sábado, abril 29, 2017
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 29.04.17
«Triste balance. Trump hace una política que solo beneficia
a EE.UU.». Pues, de momento, es eso
Se cumplen los 100 días de la presidencia de Donald Trump y
los medios y periodistas que anunciaron y celebraron que jamás habría una
presidencia Trump nos explican ahora que esa presidencia es un terrible
fracaso. El odio militante a Trump ha dañado mucha capacidad de análisis y
percepción de realidad. La presidencia de Trump llegó y el fin de las
libertades no. Cien días después, Estados Unidos no es una dictadura fascista.
Ni está en guerra con México. La Policía deporta a delincuentes pero no tantos
ilegales como Obama. Donald Trump impuso medidas drásticas a la inmigración que
los jueces anularon parcial o totalmente. Y él respeta las decisiones en esta
división de poderes que los europeos apenas entienden. Presentó una opción para
liquidar Obamacare y no fueron los demócratas que le odian sino unos
republicanos conservadores que desconfían los que le negaron la mayoría.
Pasa lo normal en Washington desde hace más de dos siglos.
El presidente se la envaina, la ley, y busca nuevas formas de convencer al
poder legislativo. Y al judicial. Trump no tiene prejuicios y cambia de
opinión. Decepciona a los duros, no convence a los enemigos. Pero avanza. Un
gran éxito fue la confirmación del juez Neil Gorsuch para el Supremo. Trump ha
infligido ahí una derrota por primera vez en mucho tiempo al izquierdismo y su
corrección política. El muro no se ha construido. Pues no. Y no corre prisa. La
inmigración ilegal es la más baja en décadas. Y la emigración de ilegales hacia
el Canadá de Trudeau es un regalo. Los países de la OTAN han aceptado pagar su
contribución y él ha reafirmado la alianza. Rusia ya tiene claras líneas rojas,
como la tienen Damasco e Irán, los tres crecidos por la nefasta política de
Obama. Corea del Norte puede tenerlas pronto. Y llega la caída del impuesto de
sociedades al 15% desde el 35%. El diagnóstico ayer del alemán «Sueddeutsche
Zeitung». «Triste balance. Trump hace una política que solo beneficia a EE.UU.»
Pues, de momento, es eso.
viernes, abril 28, 2017
PABLITO SE ABURRE
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
28.04.17
Busca épica y solo consigue mayor sosiego para Rajoy
PABLO Iglesias se aburre. Está hasta el gorro de hacer el
gamberro adolescente como guía en autobuses o en el lanzamiento de soflamas en
defensa de la novia más preparada de la izquierda revolucionaria podemita. Ella
iba a ser la inspiradora de la épica revolucionaria que fue Margarita Nelken
para el abuelo de Pablo. Eso en caso de que hubieran tomado el poder cuando lo
esperaban, hace casi dos años. Nos habríamos enterado de lo que es el miedo los
fachas y los reaccionarios si llegan a tomar a la primera el BOE, La Moncloa y
las armerías del Ministerio del Interior. Pero no pasó y ella ha demostrado
ser, en ausencia de violencia revolucionaria, tan profundamente desasistida que
ya ha aburrido hasta a las emisoras de radio que más cariño han derrochado por
ellos. Eso es como que una abuela se declare aburrida de una nieta. Motivo de
un inmenso trastorno de autoestima de la niña. Así ha sido y la novia lleva dos
días rasgándose las vestiduras por los patios y plazas virtuales. Ella es capaz
de hacer un drama de cualquier cosa. Pero él necesita emociones más fuertes.
Lleva suficiente tiempo en la Carrera de San Jerónimo como para saber que el
trabajo parlamentario es una lata horrorosa, tediosísima tarea carente de toda
épica. Del Parlamento solo le divierte chupar cámara y jugar a quedarse con
todas las portadas de prensa del día siguiente, besándole la boca a algún
camarada. De seguir sumido en el tedio podía acabar pensando en extravagancias mayores
como besarle a algún adversario el trasero o lanzarse a piruetas eróticas
diversas. El coro de periodistas jovencitos que hacen con él picnic en las
alfombras de la Real Fábrica le aplaudirían eso como cualquier otra cosa. Pero
quiere algo con bombo y platillo. No le basta el fácil aplauso de unos
periodistas más podemizados que Pedro Sánchez. Ni con los baños de baba
almibarada de los socios y amigos de las televisiones, de sus camaradas de
LaSexta o los imitadores de LaCuatro. Pablo Iglesias necesita emociones fuertes
y acción. Como mi querido Peter Kemp, que se bajaba de las montañas albanesas a
los valles a matar alemanes e italianos incluso cuando Londres le pedía que
estuviera quieto unas semanas. O mi admirado Milovan Djilas desesperado por combatir
a los alemanes pero impedido por sus jefes comunistas, vigente aún el pacto de
Stalin con Hitler.
Con ese mismo ánimo del heroico asalto partisano contra el
mal absoluto que es, según ellos, el partido más corrupto del universo mundo,
se nos puso ayer muy serio y trascendental Pablo Iglesias, reunió a toda la
tropa de jefecillos tribales –novia incluida– y nos anunció que una vez más
pretende asaltar el cielo. Lo cierto es que el público se va haciendo mayor y
eso ya se lo ha oído antes. Las bravuconadas desgastan. Susana Díaz le ha
recordado que ya hubo momentos en que se creía vicepresidente y jefe del CNI y
le recomendó se quite el bicornio de Napoleón. Pedro Sánchez no le dio el corte
de mangas que merece a la nueva burda trampa del partisano. Debía haberlo
hecho. Pero a estas alturas no sorprende. Probablemente sabía antes que otros
que Iglesias iba a elevar de tono sus gamberradas con una para ayudarle a él a
ganar votos en ese tipo de primarias que son la ruina para cualquier partido.
