada de Alexandr Dubcek a la jefatura del Partido Comunista de Checoslovaquia comenzó el último intento de reformar el sistema comunista hacia el humanismo, la democracia y despojarlo de crueldad y pulsión asesina. Aquello se llamó «Primavera de Praga» y fracasó con estrépito y horror en agosto bajo los tanques soviéticos. También hubo grandes convulsiones en los países que tuvieron la fortuna de ser liberados por ejércitos anglosajones y no pasaron a una tiranía comunista desde la nazi. El epicentro fue París. Su apoteosis en mayo. «París, mayo del 68» es un hito del siglo XX. Aunque revolución fracasada, tiene reputación amable entre unas generaciones posteriores que cada vez saben menos de ella. Los jóvenes que oyen hablar de «Mayo del 68» piensan en antiautoritarismo, hippies, pelo largo y hachís. Mucho en Woodstock, poco en Mao.
En 1968, en España la gente estaba a otra cosa. Tres lustros después, cuando los españoles decidieron que todos ellos habían sido antifranquistas –gobernaba ya el PSOE y Franco llevaba siete años muerto–, en los partidos de izquierdas hacían carrera exiliados de verdad y de mentira. Y había una subespecie pelmaza que se pretendía veterana de batallas parisinas. Debe temerse que publiquen.
Por eso yo ya me he leído el único libro sobre 1968 que probablemente lea en el año. Es muy improbable que se publique nada mejor. Y es imposible nada más auténtico. Es «Mayo del 68, fin de fiesta», de Gabriel Albiac. Escrito sobre la base de su «Mayo del 68, una educación sentimental» de hace 25 años, le ha salido un compendio periodístico-filosófico en un extraño, denso, bello y robusto maridaje. Nadie podía guiarnos con tanta seguridad y conocimiento por escenarios en las calles y en las cabecitas efervescentes de los protagonistas, de los grupos y de los individuos. Desde los líos de Nanterre hasta la gran decepción, que Albiac guarda en la memoria como tal, de un Estado que recupera el control después de que un inmenso error de cálculo estuviera a punto de costarles mucho más que ese colosal susto. Porque pudo haber pasado lo que pocos querían, que las instituciones de la democracia francesa fueran arrolladas por una fuerza de muchos y de nadie para nada. «El asalto a los cielos exige mártires. Con los veinte millones de asesinados por el estalinismo, con el descerebrado despotismo del otro lado del muro, había que ser muy tonto o muy canalla para seguir jugando». La revolución exige más hambre y más odio. ¿Y triunfar para qué? Puede que tenga razón Albiac y el 68 fuera el fin de todo. El último intento de felicidad total colectiva, la última tentación de la apoteosis de romper hacia el cielo todo obstáculo. La revolución como promesa de un «espacio sagrado» para el goce exento de traba. Una pueril fantasía. La gran intoxicación colectiva de una pócima de Lenin y Freud cocinada por sus druidas Sartre, Marcuse y demás. Llevó al delirio extremo y sin embargo no acabó ni en extasis ni en tragedia. Como sí harían las drogas que a partir de entonces individualizaron la búsqueda del paraíso para generaciones. ¿Se acabó todo? Yo no lo creo. Como en las películas en que el monstruo se transforma en baba o humo, pienso que el delirio mutó en destilada ideología neomarxista que nos vende como sistema democrático lo que es socialdemocracia enemiga de la libertad que avanza hacia la liquidación del individuo sin una mala palabra pero con la fiereza de la revolución cultural china.

martes, abril 10, 2018

UNA ENEMIGA DE ESPAÑA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 10.04.18

