domingo, abril 29, 2018
Por
HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 29.04.18
Víctimas y «Manada» dan igual, el objetivo es la judicatura
ES la hora estelar de los linchadores. «La manada judicial»
dictaba Jordi Évole, ese follonero de la cloaca de la extrema izquierda hoy un
referente en ciertos sectores de la sociedad española gracias al Gobierno del
PP. Nadie crea por tanto que aquí se trata de hacer justicia con nada ni nadie.
Se moviliza para destruir a la judicatura en el grado de independencia y
resistencia a la avalancha ideológica que busca someter a la sociedad entera.
Lo terrible es comprobar la poca resistencia que encuentran por la falta de
criterio de la sociedad débil y maltrecha. Por no hablar de unas clases
política y periodística depravadas hasta la náusea que compiten por adherirse
la jauría. Imaginen que la chica fuera la mujer de un guardia civil y los cinco
borrachos agresores, miembros de la chozna de fiestas de ETA/Bildu. ¿Cuántos
habrían salido a la calle contra una sentencia que no han leído, sobre unas
pruebas y un vídeo que no han visto y un juicio que desconocen? Se trata, ya lo
dice Évole, de los jueces. Que tienen la manía de pedir pruebas. Y eso se tiene
que acabar. Tienen que empezar a regirse por lo que siente y pide el pueblo. Ya
se encargarán Évole, Otegui, Iglesias y otros amigos en transmitir a los jueces
qué se espera de ellos.
Lo que hay probado son relaciones sexuales de los cinco con
la chica. Y está el testimonio de la víctima afirmando que ella no quería y que
fue forzada a ello. Eso es lo que hay. Y declaraciones contradictorias. Y un
vídeo que no conocemos. Después está nuestro ordenamiento jurídico. Y lo que
llaman pruebas. Eso que se considera necesario para condenar a alguien. Siempre
es así. Pero más cuando se dirimen penas que pueden dar al traste con la vida
adulta de los acusados. Y no hay pruebas. Por mucho que duela. Es la palabra de
la chica. Se grita que «No es no». Muy cierto. Así debe ser. Pero es que no hay
un «No». Por eso sale Ana Patricia Botín, sorprendente nueva experta en leyes,
para decir que «no hace falta un No».
Es la hora estelar de los linchadores. Y tienen el caso
perfecto. La denunciante y víctima es una mujer frágil, la hija que todos
tenemos o podríamos tener. Los condenados son cinco hombres de mala calaña y
hábitos despreciables. Y han acabado siendo personajes ideales para una función
en la que, culpables o no culpables de una cosa u otra, cumplen una función
perfecta. El asalto a la independencia judicial con el ataque masivo a la
presunción de inocencia. La independencia judicial puede frenar al frente de
izquierdismo y separatismo que intenta destruir España. Y dejar en ridículo a
golpistas y también a gobiernos con apetencias de complicidad por sobrevivir.
Los jueces son, en un país sin gobierno y con una rebelión regional, el único
dique de defensa de la Constitución, de la libertad y de lo que queda de estado
de derecho. A por ellos van.
EL MIEDO MILAGROSO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 28.04.18
Trump convenció al tirano coreano de que por las malas no
tenía salvación
Fue una jornada histórica con mayúsculas, de inmensas
consecuencias, todas esperanzadoras, para Asia y el mundo, la vivida ayer en el
paralelo 38, en la línea de frente y frontera entre las dos Coreas. El dictador
comunista Kim Jong-un y el presidente democrático Moon Jae-in, juntos de la
mano, rompieron ayer la terrible parálisis en esa desgraciada franja de tierra
fortificada que divide a los coreanos desde 1945. Desde la guerra de Corea en
1953 nada se había movido. De golpe se da una situación impensable. Con la
firma de un «acuerdo para una paz permanente» se abre la puerta a la
desnuclearización de la península, el fin de la mayor pesadilla para Asia.
Nadie ha pedido aun el Premio Nobel de la Paz para el
artífice de esta nueva y extraordinaria situación, que no es otro que el
presidente de EE.UU., Donald Trump. El presidente surcoreano sí ha dejado claro
que el mérito recae en Trump. Pero los mismos que le regalaron un Premio Nobel
ridículo a su antecesor Obama al cargo y sin mérito ninguno jamás reconocerán
el mérito de alguien tan distinto a ellos. Llevan semanas los medios
occidentales buscando «otros factores» para explicar lo sucedido. Trump amenazó
con credibilidad al tirano norcoreano e impuso durísimas sanciones que todos,
China incluida, ayudaron a cuajar. Hasta convencer al caudillo del peor
infierno comunista aun existente, de que su única posibilidad de subsistir es
su desmilitarización. Su futuro, ese fue el mensaje de Trump, está en un
acuerdo de paz, desnuclearización y apertura hacia Seúl. No en una agonía bajo
implacables sanciones a las que no podría escapar con amenazas de ataques
nucleares, porque enfrente le garantizaban su total exterminio. Trump, que
celebró ayer «el fin de la guerra de Corea» se verá con Kim Jong Un en mayo. El
camino será largo y difícil. Y todo puede encallar. El sátrapa es imprevisible.
Y no es menos asesino hoy que ayer. Pero el malo tiene miedo. Le tiene miedo a
Trump como nunca se lo tuvo a nadie. Es el arma decisiva y piedra angular de la
esperanza.
viernes, abril 27, 2018
CRÍMENES HUMANITARIOS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
27.04.18
La superioridad moral de la izquierda justifica cada vez más
la violación de las leyes
EN la Oficina Federal para Migración y Refugiados en la
ciudad alemana de Bremen ha estallado un escándalo colosal. La anterior jefa de
este departamento federal concedió al menos 2.000 certificados injustificados
de asilo político, permiso de residencia y cuantiosa ayuda social a otros
tantos inmigrantes indocumentados. Otorgó las documentaciones de forma
clandestina y sin controles ni otros trámites. El ministro del Interior, Horst
Seehofer, ha anunciado una comisión de investigación. No está claro que la
acusada recibiera contraprestaciones de mafias ni que exigiera dinero a los
beneficiados. Es más, parece probable que Ulrike B. actuara por
«humanitarismo». Surge así un nuevo caso de la plaga que lentamente abre
grietas en los cimientos de la sociedad occidental: el delito, el crimen con
fines humanitarios. Probos ciudadanos y leales funcionarios deciden delinquir
por una causa que ellos consideran buena y moralmente superior a las leyes de
su patria u otras. La superioridad moral justifica la violación de las leyes.
Siempre hubo funcionarios desleales por causas ideológicas. Pero nunca ha
habido tantos europeos como hoy que creyeran que sus buenas intenciones les
eximen de cumplir leyes.
El auge del humanitarismo es un complejo fenómeno cultural
de las sociedades desarrolladas modernas. Alimentado por un complejo de
culpabilidad histórica y mala conciencia por su mayor bienestar en un mundo
cuyas desgracias se comparten de forma permanente e inmediata. Dicho
humanitarismo favorece un sesgo ideológico que la izquierda ha convertido en un
instrumento de implacable y brutal eficacia en la lucha política. Con el
humanitarismo como baluarte y el sentimiento como suprema motivación mantiene
una permanente competencia entre individuos y grupos por demostrar mayor
compasión con tragedias ajenas, mayor empatía con grupos desfavorecidos, mayor
sensibilidad frente al dolor ajeno. Gran ejemplo es el primer ministro
canadiense Trudeau, que llora por los gais y por los delfines, por tribus
ignotas o por los niños bolivianos. Trudeau abrió sus fronteras a quienes
«huyeran» de Trump. Angela Merkel también permitió la entrada incontrolada a
muchos que no cumplían las condiciones, violando leyes alemanas y europeas. En
la crisis desde 2015, el único que cumplió la ley fue el húngaro Viktor Orban.
Le cayó encima toda la ira política y mediática. Todos aplaudieron a Merkel.
Hoy han olvidado a los refugiados y a esos alemanes, los más pobres, a los que
aquello cambió la vida drásticamente para mal.
