The Unending Gift

viernes, agosto 19, 2016

POSADOS EN EL LODO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 19.08.16


Era muy alarmante que, como alternativa a partidos anquilosados, surgiera una fuerza nada menos que comunista

ESPAÑA no tiene gobierno y, se ofenda o no a los españoles con unas elecciones el día de Navidad, no va a tener un gobierno sólido en mucho tiempo. Entramos en un periodo de inestabilidad que será largo y si no se dan algunos imprevistos sorprendentemente favorables, lo previsible es que nuestra vida en común en un futuro sea peor y más peligrosa. Lo cierto es que el hundimiento de la calidad de la política española y del propio trato humano en la misma, angustioso desde hace tiempo, toca ya un fondo cenagoso en el que no hace falta caer más para que la parálisis en la impotencia, descomposición y desprestigio definitivo. Posados en el lodo. Es cuando se ponen en marcha las consecuencias de ese deterioro que la política noble tiene la obligación de evitar. Que son la coacción, la amenaza, la violencia y el colapso de la legalidad y las instituciones. El primer indicio de que andábamos cerca de ello fue la irrupción espectacular en el escenario político de Podemos. Era muy alarmante que, como alternativa a partidos anquilosados, corruptos y faltos de ideas surgiera una fuerza nada menos que comunista, financiada e inspirada por regímenes totalitarios, corruptos y moralmente despreciables.
Lo cierto es que a cinco millones de españoles les pareció bien una opción política probadamente vinculada a gobiernos que practican todo lo contrario a lo que dice defender su franquicia en España. Hoy sabemos que sus dirigentes medraron profesional y económicamente de esas dictaduras y de todo el mundo izquierdista latinoamericano vinculado de una u otra forma al narcotráfico y el terrorismo. La mayoría son unos cuadros comunistas de tanta mediocridad personal como falta de escrúpulos en la manipulación y el abuso de todo el poder que van disponiendo. Y conocemos las formas autoritarias con que utilizan el poder para socavar la legalidad y el funcionamiento de las instituciones. Pues pese a ello, hay otros millones de españoles que votan a los socialistas o a opciones separatistas que son partidarios de una alianza con Podemos. En el PSOE es mayoritaria la herencia ideológica del zapaterismo que ve como un deber utilizar la coyuntura de debilidad del centroderecha para acabar definitivamente con ella. Personajes como Pedro Sánchez y su trío de tristes utilleros solo ven la política española en la clave de la revancha con la derecha. Hablan de acabar con el PP y Rajoy que «tanto daño» y «tanto dolor han causado a los españoles». Pero su flaco y mediocre bagaje ideológico solo contiene consignas del simplismo frentepopulista que comparten con los jefes de Podemos. Los líderes del PSOE actual son un subproducto zapateril, que siempre será accesorio a los auténticos hijos de la peste guerracivilista que encarna definitivamente Zapatero.

Que esta sea la realidad de la España actual no se debe obviamente a la maestría, eficacia e inteligencia inexistentes de esta fuerzas de izquierda descritas, que no tienen ni un ejemplo que presentar de éxito o eficacia en la gestión de una economía moderna con sus postulados. Todo lo suyo son fracasos y miseria. Que pese a ello el discurso de la izquierda lo emponzoñe todo desde una hegemonía hoy abrumadora es culpa directa del Partido Popular de Mariano Rajoy. La soberbia, la falta de empatía y el insultante egoísmo inmovilista del hoy presidente en funciones y su círculo íntimo son el principal impedimento de una opción ganadora, razonable y razonada de mayoría civilizada de un nuevo PP con Ciudadanos. Para frenar la amenaza real de un Frente Popular que vuelve a plantearse ahora o tras las elecciones. Triste pero cierto, la principal baza de ese indeseable frente socialcomunista en España es hoy, objetivamente, Mariano Rajoy.

martes, agosto 16, 2016

LA HONRA PERDIDA DE HERMANN KANT

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 16.08.16


El negociado cultural español desde la Transición hasta hoy ha sufrido siempre bajo el protagonismo de personajes así

SEGURAMENTE fuera Hermann Kant, que ha muerto ahora en un hospital de Mecklenburg a los 90 años, el escritor de más talento de todos los «literatos oficiales» de la muy efímera república comunista alemana que fue la RDA. Sus novelas 'El aula' o 'La estancia' tuvieron una inmensa repercusión entre la población lectora dirigida dentro del estado socialista, pero también se vendieron mucho en la Alemania occidental y son parte de la literatura de la segunda mitad del siglo XX que hoy se lee en los colegios alemanes. Recibió con justicia grandes premios literarios. Pero Hermann Kant fue además de un escritor con talento un miembro de la maquinaria de represión y terror del régimen comunista.
Fue desde 1972 el comisario jefe y el chivato mayor del mundo cultural del reino de Honecker. Como jefe del Pen Club de la RDA lo recuerdo en una reunión en Hamburgo en la que pasé toda la jornada con él un par de años antes de la reunificación. Vi cómo comandaba e intimidaba a las plumas más ilustres de la RDA. A las más ilustres que él permitía estar en el Pen Club, publicar en la RDA y viajar fuera de allí porque todo el aparato de la Stasi tenía fe ciega en Hermann Kant. Utilizó su poder para perseguir a escritores sospechosos de disidencia. pero también a aquellos que, aunque leales al régimen, pudieran hacerle sombra. Como Stefan Heym, también comunista pero eterno disidente, al que expulsó del Pen Club. Heym estuvo 17 años sin poder publicar en la RDA.
La vida de Kant es la del militante cultural de la izquierda. Más dañino cuando es hombre de talento con una combinación explosiva de ideología y carácter. Son pieza clave para el culto de la izquierda, para su disciplina y capacidad de movilización. Por eso han gozado de especial comprensión e impunidad en el siglo XX. Recordemos a Pablo Picasso y a Jean Paul Sartre celebrados por su obra y mitificados por la Francia libre tras haber pasado cuatro años de buena vida y grandes negocios con los oficiales y el generalato nazi. Mientras pobres mujeres francesas eran vejadas y torturadas por haber tratado con simples soldados alemanes, aunque solo fuera para dar de comer a sus hijos. Ahí está Robert Capa con su foto mentira de la Guerra Civil. O los siniestros funcionarios de la literatura soviética con los que luchan Bulgakov, Pasternak, Mandelstam y tantos otros.
En las democracias también tenemos estos caracteres en la izquierda, que es donde existe una cultura gregaria y siniestramente solidaria, en la que se mezclan medro personal con la permanente mentira por simpatía a la causa. El negociado cultural español desde la Transición hasta hoy ha sufrido siempre bajo el protagonismo de personajes así, todos ellos de una izquierda incansablemente promocionada, «catetamente» venerada y generosamente financiada por izquierda y derecha pazguata por igual. Los que daban las órdenes de qué leer, qué cine ver, qué escuchar, qué cuadros comprar, cómo caer bien a los políticos, como desenvolverse «en la pomada» como suelen decir sus más funestos y cínicos representantes.

Son los que hacen las listas blancas y negras de la cultura, como Hermann Kant, que siempre priman a los propios de izquierda e incluyen algún notorio tonto de derechas. Para que la gente aprenda que si se quiere ser alguien en la cultura española hay que transitar por la izquierda o nunca se estará en ninguna lista salvo como elemento de descrédito. Siempre con el aplauso, el apoyo político y administrativo y el dinero público de esa derecha tan falta de convicciones, inculta y cobarde que con razón se avergüenza de sí misma.

sábado, agosto 13, 2016

NO SON LOCOS AISLADOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 13.08.16


En Europa, en EE.UU. o en Tailandia, se impone la regla de afrontar los atentados islamistas negando su existencia

El terrorismo islamista provoca de un tiempo a esta parte unas reacciones tan curiosas como peligrosas en las autoridades de los países afectados. Además del lógico miedo y confusión, tienen la siniestra capacidad de inducir a los poderes a la ocultación sistemática y la mentira. Al principio sorprendieron mucho estas prácticas, sobre todo porque se inician en gobiernos democráticos. Pero ya está claro que comienzan a ser una regla en todo el mundo. Sean los atentados en Europa, en los EE.UU. de Obama o en la Tailandia de los generales, la primera forma de afrontar los atentados islamistas es negar su existencia. Si no se puede, se intenta convertirlos en otro tipo de incidente, accidente, malentendido o acción de un desequilibrado. Casos aislados. Eso es lo que vienen haciendo las autoridades europeas desde hace meses tanto en acciones directamente terroristas, como en agresiones o delitos en los que estén implicados inmigrantes o refugiados musulmanes. Lo que ha llevado a la proliferación oficial de acciones de dementes por Europa que, al parecer por casualidad, todos gritan lo mismo al actuar, es decir «Aláhu Akbar» (Alá es grande).

