The Unending Gift

martes, diciembre 30, 2014

SUICIDIO POR VENGANZA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 30.12.14


De consumarse el desastre, el norte buscará una salida propia; el sur se podría desperdigar en Estados más o menos fracasados, ya al margen del Primer Mundo

«PUDO haber salido bien». Esta es la peor frase imaginable, dicha dentro de una década o dos y en referencia a la crisis europea. Entramos en ella hace un lustro y en ella nos jugamos el futuro de los europeos para este siglo. «Pudo haber salido bien» sería el lapidario juicio que lo diría todo a próximas generaciones sobre lo que pasó en 2015 y los años siguientes. Explicaría lo que pudo ser y no fue: un proyecto para salvar a Europa de la irrelevancia y marginalidad y mantenerla en el mundo como un actor respetable al mismo nivel que las potencias tradicionales o emergentes. Es una trágica paradoja que el nuevo torpedo contra la línea de flotación de la Unión llegue cuando algunos de los países más frágiles parecen retomar equilibrio y rumbo.

Porque lo peor de la crisis puede comenzar ahora. Cuando incluso en Grecia los esfuerzos ya hacen vislumbrar resultados. Puede ser tarde. Puede que la paciencia fuera insuficiente. O que no hay paciencia suficiente en la actual cultura mediática de la urgencia. ¿Cuánto sufrimiento puede demandar un esfuerzo de salvación, cuando no se ha sufrido el dolor de la catástrofe de la que ha de salvarse? ¿Es culpable del sufrimiento quien creó la situación insostenible con un gasto jamás cuestionado por el pueblo? ¿ O lo es quien intenta crear una situación sostenible con una austeridad maldita para unas masas vapuleadas por información y desinformación? Da igual la respuesta. Muchos son los mismos.
Lo cierto es que en los países pobres de la Europa meridional, la cura de la peste de malos hábitos ha requerido un tratamiento de choque. Y todo indica que este tratamiento ha hecho enloquecer al paciente. Que exige la voladura de la clínica. Y un incendio para aplacar su ira por un agravio real o imaginado. Los países del norte, con su propio populismo egoísta, preferirán acabar con la comunidad de propietarios que comparten con los enloquecidos sureños con su populismo de saqueo. Por mucho que comprendan su drama. Los griegos o los españoles pueden decidir que, para vengarse de la realidad, votarán a fuerzas que sabotean la lógica en libertad de la economía, de la sociedad abierta y de la UE. Y que quieren recurrir a viejos métodos de gobierno, profusamente utilizados en el siglo XX, que invariablemente generan miseria y muerte. Los suicidas por venganza no pueden pedir a los demás que enloquezcan con ellos. Ni que les financien unos delirios que acabarían en hambre y crimen. Ahí puede estar el fin de la aventura común. De consumarse el desastre, el norte buscará una salida propia. El sur se podría desperdigar en Estados más o menos fracasados, ya al margen del Primer Mundo.

Dijo ayer el caudillo de Syriza, el nuevo movimiento comunista de Grecia, que la crisis griega y su deuda serán pronto cosa del pasado. Como su amigo de Podemos en España, les dice a sus votantes que su país es inmensamente rico, y que no viven todos con opulencia y sin apenas trabajar porque les roban los potentados y los extranjeros. Ese populismo vulgar y mentiroso requiere, una vez en el poder, de mucha coacción para impedir su desmentido por los hechos. Puede ser que el proyecto europeo esté condenado. Los próximos años lo dirán. Lo que es evidente es que no hay ninguno mejor para luchar por el bienestar en libertad de 500 millones de europeos en el mundo actual. Ojalá aquellos que creen, como muchos griegos y españoles, que no se puede estar peor de lo que hoy están, no tengan ocasión de comprobar entre lágrimas y dolor lo falsa que es esa convicción suicida.

sábado, diciembre 27, 2014

EL NAUFRAGIO VENEZOLANO

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 27.12.14


Venezuela es un país en el que en la calle puedes encontrar antes la muerte que los productos de la cesta de la compra

     La verdad es insoportable en esta Venezuela de finales del 2014. Por eso apenas se escucha ya ninguna en los medios controlados por el régimen chavista del presidente Nicolás Maduro, que son casi todos. No solo en los medios al servicio del chavismo se huye de toda verdad, sino que se escuchan las burdas mentiras que pretenden luchar contra la terrible realidad de la vida cada vez más primitiva, insegura, angustiosa y menesterosa del maltratado pueblo venezolano.

     El Banco Central Venezolano ha dejado de publicar informes sobre la economía, sobre precios y escasez. Pueden costar caros. Con la inflación desbocada ya y el barril de petróleo a poco mas de cincuenta dólares, la mitad que hace un año, la economía venezolana, o lo que quedaba de ella, ha entrado en colapso.

     Maduro no puede pagar nada y a nadie. Y tiene que aplicar medidas de economía de guerra en vez de las dádivas tan habituales cuando, como ahora, se enfrenta a un año electoral. Con la población ya en estado de emergencia, por pura lucha de supervivencia. En un país donde tienes más posibilidades de encontrar en la calle la muerte que los productos de la cesta de la compra que buscas.

     Pero el presidente solo sabe lamentarse de conspiraciones a las que culpa de todos sus males. Al hundimiento del precio del crudo se unen ahora las sanciones de Washington contra cuadros del régimen.

     Pero es sobre todo el acuerdo de Washington con La Habana lo que tiene desencajado al régimen. Ni con todo el aparato del estado venezolano cuajado de agentes cubanos y con su permanente suministro gratuito de petróleo a la isla ha logrado Maduro ser tratado en Cuba como algo más que un lacayo. Durante este año han negociado los Castro con Obama un apaño para sobrevivir ellos. A costa de abandonar a su suerte al ridículo, inepto y desistido Maduro. Cuya disparatada aventura naufraga sin remedio.

viernes, diciembre 26, 2014

UN CUARTO DE SIGLO

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 26.12.14


Solo un cambio de actitud de Putin puede evitar que prosiga el deterioro interno de Rusia

HACE exactamente un cuarto de siglo, unos compañeros y yo contábamos los muertos que, en silencio absoluto, eran enterrados en uno de los parques de Bucarest. Era una escena que se repetía por toda la geografía rumana. Eran tumbas improvisadas y poco profundas, cavadas en la hierba helada o en las tierras más sueltas de los setos. Con su cruz y la foto del muerto, muchos jóvenes, a veces un hombre de mediana edad, también mujeres. Habían muerto todos en los tres días precedentes. Pero seguían muriendo. Los francotiradores sembraban el terror en todo el país. Habíamos llegado en un convoy de Médicos sin Fronteras. Nos habían dejado pasar por la frontera del puente sobre el Danubio que une la ciudad búlgara de Ruse con la rumana Giurgiu. Está en la ruta de la muerte. Por allí llegaron muchas desgracias en siglos. Llegaron los turcos y el vasallaje. Y los fanariotas a cobrar tributos. Por Ruse –Ruskuc bajo el imperio otomano cuando en 1905 nacía allí aquel sefardí convertido en vienés que fue Elías Canetti–, entramos los testigos a ver hundirse aquel régimen miserable. Era un golpe final del terremoto de libertad que sacudió a Europa hace un cuarto de siglo. El régimen de Nicolae Ceausescu fue el único en caer con violencia de todos los miembros del Pacto de Varsovia. Con poca violencia y muy mala organización de unos aparatos comunistas ya en plena descomposición. Aunque existieran planes en otros países como en la RDA y los preparativos para una represión sangrienta masiva –como la de Tiananmen en China en junio de aquel año– estuvieran muy avanzados allí.

Los Balcanes occidentales, Serbia, Montenegro, Kosovo, Albania, sufren aún la catástrofe del nacionalismo y la bárbara guerra. Por lo que hacen aún cola para entrar en la UE. Pero todos los miembros en 1989 del Pacto de Varsovia son hoy socios en la Unión Europea. En la que también están las tres repúblicas bálticas exsoviéticas. Todos han evolucionado hacia la sociedad libre de mercado, muchos con inmensas dificultades. Pero todos se sienten mejor dentro de las organizaciones occidentales que fuera de ellas. Todos entraron voluntariamente en la Unión Europea y en la OTAN. Y lo hicieron ejerciendo su derecho soberano. Nadie lo hizo para cercar a nadie, y mucho menos a Rusia. Por eso, si Ucrania ejerce su legítimo derecho como estado soberano de solicitar su ingreso en la UE y en la OTAN, se debe analizar esa solicitud desde los criterios aplicados a todos los demás antes. No subordinarlos a supuestas sensibilidades de terceros. Es cierto que Rusia teme este ingreso, pero no por los motivos que aduce. Jamás han tocado la OTAN ni la UE un centímetro de territorio o soberanía rusos. Lo que teme el Kremlin, que no Rusia, es que Ucrania tenga una democracia con éxito que demuestre que también allí se pueden compatibilizar libertad, orden y bienestar. Los rusos verían que no es designio divino que tengan un zar con poderes despóticos, aunque organice elecciones amañadas. Solo un cambio de actitud de Putin puede evitar que prosiga el deterioro interno de Rusia. Y sus dificultades exteriores. Lo revela también la rebelión que protagonizan ahora sus dos aliados, Bielorrusia y Kasajstan. Estas dos autocracias se niegan a la plena sumisión que les exige Putin al quererles imponer que cumplan sus represalias de respuesta a las sanciones. El problema no está en el ejercicio de su soberanía de los demás, sino en la inadmisible amenaza de Moscú de no tolerar esa soberanía. Que hace más necesario que nunca que las democracias disuadan juntas y aliadas a quien en Crimea y Ucrania oriental ha demostrado su vocación expansionista.

