The Unending Gift

domingo, septiembre 29, 2013

Legislativas austriacas: HARTOS DE LA GRAN COALICIÓN

Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 29.09.13

Cinco partidos aspiran a romper hoy el pacto de dos legislaturas entre socialdemócratas y conservadores

Si en toda Alemania hay una mayoría partidaria de la Gran Coalición, en su vecina del sur, Austria, hoy se decidirá si son tantos como parecen los austriacos ya hartos de que gobiernen juntos los dos grandes partidos. Dos legislaturas de Grosse Koalition entre el partido socialdemócrata (SPÖ) y el Partido Popular (ÖVP) han supuesto un incuestionable salto adelante en la modernización de Austria. Además de un sólido dique contra los peores efectos de la crisis internacional y una garantía de estabilidad ejemplar para una economía que incluye datos admirables, como unos de los índices más bajos de desempleo de Europa.

Pero da la impresión de que esta fórmula se podría haber agotado para muchos austriacos. No otra cosa indican unos sondeos que sugieren un Parlamento muy fraccionado con hasta siete partidos. Los socialdemócratas, que ponen en el actual gobierno al canciller, Werner Faymann, serán –dicen los sondeos–, el partido más votado, pero sólo en el entorno del 25%. Inmediatamente detrás quedarían su actual socio cristianodemócrata, el ÖVP, y el partido liberal FPÖ, ambos alrededor del 20-22%. Los siguen los Verdes y el partido del populista Stronach. Pero además tienen de competencia, con grandes posibilidades de superar la barrera mínima del 4%, el BZÖ, fracción del partido liberal hoy resituada en el centro y un nuevo partido, NEOS, de una centroizquierda liberal dirigida por un empresario, Hans Peter Haselsteiner. Cinco partidos por tanto que concurren para romper una gran coalición que, según creen, ha hecho ya todo lo bueno que podía y se ha convertido en un lastre para nuevas políticas.


sábado, septiembre 28, 2013

HABLEMOS Y VEREMOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 28.09.13

Ya es oficial. El Partido Socialdemócrata alemán se aviene a negociaciones con la CDU/CSU de Angela Merkel para una gran coalición. Y despide a su candidato, Peer Steinbrück, que se retira de la primera línea de la política.
Él ya había dicho que no participaría en otro gobierno de coalición con la canciller Merkel, tras su experiencia de 2005 a 2009. La dirección decidió ayer a puerta cerrada que, pese a todo lo que no les gusta, les incomoda y les asusta, han de abrir esas conversaciones con la vencedora de las elecciones para la formación de un Gobierno estable para Alemania. Por responsabilidad.
Nadie crea que estaba cantado. Y nadie suponga que hay entusiasmo por entrar en ese Gobierno.
Las cifras cantan. Cuanto más cerca del corazón de este viejo partido, menos gracia hace compartir de nuevo el consejo de ministros con Merkel.
Todos recuerdan haber salido malparados de la anterior experiencia. Aunque el resultado fuera bueno para Alemania. Mientras el 58 por ciento de los votantes del SPD quieren la gran coalición, entre los miembros del partido ya son sólo el 35 por ciento y entre los funcionarios apenas un 30 por ciento.
Pero lo cierto es que la dirección en el «Konvent» con sus doscientos cincuenta delegados han decidido que hay que hacerlo. Porque son muchos los retos políticos, económicos y sociales que el partido socialdemócrata afronta en común con el Gobierno participe o no.
Su control del Bundesrat, la cámara alta, ya lo hace corresponsable de la política. La fecha del año 2019 es clave. Para entonces los estados federados tendrán prohibido tener deuda.


viernes, septiembre 27, 2013

OBSEQUIANTE DE PRESTIGIOS

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 27.09.13

Nadie ha modificado una línea de los propósitos irrenunciables del régimen iraní
COMO habrán comprobado, el asesinato de más de mil hombres, mujeres, ancianos y niños sirios por medio de gas sarín, lanzado desde armas de guerra con las que sólo cuenta en Siria el ejército regular, ha quedado impune. Una magnífica operación de propaganda ha sido eficaz. Atribuyó el uso de armas químicas a todos los contendientes por igual. Y ridiculizó la muerte de tan sólo mil personas por armas químicas cuando centenares de miles morían por armas convencionales. La opinión pública internacional y sobre todo la que más importa, la norteamericana, llegó a la conclusión, siempre la más cómoda, de que lo mejor era no hacer nada. De repente, toda la oposición al régimen era Al Qaeda. Y los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Siria, Al Assad, emergieron como insospechados defensores del cristianismo en la región. Todos concluyeron que daba igual que matara un arma u otra, da igual que un arma esté prohibida o no, dan igual las convenciones internacionales. Así las cosas, se ha logrado generar la impresión de que dejando impune el crimen –la violación de la prohibición de armas químicas–, se evitaba una guerra. Cuando la guerra ya acumula seis dígitos de muertos y suma y sigue, se entonaba el ¡Dadle una oportunidad a la paz! desde Damasco, Teherán, Moscú y también Berlín o París y Washington. Como si hubiera una paz que proteger no haciendo nada. Barack Obama obedeció agradecido, deseoso de tragarse sus palabras sobre «líneas rojas» y credibilidad en la disuasión. Por supuesto que nadie se cree la ridícula oferta de Assad de controlar, recolectar y entregar o destruir todas sus armas químicas. Porque es física y metafísicamente imposible hacerlo. Aunque quisiera, no podría recolectar en todo el país esas armas. Unas armas que semanas antes negaba tener. Pero ya da igual, porque al final lo único que se intentaba salvar era la cara de Obama. El daño para la credibilidad de EE.UU. es incalculable. Sólo comparable en el último medio siglo al causado por el inefable Jimmy Carter.

El gran triunfador ha sido Vladimir Putin, que preside un régimen corrupto, embrutecido y debilitado. Un país que en veinte años no ha avanzado más que en la gestión mafiosa de las materias primas. Estos días asistimos en Nueva York a una nueva fase en una operación que, con mucha lógica, en Moscú y Teherán se ve como gran ocasión de dejar a EE.UU. neutralizada como autoridad política en la región para mucho tiempo. Han de aprovechar los dos años que quedan de mandato Obama. Difícil será volver a tener un presidente norteamericano tan dúctil para los intereses de sus grandes rivales. Todo dictador y sátrapa que se enfrenta a él, acaba cubierto de prestigio. El que escasea por Washington. Ahora llega la ofensiva de encanto del presidente iraní Rohani. Se ha presentado como un auténtico cambio en Teherán. Puede que llegue a serlo. Espectacular ha sido su condena del Holocausto judío, que su antecesor Ajmadineyad negaba. Es un avance que un presidente de los ayatollas acabe con una mentira de semejante vileza. Pero la operación de la Casa Blanca vuelve a bañarse con la sentimentalidad que siempre oculta un fraude. Nada ha pasado aun para que Irán deje de ser la mortal amenaza de un régimen fanático que quiere hacerse con la bomba atómica. Nadie ha modificado una línea de los propósitos irrenunciables del régimen iraní, entre ellos la destrucción de Israel. Ni de la bárbara represión en suelo iraní. Pero ya huele esta administración Obama una bonita operación mediática de armonía, por falsa que sea, para tapar la acumulación de fracasos. Como siempre, claro, a costa de la seguridad del prójimo.



miércoles, septiembre 25, 2013

Elecciones Alemania 2013: "LIMPIEZA GENERAL" ENTRE LOS PARTIDOS PERDEDORES

Por HERMANN TERTSCH
ABC Miércoles, 25.09.13


Muchos dudan de que los liberales puedan recuperarse del desastre electoral

El domingo pasó por Alemania un huracán. Que ha cambiado profunda y radicalmente el paisaje político para los próximos años. Si hubo una clara y brillante triunfadora en la lucha contra los elementos, hubo numerosísimos náufragos que ahora, según se calman las aguas, comienzan a salir a la superficie. Las dimisiones comenzaron en goteo y ya son torrente. Los perdedores de estas elecciones, que son todos menos la CDU/CSU de Angela Merkel, saben que es el momento de la «tabula rasa». Equipos enteros ven súbitamente periclitadas sus carreras.