La ministra alemana tiene interiorizado el argumentario del golpismo español

EL Gobierno alemán hizo ayer su primer intento de aplacar la indignación que han generado en España las declaraciones de su ministra de Justicia, Katerina Barley, sobre la rocambolesca sentencia del tribunal de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein que denegaba la entrega a España de Puigdemont por rebelión. El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, dijo que la posición de su Gobierno es la de siempre. Que considera el conflicto de Cataluña «un asunto interno que debe ser resuelto por los actores políticos españoles, al amparo de la Constitución española y de acuerdo a la legislación vigente en ese país». Perfecto. Es lo que pensamos nosotros. Nadie le está echando la culpa al Gobierno alemán de una decisión de un tribunal que se ha excedido groseramente de sus atribuciones porque su única obligación es garantizar que Alemania y España, miembros de la misma comunidad de Derecho, se apoyan mutuamente en la persecución de los delitos dentro de la Unión Europea. El auto del tribunal de Schleswig Holstein es por ello una pura impertinencia en todos los sentidos. Porque no viene al caso. Y porque es una ofensa. Los jueces habrán de resolverlo.
El problema del Gobierno alemán es otro. Está en que, por mucho que su portavoz diga que la ministra Barley ha hablado ya con su colega Rafael Catalá para «solventar el malentendido», resulta que no hay malentendido. Porque se ha entendido todo. Su ministra no niega haber dicho lo que ha dicho y que sabemos porque el periodista del diario
Süddeutsche Zeitung no respetó la confidencialidad que, según dice ahora la ministra, habían acordado. Pero ella no niega haberlo dicho ni niega pensarlo. Nada de malentendido. Y lo que piensa y dijo es que España tiene que negociar con los golpistas y ella es partidaria de poner todas las dificultades al Gobierno de España y todas las facilidades a los separatistas para forzar esa negociación. Entre el defensor de la ley y el criminal, se entiende. Presumía de haber estado al tanto del proceso de toma de la decisión judicial y dejaba ver que es partidaria de entorpecer hasta la causa de entrega de Puigdemont por malversación. Además de no considerar a España un país plenamente libre.
Retórica izquierdista barata de la ministra, otra radical en un SPD escorado hacia la izquierda porque Angela Merkel, con sus democristianos hechos socialdemócratas, no le deja otro espacio. Además está el declive de la calidad. También allí es dramático. Ministros de Justicia del SPD fueron Gustav Heinemann o Hans Jochen Vogel. En ese cargo que ocupa ahora esa patética bibianaaido renana con máster en leyes. Pero a Merkel lo único que le importaba era salvar la cabeza y no estaba para ponerse exquisita en la elección de ministros.
La ministra no se ha disculpado ni parece tener intención de hacerlo ante los españoles. Y el Gobierno de Merkel piensa que el asunto está saldado. Se equivoca. La gravísima ofensa de su ministra a España sigue en pie. Porque todos los españoles sabemos hoy que en el gabinete de Merkel hay una ministra federal de Justicia que simpatiza abiertamente y actúa en la sombra a favor de una banda golpista que quiere destruir España. En su Consejo de Ministros hay al menos un miembro con el discurso del separatismo y la ultraizquierda española de que la democracia española solo se redimirá del franquismo aceptando la destrucción del Estado y de la Nación Española que dichas fuerzas exigen. Así las cosas y si la ministra Barley sigue y no se disculpa, los españoles tenemos muchas razones para considerar rota la confianza en quien siempre ha sido un aliado y amigo. Porque Katerina Barley ha demostrado ser una enemiga de España.

ORBAN TOMARÁ MEDIDAS CONTRA LAS ONG QUE APOYEN LA INMIGRACIÓN


Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Budapest
ABC  Martes, 10.04.18


La victoria del «premier» húngaro es un golpe al consenso socialdemócrata en la UE

Liderazgo
Orban jugará un papel en Europa mayor del que corresponde a un país tan pequeño como Hungría

Gobernantes y medios en Europa y EE.UU. han recibido con consternación la noticia de la apabullante victoria electoral de Viktor Orban en las elecciones generales húngaras del domingo. Se habla de la victoria del «hombre más peligroso de Europa» y de un peligroso racista y dictador. La mayoría desprecia la voluntad de los húngaros expresada en las urnas como fruto del engaño y la propaganda del odio. Homófobo, ultraderechista, amenaza letal para la democracia en Europa y hasta comparaciones con Hitler, nada es excesivo para atacar a Orban. La prensa hegemónica de la socialdemocracia en Europa reaccionaba así tras quedar traumatizada por la victoria de Orban. Y los ecos políticos y sus consecuencias para todo el continente.