Ahora han estallado en Tailandia no menos de 14 bombas. Cuatro han sido desactivadas. Han muerto en las explosiones al menos cuatro personas y decenas han sido heridas, entre ellos un número indeterminado de extranjeros. Pues los generales tailandeses, esos hombres duros que dieron un golpe hace dos años y han organizado un referéndum para que el pueblo les otorgue –lo ha hecho– unos poderes con plazo indefinido, ocultan la verdad como si fueran ministros del Interior europeos. Ellos, por miedo a los daños al turismo. Y empezaron por decir que eran casos aislados. Pues tampoco estos lo son. El terrorismo local de su minoría musulmana del sur, junto a Malasia, actúa ya como Daesh. En Filipinas sucede lo mismo con el Frente Moro. Mala noticia para Tailandia y Asia. Para todos. Pero ocultar la realidad en Tailandia, EE.UU. o Europa solo entorpece el diagnóstico y dispara nuestra vulnerabilidad.

viernes, agosto 12, 2016

EN ESTE HOTEL YA NO EXISTE ISRAEL

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 12.08.16


No alcanza la gente a ver que los ataques a Israel y los judíos son contra todas las sociedades libres

EL viejo Claude Lanzmann no cae bien a mucha gente. Tiene muy mal humor. No se calla nunca. Y siempre tiene algo que decir. No es casualidad que sea él, un prodigio de perseverancia, el autor de la mayor obra de investigación periodística jamás hecha y filmada. Lanzmann ha dedicado gran parte de su vida adulta a crear, producir y promocionar esas diez horas y trece minutos de película sobre el Holocausto titulada «Shoah» y que muchos consideran la «Capilla Sixtina» del cine documental. Este periodista judío francés tuvo una vida trepidante que le llevó desde sus líos con Simone de Beauvoir y la vida frívola de la intelectualidad francesa a todos los escenarios de guerras y conflictos desde 1945. Pero ante todo a investigar –esto sí es periodismo de investigación, no el buzoneo interesado que conocemos– paraderos de víctimas y especialmente verdugos del Holocausto y organizar encuentros con ellos que son obras de arte que escenifican la lucha de la mentira, la culpa, la verdad y la redención protagonizados por seres vivos que se representan a sí mismos en el celuloide. Para comprender bien la vida humana en este planeta, un extraterrestre tendrá que conocer también la Shoah de Lanzmann. Es el periodista que más claramente ha cruzado el umbral de la permanencia con su obra.
Como suele pasar cuando se han cumplido ya los 90 años y se tiene buena salud, uno dedica bastante tiempo a enterrar a amigos. Cuando se ha sido tan mujeriego como él, también a exmujeres y novias. Estaba hace unos días en Berlín el anciano periodista para enterrar a la escritora y actriz Angelika Schrobsdorff, con la que había estado casado diez años y que había muerto el 31 de julio a los 88 años. Se hospedó en el hotel Kempinski como habitualmente desde 1986 cuando estrenó en Berlín Oeste la Shoah. Con la mirada absorta sobre el listín de prefijos, dice que notaba que faltaba algo y era eso, la ausencia de Israel, justo antes de Italia. No sería quien es si no se hubiera puesto a indagar por qué esa ausencia de Israel. Y un encargado en las oficinas se lo dijo con franqueza: «Me alegra que pregunte, señor, yo también soy judío. Es una decisión consciente de la dirección que ha quitado Israel de la lista para no ofender a los árabes que son gran parte de la clientela. Es orden de la dirección y aquí no podemos hacer nada». Los árabes no quieren que Israel exista y en el Hotel Kempinski, Israel ha dejado de existir. De momento en el listín telefónico.

Como en las televisiones de Irán y otros países donde se habla de «entidad sionista». El antisemitismo no deja de adoptar otras perversas formas. Y las sociedades occidentales se pliegan obsequiosas ante el dinero o la violencia de la judeofobia islámica. Viene de los ricos clientes árabes del hotel y de los inmigrantes islámicos que han convertido ya en una temeridad pasear por una ciudad alemana con una bandera de Israel. Viene de una izquierda radical europea que agita un odio contra Israel que solo alcanzaba la judeofobia de los nazis. Tachan el nombre de Israel igual que borran o quitan la cruz de los escudos deportivos para agradar más al cliente musulmán que cada vez impone más sus odios y sus condiciones en países libres que por esos hechos cada vez lo son menos. No alcanza la gente a ver que los ataques a Israel y los judíos son contra todas las sociedades libres. Que tendremos que defender nuestras democracias como Israel la suya. Y que si cae Israel cae el bastión clave en el muro de Constantinopla.

martes, agosto 09, 2016

BUENO EN SANTO DOMINGO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 09.08.16


En Santo Domingo se vio una auténtica clase de las mejores formas de la España buena


HAY veces en que también en España hay cosas que pasan de la mejor manera posible. Así, hace unos días, Gustavo Bueno, a poco de cumplir los 92 años, con una larga y plena vida llena de pasión, amor, emoción y entusiasmo, decenas de libros de real importancia en la filosofía mundial, reconocimiento académico mucho más allá de nuestras fronteras, perdió el conocimiento el día en que se moría su mujer Carmen. La siguió a la muerte dos días después. Las cosas bien hechas, ella justo antes y ambos sin sufrir. Como queriendo quitarles a los cinco hijos y a los adorados cinco nietos hasta esa última pena inevitable ante la partida. Una muerte tan normal, asumible y lógica que apenas hay motivos para la tristeza, como decía ayer su hijo Gustavo en la ceremonia en el Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada. Allí había nacido el filósofo cuando la dictadura de Primo de Rivera cumplía su primer año. Su familia y sus amigos y unos cientos de vecinos de la localidad riojana lograron hacer ayer una despedida como sin duda la habría deseado el individuo Gustavo Bueno, allí presente en su ataúd pequeño. Fue una celebración bonita, seria y muy digna de la trascendencia de la persona Gustavo Bueno que, como él ya explicó, seguirá aquí presente con su influencia sobre los vivos. Muchas coronas de flores, algunas habría de compromiso, pero no la mayoría como suele ser habitual. Y representantes políticos, dos, el presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, en un muy digno y discreto segundo plano y el alcalde socialista Agustín García Metola, cuya ayuda a los Cursos de Verano de filosofía agradece tanto la Fundación Gustavo Bueno como la familia. Gratitud que se hace extensiva al alcalde del PP que gobernó entre un mandato y otro del socialista. En Santo Domingo enterraron ayer al filósofo español más relevante del último medio siglo, pero además se vio una auténtica clase de las mejores formas de la España buena. Allí han colaborado los partidos socialista y popular en un proyecto que se materializó y mantuvo para el estudio de la filosofía de una personalidad muy libre, muy ruidosa, muy radical y polémica por combativa. Lo que más teme la España mediocre, envidiosa y lanar. La que no perdonó a Bueno que no se convirtiera en un académico marxista al uso. Uno más, intercambiable. Como fue todo lo contrario había que desacreditarle. Por parte de todos los enemigos del pensamiento libre en España que están en todas partes. Por eso es tan digno y destacable el papel de Santo Domingo de la Calzada y tan lamentable el del Ayuntamiento de Oviedo, que apenas ha hecho ademán ante la muerte del que, sin duda, era su paisano más ilustre, más internacional y relevante. Igual que ayer en aquel ayuntamiento en el corazón de La Rioja, la ceremonia sobria, seria, profunda y culta ofreció la mejor cara de España; la peor, que es mucho más común, es la de este miserable cuatripartito ovetense que reúne todo lo peor de envidias, consignas y bajezas de nuestra triste vida pública. El director de la Fundación Gustavo Bueno, Tomás García López, dio la clave al recordar cómo el filósofo Bueno cultivó la reina de las virtudes que es la fortaleza, con sus dos vertientes de firmeza y generosidad. Todos los hundimientos de los mejores logros de la humanidad, en realidad todos las formas del mal, surgen de la debilidad. De la falta de disciplina, del desorden, del pensamiento débil. Solo hay que vernos. En España, en Europa, en el mundo. Ayer, Santo Domingo fue una isla peculiar española donde las cosas fueron como deberían ser.