Si los gobernantes violan las leyes para agitar los
sentimientos y demostrar ser mejores que otros, a nadie debe extrañar que surjan
por doquier los «robinhood» del mundo globalizado, héroes humanitarios
dispuestos a despreciar toda ley para «ayudar al débil». Servidores públicos y
ONG no se limitan a socorrer a náufragos sino se vuelcan al tráfico de
inmigrantes, periodistas actúan de agitadores en campos de refugiados. En
España hoy, por desgracia esa plaga se multiplica por una tradición de
tolerancia abusiva surgida del complejo antiautoritario tras la dictadura. Hoy
ya genera la sistemática exigencia de impunidad para toda transgresión, menos
las que imponga la propia hegemonía ideológica izquierdista. La extrema
izquierda y el separatismo hace mucho ya que públicamente rechazan e ignoran,
luego violan, todas las leyes que les importunen, como dijo abiertamente la hoy
alcaldesa de Barcelona. Como rechazan toda sentencia que no les guste hasta el
punto de la coacción sistemática y el linchamiento mediático de los jueces. La
permanente subversión de las leyes, con pretensiones humanitarias o
liberadoras, de los peores lastres de la agónica socialdemocracia, es una
inmensa amenaza para el Estado de Derecho y la libertad en Europa.
miércoles, abril 25, 2018
UNA MALA SHAKESPEARIADA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Miércoles,
25.04.18
Cifuentes debió dimitir hace 30 días por aquellas versiones
mutantes de la verdad que ofreció sobre su titulación
Nadie habría pensado antes que Cristina Cifuentes daba para
una tragedia shakespeariana, pero se le ha acercado peligrosamente a ella al
final de estos 34 días desde que se supo, porque se supo, que no había cursado
un ridículo máster de una universidad madrileña que pretendía tener. Al final
no ha dimitido por aquello. Porque parecía en estos pasados días dispuesta a
dejar que la Comunidad de Madrid quedara en manos de la izquierda tras una
moción de censura. Con aguante para sostener lo insostenible. Y después
presentar su inevitable caída como un juego político común. Un asalto de la
izquierda contra una liberal de éxito. No lo habría sido. También en esto
habría estado Cifuentes en «conflicto con la verdad», como dice el ahora
frustrado candidato socialista de la moción de censura, Angel Gabilondo.
Cifuentes debió dimitir hace 30 días por aquellas versiones
mutantes de la verdad que ofreció sobre su titulación. Al final ha dimitido por
una grabación aparecida de un lamentable capítulo personal hace siete años en
que intenta llevarse sin pagar unas cremas de un supermercado, es sorprendida
por el personal y ha de pasar por un trámite humillante del vaciado del bolso y
el pago del pretendido botín. Son ese tipo de imágenes en las que ridículo,
humillación, escarnio se unen en una película insufrible y angustiosa de ver imágenes.
Imágenes que, como algunas conversaciones íntimas, ninguna persona pública
sobrevive. Ha hecho bien en acabar con este calvario inútil que podía haberse
ahorrado con un poco más de lucidez y amor a la verdad. Y ni siquiera ha
asumido lo evidente y ha negado la evidencia de la terrible situación que pasó
en el supermercado.
La propia Cifuentes parece asumir que en su propio partido
alguien quería acabar con ella. Solo almas cándidas se creen las inocentes
explicaciones sobre las fuentes de la primera información sobre la
falsificación de los datos sobre el máster. Y muchas sospechas caben sobre el
origen de este vídeo que por ley debería haber sido destruido hace más de siete
años. La obstinación de Cifuentes con no dimitir por el máster falso le ha granjeado
este brutal castigo en imágenes para forzar su salida. Es mejor no imaginar que
tipo de vídeo, qué tipo de documento, qué tipo de evidencia podía haber salido
a la luz si se empeña en no dimitir. Entonces el fantasma de Shakespeare podría haber estado ya directamente encima de la presidenta.
La conclusión, más allá del pesar por el daño personal que
Cifuentes sufre por culpa propia y ajena, debe ser de enorme preocupación.
Porque en un momento de alarma nacional por un golpe de Estado que se mantiene
vivo en Cataluña, el Gobierno y el partido de Mariano Rajoy están muy
evidentemente en plena descomposición. No se puede llamar de otra forma a este
grotesco y dañino espectáculo en el que los ministros se contradicen en
cuestiones de vital importancia para la seguridad nacional y todos ignoran las
alarmas de la población para dedicarse a sus propios asuntos de supervivencia y
ventaja. Y el presidente juega por conveniencia propia a la colaboración con
los golpistas en Cataluña y a las cesiones sin límites a los socios vascos de
los golpistas. Y deja así que la escalada en la agresión del separatismo al
resto de españoles sea en Cataluña cada vez más brutal. En estas circunstancias
todos los partidos nacionales tenían que estar en un frente común por la
nación, la unidad y la democracia para derrotar de una vez por todas al
separatismo golpista. Pues no, la discordia es general, la procacidad de la
agresión separatista con sus colaboradores en la izquierda radical española
crece sin cesar. Y ahora además, la sociedad está convencida de que en el
partido del gobierno se dirimen las diferencias con métodos mafiosos.
martes, abril 24, 2018
OFENDO LUEGO EXISTO
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 24.04.18
Insultan para olvidar su sospecha de que morirán como
compatriotas de Felipe VI e Iniesta
EL día de Sant Jordi en Cataluña es una celebración bonita
surgida de una buena idea. Regalar un libro y una rosa y convertir ese gesto de
obsequio de belleza de la naturaleza y de la cultura en fiesta popular y rito
social solo expone buenas intenciones y altura de miras. Es lo que se llama un
hábito de sociedad avanzada. Pero era ingenuo pensar que en la vertiginosa
depravación triunfante de todos los frentes de la realidad en Cataluña pudiera
sobrevivir intacta una idea noble. No puede ser.
No se puede fabricar y emitir odio a espuertas durante 364
días, pisotear todo el año las libertades del no separatista y frenar en seco
un día para recrear un paisaje idílico del libro y la tolerancia, las letras y
la armonía, la inteligencia y la libertad. No puedes ser un día una espiritual
clase de filosofía del Trinity College de Cambridge en 1938 si el resto del año
eres la facultad de higiene racial de Berlín y no quedan libros malditos por
quemar. Así, las noticias que daba ayer el otrora cordial e ingenioso Sant
Jordi son las difamaciones del jefe del Parlamento regional, Roger Torrent,
contra todo el que en España aún cumple la ley, y el libro que regaló a su
pareja artística el joven que cantará por España en Eurovisión.
El libro elegido por el niñato, que se llama Alfred, para
regalarle a ella, que se llama Amaia, su pareja en Eurovisión en representación
de España, se titula «España de mierda». Esto viene a ser como una intervención
de Cristóbal Montoro en heroica defensa del golpista Carles Puigdemont. La
primera reacción es preguntar: «Alfredito (o Cristobalito), ¿A qué viene eso?».
Pues viene a que regalar ese libro le hace sentirse mejor. Como Cristóbal, que
se siente mejor después de dejar claro que él no descontrola. Montoro por su
reputación hace cualquier cosa. Lo estamos viendo. El Gobierno ha tratado el
golpe de Estado antes y después del 155 como un irritante malentendido. Los
golpistas molestan porque pueden fastidiar el presupuesto a Rajoy. Una lata. Lo
demás ya se verá cómo se apaña. Patada para adelante y que arree quien venga
después. Eso sí, lo más tarde posible.
Para Alfredito de Operación Triunfo, que ya se pavoneó como
separatista, sabe que insultar a España le genera simpatías entre los suyos y
ningún inconveniente con los demás. Gana siempre. Por eso coge el libro del
tonto agonizante eterno que es Albert Pla y se gasta la gamberrada. Ofender
como única forma de saber que existe. Le pasa al propio Pla, cuyo cerebro
encoge desde hace siete lustros, y le pasa al niñato de Eurovisión, que viene
jibarizado sin gasto. Le pasa al rebaño de mequetrefes que solo fue a Madrid a
la final a pitar al himno e insultar al resto de los españoles. Que no eran
todos los culés. Pero bastantes de los culés. Para distraerse de la terrible
sospecha de que todos morirán como compatriotas de Felipe VI e Iniesta.
Ofender como único recurso, como única forma de existir.
Como esas revistas basura de supuesto humor –nada que ver con La Codorniz o El
Hermano Lobo– que solo buscan la burda gracia en la ofensa o la herida de
creencias o convicciones de algún enemigo que tiene que ser español y no
defenderse. El problema es que hace tiempo que se llegó al punto en que España
ha de defenderse de la amenaza a su existencia porque no lo hizo del insulto y
la agresión. Hace mucho que la cordialidad de Sant Jordi es un espejismo.
domingo, abril 22, 2018
ANTONIA ALBA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
22.04.18
El Ayuntamiento de Jerez quería humillar a una mujer y esta
le dio una lección
EL ayuntamiento de Jerez de la Frontera ha sido escenario de
una preciosa gesta de una mujer valiente que ha denunciado las vergüenzas, las
muchas vergüenzas y la bajeza de su conducta, a todo un equipo de gobierno de
socialistas del PSOE y comunistas de Podemos e Izquierda Unida. Ese
ayuntamiento estableció unos premios ya muy típicos en la izquierda cainita y
revanchista que España sufre desde principios del milenio. Se otorga un premio
y un anti premio, como aquellos premios Naranja y Limón, pero sin el menor
atisbo del humor que hacía aceptables aquellos galardones. Hay un premio al
bueno, es decir a alguien militante o muy comprometido izquierdista. Y un
premio al malo, que es cualquiera que se haya significado por oponerse a la
voluntad de la izquierda. El ayuntamiento de Jerez creó los premios Racimo y
Filoxera. El Racimo para premiar a los propios, el Filoxera para humillar al
enemigo. El Racimo fue para Brisa Fenoy, cantante andaluza, izquierdista, hija
de sindicalista, premio perfecto. Y el premio Filoxera era para denunciar y
humillar públicamente desde el Ayuntamiento a Antonia Alba, una abogada que
preside el Movimiento Femenino Por La Igualdad Real. Y que denuncia no solo la
inconstitucionalidad y el abuso sistemático de la Ley de Violencia de Género
sino la ideología de género y el feminismo de odio y agitación.