Así las cosas y en la obsesión de secuestrar al PSOE con
ayuda de ese personaje atrabiliario que es Sánchez, Iglesias solo habrá
conseguido que Mariano Rajoy tenga un poco más de tranquilidad tras estos días
agitados. Y le habrá quitado a don Mariano hasta la última tentación de hacer
nada.
martes, abril 25, 2017
LOS PECADOS DE AGUIRRE
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes,
25.04.17
Por fin abatida la pieza más codiciada de la jauría
AYER dimitió de su último cargo uno de los gobernantes
capaces y uno de los pocos espíritus libres del triste, romo y mediocre escenario
político español, Esperanza Aguirre. Por estas características, por sus
innegables logros en la gestión de gobierno en Madrid, por su músculo político
que tanto humilló en la derrota a sus adversarios y por las cotas de
popularidad que llegó a alcanzar, ha sido durante lustros la pieza más
codiciada a abatir en la cacería inmisericorde que es la lucha política.
Gracias a la irrupción explosiva en nuestra historia contemporánea de un
presidente de gobierno socialista llamado José Luis Rodríguez Zapatero, en la
España del siglo XXI los adversarios políticos vuelven a ser enemigos. Enemigos
a liquidar. Como en aquella trágica II República que tantos quieren reeditar.
De momento no se llama como entonces a la liquidación física del adversario.
Como hacía Dolores Ibarruri, cuyo nombre han puesto a calles, plazas y
edificios en sustitución de los nombres de escritores y otras personalidades
que deben ser olvidados por no haber destacado con hoz y martillo. Aún no se
busca la muerte física, basta con la civil.
Desde hace lustros hasta ayer mismo, Aguirre ha encabezado
la lista de políticos a destruir. Sus virtudes tanto como sus defectos hicieron
de ella la persona más odiada por sus enemigos ideológicos, que nunca le
perdonaron sus mayorías. Pero también por quienes en principio deberían haber
sido sus meros rivales en el seno de su partido.
El PP despide a Aguirre diciendo que ha sido una «persona
relevante». Y tanto. Como que les ha dado las mayorías a los que se presentan
como renovadores, cuando llevan treinta años con responsabilidades en el
partido. Y sin embargo, Aguirre tiene inmensa culpa en lo sucedido. En lo
sucedido al PP y a toda la mayoría social que no quiere una política
revanchista de izquierdas, ni una reedición del Frente Popular ni un régimen
bolivariano como el que ahora mata a su población de hambre o a tiros. Tantas
veces valiente, tantas veces soberbia, no tuvo el coraje en 2008 ni después de
romper la baraja para impedir el secuestro por los triunfadores del Congreso
del PP de 2008. Ni la conversión del partido en mero aparato de gestión del
poder y subsistencia para Rajoy y su gente. La lucha abierta contra la
intención de Rajoy de privatizar para sí el PP, desde dentro o desde fuera del
partido, habría cambiado el escenario político español. Rajoy no se habría
encontrado con un partido a su izquierda como Ciudadanos, sino uno a su derecha
que hubiera defendido valores y criterios liberal-conservadores para
racionalizar y modernizar una España que es inviable tal como está. Valores y
principios tan olvidados por Rajoy como despreciados por su entorno. No tuvo
Aguirre el valor de hacerlo y ese es su peor pecado. Aún peor que su
imperdonable falta de perspicacia y criterio a la hora de elegir a sus
colaboradores. Ahora se va arrollada por la corrupción ajena por el interés
coincidente en que la odiada pieza fuera por fin abatida.
Rajoy no estuvo menos rodeado de corrupción. Los inmensos
escándalos del PSOE o el dinero de sangre venezolana de Podemos no trascienden
porque Rajoy y su vicepresidenta entregaron las televisiones a un duopolio que
se encarga de fomentar el proyecto totalitario izquierdista como la amenaza que
ha de mantener a Rajoy como perenne mal menor. Con unos periodistas adocenados
y alimentados por los bonzos del duopolio que se encargan que se hable mucho de
Aguirre, pero nada de lo que trama Mauricio Casals, ese amigo de la
vicepresidenta, tan cerca él de La Moncloa y tan lejos de Dios.
lunes, abril 24, 2017
EUROPA, CUESTIÓN CENTRAL
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Lunes, 24.04.17
Bruselas reacciona con entusiasmo ante un futuro presidente
que aleja sus temidos fantasmas
Han sido los dos favoritos los que han superado la primera
vuelta y pugnarán el 7 de mayo en las urnas por ser el próximo presidente de la
República de Francia. Emmanuel Macron y Marine Le Pen dejan descolgados al
ultraizquierdista Mélenchon y al conservador François Fillon, ambos en torno al
19%. Luchan por tanto por la jefatura del Estado dos candidatos ajenos a los
grandes partidos nacionales presentes en la Asamblea Nacional. Macron no tiene
partido en absoluto. Se presentó como un francotirador después de salirse del
Gobierno socialista en el que fue ministro de Economía, Finanzas e Industria y
se ha beneficiado tanto del naufragio total del candidato socialista Benoît
Hamon como del revés de Fillon, arrollado por una catarata de escándalos. Le
Pen sufre en el parlamento de esa crisis total de representatividad del sistema
francés y con una fuerza electoral firme superior al 20% no tiene con dos
diputados ni el 0,5% de la Asamblea.