domingo, agosto 07, 2016

EL MAGNATE, MALHERIDO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 06.08.16


Donald es un peligro por su carácter y por lo que ignora. Pero Hillary es un peligro por su carácter, por su muy cuestionable trayectoria y por lo que oculta

A Donald Trump nadie le creía capaz de nada de lo que ha hecho en su electrizante trayectoria política de apenas un año. Luego es prematuro y aventurado darle por muerto. Quedan tres meses terribles de campaña electoral y con la personalidad de Trump y el pasado de Hillary Clinton nadie puede descartar grandes sorpresas. Pero lo cierto es que los errores masivos del candidato republicano y el empuje que dio a Clinton la Convención Demócrata han dado una ventaja a la candidata que podría ser irreversible.
El candidato Trump está malherido. En la dirección del Partido Republicano hay inquietud e incomodidad, aunque las deserciones no son como las presentan los medios norteamericanos, volcados como los de Europa en una cruzada anti-Trump en la que todo está permitido. A la que no bastan las obvias debilidades reales del candidato y sus regalos al enemigo, como fue entrar en polémica con los padres del soldado caído condecorado y musulmán. Quien debate con un héroe, en una sociedad que aún cree en ellos, pierde siempre. Incluso frente a Clinton, que, con Obama, ha hecho tanto daño al poder y prestigio de EE.UU. en el exterior. Trump falla siempre en la expresión de compasión y empatía. Mientras que su rival es experta en simular ambas y en toda impostura sentimental. La incontinencia verbal le lleva a él a decir siempre lo que opina. Mientras que Clinton jamás dice más que lo que quiere que oigan los demás.

Quienes ya han perdido son desde luego el periodismo, cuyo maniqueísmo ha alcanzado niveles grotescos de parcialidad y manipulación, y la unidad de la sociedad norteamericana que Obama había fracturado y hoy se halla irremisiblemente polarizada. Nadie puede dudar de que Clinton conoce como nadie Washington. Y Trump lo desconoce tanto como para especular en voz alta sobre el uso de armas nucleares. Donald es un peligro por su carácter y por lo que ignora. Pero Hillary es un peligro por su carácter, por su muy cuestionable trayectoria y por lo que oculta.

CHEERLEADERS DE MADAME CLINTON

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 05.08.16


Puede que hasta Trump mismo vea lo inútil del esfuerzo si las diferencias se estabilizan

ESTÁ muy triunfante el periodismo de la buena conciencia a ambos lados del Atlántico porque Hillary Clinton ya supera con mucha claridad a Donald Trump en los sondeos. Y porque algunos errores graves del candidato republicano lo revelan como mucho más vulnerable que una candidata demócrata blindada por la colaboración de los poderes políticos y mediáticos. Estos disculpan u ocultan parcial o totalmente las muchas debilidades y no pocas miserias de una mujer siempre dispuesta a todo por ambición. Enfrente está el demonizado Trump, al que insultan y descalifican hasta presidentes, jefes y miembros de gobiernos extranjeros y aliados, sin que a nadie escandalicen estas injerencias. Contra Trump todo está permitido, incluida la violencia en sus mítines, atroces manipulaciones en televisiones y periódicos que han perdido toda vergüenza y honra en esta campaña y hasta el grotesco recurso de tacharlo de agente de Moscú. Claro que Trump ha ayudado mucho a sus enemigos. Su perfil y carácter impide que sus asesores le frenen en uno de sus rasgos más valorados por sus seguidores que es también su perdición: ese decir lo que piensa. Exactamente lo que jamás haría Hillary Clinton. Por eso Trump da casi una conferencia de prensa en cada ciudad que visita y Clinton lleva sin aceptar preguntas sin preparar desde diciembre pasado. Ni los asesores de Trump, ni su familia ni un Partido Republicano pacato son capaces de reconducir y economizar su energía y la refrescante pero letal manía de decir lo que piensa sin reparar en consecuencias o efectos. Así cae en fatales situaciones de nula empatía e inteligencia emocional, como con los padres del soldado condecorado musulmán.
Para quienes como Clinton jamás dicen lo que piensan y siempre solo lo que creen en cada momento que les conviene que escuchen los demás, lidiar con Trump ha sido mucho más difícil de lo que pensaron en un principio. Porque desde esa nube de la arrogancia «progresista» en que está subido el obamismo no han sabido calcular lo harta que está de mentiras, no la clase obrera blanca como dicen, sino una clase media literalmente atracada y arrollada por los cuadros ideológicos del presidente más dañino para la cohesión norteamericana y la seguridad de Occidente. Es posible que la suerte esté echada y que el vértigo ante los peligros de Trump, los reales y los inventados por las fuerzas apiñadas en torno a su rival, den una victoria clara a Clinton. Puede que hasta Trump mismo vea lo inútil del esfuerzo si las diferencias se estabilizan. Con Clinton llegaría así una profesional al poder. Con rutina en el mando, mejor hablada que Trump, pero no con más escrúpulos. Y con mil cadáveres en armarios por todo el mundo.

Como dice el gran Clint Eastwood en una memorable entrevista en «Esquire», el propósito de continuar la labor de Obama equivale a una amenaza. Nadie había dividido a la sociedad norteamericana como el «pico de oro» –ni una mala palabra ni una buena acción–, que ha hecho triunfar en EE.UU. el discurso del resentimiento y la beneficencia, la sumisión y la dependencia, todas esas maldiciones europeas. Un puntual triunfo electoral del proyecto socialdemócrata en EE.UU. con Obama/Clinton no frenará su fracaso en el mundo. En todo Occidente, donde respiran aliviados quienes ven a Clinton como dama protectora de vicios comunes, confluyen ahora inmensos retos que exigen el fin de la mentira. Es posible que Trump por su carácter y su perfil sea un peligro. Pero nadie dude de que la reafirmación en el juego de la hipocresía y la ocultación de Clinton y Obama conlleva un peligro no menor. Para la cohesión de la sociedad norteamericana y para la seguridad común occidental.