El problema para el ayuntamiento surgió cuando Antonia Alba
en vez de quedarse en casa llorando por haber sido señalada con esa bajeza y
mala intención, exigió y consiguió ir a recoger el premio delante de la prensa
convocada. Los promotores del abyecto galardón se preocuparon porque la
alcaldesa no asistió por cuestiones familiares. Y fue Carmen Collado, teniente
de alcalde de Igualdad la que se tuvo que tragar el sapo. Porque Antonia Alba
acudió con amigos, recibió el premio y convirtió su discurso de agradecimiento
en un soberbio alegato en favor de la libertad de expresión, de la igualdad
entre sexos y de los derechos constitucionales que se pisotean con la ideología
de género. A Antonia Alba quisieron humillarla y la engrandecieron
definitivamente como una mujer valiente, articulada e inteligente con
convicciones y fuerza para defenderlas. Una mujer que les dijo allí mismo mil
verdades a todos los que habían intentado su asesinato civil. Y cuyo discurso
se hizo viral en las redes.
En España hay tanto hábito de intimidación y matonismo por
parte de los guardianes ideológicos de izquierda que la mayoría de los
españoles evita polemizar y mucho más el exponerse como Antonia Alba. Todo se
agravó a partir del zapaterismo. Medios izquierdistas también hacen premios y
contrapremios para señalar a periodistas que hay que atacar, odiar, ridiculizar
y difamar. Al Ayuntamiento de Jerez le salió el tiro por la culata. Para ser
libre en España hay que perder el miedo a que te llamen «facha». Antonia Alba
lo es. Sin miedo ninguno les dio una gran lección de dignidad y amor a la
verdad que ellos jamás podrían concebir.
ASALTO A LA FORTALEZA TRUMP
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 21.04.18
Esta demanda demócrata demuestra que son incapaces de
reconocer su derrota electoral
El odio frenético hacia Trump, esa pasión obsesiva que nubla
el cerebro y la vista y conduce una y otra vez al error, no es monopolio de los
periodistas a ambos lados del Atlántico. El Partido Demócrata, probablemente
histérico ante la popularidad de Trump que es hoy superior a la de Obama a esta
altura de la presidencia, intenta una guerra judicial que genere unas toneladas
más de lodo contra la Casa Blanca y su entorno, de cara a las elecciones
parciales de noviembre próximo. Para ello presentó ayer una demanda nada menos
que contra Rusia, contra el equipo electoral de Trump y contra Wikileaks. Dicen
que Moscú, la gente de Trump y Wikileaks conspiraron para hacer daño a Hillary.
El Comité Nacional del Partido Demócrata (NDC), único órgano
permanente del partido, trufado de activistas liberados a la izquierda de sus
congresistas, demuestra con esta rocambolesca demanda que siguen allí siendo
incapaces de reconocer su desastre electoral. La demanda llega cuando la
investigación sobre supuestas conexiones entre Rusia y Trump lleva un año en
exhaustivos trabajos y el fiscal especial Mueller no tiene nada. Como
alternativa está la vida sexual de Trump y las diversas meretrices que le
adjudican, que si pagó o no pagó. Que está enfermo. O demente o senil. Da
igual. Todo vale. Se mezcla investigación, difamaciones, insultos, datos,
bulos y acusaciones y con todo se fabrica humo sin cesar. Los medios titulan
desde antes de las elecciones que Trump está acorralado y a diez minutos de
caer. Y de momento, nada. Y esta semana con una popularidad del 51%. Sus
enemigos desesperan.
Ahora dicen en la demanda que la conspiración es una
«traición sin precedentes» a la patria. Otros creen que la traición habría sido
perder ante un ser desequilibrado como Clinton. Es otro intento de paralizar a
Trump, asfixiándolo en cuestiones personales. Nunca en la historia hubo tal caza
al hombre de la Casa Blanca como con este personaje que desafía a toda la
lógica política. Quizás en algún momento todos juntos lo consigan. De momento
no es así. Y desesperan porque él parecer disfrutarlo todo.
PROPAGANDA, AMENAZA Y ANZUELO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
20.04.18
Este comunicado de ETA es, como lo han sido todos a lo largo
de su historia, un ejercicio de cinismo cuyo fin principal es generar ciertas
reacciones apetecidas en la sociedad española y en especial en la vasca. Pero
se nota bien que ETA considera que en el País Vasco su propio relato es hoy
cómodamente hegemónico. Y que gracias al entreguismo de todos los partidos
nacionales y a la coordinación del mensaje del gobierno vasco y la izquierda
abertzale apenas hay fisuras en una historia que exonera a ETA de la culpa
única del terrorismo y por el contrario le otorga el mérito de haber
contribuido a arrancar derechos al Estado para la «nación vasca». El comunicado
se dirige por tanto mucho más a una sociedad española donde sitúa a una
izquierda a la que considera simpatizante y aliado en su estrategia actual.
Alguna lo era ya antes. Ahora, y se ha demostrado muy claramente con el
atentado contra los guardias civiles en Alsasua, gran parte de la izquierda
española está dispuesta a defender sin límites la estrategia etarra sin armas.
Lo han dejado muy patente con la participación hasta de las centrales
sindicales CCOO y UGT y por supuesto Podemos, las manifestaciones en favor de
los agresores. Que son miembros de las organizaciones y redes etarras dedicadas
a la agitación y al acoso para expulsar a las fuerzas de seguridad del País
Vasco.
Desde esa muy patente autosatisfacción por todo lo logrado,
ETA se permite lamentar los dolores necesarios y los posibles accidentes habidos
en las décadas de «lucha armada» que son de entrega de su militancia a la causa
vasca con su enorme sacrificio. «ETA, organización socialista revolucionaria
vasca de liberación nacional, quiere reconocer mediante esta declaración el
daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada, así como mostrar
su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y
con la no repetición». En todo el comunicado busca una y otra vez que el lector
exclame o al menos piense, ¡caramba qué gente tan normal y empática! porque
saben que ciertos medios van a proclamar de inmediato esa lectura de la normalización
como la única válida. El comunicado es una reafirmación de la «razón histórica»
que la banda terrorista siempre ha declarado tener para su «trayectoria
armada», la lucha terrorista. ETA lamenta que a lo largo de todos los años de
esa labor histórica a la que le obligó el Estado español por no satisfacer las
demandas del separatismo tuviera que hacer daño para defenderse a sí misma y a
la razón del «pueblo vasco». Pero así es la vida. Más lamenta aun ETA, -fíjense
si estamos humanistas y sensibles últimamente, parece decir- que aparte de
matar a los que se lo merecían, matara también a algunos no implicados que
pasaban por allí. Eso les duele un montón, aseguran. Y vienen a decir: Ojalá no
hubiéramos tenido que matar tanto para que el Estado se aviniera a que estemos
donde estamos, con nuestras claras ventajas que debemos a nuestros héroes y
nuestro sacrificio surgido del seno del pueblo vasco. Lo que queda bien claro
es que ETA se siente bien representada en la lucha por sus objetivos en el
tándem Gobierno vasco-izquierda abertzale. Porque saben y dan por hecho que la
«normalización» se está produciendo en los términos apetecidos de supremacismo
nacionalista.
La organización etarra quiere lavar su marca con esta
especie de cínica forma de decir que lamenta todo sin pedir perdón por nada y
aplaudiendo los resultados de su orgía criminal de medio siglo. Porque quiere
participar en esta nueva fase de ofensiva contra España en la que tomaron el
relevo las fuerzas separatistas catalanas. Supuestos moderados y radicales del
Pais Vasco y de Cataluña colaboran muy activamente para la destrucción de
España, de su Estado y su constitución desde principios del milenio, antes de
que el zapaterismo les diera definitivamente alas para llegar a donde estamos
ahora . Es larga e intensa la historia de la complicidad del tripartito
izquierdista con ETA desde su célebre reunión de Perpignan hasta las
apariciones de Otegi como gran padrino etarra del proceso golpista y la
protección del PNV a los cabecillas de la operación criminal. Ahora ETA quiere
la participación activa de la izquierda española para unirse a los separatistas
para acabar con el Reino de España. Por eso sus alusiones a ese fetiche
falsario del bombardeo de Guernica en enlace con la guerra civil. Que es el lenguaje
común de separatistas e izquierdistas en su frente popular contra España. El
comunicado habla de compromiso de ETA con la superación y no repetición del
conflicto. La no repetición, atentos, si las cosas van como van. Por lo demás,
el comunicado es propaganda con autosatisfacción y jactancia. Nadie puede
negarle a ETA ahí su parte de razón. Sin ETA y sus asesinos, ni Puigdemont ni
el PNV ni Alsasua serían lo que son.