martes, diciembre 23, 2014

«A SU IMAGEN»

Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes. 23.12.14


Esta libertad se debe al valor absoluto que nuestra cultura otorga al ser humano

UN buen consejo para hacer frente a la tantas veces irrefrenable tentación de entregarnos al zeitgeist, al espíritu de los tiempos, y someternos a la subcultura de la tribu televidente interconectada está en recordar que el mundo no se estrenó anteayer. Cuanto más sepamos del pasado, mejor entenderemos lo que pasa y nos sucede. Más libres y serenos somos frente a imponderables y añagazas, y menos esclavos de modas, histerias y pasiones. Es una buena práctica esforzarse por ir más allá de la historia abstracta. E imaginar personas concretas hace cien, hace trescientos y hace mil años en conflictos cotidianos, personales y políticos. En sus temores, inquietudes, emociones y conocimientos condicionados por la época en que vivían. Así es más fácil ponderar nuestras propias obsesiones, angustias y entusiasmos. Todos los que nos precedieron y se convirtieron en polvo gozaron y padecieron, sintieron como nosotros ser individuos únicos en el mundo.

Cierto es que el sentido de trascendencia está tan atrofiado como el propio hecho religioso. Pero no es difícil explicar una continuidad en la familia humana en la cultura occidental. Ha logrado construir a lo largo de siglos de guerras, reformas y debates una sociedad libre y abierta que, con todos sus grandes defectos y sus lacras, es admirable. Basada en la libertad de la palabra y el pensamiento, ha sido capaz de incorporar a sus mecanismos internos los recursos para la corrección de sus defectos y enmienda de vicios sin poner en riesgo sus pilares fundamentales.

Si esta civilización ha llegado aquí y ha vencido en desarrollo y eficacia, en compasión y libertad, a todas las culturas extrañas alternativas, ha sido por la libertad de la que gozó la creatividad del ser humano. Y esta libertad se debe al valor absoluto que nuestra cultura otorga al ser humano, basado en la fe religiosa de que fue concebido a imagen y semejanza de Dios. Que hoy sean muchos más los que dicen que Dios ha sido hecho a imagen, semejanza y necesidad del ser humano no cambia en absoluto los profundos anclajes de nuestra libertad, que están en el concepto del ser humano surgido del Viejo y el Nuevo Testamento. Cuanto más conocimiento tengan sobre este legado las jóvenes generaciones, mejor armadas estarán contra quienes quieren desterrar a la ignorancia ese carácter sagrado del ser humano. Despojado de él, la persona puede ser tratada como un animal más o menos sumiso y habilidoso para sus experimentos sociales. Estos lo saben y por eso combaten todo conocimiento del relato religioso judeocristiano en la cultura. Lo han hecho con tanta eficacia que hoy un profesor puede preguntar en la Facultad de Historia qué es el Monte Gólgota y nadie en clase lo sepa. Quedan muy pocos niños que en el Museo del Prado sepan algo de lo que se expone o cuenta en los cuadros que se les enseñan. Estos próximos meses hasta abril se da en Madrid una gran ocasión para quienes quieran a sus hijos y nietos un poco más blindados contra supersticiones políticas totalitarias. En una exposición en el Centro Fernán Gómez sobre arte sacro titulada «A su imagen», se ofrecen obras soberbias de grandes maestros en recorrido didáctico a través de los Testamentos. Desde el Greco a Velázquez, de Rubens a Goya, de Cranach a Murillo, los genios forman un espectacular paseo por el mensaje religioso de la Biblia. Y muestran a un tiempo la historia de la persona en el mundo occidental. Es una gloriosa exaltación del ser humano, del sagrado individuo, «a su imagen». Es una gran muestra sobre el elemento clave diferenciador entre nuestro concepto de la vida en libertad y otros, religiosos o políticos, que son sus enemigos irreconciliables.

lunes, diciembre 22, 2014

MIEDO AL ISLAM

Por HERMANN TERTSCH
ABC Lunes, 22.12.14

La amenaza yihadista La reacción


Una gran pancarta rezaba «Respeto y tolerancia, también para nuestro pueblo», otra algo menor pedía «Mut zur Wahrheit» (Valor para la verdad) y otra «Por la libertad de expresión». Esos eran tres de los mensajes de la gran masa de manifestantes del pasado lunes en la ciudad alemana de Dresde. Cada lunes son más los alemanes que se dan cita en estos encuentros. A pesar de los intentos del poder por disuadir de acudir y su insistencia en condenar los encuentros. Y sin embargo, estos, que comenzaron con apenas unos cientos, reúnen ya a decenas de miles. Como sucedió en 1989 ante los ojos incrédulos y mentes espantadas de los dirigentes de la Alemania comunista (RDA). Lo consiguieron todo y el régimen que reprimió y difamó a aquellos manifestantes dejó de existir. Las pancartas de 1989 en demanda de Verdad, Libertad de Expresión y Tolerancia se han elevado con razón al relicario laico democrático de la historia de Alemania. Lo que puede sorprender es que pancartas que piden lo mismo que entonces ahora sean consideradas por la mayor parte de la prensa y los políticos alemanes como consignas de la islamofobia, la xenofobia, el ultraderechismo. Resulta inaudita la virulencia con la que algunos medios de izquierda y derecha atacan a los organizadores. El ministro federal de Justicia, Heiko Maas, se atreve a llamarlos «una vergüenza para Alemania», términos de una contundencia que no se acostumbran a utilizar. El objeto de la indignación, de la ira y las descalificaciones no es otro que Pegida, asociación cuyo nombre es el acrónimo en alemán de Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente. Un nombre que hace poco meses nadie conocía y que hoy está en boca de todos.


No parece muy xenófobo el lema que pide «respeto y tolerancia» y añade «también para nuestro pueblo», en referencia al alemán. Ni los que exigen que Alemania no sea campo de batalla del fanatismo. Es una demanda que sienten como justa millones de alemanes que creen que su dinero y su hospitalidad son objeto permanente de abuso dentro y fuera de sus fronteras. Parte lo han manifestado ya con su creciente apoyo a Alternative für Deutschland (AfD), un partido contrario al euro. No es un fenómeno distinto al que se ha generado en otros países europeos como Holanda, Suecia o Francia. En estos países, sin el pasado traumático de Alemania, cristalizó pronto en partidos de corte populista, algunos ultraderechistas. Es cierto en Sajonia, cuya capital es Dresde, no existen las comunidades islámicas que hay en Berlín o Bruselas, en los extrarradios de ciudades francesas u holandesas. Pero sí existe el miedo a que las haya. La sociedad alemana oriental teme los efectos de la actual oleada de inmigración por asilo político que se abate sobre Alemania. Los centros de acogida no se construyen en las zonas residenciales opulentas de Múnich, Fráncfort o Hamburgo en las que viven los directivos de los medios celosos vigilantes de la corrección política. Pegida responde así a unos miedos reales y legítimos de sectores de la sociedad alemana que no son mejores ni peores que el resto. Pero que sí muestran el coraje de expresar una opinión que muchísimos conciudadanos comparten y no proclaman por miedo a ser difamados como ultraderechistas. Es evidente que la ultraderecha alemana quiere pescar y pesca en ese río revuelto. Y lo es que la descalificación de los manifestantes y desprecio a sus temores solo favorece a esa ultraderecha.

El mundo siempre se asusta, y con razón, cuando cree ver surgir un movimiento de ultraderecha en Alemania. Demasiado terrible es el pasado. Pero precisamente por la presencia permanente de este pasado de horror, en Alemania no ha existido desde 1949 ni existe hoy un fascismo, ni de derechas ni de izquierdas, que ponga en riesgo las instituciones. Los intentos de combatir como si fuera ultraderechista todo aquel que cuestione los tabúes de la corrección política pueden ser contraproducentes. Porque el miedo al islam existe, por mucho que lo nieguen los diarios de la corrección política. Porque tres generaciones después de la llegada de las primeras grandes oleadas de musulmanes a Europa se percibe el agotamiento de los intentos de integración. Que coincide con la irrupción de un islamismo político que se proclama enemigo a muerte de nuestra sociedad. E intenta imponer también en Europa leyes y costumbres de sociedades fracasadas y subdesarrolladas. Sectores de la sociedad europea demandan respeto para sus propias comunidades. Según una encuesta de Die Zeit, solo un 13% de los alemanes consideran a Pegida absolutamente injustificada. Y un 77% apoyan total o parcialmente a los manifestantes. Estos datos revelan que la sociedad en gran parte acata la corrección política, pero no la comparte ni considera veraz. Este abismo entre la opinión pública real y la opinión política publicada estallará algún día. Porque los gobiernos han ignorado las legítimas demandas y los temores de su población. Y nunca han exigido a la inmigración ese lógico, necesario y asumible esfuerzo de integración en un país al que han acudido en busca de ayuda. La tolerancia abusiva hacia una intolerancia importada dinamita las reglas mínimas para que la tolerancia exista.