ERDOGAN NOS QUIERE DOMINAR

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 02.08.16


Observadores y oposición turca consideran que el golpe militar estaba organizado para fracasar

LA tensión política entre Turquía y Europa está en plena escalada y adopta rápidamente visos alarmantes. Su efecto más devastador a corto plazo podría ser una inmensa oleada de refugiados al asalto de las costas de Grecia este otoño hasta hacer colapsar este país y los vecinos en los Balcanes. Ankara hace saber que, como Bruselas no permita que casi 80 millones de turcos entren y salgan cuando quieran de la UE a partir de octubre, suspenderá todos sus impedimentos a la emigración ilegal hacia la Unión Europea. El ya todopoderoso Recep Tayyip Erdogan no nos declara la guerra. Pero salvo a eso parece dispuesto a todo para llevar sus relaciones con Europa a la máxima tensión, convencido de que la debilidad general de la UE le permitirá sacar rédito del miedo que genera. Y de paso apagará bajo esos ruidos todas las protestas por la inaudita oleada de represión y el desmantelamiento de las garantías legales con que cimenta un régimen cada vez más ajeno a la democracia en ese país miembro de la OTAN. Negros nubarrones se ciernen sobre la cooperación política y toda la arquitectura estratégica de seguridad de Occidente en tres continentes.
El arma elegida por Erdogan es ya abiertamente el chantaje. El domingo, el régimen de Erdogan organizó una manifestación multitudinaria en la ciudad alemana de Colonia como exhibición de fuerza y advertencia de su poder en territorio alemán. Hay cuatro millones de turcos en Alemania, 2,5 nacionalizados, muy pocos realmente integrados. Ayer daba un paso más en su ofensiva de intimidaciones y amenazas en represalia por las críticas europeas tras el fallido golpe del día 15 de julio. El Gobierno turco considerará nulo el acuerdo sobre refugiados de marzo pasado entre Turquía y la UE si en octubre Bruselas no ha aprobado la exención de visado para ciudadanos turcos en todo el espacio Schengen. Amenaza con inundar el continente de refugiados si en dos meses todos los turcos no pueden entrar libremente en la UE. La exención de visados era ya difícil, siempre condicionada a avances en una serie de condiciones técnicas y también de derechos humanos y garantías legales. Con la represión habida es imposible. Observadores y oposición turca consideran que la represión con larguísimas listas ya preparadas son un indicio más de que el golpe militar estaba organizado para fracasar y ser pretexto para la inmensa purga del aparato del Estado de personas críticas con el presidente y su partido islamista AKP.

La exención de visados es política y legalmente inviable. Y conllevaría además un inmenso riesgo con un Erdogan volcado en construirse, con violencia y sin escrúpulos, un país a su medida. Reforzando ataques militares a ciertas regiones podría provocar un éxodo de millones de kurdos hacia Europa. Que acompañarían a cientos de miles de turcos que huirán al exilio. Dentro de unos días va Erdogan a visitar a Putin. Hace unos meses estaban literalmente a tiros. Ahora buscan una estrategia común, el nuevo zar y el nuevo sultán, frente a Europa. Y hay quien dice que le ofrecerá la base de la OTAN de Incirlik. Ankara condenó ayer el hecho de que Erdogan no pudiera dirigirse en directo por pantallas a sus más de 20.000 seguidores en Colonia. El Tribunal Constitucional alemán había confirmado la prohibición. Erdogan parece considerar que cuenta con una quinta columna lo suficientemente fuerte para poder condicionar la política alemana, interior y exterior. Y ahora quiere utilizar a los millones de refugiados en Turquía o en tránsito como quintacolumnistas involuntarios en la operación megalomaníaca por la que legitimar su nueva dictadura y doblegar la voluntad de los europeos hasta hacerse con poder desestabilizador en todo el continente.

EUROPA PIERDE EL CONTROL EN LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 31.07.16


En un continente inundado de refugiados, el yihadismo ha llevado a la población al hartazgo de sus líderes

«Tengo miedo. Quiero que se vuelvan a sus países. Ya no salgo de casa porque tengo miedo siempre a que cualquiera de ellos nos haga daño». Quien así habla es una señora que fue vecina de Mohammed Daleel, el joven sirio que se voló por los aires a la puerta de un café en la pequeña localidad bávara de Ansbach. Le ayudó mucho cuando llegó. Le acompañó al médico, a hacer trámites. Ella siempre había ayudado a refugiados e inmigrantes. Siempre creyó que los alemanes se lo deben a los demás. Compartía la célebre frase de la canciller Merkel: «Lo vamos a conseguir». Porque Alemania es rica y generosa, podrá integrar a todos los que llegaban a sus fronteras pidiendo socorro. En ella, como en tantos, parece latir el deseo de compensar con un alarde de bondad el alarde de maldad que lastra la historia alemana del siglo XX. Ahora ya no cree en ello. La bomba lo ha cambiado todo. En los últimos meses Mohammed salía poco de su habitación en una residencia en la que viven muchos como él. «Tenía un portátil nuevo y no se movía de él». Allí conectó con Daesh. Donde recibió instrucciones para su bomba. La vecina se siente traicionada. Como los que acogieron al joven afgano que atentó en Würzburg. También grabó un vídeo y se jactó de ir a matar a quienes le acogieron. ¿Llegaron con órdenes? ¿Las recibieron aquí? ¿Eran depresivos o inestables antes? ¿Qué más da?


Lo cierto es que han entrado casi dos millones de refugiados en el último año que por sus vivencias extremas bien pueden ser inestables. Como lo pueden ser millones de jóvenes en los suburbios pobres de las ciudades europeas. Pero quienes asesinan a desconocidos aludiendo a una llamada de su dios nunca son judíos ni armenios cristianos, ni gitanos protestantes ni indios ni chinos. Siempre de la misma religión que se niega a aceptar la supremacía del poder civil y se arroga ese derecho a la agresión y niega derechos a quienes no la profesan. Hay quienes aseguran que las oleadas de refugiados y el terrorismo islamista solo aceleran una crisis inevitable en las próximas décadas en Europa, alcanzada una masa crítica musulmana. Se librará el pulso por la hegemonía entre leyes islámicas y leyes civiles occidentales. Con un 2% de musulmanes, nadie temía por la integración. Con un 25% la guerra por la supremacía está servida, dice. En muchos rincones ese 25% se ha superado con creces.
La vecina de Daleel tiene miedo y ya no quiere verlos. Era muy sociable. Ya no sale de casa. A muchos alemanes les ha cambiado la vida de forma brutal, como nunca hubieran imaginado y como nunca les explicó Merkel. En pueblos hasta ayer idílicos en los que de repente hay que acompañar a las niñas al colegio dando un rodeo para evitar un gimnasio con 300 jóvenes árabes ociosos en la calle. O en barrios donde las mujeres ya no pueden ir solas a la compra ni llevar la ropa antes habitual. Donde se han hundido los precios de las casas construidas con el ahorro de toda la vida porque les han puesto enfrente un campamento ante el que no hay más que peleas con navajas, heridos, batallas campales entre grupos de un origen y otro, robos y ruido. Como barrios que se hunden en la marginalidad y en los que solo quedan atrapados los más débiles del vecindario original.

«Welcome refugees»
No se ha cumplido un año de aquellas imágenes que dieron la vuelta al mundo de multitudes de alemanes en las estaciones de tren con pancartas de «Willkommen» y «Welcome refugees», cargados de juguetes y bolsas de comida y ropa. Lo había pedido la canciller Merkel al anunciar que las fronteras de Alemania quedaban abiertas para todos los extranjeros que buscaban asilo en su huida de la guerra y la violencia. Porque la situación en los Balcanes era insoportable por las masas de refugiados que llegaban a las costas griegas y emprendían su ruta hacia Alemania. Hoy nada es igual. Las advertencias de los agoreros de entonces se han cumplido. Los alemanes comprueban con horror que han perdido el control sobre su seguridad. Y en toda Europa, inmigración y terrorismo han llevado a la población al hartazgo y creciente tensión porque comprueban día a día que las realidades que ven tienen poco o nada que ver con lo que les cuentan los gobernantes. Que se les ocultan datos. Les engañan unos gobernantes que no suelen vivir cerca de esas multitudes llegadas ahora ni de los millones que llegaron en décadas pasadas. A estos nadie exigió ni ayudó a integrarse. Así crearon sociedades paralelas en muchas de las cuales ya no rigen las leyes nacionales. En donde no entra la pluralidad civil democrática, sino la arenga del imán de turno. Ahora quiere Bruselas imponer el reparto por cuotas de los refugiados. Y muchos países se niegan. No quieren guetos y reconocen su rechazo a la inmigración musulmana. Este pulso se abre el día 2 de octubre con el referéndum en Hungría en el que la población prohibirá al gobierno aceptar tales cuotas. Se niegan a una inmigración que no se integra y ocupa los espacios públicos, como dice Budapest.