El primer cadáver político fue por supuesto el de Phillip Rösler. El joven presidente del FDP ha supuesto una tragedia histórica para su partido. Como presidente y como vicecanciller, quien venía a «refrescar el partido tras alarmantes signos de debilidad, lo ha hundido del todo y convertido en extraparlamentario.

También desaparece el que ha sido ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle. Jamás una formación democrática ha sufrido una humillación semejante en la historia del parlamentarismo de posguerra, pero además una hostilidad tan manifiesta del electorado que muchos dudan vaya a lograr recomponerse en la vida dura de la intemperie.

Pero también han dimitido ya todos los miembros de la dirección colegiada de los Verdes. Jürgen Trittin y otros que han marcado la política de este partido durante veinte años, ya son historia. Limpieza general. Y acaba de empezar.

En el partido socialdemócrata habrá que esperar al viernes a ver cuáles son los tambores que más se escuchan. Se reúne su máximo órgano entre congresos, el Konvent, para estudiar la situación. Habrá los primeros intentos de que el candidato Steinbrück no sea el único jubilado. Y en el caso de éste, veremos si se deja. Muchos se resisten a la oferta que les va a llegar de Angela Merkel para reeditar la Gran Coalición.

Como también se hacen fuertes algunas voces que dicen que no pueden renunciar indefinidamente a un pacto con la ultraizquierda de Die Linke. En la práctica, la existencia de este partido a la izquierda del SPD, que se dio por primera vez después de la unificación, hace casi imposible un Gobierno capitaneado por el SPD sin este partido. Hasta ahora, tanto SPD como Verdes han considerado que las lealtades ideológicas antidemocráticas de este partido hacen imposibles esos pactos. También llegan los barones socialdemócratas que menos quieren al presidente, dispuestos a ajustar cuentas. Quizás no de inmediato pero sí con condiciones añadidas en ese pacto de Gobierno con Merkel. La canciller ya tuvo el lunes ocasión de confirmar que, como ya aseguraba ella, todo habrá de complicarse un poco antes de que se llegue a un acuerdo de gobierno para Alemania.

El bávaro Horst Seehofer, el triunfante jefe de la CSU, ya le ha dicho a Merkel que se olvide de un pacto con los Verdes. Algo que la canciller no quiere hacer, precisamente para no subir el precio que indudablemente pondrán los socialdemócratas.

Giro al centro
En los Verdes habrá una revisión total también de objetivos. Ya se está acusando a la dirección cesante de un exceso de celo izquierdista. Y algunos ya anuncian un giro al centro que pudiera mover a Merkel a hacerles una oferta a ellos. Los Verdes han percibido que, si no reaccionan con éxito, se podría ver en una deriva existencial parecida a la de los liberales. Merkel les ha arrebatado la bandera antinuclear. La bandera ecológica ya la enarbolan todos los partidos. Y sus manías regulatorias, hasta la grotesca propuesta electoral de imposición de un día vegetariano, los han dejado, igual que a Die Linke, en un exiguo 8%.

Merkel tiene ahora la tarea de hacer que espera a que el SPD adopte una postura mientras toma las primeras medidas para hacer más fácil a los socialdemócratas entrar en la alianza. O lo que es lo mismo, hacerles más difícil negarse. En la CDU ya han aparecido los barones partidarios de un acuerdo con los Verdes para dejarle claro al SPD que no es la única novia. Van a ser jornadas muy interesantes. Pero Merkel ya ha dicho que quiere un Gobierno estable. Pero además, que lo quiere pronto.



Elecciones Alemania 2013: MERKEL ABRE NEGOCIACIONES CON LOS SOCIALISTAS PARA UNA GRAN COALICIÓN

Por HERMANN TERTSCH
ABC Miércoles, 25.09.13

Angela Merkel está feliz. Y nadie puede reprochárselo. Su triunfo histórico es básicamente un éxito personal, como todos, desde los institutos demoscópicos a amigos y adversarios, saben y reconocen. Pero con la misma franqueza con la que en vísperas de las elecciones reconocía su nerviosismo por la incertidumbre del resultado, ahora no oculta las dificultades que va a tener para encontrar ese socio para un Gobierno estable.
Lo primero que ha hecho Merkel ha sido subrayar su voluntad de un Gobierno estable y rechazar toda posibilidad de «políticas equilibristas», como las llamó ya el domingo. Ayer insistió que se les debe a Alemania y a Europa un gobierno con solidez parlamentaria en Berlín. Por lo que queda excluido ese gobierno minoritario tolerado por uno u otro. El desastre histórico de su socio en esta pasada legislatura, el partido liberal FDP, ha convertido a la CDU en el único partido de centro-derecha del espectro representado en el Bundestag. Ese naufragio del FDP, que por primera vez desde la fundación de la república en 1949 no está en el Bundestag, puede tener consecuencias mucho más profundas y duraderas. Pero en todo caso ahora impone a Merkel, que se ha quedado con su grandioso resultado a cinco escaños de la mayoría absoluta, una alianza con uno de los otros tres partidos parlamentarios.

Semana hamletiana

Como está excluido el partido izquierdista Die Linke, quedan dos opciones: el partido socialdemócrata SPD y los Verdes. En el SPD ha comenzado una semana hamletiana, porque ser socio o no de Merkel puede ser desde una operación atractiva a una obligación patriótica, pero en todo caso es una aventura llena de riesgos. Lo sabe muy bien el SPD, que acabó muy debilitado los cuatro años de gran coalición con Merkel de 2005 a 2009. Fue una legislatura llena de éxitos, de la que los alemanes guardan un buen recuerdo. Pero todo el buen recuerdo repercutió a favor de Merkel, que ganó las elecciones y dejó al SPD con el peor resultado de su historia.
Eso es precisamente lo que les ha sucedido, de manera aún más cruel, a los liberales en esta legislatura. Que también goza de una buena valoración entre la población. Pero quien se ha llevado todo el beneficio ha sido Merkel. Y el partido liberal toca fondo, queda fuera del Bundestag por primera vez en su historia, y ya veremos si sobrevive a la tan desconocida existencia extraparlamentaria, esa vida de parias sin techo.
Es, de ahí, del todo explicable que el viejo aparato del SPD adquiriera temperatura de ebullición en cuanto reinó la certeza de que Merkel no conseguía esos cuatro escaños de la mayoría absoluta. Enseguida hubo constancia de que tenían encima el reto que no es de fácil solución. El candidato del SPD, Peer Steinbrück, que fue ministro de finanzas con Merkel, ya había descartado su nueva participación en un gobierno de la canciller. Lo lamente o no, eso está hecho. El candidato a la vicecancillería, y ya se vería qué ministerio sería el presidente del partido, Sigmar Gabriel. Y sin embargo, hay mucha gente en el SPD «que quiere pararle los pies a Gabriel ya mismo», me dicen. El resultado, aunque subiera un par de puntos respecto al desastroso de 2009, ya es visto como un rotundo fracaso. Y la culpa del mismo se le echa a Gabriel. Este pasa por ser mucho menos fiable que el candidato y más izquierdista, lo cual no es difícil porque Steinbrück es unsocialdemócrata muy centrista.