sábado, diciembre 20, 2014

OBAMA, CUBA Y EL ADANISMO

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 20.12.14


Los cubanos han comprobado que el día después del anuncio es igual que el anterior

      El presidente Barack Obama se mostró ayer convencido de que Cuba se abrirá pronto al mundo con la decisión del restablecimiento de relaciones diplomáticas anunciada el miércoles simultáneamente en La Habana y Washington. Y de que esta apertura traerá pronto un proceso en beneficio del respeto de los derechos humanos en la isla. Al hacer estas declaraciones Obama pareció ayer en algún momento haber interiorizado el discurso del régimen cubano, que atribuía todos los problemas de la isla a esa falta de relaciones entre Cuba y EE.UU. y a las represalias norteamericanas, lo que el castrismo llama falazmente bloqueo.
      Pareció olvidar Obama que Cuba tiene relaciones ininterrumpidas con el resto del mundo. Que la isla está llena de hoteles extranjeros y de turistas de todo tipo. Y que los males que aquejan a la isla existen y persisten única y exclusivamente por la voluntad y decisión implacable de la dictadura de negar a la población sus derechos y libertades y reprimirla con brutalidad.
      En su conferencia de prensa de fin de año el presidente norteamericano demostró seguir tan adanista como cuando comenzó su primer mandato, al pretender ser el primer presidente norteamericano en afrontar con corrección los problemas. Recordaba ayer con ello a aquel discurso de El Cairo en 2009 en el que vino a menospreciar la política de sus antecesores hacia los países árabes así como los lazos habidos con sus protegidos. Y anunció a bombo y platillo una nueva era. Los resultados de su presidencia en Oriente Medio son notorios.
      El presidente Obama parece decidido a tomar rápidas decisiones rápidas para que la nueva era en las relaciones se note cuanto antes. Sin esperar a ningún gesto ni concesión por parte del régimen comunista, que en nada ha cedido más allá de soltar a unos presos. Esto lo ha hecho el régimen muchas veces a lo largo de su historia. Y después han llegado brutales temporadas de represión. Pero Obama tendrá que contar con el Congreso que, dominado por los republicanos, exigirá que este proceso, al que nadie se opone radicalmente, sí deje de ser un éxito gratis total para la dictadura.
      Existe un consenso muy amplio en el mundo en que vale la pena intentar espolear un cambio para sacar a Cuba de esa parálisis en la miseria. Pero muchos dan más valor que Obama a la necesidad de exigir de inmediato a la dictadura medidas concretas.       Después de la sorpresa, emoción y entusiasmos iniciales, se ha recuperado pronto la serenidad con sano escepticismo que todos los conocedores de la dictadura cubana recomiendan. Y los cubanos han comprobado, sin mayor sorpresa, que el día después del anuncio es igual que el anterior.

viernes, diciembre 19, 2014

APOTEOSIS DE LA RENDICIÓN

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 19.12.14


Si algo está claro es que el apaciguamiento nunca ha funcionado. Una regla sin excepción.

EDUCAMOS desde hace ya varias décadas a los niños en la idea de que casi todo da lo mismo mientras nuestro pequeño mundo no se vea alterado. E insistimos en que nada merece realmente la pena de que suframos ningún mal ni disgusto. Sabemos que nosotros tenemos derecho a prácticamente todo. Pero también que los supuestos deberes son discutibles porque nosotros no los hemos elegido. A cambio sí debemos llorar siempre una lágrima por los males y la injusticias que sufren los más desfavorecidos. Y odiar siquiera un poco a los que son más poderosos y más ricos que nosotros, porque ellos son los culpables de todos los males que aquejan al mundo. Solo queremos paz para gozar de nuestros derechos que, como la propia palabra mágica indica, no se nos pueden quitar. Como regalo divino, inalterable por las circunstancias, los sucesos ni el ser humano. Si se presenta pocos o muchos con actitudes violentas o amenazantes para imponer su criterio habrá que preguntarse qué motivos les mueven. Para concluir siempre que lo lógico ya es ceder. Darle lo que pide al que amenaza. Porque la paz es el bien supremo. Y no porque haya justicia, que no. Porque no peligra nuestra subsistencia. Al fin y al cabo, el mensaje que todo cachorro de ser humano recibe hoy en día en el mundo occidental, en las sociedades abiertas en las que aun existe libertad y orden y muy razonable bienestar, es que su único objetivo realmente esencial en la vida es permanecer vivo sobre la faz de la tierra el mayor tiempo posible. En ninguna época ha sido atractivo morir. Pero nunca como ahora está la gente dispuesta a todo por seguir vivo.

Gracias a este masaje cultural hemos logrado convencer a todos de que huir del conflicto es el fin supremo de la política. El gran precursor del apaciguamiento moderno fue Neville Chamberlain que fue a darle en Múnich a Hitler el algo -–los Sudetes-– para que éste dejara en paz a los británicos. A diario la brutalidad y el terror se imponen a la sociedad civilizada en miles de casos porque ésta ha perdido el concepto de resistencia. Si algo está claro es que el apaciguamiento jamás ha funcionado. Una regla sin excepción. Todo apaciguamiento fracasa. Cuanto más tarde, con más coste. Ahora asistimos a lo que es la apoteosis del apaciguamiento. En el cine. Donde se canta a la gesta, a los valores y la lucha y las convicciones. La compañía Sony fue agredida hace semanas por hackers. Le robaron infinidad de datos. Películas no estrenadas, fondos de producción y muchos datos comprometidos e íntimos de gentes del cine. Algunos dieron el salto a los medios. El daño fue inmenso. La autoría fue reclamada por un grupo de hackers llamados «Guardianes de la paz», hoy sabemos que de Corea del Norte. Amenazaron con más y mayores agresiones si se estrenaba una película llamada «La entrevista» en la que unos periodistas reciben la orden de asesinar al dictador norcoreano. Este supo de la película y decidió que no se estrenaría. Y así será. Sony renuncia a estrenar la película y lo justifica: Por miedo. El gigante Sony y el mercado norteamericano se someten a las órdenes censoras de Kim Yong Un. Este gesto espectacular del peor y más cobarde apaciguamiento tendrá efectos inmensos. Cada vez está más cerca el día en que renunciaremos a todos nuestros sacrosantos derechos a cambio no ya de sobrevivir, sino de evitar un peligro. Toda película, todo libro, periódico o programa podrá ser vetado por tiranos grandes o pequeños, cercanos o remotos si la amenaza es lo suficientemente creíble y contundente. La claudicación occidental ha saltado al estrellato.

martes, diciembre 16, 2014

P.E.G.I.D.A.

Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 16.12.14


El miedo no es fascista ni nazi. Pero genera fascistas y nazis si se desprecia a la ciudadanía que lo sufre

UN fantasma muy real recorre la política alemana en las últimas fechas y siembra el espanto entre los partidos y toda la opinión publicada. Se llama Pegida. No significa nada ese palabro que hace muy pocos meses no existía. Es el acrónimo de la asociación «Patriotische Europäer Gegen Die Islamisierung Des Abendlandes» (P.E.G.I.D.A.) cuyo largo nombre se traduce fácilmente como «Patriotas europeos contra la islamización de Occidente». Conocido el nombre de la asociación quizás extrañe menos el éxito de sus convocatorias. Hay muchísimos europeos preocupados hoy por la islamización de barrios europeos, por el fin de la vigencia de costumbres e incluso leyes europeas en el seno de comunidades cada vez más numerosas en Europa. La evolución demográfica deja claro que, para el año 2050 y en algunos casos mucho antes, habrá muchas regiones europeas con mayoría islámica. En las que democráticamente se podrán imponer leyes y reglas contrarias no solo a los hábitos europeos, sino también a la libertad de las personas y la dignidad de las mujeres, a las tradiciones cristianas y los usos de las sociedades abiertas, herederas y cultivadoras del legado de la cultura occidental y la Ilustración. Son los valores que han generado en Occidente las sociedades prósperas y libres, frente a las sociedades fracasadas y sin libertad bajo el imperio del islam. La alarma sonó hace muchos años. Pero la política europea descalificó a las voces que advertían contra una evolución que ya parece irreversible. Desde Oriana Fallaci a Giovanni Sartori o Roger Scruton, todos los intelectuales y estudiosos que han osado advertir sobre los peligros del islam no integrado, han sido difamados como ultraderechistas o islamófobos. La corrección política actúa como implacable censura e inquisición contra la expresión de la realidad.