Alerta en Colonia

Hablando de ocupaciones. Hoy domingo, la ciudad de Colonia será tomada por fuerzas del presidente turco Recep Tayip Erdogan. Más de 30.000 turcos han sido convocados a un gran mitin de reafirmación patriótica y de defensa de su presidente y dictador en ciernes. Hay máxima alerta por un evidente peligro de violencia entre esta multitud del partido islamista AKP y grupos izquierdistas turcos o con la comunidad leal a la organización Hizmet, principal objetivo de la implacable purga y ola de represión desatada tras el golpe militar fallido. También organizaciones kurdas están en alerta. La escalada bélica entre ejército y PKK se traslada a orillas del Rin. El islam ha acelerado su cada vez mayor control de espacios públicos. Aunque sus inmigraciones son de origen distinto, en Francia y Alemania, también en otros países, las comunidades islámicas intentan distanciarse de un terrorismo que en su mayoría condenan. Pero refuerzan su rechazo a toda vocación integradora. Y reafirman su voluntad de constituir un poder propio en el seno de las sociedades democráticas que los acogen. La inmensa cuestión que zanjará el futuro está en que la compatibilidad sea posible o no.

FRANCIA
1 -   26 de julio 2016
Dos hombres armados con cuchillos degüellan a un sacerdote que estaba a punto de comenzar la misa y hieren a un feligrés. Son abatidos por la Policía
2 -   14 de junio 2016
Un terrorista de Daesh asesina con un cuchillo a un oficial de la Policía y a su esposa en Magnanville
3 -   13 de nov. 2015
Una serie de ataques coordinados en París provocan 130 muertos. El ataque más mortífero se produce en la sala de fiestas Bataclan. Daesh lo reivindica
4 -   14 de julio 2016
Un terrorista tunecino arrolla con un camión a la multitud en el Paseo de los Ingleses. Mata a 84 personas y hiere a más de 200

ALEMANIA
1 -   Wurzburgo, 18 de julio 2016
Un refugiado afgano de 17 años hiere a hachazos a 3 personas en un tren en Wurzburgo
2 -   Múnich, 22 de julio 2016
Un joven alemán de origen iraní de 18 años mata a nueve personas en un centro comercial y se suicida
3 -   Ansbach, 24 de julio 2016
Un refugiado sirio hace estallar su carga explosiva y hiere a 15 personas a las puertas de un festival

BÉLGICA
Bruselas, marzo 2016
Ataque coordinado con maletas con explosivos en el aeropuerto y el metro. Mueren 32 personas y hay 340 heridos

TURQUÍA
Estambul, 28 de junio 2016
Atentado suicida de tres terroristas en el aeropuerto Ataturk. Causan 43 muertos y 239 heridos. El Gobierno atribuye el ataque a Daesh


Total
298 muertos
1.145 heridos

«MEIN KAMPF», EL TESTAMENTO DEL DIABLO

Por HERMANN TERTSCH
ABC cultural  Sábado, 30.07.16


Hitler destiló todo su veneno en «Mein Kampf». Levantada la prohibición que pesaba sobre el libro, Alemania se ve sacudida por la edición crítica. Las alarmas no han tardado en saltar

Caricatura de Hitler de los años 40

HITLER SEDUJO HASTA LA MUERTE A UNA DE LAS SOCIEDADES MÁS CULTAS. AHÍ ESTÁ LA CLAVE DEL MISTERIO

LOS MIEDOS Y LOS NERVIOS, LA INSEGURIDAD Y LA ANGUSTIA HAN RODEADO A ESTA EDICIÓN COMENTADA

Ningún humano personifica el mal en el mundo moderno como Adolfo Hitler. Nadie provoca tanto rechazo, evoca tanto horror, hiela la sangre como aquel hombre menudo del flequillo y el bigote breve. Otros dictadores asesinaron a muchos más millones de inocentes que él. Véase Mao o Stalin. Estos mantuvieron sometidos al yugo del terror y el dolor a muchos más mucho más tiempo que aquel pintor austríaco fracasado que protagonizó una irresistible y a la postre diabólica ascensión, elevado por los siniestros avatares del primer tercio del siglo XX al liderazgo supremo del llamado Tercer Reich. Un tercer imperio alemán que iba a prolongarse un milenio para consumar el triunfo del poder total del superhombre ario en el planeta y se quedó en una dictadura de doce años que comenzó con entusiasmo y triunfos y acabó en la ruina y el horror.

Marcas de fuego
Hitler fue el cerebro y ejecutor del crimen supremo, el Holocausto. Con él, generó un agujero negro en la Historia de la humanidad con efectos en todos los campos de la existencia humana, metafísica incluida. Los hornos crematorios se convirtieron en referencia clave para la comprensión del ser humano por sí mismo. Auschwitz y Hitler son las marcas de fuego de la civilización a partir de 1945.
Hay partes de Europa en las que Stalin, con el archipiélago Gulag y sus millones de asesinatos y su política genocida, ocupa un puesto parejo. Pero el carácter único del Holocausto lo relega a un segundo puesto. Y salvo en naciones víctimas directas suyas, la victoria sobre Hitler evitó a Stalin disputarle ese liderazgo absoluto del mal. Nacionalsocialismo y comunismo, dos ideologías criminales, no son tratadas igual en las democracias. Hitler encabeza el ranking del mal en solitario.

Por 99 céntimos
Muy entrado ya el siglo XXI, volvemos a estar ante una prueba de cuánto se le teme. El problema se presentaba en el año 2015. Vencían los derechos de edición de Mein Kampf, la autobiografía y el programa ideológico del dictador, el libro sagrado del nazismo. Los derechos de Hitler que tuvo la editorial nazi Eher hasta 1945 fueron asumidos entonces por el mando militar norteamericano, que en 1947 los cedió como parte del confiscado patrimonio nazi al Estado de Baviera. Esto facilitó la prohibición de publicación desde 1945. Pero hace años, ante la cercanía de la fecha del vencimiento, autoridades e historiadores comenzaron a estudiar lo que es mucho más que un problema legal o cultural.
A partir del 1 de enero del 2016 la prohibición quedaba obsoleta. Ya era casi de hecho ridícula y desde luego inaplicable en la era de internet. Los alemanes podían leerlo en la red desde hace tiempo por 99 céntimos de euro. Por lo demás, el libro nunca dejó de editarse en inglés, ya que los derechos en ese idioma estaban desde 1933 en Random House. Más aún, Mi lucha está disponible en decenas de idiomas en ediciones pirata en todo el globo. En algunas zonas del Tercer Mundo ha sido publicado prolíficamente y goza de una siniestra y preocupante popularidad.
Mein Kampf es un libro que funde la autobiografía de Hitler con la narración de su vida, un en parte farragoso análisis histórico, una larga disquisición ideológica y su mensaje programático. No es cierto que el nivel de su prosa sea el propio de un colegial flojo, como dijeron en su día algunos de los compañeros de partido de Hitler. Lo cierto es que la mayoría de los que así se expresaron morían en 1934 con toda la cúpula de las SA a manos de las SS.

Poder total
Hitler escribió Mein Kampf en su breve estancia en la prisión del castillo de Landsberg, en Baviera, cumpliendo solo parte de una muy leve condena por el fallido golpe de Estado del 9 de noviembre de 1923 en Múnich. Que la República de Weimar no castigara más al jefe de aquel golpe fue para muchos el comienzo del naufragio, consumado diez años después con la llegada al poder de Hitler tras las elecciones de enero de 1933.
Hitler no llegó al poder por intrigas de palacio en un régimen ya totalitario, como Stalin. Hitler convenció a los alemanes de que le confiaran a él y solo a él el poder total en un Estado moderno de una sociedad desarrollada como pocas en el mundo. Hitler llegó al poder por medio de la palabra y la urna. Ese hecho terrible es incontestable. Y su libro Mein Kampf, del que se vendieron en Alemania 12.5 millones de ejemplares en más de mil ediciones entre 1925 y 1945, es la principal y más completa exposición del pensamiento de Hitler y del mensaje nacionalsocialista que llevó a la seducción total y criminal a la inmensa mayoría del pueblo alemán.
Consta de dos volúmenes, el primero publicado en 1925 y el segundo, año y medio después. Fue un éxito de ventas en la República de Weimar y uno de los activos del lanzamiento de la popularidad de Hitler. Pero ni mucho menos el superventas que podría deducirse de la cifra total que se nutre ya de las ediciones que se regalaban en todo tipo de ocasiones, incluidas las bodas, a partir de 1933, con Hitler en el poder.