NO HAY PARTIDO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
20.04.18
Un drástico fin a la ofensa como paso del retorno de España
a la legalidad
DICEN que mañana antes de las nueve y media de la noche,
cuando empieza el partido de la final de la Copa del Rey entre el Sevilla y el
Barcelona, decenas de millones de españoles tendremos que soportar otra vez la
retransmisión televisiva de un insulto masivo contra nuestro himno, contra
nuestro Rey, contra nuestra patria y contra todos nosotros. Y nos dicen que el
Rey y nosotros tendremos que aguantar estoicos los pitidos y abucheos mientras
ondean las banderas estrelladas que son ya el símbolo de la voluntad de
destruir España y del golpe de estado contra la democracia española que sigue
en curso. Dicen que quienes nos insultan y ofenden a nosotros y al Estado en la
figura del Monarca están dolidos porque dos millones de separatistas no pueden
imponer su voluntad a 45 millones que se niegan a destruir su estado, su nación
y su patria. Dicen que la Federación Española de Fútbol permitirá el acceso al
campo de la estrellada, el símbolo del golpe de estado y del odio a España
porque respeta la libertad de expresión. Nunca le preocupó cuando en el Camp
Nou o San Mamés se requisaban banderas nacionales. Dicen que ofender a los
españoles molesta menos que evitar la ofensa. Que insultarnos es más aceptable
que impedir que se nos insulte.
Presento enmienda a la totalidad. La normalidad no existe
cuando una minoría agrede a una mayoría por el mero hecho de sentirse ofendida
por una realidad tan firme e inamovible como es la unidad de España. La minoría
tiene que aceptar esa realidad para que haya normalidad. Se ha hecho lo
contrario durante décadas. Se ha tolerado lo intolerable. Quienes han hecho del
odio a España profesión y negocio han gozado, gracias a esa actitud indolente,
pusilánime e irresponsable de los gobiernos de la Nación, de todas las ventajas
para crear un régimen de chantaje, victimismo e intimidación a un tiempo. Los
españoles no podemos vivir indefinidamente en estado de irritación y agitación
porque una minoría ha sido envenenada hasta convertir el odio a sus
compatriotas en la única obsesión en la vida.
Por eso es necesario que esos famosos dos millones –si acaso
llegan– se enfrenten cuanto antes a la necesaria frustración. Que podrá tener
después tratamiento político con paliativos diversos, una vez acatada
plenamente la legalidad constitucional que implica respeto al Estado y a sus
símbolos. En España no hay mejor tratamiento para los desvaríos políticos que la
aplicación de la ley. Eso que en otros países se sobreentiende pero en España
se discute hasta situaciones grotescas. Como los absurdos debates sobre la
conveniencia o no de aplicar las leyes. Se vio con la ilegalización de Batasuna
y con la aplicación del artículo 155 en Cataluña aunque después la falta de
coraje, firmeza y aptitud del Gobierno en la aplicación diera al traste con los
beneficiosos efectos. Tarde o temprano, un gobierno nacional, parece ya claro
que no será este, tomará las medidas legales y restablecerá la normalidad
constitucional en toda España. De respeto y tolerancia real. No de atropello y
matonismo, como han impuesto los separatistas. Y no solo en Cataluña, también
en todas las demás regiones en las que se ha tolerado la deriva hacia la
creciente tiranía del discurso antiespañol. Mientras tanto, mañana en el Wanda
Metropolitano y tras pertinentes advertencias, a los primeros pitidos al himno
debería suspenderse el partido. No hay partido. Todos a casa. Dignidad. La
inmensa mayoría de los españoles se iría a la cama respetándose un poco más. No
se hará este año. Este gobierno no tiene agallas para esto ni para nada. Pero
se acabará haciendo. Como lo demás.
martes, abril 17, 2018
EN VÍSPERAS DE ÉPICA BATALLA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 17.04.18
La resistencia al mundo orwelliano coge fuerza
LOS indicios del conflicto se multiplican. La mayoría de los
políticos de la pequeña Europa aún no son conscientes de la enormidad del
desafío. Será una gran batalla a librarse con ideas. Al menos de momento. A
conquistar están cabezas y corazones. Los campos de batalla son todos los
medios de comunicación e instrumentos de formación de opinión y voluntades que
ofrece la tecnología. Más que batalla será una guerra de aniquilación, porque
una parte al menos se juega la existencia. Es la que cree en el ser humano
creado a imagen y semejanza de Dios. Y no cree en el ser humano como fabricante
de verdad absoluta y perfección. Sus ideas han hecho posible esta sociedad
imperfecta e injusta pero libre, generosa, compasiva y capaz de enmienda y
perdón como ninguna otra jamás habida. Es como es porque es cristiana. Los que
están enfrente, son los que creen que el hombre es indefinidamente moldeable,
lo que hace posible transformarlo a él y a la sociedad a un estado de armonía y
plenitud. No dudan, creen en la justicia y la igualdad y por esos bienes
supremos están dispuestos a sacrificarlo todo y a todos.
Son un frente mutante que hoy lidera la socialdemocracia en
esta épica campaña. Ellos son los herederos y adoradores de la Ilustración, el
marxismo y el sesentaiochismo. Los tres tienen mucha mejor reputación de la que
merecen. A la Ilustración le adjudican últimamente todas las grandes conquistas
de la humanidad. Como si el mundo hubiera empezado con ese ataque de arrogancia
del siglo XVIII en el que se pretenden deducir verdades absolutas de ciencia
rudimentaria. Toda ciencia es rudimentaria ante la siguiente puerta. Afirman
que toda ciencia viene de entonces e ignoran antigüedad y el prodigioso
Renacimiento. Dicen que las leyes y la democracia vienen también de la
Ilustración, cuando la gran democracia, la americana, la fundan sin excepción
hombres religiosos y conservadores, con el fin supremo de proteger al hombre
del abuso de poder del estado.
Del poder que se cree con verdades absolutas y científicas.
Como sucede a los gobiernos siempre que actúan para verdades abstractas y no
para realidades concretas de los hombres. Ahí empieza el desastre. La
Ilustración no llamaba a la duda ni al escepticismo. Ni a la razón. Su primer
gran producto práctico es pura irracionalidad: la Revolución francesa. La orgía
de la muerte que sugería lo que iba a llegar por la misma senda en el siglo XX.
Hoy, comunistas en España citan mucho la Revolución Francesa. Pero solo
recuerdan la guillotina. Después llegó Napoleón que salió al mundo a quemar
todo y hacerlo nuevo con su verdad de la modernidad. Más tarde el marxismo,
hijo ilustrado para imponer «verdades científicas» en la conducta del hombre y
la organización del estado. Acabó peor que la Revolución Francesa. Con un siglo
de miseria, hambre, dolor y más de 110 millones de asesinados por las
ideologías redentoras del comunismo y el nazismo. Que se decían científicas,
hijas de la Ilustración. El Mayo de 1968 trajo más de lo mismo: arrogancia y
desprecio a todo lo ajeno. Se estrelló en el asalto a los cielos de la
felicidad total. La vieja razón, la racionalidad y el sentido común,
neutralizaron el delirio. Pero la terrible herencia del 68 no dejó de avanzar y
hacer daño en educación, instituciones, cultura, moral, hábitos y memoria.
Ahora, el veneno del neomarxismo en nueva mutación de la corrección política y
voluntad totalitaria pretende convertir su hegemonía en dominio total en
Occidente. Se escucha ya ese «A la lucha final». El milagro está en que, pese a
todo, no está decidida esta guerra. Y la voluntad totalitaria puede ser
derrotada.
TIEMBLA EL MANDARINATO SOCIALDEMÓCRATA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
15.04.18
Su poder no se expande. Se multiplican los contratiempos
ESTÁN pasando cosas que no pasaban. Y que no se esperaban.
Pasa precisamente lo que no gusta a quienes temen todo contratiempo para el
progreso hacia el ideal socialdemócrata, la ciudad igualitaria. Es la «aldea
global» que cantaba en un tuit esa joya de la viña política española que es la
vicepresidenta Soraya. Por eso detesta las fronteras. Como a su jefe Mariano,
al que también se ha oído esa majadería. Si les molestan las fronteras a los
dos, les molestarán también las patrias y las naciones que necesitan dichas
fronteras para existir. Mala cosa, cuando los dos juraron defender una patria,
su unidad, su integridad territorial y su seguridad, es decir sus fronteras.
Pero da igual porque Mariano y Soraya son perfectos
profesionales de la política socialdemócrata europea. Esta lleva siete décadas
convencida de que los comunistas estaban equivocados y además eran unos
asesinos, todo ello cierto, pero ellos en cambio sí tienen razón y llegarán al
mismo fin de la sociedad feliz en su supremo estado final de la historia.
Aunque Soraya y Mariano hayan filosofado poco. Los socialdemócratas están
convencidos de haber entrado en la definitiva vía de bondad para la
organización de la vida de los humanos. Al final de la cual los humanos habrán
alcanzado el grado de desarrollo para tener todos los mismos deseos y las
mismas necesidades en lo que presuponen la felicidad. Como buenos animalejos
inteligentes y prácticos. ¿Eso no era el comunismo? En efecto. Pero en su senda
socialdemócrata demuestra ser mucho más viable y asumible. Sin grandes
carnicerías. Sin tumultos ni revoluciones. Es un sencillo discurrir con el
avance de las técnicas del disciplinamiento social más o menos amable y la
voluntad de cumplir con el determinismo histórico asumido.