De cara a las próximas elecciones legislativas habrán de
producirse realineamientos que den a Macron, previsible presidente, una
mayoría. Habrá que ver cómo de sólida, estable y duradera. Porque lo cierto es
que Francia vuelve a la situación vieja en que el 7 de mayo va a ganar
previsiblemente un candidato solo por ser quien se enfrenta al Frente Nacional.
Y lo hará sin partido que imponga en la futura Asamblea Nacional unas reformas
duras e impopulares. Le Pen buscará movilizar todo el recelo contra la UE con
el mensaje de que Macron es un mero delegado más de diktat europeo y de la
prolongación de la agonía de la República de los pasados veinte años. El mundo
empresarial y financiero reacciona con alivio y la clase política del consenso
europeísta y Bruselas con entusiasmo ante un futuro presidente que aleja sus
temidos fantasmas. Aunque parte del voto de Fillon pueda alinearse al final con
Le Pen, es difícil imaginar que salvo un vuelco espectacular por algún
acontecimiento imprevisible, la candidata pueda imponerse. Será Macron quien
tenga que demostrar que estas elecciones no son otra rutina más en la peligrosa
parálisis de la segunda potencia europea.
sábado, abril 22, 2017
MARINE Y LOS DEMÁS
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 22.04.17
No está claro que en la segunda vuelta se vayan a unir todos
los demás partidos contra Le Pen
Mañana se sabrá quiénes van a ser los dos candidatos a la
presidencia de la República de Francia que llegarán a la segunda vuelta del 7
de mayo. Aunque nadie se fía ya de las encuestas, ninguno alcanzará el 50% de
los votos que lo haría presidente de inmediato. Al final se han tensado las
previsiones. Cuatro, el conservador François Fillon, la derechista Marine Le
Pen, el social-liberal Emmanuel Macron y sorprendentemente, gracias a su
remontada en el último tramo preelectoral, el paleocomunista, Jean-Luc
Melenchon, tienen posibilidades de estar entre los dos finalistas. Ha
sorprendido mucho la remontada de un Melenchon radical, comunista y paladín de
furias filochavistas y podemitas. Pero no menos que François Fillon sobreviva a
meses de escándalos de nepotismo e irregularidades por una documentada codicia
voraz.
Ambos están muy cerca en las encuestas de los dos favoritos
para la segunda vuelta que son hoy Macron y Le Pen. Todas indican que Le Pen
estará en la segunda vuelta. Lo que no todos dan ya por seguro es que suceda
como siempre: que en la segunda vuelta todos se unan y voten al candidato adversario
al FN. Ese «frente común contra la ultraderecha» se ha practicado en muchos
países del norte de Europa. Ya no funciona con el automatismo de antes. El
descontento y la realidad social nutren a la derecha marginada mientras todos
los demás pierden su perfil en el batallón de la corrección política e
inmovilismo. Aunque se tache de «nazis» o «fascistas» a los partidos
derechistas. Lo cierto es que en su mayoría no lo son y han consolidado su
presencia transversal en la sociedad. Desde luego en Francia. No está ya
garantizado que cualquiera de los tres gane a Le Pen. Se da por seguro que
Fillon lo haría. Pero entre los dos extremos, Melenchon podría perder. Y nadie
garantiza que el voto de Fillon vaya todo a Macron si es este el finalista con
Le Pen. La parálisis francesa de lustros perdidos ha generado un hartazgo
difícil de valorar en una sociedad sin anclajes y tan líquida ya como otras
europeas. La victoria de Le Pen sería un tremendo golpe para la realidad
europea. Pero nadie puede pensar que las otras opciones harán sostenible por
mucho tiempo la continuidad del actual estado de cosas.
viernes, abril 21, 2017
DESOLACIÓN Y ORFANDAD
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
21.04.17
Peor delito que la corrupción es acabar con la esperanza
LA actualidad política y judicial se torna grotesca en esta
peculiar primavera española en la que se impone la inquietante convicción de
que se rompen, una tras otra, piezas sin repuesto en nuestra utilería del
escenario de la convivencia nacional. Aquellos que hace aun unos meses se las
prometían felices con un futuro de placidez en el poder ven ya que su reposo en
supuestos laureles será fugaz. Quienes se creían especialmente listos y tenaces
y al final triunfantes con su estrategia de dar tiempo a todos los demás a
equivocarse para seguir al mando sin más cambio que la postura, ven que al
final ha habido tiempo para que también se equivocaran ellos.
Donde creían tener un campo amable para preparar la
siguiente legislatura de subsistencia, comprueban que lo que tienen delante es
una inmensa escombrera. Y quizás en ascuas. Es lo que tiene subsistir sin
ideología ni ideas, ni planes ni programa. Lo que tiene estar obsesionados en
la autodefensa, en refugiarse en armonías ficticias, huir del conflicto,
ignorar o dar patadas hacia adelante a todo problema y comprar tiempo de
gobierno hasta a los peores enemigos de la legalidad, de la convivencia, de la
unidad nacional. Cuando se cree que abandonada toda ambición de transformación
se han vencido todas las resistencias surgen imprevistos los inconvenientes en
la estrategia única de la conveniencia. Estallan conflictos internos con fantasmas
del pasado que siempre son presente cuando nada se quiere dirimir. Y no existe
ya cohesión ni en torno a ese líder inmutable, convertido en patético personaje
sin nadie que le diga una verdad, le muestre la realidad ni corrija sus
deformaciones. Y se desata la más primaria y brutal batalla permanente por
recursos y posiciones ante los cambios que han intentado evitar pero que ya
saben irremisiblemente cerca.