Pegida no ha generado más miedo al islamismo ni más xenofobia de la que había en Alemania. Solo ha logrado que muchos superaran el miedo a expresar el miedo a esa presencia de cada vez más extranjeros y especialmente musulmanes en su región. El miedo a ser tachados de fascistas, nazis o xenófobos lleva a muchos a callar. Al no poderse expresar, este miedo produce resentimiento. Quien lo sabe y aprovecha es la ultraderecha siempre pendiente de aguas turbias en las que pescar. E intenta secuestrar sentimientos y movimientos. A los políticos tradicionales por el contrario les da absoluto pánico lo que consideran un campo de minas. El mínimo indicio de comprensión por el miedo de esta gente común, es expuesto por el adversario como una intolerable adhesión a postulados racistas. Lo más fácil por ello para muchos políticos es tachar a Pegida de mero movimiento racista y neonazi que hay que despreciar y perseguir. A hacer méritos ha salido en tromba el ministro de justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, que los considera «una vergüenza para Alemania». Y punto. Su jefe, el vicecanciller socialdemócrata, Sigmar Gabriel, más cauto, ha pedido a «los ciudadanos cuyos temores no pueden despreciarse», que «se distancien de los nazis que los utilizan». Merkel también hace equilibrios. Alemania es hoy el país con más solicitudes de asilo del mundo. Hace tres años eran 19.000. Este año será diez veces esa cifra. El miedo no es fascista ni nazi. Pero genera fascistas y nazis si se desprecia a la ciudadanía que lo sufre y que se siente acosada en su patria. Europa tiene un problema. Pero ese problema no es Pegida. El problema de lejos es el brutal islamismo bélico en expansión. Y aquí es el islam politizado que crece como cuerpo extraño. Al que nadie exige –ni él ofrece– lealtad a unas democracias occidentales que son la mejor organización de convivencia jamás habida.

domingo, diciembre 14, 2014

OBSEQUIOSO COLABORACIONISMO

Por HERMANN TERTSCH
Neupic 11.12.14




Llegaron como una banda de las SA. No eran dos ni tres, ni cuatro ni cinco. Ni ocho ni diez. Entraron todos a la sala de maquillaje con Pablo Iglesias. Después subieron al otro piso. Fueron todos a la redacción como si fuera suya, a saludar, arengar o intimidar con su presencia masiva. Todo un espectáculo. Así lo describía un testigo.  El propio Raúl del Pozo que tanto simpatiza con Juan Carlos Monedero y otros del nuevo partido, lo contaba así en su diario “entraron en 24 horas insolentes y en tropel, con autobuses que les esperaban en la puerta, buscando la complicidad de los cámaras y huelguistas. Daban miedo, contaba uno de los contertulios. Caminan con la arrogancia de los intransigentes, pero aseguran que no quieren hacer la revolución sino limpiar las cuadras”.


Después se produjo el incidente con Sergio Martin, que le preguntó a Pablo Iglesias si estaba contento con la liberación de etarras. Una pregunta absolutamente pertinente porque en innumerables ocasiones se ha manifestado, tanto Iglesias como Juan Carlos Monedero y otros de Podemos, perfectamente solidarios con ETA y sus organizaciones. Hay grabaciones de Iglesias felicitando a ETA por no dejarse engañar por la constitución y seguir matando. Otras en las que pide la liberación de todos los presos de la banda asesina. Otras muchas en las que explican él o Monedero su empatía y comprensión hacia la “lucha” de ETA como llaman a sus asesinatos y demás trayectoria criminal. Pues Pablo Iglesias se enfadó por esta pregunta y lo hizo saber. Y convocó a los inquisidores que, obedientes, se han indignado. A ver con quién se han creído los periodistas que están hablando cuando hablan con el caudillo de Podemos.

El partido de Pablo Iglesias no tiene aun más que un par de meses de vida y sus relaciones con los periodistas pasan ya por ser de las más complejas jamás habidas en democracia entre un partido político y los medios. Desde el primer momento, los líderes de Podemos se han mostrado selectivos en su trato con los medios. Los había amigos, aceptables y enemigos.

El núcleo del poder dirigente del partido lo forma la cuadrilla de profesores comunistas de la Universidad Complutense con experiencia política oficialista en Latinoamérica. Comenzaron a desembarcar a principios de la pasada década en Venezuela. Los había llamado Hugo Chávez para adoctrinar cuadros del chavismo, ensayar la revolución y la construcción de un régimen en el que la ingeniería legal permitiera garantizar el carácter socialista irreversible. Allí estuvieron los de primera hora Roberto Viciano, Juan Carlos Monedero y muchos otros. Iglesias llegaría más tarde.

Más allá de las labores de algunos de ellos en los procesos constituyentes de amarrar a imagen de Venezuela los regímenes de Ecuador y Bolivia, siempre con fluido contacto con los otros actores del proceso, especialmente el régimen de Cuba, han sido allí formadores de cuadros comunistas y ante todo son expertos comunicadores, el mejor con diferencia Pablo Iglesias.

Ellos saben sacar el máximo partido a los medios, pero saben también lo que tienen que ocultar y resaltar, según el momento, de quiénes se han de servir y quienes pueden ser peligrosos y hay que neutralizar. Todo ello lo han explicado en clases para otros cuadros comunistas. De eso han vivido bien y muchos de ellos se han hecho su considerable patrimonio en España con la paga por ayudar a arrebatar el suyo, su patrimonio además de la libertad, a venezolanos, bolivianos o ecuatorianos.


En seis meses se han hecho con un escenario mediático en el que levantan fascinación. Las cadenas privadas se lanzaron a su promoción y se convirtieron en la clave de su éxito político. Con una irresponsabilidad generada por la codicia que es de esperar algún día paguen sus dueños y mandos. La inmensa mayoría de los profesionales del periodismo los trató desde un principio con benevolencia cuando no efusiva simpatía.

Cuando comenzó a haber roces con algunos en la televisión, prestos recurrieron a la amenaza de las demandas. Y se pusieron algunas. Algunos otros personajes de la órbita de la ultraizquierda hicieron lo mismo.
Yo tengo dos demandas de Gonzalo Boye, un abogado chileno ahora muy mimado por el PP, editor de un panfleto de la ultraizquierda que insulta a todas las instituciones. Boyé no se preocupaba tanto por su buen nombre cuando ayudó a ETA durante todo el secuestro de Emiliano Revilla, a quien vigiló en su agónico cautiverio en el zulo. Culpable de ayudar a los asesinos en aquella larga empresa criminal, cumplió diez años de cárcel por ello. Mis alusiones a su pasado y simpatías no le gustan. Y me quiere callar la boca. Como la cúpula de Podemos. Tampoco a Iglesias y Monedero les gusta que se les recuerde su pasado. Y ellos parecen gozar también entre los jueces de empatía.

Mientras sus demandas se aceptan con facilidad, acaban de rechazar en los juzgados una de una asociación policial contra Monedero por acusar éste a la policía, sin pruebas, nada menos que de traficar con drogas y ser responsable de las muertes por heroína en el Pais Vasco. Dice el juez que eso es libertad de expresión. Yo no necesito que el juez que me toque con la inauditas demandas de Boyé tenga tan amplios criterios sobre la libertad de expresión para rechazarlas. Las amenazas y las demandas son muy eficaces. Y han surtido efecto inmediato.

Gran parte de los periodistas han enmudecido en sus críticas.  En un país en el que los jóvenes periodistas salen de unas facultades que, con honrosas excepciones, son centros de zafio adoctrinamiento izquierdista, las simpatías por Podemos vienen hechas.


Cuando en la Facultad de Periodismo de la Complutense da clases de historia un Carlos Hermida que organiza actos de desagravio a ¡Stalin! una mayoría simpatiza automáticamente con los comunistas de nueva recreación chavista. Solo se tienen que concentrar en asustar para hacer callar a quienes les tratan como lo que son, una amenaza para las libertades y sobre todo hoy para la libertad de expresión. Esa la han comenzado a maniatar sin haber tocado poder alguno.

Todo el aparato mediático del izquierdismo y el sindicalismo se mueve con su habitual unanimidad pero si cabe mayor contundencia para aplastar a todo el que critique o se enfrente al nuevo partido, sus líderes y ante todo su intocable caudillo.


El caso de TVE con Sergio Martin es paradigmático. Y ellos quieren erigirlo en ejemplarizante, para dejar claro que quien osa criticar a Iglesias es llevado a la picota, lapidado y ejecutado en la vía pública. El resto lo hace la cobardía proverbial de nuestra sociedad. Tan dispuesta a salir en ayuda del vencedor que, según intuyen muchos, van a ser al final estos ultras comunistas con la vocación de enterrar nuestra democracia.

El obsequioso colaboracionismo que demuestra la profesión periodística con los taimados jefes de una jauría totalitaria es solo una vergüenza más. Débil consuelo es saber que la valentía en otras profesiones, sean jueces o fontaneros, no es mayor.