Pero, y aquí están las malas noticias para toda la legión de
mandarines socialdemócratas, su poder no se expande. Se multiplican los contratiempos
para la socialdemocracia que gobierna con mil collares por Europa y el mundo.
Los británicos se hartaron del disciplinamiento que dicta la UE sin consultar a
los afectados, Donald Trump dijo lo que daba miedo decir a tantos y derrotó a
la socialdemócrata más mentirosa, apoyada en todo el mundo. Los colombianos
resistieron a la trampa común del terrorismo comunista con la farsa
socialdemócrata. En Hungría, el pueblo ha desafiado a toda la maquinaria
mediática socialdemócrata de derechas y de izquierdas. Y en toda Europa han
surgido fuerzas que cuestionan tanto a la socialdemocracia como al comunismo.
Que demandan su derecho a organizarse sin los dogmas de la hegemonía cultural
izquierdista y con la revitalización de derechos y valores aplastados por la
socialdemocracia. Con la nación, las fronteras, con la libertad del individuo,
con la defensa de la familia, con la espiritualidad, la seguridad, con la
trascendencia, con lo que cada uno, cada ser humano, quiera. Y el gran ídolo
del establishment mundialista, Emmannuel Macron, les dice a los obispos
franceses que necesita a los católicos para revitalizar la sociedad. La
identidad del ser humano vuelve a ser la clave. Se entiende el pánico de
muchos.
CLARO AVISO: VUELVEN LOS LÍMITES
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
15.04.18
La situación actual de Siria es consecuencia de los
incumplimientos de Obama
La operación militar de EE.UU., Reino Unido y Francia contra
instalaciones sirias relacionadas con el armamento químico ha sido breve y
contundente. Y eficaz porque el régimen de Bashir el Asad sabe ya que en
Occidente no se le va a permitir el uso de armas químicas sin respuesta
temible. Y sabe también que ni Rusia ni Irán le garantizan plena impunidad para
sus atrocidades. Pero la operación militar de EE.UU., Reino Unido y Francia en
Siria tiene también otros destinatarios. El momento es peligroso y hay que
evitar todo malentendido. Son Irán y sobre todo Rusia y su presidente Vladimir
Putin. La británica Theresa May lo expuso ayer: No solo Assad debe saber que el
uso de armas químicas en territorio propio o ajeno es un crimen internacional
que no será tolerado. Tampoco a quienes las usan para deshacerse de
desertores o disidentes.
El aviso está ahí con formas impecables. Como hizo en su
primer ataque contra el régimen de Damasco en 2017 por el mismo motivo, Donald
Trump avisó a Putin de lo que iba a hacer. Entre ambos pusieron los medios para
que el inevitable golpe al presidente Assad no tuviera efectos indeseados que
pudieran generar una situación incontrolable. Los aviones aliados han dejado en
paz a los rusos y los rusos han permitido a los aliados bombardear sin temer su
intervención. No porque les pareciera bien. Porque sabían que ahora hay determinación
en Washington. La trágica y peligrosa situación actual es consecuencia directa
de aquellos momentos en que Obama, ante un ataque químico similar, se dejó
ganar el pulso, incumplió su palabra y otorgó impunidad a Asad. Aquella
traición a los propios límites supuso un brutal revés para la credibilidad y
posición de EE.UU. y abrió un vacío en la región que llenó de inmediato
Vladimir Putin.
Un año después, un crecido Putin extendía su invasión de
Ucrania con la ocupación y posterior anexión de Crimea. Esa brutal violación de
la ley con invasión y anexión de un vecino, como si de Austria en 1938 se
tratara, solo se la permite un Putin a sabiendas que tiene enfrente a un Obama.
En la peligrosa situación actual, EE.UU. y sus aliados tienen que dejar claro
que las leyes internacionales vuelven a tener validez. Cuando el potencial de
conflicto es tan grande como hoy todos deben saber que hay límites
infranqueables sin terribles consecuencias. Si ese mensaje no es escuchado
Siria podría acabar estando en todas partes.
sábado, abril 14, 2018
UN INFIERNO POSIBLE
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 14.04.18
En 2013, el presidente Barack Obama, no se atrevió a cumplir
con su deber de aplicar la ley y castigar la violación de los límites
La guerra de Siria comenzó en el año 2011 con un levantamiento
de pequeñas comunidades contra un régimen despótico y cruel de Bashar al Assad.
Siete años y casi medio millón de muertos después, Siria es el epicentro de un
conflicto internacional con el claro potencial de llevar al mundo a una guerra
entre potencias nucleares. Estamos más cerca de las puertas del infierno de lo
que la mayoría imagina. ¿Por qué? Por la incapacidad de los países occidentales
de comprender el carácter de sus enemigos. Por una deriva política, intelectual
y moral que deja a Occidente básicamente sin criterios para responder a las
agresiones y amenazas a sus intereses. Porque hay muy preocupantes indicios de
que la democracia misma impide tomar las medidas necesarias para fortalecerse y
defenderse.
En plena escalada de la guerra en el año 2013, el régimen de
Bashar al Assad lanzó gas sarín sobre la población de Guta y aunque se había
advertido claramente que estas armas no serían toleradas, el entonces
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el gran símbolo del triunfo del
relativismo «europeo» en la primera potencia mundial, no se atrevió a cumplir
con su deber de aplicar la ley y castigar la violación de los límites. La
impunidad hace colapsar los diques morales. Como las leyes, violadas sin
consecuencias, dejan de existir. Estas verdades, que la humanidad conoce y
respeta desde la antigüedad grecolatina, se ignoran desde hace décadas en
sociedades occidentales con resultados catastróficos. Finalmente estas verdades
han sido ignoradas en el terreno bélico de Siria. La guerra que en Siria se
libra con gases y con bombas de barriles explosivos. Pero la guerra ya es
mundial. Se combate en los medios de propaganda en redes y opiniones públicas
donde existen. La desinformación se adueñó del campo de batalla. Hay que poner
pie en pared y restablecer unos códigos de comportamiento y entendimiento. O el
infierno puede salir de Siria hacia muchas partes en mundo.
EL DELIRIO SIN ÉXTASIS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
13.04.18
Albiac forja una gran composición periodístico filosófica
en« Mayo del 68»
HA pasado medio siglo de unas fechas míticas en un año
mágico. Fue 1968. Sucedieron muchas cosas aquel año que desde entonces el mundo
occidental ha considerado trascendentes. Y por tanto lo fueron. Con la llegada
de Alexandr Dubcek a la jefatura del Partido Comunista de Checoslovaquia
comenzó el último intento de reformar el sistema comunista hacia el humanismo,
la democracia y despojarlo de crueldad y pulsión asesina. Aquello se llamó
«Primavera de Praga» y fracasó con estrépito y horror en agosto bajo los
tanques soviéticos. También hubo grandes convulsiones en los países que
tuvieron la fortuna de ser liberados por ejércitos anglosajones y no pasaron a
una tiranía comunista desde la nazi. El epicentro fue París. Su apoteosis en
mayo. «París, mayo del 68» es un hito del siglo XX. Aunque revolución
fracasada, tiene reputación amable entre unas generaciones posteriores que cada
vez saben menos de ella. Los jóvenes que oyen hablar de «Mayo del 68» piensan
en antiautoritarismo, hippies, pelo largo y hachís. Mucho en Woodstock, poco en
Mao.
En 1968, en España la gente estaba a otra cosa. Tres lustros
después, cuando los españoles decidieron que todos ellos habían sido
antifranquistas –gobernaba ya el PSOE y Franco llevaba siete años muerto–, en
los partidos de izquierdas hacían carrera exiliados de verdad y de mentira. Y
había una subespecie pelmaza que se pretendía veterana de batallas parisinas.
Debe temerse que publiquen.
Por eso yo ya me he leído el único libro sobre 1968 que
probablemente lea en el año. Es muy improbable que se publique nada mejor. Y es
imposible nada más auténtico. Es «Mayo del 68, fin de fiesta», de Gabriel
Albiac. Escrito sobre la base de su «Mayo del 68, una educación sentimental» de
hace 25 años, le ha salido un compendio periodístico-filosófico en un extraño,
denso, bello y robusto maridaje. Nadie podía guiarnos con tanta seguridad y
conocimiento por escenarios en las calles y en las cabecitas efervescentes de
los protagonistas, de los grupos y de los individuos. Desde los líos de
Nanterre hasta la gran decepción, que Albiac guarda en la memoria como tal, de
un Estado que recupera el control después de que un inmenso error de cálculo
estuviera a punto de costarles mucho más que ese colosal susto. Porque pudo
haber pasado lo que pocos querían, que las instituciones de la democracia
francesa fueran arrolladas por una fuerza de muchos y de nadie para nada. «El
asalto a los cielos exige mártires. Con los veinte millones de asesinados por
el estalinismo, con el descerebrado despotismo del otro lado del muro, había
que ser muy tonto o muy canalla para seguir jugando». La revolución exige más
hambre y más odio. ¿Y triunfar para qué? Puede que tenga razón Albiac y el 68
fuera el fin de todo. El último intento de felicidad total colectiva, la última
tentación de la apoteosis de romper hacia el cielo todo obstáculo. La
revolución como promesa de un «espacio sagrado» para el goce exento de traba.