Escasa cosecha para el SPD

El propio candidato fracasado ha sido quien ha llamado a Merkel para pedirle tiempo hasta el viernes, en que el SPD tendrá su primera toma de posición oficial al respecto. Pero lo cierto es que los encuentros dentro del partido son ya intensos. Son muchos los que creen que el SPD sólo puede volver a perder en esa coalición con Merkel. Que de haber sido el resultado otro, con una Merkel más debilitada podían haber logrado una coalición más equilibrada. Pero que con Merkel de triunfadora absoluta y el SPD débil, poco podrá rebañar en cargos ministeriales y aún menos en contenido político. Aunque también es cierto que, al haber desaparecido el FDP, que condicionaba mucho la política de la CDU, hay cuestiones en que la CDU de Merkel y un SPD centrado pueden entenderse a la perfección.


martes, septiembre 24, 2013

POR PRUDENCIA, DECENCIA, VERGÜENZA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 24.09.13

En Europa, el antifascismo es celebrado como virtud, mientras el anticomunismo es poco menos que una enfermedad
    LA canciller Angela Merkel no ha alcanzado la mayoría absoluta por cinco escaños. Es un dato histórico. Pero lo es aun más que, con la desaparición del partido liberal FDP del Bundestag, por no alcanzar el listón del 5% de los votos, la CDU/CSU se ha convertido en la única fuerza de centroderecha del parlamento alemán. Las tres fuerzas restantes se reclaman todas de izquierda. Ahí está el partido socialdemócrata SPD, el partido más antiguo de Alemania, que cumplió 150 años el pasado verano. También tenemos al partido del ecopacifismo, cristalización política del movimiento sesentaiochista, que son los Verdes, ya firmemente instalados en el sistema político desde hace tres décadas. Y está finalmente Die Linke, un partido surgido de los restos del partido comunista de la RDA, inicialmente con los votos de los nostálgicos de la dictadura comunista, a los que se ha incorporado con los años, la extrema izquierda de toda Alemania, este y oeste, porque hay gente para todo. Allí está Oskar Lafontaine, nieto prometedor de Willy Brandt que lo fue casi todo en el SPD y hoy disparata. Pero también los hay más siniestros, como Gregor Gysi y otros muchas figuras del entorno intelectual del SED, el partido de Erich Honecker. Pues estos tres partidos de izquierda juntos, SPD, Verdes y Die Linke, suman una mayoría aritmética para formar un Gobierno en Alemania y mandar a Merkel a la oposición. ¿Y por qué no lo hacen? ¿Qué hace el SPD que mañana mismo podría llevar a Steinbrück a la cancillería con los votos de Verdes y Die Linke? No lo hacen porque no es posible. O digamos mejor que aun no es posible. Y no lo es por prudencia, por decencia y por vergüenza. Son tres poderosas razones que impiden tanto al SPD como a los Verdes hacer pactos de Gobierno con Die Linke, que es en el sentido más amplio de la palabra, un partido comunista. Es un partido cuya lealtad constitucional es dudosa, cuyo carácter democrático muchos ponen en duda, porque no reniega de las dictaduras comunistas, y cuyas posiciones políticas amenazan la seguridad y las alianzas internacionales de Alemania ya que exige la salida de la OTAN y numerosos disparates más en este sentido. La prudencia impide a SPD y Verdes una alianza con los comunistas, porque estos exigen condiciones irrealizables. En cualquier momento utilizarían el chantaje para imponerlas. La decencia también está presente. Y hay que agradecérselo a los partidos que hacen gala de ella.
    Porque, por ejemplo en España, vemos a todos los partidos, ya por desgracia sin excepción, en alegre camaradería, cooperación y alianzas con partidos extremistas cómplices de crímenes. Aquí los Verdes se unen al SPD que por su larguísima historia tiene el anticomunismo más sano en el ADN. En general en Europa, el antifascismo es celebrado como virtud, mientras el anticomunismo es poco menos que una enfermedad. Ese obsceno malentendido lo arrastran izquierda y derecha casi por igual en gran parte del continente. No así en el SPD, que sabe muy bien quienes son los comunistas desde hace muchas décadas. Y los han sufrido especialmente. Produce especial envidia esta lealtad incondicional del socialismo alemán con la democracia, frente a las veleidades redentoristas que comparte el PSOE con los comunistas. Felipe González intentó hacer un Bad Godesberg para crear un SPD. Zapatero confirmó su fracaso. El SPD y los Verdes saben que la alianza con los comunistas acabaría empañando las credenciales democráticas de sus socios. Y esto genera vergüenza. Puede que dentro de unos años esto ya no sea así. Pero de momento, Merkel será canciller por prudencia, decencia, vergüenza de sus principales rivales.


lunes, septiembre 23, 2013

Elecciones Alemania 2013: MERKEL SIGUE LA SENDA DE ADENAUER Y KOHL

Por HERMANN TERTSCH
ABC Lunes, 23.09.13


La canciller ya ha entrado en la historia junto a los grandes padres de la patria. Su victoria pide un cambio de era en el panorama político

Había pedido un mandato fuerte. Y había expresado en público temores a que no se lo dieran. Lo ha recibido. Y de qué manera. Ocho puntos ha incrementado su voto la CDU/CSU, que ha regresado a los niveles superiores al 40% que no se lograban desde hacía veinte años. Angela Merkel ya forma con Konrad Adenauer y con Helmut Kohl, el trío de los cancilleres históricos de Alemania. Y no sabemos lo que nos deparará el futuro.
De momento ayer dejó claro que terminará la legislatura en 2017. «Y después ya veremos». Los resultados de ayer en las elecciones generales tienen un carácter extraordinario por muchos factores. Primero está el éxito arrollador de la canciller y el fracaso repetido de su principal rival, una socialdemocracia que, pese a una excelente campaña de su candidato, no es capaz de salir del pozo en que se hundió cuando surgió un partido a su izquierda.

Después esta el naufragio histórico de los liberales del FDP que perdieron ayer diez puntos y por primera vez en la historia de la república no tienen representación parlamentaria. También parece mucho más que un fenómeno pasajero la caída de los verdes a un modesto 8%. Sólo hay que recordar que superaban ampliamente el 20% hace un par de años para ver los efectos que ha tenido sobre este partido el hecho de que Merkel les robara el principal caballo de batalla, la lucha antinuclear. Otros escándalos y la idea peregrina de considerar vendible una subida de impuestos hoy en día en Alemania han acabado por dejarlos como a los ultraizquierdistas de Die Linke en representación parlamentaria de un dígito. Mayoría absoluta o no, Merkel dejó claro ya ayer que «habrá un Gobierno estable» y «no haremos juegos de equilibrismo».

¿Resultado perfecto?

Con esto parece adelantarse a un resultado que no daba, por uno o dos escaños, pero tampoco excluía hasta muy tarde, la mayoría absoluta de CDU/CSU. Hay en Berlín muchos que piensan que es el resultado perfecto y deseado por Merkel aunque no lo dijera.
Y que lo prefiere a la alianza con los liberales del FDP que se hizo imposible por la desaparición de éstos del Bundestag. Para las nuevas reformas, tanto internas como europeas, una mayoría de más de dos tercios que tendría con un SPD debilitado, sería una base incontestable.En todos los partidos salvo en la CDU va a haber profundos cambios. Steinbrück se despide con dignidad. Pero el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, tendrá que rendir cuentas. Y ahí estarán las dos promesas más firmes para el liderazgo que son Hannelore Kraft, presidenta de Renania Westfalia, y Olaf Schold, alcalde-presidente de Hamburgo.

Reina indiscutible

Este resultado induce a un cambio de era en todo el panorama político, salvo en lo que a la reina incuestionable se refiere. El partido antieuropeo AfD no entra al Bundestag por los pelos. Pero su presencia en el parlamento europeo la próxima primavera es inevitable. Y mucho cuidado tendrá que tener Merkel de que no cristalice como partido que aglutine también a esa derecha que se ha sentido desamparada por Merkel. Por una canciller que tiene muy pocos anclajes ideológicos.