Hermann Tertsch

@hermanntertsch

Periodista - @abc_es, @TheObjective_es, @Neupic y más

Analista político - @Telemadrid y otros medios

Escritor
- LA VENGANZA DE LA HISTORIA
- LA ACUARELA
- CITA EN VARSOVIA
- LIBELO CONTRA LA SECTA


Gentiuno. "Gente del siglo XXI" Hermann Tertsch: Obsequioso colaboracionismo

"Verdades que ofenden.." Obsequioso colaboracionismo - Hermann Tertsch

sábado, diciembre 13, 2014

LOS JUEGOS DE VÉRTIGO DE VLADÍMIR PUTIN

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 13.12.14


TENSAR LA CUERDA
Washington y Bruselas tienen claro ya que Putin ha entrado en un juego de tensar la cuerda con Occidente hasta límites desconocidos

SIN COMUNICACIÓN
Desde hace seis meses no funciona el teléfono rojo entre Moscú y Washington. La comunicación al máximo nivel está congelada


El presidente de Rusia, Vladímir Putin, está jugando con fuego. No solo porque mantiene su agresión militar en Ucrania mientras su economía da claras señales de haber entrado en caída libre. Sino porque hay ya certeza en la sede de la OTAN, en Washington y las principales capitales europeas, de que Putin ha entrado en un juego de tensar la cuerda con Occidente hasta límites desconocidos. Y ha otorgado para ello protagonismo al Ejército, marina y aviación. Con una presencia masiva en la periferia de los países de la OTAN, Putin parece apostar por una escalada de un matonismo con el que generar divisiones en la alianza en la disposición de solidaridad entre las sociedades democráticas. Existe seria preocupación de que cualquier incidente pueda acabar con efectos no deseados por nadie. Y desde hace seis meses no funciona el teléfono rojo. Las relaciones entre Moscú y Washington están congeladas y no hay comunicación a máximo nivel. Los intentos occidentales de restablecerlos han sido rechazados por Moscú. Esto explica el endurecimiento de posturas como la de Angela Merkel y el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, que advierten en durísimos términos a Rusia sobre los peligros y el sinsentido de esta estrategia de amenaza y desestabilización de Europa.

Con un rublo que se desmorona, un precio del petróleo que ha hundido y liquidado sus presupuestos y perspectivas, la riqueza en plena fuga de Rusia hacia lugares más seguros y la población cada vez más afectada, no ya por las sanciones occidentales sino por las represalias impuestas a las mismas por el propio Putin. El presidente pletórico y triunfante que hace seis meses anexionaba Crimea con desprecio total a la comunidad internacional, a las leyes y los tratados fronterizos y acuerdos firmados por Rusia, hoy se enfrenta a un mar de incógnitas. El nuevo zar triunfador de entonces ha de enfrentarse a un rápido deterioro del nivel de vida en Rusia que puede ya manifestarse con rotundidad en este mismo invierno. Putin ha emprendido una ofensiva de objetivos inciertos. Pero se mueve por campos sembrados, literalmente, de minas. Y su mensaje es cada vez más nacionalista y agresivo en respuesta a las advertencias tanto internas como externas de que su política puede derivar muy pronto en una catástrofe social para los rusos.

Rusia ha incrementado su actividad militar fuera de sus fronteras de forma espectacular desde hace más de un año. Pero el nivel de las pasadas semanas y estos día alarma. Las grandes maniobras ahora en el Báltico y la región de Kaliningrado, enclave ruso entre Polonia y Lituania, dos estados de la OTAN han extremado la angustia en toda la región, en permanente tensión por la invasión rusa de territorios ucranianos. Son casi diarias las provocaciones de los aviones rusos en las cercanías o dentro ya de los espacios aéreos de países de la OTAN y la Unión Europea. En la misma política se inscribe el anuncio de las maniobras y de la presencia permanente de bombarderos estratégicos rusos en el Caribe y en el Golfo de Mexico.

Amenaza real
Suecia, los países bálticos, la propia Finlandia que revisa rápidamente su situación para acogerse a garantías de defensa de la Alianza Atlántica y por supuesto Polonia, fronteriza con la Ucrania invadida por Rusia, han registrado esa alarmante acumulación de operaciones pero también de incidentes que son evidentemente intencionados. En este año han sido ya más de 400 los casos habidos. El último una espectacular interceptación por parte de F-16 holandeses, en misión de vigilancia de la OTAN en el Báltico ante la presencia de nada menos que treinta cazabombarderos. El ministro polaco de Defensa, Tomasz Simoniak, anunció ayer una inminente reacción de la OTAN ante «una actividad sin precedentes de los rusos». La frase parece antigua pero es la más actual: Europa está en estado de alarma ante una amenaza militar rusa.

viernes, diciembre 12, 2014

AUTOESTIMA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 12.12.14

Imaginen una España llena de universidades que sirvieran a la autoestima y no al resentimiento y al odio

LAS grandes universidades del mundo, las que se respetan a sí mismas, suelen generar vínculos con sus alumnos y entre ellos, que muchas veces perduran de por vida. En el mundo anglosajón es donde estas lealtades al Alma Mater más se cultivan y la universidad de Georgetown de Washington, de la que es exalumno también el Rey Felipe VI, es una de ellas. La Asociación de exalumnos en España de esta bella y célebre universidad jesuita junto al río Potomac, me invitó a hablar en su cena de gala con un motivo de alegría como era un homenaje a uno de sus fundadores, David Hatchwell Altaras. Este gran empresario, presidente en la actualidad de la Comunidad Judía de Madrid, es amigo por partida doble porque es hijo del inolvidable Mauricio Hatchwell Toledano, una inolvidable y magnífica personalidad en Madrid, en Israel y allá donde estuviera. Las máximas de aquel gran judío español son las que componen fundamentos y andamiaje de lo que llamamos el mundo occidental.

Me había comprometido a hablar sobre las amenazas en el mundo, que es lo que llaman un tema inagotable, inabarcable y maleable. Se puede hablar sobre amenazas diez minutos o diez horas. Sin repetirse. Hablé solo de dos, las que considero en estos momentos las más graves e inminentes para el mundo libre o la sociedad abierta occidental y desarrollada. Una es la amenaza imperialista de un régimen inestable y débil, como es el ruso, dirigido por un autócrata como Vladimir Putin. La otra es la amplísima amenaza islamista que va desde el proyecto del califato del atroz Estado Islámico en Siria e Irak hasta el yihadismo durmiente en las ciudades europeas. Y la falta de capacidad del islam para hacer frente a las perversas formas ideológicas criminales que han surgido en su seno entre Afganistán y Nigeria, entre Indonesia y Casablanca. Pero también dejé claro que la principal amenaza para nuestra sociedad libre, la que convierte todas las demás en muy peligrosas cuando no existenciales, es la profunda crisis de autoestima del mundo occidental. Que en su éxito permanente hasta ahora en la creación de riqueza y bienestar ha sembrado todas las hierbas tóxicas que pueden acabar con su libertad y así con la sociedad más eficaz, rica, compasiva, rica y solidaria que jamás ha existido. Los hijos de la libertad y el bienestar han perdido el recuerdo de la falta de todo lo que gozan. Y no han educado a sus hijos en los mandamientos de quienes han de luchar por defender sus conquistas. Que comienzan por valorar el legado real de sus mayores, por conocer y respetar las enseñanzas de la historia y no dejarse engañar por embustes y quimeras. Y por la decisión, vocación y voluntad de preservar, frente a la adversidad y los enemigos, ese código básico que llevó a la sociedad abierta a lograr una vida cada vez mejor para cada vez más seres humanos: la libertad de pensamiento y la libre creatividad y competencia y el respeto al carácter sagrado del ser humano. Falta la autoestima. Y se ha perdido la memoria y la ignorancia lleva al riesgo a repetir terribles errores. Si no hay reacción, vuelven los bárbaros, concluía. Los exalumos de Georgetown, reunidos en torno a una mesa en la Gran Peña, no me contradijeron.

Pero sí demostraron en un largo debate cuajado de ideas, que más allá del «kulturpessimismus» global, existe, quizás muy particular en esta España llorosa y maltratada, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, que tienen la autoestima necesaria para generar esperanzas para propios y extraños. Imaginen una España llena de universidades que sirvieran a la autoestima y no al resentimiento y al odio. Imaginen una España llena de universidades que sirvieran a la autoestima, la iniciativa, la libertad y el respeto y no al resentimiento y al odio.

martes, diciembre 09, 2014

GROSSE KOALITION, GROSSE KATASTROPHE

Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 09.12.14


Hasta en su escenario habitual, Alemania, las grandes coaliciones han tenido siempre objetivos de reforma concretos en momentos críticos

YA están lanzados tirios y troyanos, algunos hasta con buena fe, a divagar y disparatar sobre las alianzas de Gobierno tras unas elecciones que no se celebrarán antes de un año. Ya han lanzado las teorías sobre una gran coalición todos aquellos que desde hace tiempo desacreditan a los dos grandes partidos como el origen de todos los males. Y ahí están también, por supuesto y como auténticos pardillos, todos los que, desde estos dos partidos y desde fuera, hacen juego a una escalada de especulaciones políticas que solo sirven a los enemigos del sistema democrático. La palabrería sobre una gran coalición es tan mala cuando es inocente como cuando, como en la mayoría de los casos, no lo es. Solo sirve para proyectar la imagen de unas direcciones del PP y PSOE deseosas de imponer juntas una política que les asegure el mantenimiento conjunto o alternativo del poder, el bloqueo de la regeneración del sistema y la nación y la defensa de sus intereses comunes. Visto desde la profunda desconfianza, acritud y hostilidad reinante hoy en España, es garantía de una inyección de apoyo a los partidos que quieren hacer saltar por los aires el sistema.