Una pueril fantasía. La gran intoxicación colectiva de una pócima de Lenin y
Freud cocinada por sus druidas Sartre, Marcuse y demás. Llevó al delirio
extremo y sin embargo no acabó ni en extasis ni en tragedia. Como sí harían las
drogas que a partir de entonces individualizaron la búsqueda del paraíso para
generaciones. ¿Se acabó todo? Yo no lo creo. Como en las películas en que el
monstruo se transforma en baba o humo, pienso que el delirio mutó en destilada
ideología neomarxista que nos vende como sistema democrático lo que es
socialdemocracia enemiga de la libertad que avanza hacia la liquidación del
individuo sin una mala palabra pero con la fiereza de la revolución cultural
china.
martes, abril 10, 2018
UNA ENEMIGA DE ESPAÑA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 10.04.18
La ministra alemana tiene interiorizado el argumentario del
golpismo español
EL Gobierno alemán hizo ayer su primer intento de aplacar la
indignación que han generado en España las declaraciones de su ministra de
Justicia, Katerina Barley, sobre la rocambolesca sentencia del tribunal de la
Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein que denegaba la entrega a España de
Puigdemont por rebelión. El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, dijo que la
posición de su Gobierno es la de siempre. Que considera el conflicto de
Cataluña «un asunto interno que debe ser resuelto por los actores políticos
españoles, al amparo de la Constitución española y de acuerdo a la legislación
vigente en ese país». Perfecto. Es lo que pensamos nosotros. Nadie le está
echando la culpa al Gobierno alemán de una decisión de un tribunal que se ha
excedido groseramente de sus atribuciones porque su única obligación es
garantizar que Alemania y España, miembros de la misma comunidad de Derecho, se
apoyan mutuamente en la persecución de los delitos dentro de la Unión Europea.
El auto del tribunal de Schleswig Holstein es por ello una pura impertinencia
en todos los sentidos. Porque no viene al caso. Y porque es una ofensa. Los
jueces habrán de resolverlo.
El problema del Gobierno alemán es otro. Está en que, por
mucho que su portavoz diga que la ministra Barley ha hablado ya con su colega
Rafael Catalá para «solventar el malentendido», resulta que no hay
malentendido. Porque se ha entendido todo. Su ministra no niega haber dicho lo
que ha dicho y que sabemos porque el periodista del diario
Süddeutsche Zeitung no respetó la confidencialidad que,
según dice ahora la ministra, habían acordado. Pero ella no niega haberlo dicho
ni niega pensarlo. Nada de malentendido. Y lo que piensa y dijo es que España
tiene que negociar con los golpistas y ella es partidaria de poner todas las
dificultades al Gobierno de España y todas las facilidades a los separatistas
para forzar esa negociación. Entre el defensor de la ley y el criminal, se
entiende. Presumía de haber estado al tanto del proceso de toma de la decisión
judicial y dejaba ver que es partidaria de entorpecer hasta la causa de entrega
de Puigdemont por malversación. Además de no considerar a España un país
plenamente libre.
Retórica izquierdista barata de la ministra, otra radical en
un SPD escorado hacia la izquierda porque Angela Merkel, con sus democristianos
hechos socialdemócratas, no le deja otro espacio. Además está el declive de la
calidad. También allí es dramático. Ministros de Justicia del SPD fueron Gustav
Heinemann o Hans Jochen Vogel. En ese cargo que ocupa ahora esa patética
bibianaaido renana con máster en leyes. Pero a Merkel lo único que le importaba
era salvar la cabeza y no estaba para ponerse exquisita en la elección de
ministros.
La ministra no se ha disculpado ni parece tener intención de
hacerlo ante los españoles. Y el Gobierno de Merkel piensa que el asunto está
saldado. Se equivoca. La gravísima ofensa de su ministra a España sigue en pie.
Porque todos los españoles sabemos hoy que en el gabinete de Merkel hay una
ministra federal de Justicia que simpatiza abiertamente y actúa en la sombra a
favor de una banda golpista que quiere destruir España. En su Consejo de
Ministros hay al menos un miembro con el discurso del separatismo y la
ultraizquierda española de que la democracia española solo se redimirá del
franquismo aceptando la destrucción del Estado y de la Nación Española que
dichas fuerzas exigen. Así las cosas y si la ministra Barley sigue y no se
disculpa, los españoles tenemos muchas razones para considerar rota la
confianza en quien siempre ha sido un aliado y amigo. Porque Katerina Barley ha
demostrado ser una enemiga de España.
ORBAN TOMARÁ MEDIDAS CONTRA LAS ONG QUE APOYEN LA INMIGRACIÓN
Por HERMANN
TERTSCH
Enviado Especial a Budapest
ABC Martes, 10.04.18
La victoria del «premier» húngaro es un golpe al consenso
socialdemócrata en la UE
Liderazgo
Orban jugará un papel en Europa mayor del que
corresponde a un país tan pequeño como Hungría
Gobernantes y medios en Europa y EE.UU. han recibido con
consternación la noticia de la apabullante victoria electoral de Viktor Orban
en las elecciones generales húngaras del domingo. Se habla de la victoria del
«hombre más peligroso de Europa» y de un peligroso racista y dictador. La
mayoría desprecia la voluntad de los húngaros expresada en las urnas como fruto
del engaño y la propaganda del odio. Homófobo, ultraderechista, amenaza letal
para la democracia en Europa y hasta comparaciones con Hitler, nada es excesivo
para atacar a Orban. La prensa hegemónica de la socialdemocracia en Europa
reaccionaba así tras quedar traumatizada por la victoria de Orban. Y los ecos
políticos y sus consecuencias para todo el continente.
Orban, con sus seguidores tras conocerse los resultados en
Budapest
REUTERS
Con la altísima participación, que creían el arma secreta
para derribar a Orban, habían comenzado a especular ya sobre la situación que
se creaba con la pérdida de la mayoría absoluta por Orban. Había optimismo a
media tarde en medios de la oposición. A las once de la noche se les hundió el
mundo a ellos y a la mayor parte de la prensa extranjera tan feroz opositora a
Orban como sus peores enemigos. Al final, la alta participación disparó el voto
a Fidesz hasta esos 133 escaños de los 199 del parlamento que le dan práctica
mano libre para gobernar y para legislar.
Hubo consternación pero después también realismo. Fueron
muchos, y no solo los notorios dirigentes de la ultraderecha de Europa, también
los grandes gobernantes de la UE, muchos muy enfrentados al triunfador, los que
felicitaron muy pronto al primer ministro. Todos estaban pendientes de las
elecciones y todos coinciden en que es un inmenso golpe para los defensores de
la ortodoxia política del consenso socialdemócrata en la UE. Y es un revulsivo
para todas las fuerzas de una derecha contraria a los grandes dogmas de la
izquierda liberal que dominan actualmente el discurso político y cultural en
Europa. Desde la ideología de género, el multiculturalismo, la inmigración como
solución demográfica, la cultura LGTB, son muchos los campos en los que la
resistencia ha comenzado a articularse en las sociedades europeas. Para esos
focos, descalificados como ultraderechistas o no, Orban es ya el principal
referente y lo será mucho más a partir del pasado domingo.
En lo que coinciden sus enemigos, cada vez más furiosos,
como sus seguidores, cada vez más numerosos, es en que el primer ministro
húngaro va a jugar un papel en el continente que trasciende en mucho al de un
gobernante de un país tan pequeño como Hungría. Y si hasta ahora se le ha
odiado tanto en la izquierda occidental, es de esperar que se llegue a nuevas
cotas, porque el partido ya anunció ayer que con este resultado tiene un claro
mandato de la ciudadanía para cumplir con sus promesas electorales en materia
legislativa. Y esto incluye medidas para limitar las actividades de
organizaciones que fomentan la inmigración, ONG habitualmente financiadas desde
el exterior. Y que sirven para promover todos esos campos de los que Fidesz es
radical adversario como son el multiculturalismo, las fronteras abiertas y la
ideología de género. Las medidas llegarán con el provocador nombre de Paquete
StopSoros, en honor del enemigo íntimo de Orban que es el multimillonario,
magnate de la especulación financiera norteamericano George Soros, mecenas de
todos los movimientos «progresistas» en todo el mundo, pero especialmente en
Hungría su patria de origen. Ahí ya se anuncian nuevos conflictos con Bruselas.