Este éxito relativo del voto de protesta contra una política europea que se tacha de derrochadora hacia los países meridionales no debe ocultar que, como nunca, la lucha por el poder se ha hecho en el centro. Y los dos grandes partidos aun aumentado su presencia en un 11% en el Bundestag. Pero el cambio de época también se refleja en la gran cuestión que queda abierta con un parlamento partido por la mitad entre CDU/CSU y tres partidos del bloque de izquierda. La negativa de SPD y Verdes a aliarse con la ultraizquierda de Die Linke hace imposible esa mayoría que, aritméticamente existiría sin la mayoría absoluta. Este rechazo se basa en la profunda identidad anticomunista del SPD pero también en que Die Linke lleva en el programa la salida de la OTAN y mil disparates que lo convierten en extravagante. ¿Hasta cuando SPD y Verdes renunciarán al poder por rechazo a la radicalidad comunista? Dependerá de las nuevas generaciones.


Elecciones Alemania 2013: LA CANCILLER MANTENDRÁ LA EXIGENCIA DE RIGOR A ESPAÑA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Lunes, 23.09.13


El rechazo a una especie de colectivización de las deudas de los países europeos o los eurobonos no cambiarán tampoco en una Gran Coalición

Angela Merkel ha alcanzado su mayor triunfo político con una victoria incontestable. Que le confiere un enorme poder y autonomía personal para dar los pasos que considere necesarios en su política europea. ¿Es esto bueno o malo para los españoles? Será en todo caso muy previsible y en gran parte pura continuidad de la política que el Gobierno español conoce muy bien. Decía esta pasada noche Wolfgang Schäuble, con el triunfo ya en el bolsillo, que la política exterior y europea del Gobierno alemán la harían sin grandes variaciones todas las coaliciones posibles hoy en Alemania.

Algunos quizás esperan que una gran coalición con el SPD ponga menos énfasis en la austeridad. Y eso en España parece ser muy popular. Resulta bastante inexplicable que la palabra austeridad, que es tan netamente positiva como sobriedad o belleza, tenga tan mala prensa en nuestro país. En todo caso, la exigencia de rigor y el rechazo a una especie de colectivización de las deudas de los países europeos o los eurobonos no cambiarán tampoco en una Gran Coalición.

Si entra en un gobierno el SPD, lo hará como socio debilitado con una Merkel muy crecida. Más allá de ocupar ciertos cargos, el SPD no podría, aunque quisiera -que es dudoso-, cambiar la aproximación que hace en estos momentos la canciller a los siguientes pasos en la UE. En cuanto al énfasis en el crecimiento, hace ya meses que Merkel se ha apropiado también de ese mensaje. Pero sí tiene que verse con claridad en Madrid queel partido que quiere sacar a Alemania del euro, Alternative für Deutschland, se ha puesto en el límite del 5% y que en las europeas tendrá su ya inevitable triunfo. Esa presión sobre Merkel, ahora ya organizada, de aquella parte de la derecha que se siente huérfana con la política de centro de Merkel, ha llegado para quedarse. Y hará más difícil concesiones y ayudas a los países meridionales.


domingo, septiembre 22, 2013

Elecciones Alemania 2013: EUROPA SE PREPARA PARA UNA NUEVA ERA DE MERKEL

Por HERMANN TERTSCH
ABC Domingo, 22.09.13


En un vigoroso intento por atajar el auge del partido euroescéptico la canciller aseguró que defenderá «los intereses alemanes en una Europa solidaria»

Llegó la hora de la verdad. Los alemanes han sido convocados hoy a las urnas. Y van a decidir la composición del gobierno más decisivo de Europa y para Europa. La gran favorita ya ha dicho que quiere un Gobierno con un mandato fuerte, para culminar necesarias reformas en una Europa que necesita tanto a Alemania como Alemania a Europa. «Defenderemos los intereses alemanes en una Europa a la que tenemos que ayudar a ir bien. Porque a la larga sólo nos puede ir bien a nosotros si le va bien a Europa». La canciller quiso ayer darle un claro enfoque europeo a su última intervención, lo que sin duda tiene relación directa con las encuestas que por primera vez daban entrada al Parlamento al partido Alternative für Deutschland (AfD).

Este partido promueve la liquidación del euro como proyecto fracasado y un desmantelamiento, al menos parcial, del poder de la UE. Quienes dan en los sondeos entre un 4 y un 5% a este partido son votantes de la CDU y de los liberales del FDP, despechados por la política de ayuda a los países meridionales y muy especialmente a Grecia. Merkel ha logrado evitar una deserción seria, que no era improbable hace poco, dado el resentimiento generado a lo largo de la crisis de los dos pasados años en el electorado alemán. Este considera que la política de ayudas a los países meridionales es en gran parte un derroche de fondos para sociedades que no asumen sus responsabilidades y no quieren asumir la política de austeridad que rige en Alemania desde hace una década.

Ayer Merkel tuvo claras palabras para esos votantes descarriados que le pueden dar hoy un serio disgusto. Les recordó, en un largo pasaje de pedagogía política, lo importante que es Europa para Alemania. Y lo impotente que sería Alemania por sí sola en el mundo globalizado. «Muchos lo están pasando muy mal. Y nosotros no podemos mirar a nadie por encima del hombro», dijo. «Hace una década el hombre enfermo de Europa éramos nosotros». Pero también dejó claro qué espera de los demás. «Los estados nacionales deben asumir sus responsabilidades. Por eso tiene que quedar muy claro que conmigo no habrá deuda conjunta ni eurobonos». Las reformas deben continuar, porque «aún no se ha superado esta crisis».

Competitividad europea

Este continente tiene que ser eficaz, creativo, innovador y competitivo si quiere mantener su inmensa calidad. Y Merkel volvió a sacar las cifras a las que recurre siempre ante euroescépticos alemanes igual que ante europeos meridionales hostiles a las reformas: «Europa somos el 7% de la población mundial, generamos el 25% de la producción y gastamos el 50% de la asistencia social del mundo». Por lo que, concluía, para seguir siendo solidarios, pero también para seguir siendo libres, tenemos que ser más eficaces.
Habló Merkel también de una pasada legislatura que considera un éxito, con una considerable estabilidad y un nivel de empleo en un récord histórico. Pero advirtió de los nuevos retos también dentro de Alemania, donde pidió un mayor esfuerzo en Educación. Dijo que los más jóvenes ahora tienen sus plazas aseguradas, pero hay que abrir más posibilidades de formación para mayores que han de reciclarse. Y dijo sentirse especialmente orgullosa del retorno de gran parte de los investigadores que abandonaron Alemania en pasadas décadas. «Han regresado porque ahora podemos de nuevo darles la posibilidad de investigar aquí con las nuevas inversiones en Investigación y Desarrollo».
Merkel es firme aspirante a asumir su tercer mandato como jefa de Gobierno de la primera potencia europea. Pero eso no significa que vaya a poder formar el Gobierno que ella prefiere para esta legislatura. Son muchas las incógnitas y todos están nerviosos ante un resultado que se promete mucho más ajustado de lo esperado hace tan sólo un mes. Ella es la primera nerviosa, como ayer reconoció con cierta coquetería en su último mitin de campaña en el pabellón del Tempodrom de Berlín. «Sí que me gustaría dormir bastante esta noche, pero les confieso que no sé si podré».
Sabe que, salvo desastre impensable, es segura candidata a encabezar el nuevo Gobierno. Los juegos aritméticos son tan numerosos como inútiles. Y hay variables imposibles porque los partidos se han comprometido a no hacer ciertas alianzas. Así la CDU y Merkel personalmente han dicho que en ningún caso harán una coalición con el partido antieuro AfD. El candidato socialdemócrata Peer Steinbrück, jura y perjura que no hará una alianza con la ultraizquierda de Die Linke. Estos estarán con seguridad en el parlamento, los antieuropeos quizás.