Hasta en su escenario habitual, Alemania, las grandes coaliciones han tenido siempre objetivos de reforma concretos en momentos críticos. O eran única salida. Siempre con la tranquilidad de que el resto de las fuerzas parlamentarias eran fuerzas de lealtad incondicional al sistema democrático y a la Constitución. Hoy incluso en Alemania hay ya problemas al respecto, debido a la irrupción en el escenario político de fuerzas como los «poscomunistas» de Die Linke o el emergente partido antieuropeísta Alternative für Deutschland (AfD). El ensayo de Turingia con un gobierno dirigido por un excomunista de Die Linke, Bodo Ramelow, rompe tabúes. Merkel, que se quedó a un par de escaños de la mayoría absoluta, es canciller solo porque en la política federal se considera inaceptable un pacto como el habido en Turingia entre SPD, los Verdes y Die Linke, juntos con mayoría en el Bundestag. Incluso en Alemania –y también en Austria– ya supone un riesgo de auge del populismo y de partidos ultras. Pese a una lealtad constitucional que allí se sobreentiende y en España es inconcebible.

Unas conspiraciones de pacto de gran coalición ahora pueden estar en la mente y quizás hasta en la agenda de algunos. Serán inútiles entre partidos desarbolados, dos perdedores buscando un apaño. Aun con mayoría aritmética, no harían más que una coalición agónica desde su primer día. Y que daría paso a un frente popular en el que los moderados no tendrían nada que decir. Entonces se abriría el peor escenario, que podría acabar en lo que la Grosse Koalition siempre quiere evitar, la Grosse Katastrophe. De ahí el dicho de «Grosse Koalition, kleine Katastrophe». La gran coalición es siempre una pequeña catástrofe para el régimen parlamentario. Que debe servir para evitar catástrofes grandes. Aquí es un sueño pensar que podía evitarla. Dada la descomposición política que nadie parece capaz de frenar, dinamitada toda lealtad a la Constitución por parte de la izquierda y los nacionalistas y demolida toda autoridad del Gobierno del PP, lograr un gobierno estable será una quimera. Una absurda ilusión, con un radicalismo revolucionario crecido en la hegemonía de la izquierda y a falta de una fuerza que estabilice un proyecto de ley, orden y unidad ante el desplome del PP desideologizado y sin credibilidad del actual Gobierno. Así las cosas, esos planes y habladurías de la Grosse Koalition prometen poco más que la Grosse Katastrophe de una España al final gobernada por el totalitarismo izquierdista y fuera de la comunidad de países civilizados. Si no reaccionamos antes, el apaño no nos salva.

sábado, diciembre 06, 2014

REALIDAD Y CARICATURA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 06.12.14


Presentar a EE.UU. como segregacionista es tan ridículo como pretender que el color prejuzga culpabilidad e inocencia

       Hay casos de violencia policial abusiva o gratuita que son tan notorios que la negativa a emprender la vía judicial para investigarlos resulta una ofensa al sentido más elemental de la justicia. No solo en Estados Unidos, pero muy especialmente allí.
       Es cierto que existe una brutalidad y violencia en cierta delincuencia en ciudades norteamericanas que demandan muchas veces un uso de la fuerza infrecuente en Europa. En una sociedad armada hasta los dientes. Hay accidentes. Y el derecho a la defensa propia también lo tiene la Policía.
       Pero hay casos que apenas admiten discusión. En los que un abuso de fuerza policial es causa directa de una muerte gratuita y evitable. Ante testigos. Es el caso de Eric Garner que provoca la nueva oleada de protestas por ciudades norteamericanas. Después de los serios disturbios de Ferguson, en el estado de Misuri, al archivarse la causa contra un policía blanco que dijo haber matado en defensa propia a un joven negro.
       El caso de Nueva York es distinto. Están grabadas las súplicas de Garner, aplastado contra el suelo por un policía, cuando pide aire. Y repite sin cesar un desesperado «no puedo respirar».
       Los problemas derivados de la discriminación racial y los prejuicios son evidentes. Especialmente cuando en medio siglo la mayoría de la sociedad negra no ha logrado converger con la sociedad blanca como lo han hecho en dos décadas la asiática y la latina.
       Como no se resuelven dichos problemas es con la caricatura que tanto se ha visto, oído y leído en tantos medios. Aquí en España de forma grotesca. Porque presentar a Estados Unidos como una sociedad segregacionista es tan ridículo como pretender que el color de la piel prejuzga culpabilidad e inocencia.
       Algunos están tan seguros de que el culpable es siempre el policía blanco como el KuKlux Klan de lo contrario. Tanto prejuicio como muestran muchos al informar, no lo tienen los protagonistas de los peores enfrentamientos allí.

viernes, diciembre 05, 2014

SALVADORES BAJO SOSPECHA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 05.12.14


Ayer volvimos a ver las dimensiones de las trampas en las que está anegado nuestro sistema

ESTÁ ya claro que al flamante partido Podemos se le ha acabado la bula de la que ha gozado desde su aparición. Como también se ve que flaquean algunos de los muchos e inmensos apoyos que ha tenido en los primeros seis meses de vida y que lo han convertido en un fenómeno sin precedentes en la democracia española. La forma de reaccionar de sus dirigentes a las primeras acusaciones muy bien razonadas de sus propias acciones y actitudes corruptas ha dejado claro que los martillos del pecado tienen aún mayor predisposición a pecar que aquellos que han sido objeto de sus violentas diatribas. Y no es que estos últimos no las merecieran, que sí. Ayer mismo volvimos a ver las dimensiones de las trampas en las que está anegado nuestro sistema. Que son la causa de la indignación y la rabia que a su vez alimentan a estos cachorros del proyecto totalitario para España, auspiciado por regímenes extranjeros.

El informe del Banco de España al juez Andreu sobre Bankia vuelve a generar una conmoción que atraviesa literalmente a la sociedad española. Cuando algunas cuestiones parecían ya solventadas, véanse la estabilización de Bankia y su viabilidad y credibilidad bajo Goirigolzarri, y formaban parte del incipiente escenario tranquilizador que el Gobierno se esfuerza por hacer ver a la sociedad, estalla otra vez, con toda la carga tóxica de engaño, cinismo, falsedad y ocultación. Y vuelven a incendiarse el ánimo de las víctimas y el instinto de quienes se alimentan y crecen en estos vapores de la putrefacción.

Pero la rabia rediviva por el testimonio de una nueva estafa no debe ocultar que el subproducto político de la corrupción que es Podemos ha demostrado ya ser corrupta en sus orígenes, sin haber tenido siquiera oportunidad de acceder aún a ningún cargo de responsabilidad con mando sobre cualquier partida presupuestaria. Y su figura principal para practicar el viejo recurso comunista del «entrismo», la infiltración en otra organización para ocuparla y tomarla desde dentro, la lleva a cabo Podemos con un miembro de Izquierda Unida, Tania Sánchez, sobre la que recaen ya cien mil sospechas de corrupción en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. Para cualquier observador avisado resulta del todo grotesco que se erijan en adalides de la lucha contra la corrupción en España unos comunistas subvencionados por el régimen más corrupto de Latinoamérica. El país que ha pagado, patrocinado y promocionado a personajes como Juan Carlos Monedero o Pablo Iglesias es uno de los más corruptos de la Tierra. Estos chicos han ganado mucho dinero, y se sospecha que lo siguen ganando, en esas relaciones con un régimen que, aparte del saqueo a su población y la malversación sistemática de los ingresos por su petróleo, tiene estrechos vínculos con el narcoterrorismo. Que este grupito de profesores tóxicos del paleocomunismo, financiados con dinero de procedencia muy siniestra, llegara a capitalizar la ira de los españoles para lograr acabar con la democracia sería una catástrofe no solo terrible, trágica y sangrienta, sería sobre todo absurda. Como sería grotesco que lograran su primer éxito de fagocitar a IU y quedarse con las estructuras y el patrimonio del PCE, el único partido con continuidad histórica en España, gracias a las artimañas de una dirigente implicada en toda una sinfonía de cambalaches irregulares en el Ayuntamiento de Rivas. Millones de españoles piden venganza por la corrupción. Quieren una satisfacción por tanto agravio. Pero la venganza no es recomendable para tomar decisiones sobre el futuro de sus hijos. Los españoles tienen seis meses para buscar formas de combatir la corrupción sin darle el poder a la corrupción misma con vocación liberticida. Así se pierde la libertad, se gana la miseria y además se hace el ridículo.

jueves, diciembre 04, 2014

LAS AMENAZAS DEL NUEVO SIGLO

Por HERMANN TERTSCH
Miércoles, 03.12.14
Encuentro con WIZO (Women's International Zionist Organization)


Buenos días a todos. Antes de nada quiero dar las gracias a Astrid Misrahi por su cariñosa invitación a hablar hoy aquí ante Uds. y por supuesto a su siempre increíble capacidad de organización. Y darles a todos Uds. las gracias por venir hoy aquí a escucharme. Más aún cuando vamos a hablar de una cuestión nunca agradable en sí como son las amenazas. Que, por mucho que teoricemos sobre ellas, siempre tienen su origen en una emoción, en la más fuerte de las emociones junto al amor, que es el miedo. Vamos a hablar de las cosas que razonablemente nos deberían dar miedo. Ese miedo razonable que desde pequeños nos ayuda a sobrevivir porque nos advierte y nos enseña a tomar medidas para evitar que la amenaza se cumpla, que el riesgo pueda consumarse, que el daño se produzca.