Orban, con sus seguidores tras conocerse los resultados en Budapest
REUTERS

Con la altísima participación, que creían el arma secreta para derribar a Orban, habían comenzado a especular ya sobre la situación que se creaba con la pérdida de la mayoría absoluta por Orban. Había optimismo a media tarde en medios de la oposición. A las once de la noche se les hundió el mundo a ellos y a la mayor parte de la prensa extranjera tan feroz opositora a Orban como sus peores enemigos. Al final, la alta participación disparó el voto a Fidesz hasta esos 133 escaños de los 199 del parlamento que le dan práctica mano libre para gobernar y para legislar.
Hubo consternación pero después también realismo. Fueron muchos, y no solo los notorios dirigentes de la ultraderecha de Europa, también los grandes gobernantes de la UE, muchos muy enfrentados al triunfador, los que felicitaron muy pronto al primer ministro. Todos estaban pendientes de las elecciones y todos coinciden en que es un inmenso golpe para los defensores de la ortodoxia política del consenso socialdemócrata en la UE. Y es un revulsivo para todas las fuerzas de una derecha contraria a los grandes dogmas de la izquierda liberal que dominan actualmente el discurso político y cultural en Europa. Desde la ideología de género, el multiculturalismo, la inmigración como solución demográfica, la cultura LGTB, son muchos los campos en los que la resistencia ha comenzado a articularse en las sociedades europeas. Para esos focos, descalificados como ultraderechistas o no, Orban es ya el principal referente y lo será mucho más a partir del pasado domingo.
En lo que coinciden sus enemigos, cada vez más furiosos, como sus seguidores, cada vez más numerosos, es en que el primer ministro húngaro va a jugar un papel en el continente que trasciende en mucho al de un gobernante de un país tan pequeño como Hungría. Y si hasta ahora se le ha odiado tanto en la izquierda occidental, es de esperar que se llegue a nuevas cotas, porque el partido ya anunció ayer que con este resultado tiene un claro mandato de la ciudadanía para cumplir con sus promesas electorales en materia legislativa. Y esto incluye medidas para limitar las actividades de organizaciones que fomentan la inmigración, ONG habitualmente financiadas desde el exterior. Y que sirven para promover todos esos campos de los que Fidesz es radical adversario como son el multiculturalismo, las fronteras abiertas y la ideología de género. Las medidas llegarán con el provocador nombre de Paquete StopSoros, en honor del enemigo íntimo de Orban que es el multimillonario, magnate de la especulación financiera norteamericano George Soros, mecenas de todos los movimientos «progresistas» en todo el mundo, pero especialmente en Hungría su patria de origen. Ahí ya se anuncian nuevos conflictos con Bruselas.

Enemigo de izquierdistas
Está claro que Orban es ya el enemigo favorito para todas las organizaciones y activistas izquierdistas en Europa y para todos los partidos que quieren gozar de las simpatías en las mismas. Aunque esas descalificaciones como dictador no resisten la prueba de los hechos. Orban ganó en 1998 y cuando perdió las elecciones en 2003 se fue a su casa y tardó dos legislaturas en volver a ganar. Ahora lleva tres elecciones ganadas en unas elecciones de ejecución impecable. Aunque ciertas ONG han protestado porque consideran que el ambiente de agitación contra la inmigración y la propaganda del partido Fidesz intimida, asusta y genera odio. Denuncian que una mayoría de los medios defienden posturas afines al gobierno. Eso no es algo que pase solo en Hungría. Lo cierto es que todos han podido defender sus posiciones.
Los partidos de la oposición no han hecho protestas sobre el transcurso de las elecciones aunque tuvieran críticas para el contenido de la campaña del partido de Orban, plenamente enfocada a subrayar como máximo objetivo del gobierno impedir una sociedad multicultural en Hungría y por ello todo tipo de inmigración. Ese debate se ha centrado en el contenido de la propaganda electoral no en el fondo. Porque tanto los socialistas del MSZP como la extrema derecha de Jobbik, tercero y segundo partido después de Fidesz, defienden la negativa a las cuotas y la defensa de la valla que fortifica la frontera y construida por Orban a partir de 2015. De hecho es más fácil defender en Hungría posiciones a favor de la inmigración que defender en Alemania posturas contrarias a la inmigración o favorables a Orban.