En las redes del odio
La clave para entender todo el tratamiento de enorme preocupación y alarma que ahora se otorga a lo que no deja de ser un panfleto nazi escrito hace casi cien años, está en que el libro contiene realmente todo el veneno que fue necesario después para crear el inmenso Estado totalitario y criminal hitleriano con su extraordinaria industria del exterminio. Y existe al parecer bastante acuerdo entre los expertos en que ese veneno permanece intacto.
Sin duda, habría gustado poder destruir en su día hasta el último ejemplar y haber borrado la existencia misma del libro maldito. Como se destruyó la cárcel de Spandau en cuanto murió Rudolf Hess. Para impedir toda referencia. Pero el libro existe. Y el miedo persiste. Hay quienes se han sentido ofendidos por el hecho de que el Estado y su cuerpo científico y académico crean aún a los alemanes susceptibles de caer en las redes retóricas del odio que maneja Hitler o que manejan a Hitler cuando escribe en aquella cárcel en 1924.
Hitler era entonces un hombre de 35 años, veterano de guerra, sin apenas estudios, con un aluvión de lecturas desordenadas, con fascinación por la Historia y por los grandes movimientos de interpretación romántica de la misma, autodidacta entre autodidactas que desprecian el mundo académico. Volcado en su celda a explicar sus fantasmas, su odio a los Habsburgo y a los judíos y sus planes para una lucha de razas que sustituya a la lucha de clases y un Estado total y absoluto para cimentar la supremacía aria en Europa y en el mundo.
Muchos creen que ni ellos ni la sociedad alemana o austríaca de hoy necesitan ayuda ni protección para leer como seres adultos y libres este texto como otro cualquiera. Y se ven capaces de desenmascarar por su cuenta –o al menos leer sin ser seducidos– un libro de tan evidente propaganda racista y totalitaria. Cuando sus falacias son ya de dominio público, todos conocen el final de su delirio criminal. Y sin embargo, el fin de la prohibición se convirtió casi en un asunto de Estado que los políticos decidieron solventar por la vía científica y académica. Se concluyó que lo mejor era publicar una edición comentada para contextualizar el contenido: «No hay duda de que sería irresponsable científica, política y moralmente, dejar que este convoluto racista de la inhumanidad vagabundeara libremente y sin comentarios, sin contraponerle una edición crítica de referencia que, por decirlo de alguna manera, ponga en su sitio al texto y a su autor», así lo justifica Andreas Wirsching, el director del Institut for Zeitgeschichte.
Como han expuesto desde Sebastian Haffner a Joachim Fest, y otras decenas de biógrafos, Hitler no era un hombre de extraordinarias dotes y talento. Muy al contrario, era un hombre inmensamente limitado por insuficiencias de formación, conocimiento y aptitud, por sus complejos, debilidades y fallas de carácter. Y sin embargo, sedujo hasta la muerte, nunca mejor dicho, a una de las sociedades más cultas, ricas y sofisticadas del mundo. Ahí está la clave del misterio que genera los miedos y los nervios, la inseguridad y la angustia que han rodeado a esta edición comentada.

1.966 páginas
En realidad, tanto la política como los académicos, el historiador Wirsching lo dice muy claramente, reconocen en Mein Kampf un producto altamente tóxico y peligroso que, puesto en circulación sin más, puede por sí mismo hacer aún un daño considerable al sistema. Así, como no se puede evitar la publicación del texto de Hitler, se flanquea al mismo con un ejército de acotaciones, comentarios y salvedades en un colosal esfuerzo enciclopédico de contextualización científica y erudita. El resultado es una soberbia edición, a cargo del Instituto Alemán de Historia Contemporánea, en dos tomos, como el original; un total de 1.966 páginas en las que, además del libro, está gran parte del conocimiento experto sobre el nacionalsocialismo y la Historia del primer tercio del siglo XX.
Como dice Ian Kershaw, uno de sus grandes biógrafos, Mein Kampf es la exposición más clara y directa de lo que pensaba Hitler. Y la principal fuente de ideología nacionalsocialista. También Hitler lo vio así y el texto no sufre variaciones de contenido en las dos décadas hasta el final de la guerra. Aunque no dejará Hitler de hacer correcciones hasta con la guerra ya perdida en 1944, siempre meros recambios de una o dos palabras, incluida la corrección de alguna falta de ortografía.

Monstruosa aventura
Hay consideraciones históricas más o menos realistas mezcladas con pasajes delirantes. El odio profundísimo a los Habsburgo; contra el «patriotismo dinástico» de un Estado plurinacional que esclaviza a la nación alemana al igualarla a las eslavas; la demonización de la socialdemocracia y el marxismo como armas del poder judío mundial. Sobre todo es omnipresente en el libro, desde el descubrimiento del líder antisemita Karl Lueger en Viena a su propio elaborado discurso de odio sobre la necesidad de «extirpar» a la raza maldita, esa judeofobia racista y política, visceral e intelectual, que todo lo contamina hasta convertirlo en el más largo y elaborado panfleto antisemita de la Historia.
La obra es una fuente de información histórica de enorme interés, desde el momento en que es el libro capital, la principal fuente escrita, de la ideología nacionalsocialista que cambió el mundo de una forma tan terrible que aún no ha sido del todo asimilada. Resulta inquietante comprobar, releído muchos años después, lo justificadas que se antojan las consideraciones del Gobierno alemán y bávaro y de los diversos académicos e historiadores. Parece muy evidente que las sociedades europeas actuales, pese a conocer el final de la monstruosa aventura hitleriana, no están inmunizadas contra el veneno que en inmensas dosis, agazapado entre pasajes inofensivos, inanes, interesantes o tediosos, contiene este libro. Que será siempre un testimonio de un odio cultural, químicamente puro, que jamás se ha sintetizado mejor en palabras.

UNA PUREZA IMPROBABLE

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 30.07.16


Ojalá podamos mantener en Europa las garantías cuando lleguen los días más duros de esta guerra

«Mi Gobierno no va a ser el que cree un Guantánamo a la francesa». Quien habla con tanta rotundidad es el primer ministro francés, Manuel Valls, que se defiende de acusaciones de falta de firmeza y de errores en la seguridad en los pasados atentados. La sociedad francesa, alarmada, exige seguridad. Y el poder democrático reconoce errores pero alude a las libertades para explicar debilidades inherentes a la democracia. Ojalá podamos en Europa mantener esa exquisitez en presunción de inocencia y garantías legales cuando lleguen los momentos realmente duros en esta guerra que están aun por venir. Es improbable. En la guerra quedan en suspenso muchos derechos.

A ver cómo se defiende la puesta en libertad de sospechosos tras cuatro «bataclanes» y una docena de «casos aislados» como el de Múnich o el de Ansbach. Las sociedades europeas soportan mucho. Pero nadie sabe hasta cuándo lo harán sin que se descargue, no se sabe cómo, una tensión cultural que crece sin cesar. Hace años, unas caricaturas movilizaron a los musulmanes en todo el mundo. Ahora en Europa se mata a inocentes en nombre de Alá pero las comunidades musulmanas solo se quejan de «islamofobia». Aunque conste el lamento de muchos musulmanes por esas muertes del terrorismo islamista, cuando se exige mayor control de las mezquitas porque de allí sale el yihadismo, los líderes musulmanes manifiestan que «no permitiremos la injerencia del Gobierno en nuestros asuntos». Es difícil expresar ciertas verdades sin ser acusado de la célebre islamofobia, pero Valls reconocía ayer el peligro que emana de las mezquitas al declararse «partidario de que, por un tiempo, no se permita financiar la construcción de mezquitas desde el extranjero». Europa entra en una guerra en la que la sociedad libre solo sobrevivirá si triunfa. Y solo puede hacerlo si logra someter a sus leyes a comunidades cada vez más numerosas que por su religión se niegan a ello. La victoria es improbable. La victoria con las manos impolutas que quiere Valls sería muy deseable, pero parece imposible.