Han venido por tanto todos Uds. a este tradicional Embassy con sus deliciosos desayunos a pasar un poco de miedo, -no una mañana de terror, se lo prometo-, a recibir una dosis de miedo sano para que al final, si logro lo que me propongo, salgan con unos cuantos datos y enfoques que les hagan entender un poco mejor el mundo de hoy. Que es radicalmente diferente del “mundo de ayer” que evocaba Stefan Zweig en aquel su canto nostálgico y desesperanzado sobre Europa que le quitó las ganas de vivir. Pero que en muchos aspectos es el mismo. Porque lo que nos jugamos las sociedades libres y los individuos que las habitamos es lo mismo: la dignidad de vivir en libertad, la libertad de poder elegir el vivir con dignidad.

Este año se ha cumplido un siglo desde aquel 28 de junio, día de San Vito, en el que los disparos de un joven nacionalista serbio contra el heredero del Imperio Austro-Húngaro supusieron el detonante de la mayor explosión habida en la historia hasta entonces, que fue la Primera Guerra Mundial. En esa guerra se hundió el orden tradicional europeo para no volver. De aquella guerra surgieron las rebeliones de masas que cristalizaron en las ideologías redentoras, las ideologías criminales de comunismo, nazismo y fascismo. Ellas nos llevarían, hace ahora exactamente 75 años, a la Segunda Guerra Mundial. Ambas desplegarían un terror desconocido en el mundo hasta entonces. Y el nazismo consumaría en los años siguientes hasta 1945 el crimen total. En el que la voluntad del mal alcanza unas dimensiones metafísicas que lo convierten en el hito negro de la humanidad, el Holocausto. Tenía razón Theodor Adorno al cuestionarse si después de Auschwitz aun tendría sentido la poesía. Con enorme dificultad se pudo, pero nada pudo volver a ser igual. Nada debe ser igual. Y nada es igual desde entonces. Por mucho que tanta gente por todo el mundo no sepa ya qué es lo que ocurrió en Europa entonces, en aquellos oscuros años, a manos de una de las naciones más cultas del momento. El holocausto y sus autores demostraron que, si de eso es capaz, "si eso es un hombre" como dijo Primo Levi en referencia al nazi, los hombres son capaces de cualquier cosa, de lo apenas imaginable. Se escribió y se escribe poesía. Pero entre ellas siempre estará inamovible Paul Celan, superviviente inmediato con su poema Todesfuge, con su celebre y terrible “Leche negra….” que advierte sobre la oscuridad total en el abismo. Los tres nombres citados, Stefan Zweig, Paul Celan y Primo Levy eran judíos. los tres se suicidaron en diferentes momentos, ante la monstruosidad intuida o sufrida en carne propia.

Y sí, el mundo volvió a encarrilarse después. Los países que tuvieron la suerte de quedar en el bando de la democracia durante la Guerra Fría lograron hacer de la libertad y el bienestar en permanente progreso hasta constituir unas sociedades occidentales a ambos lados del Atlántico norte que son las comunidades humanas más libres, justas, compasivas, solidarias y eficaces que jamás hayan existido. Y con sus métodos de libertad en pensamiento, competencia, movimiento e información, demostraron su plena superioridad práctica y ante todo moral sobre todo otro tipo de organización social habida. Todos los sistemas intentados como alternativa a la sociedad libre no solo fracasaron trágica y calamitosamente a la hora de cumplir sus promesas de justicia y bienestar. Acabaron todos, y es un hecho incontrovertible, convertidos en regímenes criminales de mayor o menor intensidad.

Les he recordado que hace 100 años empezó la Primera Guerra Mundial y hace 75 la Segunda. Pues hace 25 años, con la caída del Muro de Berlín y el telón de acero, concluyó la Guerra Fría. Quiere esto decir que desde 1914 a 1989 se extiende un arco trágico de acontecimientos de dos guerras grandes y una guerra fría que algunos historiadores han dado en llamar el siglo corto o una larga guerra civil europea de quince lustros. Hace 25 años yo estaba en Europa oriental. Llevaba ya allí más de un lustro recorriendo todos los países de Europa Central y oriental que habían quedado en la órbita de Moscú y por tanto con dictaduras comunistas. Aquel terremoto de la libertad en el que se fueron hundiendo uno a uno los regímenes comunistas fue algo inolvidable. Fue un año lleno de emociones, de lágrimas de alegría y gozo derramadas por viejos que jamás creyeron que vivirían de nuevo en libertad en una Europa unida. Y jóvenes entusiasmados porque lograban ver imponerse un acto de justicia de proporciones históricas, ver triunfar el derecho de todos aquellos pueblos orientales aplastados a vivir en libertad como los hermanos europeos occidentales. Los avances europeos desde entonces han sido la historia de un gran éxito. Aunque los regímenes comunistas en los Balcanes se transformaron en nacionalistas para sobrevivir y se lanzaron a una guerra terrible y fratricida, ésta quedó localizada y se acabó extinguiendo. Han pasado cosas maravillosas. En Europa podemos viajar libremente sin pasaporte desde Tarifa hasta Tallin en Estonia, muy cerca de San Petersburgo. En la mayoría de los países con la misma moneda. Somos 28 países voluntariamente unidos en el mayor polo mundial de prosperidad junto a EEUU. Muchos otros países hacen cola ansiosos por entrar en este club. Pese a todas las crisis. Vivimos más y mucho mejor que el resto del mundo. Hemos logrado niveles insospechados de seguridad social e igualdad. Y somos los mayores contribuyentes al desarrollo del resto del mundo, gracias a lo cual se ha reducido drásticamente la pobreza y el hambre en todo el globo, pese a toda la propaganda en sentido contrario.

¿Entonces por qué tenemos miedo? ¿Por qué tenemos permanentemente tan mala conciencia? ¿Por qué esta angustia? Porque 25 años después del triunfo de la libertad hay mucho miedo en Europa. Y las ideologías derrotadas por sus crímenes y fracasos pretenden volver como si nada hubiera ocurrido en el siglo XX. Lo hacen cabalgando sobre animales muy negros y peligrosos como son la desmemoria y la ignorancia. Yo creo que tenemos ante nosotros varias amenazas evidentes para esa sociedad abierta de la que hablaron y que defendieron Karl Popper y Isaiah Berlin entre tantos otros. Esta sociedad que se caracteriza porque se mejora y perfeccionada destierra defectos y vicios por medio del conflicto, asumido siempre por cauces del diálogo, por la confrontación libre de las ideas, voluntades e intereses, el respeto a las leyes, la básica presunción de la buena voluntad y la vocación de excelencia. Y quiero hablarles brevemente de dos de ellas, el despotismo político de Rusia y China por un lado y el fanatismo ideológico religioso del llamado yihadismo y el proyecto totalitario islamista por el otro.

Pero también quiero dejarles claro que en mi opinión, el principal peligro para la sociedad libre y abierta occidental surge de su propio seno. Que el peor enemigo está en ella misma. Y está en la incapacidad de esta sociedad del éxito de mantener la voluntad de autodefensa llegado a cierto grado de bienestar. De perder en diferente grado de intensidad, todas las sociedades occidentales sufren este mal.

Aunque no me cabe duda de que, como en la mayoría de los fenómenos de la decadencia y debilidad de pensamiento y obra, España está por desgracia en la vanguardia del deterioro. Por diversas circunstancias históricas que nos es imposible desarrollar aquí,
1. el desprestigio de la cultura, civilidad y la autoridad,
2. el igualitarismo más agresivo contra la excelencia individual y el resentimiento contra el mérito,
3. el culto a la transgresión y al desprecio a límites y valores,
4. el desprecio por la propia verdad histórica y su legado,
5. todo ello con un inmenso problema de autoestima,
6. Un relativismo que todo lo impregna y emponzoña,
han alcanzado en España niveles generales que en el resto de Europa solo se conoce en comunidades marginales. Cuando en España solo un 16% de la población encuestada se declara dispuesta a luchar por defender a su patria, estamos ante un gravísimo problema. Que no sería distinto en otros países occidentales, aunque nunca con ese dramatismo que se da aquí.

La falta de autoestima y de respeto por los mayores y su legado convierte en quimera la voluntad de defensa. Nada hay que merezca el sacrificio para estas nuevas generaciones. El relativismo convierte en equiparable lo radicalmente distinto y opuesto, hasta la libertad y la opresión, por lo que, en una confusión orwelliana, una sociedad ignorante no aprecia lo que tiene y por ello no ve sentido ni objeto que defender. Las palabras en ese relativismo pierden su sentido real y dan así una victoria a los totalitarios que acechan. Como ya decía en los años cincuenta y sesenta Ferdinand Peroucka, un brillante periodista y escritor exiliado de Checoslovaquia, la lucha contra el totalitarismo debe comenzar siempre por reconquistar para las palabras su auténtico sentido. Ese sentido que los totalitarios le roban a las palabras. La perversión del mensaje no está solo en la propaganda totalitaria actual como en las nazifascistas y comunistas de antaño. También está en la permanente tendencia a confundir, equiparar y dar el mismo valor a los hechos que a las opiniones. Y a todas las opiniones entre sí Discutir opiniones es una cosa, negar hechos otra muy distinta y sin embargo nunca son distinguibles hoy en día. El negacionismo del holocausto es en este sentido el gran caso. El caso especial y terrible que revela que jamás una opinión puede acabar con un hecho. Lo hechos no son opinables. Y quien quiera negar el hecho, el hecho con mayúsculas, nunca es inocente. Esa confusión entre hechos y opiniones se ha convertido en plaga en España. Pero no solo en España. Otro efecto de ese relativismo es la pretensión tan nociva de que todas las ideas y opiniones son respetables. En absoluto. No es así. Creo que ante este público no tengo que explicar este extremo.