El espectáculo es desolador. Porque no se le adivina
consuelo. No hay en el escenario político y en los cuadros dirigentes de la
sociedad española nada ni nadie que ofrezca el músculo moral y político para un
golpe de timón que saque a España de este desesperante tratamiento extremo de
la alternancia entre náusea y zozobra. Los que no tuvieron el patriotismo y el
sentido del deber de abandonar la escena han servido de pretexto para que
irrumpan en ella manadas de ignorantes, oportunistas, savonarolas semicultos y
hampones. Y no hay patriotismo y sentido de deber que convoque a los mejores
españoles a la política y al servicio público. Quienes podrían ayudar huyen de
la política como la peste que hoy parece. La mediatización corrompe tanto como
las mansiones en la playa y las cuentas en Suiza. No es cierto que la
indignación ante la corrupción solo esconda envidia. No solo. Pero sí es cierto
que esas elites de moral de cochambre responden a una sociedad peor que
consentidora. Aquellos que dicen rebelarse contra un consenso en la mentira
cogen de bandera resentimiento, venganza y violencia. Siniestra gracia tenía
ayer un elemento comunista de gira por Madrid en un autobús difamador. Llamaba
ladrones a los políticos del gobierno. Él, a quien dicho gobierno perdonó un
fraude fiscal con dinero robado a los venezolanos por un régimen criminal que
estos días asesina una vez más a lo mejor de su pueblo. Para acabar con los
males como democracia con ladrones nos proponen una dictadura cleptocrática y
criminal. El peor delito de los políticos españoles no es la corrupción de
pocos o muchos, sin duda menor que la de los periodistas y algún que otro
gremio. Su peor delito es haber dejado a España huérfana de un proyecto
nacional de reconstrucción, probidad y esperanza. Que solo exigía coraje y amor
a la verdad.
lunes, abril 17, 2017
LA MORDAZA REAL
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes,
18.04.17
Unos, patente de corso. Otros amenaza de muerte civil
UNO de los éxitos propagandísticos más sonados de la
izquierda en España estos pasados años ha sido su lucha contra la Ley de
Seguridad Ciudadana que aprobó el Congreso hace unos años con la mayoría
absoluta y solitaria del PP. Una reforma razonable y necesaria, aprobada por el
PP con su habitual falta de tacto, comunicación y trabajo político, acabó
convertida, mediante la agitación, en avieso instrumento con fines
dictatoriales. La demonización de esta reforma como « Ley mordaza » fue llevada
hasta niveles grotescos y ridículos por las televisiones del duopolio y asumida
por todos los coros de la corrección política en los medios. Por lo que
acabaron hablando de « Ley mordaza » no solo los agentes y palanganeros de
regímenes como los de Caracas y Teherán donde rigen « leyes mordaza » de
verdad. De las que te llevan al patíbulo o a la sala de tortura. Acabó hablando
de «ley mordaza» toda la oposición en bloque en absoluto desafío al sentido
común. Y pronto hasta los mismísimos trovadores habituales del gobierno
tertulianeaban sobre la «Ley mordaza». Que en realidad era un intento
razonable, discutible como todos, de cerrar unos huecos legales para evitar la
impunidad en nuevas formas de agresión a instituciones democráticas y fuerzas
del orden.
El caso es que al final todos hablaban de la « Ley mordaza »
. Y no había quien la defendiera. Como con la Ley de Educación o la Ley del
Aborto, después de perderse la batalla de la propaganda, la consigna es evitar
líos. La prioridad es que el Gobierno siga donde está y a lo que está. Que no
es otra cosa que al estar. El pensamiento puré es contagioso y los conceptos de
la cocina del lenguaje de la izquierda siempre encuentran en la tierna derecha
ultracentrista a sus más entregados divulgadores. La ya célebre « Ley mordaza »
desaparecerá. ¡Ay, si defendieran la mitad de bien las leyes necesarias que las
miserables leyes heredadas de Rodríguez Zapatero, que la decencia exigía
derogar en 2011, véase la inconstitucional, brutal y contraproducente Ley de
Violencia de Género o la infame Ley de Memoria Histórica.
Precisamente la Ley de Memoria Histórica es una «ley
mordaza» de verdad con la que se calla a todo el que quiera recordar las
verdades de nuestro pasado y se niegue a comulgar con las mentirosas ruedas de
molino de la izquierda y el separatismo. Está permitido difamar a cualquiera
que no sea del bando correcto. Pero no recordar crímenes documentados de los
otros. Se ponen cada vez más calles y monumentos a asesinos y golpistas, pero
siempre del signo político correcto. La mordaza se extiende pero nadie levante
la voz entre los políticos. No le vayan a llamar fascista y a montarle una
campaña de acoso y muerte civil. En cadenas ultraizquierdistas del duopolio
creado y protegido por el Gobierno del PP. A las que tanto gusta ir. Ahí tienen
a Podemos con un autobús que difama a personas honradas a las que mezclan con
sospechosos o delincuentes. Y hablan de trama los chicos de Maduro. Ayer los
únicos que habían protestado, con razón, eran dirigentes socialistas indignados
por la inclusión de Felipe González. No se oyó nada parecido de dirigentes del
PP por la de Aznar y Aguirre. No se oyó a Cifuentes horrorizada como con el
autobús de Hazte Oír. Cierto, la mordaza está sobre todos en la educación, en
la universidad y en los medios, donde solo habla quien tenga beneplácito de la
secta de la corrección. La mordaza real se debe a la servidumbre a la
conveniencia de los políticos y tantos otros en una sociedad cobarde. Al
desprecio a una libertad que no conocen.