ORBAN ARROLLA Y SE ABRE PASO PARA UN TERCER MANDATO


Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Budapest
ABC  Lunes, 09.04.18

Elecciones en Hungría

El primer ministro tendrá una cómoda mayoría de dos tercios en el Parlamento

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, consiguió ayer un arrollador triunfo frente a toda la oposición de derechas e izquierdas y frente a la campaña internacional contra su persona y su política. Sin resultados definitivos al cierre de esta edición, claro está que Orban contará de nuevo con esa abrumadora mayoría de dos tercios en el Parlamento que le permite mano libre para gobernar y legislar. Al final, los resultados son abrumadores. Sin ser definitivos otorgan 134 de los 199 escaños a Fidesz; 26 a la extrema derecha de Jobbik, cuyo líder dimitió nada más conocer la victoria de Orban; 20 escaños a los socialistas del MSZP; 8 a los Verdes, y otros, sueltos.
Orban compareció cerca de la medianoche en la fiesta junto al Danubio, en el Centro Balna. «Hemos ganado», comenzó su alocución ante una multitud entusiasmada con los resultados que aparecían en la gran pantalla cerca de la tribuna. Entre cánticos y banderas húngaras, el jefe del Gobierno dio las gracias «a todos los que habéis rezado por nosotros y a los que habéis rezado por mí. Esta es una victoria importantísima porque nos da los medios para defender con eficacia a la patria». Después del himno de la revolución de 1848 y del nacional, se despidió con un «Larga vida a Hungría» y, en latín, «Soli deo gloria».
Los húngaros habían ido a votar como nunca con una participación que llevó a muchos a descartar esa mayoría de dos tercios de los 199 escaños del Parlamento húngaro. La altísima participación disparaba las esperanzas de la oposición de acabar también con la mayoría absoluta de la alianza de Fidesz y los democristianos de KDNP. No obstante, si hubo movilización en Budapest del voto urbano anti Orban, se dio una inmensa afluencia a los colegios en todo el país y al final Orban sale muy fortalecido en Hungría y fuera.
La actitud hostil de Bruselas, de muchos gobiernos europeos, de la inmensa mayoría de los medios de comunicación occidentales y todas las ONG izquierdistas, muchas pagadas por el gran enemigo de Orban y también protagonista de la campaña, George Soros, no han logrado cambiar el escenario político. El resultado tendrá también consecuencias para el conflicto entre Orban y la UE, especialmente por la firmeza de su oposición a toda cuota de inmigrantes o refugiados.

Altísima participación
La participación sorprendió a todos. Se siguió votando pasada la hora del cierre en muchos locales en Budapest que tenían aún largas colas, y en las embajadas húngaras también se registró una afluencia sin precedentes. Unos decían que por fin muchos húngaros se habían dado cuenta de que tenían que votar para derribar Orban, y otros señalaban que los llamamientos del primer ministro a darle el apoyo para combatir a la UE y sus intentos de imponer cuotas de inmigración tendrían sus frutos. Así ha sido. Sin los dos tercios aún podía gobernar Orban con comodidad. No sin la mayoría absoluta. Porque todos los partidos de la izquierda y la extrema derecha de Jobbik descartaban apoyar al actual primer ministro.
Orban había votado con su mujer en su barrio y llamado a todos los húngaros a votar porque, según él, también «está en juego el destino de Europa», que ve en Hungría una forma alternativa de afrontar el futuro. El primer ministro ha conseguido, a pesar de liderar un país tan pequeño, un altísimo perfil en el debate ideológico actual en Europa y se ha convertido en un referente para muchas nuevas fuerzas de la derecha que han surgido tanto en Centroeuropa como en Europa occidental.
Como líder político en el grupo de Visegrado con Polonia, Chequia y Eslovaquia, el primer ministro húngaro ha destacado en presentar un discurso político alternativo al de Berlín y París y sobre todo al de su gran adversario, Bruselas. Esto, y los furibundos ataques que recibe desde el exterior, fortalecen su imagen de padre protector de la patria.
Orban se presentaba como el único capaz de impedir que las fuerzas exteriores impongan a Hungría unas medidas que nadie, ni la oposición, quiere, como son las cuotas de inmigración. El primer ministro acusaba a la oposición de seguidismo de las «fuerzas mundialistas» que quieren traer a Hungría la sociedad multicultural que existe en los países occidentales. Orban siempre cita a Alemania o Suecia como la amenaza directa que solo él y su partido son capaces de neutralizar. El resultado dispara su prestigio entre los sectores de la derecha europea que se ha alejado de las cristianodemocracias asimiladas a la socialdemocracia en muchos países y en especial en Alemania.