Brevemente me referiré a la amenaza de los despotismos orientales, definición inexacta aunque estén de hecho en nuestro oriente. Rusia ha experimentado bajo el presidente Vladimir Putin una involución en la que, años de confusión y desorden crearon las condiciones para este nuevo bonapartismo del Kremlin. Eso de consuno hace tres lustros. Hoy tenemos en Rusia un régimen en el que se vota, pero no se elige. Y nadie de fuera del círculo del poder político del Kremlin en pacto con los oligarcas puede atreverse a plantear critica ni alternativa. Todo oligarca y todo político o movimiento que intentara plantar cara a las ambiciones de Putin y sus socios está hoy en la miseria, en el exilio o muerto. Pese a ello, Putin no se puede sentir seguro. 25 años después de hundirse la URSS Rusia ha aumentado su dependencia de las materias primas. Hoy el 68% de sus ingresos procede del gas y petróleo. Del 32% restante la mayor parte también procede de exportación de materias primas de minería y otros. Es una estructura tercermundista de su exportación que da la razón a quienes dicen que Rusia es como una Burkina Faso con armas nucleares y siete husos horarios. De ahí que Putin necesite mecanismos para una cohesión nacional que evite que esa precariedad, que ahora queda en evidencia con la caída del precio del crudo, tenga efectos negativos sobre su poder absoluto. El elemento nacionalista ha pasado aquí a ser clave. Y como Slobodan Milosevic en su día en Serbia, Putin ha asumido el liderazgo con religión y nación. De ahí el llamamiento a proteger a todos los rusos que quedaron fuera de Rusia tras el hundimiento de la URSS, como Milosevic pretendió hacer con los serbios en las demás repúblicas de Yugoslavia. Putin intento recomponer la URSS, cuya disolución calificó como la mayor desgracia del siglo XX, nótese que lo consideraba peor que la Segunda Guerra Mundial que asoló Rusia y el propio Holocausto. Lo quiso hacer a través de la Asociación Euroasiática. Y estaba a punto de conseguirlo el año pasado con Kasajstan ya convencido y su títere bielorruso de Lukashenko también. Y ya había comprado al ucraniano Yanukovich cuando les sorprendió una reacción del pueblo ucraniano que, de repente, tras veinte años de independencia, se volvía a ver bajo la bota de Moscú. Y los ucranianos demostraron en el Maidan de Kiev que preferían la guerra y la muerte frente al gigante a volver a caer para generaciones bajo su dictado. El sueño euroasiático de forma pacífica ha quedado frustrado definitivamente. Noten que digo “de forma pacífica”. La sonora de otras formas terribles planea sobre el continente.

Es muy probable que Putin hubiera asumido su derrota de no haber tenido enfrente una presidencia norteamericana como la actual y una Europa sumida en profunda crisis económica, de identidad y de liderazgo. Pero tras ver que Obama era capaz de tragar cualquier cosa durante la crisis de Siria, la idea de una política de hechos consumados en Ucrania se convirtió para Vladimir Putin en una tentación demasiado fuerte. Conocen lo sucedido en Crimea. Después vino Ucrania oriental. Ahora pese al alto el fuego, Putin se dispone a crear continuidad territorial entre Rusia y Crimea a través de Ucrania oriental y la costa del mar de Azov. Más allá podría crearlo por Odessa hasta Transnistria. Rusia está creciendo militarmente a costa de su vecino. Es un hecho.
Putin no está dispuesto a que Ucrania tenga éxito como democracia. Porque de darse los rusos comenzarían a sacudirse la renovada leyenda de que ellos no quieren ni necesitan libertades individuales. El éxito de la democracia polaca no tenía el mismo efecto. Sus diferencias entre Rusia y Polonia son grandes. Y ante todo porque es católica. Pero dada la estrecha relación también en identidad religiosa entre Rusia y Ucrania, un éxito de la segunda en generar prosperidad en libertad se convertiría en una atracción para los rusos y una amenaza intolerable para Putin.

¿Hasta dónde llegará Putin?
Hasta donde se le deje. Yo comparto la opinión de muchos amigos polacos de que el aventurerismo de Putin puede llevarle también a ocupar territorios de la OTAN. En el Báltico o Polonia. Y que si no se le pone coto, siempre reaccionará a cualquiera de los previsibles problemas internos de Rusia con una operación de agresión en el exterior. Respecto a China solo dos palabras. Su imperialismo en su panza asiática solo acaba de empezar. Y puede verse animado por el imperialismo ruso en Europa. Después, nadie duda sobre la vocación totalitaria sin fisuras de China, nacionalista como ni siquiera Putin lo es. Y con un desprecio tan radical al valor del individuo que nos es desconocido acá. Llegado el momento ejercerá su inmenso poder económico, político y militar para intentar imponer sus criterios y su forma de vida. Sin compasión. Pobres de nosotros occidentales si quedamos en el futuro totalmente a su merced.

Finalmente tenemos una gran pesadilla en el mundo que es el yihadismo como aterradora amenaza omnipresente. No se trata solo del terrorismo, ni siquiera del Estado Islámico que ha hecho realidad el comienzo de ese califato que el islamismo político siempre ha buscado. Se trata del peligro general que supone para la civilización occidental una religión que se revela irreformable y que, pese a los esfuerzos de muchos musulmanes de buena fe, se ha convertido en el mayor motor de totalitarismo y crimen del mundo contemporáneo. Estamos en todo caso desde hace años ante todo en una guerra interna en el islam entre el sunismo y lo que este considera su principal herejía, el chiísmo. Está en Irán como potencia chiíta y Arabia Saudí, Egipto y Turquía como grandes países sunitas. Y todas las piezas en un inmenso tablero. Y una fuerza original, brutal que es el nuevo Estado Islámico, un cada vez mayor ejército de islamistas de todo el mundo, cuajado de jóvenes occidentales, cuyo fin es la muerte y el martirio y basan su identidad en el rechazo al compromiso. Nadie sabe si las grandes potencias, la chií y las sunitas, aplastarán al ejército Islámico. De momento, éste resiste a una guerra que le hace una amplia y poderosa coalición internacional dirigida por EEUU. Y como resiste, combate con fiereza y apenas pierde territorio, cada día tiene mayor prestigio en todo el mundo islámico desde la costa atlántica hasta Indonesia y Afganistán. Y ya esta minando a todas las sociedades sunitas incluida la turca que no es árabe y es miembro de la OTAN. Hay millones de musulmanes en todos los países occidentales en los que su progresión es vertiginosa dado el hundimiento demográfico de las poblaciones autóctonas. En unas décadas tendremos amplias partes de Europa con sólidas mayorías musulmanas. Y esto por desgracia hay que destacar que parece un proceso ya irreversible a estas alturas.

El futuro está abierto. El determinismo histórico es una falacia. Es ya muy posible que las fuerzas totalitarias de nuevo y viejo tipo arrollen y destruyan la civilización de la sociedad abierta como los bárbaros arrasaron Roma. Nadie olvide que aquello sucedió. Bajo Roma se vivía en el imperio de la ley. En el siglo II y III se vivía con gran seguridad en el campo incluso en provincias remotas como las islas británicas. Dos siglos mas tarde la gente tuvo que huir a las ciudades amuralladas y a los castillos y durante mil años no volvió a conocerse la seguridad romana perdida.

No quiero terminar sin recordar que en este eterno dilema de la sociedad abierta y la voluntad de defensa de la misma frente a sus enemigos mortales tiene un papel clave Israel. Ha sido y es inspiración de todos aquellos que creemos firmemente en que la sociedad de la pregunta y el debate en libertad, la sociedad abierta occidental, puede y debe defenderse contra sus enemigos. Y que hay valores por los que merece la pena luchar y matar y morir. Tenemos un deber moral inexcusable en este sentido hacia nuestros antepasados y nuestros descendientes. Nunca ha habido un totalitario o enemigo de la libertad que fuera amigo de Israel. Igual que ningún déspota jamás toleró bien la existencia de una comunidad judía en sus dominios. Hoy que Israel está en pleno debate sobre su identidad y lucha tanto contra los enemigos tradicionales como contra ese relativismo y la frívola incomprensión de las sociedades occidentales, los que creemos que la sociedad abierta y libre debe ser defendida, le rendimos a Israel en su defensa de nuestros valores, un especial homenaje.


Nota de Θεανώ Βροντίνος:
En el Blog de Tersites se puede leer el poema de Paul Celan y su traducción. 
Todesfuge - Fuga de la Muerte en la versión de José Ángel Valente.