Desastre izquierdista

Estos vetos de alianza juegan un papel especial en una elección que se celebra simultáneamente en el Estado de Hesse. Allí se produjo hace cinco años el primer experimento de alianza del SPD con los comunistas de Die Linke. Fue un desastre. Hubo hasta abandonos del partido por parte de militantes del SPD cuya tradición anticomunista es larga y muy justificada. Y el SPD perdió el Gobierno. El jefe del Gobierno en Hesse, de la CDU, Volker Bouffier, ha hecho campaña con la exigencia al SPD de que descartara su nueva alianza con la ultraizquierda. Pero al final ha sido él mismo muy ambiguo sobre la posibilidad de hacer, si le fuera aritméticamente necesario, una alianza con los antieuropeos de la AfD. El jefe del gobierno de Hesse ha tenido que dar su «palabra de honor» de que renunciará a seguir en el cargo si tiene que hacerlo con el AfD. En el partido socialdemócrata federal, tanto Steinbrück como el presidente del SPD han asegurado que no habrá coalición con Die Linke. Todo queda ahora en manos de los electores.


sábado, septiembre 21, 2013

Elecciones Alemania 2013: EMPATE TOTAL, FRENESÍ FINAL

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 21.09.13

La canciller Merkel será sin duda la más votada, pero el empate entre las fuerzas de la derecha y la izquierda puede amargarle la victoria

Angela Merkel acude a un mitin hoy por la mañana en Berlín, en el último día antes de abrirse las urnas en Alemania. Esta pasada noche apareció en Munich con el gran triunfador de la pasada semana en las elecciones bávaras, Horst Seehofer. Le habían recomendado a la canciller una campaña pausada y mayestática, muy de su estilo, que es la que ha hecho. Pero al final la CDU se ha puesto nerviosa, porque la campaña se la han ganado netamente los rivales. Ante todo ha sido el candidato socialdemócrata, Peer Steinbrück. Que no quiere ni puede parar. Se ha lanzado a un frenético final de campaña de mítines que no concluirá, aquí está permitido, hasta el mismo día electoral. El SPD ha hecho lo nunca visto, una especie de arrebato final de 72 horas sin parar de llamamiento al voto hasta llegar a la misma urna. Los resultados están absolutamente en el aire. Empate total lo llamaban ayer en televisiones y redacciones berlinesas. Con factores imprevisibles como la entrada o no en el parlamento de liberales FDP o partido antieuropeo AfD, que cambiarían radicalmente el resultado para todos.

No es que Steinbrück pretenda superar a Merkel en voto, los más de 13 puntos que separan al socialdemócrata de la canciller son un abismo. Pero sí está muy dispuesto el partido socialdemócrata, después de su mayor éxito en movilización en mucho tiempo, a amargarle el domingo a la canciller. Y obligarla a ir a una gran coalición con la CDU debilitada y el SPD crecido. Algo que en la percepción política y el resultado de las negociaciones posteriores pudiera dar la vuelta ytornar en éxito lo que es una segura derrota. Como no va a haber alianza con la extrema izquierda de Die Linke, Steinbrück no va a poder ser canciller sea cual sea el resultado que cosechen Merkel y sus actuales aliados los liberales del FDP. No se sabe si entrará al parlamento el partido anti euro «Alternative für Deutschland», con el que, como ha sucedido con Die Linke, todos han rechazado cualquier posibilidad de acuerdo.

Gran Coalición

Si fuera así, sólo tendría Merkel ya la opción de la Gran Coalición. Cada vez son más las voces que señalan que la canciller apuesta ya ella misma por la Gran Coalición y que se verá aliviada si se ve obligada a hacerla. Pero también resulta evidente que Merkel quería afrontar las negociaciones para esa coalición con el SPD desde una posición cómoda y no debilitada por un resultado flojo propio y uno muy mejorado de su rival. Para las grandes reformas que tiene que hacer Alemania y los planes que, muchos creen, Merkel tiene para el proyecto europeo en esta su tercer mandato, sería muy conveniente un gobierno de amplísima mayoría como sería el de CDU/CSU/SPD.

Donde se presenta ahora un serio problema en un SPD que comenzó muy mal una campaña y que fue creciéndose hasta mejorar varios puntos sus expectativas. Este éxito relativo le sitúa ante un serio dilema porque Steinbrück se comprometió firmemente a no repetir en un Gobierno bajo Merkel. Él fue ministro de finanzas con Merkel en la gran coalición de 2005 a 2009. Pero con su fortalecimiento ahora Steinbrück sí reclama estar en las hipotéticas negociaciones. Que serán dirigidas por parte del SPD por su presidente, Sigmar Gabriel. Este sería el principal beneficiario del éxito de Steinbrück a pesar de las malas relaciones entre ambos y de los abiertos desplantes de Gabriel a Steinbrück a principios de campaña. Está claro que Gabriel se postulará como vicecanciller. Y está muy claro también que son muchos en la cúpula del SPD que no están de acuerdo con la «usurpación» del hipotético éxito de Steinbrück que Gabriel estaría ya preparando. Hay por primera vez en tiempo, banquillo en el SPD más allá del triunvirato malavenido de Gabriel, Steinbrück y Steinmeier. Y ellos, la nueva generación querrá decir algo sobre el reparto de poder en esa gran coalición.

No se sabe si Merkel comparte o no el nerviosismo del cuartel general de su partido. Muchos creen que no y que además no llorará una lágrima por su actual compañero de coalición.


viernes, septiembre 20, 2013

Elecciones Alemania 2013: MERKEL TEME QUE SE DIVIDA EL VOTO CONSERVADOR

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 20.09.13


La canciller recela de quedar en una posición débil si parte de los votantes de derechas intentan salvar a los liberales o aupar a los «antieuro»

Nervios de última hora. La canciller Angela Merkel ha escrito una carta a los votantes. Que les llega dos días antes de las elecciones. Les pide a todos que, si son electores de la CDU, lo sean del todo, es decir que voten tanto la lista del partido como la lista del voto directo. Es el sistema mixto alemán que permitiría a los votantes votar en las dos listas distintas. En la carta, Merkel no cita para nada al partido liberal(FDP) ni a la coalición de Gobierno y pide ambos votos para conseguir un mandato fuerte para ella y la CDU. Se ve que las elecciones de Baviera han tenido un efecto muy desasosegante en la CDU. Paradójicamente, pensarán algunos, porque el partido hermano de la CDU, la CSU bávara, arrasó en las urnas y reconquistó su mayoría absoluta. Así es, pero el partido liberal, socio de Merkel, no alcanzó el 5 por ciento y desapareció del Parlamento bávaro. Y esto crea una situación peligrosa en varios sentidos. Por un lado, puede ser que el partido liberal no consiga el 5 por ciento de los votos y no esté en el nuevo Parlamento con lo que queda descartado como socio de gobierno. Si así fuera a Merkel sólo le quedaría la gran coalición con un SPD (socialistas) crecido como socio único posible.

El recuerdo de Baja Sajonia

Pero hay un escenario peor. Sería que gran parte del electorado de la CDU divida su voto por miedo a que no entre el FDP. Y que algunos incluso voten liberales en las dos listas. Y que así entre en el parlamento el FDP pero baje tanto la CDU que no haya mayoría aritmética para esa coalición. Eso le sucedió en la Baja Sajonia con el resultado de que perdieron el Gobierno. Merkel se hallaría en una situación de extrema debilidad ante su único socio posible que sería el SPD.
Además, por primera vez se ha publicado una encuesta que da entrada al parlamento al partido antieuro «Alternative für Deutschland» (Alternativa por Alemania, AfD). Es improbable que así sea, pero de entrar este partido se multiplican los problemas para la canciller. En los últimos días el AfD hace campaña no solo contra el euro sino también con temas propios de la derecha que la CDU ha abandonado con su política extremadamente centrista. Como también la CSU bávara se ha centrado mucho, en la CDU se teme que ya no vaya a jugar el papel de defensor de sus opiniones para el electorado más conservador. Y que este voto pueda acabar en manos del partido antieuropeísta. El desaguisado político sería mayúsculo. Y no sólo para Merkel sino para todos los socios de Alemania.