El candidato del partido socialista MSZP- Dialog, Gergely Karacsony, aún manifestaba por la tarde a ABC que estaba feliz con la alta participación. Tanto que advirtió al presidente de la República, Janos Ader, de que no podría encargar a Orban la formación de gobierno sin la mayoría absoluta, porque todo el resto de partidos le niegan el apoyo. Al final, Karacsony dimitirá como enésimo rival que devora el animal político que es Orban.

Dos húngaros vestidos de húsares votan ayer en la localidad de Vac


En cifras
69,13% participación
es la mayor registrada en Hungría desde la caída del Muro de Berlín
48,9% para Orban
de los votos emitidos fueron a parar a la alianza Fidesz, de Viktor Orban
134 diputados
obtiene el partido de Orban sobre los 199 que forman el Parlamento. En 2014 logró 117

VIKTOR ORBAN PRIMER MINISTRO

Enemigo del multiculturalismo


Viktor Orban ha sido primer ministro tres legislaturas. Este abogado de Szekesfehervar que con 25 años fundaba el partido Fidesz, aún bajo el régimen comunista, ya irrumpió en la historia con su memorable discurso ante cerca de un millón de húngaros en el homenaje y entierro en 1989 de Imre Nagy, el primer ministro que lideró el levantamiento de 1956 contra el régimen comunista y la URSS y ejecutado por ello. Estaba aún en pie el muro de Berlín. Orban exigió elecciones libres, la retirada de las tropas soviéticas y el fin del Pacto de Varsovia. Todo se cumpliría. Fue el interlocutor favorito de los occidentales en la transición. Receptor de una beca de George Soros para estudiar en Oxford, no sabía entonces el multimillonario que fomentaba la carrera de su peor enemigo. Porque Orban se hizo un político de la derecha que busca la lucha frontal con la izquierda para batirla en la urna y en la batalla cultural e ideológica. En 1998 ganó las elecciones y, según cuenta él, se precipitó tanto que las perdió cuatro años después. Volvió Orban y ha gobernado ocho años con éxitos económicos innegables. Pero su postura ideológica y su rechazo a la sociedad multicultural le han generado inmensa hostilidad en el exterior. Cada vez tiene más seguidores entre una creciente derecha que se distancia del centrismo social democratizante.