VICTORIA PATÉTICA Y PELIGROSA
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Lunes, 17.04.17
En condiciones de probidad democrática, los turcos habrían
rechazado este nuevo paso hacia la dictadura
Lamentable resultado el de su referéndum que tan victorioso
se prometía Recep Tayyip Erdogan. Cierto, el presidente de Turquía podrá
disponer a partir de ahora unos poderes que se acercan mucho a los del Sultán
en el Imperio Otomano, hasta con menos cortapisas para imponer decisiones
autocráticas. Pero el balance actual de su aventura megalómana es desastroso.
Quería una república presidencialista en vez de parlamentaria y la tendrá. Pero
queda claro que casi la mitad de los turcos no aceptan a su presidente y su
reforma. Con la certeza de que la cifra sería mucho más alta si rigieran
condiciones mínimas de un Estado de Derecho. Cuyos últimos vestigios se han
enterrado tras el oscuro fracaso de un supuesto intento de golpe de estado. Con
este 51,4 por ciento de los votos favorables –resultado por supuesto
cuestionado por los adversarios–, Erdogan consigue una victoria pírrica y
muchas frustraciones. Con decenas de miles de presos y represaliados políticos,
con el mayor número de periodistas en prisión del mundo, con un estado de
excepción que recorta drásticamente los derechos de todos los que le
contradicen, con todos los medios materiales en su mano, Erdogan ha cosechado
una victoria mínima, pírrica, ridícula. Que deja concluir que en condiciones de
probidad democrática, el pueblo turco habría rechazado ayer este nuevo paso de
Erdogan hacia la dictadura islamista. Solo ha conseguido con claridad una cosa:
dividir a la nación turca como jamás lo ha estado, ni siquiera bajo los
gobiernos militares habidos a lo largo de sus casi cien años de historia
republicana. Con ese resultado no es ya «Padre de la Patria». Tampoco será
caudillo político religioso del sunismo. Al rechazo árabe se suma esta división
turca. Lo peor puede ser la reacción de un Erdogan frustrado y ya legalmente
armado para un abuso de poder que ya cometía antes. Intentará ocultar la
debilidad con accionismo, sea hacia fuera en Siria o Europa, sea hacia dentro
con el conflicto kurdo o la caza de brujas. Todo muy peligroso. Y con muchas
posibilidades de serio deterioro.
viernes, abril 14, 2017
PERIODISMO Y MISERIA
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
14.04.17
La profesión agoniza por pobreza, miedo y asco
UNO de los fenómenos más llamativos dentro de la deriva
hacia la creciente debilidad y falta de credibilidad de la democracia y la
sociedad abierta está en el hundimiento del prestigio del periodismo. La propia
composición mediática de la oferta informativa ya llevaba planteando serios
problemas de calidad y confianza desde hace décadas. Aparte de la mezcla de
géneros con el entretenimiento, ocio y la publicidad que tantas veces irrumpía
ya en espacios antes escrupulosamente acotados para la información y el
análisis. Las redes sociales solo han precipitado y agravado ese problema. Pero
se han sumado otros que van desde la precarización de la profesión a la cada
vez más lacerante incultura de los profesionales, la imposibilidad de la
independencia para periodistas mediocres, intercambiables entre sí. Terrible. Y
son censura y autocensura de la corrección política que, como un nuevo rodillo
inquisitorial biempensante, aplasta la libertad e intimida a periodistas y
políticos. La omisión de información se ha convertido así en parte fundamental
de la sistemática falsificación de la realidad incómoda. Se han impuesto como
dogmas incuestionables argumentos ideológicos de la izquierda y de sus
secciones de lucha ideológica, véase animalismo, cristianofobia, islamofilia,
radicalismo ecológico, feminismo, ideología de género y transgénero y otras. En
su defensa se miente y se oculta.
La campaña electoral norteamericana ha sido gran ocasión
para ver el nivel de degradación de los medios y sus profesionales. En EE.UU. y
Europa los medios se lanzaron a una campaña contra Donald Trump y en favor de
Hillary Clinton que ha superado todas las manipulaciones partidistas habidas. A
Clinton se le ayudó a ocultar legiones de cadáveres en sus armarios mientras a
Trump se le atribuían todas las barbaridades imaginables, algunas reales,
muchas absolutamente falsas. Y mientras algunos desmentían sus mentiras más
obscenas cuando se revelaban como falsas, los que habían ayudado a difundirlas
no hacían lo mismo con el desmentido. El martes el Daily Mail británico anunció
que, para evitar un juicio, accedía a pagar casi tres millones de libras a
Melania Trump y reconocer que la «información» publicada contra ella era toda
inventada por el propio periódico. El Daily Mail tuvo la mala suerte de que su
mentira sí importó a la mujer de Trump. Si los Trump aplican ese baremo y esos
abogados a la prensa española, no hay dinero aquí para compensar tanto
despropósito y falsedad. Suerte que les importamos un carajo.
Una de las peores enfermedades para la libertad de prensa
está como siempre con la militancia de un periodismo que considera que la
lealtad a sus ideales están por encima de cualquier código y fidelidad a la
realidad como le pedía al periodismo de izquierdas Salvador Allende. En España,
con la radicalización de la izquierda y las ciencias sociales y facultades de
«periodismo-leninismo» adoctrinando «podemitas», la profesión se ha escorado
hacia la complicidad abierta con Podemos. Cuya relación con la prensa que no
controla es de abierta enemistad y guerra a muerte. Con sus organismos
«willimünzenbergianos» organizan unos premios, «Enfocados y desenfocados» que
agasajan a lo más granado del izquierdismo sectario. Pero que también señalan
al enemigo, a periodistas desafectos, para que sean objeto del desprecio y el
rechazo. Y para que todos sepan que quien los trate o contrate se busca
problemas, hacen listas negras y ponen en la diana a quienes hay que
«escrachear» y liquidar profesionalmente. Es lógico que los comunistas de
Podemos quieran destruir a los periodistas que denuncian al chavismo hispano.