LOCOMOTORAS DE DISCORDIA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 29.07.16


La hostilidad entre políticos solo es el reflejo de los odios que unos cultivan y otros toleran

ERA el día de ayer uno muy especial para los maltratados nervios de los españoles. Ellos ya empiezan a notar claramente, pese a las celebradas cifras de la EPA y del PIB, los inquietantes indicios de que España puede estar en el umbral de otro batacazo monumental. Político, económico y en su convivencia. Y tienen miedo. Lo que no parece importar demasiado a ninguno de los contendientes en los navajeos de estos pasados meses.
Todos parecen empeñados en ganar en el jueguito que tanto admiraban algunos en aquel guardián de discoteca griego con conocimientos contables que se llamaba Yanis Varoufakis. Él jugaba a lo grande en esa teoría de los juegos en la que se decía un gran experto. Presumía de que Angela Merkel acabaría asustándose y dejaría paso a su locomotora griega en el cruce. Y entonces tendría razón y habría ganado. Como se sabe, no fue así, la locomotora de Merkel pasó por encima a la griega de Varoufakis y de su jefe Alexis Tsipras. Y este ahora sobrevive, sin locomotora propia, escondiéndose de noche de los votantes de su partido y presentando cuentas por la mañana ante los contables extranjeros.
Pues, pese a sus resultados poco reconfortantes para aquel matón de camiseta, nuestros políticos están empeñados en emularlo. Llevan siete meses apostando a ver qué conductor de locomotora se asusta antes. Siguen sin corregir rumbo y es previsible que todas las locomotoras de juguete choquen y estallen en la cabeza al españolito de a pie. Ese que no acaba de creerse el espectáculo de egoísmo, mezquindad, falta de patriotismo y pasión cainita que se ha apoderado de todos los políticos en un espectáculo que parece una grotesca traca final en que se escenifica en clave de negra humorada el hundimiento de un sistema que nos había concedido estabilidad política y paz civil. Mariano Rajoy dijo ayer que intentará sumar lo que no ha sumado. Quiere hacer lo que todos quieren impedirle. Todo menos irse. Y la alternativa es profundizar en el lodo. Las terceras elecciones acabarán por destruir los aprecios que se mantienen vivos y dispararán la discordia.
Es posible que el día en que algunos decidieron usar de nuevo la guerra entre españoles para ganar elecciones se diera ya un paso irreversible. Se comenzó a despreciar el pacto de buena fe de hace cuarenta años. Ya nadie parece saber qué es eso de la buena fe. La hostilidad entre políticos solo es el reflejo de los odios que unos cultivan y otros toleran. Y ahora estalla la siguiente carga que es el nuevo paso de la sedición de una clase política golpista catalana alimentada y mimada desde Madrid. Financiada y protegida en su impunidad, pese a la cada vez mayor contumacia en el delito.

Ayer se atrevía el PP a publicar un tuit que parecía una provocación gratuita: «El Estado vigila para que ni un euro de los españoles vaya al proceso independentista». No hay necesidad de insultar a la gente con mentiras tan obscenas. Cuando el proceso golpista en la Generalidad gasta ingentes cantidades de dinero para la destrucción de España. Otro tuit, este de Rajoy, anunciaba también ayer: «El Gobierno seguirá actuando con firmeza y proporcionalidad para garantizar el cumplimiento de la ley en Cataluña». ¿De verdad que necesitan ofender con frases en las que no hay verdad ninguna? ¿Qué proporcionalidad frente al golpe de Estado en marcha? ¿Qué firmeza en defensa de la ley cuando no se cumple ninguna y todas sus violaciones han sido impunes hasta hoy? Nadie sabe cómo acabará esto. Muchos creemos que no puede ya acabar bien. Pero los españoles se merecen, en estos momentos de discordia y zozobra, algo de verdad y un mínimo de respeto. Nadie parece querer darlos.

EL ABSURDO SUICIDA

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Martes, 26.07.16


La mayoría de los millones de musulmanes que han venido o vendrán no quieren matarnos. Aunque los haya que sí, y no pocos

SE han abierto los amplios salones europeos de unos pueblos avejentados, débiles, consentidos y disipados a una tropa de muy saludables guerreros del desierto desbordantes de hormonas e instintos vitales. Se nos dice que hay que hacerles sitio porque ellos lo necesitan y porque aquí también los necesitamos. Como se han invitado unos a otros y se ha corrido la voz, ellos son ya muchos más que los miembros del servicio de la finca. Los organizadores de este alegre y bienintencionado encuentro multicultural tan enriquecedor han prometido que con la llegada de los invitados se arreglarán muchos problemas de la casa. Ante todo, esa maldita falta de personal que hay aquí dada la costumbre de no tener hijos que te fastidien las salidas nocturnas y la «realización personal». Ellos, fíjense cómo son, se realizan teniendo hijos a mansalva.
Como todos los humanos valemos lo mismo, se ha deducido que todo lo que hacen unos y otros vale lo mismo, todas las culturas, todas las tradiciones, las ideologías, artes, creencias, religiones. Como se suele decir en España: «Todas las ideas son respetables». Aunque al decirlo nadie suele reparar en que todos los crímenes, todos los males, todas las perversiones, todas las tiranías parten de ideas y son todo menos respetables.
En todo caso, aquí en la Casa Europa vale ya la máxima de que respetamos todo menos a nosotros mismos. Y desde luego que nos humillen, vejen, aterroricen y destruyan. Los medios de la prensa solo emiten programas de consuelo con formato de informativos para fomentar la armonía y limar las pequeñas diferencias o malentendidos que pudieran surgir. Los encargados de las noticias han sido bien adiestrados en dar solo pábulo a las noticias que generen empatía, emociones y sentimientos positivos hacia los recién llegados. Incluido el perdón preventivo que consiste en ignorar convenientemente cualquier tipo de emoción negativa o agresión que se haya podido registrar por parte de los invitados. Aquellos periodistas que intenten crispar exponiendo los posibles conflictos con muertos o sin ellos no tienen cabida en la profesión en una sociedad bienintencionada como la nuestra.
Dada la triste historia de los pueblos de los recién llegados, por nuestra culpa, claro, nadie puede reprocharles una inestabilidad emocional y tensión psicológica que, con otras influencias culturales respetables, les lleve a algunos a matarnos a nosotros que los hemos acogido. Habrá que estudiar esa refrescante novedad de que algunos de ellos quieran matarnos por no ser como ellos, pero quieran vivir precisamente de nosotros. De nosotros sí, como nosotros no. Porque aunque vengan necesitados nos traen la inmensa riqueza de sus costumbres y sus culturas de sus remotos lugares de procedencia. Aquellos sitios remotos que por fatalidades de la historia y culpa nuestra son unos infiernos de estados fracasados en los que todo es miseria, dolor y sufrimiento. Pero ellos, fieles a sus tradiciones y sus creencias, nos traen hacia acá todos esos hábitos y reglas de vida que allí causaron aquellas catástrofes. Y es que estamos cargados de culpa.