Enemigo de izquierdistas
Está claro que Orban es ya el enemigo favorito para todas
las organizaciones y activistas izquierdistas en Europa y para todos los
partidos que quieren gozar de las simpatías en las mismas. Aunque esas
descalificaciones como dictador no resisten la prueba de los hechos. Orban ganó
en 1998 y cuando perdió las elecciones en 2003 se fue a su casa y tardó dos
legislaturas en volver a ganar. Ahora lleva tres elecciones ganadas en unas
elecciones de ejecución impecable. Aunque ciertas ONG han protestado porque
consideran que el ambiente de agitación contra la inmigración y la propaganda
del partido Fidesz intimida, asusta y genera odio. Denuncian que una mayoría de
los medios defienden posturas afines al gobierno. Eso no es algo que pase solo
en Hungría. Lo cierto es que todos han podido defender sus posiciones.
Los partidos de la oposición no han hecho protestas sobre el
transcurso de las elecciones aunque tuvieran críticas para el contenido de la
campaña del partido de Orban, plenamente enfocada a subrayar como máximo
objetivo del gobierno impedir una sociedad multicultural en Hungría y por ello
todo tipo de inmigración. Ese debate se ha centrado en el contenido de la
propaganda electoral no en el fondo. Porque tanto los socialistas del MSZP como
la extrema derecha de Jobbik, tercero y segundo partido después de Fidesz,
defienden la negativa a las cuotas y la defensa de la valla que fortifica la
frontera y construida por Orban a partir de 2015. De hecho es más fácil
defender en Hungría posiciones a favor de la inmigración que defender en
Alemania posturas contrarias a la inmigración o favorables a Orban.
ORBAN ARROLLA Y SE ABRE PASO PARA UN TERCER MANDATO
Por HERMANN
TERTSCH
Enviado Especial a Budapest
ABC Lunes, 09.04.18
Elecciones en Hungría
El primer ministro tendrá una cómoda mayoría de dos tercios
en el Parlamento
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, consiguió ayer un
arrollador triunfo frente a toda la oposición de derechas e izquierdas y frente
a la campaña internacional contra su persona y su política. Sin resultados
definitivos al cierre de esta edición, claro está que Orban contará de nuevo
con esa abrumadora mayoría de dos tercios en el Parlamento que le permite mano
libre para gobernar y legislar. Al final, los resultados son abrumadores. Sin
ser definitivos otorgan 134 de los 199 escaños a Fidesz; 26 a la extrema
derecha de Jobbik, cuyo líder dimitió nada más conocer la victoria de Orban; 20
escaños a los socialistas del MSZP; 8 a los Verdes, y otros, sueltos.
Orban compareció cerca de la medianoche en la fiesta junto
al Danubio, en el Centro Balna. «Hemos ganado», comenzó su alocución ante una
multitud entusiasmada con los resultados que aparecían en la gran pantalla
cerca de la tribuna. Entre cánticos y banderas húngaras, el jefe del Gobierno
dio las gracias «a todos los que habéis rezado por nosotros y a los que habéis
rezado por mí. Esta es una victoria importantísima porque nos da los medios
para defender con eficacia a la patria». Después del himno de la revolución de
1848 y del nacional, se despidió con un «Larga vida a Hungría» y, en latín,
«Soli deo gloria».
Los húngaros habían ido a votar como nunca con una
participación que llevó a muchos a descartar esa mayoría de dos tercios de los
199 escaños del Parlamento húngaro. La altísima participación disparaba las
esperanzas de la oposición de acabar también con la mayoría absoluta de la
alianza de Fidesz y los democristianos de KDNP. No obstante, si hubo
movilización en Budapest del voto urbano anti Orban, se dio una inmensa
afluencia a los colegios en todo el país y al final Orban sale muy fortalecido
en Hungría y fuera.
La actitud hostil de Bruselas, de muchos gobiernos europeos,
de la inmensa mayoría de los medios de comunicación occidentales y todas las
ONG izquierdistas, muchas pagadas por el gran enemigo de Orban y también
protagonista de la campaña, George Soros, no han logrado cambiar el escenario
político. El resultado tendrá también consecuencias para el conflicto entre
Orban y la UE, especialmente por la firmeza de su oposición a toda cuota de
inmigrantes o refugiados.
Altísima participación
La participación sorprendió a todos. Se siguió votando
pasada la hora del cierre en muchos locales en Budapest que tenían aún largas
colas, y en las embajadas húngaras también se registró una afluencia sin
precedentes. Unos decían que por fin muchos húngaros se habían dado cuenta de
que tenían que votar para derribar Orban, y otros señalaban que los
llamamientos del primer ministro a darle el apoyo para combatir a la UE y sus
intentos de imponer cuotas de inmigración tendrían sus frutos. Así ha sido. Sin
los dos tercios aún podía gobernar Orban con comodidad. No sin la mayoría
absoluta. Porque todos los partidos de la izquierda y la extrema derecha de
Jobbik descartaban apoyar al actual primer ministro.
Orban había votado con su mujer en su barrio y llamado a
todos los húngaros a votar porque, según él, también «está en juego el destino
de Europa», que ve en Hungría una forma alternativa de afrontar el futuro. El
primer ministro ha conseguido, a pesar de liderar un país tan pequeño, un
altísimo perfil en el debate ideológico actual en Europa y se ha convertido en
un referente para muchas nuevas fuerzas de la derecha que han surgido tanto en
Centroeuropa como en Europa occidental.
Como líder político en el grupo de Visegrado con Polonia,
Chequia y Eslovaquia, el primer ministro húngaro ha destacado en presentar un
discurso político alternativo al de Berlín y París y sobre todo al de su gran
adversario, Bruselas. Esto, y los furibundos ataques que recibe desde el
exterior, fortalecen su imagen de padre protector de la patria.
Orban se presentaba como el único capaz de impedir que las
fuerzas exteriores impongan a Hungría unas medidas que nadie, ni la oposición,
quiere, como son las cuotas de inmigración. El primer ministro acusaba a la
oposición de seguidismo de las «fuerzas mundialistas» que quieren traer a Hungría
la sociedad multicultural que existe en los países occidentales. Orban siempre
cita a Alemania o Suecia como la amenaza directa que solo él y su partido son
capaces de neutralizar. El resultado dispara su prestigio entre los sectores de
la derecha europea que se ha alejado de las cristianodemocracias asimiladas a
la socialdemocracia en muchos países y en especial en Alemania.
El candidato del partido socialista MSZP- Dialog, Gergely
Karacsony, aún manifestaba por la tarde a ABC que estaba feliz con la alta
participación. Tanto que advirtió al presidente de la República, Janos Ader, de
que no podría encargar a Orban la formación de gobierno sin la mayoría
absoluta, porque todo el resto de partidos le niegan el apoyo. Al final,
Karacsony dimitirá como enésimo rival que devora el animal político que es
Orban.
Dos húngaros vestidos de húsares votan ayer en la localidad de Vac
En cifras
69,13% participación
es la mayor registrada en Hungría desde la caída del Muro de
Berlín
48,9% para Orban
de los votos emitidos fueron a parar a la alianza Fidesz, de
Viktor Orban
134 diputados
obtiene el partido de Orban sobre los 199 que forman el
Parlamento. En 2014 logró 117
VIKTOR ORBAN PRIMER MINISTRO
Enemigo del multiculturalismo
Viktor Orban ha sido primer ministro tres legislaturas. Este
abogado de Szekesfehervar que con 25 años fundaba el partido Fidesz, aún bajo
el régimen comunista, ya irrumpió en la historia con su memorable discurso ante
cerca de un millón de húngaros en el homenaje y entierro en 1989 de Imre Nagy,
el primer ministro que lideró el levantamiento de 1956 contra el régimen
comunista y la URSS y ejecutado por ello. Estaba aún en pie el muro de Berlín.
Orban exigió elecciones libres, la retirada de las tropas soviéticas y el fin
del Pacto de Varsovia. Todo se cumpliría. Fue el interlocutor favorito de los
occidentales en la transición. Receptor de una beca de George Soros para
estudiar en Oxford, no sabía entonces el multimillonario que fomentaba la
carrera de su peor enemigo. Porque Orban se hizo un político de la derecha que
busca la lucha frontal con la izquierda para batirla en la urna y en la batalla
cultural e ideológica. En 1998 ganó las elecciones y, según cuenta él, se
precipitó tanto que las perdió cuatro años después. Volvió Orban y ha gobernado
ocho años con éxitos económicos innegables. Pero su postura ideológica y su
rechazo a la sociedad multicultural le han generado inmensa hostilidad en el
exterior. Cada vez tiene más seguidores entre una creciente derecha que se
distancia del centrismo social democratizante.
ALGO HUELE A PODRIDO EN ALEMANIA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo,
08.04.18
La corrección política ha corrompido al periodismo alemán
LA prensa alemana respiró aliviada. Toda ella, al unísono.
Todos informaban, casi se percibía la satisfacción en las letras, que el autor
del atentado con una furgoneta que sembró ayer la muerte en Münster era un loco
alemán. «El autor es Jens R. del Sauerland». No era un refugiado musulmán
invitado por Angela Merkel. Casi se oye el suspiro de alivio. Hasta los muertos
parecen importar ya menos. Sin consecuencias políticas. Solo un disgusto.