Lo aterrador y nauseabundo es que haya periodistas de algún medio decente que
participen en este insulto y amenaza que es una cheka virtual. El periodismo
agoniza. De pobreza, de miedo y de asco.
lunes, abril 10, 2017
MIEDO A LA VERDAD
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Martes, 11.04.17
Toda Europa está secuestrada por los guardianes del dogma
EL miedo a la verdad es una fuerza poderosísima capaz de
cualquier cosa, como ya nos enseñan las Sagradas Escrituras. Porque mientras se
llega, si se llega, a la sabia convicción de que la verdad nos hace libres, el
hombre teme que la verdad le deje en peor lugar. En las últimas semanas se les
ha visto mucho el miedo a los grandes guardianes de la actual historia oficial
de la Guerra Civil. El libro de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García
titulado «1936, fraude y violencia» ha tenido dos tipos de reacciones. Por un
lado han salido cuatro o cinco voces a descalificarlo. Torpe y falazmente, hay
que decirlo. Por el otro, han callado como meretrices todos los medios que
tanto ruido suelen hacer sobre libros vulgares del sectarismo zurdo sobre la
Guerra Civil. En esto son eficaces. Para eso tienen monopolio mediático gracias
a la falta de complejos de la izquierda y a la cobardía y la indolencia de la
derecha. Porque muchos de ustedes no habrán oído hablar del libro de Álvarez
Tardío y Villa García. Cuando deberían tenerlo ya en casa medio empezado.
Porque es todo un acontecimiento histórico que debería haber ocupado las
portadas de diarios y revistas, y durante semanas haber abierto informativos,
protagonizado debates, programas monográficos y encuentros divulgativos.
La obra de investigación prueba minuciosamente que las
elecciones de febrero de 1936 que dieron la victoria al Frente Popular
sufrieron un masivo fraude. Con estudios nunca realizados antes sobre
documentación oficial se prueba que la extensión y la calidad del fraude en
toda España cambió el signo del resultado. Los dos historiadores insisten en
que ellos no hacen consideraciones ideológicas o políticas. Pero los guardianes
del mito de la Santa República de Inmaculada Democracia han visto el enorme
peligro que se cierne sobre sus predios de cultivo intensivo de la buena
conciencia izquierdista. Cualquier duda sobre el planteamiento de «República
democrática buena» frente a «golpismo fascista malo» es descalificado como
«franquismo» o intentos de justificar el golpe. Tienen miedo a saber que no
quedaba democracia tras los golpes de 1934 y el fraude de 1936. Miedo a saber que
el Frente Popular no tenía ni la razón política ni la razón moral. O al menos
no toda, como pretende hoy el dogma impuesto.
Es el miedo a la verdad de una izquierda reaccionaria. Que
considera la versión de la historia convenientemente manipulada una propiedad
tan incuestionable como los huesos de Lorca para Ian Gibson. El 4 de abril
moría en Roma a los 92 años Giovanni Sartori, grande entre los más grandes de
la ciencia política. Tuve el privilegio de tratarle durante unos años y me
fascinó por su brillantez, su ingenio y su finísimo humor. Este le sirvió en
los últimos lustros para encajar con elegante soltura y mucha sorna los embates
del fanatismo y la estulticia de la corrección política. Que le llegaron de una
izquierda de la que él procedía, pero cuyo dogmatismo, falta de inteligencia y
valentía para la verdad fustigó con finura florentina, cuando no maquiavélica.
Después de publicar «La Sociedad Multiétnica. Pluralismo, Multiculturalismo y
Extranjeros» en 2000 comenzó a ser mal visto el antes adorado Sartori. Porque
expuso las verdades que tanto teme la izquierda aferrada como nunca a sus
dogmas. Mantuvo que el multiculturalismo genera guetos y dinamita la
democracia. Y que la inmigración sin control, limitación y exigencia de
integración es una bomba para la sociedad libre. Y Sartori se convirtió –con
Oriana Fallaci– en otro «descarriado que alimenta la xenofobia». El miedo a la
verdad arrastra a Europa, secuestrada por los guardianes del dogma, a la
catástrofe. Y en España el cerrojo está en su gran mentira: el antifranquismo.
sábado, abril 08, 2017
MEJOR IMPOSIBLE
Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 08.04.17
Trump ha hecho ya más por la seguridad occidental que Barack
Obama en un lustro
A muchos les va a costar cambiar su actitud hacia el
presidente Donald Trump. La tormenta permanente de odio y desprecio hacia su
persona han hecho mucho daño. Ante todo a la lucidez y el criterio de sus
odiadores. Pero muchos cambian ya y otros han de callar tras la puntual y
medida operación quirúrgica militar que Trump ordenó el jueves. Porque los 59
misiles tomahawk lanzados sobre la base militar siria han alcanzado objetivos
muy distintos. Han tenido un inmediato efecto reparador sobre la alianza de
Estados Unidos con sus aliados. Todos han aplaudido la operación en un consenso
desconocido en décadas. Pero el hecho más trascendente está en que Trump ha
restaurado en 48 horas la vigencia de unas líneas rojas que su antecesor Barack
Obama había destruido en 2013 con efectos catastróficos para todo el mundo y
muy particularmente para la seguridad de Europa. Assad ha querido probar a
Trump. Pues ya sabe lo que hay. La negativa de Obama a cumplir su palabra y
castigar el uso de armas químicas supuso la quiebra total de la credibilidad de
Estados Unidos. Putin la aprovechó para entrar en Siria, el turco Erdogan para hacer
agenda propia y Assad con el ruso para organizar el éxodo de sirios que inundó
Turquía y la Unión Europea con consecuencias devastadoras para las democracias
y la cohesión en la UE.