Alianza roja

Otra incógnita, no menos intranquilizadora, se plantea para el caso de que finalmente haya una mayoría aritmética que permita una alianza del SPD y los Verdes con ayuda de la extrema izquierda de «Die Linke». El candidato Peer Steinbrück ha rechazado categóricamente toda posibilidad de alianza con los comunistas. Y todos confían en la palabra de Steinbrück. Pero hay quienes dudan de que, con una mayoría aritmética para gobernar, el líder del partido Sigmar Gabriel, resistiera a la tentación de pactar esa mayoría de gobierno, aun en contra de la opinión de su propio candidato.
Una alianza roja-verde-roja, sería de hecho un espanto dentro y fuera de las fronteras alemanas. Y el propio Gabriel lo dijo ayer. No todo el mundo se fía de él. Pero hay quienes no lo descartan.
El desastre de los Verdes parece consumarse. Primero fue el terrorífico error de cálculo de creer que sus electores potenciales se iban a entusiasmar con una subida de impuestos. Y después ha sido su pasado lejano de los años de la transgresión total del sesentaiochismo.
Los textos, las iniciativas y las prácticas a favor del amor libre o sexo total y promiscuo, con pedofilia incluida, pesan ahora como una losa sobre los dirigentes del partido. Ahora no son ya aquellas adhesiones a revoluciones o acciones violentas muchas veces muy cercanas al terrorismo que se podían disculpar o tachar de errores de entonces. Ahora se trata de unas prácticas que toda la sociedad considera profundamente repugnantes y que nadie duda ya tendrán un efecto sobre el resultado electoral de los Verdes.
Así las cosas y sin que la canciller Merkel pierda ni por un instante su condición de favorita y más que probable sucesora de sí misma en la cancillería, los nervios han aflorado en la CDU y muchos lamentan ahora una confianza excesiva en los primeros pasos de precampaña y campaña.


ELLA Y LA HISTORIA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 20.09.13

Angela Merkel ya está en la historia por mérito propio. La política «sin presencia», que tantos delfines de Helmut Köhl infravaloraron, enterró políticamente hace mucho a su último rival. Algún ridículo español que la llamó «fracasada» ya está en el basurero de la historia. Reconocida ya por todos, la mujer con mayor poder del mundo. Siendo indiscutibles sus éxitos e incuestionable su poder, hay mucho indicio de que afronta la próxima legislatura como la última, en la que quiere forjar su legado histórico. Un legado que ha de tener dimensiones y carácter europeo. Es en el salto cualitativo hacia la integración en un orden estable para todo el continente, donde Merkel puede buscar ese logro político histórico. Que equivaldría en su peso y significado al de Konrad Adenauer con el anclaje de Alemania en el mundo occidental y el de Köhl con la reunificación. Claro está que sólo ella puede hoy convencer a los alemanes para dar nuevos pasos hacia este fin. Que siempre conllevan compartir mayores riesgos con los socios europeos. Una tarea en absoluto fácil como demuestra el surgimiento de corrientes hostiles a la UE y al euro. Es probable que para este empeño sea más conveniente volver a gobernar a una gran coalición con el SPD. Ella insiste en que su gobierno preferido para la próxima legislatura es la continuación de la alianza con el FDP. Merkel repite sin cesar a los alemanes que solos no pueden hacer nada en un mundo globalizado. Que la única posibilidad de competir está en una Europa unida y competitiva. Por lo que Alemania habrá de compartir la suerte de los países meridionales. Para bien y para mal.

EL SEVERO REDENTOR

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 20.09.13

Reich-Ranicki es de los últimos que vivieron los años en los que aún se podía haber parado el hundimiento moral del pueblo alemán en el delirio nacionalista
SIEMPRE le parecería extraño que le dejaran terminar el Bachillerato en Berlín cuando ya regían, desde hacía más de tres años, las «leyes de Núremberg» que hacían de los judíos seres inferiores. No le extrañó que, pese a que le dijeron que lo merecía, no le dieran el sobresaliente en lengua alemana. Tampoco era cuestión de excederse en la generosidad, es decir, en la justicia, con el niño judío. Eso habría sido reconocer que había superado a todos los compañeros arios en el dominio y conocimiento de la lengua de la raza del superhombre. Contaba Reich-Ranicki que incluso de aquellos años en que Hitler ya había llegado al poder recordaba con inmenso placer los momentos en que más feliz había sido. Y que prácticamente todos se habían dado en los teatros berlineses, especialmente en el Schauspielhaus del Mercado de la Gendarmería. Su infancia berlinesa, tan magníficamente evocada en su libro «Mi vida», es un vademécum de la alta cultura de la República de Weimar. Aquella que habría de extinguirse de forma lenta. Se percibía por la escalonada desaparición de las carteleras de actores y autores judíos, de todo lo ajeno al espíritu ario.

Marcel Reich-Ranicki, que murió el miércoles en Fráncfort a los 93 años, ha sido uno de los últimos en poder contarnos aquella terrible experiencia de muchos judíos en la Alemania definitivamente lanzada por la deriva nacionalista hacia el poder total del nacionalsocialismo. Esa fue una experiencia común de muchos. Sin embargo, Reich-Ranicki tuvo la experiencia única posterior del retorno inaudito desde el paisaje del horror y de la muerte al escenario de su infancia. Para lograr un inmenso triunfo en el país de los verdugos de sus padres.

El 27 de enero del pasado año, aún hablaba ante el Parlamento alemán. En el Reichstag que él había visto arder. En la conmemoración del Holocausto, Reich-Ranicki evocó su paso por el gueto de Varsovia, a toda su familia gaseada e incinerada en Auschwitz y su propia vida milagrosa. Porque allí estaba él, en el Reichstag de Berlín, recibiendo el homenaje de los representantes de todo el pueblo alemán, aquel pequeño judío deportado en 1938, con sus mejores notas en lengua alemana. Allí estaba el niño perseguido y expulsado, predestinado a los hornos, convertido no sólo en el crítico literario más importante jamás habido en Alemania, sino también en autoridad máxima cultural y referencia moral. Definitivamente, el niño judío había vencido a Hitler. Pero además había triunfado con su decisiva aportación a la redención y re-civilización alemana.

Reich-Ranicki es de los últimos que vivieron los años de la deriva, los años en los que aún se podía haber parado el hundimiento moral del pueblo alemán en el delirio nacionalista. Él sería expulsado en 1938, año en el que, en la noche del 9 de noviembre –pronto se cumplirán los 75 años–, se produjo el primer acto masivo de brutalidad popular, la noche de los cristales rotos (Reichskristallnacht). Es un momento de inflexión en el que el régimen nazi fuerza definitivamente la complicidad del pueblo en el crimen. Hasta entonces habría sido posible haber parado aquel proceso demencial y a todas luces amoral de Hitler y su partido. Su carácter criminal estaba confirmado desde 1934, con sus leyes de Núremberg y la matanza de Erich Röhm y sus secuaces de las SA. Aquellos cuatro años en los que las elites alemanas no actuaron, por indolencia o cobardía, contra la sinrazón y la brutalidad, sellaron el hundimiento de Alemania en la barbarie y la destrucción. El mal no atajado los devoró a todos, como advertía el niño judío ya convertido en institución alemana.