Así están las cosas, Europa juega a la Viridiana de Buñuel con unos mendigos con hacha. Es el suicidio más absurdo, el absurdo suicida. La mayoría de los millones de musulmanes que han venido o vendrán no quieren matarnos. Aunque los haya que sí y no pocos. Pero de no darse un golpe de timón esa mayoría nos destruirá aunque no quiera. Sin un giro radical en la forma de controlar la inmigración y exigir la integración y expulsión de los que se nieguen a integrarse, las sociedades europeas estallarán en divisiones y enfrentamientos y se hundirán las instituciones democráticas del sistema político más próspero, generoso y libre jamás habido.

EL FIN DE LA FE EN EL ESTADO

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Domingo, 24.07.16

Ataque en Múnich Luces y sombras de la actuación policial


La rapidez con que las autoridades alemanas han resuelto la investigación del ataque en Múnich contrasta con recientes experiencias que demostraron errores iniciales; ahí está el vídeo del afgano del hacha que atacó en el tren en Würzburg

No hay motivación política ni religiosa en la matanza del centro Olimpia en Múnich. El autor, David S, un joven de origen iraní nacido en Alemania, tenía problemas psiquiátricos. Las autoridades lo repetían y resaltaban ayer una y otra vez en sus intervenciones desde primera hora de la mañana. Los medios alemanes convirtieron muy pronto ya esta información en la certeza de máxima relevancia de la cobertura de la tragedia de Múnich. El mensaje es claro: no ha sido un militante de Daesh, no es un atentado islamista, no han participado refugiados. Conclusión: nos hallamos ante un trágico y doloroso accidente.
La investigación ha sido veloz y contundente. Diez horas después del tiroteo no permitía ya ningún margen a la duda. Lo cual contrasta con las muy recientes experiencias que demostraron graves errores iniciales de valoración en actos similares. En el atentado de Niza, 24 horas después aún se hablaba de un «lobo solitario». Hoy se sabe que contaba con toda una célula de apoyo. Y su vínculo con Daesh es manifiesto. Sucedió algo parecido con el atentado de Würzburg, también en Baviera, hace solo una semana. Los medios se apresuraron a hablar de la depresión e inestabilidad psicológica del autor, el joven afgano de 17 años que atacó con un hacha y un cuchillo e hirió a muchos pasajeros del tren en Würzburg antes de ser abatido por la policía. Después se encontró el vídeo en el que explicaba su acción y martirio religioso con aquellas frases de amenazas a quienes le habían acogido.

Seguridad perdida
Ayer, en el caso de Múnich se descartó la conexión islámica, se aludió al tratamiento psiquiátrico y se negó todo móvil político. Se añadió que Sonboly había estudiado matanzas pero, cuidado, no las islamistas, sino la de un colegial alemán en Winnenden en 2009 y la del ultraderechista noruego Breivik hace un lustro. Con esa información, desde los portavoces de la policía a los fiscales, los ministros del Interior bávaro y federal y la propia canciller Angela Merkel, todos estaban ayer tan aliviados que no podían evitar que se les notara.
De haber sabido de un esclarecimiento tan veloz que excluye el escenario de pesadilla –el atentado del refugiado islamista– quizás Angela Merkel y su ministro del Interior, Thomas De Maiziere, no habrían regresado de EE.UU. donde acababan de aterrizar cuando se produjo la matanza. Merkel compareció ante los medios para intentar transmitir calma a una sociedad que, sea como fuere este caso, ha sido despojada del inmenso privilegio de la seguridad del que han gozado desde la posguerra.

Pérdida del paraíso
Merkel tiene razones para temer que muchos alemanes la relacionen para siempre directamente con esa pérdida del paraíso. Casi dos millones de nuevos inmigrantes casi todos musulmanes han cambiado ya profundamente Alemania. Han dividido a los alemanes como nunca desde la guerra. Y han hundido la credibilidad del gobierno y las instituciones. Cuando minimizan los riesgos y, aunque tengan razón, a Merkel y a su gobierno ya no los creen ni los suyos. Es el fin de la fe en el Estado. Esta es la parte del legado de Merkel que muchos alemanes nunca perdonarán por buenas que fueran sus intenciones.
Y eso que la canciller cuenta con la entregada cooperación de los medios y la clase política. Es absoluto el conformismo con las versiones oficiales en todo lo que tenga que ver la violencia y el delito relacionados con extranjeros y refugiados. Ahí está la Nochevieja de Colonia en la que los medios alemanes compitieron con las autoridades en sus esfuerzos por ocultar los hechos reales de aquella agresión sexual multitudinaria por bandas de refugiados e inmigrantes ilegales.

Verdades ocultas
Colonia en enero fue la quiebra del periodismo alemán, prisionero de una corrección política que cada vez es más censura inquisitorial. En aquel inmenso escándalo y al saberse que la agresión sexual masiva tuvo réplicas en decenas de ciudades, surgieron –de forma efímera– verdades mucho tiempo ocultas. Policías afectados revelaron la sistemática ocultación de delitos y agresiones de refugiados e inmigrantes ilegales. Todo ello en aras de impedir que la extrema derecha utilice la realidad para fomentar el racismo. La verdad es políticamente incorrecta y por eso hay orden de ocultarla por el bien de la armonía civil y multicultural de la sociedad alemana.

Muchas verdades se ocultan con tan bondadosas intenciones. Casos que quedan en ese limbo que convierte todo suceso en accidente. Sin culpables más allá de algún enajenado. Y sin responsables políticos, por supuesto. Pocos recuerdan ya al joven de 27 años que mató a cuchilladas a un pasajero de 57 años e hirió gravemente a tres más en la estación de Grafing cerca de Múnich el 10 de mayo. Se insistió mucho en que el asesino era «de nacionalidad alemana» pero la prensa nunca reveló su origen. Lo cierto es que acuchilló a los pasajeros como el afgano en Würzburg, al grito de Alahu Akbar (Alá es grande). Grito que por cierto también lanzó el viernes en Múnich Ali David Sonboly cuando salió del aseo del McDonalds y comenzó a disparar contra un grupo de chicos. Lo escuchó nítidamente una albanesa musulmana que estaba allí mismo. Y que sabía lo que oía. Pues ayer ese testimonio, una vez todo tan claro, ya había caído en el olvido.

PELIGROSO TRIUNFADOR

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Sábado, 23.07.16

Trump se consagra en Cleveland




Se le ha ridiculizado, despreciado y caricaturizado con saña implacable. Pero hace tiempo que se borraron todas las sonrisas displicentes ante el proceso de primarias absolutamente inaudito protagonizado por el multimillonario neoyorquino, que concluyó en Cleveland el jueves. Donald Trump ha sido despreciado por las élites norteamericanas y él se ha vengado. Ha ganado el pulso a todas las fuerzas de los dos grandes partidos y del inmenso poder mediático y económico que habían decidido liquidarlo como candidato. Cuando el jueves en Cleveland Trump subía a la tribuna a aceptar la nominación como candidato del Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos, dirigía la revuelta de esas clases perdedoras y silenciosas. Ha demostrado más energía que todos sus enemigos juntos. Pese a toda la hostilidad, el horror y el miedo que despierta, Trump puede vencer a Hillary Clinton. Ella es una nefasta candidata, una bendición para su adversario. Nadie simboliza hoy mejor la casta política. Su arrogancia intelectual y su corrección política, con todos los clichés y consignas de la militancia del Partido Demócrata, han sido un regalo para el éxito de Trump en movilizar contra el estado de las cosas, contra Washington, contra Barack Obama y su heredera. Que carga con los fiascos del presidente saliente y de los propios como secretaria de Estado.

Como cualquier populista, Trump reiteró en su discurso en Cleveland esa necesaria descripción de un panorama tenebroso de EE.UU., en cuya oscuridad total se percibe una luz. Que es él, faltaría más, la única esperanza. Su tono mesiánico en Cleveland ha confirmado la alarma de los que creen que es un peligro para la democracia norteamericana. Y por su irreflexión y carácter, incluso una amenaza para la paz mundial. Consuelo y tranquilidad debiera ser que la gran democracia norteamericana, con su tan bien pensado sistema, ha demostrado siempre estar a la altura de todos los avatares de su grandiosa historia.