Los tomahawks han hundido además el inmenso andamiaje de
propaganda de mal perdedor que el Partido Demócrata construyó con medias
verdades, mentiras y manipulaciones para convencer al mundo de que Trump es
muñeco de Putin. Cuando nadie ha ayudado a Putin como Obama. Les parecía menos
humillante ser engañados por el Kremlin que derrotados por el empresario
fanfarrón. Ellos sabían que no era cierto. Hoy lo saben todos. Putin está consciente ahora que se acabó el «chollo Obama». Cuando las nuevas reglas estén
claras habrá formas de llevarse mejor. Restablecer un orden siempre es tarea
arriesgada. Pero nunca tanto como el caos o el dictado del matón. Trump ha
hecho ya más por la seguridad occidental que Obama en un lustro.
viernes, abril 07, 2017
EL TERRORISMO BLANQUEADO
Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes,
07.04.17
Por miedo al conflicto todos tienden a tolerar todo. Hasta
lo intolerable
«EJECUTAR a un facha mientras le susurras al oído: Madrid
será la tumba del fascismo». «Esperemos que Cristina Cifuentes muera antes de
las doce, será un puntazo que muera en el aniversario del pioletazo a otra
rata». «El asesinato de Rajoy va a ser #unatravesurainfantil». «Lo único que
lamento es que Adolfo Suárez no hubiera muerto con una bomba debajo de su
choche». «Me molesta que Rajoy no haya recibido aun un balazo en la cabeza».
Durante casi una semana ha sido una cuestión principal en la actualidad
política nacional española el dirimir si esas frases son chistes. Esas y otras
no menos crueles y brutales, casi todas expresando un deseo de asesinar o el
gozo por el asesinato habido. Todas estas frases son de Ramón Verá, un joven
que se declara transexual y se llama ahora Cassandra. El hecho de que un joven
desequilibrado escriba frases salvajes en las redes sociales no tiene
importancia. Sí la tiene que la tercera fuerza en el parlamento español, los
comunistas de Podemos, hayan convertido a la inverosímil Cassandra en mascarón
de proa para una ofensiva que acabe con las restricciones legales a la apología
del terrorismo y la humillación de las víctimas. Con razonable éxito. La mayor
parte de la izquierda española y sus aledaños separatistas, se pliegan ante el
señuelo del chiste y la libertad de expresión. Los líderes de Podemos ya tenían
un largo historial de tuits de apología del asesinato y la violencia. La
defensa de sus emuladores es ahora un salto cualitativo en la ofensiva contra
el Estado de Derecho.
La defensa que plantean ahora Podemos y satélites busca
romper los diques legales que impiden considerar a ETA y sus atentados algo
positivo para la «democracia progresista». Esta nueva visión, que es la etarra,
justificaría tanto la gratitud a la «lucha armada» como la movilización en
favor de terroristas y sus tesis. Garantizar la impunidad de la celebración del
asesinato o la demanda de la muerte del adversario político abre las puertas a
convertir al terrorismo en un factor político normalizado más. Y debilitar aún
más al constitucionalismo. Ahora sufre otro embate en el País Vasco donde toda
la izquierda española se ha unido a los nacionalistas en apoyar a ETA y sus
organizaciones en la mascarada de la entrega de armas de mañana día 8.
Otra vez la «narrativa» de una ETA progresista con buenas
intenciones y merecedora de gratitud. Como la interpretación de la defensa de
los tuits sobre Carrero Blanco, eje de la acusación y condena a Cassandra, pero
también eje de la manipulación de sus «defensores». Ayer mismo, miembros de la
sórdida camarilla de propagandistas de la ultraizquierda fomentada paradójicamente
en cadena tan cercana al Gobierno del PP como LaSexta, decía que el atentado a
Carrero no debía ser considerado siquiera terrorismo porque era contra un «jefe
de gobierno genocida». Nadie denuncia semejantes vilezas contertulias y pocos
se atreven a propugnar la aplicación de la ley. Por miedo al conflicto todos
tienden a tolerar todo. Hasta lo intolerable. Y así se impone el discurso
etarra de la falsificación histórica en toda la izquierda y parte del
ultracentrismo. Nada ha hecho para evitarlo un gobierno del PP que ha mantenido
intacto toda la estrategia colaboracionista de Zapatero. Mientras ayer en San
Sebastián voces como Savater, Pagazaurtundúa u Ordóñez pedían lucidez, firmeza
y dignidad a los españoles, es evidente que el mensaje antiespañol de la
mentira totalitaria avanza, con televisiones volcadas en propaganda afín y un
ejército de cómplices que no tienen enfrente más que a un gobierno dedicado a
sí mismo y una sociedad moral y políticamente confusa e inerme.
martes, abril 04, 2017
LARGAS SOMBRAS
Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 04.04.17
¿Qué verdades terribles y trascendentes se nos hurtan de
estos tres lustros?