Pintaba mal, porque estos atentados no se pueden ocultar como otros delitos,
violaciones y acosos que la prensa alemana cubre con el discreto manto de la
corrección política. Para evitar bajas pasiones como el racismo. Para impedir
que se aprovechen «los malos» que no son los criminales, dicen, sino quienes
pretenden sacar «beneficio político» del crimen. Los medios alemanes se han
homogeneizado bajo Angela Merkel hasta dar miedo. No porque lo imponga la
canciller. Sino porque bajo ella el clima de la corrección política ha
alcanzado cotas de negación de la realidad que evocan a aquella prensa de la
RDA en la que creció. Con tanta obediencia y ganas de estar dentro, muy dentro,
del rebaño.
Todos los medios ocultaron los sucesos de Colonia y otras
ciudades en la Nochevieja de 2015. Casi todos atacan al unísono a cualquier
intelectual que diga que «el rey está desnudo» y que la inmigración y los
refugiados han destruido formas de vida y la seguridad en partes de Alemania,
sobre todo para los más pobres. Atacan a quien se atreva a decir la verdad y no
cejan hasta destruirlo. A autores como Sieferle, que se suicidó, a Tellman, a
Sloterdijk y hasta a Safranski en cuanto sugieren que algo huele a podrido en
la Alemania del consenso socialdemócrata. Donde se prohíbe la verdad en aras de
la armonía. El alivio general ante la noticia de que no hay que inventar una
locura de un refugiado porque tienen un loco alemán es casi ofensivo. En los medios
y en los políticos. Esta vez no tendrán que tachar de «ultraderecha» todo lo
que señale verdades incómodas. ¡Qué ruina periodística!
El fracaso moral e intelectual de los medios alemanes lo
hemos sufrido los españoles estos días en propia carne. Desde hace años se da
esta deriva hacia una prensa uniformada militante en favor del «Bien» y en
cruzada «contra los males de la derecha». Contra la derecha y contra el
derecho. La falta de respeto a la verdad que han mostrado los medios alemanes
en la cuestión de Cataluña estos días no es casual. Es depravación habitual.
Decidieron que el golpismo de Puigdemont era el refugiado y España «la
derecha». Establecidos los dos polos del Bien y del Mal, ninguna verdad ni
argumento podía impedir una defensa cerrada del delincuente y una condena
unánime de quien reclama derecho. A esta perversa deriva del periodismo de
ocultar lo que no conviene al Bien, se suman los políticos. Y no resisten todos
los jueces. Ni en Alemania ni aquí.
EL SOCIALISMO SE ALIARÍA CON LA ULTRADERECHA PARA ECHAR A ORBAN
Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Budapest
ABC Domingo,
08.04.18
Elecciones en Hungría - Los candidatos
Elecciones en Hungría - Los candidatos
El presidente húngaro se mantiene como claro favorito en las
elecciones de hoy
Alternativa tecnócrata Si Orban pierde la mayoría absoluta,
los socialistas colaborarían con los ultras en un gobierno tecnócrata
Unos ocho millones de húngaros van hoy a las urnas a elegir
a los 199 diputados de su Parlamento con la certeza de que Viktor Orban vuelve
a ser el gran favorito y todo apunta que podrá asumir su tercera legislatura
consecutiva, cuarta en total. Todos los sondeos le atribuyen a la alianza entre
el partido de Orban, Fidesz, y los democristianos del KDNP una amplia mayoría.
Sus posibilidades van desde el no lograr la mayoría absoluta, que sería su peor
fracaso posible, a obtener la mayoría de dos tercios que le da en el parlamento
mano libre absoluta y poder legislativo y de nombramientos incontestado.
Con un sistema de elección mixto –de listas y directa– la
oposición vuelve a acudir a las urnas con una división que es desde hace dos
legislaturas un inmenso regalo para Orban. El naufragio que sufrió la izquierda
tras su gobierno derrotado en 2010 fue tal, que el segundo partido después de
Fidesz es hoy la extrema derecha de Jobbik, con entre el 16 y el 20%. Y solo
después aparece el Partido Socialista (MSZP- Dialog) que en ningún sondeo
alcanza el 20% y todo concentrado en ciudades y especialmente en Budapest.
Después vienen los Verdes y otros grupos menores.
El candidato socialista Gergely Karacsony es un sociólogo,
de una izquierda moderada, que trabajaba en una compañía demoscópica y asume un
cargo, el de rival de Orban, que ha devorado a todos sus antecesores. Ayer
conversó con ABC poco antes de su último acto de campaña y se mostraba
esperanzado en cuanto a las posibilidades de romper o al menos cuestionar el
poder de un Orban que levanta pasiones entre sus seguidores y cuyo carisma
eclipsa todos los esfuerzos de otros en campaña. «Se puede batir a Orban. Creo que
tenemos la posibilidad de dejarle sin una mayoría absoluta y desde luego creo
que puede excluirse que recupere la mayoría de los dos tercios». El líder
socialista cree que esto es fundamental «para evitar que cambie el régimen
local. Los ayuntamientos son hoy los únicos que crean un cierto contrapoder al
poderoso gobierno de Orban. No solo los ayuntamientos que tiene la izquierda y
Jobbik, también los de Fidesz».
La relación de los socialistas y el resto de oposición de
izquierda con la extrema derecha de Jobbik es muy atípica. Colaboran con ella
en ayuntamientos para hacer frente al gran partido del poder. Jobbik, que
surgió como una fuerza cuasi nazi, se ha moderado y puja con la izquierda en
favor de mayor transparencia y lucha anticorrupción, el gran talón de Aquiles
de Orban. Jobbik tiene una difícil posición ya que Fidesz monopoliza el
discurso nacional, de seguridad, de «hungaridad» y de defensa frente al ataque
exterior. Karacsony no descarta una colaboración con la extrema derecha si
Orban perdiera la mayoría absoluta. Se declara contrario a repetir elecciones y
aboga por un acuerdo de emergencia y provisional. «La izquierda no puede
presentar el caos como alternativa a Orban». «Si logramos que Orban pierda la
mayoría absoluta lo mejor es crear un gobierno de tecnócratas para un tiempo
tasado, con una personalidad de consenso a su cabeza. Para eso nosotros
estaríamos dispuestos a colaborar con Jobbik».
Éxito económico
Orban presenta un balance económico con bastantes éxitos con
un fuerte crecimiento del 4% y una tasa de paro que bajó de más del 10 al 4,2%.
La oposición vierte serias críticas a la desigualdad social que considera la
mayor de Europa y a la educación y sanidad que ve en situación desastrosa. Pero
Orban ha aplicado una política de apoyo a las familias y de empleo social que
ha surtido efectos positivos. Y una política de seguridad que la oposición no
discute. Los que desde el exterior, con casi todo el periodismo europeo, con la
Comisión, el aparato de Bruselas, con las ONG izquierdistas y la masiva
financiación anti Orban del magnate George Soros atacan sin cesar la política
de rechazo a cuotas y la valla construida por Orban no parecen saber que la
oposición de izquierdas también está en contra de cuotas de refugiados e
inmigrantes y defiende la existencia de la frontera fortificada. Karacsony
critica a Orban en este campo no en el fondo, sino en su retórica de alarma
para generar temores en la población a que Hungría podría pronto estar como las
ciudades occidentales lo que es puro alarmismo y demagogia, dice.
GERGELY KARACSONY, LÍDER SOCIALISTA
«La izquierda paga hoy su desprecio a la causa nacional»
Gergely Karacsony, candidato socialista, ofrecía ayer a ABC
algunas de las claves de los éxitos de Orban y de los motivos por los que la
oposición no logra capitalizar la enorme hostilidad que el jefe de gobierno
húngaro genera en el exterior. Dice que las campañas contra Orban de la mayoría
de los medios de Europa y EE.UU., los gobiernos occidentales, las ONG y el
Parlamento Europeo siempre benefician al atacado. Porque realzan su papel de
protector de la nación húngara frente a unos ataques del exterior que el líder
presenta como ataques a la voluntad de los húngaros, un argumento con enorme
fuerza evocadora. En 1919 en el Tratado de Trianon las potencias vencedoras
partieron no solo el Imperio Austro-Húngaro sino la propia Hungría y entregaron
gran parte de su territorio a los vecinos, dejando al país con solo un tercio
de su territorio y gran parte de la población húngara fuera de sus fronteras.
«Desde entonces las heridas en el alma húngara son muy profundas». Aquello fue
una terrible mutilación por intervención extranjera. Y existe una especial
sensibilidad ante una agresión exterior real o imaginada. «La izquierda húngara
cometió un grave pecado al ser antinacional. Y su desprecio a la causa nacional
la pagará aun mucho tiempo». «La izquierda rechazó en su día dar la doble
nacionalidad a los húngaros que residen fuera de nuestras fronteras. Yo estaba
a favor. Después Orban se la otorgó. Los húngaros de Transilvania por ejemplo
le adoran». Orban se ganó así la baza de defensa de la nación.
REUTERS
El
candidato socialista húngaro, Gergely Karacsony, en un mitin electoral