jueves, septiembre 19, 2013

Elecciones Alemania 2013: MERKEL AÚN TENDRÁ QUE PELEAR SI QUIERE ARRASAR

Por HERMANN TERTSCH
ABC Jueves, 19.09.13


Hay movimiento al final de la campaña. El aburrimiento, que muchos creían se haría insostenible según se acercara la fecha, ha desaparecido. Después de meses en que nadie lograba entusiasmarse por una carrera electoral ante los comicios del próximo domingo, en el que era previsible la vencedora. Y es cierto que Angela Merkel, canciller alemana desde 2005, es favorita para asumir su tercer mandato. Pero también lo es que las últimas semanas han reactivado la emoción por una campaña electoral del candidato del SPD, Peer Steinbrück, digamos que atípica. Y cierto es que desde el debate televisado, el único, celebrado el 1 de septiembre entre Merkel y Steinbrück, las distancias se han recortado algo. Merkel está ahí arriba en su 39%, dos puntos por debajo de su nivel en agosto y su rival socialdemócrata ha subido unos puntos hasta el 27%. La canciller ha hecho una campaña calmada con una actitud de madre de la patria que le ha dado total protagonismo y ha eclipsado a su partido, la CDU. Posiblemente de forma excesiva, como sugieren sondeos que reflejan una mejoría en la percepción del partido socialdemócrata del SPD y de su grado de compromiso en esta campaña, muy por encima de la Unión Cristianodemócrata de la gran jefa, omnipresente por toda la geografía alemana.
Paradójicamente, Steinbrück y Merkel tienen un mismo problema y es la precariedad de la situación que atraviesan sus respectivos aliados favoritos. Para Merkel, que ha insistido en que quiere mantener la actual coalición con los liberales del FDP, el hundimiento de este partido en Baviera el pasado domingo puede traerle varios problemas. Si cae el FDP como en Baviera por debajo del 5% poco hay que decir. Merkel tendría como única opción de Gobierno la gran coalición. Porque pocos creen viable esa otra opción de un gobierno de la CDU con los Verdes. La canciller la ha descartado.
En el caso de Steinbrück, es el partido de los Verdes el que preocupa. Si después de Fukushima ese partido logró capitalizar la histeria en Alemania hasta alcanzar cotas del 23%, hoy le dan todos los sondeos menos del 10%. La cúpula del partido de los Verdes se lanzó a una campaña a favor de la subida de impuestos con unas ansias redistributivas más propias de los comunistas de Die Linke.
El candidato socialdemócrata Steinbrück los dejó en este campo en la estacada. Y ha quedado bien claro que con voracidad fiscal es difícil autopromocionarse en una sociedad desarrollada como la alemana. El daño ha sido grave y, como las desgracias no suelen venir solas, saltó también a la luz el escándalo de los entusiasmos libertarios de los Verdes en los años ochenta que los llevaron a defender abiertamente la pedofilia.
Sexo total con todos
Ahora todos los dirigentes, ya entrados en años, abominan de sus locuras juveniles del sexo total con todo y con todos. Pero ahí están los documentos que certifican las posiciones favorables al sexo con niños en lo que es una de las herencias más detestables del zeitgeist emanado del sesentaiochismo. Con aquella otra que fue el terrorismo de la Fracción del Ejército Rojo. En todo caso, la debilidad de los Verdes hace que la aritmética aleje también las posibilidades de una cancillería Steinbrück, aunque se consumara su propio y muy meritorio avance en una campaña extremadamente complicada. El SPD ha hecho una buena campaña al final. Pero los prolegómenos fueron terroríficos. El triunvirato enquistado en la dirección socialdemócrata, formado por Frank Walter Steinmeier, Sigmar Gabriel y el propio Steinbrück, son todo menos un equipo bien avenido. Y las zancadillas al candidato fueron en un principio peores desde dentro que desde el campo adversario. El partido Die Linke, la extrema izquierda con comunistas de la antigua RDA y radicales en torno al «maldito» exsocialdemócrata Oskar Lafontaine y su novia, la comunista ortodoxa Sarah Wagenknecht. Esta pareja de exquisitos izquierdistas acompaña a Gregor Gysi, oscuro personaje en la RDA cercano a la Stasi, pero gran bregador en los márgenes de la izquierda.


REICH RANICKI, BALUARTE MORAL PARA UNA NUEVA ALEMANIA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Jueves, 19.09.13


Todos los partidos rinden homenaje a este desaparecido patriarca de las letras
    La campaña electoral quedó ayer sacudida y dominada por la muerte de un gigante de la cultura alemana. Marcel Reich Ranicki, el padre de la crítica alemana murió a los 93 años y generó, cuatro días antes de las elecciones, una de esas grandes conmociones que se producen cuando los alemanes evocan el pasado en homenaje de despedida. Es en estos momentos, en los que la Alemania poderosa actual, que ha entrado en una nueva era, y es la potencia dirigente en el continente, muestra las razones profundas de un compromiso moral con toda Europa. Que está muy vigente pese a esa imagen hostil que muchos promueven de Alemania. Un compromiso que es idéntico en los dos grandes partidos CDU y SPD. Gobierne uno, el otro o los dos juntos, como por cierto podría volver a pasar después del domingo.
    Reich Ranicki, judío polaco alemán, ahí es nada, fue la conciencia literaria de Alemania. Pero también fue inexpugnable baluarte moral frente a quienes después de la guerra pretendieron que todo había sido un accidente. Todos los partidos mostraron ayer su profundo respeto a un hombre implacable e insobornable en sus juicios literarios como políticos. La muerte de Reich Ranicki es una despedida simbólica de los últimos vestigios de una Alemania que pronto nadie recordará. Cuyo recuerdo forma parte de la estructura moral de la nación por el compromiso frente a la culpa. Pero cada vez menos condicionada por los fantasmas del siglo XX.
    Se va Reich Ranicki, el último que recordaba y contaba cómo las juventudes hitlerianas recitaban en coro a Hölderlin. Reich Ranicki había sido deportado con su familia de su Berlín natal a Polonia. Allí años más tarde encerrado en el gueto de Varsovia. Todos sus seres queridos gaseados y quemados en los hornos. Y él se presentó en Alemania cuando el régimen comunista polaco comenzó su política antisemita con Gomulka. Volvió a la tierra de su amada cultura y de los asesinos de sus padres.
    ¿Poesía tras Auschwitz?
    ¿Se podía o no volver a leer y amar a Hölderlin después de aquello? ¿Era posible la poesía después de Auschwitz, como preguntó en su día Theodor Adorno? Ranicki vio deportar a sus padres y toda su familia hacia las cámaras de gas. Y sobrevivió milagrosamente para ser testigo y juez en la resurrección de una cultura alemana, emergida literalmente de las cenizas que salían sin cesar de las chimeneas de los campos y cubrieron los bosques de Europa oriental.
    Es un fenómeno, un destino profundamente alemán. el de este niño judío polaco, enamorado de la cultura alemana, predestinado a morir en los campos de exterminio nazis alemanes, se convirtiera décadas después en conciencia furibunda, lúcida y aguda de su literatura y el señor indiscutible de la crítica, también de la moral. Desde el Frankfurter Allgemeine con su «Vida Literaria » y en Televisión con el « Cuarteto Literario», Reich Ranicki, marcó decisivamente la conciencia alemana, su visión de Europa hoy y de sí mismos.


martes, septiembre 17, 2013

LOS ULAYAR Y LA IDEA DE ESPAÑA

Por HERMANN TERTSCH
ABC Martes, 17.09.13

EL jueves de la pasada semana, el pueblito navarro de Echarri Aranaz fue escenario de una bella escena. En un precioso día soleado de las postrimerías de verano, un pequeño grupo de amigos llegados de fuera, con algún niño, pintaban la fachada de una casa. Cuando terminaron lucía en un azul tenue. Después posaron sobre ella un sinfín de manos con pintura blanca. Más que una lavada de cara de la casona, era aquella pintura fresca azul con manos blancas el retorno de la nobleza a ese pueblo castigado con el permanente envilecimiento por la historia de este medio siglo de crímenes, de silencios cómplices, de cobardías y de olvidos culpables. La pintura azul borraba una vez más palabras de odio contra los propietarios y contra España. Con su «Gora ETA militarra». Una vez más habían llegado los cómplices de los asesinos a dejar sus siniestros lemas y garabatos en la fachada. Pero una vez más habían llegado después los dueños a dejar claro que existen y que todos los brutales intentos por hacer desaparecer su huella en la aldea de sus mayores fracasan. Había llegado a limpiar la fachada de infamias. Pero ante todo a llenar de coraje y dignidad esa casa, esa calle y esa aldea con su mera presencia, la familia Ulayar.