EL criminal proyecto chavista de Venezuela, último gran
experimento de la ingeniería social de la izquierda ideológica, aplicado
durante más de tres lustros con todos los apoyos políticos y recursos
económicos imaginables y, pese a ello, trágica y sangrientamente fracasado,
lanza en su aparatosa agonía graves sombras sobre España. Hay muchos españoles
corresponsables del dolor, el hambre, el miedo y la muerte en todos estos años
de jugar con los seres humanos mientras se saqueaba al país más rico de América
del Sur. Ahí están los de Podemos pagados como agentes del siniestro aparato
para, al igual que los servicios secretos cubanos, formar cuadros comunistas en
el aparato chavista. Algunos de estos agentes españoles arribaron en Venezuela
poco después de que en España, en marzo del 2004 y gracias a las bombas de
Atocha y sus 192 muertos, llegara al poder José Luis Rodríguez Zapatero. Quien
ahora mismo es el mayor valedor de un régimen ya abiertamente criminal,
golpista y volcado en la delincuencia como es el de Nicolás Maduro. Quizás
algunos de estos enlaces ya estuvieran antes en Caracas, como estaban
militantes de ETA, esa banda a la que Zapatero llegó a tratar como hoy al
régimen golpista venezolano.
Aquellos agentes comunistas españoles ganaron en Caracas
mucho dinero y recibieron de allí el apoyo necesario para su franquicia
totalitaria en España. Que habría de capitalizar las nuevas corrientes de odio
y revancha que, con su voladura de la cultura de la transición, iba a poner en
marcha desde La Moncloa el propio Zapatero. La descalificación de la
reconciliación nacional en aras de una nueva doctrina del enfrentamiento contra
«la herencia franquista» para una legitimidad frentepopulista fue clave en esta
lucha ideológica. Sin ella no cabe entender una juventud radical tan
ideologizada y guerracivilista en su ofensiva para deslegitimar la transición y
la Constitución de 1978. Se dice que las relaciones especiales de Zapatero con
el régimen –creado por Hugo Chávez sobre una base ideológica comunista y la
fortuna petrolera– surgen después de 2004 con los negocios de armas
bilaterales.
Habrían participado ministros españoles después asiduos del
Caribe, con lazos muy privilegiados en la capital clave que es La Habana, donde
radica el centro del poder estratégico del chavismo, financiado desde Caracas
pero dirigido por Cuba. Y competente en la expansión ideológica, económica y
cultural del chavismo, los negocios de la guerrilla colombiana de las FARC y
las compras de voluntades por todo el mundo. Incluidas las relaciones con el
régimen de Teherán, otro aliado de Chávez, apoyo directo para los agentes
chavistas españoles en la organización de Podemos y promotor de la alianza de
Civilizaciones de Zapatero. Hay quienes sugieren que las relaciones de Zapatero
con Venezuela son anteriores. Chávez tenía una clara motivación para derribar
al Partido Popular porque acusaba a José María Aznar de haber apoyado el
intento de derrocarle a él en abril del 2002. En todo caso, hoy vemos con
estupefacción el ignominioso papel de un expresidente español convertido en
desvergonzado protector de un régimen criminal y al actual Gobierno de la Nación
prestándole en ello impúdica cobertura. Aunque el poder insista en entretener a
la sociedad con corruptelas mezquinas del más vulgar corral político, aun hay
españoles que se preguntan cuáles son las verdades terribles y trascendentes
que se nos hurtan de estos tres lustros. Que arrojarían luz sobre las largas
sombras de siniestras complicidades que ocultan las causas profundas del
descarrilamiento de España. Y del amplísimo consenso del engaño que nos niega
los recursos para reaccionar con veracidad, convicción y coraje ante las mil
amenazas que nos acechan y paralizan.
sábado, abril 01, 2017
PELIGRO INMINENTE DE SANGRE
Por HERMANN
TERTSCH
ABC Sábado, 01.04.17
Los políticos melindrosos y tibios hacen más daño a
Venezuela que el hampón comunista del chavismo
La admirable periodista venezolana Eleonora Bruzual dice que
mucho más daño que el más salvaje hampón comunista del chavismo han hecho en
Venezuela los políticos tibios y melindrosos de la oposición. Esos que sin
compartir el delirio del régimen y sabiéndolo totalitario llevan lustros con
excusas para no hacerle frente. Comodidad, complicidad o cobardía, son muchos
los motivos para callar ante un régimen que castiga con dureza la desafección y
que solo permite vivir mínimamente por encima de la miseria a quienes expresan
su obediencia. Pero la quiebra del sistema genera ya tal ira y desesperación
popular que a Nicolás Maduro y su banda de malhechores les resultaba imposible
mantener el más superficial artificio democrático. No podía cumplir la demanda
de unas elecciones imposibles de falsificar tanto como para que el resultado
fuera otro que un masivo rechazo al régimen.
Ahora Maduro ha roto su última amarra con las pretensiones
democráticas. Para dar credibilidad a su poder total tendrá que aplastar las
manifestaciones que ya comenzaron ayer. Como sea. Le será muy difícil dividir
ahora al frente opositor, por mucho que intriguen cómplices del régimen como
J.L. Rodríguez Zapatero o Ernesto Samper. Es un momento crítico en el que el
régimen estará tentado a sembrar terror suficiente para ganar tiempo y
reagruparse. Se verá si el Ejército le sigue en esta huida hacia adelante. Y si
le sigue el aparato. Porque la denuncia del golpe por la fiscal general
chavista, Luisa Ortega, es prueba de fisuras. Es grande e inminente el peligro
de que corra mucha sangre. Por eso, Maduro debe saber que la represión violenta
le llevará inexorablemente al Tribunal Penal de La Haya. Y que no habrá otra
Cuba en el Caribe. Urge que los gobernantes democráticos acaben de una vez con
su propio papel de tibios y melindrosos que los convierte en cómplices de la tragedia
venezolana. Urge la enmienda. España debería jugar un papel principal en ella
para paliar algo una profunda vergüenza por la detestable conducta de Zapatero
y del gobierno Rajoy al apoyarlo.