ALGO HUELE A PODRIDO EN ALEMANIA


Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 08.04.18

La corrección política ha corrompido al periodismo alemán

LA prensa alemana respiró aliviada. Toda ella, al unísono. Todos informaban, casi se percibía la satisfacción en las letras, que el autor del atentado con una furgoneta que sembró ayer la muerte en Münster era un loco alemán. «El autor es Jens R. del Sauerland». No era un refugiado musulmán invitado por Angela Merkel. Casi se oye el suspiro de alivio. Hasta los muertos parecen importar ya menos. Sin consecuencias políticas. Solo un disgusto. Pintaba mal, porque estos atentados no se pueden ocultar como otros delitos, violaciones y acosos que la prensa alemana cubre con el discreto manto de la corrección política. Para evitar bajas pasiones como el racismo. Para impedir que se aprovechen «los malos» que no son los criminales, dicen, sino quienes pretenden sacar «beneficio político» del crimen. Los medios alemanes se han homogeneizado bajo Angela Merkel hasta dar miedo. No porque lo imponga la canciller. Sino porque bajo ella el clima de la corrección política ha alcanzado cotas de negación de la realidad que evocan a aquella prensa de la RDA en la que creció. Con tanta obediencia y ganas de estar dentro, muy dentro, del rebaño.
Todos los medios ocultaron los sucesos de Colonia y otras ciudades en la Nochevieja de 2015. Casi todos atacan al unísono a cualquier intelectual que diga que «el rey está desnudo» y que la inmigración y los refugiados han destruido formas de vida y la seguridad en partes de Alemania, sobre todo para los más pobres. Atacan a quien se atreva a decir la verdad y no cejan hasta destruirlo. A autores como Sieferle, que se suicidó, a Tellman, a Sloterdijk y hasta a Safranski en cuanto sugieren que algo huele a podrido en la Alemania del consenso socialdemócrata. Donde se prohíbe la verdad en aras de la armonía. El alivio general ante la noticia de que no hay que inventar una locura de un refugiado porque tienen un loco alemán es casi ofensivo. En los medios y en los políticos. Esta vez no tendrán que tachar de «ultraderecha» todo lo que señale verdades incómodas. ¡Qué ruina periodística!
El fracaso moral e intelectual de los medios alemanes lo hemos sufrido los españoles estos días en propia carne. Desde hace años se da esta deriva hacia una prensa uniformada militante en favor del «Bien» y en cruzada «contra los males de la derecha». Contra la derecha y contra el derecho. La falta de respeto a la verdad que han mostrado los medios alemanes en la cuestión de Cataluña estos días no es casual. Es depravación habitual. Decidieron que el golpismo de Puigdemont era el refugiado y España «la derecha». Establecidos los dos polos del Bien y del Mal, ninguna verdad ni argumento podía impedir una defensa cerrada del delincuente y una condena unánime de quien reclama derecho. A esta perversa deriva del periodismo de ocultar lo que no conviene al Bien, se suman los políticos. Y no resisten todos los jueces. Ni en Alemania ni aquí.

EL SOCIALISMO SE ALIARÍA CON LA ULTRADERECHA PARA ECHAR A ORBAN


Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Budapest
ABC  Domingo, 08.04.18

Elecciones en Hungría - Los candidatos

El presidente húngaro se mantiene como claro favorito en las elecciones de hoy

Alternativa tecnócrata Si Orban pierde la mayoría absoluta, los socialistas colaborarían con los ultras en un gobierno tecnócrata

Unos ocho millones de húngaros van hoy a las urnas a elegir a los 199 diputados de su Parlamento con la certeza de que Viktor Orban vuelve a ser el gran favorito y todo apunta que podrá asumir su tercera legislatura consecutiva, cuarta en total. Todos los sondeos le atribuyen a la alianza entre el partido de Orban, Fidesz, y los democristianos del KDNP una amplia mayoría. Sus posibilidades van desde el no lograr la mayoría absoluta, que sería su peor fracaso posible, a obtener la mayoría de dos tercios que le da en el parlamento mano libre absoluta y poder legislativo y de nombramientos incontestado.
Con un sistema de elección mixto –de listas y directa– la oposición vuelve a acudir a las urnas con una división que es desde hace dos legislaturas un inmenso regalo para Orban. El naufragio que sufrió la izquierda tras su gobierno derrotado en 2010 fue tal, que el segundo partido después de Fidesz es hoy la extrema derecha de Jobbik, con entre el 16 y el 20%. Y solo después aparece el Partido Socialista (MSZP- Dialog) que en ningún sondeo alcanza el 20% y todo concentrado en ciudades y especialmente en Budapest. Después vienen los Verdes y otros grupos menores.
El candidato socialista Gergely Karacsony es un sociólogo, de una izquierda moderada, que trabajaba en una compañía demoscópica y asume un cargo, el de rival de Orban, que ha devorado a todos sus antecesores. Ayer conversó con ABC poco antes de su último acto de campaña y se mostraba esperanzado en cuanto a las posibilidades de romper o al menos cuestionar el poder de un Orban que levanta pasiones entre sus seguidores y cuyo carisma eclipsa todos los esfuerzos de otros en campaña. «Se puede batir a Orban. Creo que tenemos la posibilidad de dejarle sin una mayoría absoluta y desde luego creo que puede excluirse que recupere la mayoría de los dos tercios». El líder socialista cree que esto es fundamental «para evitar que cambie el régimen local. Los ayuntamientos son hoy los únicos que crean un cierto contrapoder al poderoso gobierno de Orban. No solo los ayuntamientos que tiene la izquierda y Jobbik, también los de Fidesz».
La relación de los socialistas y el resto de oposición de izquierda con la extrema derecha de Jobbik es muy atípica. Colaboran con ella en ayuntamientos para hacer frente al gran partido del poder. Jobbik, que surgió como una fuerza cuasi nazi, se ha moderado y puja con la izquierda en favor de mayor transparencia y lucha anticorrupción, el gran talón de Aquiles de Orban. Jobbik tiene una difícil posición ya que Fidesz monopoliza el discurso nacional, de seguridad, de «hungaridad» y de defensa frente al ataque exterior. Karacsony no descarta una colaboración con la extrema derecha si Orban perdiera la mayoría absoluta. Se declara contrario a repetir elecciones y aboga por un acuerdo de emergencia y provisional. «La izquierda no puede presentar el caos como alternativa a Orban». «Si logramos que Orban pierda la mayoría absoluta lo mejor es crear un gobierno de tecnócratas para un tiempo tasado, con una personalidad de consenso a su cabeza. Para eso nosotros estaríamos dispuestos a colaborar con Jobbik».