La vida en Echarri Aranaz está marcada por la tragedia de esta familia, por el crimen que delante de aquella casa segó la vida del padre, Jesús Ulayar, el día 27 de enero de 1979. Los asesinos fueron capturados y condenados. Nunca cumplieron toda la condena y una vez liberados, fueron recibidos con fiestas y supremos honores en el pueblo. Hoy los asesinos son todos hijos predilectos del pueblo. Echarri Aranaz es un pueblo en manos del poder emanado del crimen y del miedo. Es uno de los casos más trágicos y sangrantes, más ofensivos, de un destino tristemente común, la ausencia de España de miles de pueblos españoles. De los que el Estado y su mensaje de unidad, libertad y ley, se batieron en retirada. Ante la indiferencia de la sociedad española, indolente, consumista y deseosa de olvidar un pasado franquista de nula gloria para esa mayoría que se pretendía antifranquista. La gran mentira de la España postfranquista como enfermedad nacional. Pero España no se retiró sólo del País Vasco. Con la educación en manos de los nacionalismos se entregó a los enemigos de la idea de España su arma más eficaz. También en Cataluña. Y así crecieron los organismos volcados en la promoción del odio a España, su ridiculización, al desprecio e ignorancia de la historia común. España ausente de sí misma, mientras el enemigo borra las huellas de su omnipresencia multisecular.


Dicen algunos que todo está perdido. No tiene que ser así. Los Ulayar existen. Por todas las tierras de España. Quien niegue la españolidad de Echarri Aranaz siempre se topará con ellos. Y si España, si sus gobernantes cumplen con su deber de retornar a todo su territorio, encontrará a millones que, tras décadas de miedo y silencio conveniente, sí quieren volver a defender el ideal racional de libertad y convivencia que es la Patria Grande. Los Ulayar han resistido y se han enfrentado siempre tanto a los enemigos de España como a quienes por cobardía, ideología o comodidad traicionaron su juramento. Los Ulayar de todos los rincones de nuestra geografía quieren pintar sus casas de nuevo. Volver a la verdad, histórica y cotidiana, acabar con el miedo, la mentira y la afrenta. Pero necesitan que antes y a través de sus instituciones, España, se haga presente y vigente.

sábado, septiembre 14, 2013

«MERKEL RULES THE WAVES»

Por HERMANN TERTSCH
ABC Sábado, 14.09.13


El semanario británico «The Economist» pide encarecidamente a los electores alemanes no se dejen marear y voten a Angela Merkel. Por el bien de Alemania y de toda Europa, dice. Recuerda que criticó en el pasado a la canciller por no haber hecho mucho de lo que pudo. Pero asegura que, sin ella, Europa no habría salido de donde se encontraba hace algo más de un año. Y que es ella la única garante en esta Europa de que se seguirán tomando decisiones correctas. Por todo ello da una portada con Angela, firme sobre una columna, al mando, mientras los símbolos nacionales del resto de Europa sucumben empantanados.

Todo indica que los alemanes harán caso a «The Economist» y será Merkel quien gobierne hasta las olas. Los últimos sondeos revelan que el candidato del SPD, Peer Steinbrück, lanzado a una campaña de alto riesgo, subió un par de puntos hasta el 26/27 mientras Merkel sigue sólida en el 40/41. Pero el aliado de Steinbrück, los Verdes, baja con severidad por propuestas de subida de impuestos que fueron una mala ocurrencia.


Los liberales bailan sobre el precario 5%. Si no entraran al Parlamento, dejan expedita la única forma de gobernación que sería la Grosse Koalition. La mayoría de los políticos dice querer evitarla. Pero la mayoría de la población alemana la desea, esa coalición entre CDU y SPD bajo cancillería de Merkel. Se ha puesto interesante el tramo final de campaña. Y los resultados del domingo 22 lo serán para toda Europa. Pero salvo poco menos que invasión extraterrestre, Merkel seguirá reinando.

viernes, septiembre 13, 2013

SOSTIENE MARGALLO

Por HERMANN TERTSCH
ABC Viernes, 13.09.13

Unos piden «encaje» y privilegios bajo chantaje, pero la mayoría pide respeto para su sacrificio permanente

NUESTRO ministro de Asuntos Exteriores no deja de hablar de un asunto interior que los enemigos de la Constitución, de nuestra democracia y de España, quieren convertir en exterior. Aunque sólo fuera por eso, por no darle la razón a todo ese tropel de gente malintencionada, ya sería prudente que el ministro de las cosas de fuera, callara respecto a estas cosas de dentro. Pero además hemos comprobado ya que, a la hora de hablar de Cataluña, poca gente se equivoca más al elegir las palabras que el por lo demás elocuente e inteligente ministro José Manuel García-Margallo. Ahora, después de esta segunda Diada de la Era del Delirio Mas, el ministro nos dice que la cadena humana «ha sido un éxito». No, señor ministro. La megasardana fue organizada con la falaz pretensión de denunciar «ante el mundo» no se sabe qué falta de libertades y de exigir a los españoles y su Gobierno que se avengan a la traición y ayuden a destruir la patria de sus ancestros pero también de nuestros descendientes. Una cadena de gente que no representa ni el 1% de la población española, adoctrinada en el odio a España y en la permanente mentira, pretendió que todos los demás españoles aceptemos enterrar el Estado nación más antiguo de Europa. Pretenden además que lo hagamos de buen grado y humor. Y sin que nadie se irrite ante este descomunal crimen. Sin que nadie pueda levantar la voz ante la infinita obscenidad de una propuesta que cualquier nación vecina atajaría con contundencia. Y con la implacable aplicación de la ley, ante la enormidad del ataque. No, señor ministro. No ha sido un éxito, porque no puede serlo. El aquelarre separatista ha recibido toda la propaganda de sus organizadores. Pero como estamos en España, también de quienes tienen el deber constitucional de hacerles frente. Las televisiones privadas y públicas volcadas en esta cobertura están copadas por comentaristas simpatizantes con la causa separatista en diverso grado. Y cuando no, exquisitamente neutrales. Y TVE emitiendo información intercambiable con la de TV3, la cadena de agitación del Gobierno ya abiertamente sedicioso de la Generalidad. Por supuesto que después de todo el ruido no han avanzado un milímetro hacia una independencia. Pero tampoco ha sido un éxito para los españoles respetuosos con las leyes, porque sí ha aumentado su desasosiego. Y esta zozobra se debe menos a que cuatrocientos mil separatistas, que caben en cuatro estadios de fútbol, se encadenasen para confirmar sus intenciones, que a la desesperante pasividad del Gobierno, que no cumple su principal y más sagrado deber, que es defender a España y los españoles de agresiones a su integridad. Sostiene también Margallo que hay que «escuchar a la calle». Sí, pero a toda. No sólo siempre al callejón pendenciero que clama por violar las leyes comunes. La calle entera y silenciosa está muy harta de la inmensa atención de nuestros gobernantes a unas sensibilidades y su desprecio hacia las que trabajan, callan y pagan impuestos… para que el Gobierno pueda mostrarse obsequioso en secreto con los de siempre. El Gobierno pretende aun apaciguar al nacionalismo. Es el miedo al conflicto que le engaña. Jamás el apaciguamiento ha sido solución ante una agresión a la ley. La vicepresidenta Sáenz de Santamaría contradijo ayer a Margallo y parece intuirlo: «El Gobierno tiene que escuchar a la mayoría silenciosa». La mayoría sufre ya años de sinsabores y necesidades. No añadan humillación y agravio permanente. Porque unos piden «encaje» y privilegios bajo chantaje, pero la mayoría pide respeto para su sacrificio permanente. Y su paciencia no es una farsa oportunista manipulada. Escuchen antes de que levante la voz.