Éxito económico
Orban presenta un balance económico con bastantes éxitos con un fuerte crecimiento del 4% y una tasa de paro que bajó de más del 10 al 4,2%. La oposición vierte serias críticas a la desigualdad social que considera la mayor de Europa y a la educación y sanidad que ve en situación desastrosa. Pero Orban ha aplicado una política de apoyo a las familias y de empleo social que ha surtido efectos positivos. Y una política de seguridad que la oposición no discute. Los que desde el exterior, con casi todo el periodismo europeo, con la Comisión, el aparato de Bruselas, con las ONG izquierdistas y la masiva financiación anti Orban del magnate George Soros atacan sin cesar la política de rechazo a cuotas y la valla construida por Orban no parecen saber que la oposición de izquierdas también está en contra de cuotas de refugiados e inmigrantes y defiende la existencia de la frontera fortificada. Karacsony critica a Orban en este campo no en el fondo, sino en su retórica de alarma para generar temores en la población a que Hungría podría pronto estar como las ciudades occidentales lo que es puro alarmismo y demagogia, dice.

GERGELY KARACSONY, LÍDER SOCIALISTA

«La izquierda paga hoy su desprecio a la causa nacional»

Gergely Karacsony, candidato socialista, ofrecía ayer a ABC algunas de las claves de los éxitos de Orban y de los motivos por los que la oposición no logra capitalizar la enorme hostilidad que el jefe de gobierno húngaro genera en el exterior. Dice que las campañas contra Orban de la mayoría de los medios de Europa y EE.UU., los gobiernos occidentales, las ONG y el Parlamento Europeo siempre benefician al atacado. Porque realzan su papel de protector de la nación húngara frente a unos ataques del exterior que el líder presenta como ataques a la voluntad de los húngaros, un argumento con enorme fuerza evocadora. En 1919 en el Tratado de Trianon las potencias vencedoras partieron no solo el Imperio Austro-Húngaro sino la propia Hungría y entregaron gran parte de su territorio a los vecinos, dejando al país con solo un tercio de su territorio y gran parte de la población húngara fuera de sus fronteras. «Desde entonces las heridas en el alma húngara son muy profundas». Aquello fue una terrible mutilación por intervención extranjera. Y existe una especial sensibilidad ante una agresión exterior real o imaginada. «La izquierda húngara cometió un grave pecado al ser antinacional. Y su desprecio a la causa nacional la pagará aun mucho tiempo». «La izquierda rechazó en su día dar la doble nacionalidad a los húngaros que residen fuera de nuestras fronteras. Yo estaba a favor. Después Orban se la otorgó. Los húngaros de Transilvania por ejemplo le adoran». Orban se ganó así la baza de defensa de la nación.

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El candidato socialista húngaro, Gergely Karacsony, en un mitin electoral